Capítulo 2: El Hogar Infernal de Beroul
El reloj marcaba las 3:30 de la tarde, poco a poco las calles de Metrópolis comenzaron a llenarse de transeúntes que caminaban tranquilos y sin miedo, pues hasta el momento no se habían registrado nuevos contagios o muertes por el Virus del Coma.
Al mismo tiempo, la campana sonó en los pasillos de Metrópolis High School anunciando a todos los estudiantes que las clases habían llegado a su fin y que estos podían retirarse a sus hogares para descansar o irse con sus amigos a disfrutar de la tarde ya fuese en la Feria del Muelle de Metrópolis, en el cine o en cualquier otro lugar.
John Constantine y Francis "Chas" Chandler no fueron la excepción a la regla, pues el Director Chapin los dejo salir del Salón de Detención para que pudieran irse a sus hogares no sin antes darles una última reprimenda por su mal comportamiento y amenazándolos con expulsarlos de la escuela si volvían a reincidir en la misma falta.
-Espero que hayan aprendido la lección porque si estos incidentes se repiten otra vez me veré obligado a expulsarlos definitivamente de esta escuela, ¿entendido? –pregunto el Director Chapin viendo de forma amenazadora a ambos chicos.
-No te preocupes viejo, te doy mi palabra de que no volveré a fumar un solo cigarrillo en los pasillos de tu escuela –respondió Constantine llevándose su mano derecha al pecho y mostrando una mirada que denotaba arrepentimiento por sus acciones.
-Yo también le prometo que estos lamentables incidentes no se volverán a repetir y que haremos todo lo posible por mejorar nuestro comportamiento –dijo Francis agachando la cabeza e igualmente llevándose su mano derecha al pecho.
El Director de Metrópolis High School solo asintió con la cabeza y cerró la puerta del salón dejando a los dos chicos afuera, los cuales se alejaron lentamente y en silencio de ahí para evitar llamar la atención de los demás alumnos que se encontraban en los pasillos de la escuela.
-Ah... Realmente eres un imbécil, John –le dijo Francis a Constantine dirigiéndole una mirada de seriedad al tiempo que caminaba al lado del chico –Me siento como un estúpido por haber ido a detención el primer día de clases.
-No te vi meter la mano en tu bolsillo para ayudarme con el soborno –respondió Constantine molesto mientras sacaba de uno de los bolsillos de su gabardina un cuaderno de notas.
- ¿Qué te parece esto? –pregunto Francis enojado al tiempo que le mostraba el dedo medio al joven Cazador de Demonios quien en lugar de molestarse aún más con su amigo simplemente se echó a reír junto con él debido a lo gracioso que se le hacía la situación por la que habían pasado.
Sin embargo, las risas de ambos chicos terminaron cuando al dar vuelta por un pasillo se encontraron con una misteriosa chica de cabello ondulado color negro, piel clara, ojos amarillos y vestida con una blusa blanca, falda corta negra y botas largas negras de tacón alto, la cual observaba con detenimiento al Detective Ocultista.
-Esto sí que es inusual –dijo Constantine ignorando a la chica, pero notando un resplandor extraño que parecía provenir de los ojos de la joven.
- ¿Qué? –pregunto Francis confundido y volteando hacia atrás solo para ver como la chica se alejaba lentamente por el pasillo sin decir una sola palabra.
-No lo sé, tal vez sea el cambio de horario o quizás sea esta ciudad –respondió Constantine al tiempo que abría el cuaderno para revisar las notas que estaban escritas en este –Estoy acostumbrado a Londres, la conozco, cada horrible callejón y cada una de las sombrías esquinas de su alma, pero este lugar... tiene demasiada luz.
-Me vendría bien un poco de luz ahora –dijo Francis sonriendo mientras caminaba hacia el pasillo que comunicaba con el vestíbulo de Metrópolis High School.
-Bien, báñate en ella amigo –dijo Constantine cruzando los brazos y entregándole a su amigo el cuaderno de notas –Yo, no le tengo confianza.
-Ah... Hablando de luces y sombras, ¿Ya has encontrado alguna pista sobre el paradero del alma de Isabelle? –pregunto Francis soltando un suspiro al tiempo que guardaba el cuaderno de notas en uno de sus bolsillos.
