Pilar Blas y su esposo llegan a la casa de Pilar Domínguez con el fin de ir juntos a la casa de Juan para conocer a los nuevos integrantes de la familia.
Poco antes de que los padres de Manolo llamen a su puerta , Pilar terminó de hablar con su hijo que la llamó para informarle que nacieron mellizos,un niño y una niña que responden a los nombres de Álvaro y Almudena.
-Tocaya estoy tan emocionada , esto es una bendición de Dios, estaba convencida de que mi Juancito nunca me iba a dar herederos por el problema que él tiene y mira como se ha dado vuelta la tortilla por obra del Creador, hoy tengo que agradecer que me de no uno ,sino dos nietos .
-Pilar estoy tan emocionada como tú , hablé con Manolo, me dijo que están todos que saltan en un pie de contentos me ha contado también que los niños son preciosos y que tanto María como ellos están muy bien.
Ya quiero verlos.
-Yo también,me los voy a comer a besos.
¿Y tú? Me han dicho que Manolo a adoptado un niño.
-Ay sí, Rafael. Aún no lo conozco,pero de acuerdo a lo que me comentó mi hijo, es un bebé muy bello.
Bueno vamos querido y conduce con cuidado.
Pilar en el coche te sigo contando.
-Sí por favor,este tema me encanta.
Y por favor Alfonso; -Alfonso como nuestro rey te llamas-, hazle caso a tu mujer que quiero conocer a mis nietos.
Disculpa con todo esto no te he saludado. ¿Cómo estás?
-Muy bien Pilar , con las mismas ganas de ustedes de conocer a los niños.
El viaje transcurre tranquilo por las desiertas calles, Pilar Blas le va contando a la madre de Juan todos los pormenores de la adopción de Rafael con un discurso que resalta las grandes virtudes de su hijo y lo orgullosa que está ella como madre.
En un momento interrumpe su relato para llamarle la atención a su esposo.
-Alfonso conduce más despacio.
-Pero mujer,no pasa nada, no ves que no hay otro coche circulando.
-No importa querido,hazme caso,conduce despacio.
-Sí Alfonso, hazle caso a tu mujer, no seas cabeza dura. Disminuye la velocidad.
-Pero así llegamos más rápido.
-No importa mi amor, a veces es mejor tardar un poco más , piensa en nuestro Manolito y en Rafael.
Alfonso emite una risa socarrona y mira hacia el asiento trasero donde está su mujer.
-Manolito, ya tiene cuarenta y seis años,es más grande que Juan y Leopoldo.
Pilar Domínguez no puede reprimir la risa y Pilar Blas la mira de reojo .
-No importa la edad que tenga,es mi único hijo y no quiero darle un disgusto .
-No se lo vas a dar cariño.
Otra risa socarrona y otra mirada hacia atrás para guiñarle un ojo a su mujer.
-¡Cuidado Alfonso!¡Detente!-Grita aterrorizada Pilar Domínguez -.
Alfonso mira hacia adelante y ve que un coche viene del lado izquierdo.
-¡Te dije qué vayas despacio!¿Por qué no me hiciste caso? ¡Cuidado...!
-¡Oh Dios mío!¡No...!Fueron las últimas palabras de Pilar Domínguez.
Ajenos al accidente que le costó la vida a sus padres Manolo y Juan siguen festejando la llegada de Rafael, Álvaro y Almudena a sus vidas.
-Quien les iba a decir que se iban a convertir en padres al mismo tiempo.
Verlos a ustedes me ayudó a decidirme ,en el futuro me gustaría vivir lo que ustedes están viviendo ahora, es decir, me gustaría ser padre y eso va a ser posible si me decido por una mujer.
- ¿Y quién es la afortunada qué ganó tu corazón?
Leopoldo se rasca la cabeza y dice dubitativo:
-Eso aún no lo sé Manolo.
Juan le da una palmada en el brazo.
-Ojo con Conchita, no se te ocurra hacerla sufrir porque ese día me voy a olvidar que eres mi cuñado.
-Juan te puedes quedar tranquilo.
-Mejor.
Leo el año pasado te pedí que explores en la vida anímica de Conchita para saber cual es el motivo que de vez en cuando la aflige.
-Lo recuerdo Juan y aún no me ha confesado nada .
-¿Así qué te decidiste por una mujer Leo? Al fin vas a dejar tu lado perverso-le dice Hermesinda situándose a su costado derecho y mirándolo fijamente a los ojos -.
-Sí, yo también tengo derecho a ser feliz, -responde Leo manteniendo la mirada y adivinando la intención de Hermesinda -.
