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❃[01]


Tras finalizar la guerra, Estados Unidos y la Unión Soviética acordaron dividir a Corea en dos. Trazaron la frontera en el paralelo 38, quedando el Norte a cargo de la Unión Soviética y el Sur a cargo de Estados Unidos. Cada superpotencia controló en su área respectiva la constitución de dos nuevos Estados que quedaron bajo sus correspondientes órbitas: la República Popular Democrática de Corea en el norte y la República de Corea en el sur.

Aunque se realizaron negociaciones para la reunificación de Corea en los meses anteriores a la guerra, la tensión se intensificó con escaramuzas transfronterizas e incursiones en el paralelo 38. La escalada de tensión degeneró en una guerra abierta cuando Corea del Norte invadió Corea del Sur el 25 de junio de 1950.

Las situación era demasiado tranquila dentro de la guerra, las fuerzas surcoreanas montaban vigilancia día y noche por desgracia no todos los alfas dentro de las fuerzas armadas eran mimetistas, del 25% que habían logrado reclutar dentro del equipo, sólo quedaban un 5% a menos que algún mimetista se escondiera y no haya sido encontrado aún por el área. 

Soldado ¿Hay alguna novedad? 

No capitán, el área esta demasiado tranquila. —El Capitán mordió sus uñas con bastante nerviosismo.

El aire seguía oliendo al azufre, dio un vistazo a lo que su campo de visión le permitía y estaba seguro que tanta tranquilidad por parte de los norcoreanos no era nada bueno. 

Esto sin duda no es normal. 

¿Y si ya se rindieron capitán? Han sido tres días de calma y no hemos encontrado rastros de nuevos ataques.

No, no, el rendirse sería una humillación para ellos. 

¿Cree que traman algo?

—Sin duda alguna. Estén preparados para cualquier ataque, seguimos en la búsqueda de mas mimetistas. 

—Pero capitán, todos los mimetistas-...

—¡No soldado! Estoy seguro que hay más, pero seguramente están muy bien escondidos. Siga con su trabajo soldado. 

—¡Entendido mi capitán! —El capitán Lee quién llevaba el mando de aquel cuartel podía sentir como su lobo rasguñaba su interior con desesperación, estaba demasiado inquieto para su gusto. 

72 horas en dónde no habían presentado ningún ataque, 72 horas demasiado tranquilas, algunos soldados se les veía poder descansar, otros tomando guardia, otros en los campamentos de enfermería en recuperación.

Dio un último vistazo a los soldados que estaba dejando atrás, pero su cuerpo se detuvo en seco al ver aquel gran destello que había tirado a varios al suelo entre los escombros de lo que antes habían sido edificios.

Veía cómo sus soldados intentaban detener aquel semejante monstruo de tanque ¿Cómo unos hombres heridos iban a detenerlo? Negó varias veces antes de soltar un gruñido liberando a su lobo quién pedía a gritos ser liberado.

Sus orejas liberadas por fin pudieron captar el sonido, los chirridos de las secuelas de aquella bomba que había aturdido los sentidos de todos.

¡Nos atacan! ¡Capitán! ¡Capitán!

Aulló dando la señal de la retirada de aquel lugar, los norcoreanos habían logrado destruir aquella base de soldados, sus instintos no le habían fallado, tanta tranquilidad no era normal.

¡Capitán! ¿Qué hacemos ahora?

Sus patas retrocedieron haciendo girar su cuerpo para empezar la carrera, no bastó más para que aquellos soldados sobrevivientes lo siguieran, aunque claro al no poder transformarse sus cuerpos eran más lentos.

Se adentraron en el bosque que estaba a unos 5 metros lejos de ellos, el pobre lobo gris lamento tanto el no haber prestado más atención y así salvando a sus soldados quiénes ya hacían sin vida entre tantos escombros.

¡Capitán! ¿Qué vamos hacer ahora? Sólo somos 5 hombres señor.

Olfateo el alrededor topandose únicamente con el olor de tierra, cedro, pino, y una pizca de arándanos.

Decidió regresar a su forma humana sacudiendo su cabello soltando algunas ramas y tierra.

Debemos dirigirnos a la base 42, en Pusan.

—Si señor. —El soldado más joven asintió con arma en manos, el capitán dio vuelta a su cuerpo para tomar la mochila de sus hombros sacando la ropa para vestirse.

¿Qué pasará cuándo lleguemos a Pusan señor?

Necesitamos una rápida victoria antes de la reacción de las potencias democráticas occidentales.

—¿El general MacArthur está en esa base?

—Por eso iremos a Pusan.

Los soldados asintieron sin preguntar más, escucharon voces lejanas, si no se equivocaban, los enemigos habrían mandando a soldados adentrarse al bosque para buscar al pequeño grupo que sobrevivió.

Andando señores, si nos encuentran, será demasiado tarde para nosotros.

Si no lograban los refuerzos entonces solamente un gran contra ataque con suficiente potencia los iba a salvar de está.

—Bien, quédate aquí ¿De acuerdo?

—Por favor Jin, no vayas, es muy peligroso.

—Tae, cielo... Si no busco esa medicina, tu infección va a empeorar. —El alfa de cabello rubio y anchos hombros.