-Aún no, pero tengo la ligera sospecha de que los casos de coma en Metrópolis guardan una cierta relación con el caso de Isabelle –respondió Constantine agachando la cabeza y deteniéndose en una de las esquinas del pasillo para luego voltear a ver a su amigo diciendo –Mientras estábamos encerrados como ratas en el Salón de Detención pude sentir la presencia de magia oscura en algunos de los salones de clases de esta escuela, eso quiere decir que hay demonios o fuerzas oscuras en Metrópolis.
- ¿Y qué hay de la chica con la que hablaste durante la Asamblea Estudiantil?, ¿Acaso no piensas interrogarla? –pregunto Francis viendo con seriedad al Detective Ocultista.
- ¿Y tú crees que ella siga confiando en nosotros después de que el Director Gruñón nos humillo frente a toda la escuela? Yo francamente lo dudo, aunque... debo admitir que esa chica era muy... hermosa y simpática –respondió Constantine esbozando una sonrisa tierna para después continuar caminando hacia el vestíbulo de Metrópolis High School diciendo –Si mi vida no fuera una autentica mierda, probablemente la invitaría a salir para así conocerla mejor y tal vez decirle... lo que siento.
-Entonces... ¿Solo querías hablar conmigo en privado para invitarme a salir? –pregunto una voz femenina haciendo que los dos chicos se asustaran y se voltearan rápidamente hacia atrás solo para encontrarse con una chica de piel clara, cabello violeta, ojos violetas que vestía una camisa de vestir blanca de manga larga, chaleco negro, falda corta color magenta oscuro y botas largas negras de tacón alto.
-Eh... Hola Señorita Zatara, nunca pensé que la volveríamos a ver –respondió Constantine nervioso y asustado para luego tomar un respiro y acercarse lentamente a la chica diciendo –Yo... quería hablar con usted debido a que mi amigo y yo queremos saber la ubicación de la Casa 1247 Enstrom.
- ¿La Casa 1247 Enstrom?, ¿Hablan de la Casa de los Demonios? –pregunto Zee Zatara un poco asustada debido a que ella conocía muy bien la historia de aquel sitio que era considerado por muchos habitantes de Metrópolis como un lugar embrujado.
- ¿L-La Casa de los Demonios?, ¿Qué es lo que sabe sobre ella? –pregunto Francis Chandler preocupado y sintiéndose un poco asustado por el macabro apodo que tenía la residencia.
-Esa casa, o más bien mansión, fue construida por un hombre codicioso llamado Immanuel Dalton, el cual vendió su alma al Diablo a cambio de lujos y riquezas abundantes –respondió Zee Zatara viendo con seriedad a ambos chicos –Al morir, el Diablo tomo aquel lugar como su Residencia y se cuenta que desde entonces es posible escuchar los lamentos de todas aquellas personas que decidieron vender sus almas a cambio de oro y riquezas exuberantes –dijo Zee Zatara concluyendo el relato para después esbozar una sonrisa maliciosa diciendo –Pero... ¿Por qué están tan interesados en ese lugar?, ¿Acaso pretenden hacer alguna especie de ritual o conjuro mágico?
-Eh... No Señorita Zatara, nosotros no somos brujos ni magos, pero mi amigo Francis es un gran fanático de los temas paranormales y pues él... me pidió que hablara con usted sobre este tema para ver si sabía algo sobre ese lugar... "embrujado" –respondió Constantine con una sonrisa nerviosa para luego darle un codazo a su amigo diciendo –Ehm... ¿No es así, Chas?
-Um... Sí, yo soy un gran fanático del Universo Paranormal y tengo un gran interés por conocer esa casa endemoniada ¡Jejejeje! –dijo Francis riendo e intentando calmar sus nervios debido a que él por dentro se sentía asustado por tener que ir a un lugar donde probablemente se encontraría cara a cara con seres oscuros y demonios.
- ¿En serio quieren ir a esa casa? Bueno, pues entonces me voy con ustedes –dijo Zee sonriendo de una manera coqueta para después tomar la mano de Constantine y jalarlo hacia la entrada principal de Metrópolis High School diciendo –Yo también tengo mucho interés por conocer esa mansión, así que nos iremos juntos en la limusina de papá.
-Eh... No queremos ocasionarle molestias, Señorita Zatara –dijo Constantine nervioso y sonrojándose un poco debido a que era la primera vez que una chica humana le tomaba la mano –Además, nosotros podemos llegar solos por nuestra cuen...