No sabía que estabas escuchando.
-Justo salí del baño y te oí.
Carmen camina deprisa hacia Manolo con Rafael en brazos.Hermesinda la ve ,hace un gesto de desagrado ,mira hacia un costado y después se encamina hacia la cocina para evadir al bebé.
-Manolo ¿qué es este muñeco tan horrible?
La estrenduosa risa de Manolo contagia a Juan y Leopoldo.
-Es el muñeco preferido de Rafael.
-¿Este?¿Tan feo?
Manolo asiente con la cabeza y con una sonrisa con los labios cerrados.
-Cómprale otro , ya no es un niño pobre , ahora es tu hijo.
-Le compré muchas cosas y entre ellas, juguetes.
A propósito Leo, iba a ir a tu casa a buscar las cosas y no fui, después voy contigo y las llevo.
Begoña, que hace rato que llegó a la casa de su prima,sale de la habitación de María con Almudena en brazos.
-Que niña más bonita.
Guapa como todas las mujeres de la familia Rubio y Peña.
Ay Rafael... cuanto tiempo hace que no veo a este gordito.
Rafael la reconoce, le sonríe y estira su mano para saludarla.
Begoña se acerca con Almudena para darle un beso en la mejilla.
-Rafael te presento a Almudena.
Dale un besito.
-No, espera que quiero congelar este momento para siempre ,ahora vengo voy a buscar la cámara y trae también a Álvaro.
-Yo lo voy a buscar,-replica Leo -.
-¿Por qué no ha venido Carlos?
-Ya lo conoces Manolo, el trabajo es su vida.
-Que poco la disfruta, ya voy a hablar con él.
-No te va a hacer caso.
-No me digas que es testarudo como mi mujer.
-En eso se parece mucho a Hermesinda.
Juan regresa con la cámara al mismo tiempo que Leopoldo con Almudena.
-Ahora sí Bego, acerca a la niña a Rafael.
Rafael dale un besito a Almudena.
En el momento que Rafael choca sus labios contra la mejilla de Almudena, Juan saca la foto.
Y ahora con Álvaro.
Desde la puerta de la cocina Hermesinda observa todo lo que sucede en la sala entre los niños y los adultos.
Alguien llama a la puerta y la mucama se apresura a abrir.
Cinco niños entran corriendo y gritando que quieren ver a los mellizos.
Hermesinda sale al encuentro de sus sobrinos.
-Tía Hermesinda ¿dónde están los nenes?
-Pregunta Ana con dulzura-.
-Primero dame un beso.
Hermesinda se agacha para ponerse a la altura de su sobrina y la pequeña la envuelve con sus brazos.
Baltasar, el hermano de Ana, y los tres hijos de Luís; Gil,Abel y Ben, también se acercan a saludar a su tía.
Que bella se ve circundada por tantos niños, se parece a una musa que inspira a poetas o ese hada dulce y cándida de los cuentos infantiles . Lentamente se pone de pie y le responde a Ana su pregunta y en un abrir y cerrar de ojos ,Bego y Leo,se ven rodeados de unos cuantos bulliciosos chiquillos que quieren darle la bienvenida a Almudena y Álvaro .
¡Cuánta gente!¡Cuánta alegría!En esta tarde de primavera.Niños gritando y corriendo alrededor del naranjo y perros corriendo detrás de ellos, la rubicunda Ana, jugando a la pelota con Rafael,Juan bailando la zarzuela que suena en el fonógrafo, Manolo bebiendo y conversando con sus cuñados, Bego y Leo acunando a los bebés,y lejos del ruido,en el dormitorio ,Carmen, Hermesinda y María .
La vida es una fiesta, había dicho Juan,pero también la vida es muerte, fuera de la casa y no muy lejos de ella, tres cuerpos yacen en la calle rodeados de sangre.También hay mucha gente en el lugar, curiosos que se acercaron para saber que había pasado atraídos por el corte de la calle y la presencia de la policía ,y otros ,testigos del accidente, dando testimonio de lo ocurrido.
Se escuchan gemidos en algunos de los presentes que reconocieron entre los cadáveres a Pilar Domínguez, muy popular no solo por haber estado al frente de una de las sucursales de la importante cadena de farmacias La Esperanza que heredó de su esposo,sino también por haber sido en su juventud una ilustre profesora de flamenco.
El cuerpo de la madre de Juan se halla a pocos metros de su difunta amiga, pero Alfonso fue disparado a unos cuantos metros del lugar.Los rayos del sol descienden sobre los tiesos cuerpos cada vez más fríos. Es un cuadro espantoso para todo aquel que lo presencie.
