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Dia 6: Say please

Mizuki Tsujimura pertenece a la división, es decir, esta de la parte "Los buenos que hacen el bien, (a veces) siempre".

Esta de parte del gobierno.

No es ajena a los enemigos, los buenos que hacen el mal. O los malvados que hacen el mal. Estos ultimos siempre seran castigados, pero, los primeros, casi nunca lo son.

Tsujimura no confía en sus métodos anti-héroes.

Pero ha leído algunos cómics, Port Mafia puede seguir controlando y manipulando la brújula moral siempre y cuando sean accesibles, mantengan segura la ciudad y no dejen un rastro que haga cómplice a la División de Habilidades Especiales de sus crímenes. De que están encubriéndolos.

Ya que, lastimosamente, a veces son necesarios.

Su superior le informo de eso ya, muchas gracias. Esta al tanto de que Dazai Osamu, probablemente la primera jefa de la historia de Port Mafia, se preocupa por la ciudad, solo que su forma de demostrarlo es librando silenciosas batallas sangrientas. Es probablemente la mejor jefa hasta ahora, siguiendo el legado de paz para la ciudad de su predecesor. No, rectifica, la mejor.

Tsujimura puede arquear sus cejas y firmar cartas (a los que denomina frívolamente, papeleo) de condolencias a las familias de cada víctima asesinada brutalmente por los reyes del puerto, pero secretamente le complace el poder femenino ante la crueldad pero efectividad de la jefa. Esa chica es una heroína oscura. Por lo menos para ella.

Además, tuvo una reputación antes de ser jefa. Siempre fue un prodigio, aunque, a sus veintidós años de edad, ya no pueda llamarse así. Su diabólica inteligencia le dio frutos. Es la más poderosa de Yokohama, probablemente.

En términos de recursos, por supuesto. Tsujimura no puede obviarlo. Hay personas poderosas en el puerto. Pero Dazai Osamu ha sabido ganarse el favor de todas ellas, lo que le da recursos, muy poderosos.

Pero, en términos de fichas, las tiene todas intactas. Como si de las ocho filas del tablero de ajedrez, siete fueran monopolizadas por ella. Los usuarios de habilidad más fuertes son leales a Port Mafia. Todos tienen un elegante y oscuro collar alrededor de sus cuellos que los ata a esta organización. Y Dazai Osamu sostiene las correas de todos ellos. Tal vez ella también tenga una, pero se camuflajea en el negro de su traje hecho a medida.

Por supuesto, entre estas correas está la más ostentosa, la de Chuuya Nakahara.

Tsujimura puede carraspear, quizás sonrojarse un poco y presumir que conoce a Nakahara Chuuya, el usuario de habilidad más poderoso de Japón, quizás también lo fue de Italia, lugar donde ambos coincidieron.

Un cabo suelto de la Port Mafia terminó en la prisión de Cerdeña, de donde escapo. Mizuki y su equipo también tuvieron que intervenir, al deducir el plan del criminal de aliarse con las organizaciones informantes de Yokohama. Antes de que llegara a Japón, el cabo suelto tanto de la División como de Port Mafia debía ser capturado.

Nakahara Chuuya fue enviado solo a tal misión.

Mizuki fue acompañada por 16 hombres.

Y no la malinterpreten, ella conoce que es fuerte. Quizás no tenga control total de su habilidad, pero es difícil deshacerse de ella. Su habilidad está condicionada para evitar que muera. Al ser del departamento de inteligencia, ella conoce a sus propios enemigos, puede saber cuando alguien quiere matarla. Por ello, su habilidad los mata primero. Nunca es tomada por sorpresa. Le gusta creer eso.

Aunque, no siempre lo que queremos coincide exactamente con la realidad. No podemos distorsionarla. No podemos tapar el sol con un dedo. Mizuki y Chuuya Nakahara terminaron este misión con éxito. Semanas más tarde, su superior le ordena negociar con Port Mafia para combatir la organización extranjera que está dispersándose por Yokohama, y ella está aquí. Y no va a mentir.