- ¡Oh no es ninguna molestia! Al contrario, es un placer conocer a chicos nuevos que les interesa el ocultismo y la magia –dijo la joven maga abriendo la puerta para luego conducir al chico hacia su limusina –Además, es una gran oportunidad para conocernos mejor y tal vez compartir nuestros mayores secretos, ¿No lo cree, Señor Constantine?
-Ahm... Si, sería una charla muy interesante –respondió Constantine sonrojándose aún más debido a la actitud coqueta de la chica –Eh... ¡Chas!, ¡Tenemos que irnos! –le grito Constantine a Francis quien seguía de cerca a ambos chicos y se reía al ver como el Detective Ocultista era sometido fácilmente por los encantos de la joven maga.
-Tiene sexo con súcubos y no puede resistirse a los encantos de esa chica, solo espero que ella le quite lo amargado a Johnny –pensaba Francis al tiempo que entraba a la limusina junto con Constantine y Zee para después sentarse al lado de su amigo diciendo –Entonces... ¿La amas o solo te la quieres coger?
- ¡Shhh! ¡Cállate Francis! –le grito en voz baja Constantine a Francis para luego recargarse en su asiento diciendo –Solo mantente callado hasta que lleguemos a la Casa de los Demonios.
-Ehm... Señorita Zatara, ¿Quiénes son esos chicos? –pregunto el chofer de la limusina mientras veía a través del retrovisor como la joven maga se sentaba al lado de Constantine - ¿Son amigos suyos?, ¿De dónde vienen?
-Son ingleses y son mis invitados el día de hoy, William –respondió Zee Zatara esbozando una sonrisa para después soltar un suspiro diciendo –Por favor, llévanos a la Mansión 1247 Enstrom.
-A la orden, Señorita Zatara –respondió el chofer de la limusina acomodándose el sombrero para luego arrancar el vehículo y comenzar a recorrer las principales calles de Metrópolis que en esos momentos estaban saturadas de transeúntes quienes no hacían otra cosa más que tomarse fotos o beber café en los restaurantes ubicados en los sitios turísticos más importantes de la ciudad.
-Entonces... ¿Son expertos en enfermedades?, ¿Dónde estudiaron? –pregunto Zee Zatara viendo con seriedad a ambos chicos.
-Eh... En realidad, Señorita Zatara, nosotros solo somos un par de aficionados a la medicina que actualmente estudian la preparatoria en el Notre Dame Preparatory School –respondió Constantine con timidez debido a que él no esperaba que la chica más popular de Metrópolis High School se interesara no solo en su vida privada sino también en ayudarlo a encontrar el alma de Isabelle.
-Por favor solo llámenme Zee, el "Señorita" no es necesario –dijo Zee Zatara sonriendo para después voltear la cabeza hacia la ventana diciendo –Y... ¿Qué les ha parecido Metrópolis?
-Es una ciudad muy grande y muy limpia, sobretodo limpia –respondió Francis esbozando una sonrisa para luego agachar la cabeza diciendo –Ehm.... ¿Por qué se ofreció a llevarnos a la Casa de los Demonios?, ¿Acaso no le da miedo ir a un lugar tan peligroso como ese?
- ¿Miedo? No sé si lo sepan, pero yo soy una maga muy poderosa y sé cómo protegerme de los entes sobrenaturales más peligrosos del Universo –respondió Zee Zatara orgullosa al tiempo que hacía aparecer en sus manos un par de naipes para después voltear a ver a Constantine diciendo –Aunque... eso tú ya lo sabes, ¿No es así, Constantine?
- ¿Y-Yo?, ¿Por qué dices eso? –pregunto Constantine nervioso mientras intentaba mantenerse lejos de la chica.
-En la Asamblea Estudiantil hablaste sobre el Virus del Coma y esa enfermedad tiene un origen mágico, ¿Cómo es que un "estudiante de intercambio" como tú sabía de su existencia? –respondió Zee Zatara viendo con seriedad al chico para luego acercarse nuevamente a él diciendo - ¿Acaso eres un mago, un brujo o un hechicero?, ¿Qué eres John Constantine? Yo tengo mucho interés en saberlo.
- ¿M-Magia?, ¿Brujo?, ¿Hechicero? Yo no sé nada de esas cosas, lo único que sé es que el Virus del Coma es una enfermedad extraña que no tiene cura –respondió Constantine sudando y poniéndose nuevamente nervioso debido a que aquellas palabras eran señal de que la chica había descubierto su verdadera identidad como Cazador de Demonios y Detective Ocultista –Si quieres saber más de esos temas pregúntale a Francis, ¡Él es el experto en magia!
