De cabello,magia y Amor
Hace mucho tiempo en una tierra de magia y encantamientos existió una joven bruja capaz del más simple hechizo hasta el más complicado, hábil en los duelos de magia.
Era temida y respetada pues nadie se atrevía a enfrentársele, su nombre: bellatrix lestrange, con el paso de los años su único enemigo a vencer fue el mismo tiempo en sí ya que envejecer era su gran miedo, pasó años encerrada ocultando sus arrugas, las canas que cubrian sus largos y rizados cabellos negros, hasta encontrar la manera de obtener la eterna juventud.
Cierto día en su antigua biblioteca descubrió entre sus pergaminos una antigua profecía, y conforme la iba leyendo una sonrisa ladeada se formó en sus labios y sus ojos brillaron con maldad.
Pasaron algunos meses y el día que tanto espero por fin había llegado.
Tomó una capa negra del perchero en su alcoba y cubrió su rostro con la capucha desapareciéndose y apareciendo en un lugar rústico y humilde del pequeño valle de Godric.
La oscuridad de la noche y el lejano ladrido de perros ocultaron los pasos de la mujer mientras abría la puerta de una pequeña casa.
Se adentró en ella e inmediatamente localizó a un bebé durmiendo junto a sus padres. Sonrió con falsa ternura y lo tomó en sus brazos provocando el llantodel infantealertando a sus padres, quiénes fueron silenciados para siempre con un simple movimiento de varita...
17 años después...
En una solitaria torre dentro de un bosque encantado vivía una joven de largos cabellos rubios y ojos color miel.
Creció sin más compañía que la de madame Lestrange, quién cada tercer día regresaba a la torre para proveerle de comida y cuánta cosa se le ocurriera.
Estaba pensando alegremente que actividad realizaría ese día, cuando una voz le exclamaba:
- ¡Hermione, deja caer tu cabello!
La muchacha, obediente, lanzó su larga cabellera y la bruja subió por ellapor mero deporte y placer de fastidiar a Hermione, ya que si ella así lo deseaba podía aparecerse en la torre en un segundo.
- ¿Por qué tardas tanto niña?-se quejó haciendo una mueca de desagrado
-Lo siento, es que...
Con un gesto de mano le ordenó que se callara. Ella obedeció.
-Luego te escucho ¿Sí?-dijo con una falsa sonrisa-ahora ven -indicándole que se sentará en una silla a espaldas de ella
Cómo era costumbre cepillo su cabello hasta que un suspiro de la joven la fastidio
- ¿Qué ocurre ahora, Hermione?
-Es solo que- la miró temerosa-quisiera salir de la torre, ver todos los hermosos paisajes, flores, ese mundo exterior del que hablan los libros- explicó con entusiasmo -y poder tocar la lluvia, la nieve-sus ojos brillaban de ilusión-tal vez pueda encontrar a mis padres y me digan el porqué me dejaron abandonada...
La mujer le escuchaba con el semblante duro tamborileando los dedos sobre el descansabrazos de su silla
-y quizá algún día me case con un caballero como en los cuentos y...
- ¡Basta!- gritó la bruja levantándose de su silla -¡Suficiente de estás tonterías!
La joven se calló al instante con el corazón latiendo fuertemente contra su pecho
- ¿Qué es lo que te he dicho sobre tus padres?¡Responde!
-Ellos me abandonaron -su semblante se entristeció-me dejaron en el bosque porque soy un fenómeno, porque estoy maldita
Bellatrix complacida al oírla dijo:
-Muy bien... ¿Y quién te ha cuidado desde entonces?
-Usted, madame-respondió con la cabeza baja
- ¿Y aún así pretendes dejarme? Sabes bien que soy la única que te acepto con tu magia... De no ser por mí, ¡ya estarías muerta!-elevó el tono de su voz-el mundo fuera de estas paredes es oscuro cruel y salvaje ¿No lo entiendes?
La chica asintió con velocidad sin levantar la mirada
-Tu lugar está aquí ¿Haz entendido?
