❃[03]
Se dejó caer al duro suelo de la tierra, soltando un gran suspiro de cansancio, habían caminado aproximadamente durante casi 8 horas ¿Cómo habían sido capaz de tanto?
Sentía que sus piernas en cualquier momento podrían decidir no responder más. Acarició su cuello, haciendo pequeños círculos con su cuello.
—¿Cansado? —Hoseok soltó una risa agotada.
—¿Tú qué crees? —Namjoon tomó asiento al lado de él, apoyando su peso con sus brazos tras su espalda.
—Jae se ha estado quejando porque su pierna se durmió.
—Quién debería quejarse debería ser Do, qué lo llevo sobre su espalda todo esté tiempo.
Ambos rieron cansados, volteando a ver el pequeño espectáculo que tenían montado aquellos alfas, Jae quién insistía en revolcarse entre la tierra mientras sujetaba la pierna de Do, quién tiraba de la chaqueta del otro para poder soltarse.
—Ya suelta pequeña sanguijuela, déjame orinar tan siquiera.
—Llevame contigo, también quiero hacer pipí. —Jae chilló cuándo sus brazos fueron arrancados de la pierna de aquel Alfa más grande que él. —¡Nyaaaa!
—¿A caso eres una gata en celo para qué grites así? —Hyerin se cruzó de brazos viendo aquel ridículo drama.
Jae giró sobre su cuerpo soltando un gruñido, que fue correspondido por el beta pelirrojo.
—No me gruñas imbécil, soy un Alfa.
—¿Y crees que me intimida? Puedo romperte la cara de un sólo puñetazo. —Un dato peculiar del beta, era el hecho que ofrecía golpes a cualquier que se le cruzará por el camino.
La tensión estaba creciendo, provocando que otros Alfas se reunieran a su alrededor, inquietando a sus lobos.
Hoseok se levantó sacudiendo la tierra de su trasero, siguiendo a Namjoon quién ya estaba interponiendose entre aquellos dos hombres.
—Muy bien muchachos, creo que es hora de que está conversación muera aquí.
Hyerin empujó la mano del moreno, apartandola de su pecho con bastante brusquedad. Mientras Jae mordía con crueldad sus labios, logrando que la sangre escurriera por su comisura.
—Ese imbécil, se cree superior a mi, aún cuándo es un simple beta.
—Wou, wou, wou, Jae, por favor. —Las peleas casi a diario de aquellos dos, no era nada nuevo para aquel grupo de soldados.
Solamente que en ocasiones cómo estás, dónde lo único que querían era descansar, aquellas riñas solían ser molestas y estresantes.
—No necesito ser un Alfa para aplastar tu cabeza. —Uno de los otros Alfas, tomó a Hyerin por el brazo, tirando de éste para alejarlo.
Namjoon frotó el puente de la nariz, soltando un suspiro cansado.
—Podrían sólo por está vez dejar sus estúpidas peleas fuera de esto, si no se han dado todos estamos cansados, queremos comer y dormir tan siquiera unos minutos.
—Vamos Jae, acompáñame a orinar. —Do decidió tirar de Jae, arrastrándolo lejos de ahí.
Hyerin chasqueo su lengua molesto, lanzando una patada a la tierra y soltarse del agarre de su brazo.
—Idiota. —Echando humo camino hasta el pequeño grupo de omegas.
Quiénes felices lo recibieron entre sus brazos, brindándole de sus comidas, para gusto de Hoseok, Jungkook también parecía bastante emocionado y a gusto atendiendo al otro beta.
El pelirrojo podía ser un idiota y altanero con sus compañeros, pero de lo que trataba con los omegas, parecía otra persona, quién reía y jugaba con aquellos seres esponjocitos y tiernos.
Al menos no era tan idiota creyó Hoseok.
—¿No irás hablarle al cachorro? —Negó suavemente con su cabeza, girando sobre sus pies para regresar a su antiguo lugar.
—Solamente quiero dormir.
—Tienes razón, debemos irnos antes del amanecer.
Cruzando sus brazos tras su cabeza, cerró sus ojos dejándose guiar únicamente por los sonidos que se escuchaban fuera de su campaña, los Alfas con lo que iba a compartir esa noche habían preferido seguir haciendo alboroto afuera, en lugar de descansar lo más que pudieran.
—Estupidos.
Escupió para si mismo, había decidido empezar una cuenta de ovejas, quizás así conseguía conciliar el sueño que tanto anhelaba.
—¿Hyung?
—¿Qué haces aquí? Es peligroso.