Es lo último que se le cruzaría por la cabeza.

¿La mujer más cruel y poderosa de Yokohama junto con el hombre más poderoso de Japón? Buen duo. Tsujimura podría aplaudirles por sus increíbles hazañas. Quizás no tendría idea de su bien escondida intimidad. Corrección. Tsujimura estaría feliz de no conocer su intimidad.

Pero ha sido forzada a ello.

Hace unos minutos, la jefa de Port Mafia estaba en el escritorio. Sus dedos entrelazados y una expresión que le dice a cualquiera 'Tu no sabes que estoy estafándote' en medio de una negociación y cualquiera podría creerla.

Da un poco de miedo, si es sincera. Le ofreció te negro, y duda que el te sea más oscuro y vacío que sus ojos. O su traje. Espeluznante.

La castaña, primero, la obligó a ganarse su respeto. Supo que era una táctica para luego darle la falsa ilusión de que la mira como igual. Pero Dazai Osamu tiene escrito en el rostro su desdén a la División.

"¿Una agente de inteligencia? Ango debe estar quedándose sin negociadores". Su dulce y terrorífica mirada está en Tsujimura. Las ondas de su cabello son bastante bonitas, le preguntaría cual es su truco para hacerlas si estuviera frente a alguien que no fuera la Jefa de Port Mafia. Si son naturales o están hechas con calor.

"Mizuki Tsujimura, Dazai-san", se presenta, y le hace una reverencia a Chuuya Nakahara a la derecha de la castaña, este incluso sonríe un poco. "...Supongo que los negociadores no son lo suficiente inteligentes. Fui enviada a agradecer su intervención en el conflicto Manzana Muerta, señora."

"¿Asi que así es como lo llaman?", divaga ella en respuesta. "El gobierno está espiándome, ¿no es asi?", dice con una expresión ofendida. Tsujimura encuentra el infantilismo en ello. Al parecer la broma le fue devuelta.

"De todas formas, Ango me debe suficientes favores. Nos enfrentamos a algo serio si poco después de utilizar a la Port Mafia viene arrastrándose por ella otra vez".

Tsujimura se tensa levemente ante su queja, ignorando la mirada que comparten ella y su mano derecha, este último levantando una ceja como recordándole sus modales. La otra respondiendo con una mueca.

Y, aunque lo hubiese visto. No tendría ni idea.

Su expresión es confusa mientras la jefa es relevada de su asiento detrás de escritorio del líder y se desplaza al sofá. Tsujimura ahora se sienta frente a Nakahara Chuuya, sus dos piernas sobre el escritorio despreocupadamente. Tsujimura podría sufrir un ataque ante tal violácion en cualquier momento.

"¿Tu y tus jefes entienden lo que eso significa, no es así?", una sonrisa venenosa se instala en los labios de la morena. "Un favor grande, por cobrar. Otro más en la lista".

Tsujimura se estremece, tiene razón. Ango debe saber que la jefa lo asesinaría apenas pusiera un pie en su oficina aunque sea por diplomacia o lo asesinaría la vergüenza de suplicarle un favor a la misma despues del reciente conflicto del dragón. Por ello envío a su subordinada en su lugar. Podría sentirse ofendida, pero conoce que Ango es un poco cobarde.

Por suerte, Dazai Osamu deja a su mano derecha hablar.

"Pero no te preocupes", interviene Chuuya. "Este pago puede ser inmediato".

Tsujimura jamás lo habría imaginado. No importa si empeñara toda su mano en tapar este sol. Era imposible de prever.

Un gemido, entrecortado y posiblemente involuntario proviene del sofá.

La corbata color mostaza, único elemento de color chillón en el atuendo de la castaña, esta floja alrededor de su cuello. No lleva pantalones.

