Capítulo 4: Una Nueva Integrante
Un nuevo día había comenzado en la ciudad de Metrópolis, el sol brillaba y el cielo lucía despejado indicando que sería un día tranquilo, aunque por dentro los habitantes sabían que en su ciudad esto no era del todo cierto, pues en algún momento podría presentarse alguna batalla entre los superhéroes que vigilaban la ciudad y algún supervillano que intentaría hacer de las suyas.
No obstante, ahora la atención de los habitantes no se enfocaba ni en Superman, ni en las Super Hero Girls, ni en ningún otro superhéroe o vigilante enmascarado local, pues todos esperaban la aparición de Dark Archangel, la misteriosa superheroína que había hecho su debut un día antes y que probablemente aquel día tendría que lidiar con alguna otra supervillana o supervillano que buscaba destruirla.
En la residencia de los Ramírez ubicada en las afueras de Metrópolis, Ángela se levantó de la cama con un ligero bostezo, después camino hacia su closet para sacar de este una blusa blanca de vestir, un chaleco suéter color gris, una falda tableada negra y unos botines negros de tacón alto, luego se vistió y finalmente se dirigió al baño para echarse agua en la cara.
Posteriormente bajo a la cocina y se sirvió un plato de cereal con leche al tiempo que encendía la televisión viendo las noticias de la mañana que reportaban varios incidentes menores como accidentes de tránsito o robos simples que fueron frustrados por Superman, el héroe más querido no solo de Metrópolis sino de todo el mundo.
-Realmente aquí si funciona la justicia –dijo Ángela al ver por la televisión como los Policías le daban la mano a Superman como agradecimiento por haber detenido a los ladrones –En Puebla ni las gracias me daban por atrapar a los criminales e incluso los soltaban solo por "falta de pruebas", pero bueno, no es lo mismo el Sistema Judicial Mexicano que el Sistema Judicial Norteamericano.
Ángela continúo desayunando para después lavarse los dientes, tomar su mochila y salir de la casa para caminar por la acera en dirección a la parada de autobús más cercana a su hogar.
No tuvo que esperar mucho, pues el autobús escolar paso puntualmente por ella, pero al subir se sentó hasta la parte de atrás debido a que se sentía incomoda ante las miradas curiosas de los demás estudiantes quienes al parecer aún no se acostumbraban a su presencia a pesar de que había recorrido los pasillos de Metrópolis High School un día antes acompañada de Oliver Queen.
La chica no le tomo mucha importancia a este asunto y simplemente se recargo en su asiento para relajarse un poco antes de llegar a la escuela, pero el autobús hizo parada en otra esquina donde se subió una chica afroamericana de pequeña estatura, la cual al ver a Ángela se sentó al lado de ella.
-Um... Buenos días Ángela –saludo la chica de manera amable.
- ¿Te conozco? –pregunto confundida la adolescente al no reconocer a la chica.
-Soy Karen, Karen Beecher y nos vimos ayer en el Gimnasio –respondió la chica afroamericana.
- ¡Oh claro! Eres la amiga de la chica que golpeo a Oliver con el bote de basura –dijo Ángela soltando una risita al recordar aquella escena que había sido demasiado graciosa.
- ¡Jejejeje! Si, ella se llama Kara Danvers y pues... digamos que llamaste su atención desde ayer –dijo Karen con más confianza a Ángela.
- ¿En serio? –pregunto Ángela sorprendida al escuchar las palabras de Karen.
-Sí, de hecho, la mayoría de mis amigas quisieran conocerte mejor y ver si pudiéramos ser... más que compañeras –respondió Karen sonriendo.
-Por mi encantada –dijo Ángela con una sonrisa - ¿Te parece que comencemos tú y yo?
-Um... okey –respondió Karen sorprendida al ver que la chica había accedido de una manera fácil y rápida a hablar con ella –Um... ¿Cómo se llaman tus padres?
-Mi madre se llama Tonantzin Xicale y mi padre se llama Rafael Ramírez –respondió Ángela sacando su celular y mostrándole a Karen una foto donde sus padres y ella estaban de vacaciones en Chichen Itzá –Mi madre es abogada mientras que mi padre trabaja en LexCorp como científico en el desarrollo de tecnología.