Un brazo se posó encima de su cintura, apresando a la vez que un cuerpo más pequeño que el de él se pegaba al propio, apoyando gentilmente su cabeza sobre su pecho.
Parece que no iba a ser posible dormir tan pronto cómo quería, bajo un brazo, abrazando por los hombros al pequeño Omega, dejándose llevar por las tiernas caricias que su mejilla provocaba sobre su pecho.
—Hyung...
—¿Mh?
—El Alfa rubio ¿Era su amigo? —Hoseok negó sin despegar su nariz de la cabellera castaña.
Aquel aroma de vainilla y canela era demasiado embriagante para su pequeño olfato, no podía ser un Alfa pero su sentido del olfato no estaba tan perdido, con los años había aprendido agudizarlo.
—Nunca lo había visto en mi vida. —Siendo obligado a despegar su nariz, topo con la mirada curiosa del Omega.
—¿Nunca? Entonces... ¿Por qué lo ayudo?
—Él necesitaba ayuda, así que por eso lo ayude, ahora déjame seguir disfrutando de tu aroma.
Jungkook arrugó su nariz levantándose para quedar sentado y cruzar sus brazos a la altura de su pecho, molesto, tiernamente molesto pensó Hoseok.
—¿Robamos medicina por un desconocido?
En definitivamente, no iba a conseguir dormir cómo planeaba al principio, apoyando su peso entre sus codos Hoseok frunció su ceño.
—Jungkook, ese Alfa, necesitaba ayuda, y nosotros teníamos los medios, aún si hubiéramos tenido poco, lo hubiera ayudado de igual forma, incluso, le hubiera dado mis ropas.
—Pero...
—Si tienes poder para hacer el bien, no te rehúses a hacérselo a quién lo necesite; no digas a tu prójimo: «Vete, vuelve de nuevo, mañana te daré», cuándo tengas contigo que darle. Proverbios 3:27-28.
El Omega abrió sus labios, ahogando sus palabras al darse cuenta que no tenía nada para poder argumentar en contra de aquellas palabras.
—Lo siento. —No sabía si se disculpaba con el beta o si se disculpaba con aquella persona, quizás se estaba disculpando con todo.
Al creer que el Alfa rubio no merecía la ayuda, Hoseok tenía razón, con toda está guerra lo menos que se debía tomar era el egoísmo y negarle ayuda a quienes realmente lo necesiten.
Entonces se lamentó de pronto por aquellas personas inocentes que fueron acribillados a sangre fría, sin darles la oportunidad de salvarse o incluso, nadie había hecho para ayudar, empezando por él, qué no hizo nada por ayudar a sus padres cuándo estos rogaban por su ayuda.
Solamente se había quedado en un rincón llorando lleno de terror, salvando su propio pellejo al esconderse.
—Hey, tranquilo. —Escondió su rostro entre el cuello del mayor, soltando pequeños sollozos. —No has hecho nada malo.
—Debí ser más fuerte y quedarme ayudar a mis padres.
—No debes echarte la culpa, eres apenas un cachorro, tus padres debían velar por tu seguridad, así que estoy seguro que ellos están tranquilos porque has logrado sobrevivir, teniendo la esperanza de poder cumplir tus sueños cuándo está guerra termine.
—¿Qué puede ser un Omega? No hay posibilidades para nosotros.
—Claro que las hay, si no fuera por ustedes, no hubiera ningún soldado de pie para seguir luchando, hacen un estupendo trabajo, arriesgándose en el campo de batalla.
—¿Cómo puede mantenerse positivo a estás alturas?
Sus labios dieron una pequeña sonrisa, continuando sus caricias entre el cabello del Omega, ojalá y él pudiera creer en sus propias palabras.
—La esperanza es lo último que se pierde.
No habían comenzado aquel día de la mejor manera, Taehyung se removía en aquel colchón, sudando frío al contener aquel dolor que se extendía por su pierna.
—Ya pasará cielo, ya pasará.
El lobo de Seokjin no paraba de rasguñar, aullar, rodar sobre su cuerpo ante aquel sentimiento de inquietud al buscar el lobo de su Omega, pero sus intentos eran tan inútiles, porque aquel animal ya no existía.
—El hilo es demasiado delgado, por lo que no es capaz de unir por completo la herida.
Yoongi había recibido más de una patada en su rostro y pecho por parte de Taehyung, así que sin otra alternativa Seokjin y Jimin se vieron obligados a sujetar su cuerpo a la fuerza mientras el Alfa pelinegro seguía tirando del hilo para sacarlo por completo de tu piel.
