Prólogo: La Desaparición del Caballero de la Noche
Era una noche oscura y fría como cualquier otra del año, los cielos estaban despejados y la luna, junto con las estrellas, iluminaba las calles y avenidas principales de Gotham City a la vez que un ligero viento soplaba en el ambiente llevándose consigo las hojas que los árboles habían dejado caer durante el día, así como la basura que algunos despreocupados habitantes de la llamada Ciudad de la Noche Eterna habían tirado cerca de los callejones y túneles viales, los cuales servían como un refugio para las personas sin hogar y para aquellas almas perdidas que debido a su mala fortuna habían terminado en la mendicidad o formando parte de las filas del crimen organizado.
Sin embargo, la pobreza y la miseria eran solo una pequeña muestra de los múltiples problemas que se vivían en las entrañas de esta urbe, pues la corrupción y la impunidad eran también parte importante de la vida diaria de los ciudadanos, tanto así que ya era común y hasta normal ver como los asaltantes, empresarios, políticos y mafiosos eran liberados a los pocos días por falta de pruebas o por el simple hecho de pagar una indemnización cuyo monto era tan risible que a los ojos de las víctimas era una muestra de que resultaba más redituable ser un criminal de poca monta que una persona responsable y respetuosa de la ley.
Afortunadamente, esta situación de decadencia moral y caos social había ido disminuyendo en los últimos años gracias a la extraordinaria labor de un misterioso vigilante y justiciero nocturno llamado Batman, quien, junto con su joven compañero y pupilo Robin, combatía el crimen todas las noches.
Una acción que le hizo ganarse la enemistad y el odio de los mafiosos, políticos y empresarios corruptos más poderosos de Gotham City, quienes veían con incredulidad como sus grandes imperios criminales caían poco a poco ante los embates del llamado Caballero de la Noche.
No obstante, y a pesar de las innumerables victorias de Batman sobre los mafiosos y villanos de la Ciudad Maldita, la inseguridad y la violencia habían empezado a recobrar fuerza nuevamente en las últimas semanas debido en gran parte a la inesperada aparición de varias armas extrañas provenientes de la vecina ciudad de Metrópolis, las cuales tenían como principales características ser tecnológicamente avanzadas y poseer un poder de fuego tan enorme que bastaba con hacer un solo disparo para acabar con la vida de decenas de policías.
El panorama era ciertamente muy oscuro e incierto, pues hasta el momento ningún villano o jefe criminal se había adjudicado las muertes y los atentados producidos por estas armas, lo cual a todas luces era preocupante y a la vez desconcertante debido a que no existía, al menos en los documentos y archivos del GCPD, un solo sospechoso al cual señalar y acusar ante los tribunales, o al menos eso parecía hasta esta noche.
El Mejor Detective del Mundo lo había articulado todo en una sola semana, tenía ya en sus manos una lista de sospechosos vinculados a esta red criminal y entre los cuales destacaban diversas personalidades del crimen bastante conocidas por la prensa como El Pingüino, El Joker, Scarecrow, The Riddler, entre muchas otras más.
Su plan no era menos perfecto, pues el mismo tenía como primer objetivo atrapar al primer miembro de esta red de contrabando, el cual era ni más ni menos que un viejo mafioso del Distrito Park Row llamado Don Santo Cassamento.
Un hombre de mediana edad que, según su expediente, era de aspecto robusto, de piel clara y cabello negro con algunas canas en las patillas y el cual tenía como principales aficiones vestir trajes finos italianos, fumar puros costosos y rodearse de mujeres jóvenes que le hicieran compañía en sus fiestas y reuniones privadas.
Su lista de antecedentes penales no podría ser menos larga, pues el Jefe de la Familia Cassamento estaba acusado de tener vínculos con la Cosa Nostra y con grupos criminales dedicados al narcotráfico, particularmente de México y Colombia. El FBI también lo tenía adscrito a su Lista Negra debido a que era investigado por los delitos de lavado de dinero, chantaje y soborno a jueces de la Corte Suprema de los Estados Unidos, así como homicidio en primer grado.
-No me sorprende que este fichado por el FBI, es un mafioso que ha hecho su fortuna a base de sangre y corrupción -se decía Batman a sí mismo mientras veía el Expediente Criminal del sospechoso a través del tablero electrónico instalado en su Batimóvil -No será tan difícil atraparlo, más ahora que esta indefenso y con la guardia baja.