- ¿LexCorp? ¡Wow! Entonces debes ser muy rica como mi amiga Zee –dijo Karen asombrada y esbozando una sonrisa.
-Pues... si, de cierta manera si, solo que mis padres me han enseñado que debo ser humilde y no vanidosa –dijo Ángela –Por eso me agrada mucho viajar en autobús a la escuela que ir en una limusina aburrida donde lo único que puedo escuchar es: ¿Quiere agua señorita Ángela?, ¿Desea ver Television señorita Ángela? Y otras tonterías parecidas.
-Vaya, realmente eres muy diferente a Barbi.
- ¿Quién es Barbi? –pregunto Ángela confundida al no poder reconocer el nombre que le mencionaba Karen.
-Es una chica que también es rica pero que no se cansa de presumir –respondió Karen –A ella no le agrada perder y mucho menos ser ignorada por otros.
-Si ella actúa así es porque ha de ser muy infeliz en su vida –dijo Ángela sintiendo lastima por la chica que mencionaba Karen –Realmente es una pena que ella siga sin aceptar que no es el centro del universo.
- ¡Oh ya llegamos! –dijo Karen emocionada en cuanto se dio cuenta que el autobús se detenía frente a la entrada principal de Metrópolis High School –Ven, te mostrare a mis amigas –dijo la chica afroamericana tomando de la mano a Ángela para bajar juntas del autobús.
Las dos adolescentes bajaron y caminaron lentamente hasta las escalinatas de la escuela donde les esperaban Bárbara Gordon, Diana Prince, Zee Zatara, Kara Danvers y Jessica Cruz, las cuales se sorprendieron de ver que Karen iba acompañada por la chica que según Kara era en realidad la superheroína Dark Archangel.
-Hola chicas, les presento a Ángela Ramírez –dijo Karen señalando a la chica que solo permaneció parada a su lado.
-Um... ¿Hola? –saludo Ángela con timidez y sin saber que decir.
- ¡Hola! Yo soy Bárbara Gordon, pero puedes decirme Babs –saludo una chica de pelo naranja acercándose y dándole la mano a la chica –Déjame decirte que es un placer para mi conocerte y espero que podamos ser amigas, por cierto, ¿Ya conoces a Batman? ¿Tienes sus comics? O... ¡Ahhhh! –grito Bárbara cayendo en el suelo al ser empujada por una chica de pelo negro.
-Hola, yo soy Diana Prince y debo decir que es un gran honor para mí poder conocerte Ángela –saludo la chica de pelo negro dándole la mano a Ángela –Realmente me alegra saber que Karen te haya traído con nosotras, puedo jurarte en nombre de Hera que si te juntas con nosotras te la pasaras muy bien.
-Ejem... mi turno –dijo una chica de pelo amatista haciendo que Diana se hiciera a un lado para luego tomar la mano de Ángela diciendo –Yo me llamo Zee Zatara, hija del Gran Mago Giovanni Zatara y debo decirte que me agrada tu estilo, sé que tú y yo podremos llevarnos bastante bien.
-Yo soy Jessica Cruz –dijo una chica de cabello castaño y que llevaba una gorra de tela verde quien hizo a un lado a Zee para presentarse –Pero puedes decirme Jess, soy una activista en favor de la paz y el medio ambiente, si quieres una mascota o te interesa adoptar un perrito yo puedo ayudarte a... ¡Ahhhh! –grito Jessica cayendo en el suelo al ser empujada por una chica rubia de pelo corto.
-Yo soy Kara Danvers –dijo la chica de pelo corto tomando la mano de Ángela y apretándola haciendo que esta soltara una mueca de dolor –Me alegra saber que estarás junto a nosotras y que podremos llevarnos bien.
-Um... ¿Podrías apretar no tan fuerte? –pregunto Ángela a Kara tragando saliva debido a la mirada intimidante de la chica.
- ¡Oh lo siento! ¡Jejeje! A veces exagero con mi fuerza –respondió Kara soltando la mano de la chica y sintiéndose un poco apenada.
