— Yo no quería estar de cotilla en serio —admitió girando su anatomía en dirección al rubio con una tímida sonrisa.

 — Lo sé —comentó divertido girando su cuerpo para quedar frente a frente con el canario.

Nervioso comenzó a juguetear con sus dedos.

— ¿Cómo está él? —el rubio levanto una ceja.

— Aunque diga que está bien, en su interior esta una mierda —negó levemente— ¿Y tú estás bien con todo lo que paso entre vosotros?

— Lo estoy intentado sobrellevar —soltó un suspiro — Es difícil sabes. 

— Cuando se trata de Gavi siempre es difícil y eso lo sé por experiencia propia —una mueca de desagrado decoro su rostro  — Pero lo que te ha dicho no te lo tomes personal.

Frunció el entrecejo un tanto molesto ¿Qué no lo tome personal? Su mejor amigo le dijo que no podía confiar en él y Fermín le decía que no se lo tome personal, pero por favor.

—¿Qué no lo tome personal? —se cruzo de brazos — ¿Acaso sabes lo que me ha dicho?

— Ya, mala elección de palabras —levantó las manos en señal de inocencia — Lo que quiero decir es que Pablo ha sufrido tanto hasta llegar al punto de desconfiar de todos e incluso de si mismo...pero Pedri el te quiere mucho en serio y por lo que veo tú a él  —sonrió sin mostrar los dientes — Le cuesta mucho abrirse con los demás incluso conmigo.

Estaba confundido, muy confundido.

— ¿Pero que es lo qué le ha pasado para desconfiar así? ¿Es por lo de los padres? 

— En parte es por eso. Pero en la Masía le han ocurrido cosas también.

— ¿Qué cosas? 

— Lo lamento pero no es a mi a quien le debes preguntar. Y creo que lo sabes bien

El canario bufó.

— Deberías buscar la forma de hablar con él. Generalmente cuando se siente tan mal como ahora se cierra en su mundo y eso puede ser peligroso.

— ¿Peligroso? 

— Si —asintió levemente — Roma y yo nos referimos a esa situaciones por colores; El verde es una lloradita y todo bien, el amarillo es atención y el rojo es peligro —al ver la cara de confusión de su contrario decidió  que era mejor contárselo — Cuando teníamos al rededor de 15 años e íbamos aún en la Masia fuimos a pasar las vacaciones con la familia de Roma a Mallorca y una tarde estábamos solos él y yo...pues me fijé en que Pablo tenía un poco de sangre en la manga de su suéter, no le tome importancia pensé que tal vez se había raspado al afeitarse. Vaya que me equivoque.

— ¿Entonces qué era? —inquirió mirándolo con atención.

— Al poco tiempo se nos hizo extraño que usara todo el tiempo cosas con manga larga pues nadie en su santo juicio utilizaría eso en una isla y más en verano  —apretó los labios buscando la manera de decirlo — Un día descubrimos un corta papel manchado con un poco de sangre en el bolsillo del la sudadera de Pablo.

El color abandono el cuerpo del canario intuyendo a donde iba el rubio con su explicación.

— ¿Él se co-cortaba? —su voz sonó temblorosa.

Sintió que se le bajo la presión cuando vio al rubio asentir levemente.

— Se intentó quitar la vida en innumerables ocasiones —se aclaro la garganta.

— Yo no...

Estaba atónito. Su Pablito se intento suicidar.

 — No te sientas mal. Casi nadie lo sabe sólo Roma y yo —suspiro.

Para Fermín también era duro después de todo Gavi era su mejor amigo como su hermano y revivir todas esas noches esperando junto a Roma en un hospital a que le diesen noticias del menor con el Jesús en la boca para no oír aquellas palabras que lo atormentaban siempre "Él no lo logro" Y nuevamente tenía sus dudas de que si el castañito volvía a intentar acabar con su existencia lo atemorizaba. 

— ¿Te preocupas por él, no? —pregunto luego de un rato.

— Como no tienes idea.

— Así qué fuiste tú quien envió a Ansu con la comida —comentó uniendo los cabos.

  — Si —río levemente al ver la cara que había puesto el rubio. 

— En serio te importa.

— Es mi mejor amigo.

— Los amigos no se miran como vosotros lo hacéis.

¿Él no lo miraba diferente o si? Tal vez se toco pensando en el menor pero eso fue por la calentura del momento y no, no siente nada más que un profundo cariño por su castañito.

— Yo no lo miro con otros ojos. Jamás lo haría.

— Vale y eso ni tú te lo crees.

— No veo a Gavi con ojos románticos.

 — Yo nunca dije eso —comentó divertido el rubio girándose en dirección al los baños dejando atrás a un canario muy confundido. 

No, no y no a la décima potencia. El no lo veía de forma romántica y no lo hará, como hombre no lo niega Gavira tiene sus encantos; sus grandes ojos de venado avellanas que brillaban cada vez que jugaba con un balón o cuando veía una película que le hiciera ilusión, sus gruesos, carnosos y resecos casi agrietados labios rositas que se curvan tiernamente cada vez que hace sus berrinches, sus lunares que decoraban su piel tersa, la forma en que sus pestañas caían delicadamente sobre sus pómulos cuando dormía, su cabello castaño alborotado como un nido de pajaritos, la forma tan ruda en la que se marcaban sus venas en sus musculosos brazos cuando hacía fuerza en los entrenos y su esbelta pero bien tonificada figura, ni hablar de su trasero redondo, esbelto y bien formado.

Joder.

No le gustaba, solo admite que es atractivo. ¿Tal vez le tiene ganas no? Si debe de ser eso en definitiva. 

Bufó pasándose las manos por su cabello azabache y jalándolo con desesperación. Necesitaba un consejo pero ya no los de Ferran, no lo malentiendan quiere a Ferran pero necesita a su hermano necesita a su fer.

Sin demorarse mucho al llegar al hotel se desvió en dirección al jardín y una vez allí cogió su móvil buscando el contacto de su hermano quien al tercer tono respondio.

— ¿Hum...hola...? —un suspiro se escucho del otro lado de la línea. 

— Fer...soy Pedri.

— Her-hermanito... ajam —carraspeo — ¿Qué ha pasado Chacho?

  — Necesito un consejo.

— ¿No has embarazado a alguien no? Que luego la mamá se enfurruña  —comentó divertido con la voz ronca. 

— Joder. No. Es por otra cosa.

— ¿Y qué es?

— Pues...—el ojimiel logro oír unos ruidos extraños del otro lado de la línea — ¿Fer? ¿Estás ahí?

— ¡Si..! —exclamo con voz ahogada tomando por sorpresa a su hermano.

 — ¿Llame en mal momento?

— No para nada — suspiro — Am...¿Me permites un momento?

Sin esperar respuesta dejó de oír la voz de su hermano y en su lugar se oyó unas voces charlar que le fueron irreconocibles  junto con una puerta cerrarse y un par de pisadas.

— Volvi... —comentó tras un rato de oírse los pasos — Y dime que te aqueja hermanito.

— Pues...

Feliz naviidad mis amoreees!!!!

Que la pasen supeer.

Los leo.

Lai<3