-Espero que sepa lo que hace, Amo Bruce -dijo una voz masculina proveniente del comunicador instalado en la capucha del vigilante nocturno -Don Cassamento no se caracteriza por ser un hombre tranquilo, debo recordarle que ese sujeto fue incluso capaz de asesinar a su amante y a toda su familia con tal de quedarse con todo el poder de la zona.
-Es solo un viejo cuarentón que vive amargado y asustado, Alfred -respondió el Caballero de la Noche frenando su vehículo para posteriormente salir de la cabina de un salto y disparar su batigancho hacia un edificio cercano -Aunque eso no lo hace menos peligroso y mucho menos ahora que planea cerrar un trato con Roman Sionis.
- ¿Sionis?, ¿Roman Sionis?, ¿El joven dueño de Sionis Industries y propietario de la Acerería más grande de Gotham? -preguntó Alfred sintiéndose un poco asustado y a la vez preocupado por la información que le daba el vigilante nocturno - ¿Por qué querría un mafioso hacer tratos con semejante personaje de alta alcurnia?
-Simple, es el único que tiene un acceso exclusivo al Gotham Merchant's Bank -respondió Batman con un tono de voz que denotaba seriedad al tiempo que presionaba el gatillo para ascender a la azotea -Probablemente este buscando lavar su dinero como otras veces, dinero que es producto de su negocio con las armas de Metrópolis -dijo el Caballero de la Noche dando un salto y cayendo sobre la azotea del edificio que había escogido como su punto estratégico - ¿Estás seguro que es justo aquí, Alfred?
-Por supuesto, la invitación a la Cena de Gala con motivo del cumpleaños del joven Roman señala que esta se llevara a cabo en el Apartamento #197 de Lacey Towers, Barrio Coventry, Distrito New Gotham -respondió Alfred -Justo frente a usted, Amo Bruce.
-Perfecto, solo hace falta que Cassamento salga al balcón a fumar para entonces poder capturarlo -dijo Batman esbozando una sonrisa mientras sacaba de su Baticinturon unos binoculares para observar detenidamente los enormes ventanales de un apartamento ubicado en la parte media de una gran torre y cuyos detalles arquitectónicos en estilo neoclásico dejaban entrever que se trataba de un lugar exclusivo, es decir, solo para personas con alto poder económico y político.
El Caballero de la Noche permaneció inmóvil y sin despegarse de los binoculares durante algunos minutos, tanto así que no se percató cuando las campanas de la Torre del Reloj de Jezebel Plaza comenzaron a sonar indicando que ya eran las 10:00 de la noche, justo la hora en la cual Don Santo Cassamento solía fumar un puro para calmar su evidente ansiedad y miedo, ambas emociones motivadas por un pequeño asunto mucho más apremiante y que el Mejor Detective del Mundo desconocía hasta entonces.
Al mismo tiempo en el interior del Apartamento #197 de Lacey Towers, la Cena de Gala en honor a Roman Sionis era todo un éxito, pues los invitados a la misma gozaban de música en vivo a la vez que disfrutaban de un abundante banquete que solo los reyes europeos y empresarios asiáticos podían darse a sí mismos. Eso sin dejar de lado claro que todo el lugar había sido decorado de tal manera que impresionaba a propios y extraños.
Pinturas al óleo hechas por artistas de renombre, candelabros de oro y plata, muebles de madera fina con gemas incrustadas y esculturas de mármol que representaban a personajes de la mitología grecorromana formaban parte de la exuberante decoración que se exhibía en el Apartamento cuyo dueño era un joven delgado de 24 años, de piel clara y cabello negro, el cual para la ocasión vestía un fino y costoso traje negro diseñado por Tabitha Everton, una de las mejores modistas de la ciudad.
-Gran fiesta, Sionis -dijo uno de los invitados alzando su copa al tiempo que veía como aquel chico veinteañero salía por una puerta que comunicaba con una de las habitaciones principales del apartamento -Realmente no me divertía desde la Fiesta de Caridad de Bruce Wayne, hiciste un buen trabajo.