-Pues... yo me llamo Ángela Ramírez y... soy nueva en esta escuela –dijo Ángela presentándose a todas las chicas –Debo decir que... me da mucho gusto saber que ustedes me dan una muy calurosa bienvenida.
-Ni que lo digas hermana –dijo Diana abrazando a la chica –Te aseguro que vas a disfrutar de nuestra compañía, todas nosotras somos igual que tú.
- ¿Igual que yo? –pregunto confundida Ángela al no entender las palabras de Diana.
-Sí –respondió Babs parándose frente a la chica esbozándole una sonrisa –Todas sabemos tus secretos.
- ¿Mis secretos? –pregunto Ángela confundida, pero sintiéndose nerviosa por dentro al no agradarle el rumbo que tomaba dicha conversación –Pero... apenas me conocen.
-Por favor Ángela no es necesario que lo ocultes más –dijo Kara viendo maliciosamente a la chica –Tú eres Dark Archangel, no lo intentes negar.
-Um... yo... no sé de qué hablas ¡Jejejeje! –río nerviosa Ángela al tiempo que esbozaba una sonrisa fingida a más no poder –Yo soy solo una chica normal y con una vida de lo más normal, no entiendo porque me acusas de ser esa superheroína de la cual no he escuchado nunca antes en mi vida.
- ¿En serio? Entonces, ¿Por qué brilla tu mano derecha? –pregunto Kara señalando hacia un ligero resplandor que emanaba de la mano derecha de la chica.
-Um... ¿Cuál resplandor? ¡Jejeje! Yo no vi nada –respondió Ángela poniendo sus manos atrás y sonriendo mientras algunas gotas de sudor rodaban por su cara para después voltear a ver a las demás chicas quienes tenían los brazos cruzados al tiempo que observaban con desconfianza a Ángela - ¿Ustedes lo vieron? Eh... yo no ¡Jejejeje! Ah... a quien quiero engañar soy un asco tratando de ocultar mi identidad –dijo Ángela cayendo de rodillas y dándose por vencida para después mostrarle sus manos a las chicas –Su amiga Kara tiene razón, yo soy Dark Archangel, pero por favor no le digan a nadie, ¿sí?
- ¡¿Bromeas?! ¡Es increíble! ¡Ven con nosotras! –grito emocionada Babs tomando de la mano a la chica para llevársela de la escuela mientras era seguida por el resto de las adolescentes.
-Pero... ¿Y las clases? –pregunto Ángela nerviosa mientras señalaba la escuela.
- ¡Nah! Eso ahorita no importa, ya iras a clases otro día –dijo Bárbara –Además lo mejor es que podremos... ¡Ouch! –exclamo Babs en cuanto volteo y choco con una persona.
Las siete chicas dirigieron su vista al frente encontrándose con un hombre vestido con camisa blanca, pantalón negro y que usaba lentes, el cual se veía visiblemente molesto al encontrarlas en la calle.
-Um... Hola Señor Chapin –saludo Babs sonriendo de una manera nerviosa mientras que el hombre simplemente negó con la cabeza al tiempo que hacía clics con la lengua.
Algunos minutos pasaron desde el encuentro entre las siete chicas y el Señor Chapin, el cual se las llevo nuevamente hacia Metrópolis High School para encerrarlas dentro de un salón especial al tiempo que negaba con la cabeza diciendo:
-A detención otra vez como en el Primer Día de Clases y por si fuera poco llevándose a la alumna nueva con ustedes.
-S-Señor Chapin yo...
-Señorita Ramírez, espero que esto le sirva de lección para no volverse a saltar las clases y también para que aprenda a escoger sus amistades –dijo el hombre interrumpiendo a Ángela para después cerrar la puerta dejándola encerrada con las seis chicas.
-No te preocupes Ángela, solo permanecerás aquí hasta que acaben las clases –dijo Kara despreocupada y recargándose en una silla.
-Mejor aprovechemos este momento a solas para hablar sobre tu... identidad secreta –dijo Bárbara susurrando y haciendo con su lengua sonidos que trataban de imitar a los efectos de sonido que ponían en las películas.
- ¿Y por qué debería confiar en ustedes? –pregunto Ángela de manera desconfiada al tiempo que observaba a las seis chicas –Son civiles comunes y si les digo mi identidad ustedes corren un gran peligro o pueden traicionarme.
