Dazai observaba desde la calle como las luces de la oficina de la agencia aún se encontraban iluminadas. Sin pensarlo demasiado le dio la espalda al edificio y comenzó a recorrer las calles que lo llevaban hasta el complejo de apartamentos donde vivía. Solo se desvió un poco para poder hacer las compras en una tienda de conveniencia. Ya con varias bolsas colgando de sus manos continuo su camino disfrutando de lo solitario que se encontraba todo en ese momento. Cuando llego y con un poco de dificultad logro abrir la puerta. Con cuidado de no hacer sonidos muy bruscos ingreso a su hogar, dejo la mercadería en la cocina se quitó la gabardina y comenzó a acomodar y preparar todo para la cena. No era bueno en la cocina, pero lo que prepararía no era un plato muy complicado. Mientras a fuego lento se cocían los alimentos se encargó de acomodar el comedor y disponer todo para poder servir la comida. Ya con los preparativos listos se encamino hacia el dormitorio en donde pudo ver una platinada cabellera sobresalir entre las mantas. También podía distinguir el subir y bajar de las frazadas delatando una respiración bastante agitada sintiéndose aún más culpable por asistir a la reunión en la agencia, dejarlo había sido una muy mala idea, así como lo era el despertarlo, sabía que el menor necesita descansar, pero también sabía era necesario que se alimentara. Ese día lo había pasado casi completo en un sueño inquieto y de seguir así terminaría tan débil como la ultima vez

-Atsushi kun despierta la cena está casi lista-

-Solo cinco minutos más, además no tengo hambre-

-Aunque estés falto de apetito tienes que comer algo. Vamos levántate y acompáñame- Atsushi estaba demasiado adormilado por lo que tardo más de un minuto en tomar completa conciencia de su acompañante

-Espera, ¿qué haces aquí? - el castaño evadió la pregunta dándole indicaciones

- Estas demasiado dormido aun, mejor ve a lavarte la cara, te espero en el comedor- era cierto el peligris seguía algo aturdido por el sueño por lo que lentamente se levantó y cumplió con el pedido del mayor. Luego de refrescarse el rostro y despejar la cabeza un poco se reunió con su compañero encontrándose con que todo el lugar tenia algunas decoraciones en tonalidades rojas y verdes mientras que en la mesa había dos tazones llenos de un humeante chazuke esperando a ser consumidos. En pocos movimientos ya se había ubicado en la mesa junto al castaño quien lo había estado al pendiente de cada movimiento del menor para evitar posibles accidentes.

-Repetiré mi última pregunta. ¿qué haces aquí? se supone que debías estar en la agencia junto los demás. -

-Esta fecha es para pasarla con los seres queridos y eso significa que mi lugar es junto a ti. Además, tampoco podía quedarme en medio de una fiesta pensando que tu estaba aquí solo y más aún en tu estado. -

-Lamento el haberte arruinado la velada. Deberías estar divirtiéndote y brindando con todos. También te perderás los regalos-

-Los regalos no me interesan a menos claro que se te haya ocurrido algo con lo que podamos disfrutar ambos-ese comentario hizo sonrojar al menor entendiendo muy bien para que lado iba- además la fiesta estaba siendo demasiado aburrida sin tu compañía. Y, por último, no tienes que disculparte, no es tu culpa que el celo del tigre, la luna llena y la nochebuena coincidiera. -

- Aun así, lamento que tengas que pasarla encerrado aquí conmigo. -

- Pues yo no, me gusta estar contigo y si mi compañía puede ayudarte a pasar ese estado más tranquilo aún mejor, ahora come antes de que se enfrié. - sin más palabras ambos comenzaron a cenar. Hablaron poco durante la comida, el peligris sabía que el castaño aún estaba molesto por que les mantuvo en secreto lo de los celos del tigre así que opto por no decir nada más al respecto.

Osamu termino antes por lo que aprovecho para volver a la habitación y acomodar el futon, cambio las sabanas humedecidas por la transpiración volvió a colocar las mantas, al terminar regreso a juntar los platos sucios, ya en la mañana se ocuparía de ellos. Sin decir nada se acercó al tigre quien se veía agitado y débil nuevamente, envolvió la cintura del menor con uno de sus brazos afirmándolo contra su cuerpo y lo ayudo a volver a la habitación lo ayudo a que se cambiara de ropa lo hizo recostarse y lo cubrió con las frazadas. Él también se colocó sus ropas de dormir para luego acomodarse junto a su pareja y apegarlo tanto como le fuese posible a su cuerpo. Atsushi apenas consiente al sentirlo tan cerca busco acomodarse mejor entre los brazos del castaño para luego volver a caer en la inconciencia, seguro de que esta vez tendría un sueño tranquilo.

Dazai se pasó un lago rato acariciando la cabeza del tigre recordando la primera vez que vio al menor pasar por este estado. Solo abandono aquellos recuerdos cuando escucho el sonido en su celular anunciando las doce de la noche y luego los fuegos artificiales que estallaban generando un gran espectáculo de luces. Lamentaba no poder verlos con Atsushi pues sabe cuánto le encantan al joven. Con cuidado de no despertarlo le susurro al oído

-Feliz navidad Atsushi kun, descansa y recupérate para que podamos disfrutar los fuegos artificiales de año nuevo-y dejo un ligero beso en los labios del peligris el cual aún inconsciente le regalo una sonrisa.

Ver el rostro relajado de Atsushi mientras dormía entre sus brazos era el mejor regalo que podía recibir y él se aseguraría de que siempre pudieran dormir así.