-El honor es mío, Alberto -respondió el joven deteniéndose y haciendo una leve reverencia frente a su invitado -No olvides enviarle mis saludos a Don Carmine.
-Así será, Roman -dijo el invitado asintiendo con la cabeza para después empezar a caminar hacia la barra y pedir un vaso de whisky.
El anfitrión de la fiesta, por su parte, continuó caminando en dirección hacia uno de los ventanales del apartamento recibiendo aplausos y felicitaciones por parte de la mayoría de sus invitados, siendo un hombre robusto y de mediana edad el único que al parecer no se sentía tan cómodo por estar en medio de aquel festejo, pues, en lugar de disfrutar de la comida, la bebida y la música, estaba observando fijamente los tejados de los edificios aledaños.
Una acción que ciertamente llamaba bastante la atención del joven empresario acerero debido a que este invitado en particular solía sobresalir por encima de todos los demás gracias a su actitud de hombre valiente, fuerte y seguro de sí mismo.
- ¿Una semana difícil, Don Cassamento? -preguntó Roman Sionis con un tono de voz que denotaba preocupación al tiempo que se acercaba al ventanal para pararse al lado del Líder Criminal del Distrito Park Row - ¿Acaso teme que Batman se lo lleve esta noche para entregarlo a la policía?
-No te burles, Roman -respondió el Jefe de la Familia Cassamento volteando hacia la izquierda para dirigirle una mirada de seriedad al joven empresario -La Rata Orejuda no es un rival para mí y lo sabes muy bien.
-Entonces, ¿Cuál es el problema que lo aqueja y que le impide divertirse con el resto de nosotros?
- ¿Cómo que cuál problema?, ¿Es que acaso no leíste los periódicos esta mañana? -preguntó Don Santo Cassamento sintiéndose un poco molesto por la actitud tan tranquila de su anfitrión -El Ataque al Orfanato de Gotham dejó varios muertos y heridos, todo por culpa de ese maldito loco que tú me pediste liberar de Arkham.
-Bueno, ambos sabíamos del riesgo que implicaba liberar al Joker -respondió Roman Sionis con frialdad y manteniendo una actitud tan serena que sorprendía al Líder Criminal del Distrito Park Row -Afortunadamente él ya está en Arkham nuevamente y he hecho los movimientos necesarios para evitar que suelte la sopa como otras veces.
-Ah... Eso espero, Roman -dijo Don Santo Cassamento soltando un hondo suspiro para después empezar a caminar hacia el cancel que daba acceso al balcón principal del apartamento -Las cosas se están poniendo muy turbias allá afuera, tanto que pareciera que incluso la naturaleza se pone en contra de nosotros.
- ¿En serio así lo cree? -preguntó el joven anfitrión acercandose al cancel para abrirlo y dejar pasar al balcón a su invitado, quien, tras cruzar el cancel, continúo caminando en dirección hacia el barandal donde esperaba poder fumar el puro que llevaba en uno de sus bolsillos.
-No solo lo creo, lo sostengo -respondió Don Santo Cassamento -Los negocios son cada vez más difíciles en Gotham City, Roman -continuó el Líder Criminal del Distrito Park Row al tiempo que sacaba de uno de los bolsillos de su traje dos finos puros, uno de los cuales entregó a su joven anfitrión -Hombres, mujeres, adolescentes y hasta niños se están empezando a involucrar en este absurdo juego del supervillano y del superhéroe sin medir siquiera las consecuencias que esto conlleva.
- ¿Lo dice por la Asesina de la Ballesta que mató a sus chicos en el Muelle Sur hace dos días? -preguntó Roman Sionis mientras sacaba de uno de los bolsillos de su pantalón un encendedor de plata, el cual encendió para darle fuego al puro de su invitado, quien gustoso acepto aquel noble gesto por parte del chico veinteañero.
-En efecto, Roman -respondió el Líder Criminal del Distrito Park Row aspirando y soltando una gran nube de humo -Es de ella de quien estoy hablando y créeme que no es muy grato para mi hacerlo debido a que es una gran piedra en el zapato.
-La Familia ya está en su búsqueda y puedo asegurarle que... no tiene nada de qué preocuparse, Don Santo -dijo el joven empresario acerero esbozando una sonrisa maliciosa -Esa pseudo vigilante no es más que otra tonta admiradora de Ratman, aunque claro más impulsiva y menos precavida de lo que Batgirl fue alguna vez.