-Sí, madame-respondió
ahogando un sollozo
Bellatrix rodó los ojos y con rudeza levantó el mentón de Hermione, viendo lágrimas descender por sus mejillas
-Débil- negó con la cabeza -eres débil. Jamás saldrás de esta torre-espetó soltándola con brusquedad.
Mientras la joven doncella lloraba en la cocina intentando no pensar en otra cosa que no fueran las duras palabras de la mujer, Bellatrix se encerró en su alcoba dónde solo ella tenía acceso.
Con cepillo en mano saco un caldero de debajo de la cama junto con varios frascos y raíces recién cortadas, y a todo esto le añadió los cabellos rubios y ya que estuvo lista la poción bebió de ella. No tardó en notarse el efecto: su piel rejuvenecía y sus cabellos encanecidos recuperaban su color azabache.
Complacida, se miró al espejo y sonrió
-Pronto terminará está pesadilla de una vez por todas-susurró con malicia-cuando cumpla los 18 años de edad al fin podré clavarle el cuchillo y sacarle el corazón... ¡Y así ser joven por siempre!
Cuando la bruja salió de su habitación, buscó a la joven con la mirada y la encontró haciendo galletas de chocolate al mismo tiempo que cantaba una vieja canción de cuna con notable melancolía en la voz.
Molesta ante esa visión azotó un libro contra la mesa, haciéndola sobresaltar y tirar al piso una bandeja de galletas recién hechas.
- ¡Eres una torpe! -gritó molesta, pues
su sola presencia le enfermaba
-Lo siento -se arrodilló y comenzó a juntar todo del suelo, bajo la mirada de esa mala mujer
-Eso te pasa por perder el tiempo en canciones estúpidas
La chica asintió sin fuerzas para contradecirla
-Bien. Ahora si pudieras hacer algo bien para variar-dijo señalando su cabello
Al instante la chica ayudó a la bruja a bajar de la torre, prometiéndole su regreso en tres días.
A pesar de que el único contacto humano que la joven tenía era Madame Lestrange, no pudo evitar dejar salir un suspiro de alivio al verse libre de ella aunque sea por poco tiempo.
Muchas veces había pensado en salir de la torre a espaldas de la bruja pero el miedo que le daba ese mundo salvaje de allá afuera que le había pintado la mujer se lo impedía y solo se limitaba a sentarse en la ventana y mirar el cielo imaginando cómo sería su vida fuera de la torre.
Así paso varios minutos hasta que comenzó a entonar una canción que le nacía del corazón, mientras algunas lágrimas se deslizaban por sus mejillas.
Después de un rato, se sentó a leer un libro, mas comenzó a escuchar ruidos provenientes de afuera y eso la alertó. Alguien trepaba la torre... No había duda alguna.
Corrió por un arco y flecha que tenía bajo su cama, pero al regresar, el intruso había irrumpido en la torre.
Al pie de la escalera apunto y disparó su flecha, yendo esta a parar al pie del intruso, el cual al recibir el impacto, se dobló de dolor y a los pocos segundos se arrancó la flecha de un movimiento, soltando un quejido agonizante.
Pronto rasgó un trozo de tela de su pantalón y envolvió la parte
afectada.
Ella fue bajando las escaleras con el arco y flecha apuntándole, intentando no demostrar el miedo que su presencia le provocaba...
- ¿Quién eres y quién te ayudó a encontrarme?-dijo amenazante
Pero el joven, deslumbrado al ver su belleza y sus expresivos ojos marrones, enmudeció
- ¿Quién eres y quién te ayudó a encontrarme?- repitió molesta
Una vez recobrada el habla, se aclaró la garganta saliendo de su ensoñación y con una sonrisa galante respondió
-No se quién seáis ni que treta me trajo hasta aquí, pero me gustaría decir... ¡Hola!-respondió coqueto, olvidando por un momento el dolor de su pierna-Soy el príncipe Draco Lucius Malfoy-dijo muy pagado de sí mismo -Y tú preciosa... ¿Quién eres?