La herida al estar expuesta, había provocado que el hilo se adhiera a la piel, siendo pegada por el mismo pus.
—El analgésico que le aplicaste, limpio la infección que se había adentrado en la herida, sin embargo, la piel al rededor está sanando demasiado lento.
—Yoonie ¿Entonces qué deberíamos hacer?
Eunwoo lloraba en un pequeño corralito improvisado, tirando sus bracitos llamando a gritos desesperados estar en los brazos de su padre Omega.
—Ya voy por ti bebé, papi irá contigo pronto mi amor.
La voz de Taehyung estaba un tono más ronco debido a sus gritos ahogados por la mano de su Alfa, desplomó su espalda en el pecho contrario, tratando de normalizar su respiración agitada.
—Lo mejor será limpiar por completo la herida y cauterizar la herida.
Yoongi pasó la manga de su camisa sobre su frente, limpiando el molesto sudor que había empezado a bajar por su rostro.
—Cau... ¿Cauterizar? —Seokjin tragó saliva al recibir una respuesta afirmativa.
—No... Prometo aguantar el dolor lo juro.
—Taehyung. —Sus ojos llorosos enfoco a Yoongi frente a él, ahora estando de pie con ambas manos a un lado de su cadera. —Se qué el cauterizar una herida duele hasta el culo, pero necesitamos cerrar esa herida ahora sí o sí.
—Pero señor Min.
—La herida seguirá supurando debido a que no estás teniendo el cuidado que es debido, más las condiciones en las que estamos, será muy lenta tu recuperación.
Bajando la cabeza, Taehyung sorbio su nariz asintiendo lentamente.
—Entiendo, hágalo.
Jimin abrazó su cintura, dejando su oreja pegada a la altura de su pecho, escuchando cómo su corazón palpitaba de manera acelerada. Soltando un poco de su aroma para poder calmar los nervios del Omega mayor.
—Yoonie es el mejor doctor que conozco, él ha sido quién ha curado mis heridas todo esté tiempo, fui herido gravemente en mi pancita y gracias a él estoy aquí con usted.
Taehyung soltó una mano de Seokjin, posandola en la cabeza del menor, soltando una pequeña sonrisa enternecida.
—¿Cuántos años tienes Jimin?
—16.
Yoongi se había levantado, yéndose al otro lado de aquella habitación, buscando algo en especial dentro de los cajones de un viejo mueble.
—¿Y... Yoongi? —Para ser sinceros, había sentido curiosidad sobre ellos.
Claramente Jimin era un cachorro, y no dudaba que estuviera entre los 15-17, pero el Alfa, se veía demasiado maduro al lado de un niño, sintió cómo su playera fue arrugada regresando su atención sobre el chico que lo mantenía abrazado de la cintura.
—37... —Taehyung abrió sus ojos llenos de sorpresa, ahogándose con su propia saliva.
Seokjin había escuchado, pero a comparación de su pareja había disimulado su sorpresa, no creía que el Alfa le duplicará la edad.
—Está bien, estoy acostumbrado a que las personas sobre reaccionen al enterarse de nuestra clara diferencia de edades.
Taehyung sintió un poco de culpa sobre sí mismo, se imaginó varios escenarios dónde aquel pobre chico recibiendo incluso insultos.
Limitándose hacer comentarios decidió esparcir suaves caricias sobre la espalda de Jimin, apoyando su mejilla contra su cabecita.
—Bien. —Hablando del diablo, Yoongi volvió a sentarse frente a ellos. —Seokjin, necesito que amarres la boca de Taehyung.
—¿Qué? —Preguntó incrédulo, tomando entre sus manos un pañuelo doblado por lo largo.
—Necesitamos amortiguar sus gritos. —Levantó la mirada del estuche al no recibir respuesta del contrario. —Hazme caso, anda, amarra su boca.
—De acuerdo.
Algo incómodo por aquello, amarro la boca de Taehyung, dejando su cabeza recostada sobre su hombro. Cruzó sus brazos alrededor de sus hombros, dejando que su Omega se sujetará de sus brazos cruzados.
Por otro lado, Jimin volvió a sentarse, para sujetar con la fuerza que pudiera las piernas de Taehyung.
Yoongi había medido las navajas sobre la herida, quedándose con la que media 10 centímetros, concentrado en su labor espero en silencio hasta que la hoja de metal se tornará de un color anaranjado fosforescente e intenso.
—A la cuenta de tres ¿De acuerdo?
Taehyung asintió respirando asustado, viendo con terror aquella navaja mientras enterraba las uñas entre los brazos de Seokjin, cerró con fuerza sus ojos sintiendo el ardor de lo caliente quemar su piel cuándo el Alfa pelinegro tan sólo había contado hasta el número uno.