- ¿Es cierto eso, Francis?, ¿Tú eres el experto en magia? –pregunto Zee Zatara viendo con seriedad al amigo de Constantine.
-Ah... No Zee, yo no soy el experto en magia –respondió Francis soltando un suspiro para después señalar a su amigo diciendo –El experto en magia es John Constantine y él es el más famoso Cazador de Demonios que existe en el mundo, nosotros hemos venido a Metrópolis para salvar el alma de mi hermana Isabelle de las garras de un demonio.
- ¿U-Un demonio secuestro el alma de tu hermana?, ¿Y por qué no me lo dijeron antes? ¡Mis amigas y yo pudimos haberlos ayudado! –regaño Zee Zatara a ambos chicos quienes simplemente voltearon la vista hacia otro lado para así ignorar las palabras de la chica.
-Lamento que tuvieras que enterarte de esta manera, Zee Zatara –dijo Constantine tomando un respiro para luego voltear a ver a la chica diciendo –Trabajar con demonios es algo muy peligroso y yo no quería involucrar a nadie más en ello, mucho menos a una chica desconocida como tú.
-A partir de ahora ya no soy una chica desconocida para ustedes y deben saber que yo estoy dispuesta a ayudarlos en su misión –respondió Zee Zatara viendo con seriedad a Constantine para después entregarle a este un naipe diciendo –No involucrare a ninguna de mis amigas en esto salvo que sea necesario, pero ustedes tienen que prometerme que confiaran en mí siempre, ¿Qué dices, John Constantine?
-Ah... Está bien, pero prométeme que no dejaras que te maten esas cosas –respondió Constantine tomando el naipe en sus manos para posteriormente guardarlo en sus bolsillos diciendo - ¿Tienes algún otro nombre o apodo aparte de Zee Zatara?
-Claro, puedes también llamarme la misteriosa, la fabulosa, la gran e imponente... Zatanna –respondió Zee Zatara para luego asomarse por la ventanilla de la limusina diciendo –Recuerda William, esto que hablamos hoy es un secreto.
-No se preocupe, Señorita Zatara –respondió el chofer de la limusina esbozando una sonrisa maliciosa –Sé muy bien que yo siempre debo callar estas cosas.
-Gracias William –dijo Zee Zatara con una sonrisa coqueta para después asomarse por una de las ventanas de la limusina y ver que finalmente habían llegado a la Casa de los Demonios –Bueno, aquí estamos, 1247 Enstrom –dijo Zee abriendo su bolso y sacando del interior de este su varita mágica al tiempo que la limusina se detenía frente a la entrada principal de la mansión –Nos vemos en unos minutos William, ten listo el auto en caso de cualquier emergencia –dijo Zee viendo con seriedad al chofer de la limusina para luego bajarse de la limusina y caminar hacia la puerta junto con los dos chicos.
- ¿Te gustan los anagramas Zee? –le pregunto Constantine a la chica mientras se acercaba lentamente a la puerta para tocarla.
-No, ¿Por qué? –respondió Zee confundida debido a que no esperaba una pregunta así por parte del Detective Ocultista.
-Por la palabra Enstrom, mueve un poco las letras y dime que obtienes –dijo Constantine esbozando una sonrisa burlona.
-Monster –respondió Zee sorprendida al notar como las palabras del Cazador de Demonios comenzaban a tener sentido.
-Exacto, es muy gracioso –dijo Constantine riendo al tiempo que tocaba la puerta de la Casa de los Demonios para después voltear a ver a su amigo Francis diciendo - ¿Cierto Chas?
-Sí, me muero de risa –respondió Francis cruzando los brazos y negando con la cabeza debido a que no podía creer que su amigo no se tomara en serio la visita que hacían a aquella casa endemoniada.
De repente, la puerta de la Mansión se abrió mostrando a un enorme cerdo que vestía un elegante traje negro y quien al parecer era el mayordomo de la casa, pues este al verlos simplemente comenzó a reír para luego tomar un respiro diciendo:
-Ehm... ¿Si?, ¿Qué se les ofrece?
-Es el lugar correcto –dijo Francis sorprendido y a la vez sintiéndose asustado debido a que era la primera vez que veía a un animal comportarse como un ser humano.