Hermione soltó un suspiro molesta empuñando con fuerza el arco
-No soy preciosa... Soy Hermione -dijo irritada
-Lindo nombre - dijo sonriendo al ver el miedo en su mirada. Se acercó un paso y ella retrocedió uno -Tranquila, preciosa...
- ¡Hermione!-corrigió enojada
- ¡Vaya! ¡Eres una chica ruda!-dio un paso atrás con las manos en alto de manera inocente-pero no es nada práctico tener una torre sin puerta
- ¡Eso no te importa!
El en modo conciliador habló -Relájate, preciosa... ¿Por qué no mejor me deleitas con una de tus hermosas canciones?
Ella poco a poco fue bajando su arma
- ¿No quieres mi cabello?
El se río sin entender a qué se refería
- ¿Y porque rayos querría tu cabello? -contesto-Además, yo tengo un cabello hermoso y sedoso... No necesito el de alguien más
La chica soltó una risita y bajo su arma por completo
- ¿De verdad te gustan mis canciones?
- ¡Sí!- dijo con obviedad -Por eso trepé la torre y créeme no fue nada fácil
Ella al ver que no tenía malas intenciones, se disculpó y continuaron hablando un largo rato, hasta que lo invitó a quedarse esa noche a dormir, lo cual la emocionaba pues era la primera vez que tenía contacto humano con alguien que no le estuviera gritando o haciendo sentir mal si no todo lo contrario.
El príncipe vaciló un poco, antes de aceptar quedarse.
Su conversación sobre múltiples aventuras y anécdotas la hicieron enamorarse aún más de la idea de salir de la torre.
Pronto la chica prendió la chimenea y ofreció algo de comer al príncipe mientras se sentaba en el piso junto a él, frente a la chimenea para entrar en calor.
-Así que...- comenzó ella - ¿Te gusta ser príncipe? ¿Qué harás cuando seas rey?-preguntó emocionada y el chasqueó la lengua desanimado
-No me emociona ser rey-dijo, y ella no lo podía creer
- ¿Pero... por qué? Imagina todo lo que podrías hacer por las personas...los sitios que visitarías... ¡Hay un mundo de posibilidades!
-Si y eso es justo lo que no quiero
- ¿Cómo? No entiendo -dijo con curiosidad
-Sí, cuando eres de la realeza las personas no te ven por lo que eres, sino por lo que tienes... Todos esperan algo de ti- confesó bajando la mirada, y pronto sintió la mano de la joven tímidamente sobre la suya
Levantó la vista y sus grandes ojos marrones le miraban con curiosidad
-Yo daría lo que fuera por estar en su lugar y salir de aquí. Sé sincero intentando no mostrar su tristeza
El notó su angustia y preguntó
- ¿Nunca has salido de la torre?
Hermione solo le miró con el rostro entristecido y negó con la cabeza
-Es complicado
-Dime, ¿puedo ayudarte?- ofreció apretando su mano
Hermione sopesó sus opciones y habló -Dame tu pie
- ¿Qué?-preguntó extrañado
-Tu pie
Finalmente obedeció y extendió su pie lastimado hacia ella
Hermione envolvió su pie con su cabello, ante la mirada interrogante del joven
-Solo no...no te asustes ¿Sí?- pidió y el asintió temiendo un poco por la sanidad mental de la joven
Pasaron unos segundos y ella comenzó a entonar una melodía al tiempo que su cabello comenzaba a brillar de manera especial, y hacía sentir el pie del príncipe más cálido de lo habitual.
Terminó su labor y desenvolvió su pie esperando ver la reacción del joven, quién no daba crédito a lo que veía, pues su pie estaba totalmente intacto y sin ninguna cicatriz.
Horrorizado estuvo a punto de gritar pero los suplicantes ojos de la chica se lo impidieron.
- ¿Me odias, cierto?-preguntó triste, pensando en la palabras de la bruja
El tragó grueso y contestó
- ¡No, no!... es solo que me intriga ¿Cómo puedes hacer eso?