La imprudencia fue la gran señora que llamó a la muerte que llegó acompañada de ángeles celestiales que elevaron las almas hasta el infinito cielo .
La vida que viene,la vida que se va , antagonismo que atraviesa la subjetividad de dos amigos que comparten la misma alegría y el mismo dolor.
En su movido juego la vida produjo un empate entre ellos con sumas y restas que permiten mantener el equilibrio.
Thánatos se presentó para reclamar a algunos de sus participantes porque su juego ha llegado a su fin,pero el Gran Juez que maneja todo permitió que Eros intervenga a favor de ellos con una jugada que compense la acción de thánatos y los llene de regocijo.
Antes de que caiga la noche llega Josefina acompañada por Joaquín, Pablo y Filiberto.
Sexy y alegre como siempre.
Se arroja a los brazos de su hermano para felicitarlo.
-Que hermosa noticia Juan.
Esperé que mi esposo salga del trabajo, cerré la farmacia más temprano y aquí estamos.
Le hemos traído regalitos a los dos.
Después de saludar a todos los que se encuentran en la casa,Filiberto le entrega a Juan una bolsa con presentes para ellos.
-Gracias tío,hazme el favor de dejarla en la habitación que va a ser para ellos.
Sigue por ese pasillo de cuyas paredes cuelgan cuadros y tapices de estilo barroco y al final sobre el lado izquierdo, abres la puerta de color blanco y ahí lo dejas donde más te guste.
-Enseguida vuelvo.
Juan va a la cocina en busca de limonada para calmar la sed y regresa con una bandeja de plata sobre la cual hay varios vasos vacíos ,una botella de manzanilla, una jarra de agua y otra con jugo de naranja para los niños.La apoya sobre una mesa rectangular que hay en la sala principal donde se encuentran su hermana y otras personas más.
-Por si quieren tomar algo,si desean alguna otra cosa se lo piden a la mucama o pueden ir a buscarlo ustedes a la cocina.
-Por mí está bien Juancito.
Josefina se acerca a Almudena que duerme en brazos de Bego y sus dos hijos permanecen cerca de ella.
-Es verdad que se parece a mí,podría pasar por hija mía.
Déjame que la cargue.
Al dársela a Josefina,Almudena se despierta y mira sonriente a su tía.
Filiberto ya está de vuelta de la habitación y su esposa se dirige a él con una amplia sonrisa que no disimula su orgullo por sus sobrinos.
-Filiberto mira que belleza.
-Si lleva los genes de tu familia no podía ser menos.
-Mi amor ...como sabes mantener mi corazón contento.
No te imaginas cuanto anhelaba este momento Juan, ¿no Filiberto?
-Sí todos los días me hablaba de eso ,siempre reproducía la misma canción.
Me decía que hace mucho que no tiene un bebé en brazos,a lo que yo le respondía que si estaba de acuerdo podíamos hacer uno, pero ella no quiere,está en negativa.
-Pero Filiberto tiene razón,aún eres joven y puedes tener otro.
-Calla hombre que ya con Joaquín y con Pablo tengo suficiente,hay días que me vuelven loca.Ahora vas a saber tú lo que es ser padre de mellizos .
-Sé que va a ser duro pero también sé que me van a dar muchas alegrías.
-¿Dónde está mamá?
-No ha venido.
-¿Cómo qué no vino?Si hoy hablamos y me dijo que se iba a encontrar con la madre de Manolo para venir juntas.
Manolo escucha lo que dijo Josefina y deja la conversación con sus cuñados para acercarse a ella.
-Tienes razón Josefina,mi madre me dijo lo mismo y ya tendrían que estar aquí.
-Habrán ido a comprar algo.
-Juan que tranquilo eres.
-Así fue toda su vida Manolo.
-Pues hace bien Josefina,de esa forma se va a enfermar menos.
-Ahi están, seguro las que están llamando a la puerta son ellas-dice Juan ante el insistente timbre -,pero los que entraron acompañados por la mucama fueron Concepción Ramírez y Juan Manuel Díaz,los padres de Hermesinda,quienes ante la noticia sobre la maternidad de María tomaron la iniciativa de visitarla porque es para ellos como una hija más.
-¡Suegros!- Exclama Manolo-.
-Mamá,papá,-dice Luís que camina hacia ellos para saludarlos-.
-Que agradable visita,no los esperábamos -comenta Juan -.
-Querido no queríamos estar ausentes en este día tan especial.
¿Podemos verla?
-Claro Concepción.
-Mami yo los acompaño,vengan conmigo,
pero antes miren quien está aquí.