"Debo disculparme por el comportamiento inapropiado de mi superior, Tsujimura-chan", puntualiza Nakahara, observando de reojo la semi desnudez de la Jefa de Port Mafia en el sofá de la oficina, esta mujer tiene una mano entre sus piernas y un sonrojo que empieza desde su cuello. "Verás, durante la misión en Europa, Dazai estuvo al auricular todo el tiempo. Fue terrible lidiar con su incipiente berrinche al volver por nuestra táctica para acercarnos al objetivo."

¿...Berrinche? ¿Están hablando de la misma Jefa? Tsujimura traga, y al mismo tiempo otro jadeo lascivo llena su silencio confundido.

La jefa de Port Mafia esta actualmente sin pantalones en el sofá de su oficina, algunos dedos de su propia mano dentro de ella y su mano derecha fue quien le ordenó hacer todo esto. Tsujimura creía que Nakahara se disculpaba de este comportamiento inapropiado en específico, pero el se refiere a que la jefa estuvo siendo hostil con ella desde el principio porque estaba celosa.

"Yo... No entiendo"... Cree que Ayatsuji tenía algo de razón al creerla ingenua. No podría esperar únicamente diplomacia de los peores criminales del bajo mundo.

"No tienes que hacer nada mas", Nakahara se encoge de hombros.  "Solo tienes que permanecer ahí mientras la Jefa recuerda sus modales. Entonces la Port Mafia les ayudara".

"Pero-", Tsujimura quiere preguntar. "¿Ella está bien?", un sonrojo se apodera de las mejillas de la de cabellos cían. Evita mirar a la castaña menor en el otro lado de la habitación pero incluso es igual de malo ver a Chuuya, del otro lado del escritorio.

Este ríe, su risa es algo graciosa. "Oh, por supuesto. ¿No ves lo bien que esta?"

Tsujimura le envía una mirada.

"Chuuya", se queja la castaña. "Yo-, esto es estúpido. Ella debería irse y tu deberías ayudarme a terminar".

Si, Tsujimura opina algo parecido. No tendrá ninguna participación en lo último, así que eso le parece opcional, a decir verdad. Aunque la indiferencia en la jefa la consterna un poco. ¿Ellos han hecho esto antes...?

De una forma lasciva, Mizuki puede ver el deseo en los ojos de la mano derecha de Dazai, pero este se mantiene estoico en la silla, el cabron este disfrutando de esto. Lo que significa que apenas está comenzando.

"Es precisamente esa actitud la que te tiene en tu situación, cariño." Arrulla el pelirrojo. "Termina de prepararte".

Prepararse.

"C-chuuya-san", llama la de ojos violetas. "¿Esta es la forma de pago? Yo-", su sonrojo es peor cada palabra que dice. "Nunca tuve ninguna intención en Italia desde el principio, creo que este malentendido puede resolverse de otra..."

"Oh", interrumpe Chuuya. "Ella sabe perfectamente que no estaba sucediendo nada, simplemente le gusta actuar como mocosa". Chuuya se encoge de hombros.

"Pf", resopla Dazai, "¿Sigo aquí, sabes?" Tartamudea. "Y, ¿Cómo podría ver a Chuuya y no intentar nada? Ni siquiera yo puedo hacer eso, ¿se supone que te crea?"

Tsujimura siente la necesidad de defenderse, pero hay dos cosas que la detienen en un balbuceo ofendido. Primero, quizás si se sintió algo flechada por la encantadora apariencia del pelirrojo, aunque no esté dispuesta a admitirlo para ahorrarse tres balas en su cabeza del arma de la lider. Y segundo, esto es más una pelea matrimonial que algo en lo que deba meterse por su dignidad.

Chuuya rueda los ojos. "Algunas personas simplemente se comprometen con su trabajo, ¿sabes? Nadie esta buscando traseros todo el tiempo como tu. Admite que estas avergonzada".

"¡Yo-!", la morena se sonroja. Tsujimura no creía que estaría viva para ver eso. O nada de esto más bien. "¡Por supuesto que no! Podrías inclinarme frente a toda la mesa ejecutiva y todavía no estaría avergonzada, esto es insignificante."