Hermione sonrió al ver que no la repudio por su poder
-Mi madre Bella, bueno en realidad Bella no es mi madre, pero es la mujer que me cuidó desde que era una niña, dice que cuando era Bebé todos anhelaban este poder y mis padres me abandonaron- dijo con la voz quebrada -porque soy un fenómeno y... por eso este poder debe estar protegido y entonces yo... yo....nunca he salido de la torre y...- la joven cerró los ojos aguantando las lágrimas
-Nunca la has abandonado - dijo él -Pero ¿Por qué no salir de aquí de una vez por todas? No es sano para nadie estar encerrado noche y día-explicó y ella le miraba con ojos anhelantes - ¡Mírame a mí! Cada vez que me aburro de mi jaula de oro -dijo entre comillas-Salgo a encontrar nuevas aventuras
Ella sonrió agradecida y negó con la cabeza
-No puedo abandonar a madre Bella, me necesita -dijo con un suspiro
El príncipe para nada convencido con ello decidió dejarlo pasar por el momento, ya encontraría la manera de hacerla salir de allí.
Hermione sonrió traviesa y preguntó :
- ¿Y cuál ha Sido tu mejor aventura? ¡Tu favorita!
El la miró directo a los ojos y dijo con simpleza
- ¡Tú!- respondió dando un suave toque en la nariz de la joven doncella, quien al oírlo se ruborizó y desvío mirada
Así pasaron la noche, y los dos días siguientes hablando y riendo hasta que el alba del tercer día llegó y fue tiempo de despedirse, prometiendo volver a verse pronto.
La doncella lo observó descender y emocionada no podía creer que haya conocido a un príncipe, y menos a uno tan apuesto.
Así pasó buen rato, hasta que escuchó a Bellatrix hablarle y supo que su dicha había terminado...
Las semanas pasaron. El día del cumpleaños de la muchacha se acercaba, y la bruja no podía estar más impaciente para por fin verse libre de ella y obtener la juventud que tanto ansiaba.
Sola en su habitación limpiaba la daga con la que sacaría el corazón palpitante de la joven y se lo comería a la luz de la luna llena.
Aunque en los últimos días la bruja no pasó por alto los cambios de la joven, la miraba más contenta, activa y soñando despierta, pero todo aquello se lo atribuía a los cuentos que siempre leía .
-Ha Sido una piedra en el zapato criar a esa estúpida niña y mantenerla virgen hasta ese día -dijo mientras observaba su calendario lunar y se relamía los labios imaginando la sangre en su boca -No veo la hora de al fin clavarle este cuchillo
Hermione contaba los minutos para que Bellatrix por fin se fuera de la torre cómo era costumbre y regresara después de tres días, pero la mujer caminaba lento y elegante hacia la ventana observando la ansiedad en el rostro de la joven
- ¿Hay algo que te inquieta, querida?-dijo parando su andar
-No, nada-negó con la cabeza
Bellatrix la analizó por varios segundos, para luego chasquear la
lengua y rodar los ojos fastidiada.
Caminó hacia la ventana y enredó su pie en el cabello de la joven y descendió por él, mientras la joven la observaba alejarse y perderse entre la espesura del bosque.
Horas más tarde, escuchó una voz masculina que le hablaba y supo que su príncipe había arribado
- ¡Hermione, deja caer tu cabello!- gritó, y ella al momento obedeció y lanzó su cabello.
Instantes más tarde se encontraba junto a ella sentados en el piso, hojeando varios libros que el príncipe le llevó de su biblioteca personal
-Es increíble e injusto a la vez-renegó haciendo un puchero que a él le pareció adorable
- ¿Qué cosa?
-Has encontrado mi debilidad, pero yo no sé la tuya
El sonrió galantemente y contestó mirándola de arriba abajo
-Creí que estaba siendo bastante obvio
Hermione se sonrojó y bajó la mirada avergonzada
-Te ves aún más hermosa cuando te sonrojas- dijo él, levantando su rostro por el mentón
De pronto el se hincó sobre su rodilla y habló
- ¿Me harías el honor de ser mi esposa?
Ella saliendo de su sorpresa inicial, se lanzó hacia el abrazándolo y dándole el sí
Se miraron a los ojos intensamente, hasta que él fue acercando su rostro al suyo y su mano se deslizó hacia su nuca atrayéndola hasta sus labios.