- ¿Civiles? ¡Ja! ¿Crees que esto lo puede hacer un civil? –pregunto burlonamente Zee al tiempo que sacaba una varita mágica de su bolso para después apuntar hacia unos libros que estaban en el salón diciendo -Tup siht os ssalc egnarts niaga.
Tras pronunciar estas palabras los libros se acomodaron en un librero cercano sorprendiendo a Ángela quien se tallo los ojos al no poder creer aquel extraño fenómeno.
-No somos chicas comunes Ángela –dijo Karen para después mostrarle a la chica un extraño medallón de forma hexagonal color amarillo –Nosotras también tenemos una identidad como tú incluso peleamos ayer contigo contra Ixchel.
-E-Espera... ¿Acaso ustedes son...? ¡No! No puede ser cierto, ustedes no son...
- ¡Oh sí! ¡Somos las Super Hero Girls! –grito emocionada Babs para después hacer sonidos con su boca tratando de imitar nuevamente los efectos de sonido de las películas.
-Pero... ¿Cómo pueden estar en una escuela? ¿Acaso no temen que sus enemigos los descubran? –pregunto Ángela confundida ante la actitud tan relajada de las seis adolescentes.
-Por favor Ángela –dijo Kara de manera despreocupada –No somos tan tontas como para decirle a nuestros enemigos en donde vivimos o cuales son nuestras identidades.
-Por eso es que queríamos conocerte para ver si eran ciertas las sospechas de Kara –dijo Diana acercándose a Ángela para abrazarla –Así podríamos hacerte miembro de nuestro equipo y salvar juntos al mundo.
-Yo... se los agradezco, pero... no puedo aceptar su oferta –dijo Ángela separándose de Diana y sentándose en una de las bancas del salón.
- ¿Y por qué no? ¡Tus poderes son increíbles! –dijo Jess poniéndose frente a la chica para esbozarle una sonrisa –Oye, no cualquiera controla el agua, las plantas, el aire o el fuego como tú.
-O tiene cadenas doradas mágicas que amarran a los enemigos –dijo Zee colocándose al lado de Jess –Por favor únete, será divertido.
-En serio chicas me gustaría unirme a ustedes, pero simple y sencillamente no puedo hacerlo –respondió Ángela tratando de convencer a las seis chicas.
- ¿Por qué Ángela? ¿Acaso no te agradamos o qué? –pregunto Kara confundida al no entender porque la chica no aceptaba su invitación.
-N-No es eso... es simplemente que... Ah... por favor siéntense –dijo Ángela poniéndose de pie mientras que las chicas se sentaron para escuchar las palabras de la adolescente, la cual tomo un respiro y con sus manos invoco una esfera dorada que al lanzarla al aire se transformó en un extraño escudo que tenía dos alas en ambos lados mientras que en medio tenía la representación de los cuatro elementos de la naturaleza –Hace miles de años cuando la humanidad empezó a caminar por la tierra varias fuerzas de la oscuridad amenazaron el equilibrio del universo. El Ser Supremo, creador de todo, le entrego a algunos hombres el poder de sus ángeles para que así pudiesen controlar los cuatro elementos de la naturaleza: Agua, Tierra, Viento y Fuego. Pero solo siete familias fueron dignas de poseer el control de todos estos elementos junto con el de la luz, el cual destruía la oscuridad y la devolvía de nuevo a las tinieblas. Los hombres elegidos por el Ser Supremo conformaron una Orden conocida como la Legión de los Archangelus, que se encargaría de velar por la humanidad durante miles de años. La familia de mi madre formaba parte de los llamados 7 Principales, pero se terminaron separando debido a que mi abuela se negó a asesinar a un delincuente a pesar de que el Código de la Orden decía claramente que cualquier delincuente o humano que faltase a las leyes divinas debía ser ejecutado. Mi abuela decidió heredarme sus poderes cuando yo era apenas una bebé, pero la Legión al parecer está consciente de lo poderosa que soy y no ha dejado de perseguirme tratando de convencerme que regrese a la Orden abandonando a mi familia, yo me he negado e incluso he intentado renunciar a estos poderes para no cargar con esa responsabilidad, pero... simplemente no puedo –dijo Ángela chasqueando los dedos para desaparecer la esfera dorada –Además, no quiero que mis enemigos las lastimen o incluso las maten solo por causa mía, sumando que ni siquiera soy una buena superheroína.