Tsujimura prefería haber sido enterrada sin tener esa imagen en su cerebro alguna vez, si le preguntas. Aunque eso le hace confirmar que si, ellos han hecho esto antes. Probablemente lo volverán a hacer.

"Ja, por supuesto que se que lo disfrutarias", responde Chuuya burlón. "Pero esta no es la mesa ejecutiva. Estas frente a un rival que creaste en tu cabeza, mientras te abres como la bastarda insaciable que eres. Eso debe ser mortificante, incluso para ti."

Dazai intenta hacer un sonido de burla, que parece más bien un gemido. Tsujimura siente algo de empatía. Un enemigo que creo en su cabeza. Suena tonto, pero supone que estar alerta es algo que la Jefa de Port Mafia ha aprendido como parte de su rutina. Incluso lo incorpora a las partes más sencillas de su día a día, como su vida sexual. Con Chuuya Nakahara.

Tsujimura quiere irse, si le preguntan. Pero nadie esta preguntándole, joder. No hará un gramo del papeleo que generará el conflicto por el que vino a negociar una vez resuelto. Ango lo hará.

"Pero esto apenas está comenzando, cielo". Chuuya juega con una pluma entre sus dedos, luego suelta una orden sencilla. "Ven aquí".

Dazai Osamu se levanta, arrastrando sus piernas temblorosas hacia su escritorio. Tiene claro que hacer, inmediatamente se sienta en el regazo de Chuuya.

El resultado en la de cabellos cían es avergonzarse, y por un momento, incluso le gustaría estar en una posición similar. Aunque esa clase de pensamientos son la razón por la que está estancada aquí.

"Es entrañable, ¿no es así?", murmura Chuuya, tomando la mandíbula de Dazai. "La gran jefa de Port Mafia solo quiere que la follen contra el escritorio por sus propios celos, siendo tan obediente." Chuuya desliza su mano hasta tirar de su cabello que baja algunos centímetros debajo de sus hombros y obligarla a voltear hacia Tsujimura, dejando un pequeño camino de besos desde la mandíbula hasta su oreja. "Deberias avergonzarte".

"Um-", responde elocuentemente ella. "Eres malo, aunque tengas razón." Se queja, arreglándoselas para sonar compuesta aunque esté sobre la elección de su mano derecha, entreteniendo un público avergonzado pero algo interesado. "¿Pero aún así vas a follarme?", Inquiere tímidamente.

Incluso la otra mujer en la sala reconoce que es un acto, realmente no esta avergonzada, y ella es todo menos tímida, pero aún así se ve atrapada en su mentira.

Y a pesar de que Chuuya es quien tiene el mando aquí,  Mizuki reconoce que las baterías del mayor son insertadas meticulosamente por el simple batir de pestañas de Dazai para tenerlo rápidamente rasgando su ropa.

"Puedes ser un dolor en el trasero, pero supongo que siempre consigues lo que quieres", suspira Chuuya, cargándola violentamente para estamparla contra el escritorio, boca arriba. Presionando el bulto en sus pantalones sin delicadeza contra la entrepierna desnuda de la menor. Esta gime ahogado. "Podría hacerlo," admite Chuuya, con un leve hilo de suspenso.

Mizuki tiene sentimientos encontrados acerca de estar presente cuando eso suceda, pero supone que su asistencia aquí asegurará el bienestar pleno de Yokohama, que lío.

Chuuya atrapa las muñecas de la morena, inclinándose depredadoramente. Susurra con una sonrisa orgullosa.

"Si lo pides por favor".

Dazai flaquea, estremeciéndose ante el toque de su amante, gime impotente.

"Chuuya ha calculado bastante bien mi ruina, ¿eh?", suspira, arrastrando las palabras. El pelirrojo musita algo neutral en su cuello, Mizuki empieza a sudar frio, ¿siquiera saldrá viva de aquí después de ver todo esto? ¿La jefa de la Port Mafia empezara a odiarla de verdad y la matara? No hay forma de que salga ilesa después de todo este juego retorcido entre ellos. 

"Por favor", jadea ella, "Follame, Chuuya", suelta como un quejido desesperado.