Ella, inexperta en el tema, en un principio se sorprendió y no sabía que hacer pero pronto se dejó guiar por él y fue correspondiéndole poco a poco en un dulce y tierno beso.
Se separaron unos segundos, para luego ella lanzarse sobre el y tumbarlo al suelo en un abrupto beso. Él, sorprendido y encantado por partes iguales, la dejó hacer y la atrajo por la cintura pegándola a su cuerpo.
Sus besos se fueron intensificando hasta que ella dirigió sus manos a la casaca del joven y comenzó a desabotonársela. Él paró su hacer y con la respiración agitada pregunto:
-Detente-dijo sin mucha convicción
-No creo que sepas lo que estás haciendo
Hermione sonrió pícara y respondió
-Sé lo que estoy haciendo... y estoy segura de ello
El joven, al ver la seguridad en sus palabras, la atrajo hacia él y la besó de lleno en la boca, guiándola en ese nuevo terreno desconocido para ella.
Sin separar sus labios, se posicionó sobre ella acariciando su cintura de arriba abajo, mandando escalofríos por todo su cuerpo y haciéndola estremecer.
Separaron sus labios y preguntó de nuevo
- ¿Estás segura?
La joven le miró directo a los ojos y asintiendo respondió
- Confío en ti... sé que no me harás daño
La confianza profesada por ella hacía que el deseo ardiera en su interior y ansiara besar esa boca hipnotizante, depositando allí toda la pasión acumulada por todo el tiempo que hubo que esperar.
Despegaron sus bocas solo para que el príncipe pudiera deshacerse de su casaca, y ante los ojos sorprendidos de la chica quedó semidesnudo, dejando al descubierto su bien definido pectoral, y ella sin poder resistirse, comenzó a acariciar su pecho bajo la mirada ardiente del príncipe.
Sus respiraciones se aceleraban con cada segundo que pasaba, y un creciente palpitar se abría paso en su zona íntima aunque ella no entendía muy bien la razón.
Draco acortó la distancia y la besó ferozmente. Ella nunca había hecho esto antes y estaba un poco asustada, pero también lo suficientemente curiosa como para no detenerse.
Sabía que tenía el poder de hacerlo, sin embargo eso era algo nuevo para ella. Hermione comenzó a gemir a través del beso y el gruñó en su garganta. Metió las manos debajo de sus faldas y separó sus piernas, Presionando su ingle contra la de ella, frotándola de una manera fuerte y contundente. La voz de Hermione quedó atrapada en un gemido. Se sintió humedecida de su parte íntima y eso la hacia sentir extraña.
Se mordió el labio, tratando de no sonreír. Su corazón palpitó con vértigo.
-Draco, hazlo- murmuró
-No-dijo con voz ronca.
-Pero -Detuvo su oración poniendo su boca sobre la de ella de nuevo.
Había necesitado toda su fuerza de voluntad para decir que no. Quería entrar en ella con tantas ganas... Pero quería esperar cuando fueran marido y mujer. Significaría más. Sonaba jodidamente tonto, pero él no iba a divertirse solo y dejar que Hermione no sintiera nada.
Con las manos todavía bajo sus faldas, presionó ambas manos contra sus muslos. Los frotó bruscamente contra su suave piel. Y ella suspiró profundamente.
¿Por qué se sintió tan bien?
Moviendo sus manos hacia arriba por sus muslos, presionó sus pulgares en ellos Los frotó vigorosamente, presionando más adentro, estirando sus bragas.
La chica gimió para que fuera más fuerte, él respondió. Apretó su entrepierna contra la de ella de nuevo, y al sentir sus bragas empapadas, el príncipe le sonrió como un lobo a su presa.
Deslizó una mano lentamente a lo largo de su pierna, serpenteando de un lado a otro entre el exterior y el interior hasta quitar sus bragas y llegar a su zona íntima.