-Tu amo nos está esperando –le respondió Constantine al Mayordomo Cerdo quien tras escuchar las palabras del Detective Ocultista se hizo a un lado dejando pasar a los tres adolescentes.
-Pasen libremente y por su propia voluntad –dijo el Mayordomo Cerdo sonriendo maliciosamente para luego reír un poco diciendo –Ah... Siempre soñé con decir eso.
-Um... Bonito lugar para vivir, ¿eh? –dijo Constantine sorprendido mientras veía como el enorme vestíbulo estaba decorado con pinturas y tapices que representaban escenas de la Divina Comedia de Dante Alighieri, así como de los Nueve Círculos del Infierno.
- ¿Estás seguro que el demonio que se llevó a la hermana de tu amigo está aquí?, ¿No temes que esto sea una trampa? –le pregunto Zee a Constantine al tiempo que veía como algunas partes del suelo de la mansión estaban rotas.
-El Amo Beroul bajara en un momento, esperen aquí por favor –dijo el Mayordomo Cerdo colocándose detrás de Francis asustándolo para después salir del vestíbulo dejando solos a los tres chicos.
- ¡Diablos! Ese maldito gordo casi me causa un infarto –dijo Francis acercándose a los dos chicos mientras intentaba tomar un respiro para recuperarse, pero cuando volteo hacia su derecha pudo ver que Constantine caminaba lentamente hacia una de las puertas del lugar - ¡Oye!, ¡Él dijo que esperáramos aquí!
- ¡Y eso es justo lo que quiero que hagan! –respondió Constantine viendo con seriedad a ambos chicos para luego cruzar una puerta verde que se encontraba en una de las esquinas del vestíbulo de la mansión y la cual lo llevo a una enorme piscina llena de cadáveres en estado de putrefacción - ¡Agh! ¡Qué asco! –exclamo el Cazador de Demonios tapándose la nariz y la boca con la mano debido al hedor insoportable que despedían los cuerpos.
-A mí me gusta el olor –dijo una voz masculina haciendo que el chico se asustara y se volteara rápidamente hacia su derecha solo para encontrarse con una criatura humanoide de aspecto obeso, piel grisácea, cabello café, ojos amarillos que vestía una bata de baño roja y pantuflas de conejo mientras en sus manos sostenía una copa Martini.
-El Amo Beroul, supongo –respondió Constantine viendo con seriedad a la criatura que se acercaba lentamente a él.
-Con Beroul es suficiente, la piscina aún no está lista –dijo el grotesco ser esbozando una sonrisa burlona –Tengo que esperar a que los cuerpos se licuen, drenar los huesos.
- ¿Y... luego? –pregunto Constantine metiendo las manos en los bolsillos de su gabardina y sin quitarle la vista de encima a la criatura.
-Y después nadar un rato como todos los días –respondió Beroul sonriendo maliciosamente al tiempo que se colocaba al lado del chico.
-Que encantador –dijo Constantine sarcásticamente y volteando a ver a la criatura.
- ¡AJEJEJEJEJE! Claro, un hombre debe estar en forma –respondió Beroul riendo y haciendo una pose de deportista.
-Agh... No eres un hombre –dijo Constantine molesto y viendo de forma amenazadora al grotesco ser que tras escuchar las palabras del chico lo tomo de la corbata para después alzarlo y ponerlo cerca de los cuerpos putrefactos.
-Eso es algo que debería recordar muy bien, joven Constantine –respondió enojado Beroul mientras veía de forma amenazadora al Detective Ocultista.
-Me conoces –dijo Constantine quien parecía no sentirse sorprendido por ver que la criatura sabía su nombre.
-Su reputación... ¡Le precede! –dijo Beroul arrojando a Constantine contra el suelo para luego acercarse a este diciendo –Porque más me tomaría todo este trabajo para traerlo aquí.
- ¿Usaste a Isabelle como carnada? –pregunto Constantine molesto y poniéndose de pie al tiempo que sacudía su gabardina.
-El joven Chandler es una de las pocas personas en esta tierra que le importan –respondió Beroul sonriendo burlonamente mientras colocaba su mano sobre el hombro del chico –Sabía que no dejaría de ayudar a su viejo amigo ¡JEJEJEJEJE!
-Pudiste enviarme un mensaje de texto –dijo Constantine aún más enojado por las palabras de la criatura quien parecía no sentir ningún arrepentimiento por sus acciones.