-Si hay algo de lo cual doy gracias a la vida es que al menos esa tal Batgirl se fue de aquí, ¿Te imaginas lo que hubiera pasado si Batman la hubiera reclutado como lo hizo con Robin?
-Ya lo creo, un equipo de vigilantes bonachones combatientes del crimen -respondió Roman Sionis -Um... ¿Cómo los hubiéramos llamado?, ¿Bat-Familia?, ¿Bat-Equipo?, ¿Los Campeones Justicieros?
- ¡Ejejejeje! Realmente deberías ir con ellos y pedirles trabajo como publicista, Sionis -dijo entre risas el hombre robusto al tiempo que le daba otra probada a su puro -Pero... Cambiando de tema, ¿Has sabido algo sobre nuestra pequeña avecilla?
-Muy poco en realidad, Don Santo -respondió el joven veinteañero cruzando los brazos y dirigiendo su mirada hacia el paisaje lúgubre que le ofrecía la Ciudad de la Noche Eterna -Según mis contactos, ella está estudiando actualmente en Gotham High School y no parece estar dispuesta a retomar el negocio que le dejó su tonto padre.
-Espero que eso sea cierto, Roman -dijo el Jefe de la Familia Cassamento viendo con seriedad a su anfitrión para luego hacerle una seña a una de las meseras para que está le llevara hasta el balcón dos copas de champaña -No necesitamos más obstáculos en nuestros planes y menos ahora que estamos tan cerca de llegar a nuestra meta final.
-En fin, dejemos los negocios por ahora y celebremos el triunfo de nuestros esfuerzos.
-Estoy totalmente de acuerdo, Sionis -dijo Don Santo Cassamento apagando su puro en el barandal y volteando hacia atrás para ver como la mesera se acercaba hasta ellos ofreciéndoles a ambos sus respectivas copas de champaña, las cuales tomaron con entusiasmo para alzarlas, siendo el Jefe de la Familia Cassamento el primero en brindar diciendo -Por el futuro brillante y por el cumpleaños del próximo Gran Jefe de la Mafia.
-Salud por ello, Don Santo -respondió Roman Sionis sonriendo y chocando su copa para posteriormente empezar a beberla lentamente.
En ese momento, y justo cuando ambos hombres estaban por terminar de beber sus copas de champaña, cinco esferas metálicas provenientes de una de las azoteas cercanas a Lacey Towers cayeron sobre el balcón llamando la atención de la mesera, quien, al intentar tocarlas, cayó en el suelo tosiendo debido a que estas explotaron liberando una enorme y espesa nube de humo gris que cegó temporalmente la visión tanto de ella como la del joven veinteañero y su invitado.
Desafortunadamente para los tres, esta acción se repitió nuevamente, solo que esta vez dentro de la sala principal del Apartamento, provocando que la música, y por ende la fiesta, se interrumpiera para dar paso al caos y al pánico, lo cual quedó en evidencia en cuanto los invitados comenzaron a correr en dirección hacia la salida para escapar en medio de gritos y empujones que pronto fueron aderezados por los sonidos de los disparos que los matones y guardaespaldas de la Familia Cassamento empezaron a realizar en contra del techo y de las esquinas.
- ¡Es Batman! ¡Acaben con ese freak! -ordenó el líder de los matones y guardaespaldas a sus compañeros - ¡Debemos rescatar a Don Santo y sacarlo de aquí!
- ¡A la orden, Jeffrey! -respondió uno de los guardaespaldas asintiendo con la cabeza para después comenzar a disparar su Fusil M16 contra los ventanales del Apartamento esperando herir al Caballero de la Noche de Gotham City.
El resto de los matones y guardaespaldas imitó a su compañero y también comenzaron a disparar en contra de los ventanales, provocando en el proceso que algunas balas terminaran impactando en las paredes de los edificios aledaños a la propiedad, lo cual a su vez generó que muchos ciudadanos inocentes que vivían en dichos sitios tuvieran que tirarse al suelo para no ser heridos por algunos de los proyectiles.