Ella gimió cuando Draco inclinó su dedo hacia su clítoris masajeándolo. Después de eso lentamente metió y sacó el dedo en su interior sin dejar nunca del todo de hacer movimientos circulares en su clítoris. Hermione se llevó una mano a la boca y se mordió el labio al sentir la intrusión.
Todo el cuerpo de la chica se tensó, sus ojos se agrandaron. Su pecho comenzó a subir y bajar más notablemente.
Aún manteniendo un dedo dentro, deslizó suavemente su dedo medio también. Ella chilló fuerte. Todo su cuerpo temblaba y Draco temía que la hubiera lastimado, pero ella gimió su nombre y eso lo hizo sonreír de lado.
-Eres muy traviesa
Hermione no sabía a qué se refería, pero estaba sin aliento. Su cabeza estaba confusa y estaba segura de que su corazón iba a estallar en su pecho en cualquier segundo
-Eso es suficiente-dijo Draco
Los ojos de Hermione se abrieron de golpe. No, no fue suficiente. Pero Draco no fue más lejos. Dejó que sus manos se deslizaran lentamente por sus piernas, haciendo que su toque enviara escalofríos por su cuerpo, se quedó tendida en el suelo.
Dejó que su respiración volviera a ser uniforme. Escuchó al príncipe gruñir y miró, hacia él.
- ¿Qué haces?-preguntó con Inocencia al ver una protuberancia en los pantalones del joven
El se dio la vuelta ocultándose, pero ella curiosa se asomó y vio como metía la mano a su pantalón y tiraba fuertemente. Ella le miraba fascinada.
Dio un último gruñido y se dejó caer al suelo agotado.
Hermione ladeó la cabeza y apoyó la barbilla en sus manos.
- ¿Qué era eso que estabas haciendo?
-Masturbándome- jadeó -No había terminado, pero no podía permitirme ir más lejos contigo
- ¡Oh!... ¿Fue agradable?"-dijo sonrojándose
-Hace el trabajo-Hermione asintió con la cabeza y acarició la cabeza de Draco con ternura
- ¿Es así como se siente el sexo?-preguntó ya que todo lo que podría saber del tema era en base a libros
-No, se siente mejor que eso
- ¿Qué podría sentirse mejor que eso ?-Él levantó la cabeza y le sonrió.
-Después de nuestra noche de bodas, los dos tendremos suerte si podemos levantarnos a la mañana siguiente-dijo pícaro y ella se rio, sonrojándose aun más
- ¿Duele mucho?
- ¿Qué?
-Cuando consumemos el matrimonio...quiero decir... Tú eres muy grande y yo muy pequeña, creo que eso debe doler-explico tímida y el sonrió
-Puede doler al principio. Pero definitivamente se sentirá mejor después
- ¿En verdad?
-Sí- respondió humedeciendo sus labios y pensando en que la inocencia de esa chica lo mataría uno de esos días
-Cuéntame más
-No te diré más .Has obtenido un adelanto, pero no obtendrás nada más de mí
- ¿No puedo ni siquiera seducirte?
-No sabes lo que significa seducir
-Tal vez, pero nunca lo sabrás-respondió juguetona
Reían cuando escucharon un ruido en la planta baja y el corazón de la chica latía velozmente y más lo hizo cuando la voz de la bruja resonó mientras la llamaba.
- ¿Es ella? Déjame hablarle...
- ¡No!-dijo alarmada, impidiendo que saliera a su encuentro
Le dio un fugaz beso en los labios y tras prometer tener cuidado, salió de la recámara y bajó las escaleras dónde ya la esperaba la mujer.
Al verla dio vueltas alrededor de la joven analizándola, y encolerizada la abofeteó tan duro que cayó al suelo, sobándose la mejilla preguntó la razón de su enojo.
- ¡Te atreves a preguntar la razón, niña estúpida! -dijo fuera de sí
- ¿Pero qué hice?
Los ojos oscuros de la mujer brillaban de cólera
- ¡Has arruinado mis planes!- la tomó del cabello y le susurró al oído -¡Cómo te atreves a meter a un hombre a la torre!- gritó mirando hacia la planta alta
-Pero yo no...
- ¡Cállate!
-Perdóname, madame, pero el príncipe....