—¡MHMMMMMA!
Le daba la razón al mayor de todos, aquello ardía y dolía hasta el culo, sin contar el desagradable aroma de carne cocida que sintió en esos momentos, quiso vomitar.
Jimin sujetaba sus piernas, haciendo su mejor esfuerzo para mantenerlas quietas y no brindará una patada a su Alfa ocasionando algún accidente.
—Bien hecho Taehyung. —Felicitó el pelinegro, en un intento de suavizar la tensión.
Con la frente sudorosa, Taehyung escondió su rostro entre el cuello de Seokjin, buscando con insistencia su aroma.
—Dijiste que a la cuenta de tres Yoongi.
El nombrado río un poco, abanico con su mano la herida, tomando el tiempo con el reloj de bolsillo.
—Nunca existe una cuenta cachorrito, lo mejor es no dar tiempo para pensar.
—Pero duele.
—Lo sé. —Después de esperar diez minutos, Yoongi guardo el reloj, tomando el muslo de Taehyung sobre sus manos. —Los tejidos estarán resentidos unos dos o tres días, así que sólo tendremos que estar lavando constantemente la herida y aplicarte antibiótico para ayudarte a curar por completo.
—Pero entonces ¿Solamente es eso verdad? ¿Ya no tendrá que quemar más?
—No, ésto sería todo Seokjin, ahora debe descansar, por el momento es probable que sufra de fiebres y escalofríos.
—Gracias, vamos cariño, debes descansar.
Taehyung asintió cansado, dejándose acomodar por Seokjin, quién depósito un beso en su frente cuándo lo dejo por completo recostado en el colchón.
Seokjin se acercó a Eunwoo, meciendo su pequeño cuerpo entre sus brazos, en busca de calmar los suspiros de resentimiento que soltaba.
—Ya cielo, papá ya está aquí.
Seokjin había logrado interactuar con los demás, encontrando en su mayoría omegas y betas, de alfas pudo contar que en totalidad sólo habían cuatro.
—¿Cómo está tú Omega?
Cambio de lado la toalla sobre su frente, tocando con el dorso de su mano sobre su cuello, la temperatura subía y bajaba en constante cambio.
—Su temperatura sube y baja.
—¿Cómo se lastimó? —Sehun, uno de los betas de aquella pequeña manada, se sentó apoyando su mentón sobre las rodillas.
—Una lata se clavó en su pierna, cuándo intentamos huir de una explosión.
—Oh, eso debió doler cómo el infierno.
—Si, sufrió más cuándo la saqué, a cuándo se le clavó.
—Que horrible, yo me salve de perder mi oreja ¿Ves? —Sehun mostró su oreja izquierda, adornada de una gran cicatriz.
Lo había dicho tan tranquilo, que Seokjin podía asegurar que lo había dicho hasta con cierta burla.
—¿Qué te sucedió? —No quería sonar tan curioso, pero había logrado conseguir lo contrario.
—Uno de los enemigos me había encontrado, y al negarme responderle cualquier de sus preguntas decidió tirar de mi oreja hasta arrancarla.
—Pero, la tienes... —Seokjin señaló su propia oreja.
—Ese tipo. —Ambos voltearon a ver en dirección del Alfa mayor.
Estaba de rodillas frente a una chica, cambiando el vendaje que traía sobre su cabeza.
—Lo encontré hace alrededor de dos meses, justo ese día, ese tipo, sin importarle nada saltó para ayudarme no sin antes conseguir que lastimaran al niño que anda con él.
—¿Lo lastimaron?
—En el abdomen, fue una herida bastante fea, creí que no viviría para contarla, pero ese tipo se empeño en salvarlo a cómo diere lugar.
—¿Él te ayudo entonces?
—Obviamente, creí que me dejaría morir al ver al niño herido, y fue todo lo contrario, me atendió primero a mí.
Seokjin vio por encima de Sehun, encontrando a Jimin frente a ellos con una bandeja en sus manos.
—¿Les apetece frijoles rojos y arroz?
—¡Jimin! —El beta se apresuró a ponerse de pie, quitando la bandeja de las manos del menor. —Esto está bastante pesado, te ayudaré.
—Gracias Hyung. —Tomó entre sus manos uno de los platos, brindándole la comida a Seokjin para su familia.
—Gracias.
—¿Cómo sigue Taehyung? —Se acercó un poco curioso, posando su manita sobre el cuello del Omega castaño.
—Su temperatura sube y baja, pero nada que no se pueda controlar.