Sin embargo, este tipo de acciones por parte de los mafiosos no fueron suficientes para impedir la llegada del atacante, quien, en silencio y usando los conductos de ventilación del lugar, comenzó a desarmar y a asesinar a los matones y guardaespaldas de la Familia Cassamento, los cuales empezaron a caer uno por uno ante la mirada atónita del Líder Criminal del Distrito Park Row.
-Ay no... ¡No es Batman! -exclamó asustado Don Santo Cassamento llevándose las manos a la cabeza en cuanto vio como uno de sus guardaespaldas caía muerto frente a él debido a una flecha que le había atravesado el cuello -Es... Es... Es...
-La Asesina de la Ballesta -murmuró una voz femenina en uno de los oídos del Jefe de la Familia Cassamento provocando que este se quedara paralizado durante algunos segundos.
El hombre robusto se volteó lentamente hacia atrás solo para recibir una patada en el rostro por parte de una desconocida sombra femenina de aspecto delgado y cuyas facciones físicas no pudo reconocer hasta unos segundos después cuando el humo comenzó a dispersarse por el aire dejando entrever que él se había quedado solo con la atacante, una atacante que el conocía muy bien y que era su horma en el zapato desde hace dos días.
Aquella enemiga era una chica de aproximadamente 16 años, su piel era clara y su cabello era lacio y de color negro azabache con algunas franjas en color lila. El atuendo que usaba estaba compuesto por un traje negro con detalles blancos que solo le cubría el torso y parte de los muslos, un cinturón blanco con compartimentos, unos guantes largos y una capa que tenían los mismos colores del traje, así como unas botas largas color negro con detalles morados y un antifaz morado con detalles blancos que le cubría gran parte del rostro y gracias al cual podía ocultar su identidad civil.
-T-Tú... ¡¿Qué es lo que quieres de mí?! -preguntó aterrorizado el Líder Criminal del Distrito Park Row al ver como aquella chica se acercaba lentamente a él - ¿Q-Quieres dinero, joyas, una mansión, un edificio o...?
-Ahórrate tu dinero y tus joyas, no me interesa nada de eso -respondió con seriedad la adolescente mientras le dirigía al mafioso una mirada amenazadora y muy poco amable -Yo he venido por otro asunto, uno que tiene que ver con cierta deuda que no se puede cobrar más que con tu sangre.
-Si es sobre el Atentado contra el Orfanato de Gotham, debo informarte que el único culpable aquí es el Joker... ¡No yo!
- ¿En serio crees que soy tan tonta como para creer que el payaso hizo todo aquello él solo? Pues te equivocas, ya descubrí que fuiste tú quien le soltó la correa -dijo la Asesina de la Ballesta tomando de la camisa al Jefe Mafioso para azotarlo contra el cancel del Apartamento provocando una pequeña grieta en este -Ahora mismo me vas a decir: ¿De dónde saco las armas que uso en el ataque?, ¿Quién las creo y dónde puedo encontrar el resto?
-Yo... no lo sé, solo sé que el Joker las consiguió por sí mismo... ¡Pregúntaselo a él!
- ¡Mientes! -gritó con un tono iracundo la chica al tiempo que le soltaba un fuerte puñetazo en el rostro a su prisionero - ¡Habla! ¡¿De dónde vienen esas armas?!
- ¡Agh! Son... negocios, niña ingenua -respondió Don Santo Cassamento sintiéndose cada vez peor debido al ahorcamiento involuntario que le estaba haciendo su captora -Las armas vienen de Metrópolis... ¡No tengo idea de quien las hizo!
-Estas... ¡Mintiendo! -gritó la Asesina de la Ballesta asestando un segundo golpe que impacto nuevamente en el rostro del Líder Criminal del Distrito Park Row -Te daré una última oportunidad o de lo contrario voy a...
- ¿Vas a hacerme qué?, ¿Matarme? -preguntó Don Santo Cassamento soltando algunas risas burlonas que dejaron confundida a la adolescente -Realmente... eres patética haciendo este trabajo, debiste habérselo dejado a Batman... ¡Él es mejor que tú!
- ¡Yo no soy Batman! -respondió la adolescente lanzando al hombre robusto contra el suelo para posteriormente poner su pie encima del pecho de este diciendo - ¡Yo soy mejor que él!, ¡Soy la verdadera justicia que esta ciudad necesita!, ¡Soy Huntress, el Terror del Bajo Mundo!, ¡Soy...!