- ¿Y habrías venido? –pregunto Beroul viendo con seriedad al chico para después beber un poco de su copa Martini y decir –Un chico como tú, querido John, requiere algo más, algo más... teatral, mucho más peligroso.
- ¿A qué viene todo esto? –pregunto Constantine al tiempo que hacía a un lado la mano de la criatura.
-Te lo explicare todo... en la fiesta –respondió Beroul esbozando una sonrisa maliciosa para luego guiar a John hacia otra puerta que los condujo a ambos hacia un enorme salón lleno de seres humanos que bailaban a la vez que varios demonios los azotaban con látigos o en su caso los golpeaban al usarlos como instrumentos musicales.
Constantine saco de uno de los bolsillos de su gabardina un cigarrillo, el cual encendió mientras se acercaba poco a poco a una pantalla de televisión que a la vez servía como un portal dimensional debido a que algunas de las personas que se encontraban bailando eran arrojadas a la pantalla para ser torturadas y asesinadas de la peor manera.
El chico fue testigo de cómo una mujer era arrojada a una película muda titulada Damsel in Distress, en la cual esta caía a una tabla de madera llena de clavos para luego ser conducida lentamente a una cascada con ácido que le derritió parte de la cara y finalmente caer bocabajo totalmente muerta.
Sin embargo, aquel horror no termino ahí, pues después fue arrojada a la pantalla una joven pareja que se convirtió en protagonista de otra película muda titulada Two People in Peril, la cual era una película de terror en la que varias marionetas estiraban las extremidades del hombre hasta descuartizarlo para luego apuñalar en el cuello y en la cabeza a la mujer que poco pudo hacer para defenderse.
- ¡EJEJEJEJEJE! Me gusta el viejo Hollywood, ¿Y a ti? –pregunto Beroul esbozando una sonrisa sádica al ver como en la pantalla aparecía una película muda titulada Two Lovers y en la que una mujer era devorada por un demonio disfrazado de hombre, pero cuando volteo a ver a Constantine pudo percatarse que este le dirigía una mirada seria que le indicaba que el chico no estaba para nada a gusto con lo que veía –Claro que, si no te gustan los años veinte, quizás te agrade algo mucho más... contemporáneo –dijo Beroul sacando un control remoto de uno de los bolsillos de su bata de baño y cambiando el canal a uno que mostraba una imagen satelital de la tierra al tiempo que una música electrónica comenzaba a sonar dentro del recinto.
- ¡Vas a morir!, ¡Vas a morir! –gritaba un demonio de piel café desde un escenario mientras los demonios azotaban a las personas que se encontraban bailando dentro del lugar.
- ¡JAJAJAJA! Baila –le ordeno Beroul a Constantine al tiempo que una hermosa chica de piel clara, cabello lacio color café, ojos azules que vestía un minivestido negro y botas largas negras de tacón alto se acercaba al chico para sacarlo a bailar.
-Eh... No lo creo –respondió Constantine viendo con seriedad a la criatura y metiendo sus manos en los bolsillos de su gabardina.
-Fuera de aquí lejos de mis embrujos y encantamientos quizás puedas resistirme, pero aquí en mi casa... bailas –dijo Beroul chasqueando los dedos y cubriendo el cuerpo del adolescente con un aura mágica roja que lo obligo a bailar junto a la chica.
- ¿Este es el infierno? –pregunto Constantine confundido y sintiéndose un poco asustado por el rumbo que tomaba aquel encuentro con la criatura infernal.
- ¿Un Infierno? Más bien mi Infierno, verás he estado visitando Metrópolis por años –respondió Beroul bailando y esbozando una sonrisa burlona –Me sentí como en casa de inmediato, al final todos en este asqueroso pueblo venden su alma por un estúpido sueño –decía Beroul al tiempo que la chica tomaba a Constantine por detrás para después arrojarlo al televisor dentro del cual el chico comenzó a experimentar varios tormentos que iban desde el frío helado del espacio hasta ser golpeado y estrangulado por varios seres extraterrestres –La gente aquí esta tan desesperada y tan enamorada de una ilusión... ¡Oh sí! Con gusto se degradarían a sí mismos por el más mínimo suspiro de fama –dijo Beroul plasmando su rostro en la luna y llamando la atención de Constantine –Ahí abajo tenemos que esperar a que los condenados desciendan y luchar entre nosotros por el botín, pero aquí arriba... ¡Que cantidad de almas! Es un festín de miles... ¡Millones! Hambrientos de poder, delirantes egocéntricos, egoístas... ¡Todas las cualidades que buscamos en candidatos para el Infierno! –dijo Beroul para luego chasquear los dedos y tele transportar a John sano y salvo a la habitación donde se encontraba la piscina con cadáveres –Pero que ustedes llaman una condenada idea, una sucursal del Infierno aquí, operar una franquicia como la comida rápida, pero con el beneficio del castigo eterno –dijo el demonio sonriendo sádicamente y acercándose a Constantine para ayudarlo a levantarse del suelo - ¡Cuántas almas suplicando ser corrompidas y consumidas!, ¡Tanto poder que absorber para un demonio! El cielo es el límite para el empresario que llegue primero –dijo Beroul mientras estiraba sus brazos y su cuello para después ver con seriedad al Detective Ocultista diciendo –Pero tengo competencia, otros cinco demonios con aspiraciones similares y quiero eliminar a la competencia.