Federico levanta a Rafael del piso que estaba gateando en dirección al patio y lo lleva con sus padres.
-¿Y este niño?
-No adivinan quien es.
-No Federico,déjate de adivinanzas y dinos tú.
-Es el nieto de ustedes Juan Manuel,lo adopté y hace poco que me lo entregaron.
-¿Este es Rafael,Manolo?
-Así es Concepción.
-Ven con la abuela Rafael.
¿Cómo lo ha tomado mi hija?
-Todavía sigue sacando chispas.
-Ay esta hija mía,no sé cuando va a madurar.
-Quizás pronto, quizás nunca Concepción.
-Déjame cargarlo mi amor.
-Todo tuyo Juan Manuel.
Manolo si quieres lo puedes traer a mi casa para que lo cuide.
-No Concepción,ya arreglamos con Hermesinda que va a tener una niñera.
-¡Pero qué niñera ni niñera qué lo cuide ella qué no hace nada! Todo el día bailando, andando en bicicleta, pasándose las horas en esta casa o saliendo con María; ¡pero por favor ! A veces parece una adolescente de quince años y ya está bastante grandecita,por suerte el año pasado aprendió a cocinar que antes ni un huevo duro hacía.
No señor,no le pongas ninguna niñera ,es hora de que tome alguna responsabilidad.
-Pero Concepción...
-Sin peros Manolo, nada de niñera.
Juan Manuel quiero ver a María, ¿vas a llevar a Rafael con nosotros?
-¿Y por qué no mujer? Quiero comenzar a pasar tiempo con él ,otro heredero de la gran empresa de lácteos Díaz .
-Ya estás pensando en negocios.
-Pero es que así debe ser mujer. Ya en los próximos años me retiro y pasará a mano de nuestros hijos y cuando ellos ya no estén al frente continuarán nuestros nietos.
-Está bien Juan Manuel,ya no hables más de trabajo.
Federico ¿dónde queda el dormitorio?
-Por aquí mami .
Cuando la puerta de la habitación se abre
María y Hermesinda quedan perplejas.
-No los esperábamos,¿y qué hacen con este niño aquí?
-Hermesinda es tu hijo.
-No,no es mi hijo,es el hijo de Manolo,yo no lo adopté, quedó claro papi.
Mejor me retiro.
-Hermesinda, Hermesinda...
-Déjala Concepción,algún día se le tiene que pasar.
Que linda visita.
Los veo a ustedes y pienso en mis padres, que jóvenes murieron,nos hicieron tanta falta...
Me hubiese gustado que conozcan a sus nietos.
-María,los conocen,ellos los ven desde el cielo.
Leopoldo y Josefina entran en la habitación cada uno sosteniendo un bebé.
-Los cambiamos y les pusimos la ropa que le compramos con Filiberto,ya es hora de que se alimenten por eso los hemos traído.
-Con gusto me voy a entregar a la tarea de alimentarlos .
Ambos niños pasan a brazos de María, quien los mira con los ojos de una mujer enamorada de sus hijos.
-Vamos con los demás Juan Manuel,este es un momento íntimo entre una madre y sus hijos.
-Sí querida ,tienes razón.
Unos golpes se escuchan en la puerta.
-Sí adelante,-responde María -.
-Josefina...
-Filiberto ,¿por qué esa cara?
-Bartolomé quiere hablar contigo.
-¿Bartolomé?¿Y aquí me llama?Que raro.
Con permiso lo voy a atender.
Filiberto cierra los ojos,se lleva la mano a la frente,inclina la cabeza hacia atrás y coloca la otra mano en la cintura.
María aún no ha comenzado a alimentar a sus hijos cuando Filiberto empieza a hablar.
-Que golpe tan terrible.
Todos intercambian miradas sin entender sus palabras.
-Hay tantos días en un año ¿por qué tuvo qué pasar justo hoy?
Pobre Juan creo que nunca se le pasó por la mente lo que ocurrió y pobre mi mujer también que fatalidad tan grande.
-Filiberto me estás asustando.
-No es para asustarse María,es para llorar mucho.
-Basta de intriga Filiberto y habla de una vez.
¿Qué te dijo Bartolomé?¿Por qué quiere hablar con Josefina?
Fuera de la habitación,la música deja de sonar y se oye gritar a Manolo.
-¡No!¡No puede ser!Dime que es mentira.
-Que más quisiera que fuera mentira. -Grita
Josefina en medio del llanto -pero no lo es.
-Cuanto lo siento mi amor -le dice Hermesinda a su esposo dándole un abrazo-.