Tsujimura se levanta de su silla. Cree que ha estado demasiado tiempo sentada.

"Oh, por supuesto." exclama Chuuya, como si recién se acordara. "Puedes retirarte, Tsujimura-san", le concede con una risa, sin soltar a Dazai ni dejando de mordisquear su cuello, solo levantando deliberadamente la vista. "Me encargare del resto" finaliza Chuuya con una risa algo maniaca.

Que jodida pelicula de terror.

Tsujimura se aleja hacia la puerta a pasos largos, sus tacones haciendo ruidos sordos que se asemejan a la pelicula de horror que dice, de esas que tienen escenas eroticas cuando no están asesinando a alguien a puñaladas. Ella huye.

Aun así, mantiene un poco la compostura inclinándose en la puerta, despidiéndose en algo ininteligible. Chuuya tiene una mano en el cuello de su jefa mientras esta gime, tirando su cabeza hacia atrás para verla con una sonrisa socarrona.

Tal vez se la merece, un poco.

***

Dazai, que siente la sangre subir a su cabeza y su flequillo colgar con la cabeza en esa posicion, se acomoda para ver a Chuuya. 

Chuuya, siempre bonito con sus amenazas sexys y su ereccion presionando al lugar correcto en ella. Cuando lo estragos de la falta de aire en su cerebro empiezan a marearla, solo puede concentrarse en la ínfima fricción.

"¿Que voy a hacer contigo?," suspira Chuuya, sin soltar su cuello. "Sabes como y cuando utilizar tus palabras, ¿no es así?", su otra mano baja hasta tomar la cadera de Dazai, abarca el hueso y la parte trasera. Adora las manos de Chuuya. Especialmente sobre ella. "Incluso debes saber que te ves jodidamente sexy así".

Lo dice como si lo lamentara, pero, oh no, Chuuya disfrutara esto. Disfrutara reduciéndola a solo eso. Su desastre jodidamente sexy. 

Ella suelta una risita suave, que se las arregla para pasar por malvada. "Bueno, a veces es aburrido ser la cruel jefa de Port Mafia, creo que lo entiendes. Por eso Chuuya esta perfecto siempre a mi lado." 

Por supuesto, ideal para follarla con violencia y hacerla gemir como una perra desenfrenada cuando el papeleo sea demasiado urgente pero demasiado molesto de hacer. Es su salida de emergencia. Chuuya puede cogerla sobre ese molesto papeleo cada vez que se lo pida.

Y eso esta haciendo.

Chuuya tararea, llevando dos dedos a su entrada, verificando si esta bien preparada. Muy caballeroso. Incluso le da algunas estocadas con los dedos de alivio. Aunque solo logra avivar el fuego en sus entrañas

Dazai tira de el, gimiendo el sabor de su boca y también ante el estremecimiento de Chuuya por jalar del cabello de su nuca. A Chuuya le gusta un poco sentir miedo mientras follan, así que no es como si le preocupara particularmente a la castaña.

El corresponde su gemido presionando su ereccion palpitante y desatendida contra sus propios dedos profundamente en ella. Mierda, realmente necesita que Chuuya se ponga un poco más violento. Estaría encantada. Rodea la cintura de Chuuya con sus piernas.

"Ah, estas empezando a ser una maldita malcriada otra vez." Se queja Chuuya, aunque eso no detiene que vuelva a besarla mientras mete la mano debajo de su camisa.

Dazai empuja, moviendo sus caderas con descaro, un gemido satisfecho y prolongado se ahoga en el beso desordenado de Chuuya. Quiere que Chuuya la folle, pero sus labios son un poco adictivos. Pelear por el control de su lengua está volviéndose un poco más personal, más importante que separarse para respirar.

Ella gruñe cuando Chuuya retira su mano, en cambio rebuscando a ciegas en la gaveta del escritorio. El siempre bienvenido lubricante esta ahí.

"C-chuuya", jadea, el liquido se riega descuidadamente en su entrepierna y se retuerce a cambio. Chuuya no espera un segundo más, entra en una sola estocada.