-Y es ahí cuando entro yo, ¿No es así? –pregunto Constantine soltando un suspiro y viendo con desagrado a la criatura.
-Precisamente –respondió Beroul sonriendo y sentándose en las orillas de la piscina.
-Um... No haré nada hasta que vea a la niña –dijo Constantine viendo con seriedad al demonio y sin percatarse que detrás de una de las puertas se encontraban Zee y Francis escuchando la conversación que él tenía con la criatura infernal.
- ¿A cuál? –pregunto Beroul confundido y esbozando una sonrisa maliciosa.
-A la hermana de Chas –respondió Constantine molesto y percatándose que el demonio estaba mintiendo.
-Ah... ¡JAJAJAJAJAJA! Para nosotros no hay nada más apetitoso que los sutiles y dulces sabores de un alma inocente –dijo Beroul sonriendo al tiempo que se ponía de pie.
- ¿Dónde está? –pregunto Constantine acercándose al demonio y colocándose frente a este para dirigirle una mirada amenazadora.
-A salvo, justo aquí ¡EJEJEJEJEJE! –respondió entre risas Beroul acariciando su enorme estomago –Podrías decir que es prisionera del amor, cautiva literalmente dentro de mi corazón.
- ¡Déjala ir bastardo!, ¡Déjala! –grito furioso Francis abriendo la puerta y entrando al lugar armado con un perchero mientras era seguido por Zee que intentaba detenerlo.
- ¡No!, ¡Chas! –grito Constantine abalanzándose sobre su amigo para evitar que golpeara al demonio –Si lo que Beroul dice es cierto, cualquier ataque que le hagamos a él será un ataque a tu hermana.
- ¡Pero no sabemos si es verdad!, ¡¿Cierto?! –respondió Francis haciendo a un lado a su amigo para después intentar nuevamente atacar al demonio.
- ¡Francis, No lo hagas!, ¡No puedes enfrentar a un demonio así! –grito Zee iluminando su varita mágica y creando un escudo alrededor del cuerpo de Francis para evitar que este golpeara a la criatura.
- ¡Tú no interfieras, Maga de Segunda! –respondió Francis golpeando fuertemente el escudo mágico de Zee hasta romperlo para luego abalanzarse sobre el demonio que al verlo chasqueo los dedos haciéndolo desaparecer.
- ¡Chas! –exclamaron asustados y al unísono los dos chicos en cuanto vieron que no había rastro de su compañero.
-No se preocupen niños, él no está muerto, solo está en otro lugar –dijo Beroul sonriendo sádicamente y acercándose a ambos adolescentes –Igual ese idiota no habría podido lastimarme, ¿Aceptaras el trabajo, Constantine?
-Um... Si voy a trabajar para ti, quiero un gran salario y un alojamiento lujoso –respondió Constantine viendo con seriedad al demonio mientras Zee solo veía con preocupación al chico debido a que a ella no le gustaba la idea de que el Estudiante de Intercambio se involucrara en Asuntos relacionados con el Infierno.
-Concedido y será con una cama matrimonial para que tengas sexo con esta linda chica ¡AJAJAJAJA! –dijo Beroul riendo sin darse cuenta que Zee solo cruzaba sus brazos debido a que no le parecían graciosos los comentarios del demonio, el cual comenzó a caminar hacia una puerta diciendo – ¡Ahora largo! Es hora de ver mi telenovela mexicana y nunca me la pierdo ¡JAJAJAJAJAJA!
Continuara...
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