—Tu problema es que no sabes cerrar tienes que decirle a los doctores lo que necesitan— decía Hoseok, él manejaba mientras Yoongi era su copiloto y Taehyung viajaba en el asiento trasero. El menor discutía con alguien por teléfono. —Si te dicen no, no es un no, es cuando empiezas.— El pelinegro lo miró cansado.
—Mis números subieron.
—Tu zithromax subió...Muy bien— dijo burlón. —Pero no iremos a Seúl. Con zithromax, la gente deprimida está deprimida siempre. Hay que mover el zoloft— se giró a mirarlo y lo señaló. —Quiero que te enfoques en el zoloft.
—Zoloft— repitió aceptando.
—Zoloft, zoloft— comenzó a decir Hoseok una y otra vez.
—¿Terapia?— gritó Taehyung al teléfono. —Aquí tienes tu terapia: deja de ser una puta— Yoongi se giró en el asiento para mirarlo mientras negaba con la cabeza. —Oh ¿lo qué dije te ofendió? Oh, disculpame— dijo en tono sarcástico.
—Se están separando— le comentó Yoongi a su compañero. —Shhh— le pidió a su hermano tratando de que deje de gritar.
—Dejame guiar mis sentimientos— dijo el menor tocando el hombro de Yoongi. —Dejame repetir esto: yo siento que debes dejar de ser una puta— gritó nuevamente. Yoongi y Hoseok se miraron.
—Oi que van a sacar una droga sexual— recordó Yoongi. Su compañero lo miró por unos segundos sorprendido.
—¿De qué estas hablando?
—¿Es cierto?
—¿Dónde oiste eso?
—No lo sé.
—Citrato de sildenafil— respondió Hoseok. —Es un inhibidor de PDE5. Lo descubrieron probando medicamentos para la presión y la gente tuvo enormes erecciones todo el tiempo— dijo haciendo un gesto con el brazo. Yoongi sonrió.
—¿Dónde lo escuchaste?
—¿Cómo se va a llamar?
—Viagra.
—La quiero.
—Todo el mundo la quiere.
—La vendere por cientos.
—¿Puedes ver si hay unos dulces en la guantera por favor?— pidió. Yoongi
abrió el compartimiento y sacó el envase. —Damelas amigo.
—Hoseok. Hoseok quiero esa cuenta— le rogó mientras el otro se llevaba los
caramelos a la boca.
—¿Por qué debería dartela?— preguntó masticando.
—¿Quién puede vender esa droga mejor que yo?— preguntó con una sonrisa.
*
—Tres años Yoongi— decía Taehyung. Ambos caminaban con un cerveza en la mano a través del bar en que estaban. —Tres espantosos años de matrimonio, es como perder una década. Oh pero que cosa!— exclamó viendo a una chica rubia pasar frente a él. —Ya no sé ni como ligar. ¿Tú qué haces? Enseñame— le pidió a su hermano.
—Necesitas una buena frase, entiende.
—¿Una buena frase?
—Y después dile quien eres, porque estas ahí y que puedes hacer por ella o él. Solo se tu mismo Taehyung— ambos tomaron asiento en la pequeña mesa alta en la que Hoseok estaba.
—Te lo agradezco mucho— respondió el chico que esperaba cuando recibió una cerveza. —Uh mira quien llegó. —Yoongi se giró y vió al doctor Kim recibiendo un trago de Trey Hannigan. —Es tu oportunidad campeón. Enseñame que tienes— Yoongi golpeo sus manos en gesto de que estaba listo y caminó hacia el doctor. —Ensañeme— volvió a susurrarle cuando el pelinegro se giró a mirarlo.
—Hola Pfizer— saludó Hanningan como si fueran amigos. —¿Cómo esta tu puño?— preguntó sonriendo.
—¿Y tu quijada?— Trey hizo una mueca, su acompañante tomó un sorbo de su bebida con una sonrisa.
—¿Min conoces a Kim Namjoon? Namjoon el es el joven brillante de Pfizer.
—Si nos conocemos— respondió Yoongi estrechando la mano del doctor.
—Si. ¿Cómo esta?— preguntó Namjoon.
—Fantastico. Nuevo estudio de zoloft: 35% menos de efectos colaterales que el prozac. Me siento muy bien.
—Le venderias más si le consiguieras sexo— le susurró Trey.
—¿Qué? ¿Consigues sexo?— Yoongi se encogió de hombros y sonrió.
—Namjoon es el médico mas respetado de la ciudad pero su pasión son las mujeres.
—Si, la tuya es ser proxeneta— le respondió el doctor. —Ahora, usted duerme con Park Jimin, ¿no?— Yoongi no respondió pero el gesto que hizo le dio la respuesta. —Oh, ¿entonces es cierto? Dios, ese trasero es increíble. Es tan injusto.
—Correcto— dijo Yoongi, le estaban molestando los comentarios. Trey también se estaba enfadando.
—No, no. Eso casi no se ve en los enfermos terminales.
—¿Cómo que terminal? Nadie se muere de Parkinson.