- ¡Ay por favor! Mejor ahórrate el monologo y mátame de una vez, al final del día no eres muy diferente a nosotros -interrumpió el Líder Criminal del Distrito Park Row esbozando una sonrisa maliciosa que hizo enojar aún más a la chica -Oh... ¿Qué pasa, Huntress?, ¿Acaso mis palabras han quebrado tu frágil ego y tu moral hipócrita?
-Yo... Yo... Yo...
- ¡Vamos, apunta esa ballesta y acaba conmigo! Demuéstrame que eres realmente una asesina de sangre fría como yo.
- ¡Suficiente! -gritó Huntress desenfundando una pequeña ballesta portátil para posteriormente apuntarla hacia la cabeza del mafioso diciendo -Te voy a enviar... ¡A dónde perteneces!
-Adelante... Estoy... Esperando... -respondió Don Santo Cassamento sonriendo y cerrando los ojos preparándose para morir a manos de aquella chica.
Desgraciadamente para ambos aquel acto no pudo concretarse debido a que, de forma inesperada, un batarang lanzado desde el techo de otro edificio cercano desarmó a la Asesina de la Ballesta, la cual al voltear hacia su derecha recibió una patada por parte de Batman, quien, con ayuda de su lanzacabos, había cruzado hacia el balcón del Apartamento rápidamente para salvarle la vida al Líder Criminal del Distrito Park Row.
-Realmente nunca esperé cruzarme contigo y menos en un asunto tan delicado, Huntress -dijo el Caballero de la Noche dirigiéndole una mirada de seriedad a la chica que yacía adolorida en el suelo -Personalmente por un momento creí que serías una estupenda aliada, que todo lo que decían los periódicos sobre ti era mentira, pero ahora veo que solo eres una criminal más que usa el mantra de la justicia para justificar sus atrocidades.
- ¿Atrocidades? -le preguntó Huntress al Vigilante Nocturno mientras se ponía de pie intentando recuperarse de la conmoción para luego señalar al mafioso diciendo - ¡Más atrocidades han cometido las personas como él! ¡Él merece morir!
- ¿Y tú realmente crees que acabando con su vida vas a cambiar algo? Nosotros no somos la Ley, si empezamos a acabar con la vida de estos delincuentes nos convertiremos en asesinos y posteriormente en tiranos -respondió Batman agachando la cabeza para después alzar rápidamente la mirada y esquivar un golpe que la chica intentaba asestarle en el rostro -Las instituciones... son corruptas... y muy poco... funcionales en Gotham City -continuó Batman mientras bloqueaba rápidamente los golpes que la adolescente le lanzaba -Pero... son... un mal necesario... ¿Acaso... no te das... cuenta del peligro que... representan tus actos? ¡Estas dándole a los ciudadanos la autorización de matar a quien sea que se les cruce en su camino!
- ¡No es verdad! Solo dices eso para intentar chantajearme con sentimentalismo barato y hacerme sentir mal conmigo misma -dijo Huntress molesta y lanzando cada vez más golpes en contra del Mejor Detective del Mundo, quien, con relativa facilidad, bloqueaba y esquivaba los ataques -Soy... ¡Lo que la ciudad necesita!
-No, Gotham City no te... ¡Necesita! -respondió Batman lanzando un contraataque que terminó derribando en el suelo a la Asesina de la Ballesta -No vuelvas a intentar atacarme y menos a los criminales, te quiero lejos de la ciudad antes de que amanezca o de lo contrario tendré que enviarte a la Prisión de Blackgate amarrada con una camisa de fuerza -dijo el Caballero de la Noche viendo de forma amenazante a la chica y colocando su pie sobre el cuello de esta para posteriormente alejarse en dirección hacia donde se encontraba tirado el Líder Criminal del Distrito Park Row, al cual tomó de la camisa diciendo -En cuanto a ti, tenemos un asunto pendiente que atender.
-Con gusto cooperare contigo, Señor de la Noche -respondió Don Santo Cassamento soltando un hondo suspiro para después voltear a ver a su ex captora diciendo -Espero que en serio no vuelvas a intentar hacerme algo a mi o a alguno de mis muchachos, el juez será quien dicte mi sentencia.