-Hermana –dijo Diana poniéndose de pie para acercarse a Ángela y consolarla –Tus poderes son increíbles, si tu abuela te los dio fue porque ella vio algo en ti.
-Agradezco tus palabras Diana –dijo Ángela tomando un respiro y viendo a Diana directamente a los ojos –Pero lamentablemente yo no pienso igual, a veces pienso que tener estos poderes fue lo peor que pudo pasarme.
-Ay Ángela no digas eso –dijo Jess acercándose a la chica para tratar de animarla –Yo también pasé por lo mismo cuando recibí mi anillo de Green Lantern, pero con el tiempo he aprendido que cuando uno tiene estas habilidades es porque probablemente eres la indicada para tomar esta responsabilidad.
- ¿Tú crees eso? –pregunto Ángela al parecer sintiéndose mejor con las palabras de Jess.
-Si, además ya has derrotado a un villano en Ciudad Gótica tú sola y no necesitaste de nosotras o de otro superhéroe para ganarle –respondió Babs acercándose a la chica para esbozarle una sonrisa - ¡Eres increíble! Serías muy útil siendo parte de nuestro equipo, porfa... ¡Únete a nosotras!
Ángela se quedó callada durante algunos segundos, pues, aunque ella prefería trabajar sola, el tener a alguien cerca que le ayudara no le parecía una mala idea, aunque esto también podría traer riesgos tanto para ella como para las chicas, ya que sus enemigos no eran para nada amigables o por lo menos compasivos como otros supervillanos que había en Metrópolis.
-Ah... está bien chicas, me uno a ustedes –respondió Ángela esbozando una sonrisa, aunque por dentro se sentía insegura por tomar dicha decisión.
- ¡Oh sí! –grito Babs abrazando a Ángela - ¡Que emoción! Bienvenida Dark Archangel, te aseguro que no te arrepentirás y que la pasaras muy bien con nosotras.
-Eh... si, eso espero –dijo Ángela tratando de separarse de la chica pelirroja que empezaba a apretarla con su abrazo.
-Um... Babs, creo que ya entendió –dijo riendo Zee haciendo que Bárbara soltara a la chica.
- ¡Oh! Lo siento ¡Jejejeje! –río Babs sintiéndose avergonzada y soltando a Ángela.
-Y bueno, después del castigo, ¿A dónde iremos? –pregunto Ángela a las chicas mientras recuperaba el aire.
-Pues... como bienvenida te llevaremos al mejor lugar que existe –respondió Zee con una sonrisa.
-O sea... -dijo Karen quien estaba emocionada al saber la respuesta.
- ¡Sweet Justice! –gritaron las seis chicas emocionadas al tiempo que la puerta del salón era abierta por el Señor Chapin, el cual al entrar encontró a las siete chicas sentadas y esbozando una sonrisa.
- ¿Todo bien aquí? –pregunto el hombre sorprendido de encontrar a las siete chicas en su lugar.
-Mmm-hmm Sí, señor Chapin –respondió Zee esbozando una sonrisa inocente.
-Muy bien, bueno, yo, um... olvidé mis llaves –dijo el Señor Chapin saliendo del salón, aunque observando con sospecha a las seis chicas.
-Ya te acostumbraras –susurro Babs en una de las orejas de Ángela –Pero no lo olvides: Sweet Justice.
Ángela simplemente sonrió para después tomar un respiro y recargarse sobre la banca al igual que el resto de las chicas quienes solo esperaban que el castigo terminara, aunque todas felices por haber conseguido la amistad de la chica, especialmente Kara quien sonreía por darse cuenta que había tenido razón todo este tiempo y que incluso se imaginaba en algún momento poder restregarle en la cara a su primo Superman que era amiga de la nueva superheroína de la cual ella esperaba se convirtiera en una gran compañera y posiblemente una nueva amiga.
Continuara...
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