—Siento qué Yoonie haya tomado esa medida, pero les aseguro que estará mucho mejor en unos días, sólo coman bien y descansen tranquilos, mientras él esté con nosotros estaremos protegidos.
—¿Confías tanto en él? —Seokjin tomó el vaso de refresco, dándole un sorbo.
—Claro, es mi Alfa, confío ciegamente en él. Ahora come.
—¿Tú no comerás Jimin? —Sehun preguntó un poco confundido al ver el último plato siendo entregado en sus manos.
—Provecho.
Con una reverencia, abrazo la charola contra su pecho, dando pequeños saltitos mientras se alejaba de Seokjin y Sehun.
—¿Siempre es así? —Sehun asintió, dejándose desplomar en el suelo al lado de su nuevo amigo, según su criterio.
—Es demasiado testarudo, no acepta nada por más que lo intentes, el mayor tiempo suele compartir la comida con su Alfa.
—Ellos también necesitan comer bien. —Seokjin observó su plato, sintiendo un nudo en su estómago.
Sin pensarlo más, lo dejo al cuidado de Sehun, tomando la mochila vieja sacando dos latas de ella y ponerse de pie, caminando decidido hacía el Omega cachorro.
—Jimin.
—¿Mh? —Jimin levantó la mirada, dejando la cuchara en el aire. —¿Qué ocurre Seokjin?
—Ten. —Colocó lata sobre lata al lado de la rodilla del cachorro.
Llevó la cuchara a su boca, tomando entre sus manos una de las latas, regresando la mirada confundida hacia el rubio.
—¿Y ésto...
—Es atún y zanahorias, se que no es mucho, no es nada a comparación a lo que nos dan, pero almenos coman eso.
—No debías molestarte, con Yoonie estamos bien, no tenemos tanto apetito después de todo.
Recogió la otra lata, extendiendo su brazo en señal que estaba devolviéndole aquello al Alfa rubio, Seokjin negó con su cabeza empujando con la palma de su mano el brazo del menor.
—Por favor, acéptalo.
—Pero estoy bien. —Yoongi metió otro bocado a su boca, observando en silencio el intercambio de palabras entre aquellos dos.
—Lo necesitan, he notado que ambos suelen comer apenas un plato entre los dos.
—No te preocupes, nos interesa que todos coman y estén bien.
Seokjin bufó molesto, tomando la mano de Jimin entre las suyas, haciendo una pequeña presión para que se aferrara más a las latas.
—No sean tontos, mientras ustedes cuiden de mi, yo los cuidare a los dos de igual forma.
—Pero...
—Que les aproveché. —Sin darle oportunidad a que se volviera a negar, se marchó dejando al Omega con la palabra en la boca.
Volvió a su sitio, apoyando la espalda en la pared, tomando de vuelta su plato para echar el primer bocado a su boca, observando cómo Jimin y Yoongi soltaban una pequeña sonrisa.
—Creí que Yoongi te lanzaría la lata en la cabeza por haber tomado la mano del niño.
—Creo que sabe torcer el brazo cuándo es necesario.
Sonrió al ver cómo su pequeño Eunwoo trastumbaba hacia él, gateando hasta lograr meterse entre las piernas del Alfa.
—Debes ser un chico bueno Wowo, cuándo crezcas, se que serás un niño muy bueno.
Sehun sonrió un poco nostálgico al ver cómo Seokjin acariciaba su nariz con el botón de nariz que tenía aquel pequeño niño, llevó otro bocado a su boca sonriendo con sus mejillas llenas cuándo Eunwoo aplaudía mientras reía dejando su atención en él.
—Hola cachorro, tienes suerte de ser bonito cómo tú papá Omega y no cómo ese rubio desteñido.
—Oye, no le digas esas cosas a Wowo.
Río al ver cómo Seokjin abrazaba a su pequeño hijo contra su pecho, cubriendo su orejita izquierda con la mano que lo abrazaba.
—Debe ir conociendo la verdad desde ya.
—Soy rubio natural para tu información.
—Lo que digas. —Respondio con burla Sehun.
Momentos así eran los que extrañaba aquel beta, sentir la cálida de una familia, olvidando la cruel realidad que los rodeaba.
Sólo deseaba poder estar vivo para poder ver el fin de la guerra y tener la seguridad que aquellas personas que iban formando importancia en su vida, pudieran vivir en completa tranquilidad.
...
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Lo de la cauterización me recordo a Rambo xd
Gracias a las personitas que siguieron guardando está historia en sus bibliotecas.
Publicado:
16/07/2020
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