"Mierda", gime el pelirrojo. "El condon-", tartamudea, volviendo a rebuscar en la gaveta, Dazai gime exasperada.

"Tomaré la pastilla", responde a cambio. "Solo follame y no termines adentro, ¿quieres?"

Chuuya se burla, casi con afecto. "¿Demasiado desesperada, cariño?"

"Lo suficiente para dejarte follarme en carne viva, eres tan lento", se queja ella. Chuuya toma su cadera y obedece la silenciosa petición de encargarse únicamente de follarla.

La morena cierra los ojos, tomando las muñecas de Chuuya que están restringiendo sus caderas, entonces empieza a arañar mientras cada estocada la empuja sin clemencia en el escritorio.

Sus gemidos son descontrolados, no tiene idea de la hora pero espera que los subordinados estén en el almuerzo. O no. Tal vez deberían saber que Chuuya es suyo si alguna vez quieren coquetear con el.

El mayor le arranca un gemido prolongado, sollozando pero ahogando el lamentable sonido con sus propios gritos.

Chuuya se suelta de sus marcas cuando presiona el pulgar en su clitoris, empezando a movernos en círculos sin desatender sus estocadas. Va a llegar pronto, lo sabe. Siente las replicas de su orgasmo incluso ante de llegar a él, por lo que obtener el clímax es pura sobre estimulacion.

Es enloquecedor y hermoso. Algunas de sus anteriores aventuras llegaban al orgasmo primero y se olvidaban de ella. Dazai terminaba la noche satisfecha entre las sabanas de Chuuya. Fue cuando entendió que, la simple frase del pelirrojo sobre su cuello: "Eres mía" es, en realidad, un hecho.

El sexo está arruinado para Dazai. Por ello siempre volverá para tener su dosis de placer real y crudo con Chuuya.

Chuuya gime despues de unos segundos, saliendo de ella, y Dazai se apoya en sus codos con pesadez, mirando al mayor insatisfecho. Le gustaria decirle que puede volver a entrar y sobreestimularla cuanto quiera. Pero preferiría reducir el riesgo aunque tome la pastilla, así que se arrodilla en el suelo.

"Termina," ofrece Dazai. "Sobre mí, por favor".

Chuuya acepta la oferta gustoso, sorprendiéndose un segundo, su mano se mueve al mismo ritmo que llevaba dentro de Dazai, y ella puede revivir el sentimiento, removiéndose a la nada u gimiendo cuando Chuuya viene, saca un poco su lengua. El sabor siempre es bueno. Prefiere las cosas dulces, pero el sabor de Chuuya siempre será bueno.

Sus manos se apoyan en los muslos de Chuuya mientras esté mueve su mano un par de veces mas para exprimir sus replicas. La morena siente el semen en sus pómulos, con los ojos cerrados incluso se humedecen sus pestañas descansando contra sus mejillas.

Una bonita obra de arte.

El pelirrojo jadea, sentándose en la silla de Dazai, ella se levanta y gime otra vez. Pasan unos segundos recuperándose en el silencio de sus jadeos. El bajón es exhaustivo.

"Chuuya", llama. "¿Puedes follarme mientras tengo esto en mi cara?" Pregunta ella después de un tiempo, dulcemente sentada en el escritorio, pateando sus piernas al aire.

El mayor sonríe cansado. Así que quiere más, joder. Nunca tendrá suficiente de esta mujer

"Puedo pensarlo", el ya tomo la decisión. Aun así lo intenta. "¿Puedo sacarte algunas fotos?"

Dazai se avergüenza, pero aún así asiente alegremente.

"¿Vas a enviárselas a Tsujimura? Esa seria una idea excelente"

***

Este otro capitulo esta dedicado a @ileelay, no es el omegaverse que prometi pero me tardaria mucho para escribirlo en el futuro, por eso te dejo esto por mientras jiji. Gracias por tanto, aprecio todos tus comentarios ❤️❤️.

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