-¡No !Mi abuelita no.¡Abuelita, abuelita, quiero a mi abuelita!-Grita Joaquín -.
Juan llora desconsolado.
-No puede ser,tiene que haber un error.
-No hay ningún error Juan.
Cuando le informaron a Bartolomé del accidente y le dijeron los nombres de las víctimas fue personalmente para comprobarlo porque también le costaba aceptar lo que había sucedido.
Y cuando los vio no le quedaron dudas .
Son ellos Juan.
-Dios no me voy a olvidar nunca de este día.
Hoy tendría que ser un día de puro regocijo, si teníamos que derramar lágrimas tendrían que ser solo de emoción y por una jugada de la vida la alegría que teníamos fue opacada .
-Los testigos le contaron como sucedió todo.
Josefina se acerca a Juan ,lo abraza y lloran juntos , Federico y Luís se acercan y le dan las condolencias después de habérselas dado a su cuñado.
En el dormitorio donde está María todos miran extrañados a Filiberto.
-¿Qué está pasando?¿Por qué apagaron la música?¿Por qué esos gritos?¿Por qué lloran?
-Porque estamos de luto Leo.
-¿De luto?
-Sí María.
Hubo un accidente,dos coches chocaron y murieron la madre de Juan y los padres de Manolo.
-Si es una broma es de muy mal gusto.
-No es una broma María.
Bartolomé los identificó en el lugar del accidente,un médico forense los revisó y luego fueron levantados y trasladados a otro lugar para realizarles la autopsia.
Murieron todos por causa del accidente por lo cual se descarta que Alfonso haya sufrido algún tipo de descompensación que haya provocado el infortunio .
Mañana pueden pasar para retirar los cadáveres.
Pablo entra corriendo a la habitación gritando en medio de una crisis de llanto.
-Tía , tía murió la abuela Pilar.
María siente el mismo dolor que su sobrino y al mismo tiempo bronca porque una vez más la tragedia tiñó de negro un día de alegría, ya había vivido algo similar cuando en la Navidad de 1884 un terremoto se llevó la vida de sus padres.
-Dios con lo lindo que lo estabas pasando que mal terminamos el día-dice Concepción abrumada por la noticia-.
Juan Manuel pone su mano sobre la de ella sin pronunciar palabra,pero su semblante expresa lo que su boca calla.
Carmen con los ojos llorosos se retira de la habitación para acompañar a Manolo en uno de los momentos más difíciles de su vida e ingresa Juan con el dolor a flor de piel para informarle sobre lo sucedido y buscar el calor,el apoyo y el consuelo de su esposa.
-Ya lo sé todo ,Filiberto nos contó la triste noticia que golpea a nuestra familia.
Siento mucho lo que ha pasado mi amor...
Juan se sienta en la cama cerca de María,las lágrimas resbalan por su rostro borrando la hermosa sonrisa que tenía antes del llamado de Bartolomé Rojas ;sus manos acarician con suavidad la carita de Almudena que está más próxima a él.
Con un dejó de tristeza en la voz y sin dejar de mirar a sus hijos se pronuncia acerca del trágico desenlace.
-Estaban tan ilusionados con conocerlos.
Sobre todo  mi madre,a ella siempre se la veía agradecida a Dios y feliz,pero yo sé que en el fondo de su corazón guardaba una queja y un motivo que no le permitía ser tan feliz como quisiera y eso estaba relacionado con mi problema para tener descendencia, pero el día que se enteró que el cielo había atendido nuestro pedido y nos concedió el favor , vi como sus ojos adquirían un brillo que hasta ese instante nunca había visto,vi su sonrisa más radiante que nunca y supe que ya su felicidad era completa.
Me duele tanto que no pueda estar aquí con nosotros y que no pueda cargarlos, ella deseaba tanto o más que yo vivir este momento, pero se interpuso el destino que con frialdad bajó sus fuertes y mortíferos brazos sobre ellos destruyendo sus vidas y sus sueños.
-Juan a mí también me gustaría que mis padres estén aquí -dice María mirándolo con los ojos llorosos- tenemos el mismo pesar ,pero Concepción me dijo una gran verdad y ese debe ser nuestro consuelo,ella me dijo que desde el cielo los ven y yo te digo que son tan felices como nosotros aunque no estén aquí.
Juan apenas sonríe y besa la frente de su esposa.
Horas de dolor y de planificación de los pasos a dar siguieron después de eso .
Es un día poco común para ambas familias,un día donde se festeja la vida y se llora la muerte ,un día de bienvenidas y despedidas, un día donde la tragedía opacó la alegría.