- ¿Príncipe has dicho?-preguntó y la muchacha asintió, mientras una nueva idea nacía en la mente de la bruja
El príncipe escuchó gritos y ruidos provenir de abajo y al no ver qué la doncella regresara, decidió salir y enfrentar a la bruja.
- ¡Sal de ahí, Principito!- canturreaba la bruja - ¡Sal de ahí!
Draco sin saber que esperar, salió de la recamara y vio escaleras abajo a la joven doncella amarrada y
amordazada y junto a ella de pie se encontraba la bruja mirándolo con
absoluto odio .
- ¿¡Acaso creyeron que podían verme la cara de estúpida!?
- ¡Déjela ir!
- ¿O si no qué, muchachito?- dijo sacando una daga de entre sus ropas
El príncipe bajo las escaleras sin perderla de vista y al intentar acercarse la bruja tomo a Hermione como rehén y con una daga apuntando a su cuello amenazó
-Si das un paso más, la mato
-Le daré lo que quiera, pero déjela ir-intentó negociar dando un paso al frente a lo que Bellatrix encajaba un poco más la daga en la piel de la chica
- ¡No tienes nada que yo pueda querer!-amenazó y retiró la daga de la garganta de la joven, solo para encajársela en la pierna
La joven ahogó un gemido de dolor que murió en su garganta, y el príncipe preocupado y alarmado, se abalanzó sobre la bruja logrando que está cayera al suelo soltando a la joven, quien se arrancó la daga de la pierna y soportando el dolor que esto le provocaba, utilizó la daga para cortar la soga de sus manos y después quitarse la mordaza de la boca.
Mientras observaba con desesperación como la bruja usando su magia expulsó al joven por los aires, yendo éste a estamparse a la baranda de la escalera y cayendo inconsciente al instante.
- ¡Tú, bruja!-gritó Hermione, tomándola por detrás
Forcejearon un poco hasta que Bellatrix magulló la pierna herida de la chica
-¡Cómo te atreves a esto, ¿eh?!
Hermione cayó al suelo dolorida y la mujer levantó sus manos hacia ella invocando un hechizo que la hizo levitar en el aire para luego estrellarla contra la pared, dejándola débil y lastimada.
Relamiéndose los dientes amarillos Bellatrix se acercó a la doncella con la daga en la mano asegurándose de que el príncipe siguiera inconsciente para poder proceder.
Lanzó un hechizo paralizador a la chica y está le observaba acercarse aterrada hasta que pronto sintió como la vida se le escapaba de las manos cuando la hechicera clavó la daga en su pecho.
Bellatrix extasiada, le saco el corazón y se lo comió logrando así recuperar su juventud y obtener la apariencia de Hermione. Se miró al espejo y complacida admiró su nuevo cuerpo para luego desaparecer toda evidencia de lo que acababa de hacer.
Dirigió su mirada al príncipe quien había comenzado a despertarse y se tiró al suelo dramáticamente fingiéndose adolorida y lastimada.
El corrió hacia ella y ayudándola a levantarse preguntó
- ¿Qué pasó con esa bruja? ¿Dónde está?
-Ya no está, se ha ido... Se ha ido - repetía abrazándose a él -Vámonos de aquí ¿Si?
Draco gustoso al escuchar que por fin quería salir de esa torre, aceptó y usando su largo cabello bajaron de la torre.
Estando fuera de la torre, miró la enorme edificación y exclamó
- ¡Al fin libre!-
Sonrió maliciosa y tomando la daga de entre su ropa procedió a cortar la mitad de su cabello ,que para ella era estorbosamente fastidioso
- ¿Lista preciosa?-ofreció galante su brazo y ella lo aceptó
-Claro, amor
Mientras tanto en la torre, el alma de Hermione vagaba solitaria, lamentándose y viendo como su amor desaparecía junto a la bruja entre los árboles del bosque.
¡La versión hallowenesca de Rapunzel, aunque talvez más adelante haga una historia más larga sin el final triste !
Gracias a Flori0877 por la corrección al one shot.
¡Nos leemos!
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