—Bueno, tampoco es vida. ¿O si?— dijo sacando su celular para ver los mensajes.
—¿De qué habla? Interferon, elodopa. Ha reducido el avance en la mayoria de los casos.
—Escucha doctor representante— se metió Trey. —Tu no sabes nada, entiendelo. Él esta enfermo.
—¿Eso le dijiste a tu esposa?— preguntó mirandolo de frente.
—Eso a ti no te importa— respondió levantando la voz. —Jimin tiene necesidades y yo no creo que un marica como tu este capacitado— Hoseok y Taehyung se giraron al oir la discución. Trey casi pegó su frente a la de Yoongi, estaba listo para pelear.
—Y un hombre casado si. ¿Verdad?
—¿Quieres que te golpee otra vez?— preguntó alterandose más. Namjoon tomó el brazo de su amigo para separarlos.
—Tranquilizate amigo, tranquilizate. No seas agresivo, no seas agresivo— pidió Yoongi cuando nuevamente se acercó. —UY, que agresividad— dijo cuando lo empujó.
—No queremos problemas aquí— pidió Namjoon. —Ya, tranquilo. Tranquilo.
—Me voy a casa— respondió Trey sin dejar de mirar fijate al pelinegro.
—¿Por qué? No te vayas.
—Mejor me voy.
—Bien. Saludos a tu esposa— respondio Yoongi
—Te estaré vigilando— dijo antes de irse.
—Eso me asustó— le dijo a Namjoon en modo de burla.
—En realidad, ya te atacó físicamente,¿no?
—Si. Si lo hizo y temia que lo hiciera otra vez— respondió recordando el fuerte dolor que sintió esa vez.
—Debería subir su dosis de medicamento.
—O necesita cambiar a una droga que ha probado más eficacia controlando conductas agresivas. El zoloft produjo 13% menos exabruptos en un estudio de hombres adultos— Namjoon rió— Y creo que es…— se detuvo. — A su
izquierda, a su izquierda— repitió. —Mire eso— Namjoon observó a dos hermosas chicas que charlaban sentadas en la punta de la barra. —Conozco a esas mujeres, ¿a quién se quiere llevar a casa?— le susurro en la oreja. Las chicas lo vieron y le sonrieron.
Hoseok asintió desde la mesa y Taehyung al ver a su hermano actuar tomó valor y se pusó de pie.
—Soy una superestrella. La confianza es la base— dijo caminando hacia la mesa de enfrente donde había dos chicas bebiendo una copa. —Hola, ¿qué tal si nos vamos de aquí y tenemos sexo?— le dijo a una ellas apoyándose en la mesa. La chica le dió un cachetazo. —Muy bien— respondió Taehyung volviendo a su mesa. Se cruzó con una mesera a quién le sacó los tragos que llevaba. —Gracias— dijo y luego se tomó ambas copas de un trago. —Listo.
Hoseok colocó la mano en la cintura del menor y lo miró —¿Estás bien
campeón?
—Nop— respondió.
*
Más tarde esa noche, los hermanos tomaban otra cerveza sentados en el piso del living de la casa del mayor. Yoongi tenía su celular en la mano y empezó a apretar los números.
—¿Qué haces? ¿lo llamas?— Yoongi asintió y colocó el celular en la oreja.
—Oye, ¿te la ha chupado? Mi esposo me ve el pene como si fuera el ojo de Sauron.
—¿Hola?— respondieron al otro lado de la línea.
—Hola, ¿tú me llamaste?
—No, yo no te llame.
—Creí que si.
—¿Y que te habría dicho si te hubiese llamado?
—Que querias verme.
—Eso sería bueno, excepto que no te llame.
—¿No quieres verme?
—Ya voy a colgar.
—No, no. Espera, espera— pidió tirándose sobre uno de los sillones casi cayéndose en el intento. —No cuelgues, no cuelgues.
—¿Por qué?
Yoongi observó a su hermano y dijo despacio para que no lo escuche. —Quiero oír el sonido de tu voz— Taehyung igual lo escuchó y lo miro mal. Jimin no respondió nada por varios segundos.
—Adiós Min.
—Jimin, Jimin— lo llamó pero sólo escuchó el tono del teléfono.
—¿Te gusta oír el sonido su voz?
—Cierra la boca.
—¿Tienes un tumor cerebral? ¿Abuso de ti un oso cariñoso?— Yoongi lo miró con una mueca. —¿Te raptaron los extraterrestres? Odias las relaciones. ¿O por qué te cojes a tantos?
—Es momento de tu sobredosis.
—Oh, OH— exclamó como dándose cuenta de algo. —Él te rechazó, es por eso que lo quieres. Es la primera vez en la historia que eso te pasa.
—Disculpa— dijo dándole un golpe en el brazo. —Una pregunta, ¿no eres rico? ¿por qué decidiste dormir en mi sillón?
—Eres mi hermano mayor— respondió con un puchero. Yoongi no pudo discutir con eso.
—Ten— le ofreció un frasco de pastillas. —Para los que aún son pubertos. Toma seis— dijo antes de irse a su habitación.
—Bien— respondió encogiendose de hombros.