-Tranquilo, ella no será un problema y no volverá a lastimar a nadie más mientras yo esté aquí -dijo Batman al tiempo que desenfundaba su batigancho para dispararlo hacia una cornisa cercana y tomar del brazo al mafioso -Ahora vámonos, tienes una cita con el Detective Bullock.
Tras pronunciar aquellas últimas palabras, el Mejor Detective del Mundo apretó el gatillo de su dispositivo haciendo que este lo llevase hacia el techo de otro edificio, desde el cual descendió posteriormente para dirigirse hacia la calle donde se encontraba estacionado el Batimóvil dejando atrás a la adolescente, quien, con dificultad, apenas y pudo ponerse de pie para poder escapar de aquel sitio con ayuda de un dispositivo similar al que tenía el Caballero de la Noche de Gotham City y el cual ella misma había fabricado con sus propias manos.
-No me voy a ir, no otra vez -se dijo a sí misma la chica mientras caminaba por la azotea en la que había caído -Esto no se ha terminado, esto es solo el comienzo -sentenció Huntress mientras comenzaba a correr sobre la azotea para luego saltar en otro edificio y desaparecer en medio de la oscuridad de la noche.
Mientras tanto en una de las calles cercanas a la Fábrica de Soder Cola, ubicado en medio de los limites del Barrio Coventry y del Distrito Diamond, el Batimóvil se desplazaba a una velocidad lenta y moderada, lo cual fue visto por propios y extraños como algo inusual, ya que normalmente dicho vehículo solía transitar por las calles y avenidas a una velocidad que rebasaba por mucho los límites impuestos por el Departamento de Tránsito de Gotham City, por lo que verlo recorrer la calle de forma tan relajada y sin preocupación era algo novedoso, especialmente para los vagabundos de aquel lugar que no estaban acostumbrados a tales sorpresas.
- ¡Qué gran paseo! No me queda duda de que eres un genio en esto de llamar la atención, Batman -dijo Don San Cassamento sonriendo y viendo por la ventana como algunas personas se alejaban rápidamente en cuanto veían al vehículo acercarse hacia ellos -Aunque... creo que te vendría bien un cambio de imagen, ya sabes, algo más acorde a tu nuevo estilo, ¿No lo crees?
-Si, Don Santo -respondió el Caballero de la Noche asintiendo con la cabeza y sin dejar de prestar atención al volante.
-Por cierto, ¿Qué opinas del negocio que te ofrecemos mi socio y yo?
-Es perfecto, justo lo que la ciudad necesita para resurgir de las cenizas -respondió Batman girando el volante haciendo que el Batimóvil entrara en un callejón solitario y sin salida para después pisar el freno y apagar el vehículo - ¿Qué hago ahora?
-Ahora tienes que salir y pararte justo frente al coche -ordenó el Líder Criminal del Distrito Park Row -No te preocupes por él, mi amigo Tiburoncin lo cuidara muy bien.
-No... algo anda mal, yo... yo...
- ¡No! Nada anda mal, todo esta bien -dijo Don Santo Cassamento dándole unas palmaditas en el hombro al Caballero de la Noche -Solo no olvides dejar tu equipo, recuerda que... el juego es así y no se valen los trucos.
-Si... Don Cassamento, voy a dejar todo mi equipo bajo su protección -respondió Batman asintiendo con la cabeza para luego quitarse el cinturón de herramientas que llevaba puesto, posteriormente salió de la cabina de un salto y comenzó a caminar hacia el sitio indicado por el mafioso.
-Bien, supongo que aquí termina la "Leyenda del Dark Knight" e inicia la Leyenda del... Arkham Knight.
Después de que Don Santo Cassamento pronunciase aquellas lapidarias palabras, el sonido de un disparo se escuchó en medio de la noche y el Mejor Detective del Mundo cayó en el suelo aparentemente muerto al tiempo que una puerta que tenía acceso al callejón se abría dejando salir a varios matones armados, quienes tomaron en sus brazos al vigilante para llevarlo al interior del edificio desapareciendo junto con él, aunque no sin antes liberar al Líder Criminal del Distrito Park Row y cubrir el Batimóvil con una manta para que nadie supiera que justo esa noche iniciaría una Era de Terror y Caos en las calles de Gotham City que cambiaría para siempre el destino de dicha ciudad.
Continuara...
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