Intentaba convencer a su pequeño Omega de quedarse escondido dentro de aquella escuela abandonada después de haber acribillado cruelmente a los pobres estudiantes, sólo porque a los enemigos se les había pegado la regalada gana.

¿Qué mal pudieron hacer aquellos niños? En su mayoría de alumnos iban en el promedio de 5 a 12 años.

—Cariño, por favor. No te vayas, alguien podría atacarte.

—Estare bien, te lo prometo. —Su lobo y él se encontraban en una gran incrucijada.

Ir a buscar la medicina arriesgándose a dejar sólo a su Omega, o quedarse a cuidarlo con el riesgo que la infección en su pierna llegará a una gangrena.

Cosa que no quería que pasará, suficiente dolor tenía su pequeño con haber perdido a su lobo cómo para perder su pierna.

Jin, por favor no nos dejes. —Entre lágrimas, jalones en su manga de la chaqueta y suplicas intentaba por detener a su esposo.

Tenía miedo, afuera había una guerra desatada, el terreno aún no era seguro y algunos enemigos estaban infiltrados dentro de las fuerzas armadas y así lograban matar a cualquier que ellos consideraban amenazas.

O simplemente porque querían matarlos. Pero los que estaban en peor riesgo eran los Omegas, porque según ellos, un Omega era una completa vergüenza y humillación.

Quedate aquí, debes cuidar de Eunwoo.

—Cariño... —Sintio unos labios en su suave piel de la frente, su corazón sentía que se rompía de sólo pensar que algo podía pasarle al alfa.

Abrazo el pequeño y frágil cuerpo de su cachorrito, lamentaban tanto que su hijo naciera en terrible situación, pero ellos se encargarán de que su pequeño retoño viviera hasta el fin de aquella guerra, tal vez ellos no lo verían pero al menos que su pequeño si.

Regresare ¿Confías en mi?

—Por favor...

—Tae ¿Confías en mí? —El Omega mordió su labio pero al final asintió aún con lágrimas por sus mejillas.

Confio en ti.

—Vendre pronto. —Dejando un último beso en sus labios y en la cabellera de su cachorrito, salió de aquel edificio en ruinas.

Teniendo cuidado de que nadie lo viera, el convertirse en lobo justo ahora era muy peligroso, en cuánto la noticia de que estaban reclutando a todos los mimetistas había luchado tanto por ocultar a su lobo y esconderse junto a su Omega.

Porque nadie, ni la guerra, haría que abanadora a su familia.

El alfa camino con cuidado por los pocos pasillos que aún quedaban de aquel lugar, sus patas pisaban agrietando un poco más el piso, agachó su cuerpo al pasar frente a los ventanales.

La única manera de pasar en silencio y de manera ágil era en su forma animal, en otras circunstancias su pelaje fuera brilloso, sedoso, presumiendo su color plateado, pero debido a tanto polvo levantado, pólvora, su pelaje se había opacado.

¿Algún sobreviviente soldado? —Tenso por completo su cuerpo regresando a su forma humana.

No señor, ninguno.

—Sigan buscando, debemos encontrar y albergar ¿Alguna seña de un mimetista? —Seokjin palideció al escuchar aquello, podía olfatear que aquellos alfas tras el muro no habían logrado percibir su olor.

Conteniendo su respiración asomó un poco la cabeza por la ventana, su corazón cada vez se aceleraba más ¿Qué tanto hacia ahí? ¿Por qué no se iba? Necesitaba conseguir la medicina para su pareja, y comida para su cachorrito.

—Bueno, debemos seguir buscando en los alrededores, vamos.

Los pisadas de las botas contra las piedras tiradas en el suelo se fueron alejando cada vez más, hasta que por fin se perdieron de su campo de visión. Regresando a su forma lobuna consiguió salir de aquel lugar.

Caminando con sigilo de pisar los escombros, si habían soldados cerca, entonces debía haber una tienda cerca ¿No? Escondiendo su cola, agachando su cabeza un poco continuó siguiendo el aroma de aquellos hombres.

¿El capitán Lee, sabe si sobrevivió?

—¿Qué clase de pregunta es esa señor Jung? Claro que si, sólo que perdimos contacto después de que informó que se dirigía a Pusan.

—¿Cree que ganemos está guerra?

—No lo sé, pero primero Dios la ganamos. —El soldado decidió no decir más.

Y la verdad es que la mayoría de los sobrevivientes estaban comenzando a perder la esperanza de que la guerra terminaría pronto, todo era demasiado cruel, algunos habían tenido la desgracia de perder a sus seres queridos, otros, simplemente habían desaparecido.

Cuándo cruzaron un edificio, Seokjin se sorprendio tanto al ver cómo varias personas en su mayoría soldados, se encontraban terriblemente lastimados, con vendas en alguna extremidad de su cuerpo, escondiéndose entré los rincones y por debajo de las camillas continuó buscando lo que le interesaba.

Se detuvo cuándo unas botas se detuvieron frente a la camilla dónde él se escondía, si se quedaba quieto, sin hacer ruido, tal vez saldría ileso de ahí.

¿Cuándo dejarás verte? ¿Mh?

La sábana fue levantada dejando ver a un chico con una sonrisa mostrando unos pequeños hoyuelos en sus mejillas.

Estaba perdido, lo habían encontrado, y ahora no lo dejarían marcharse y su dulce Omega junto a su cachorrito seguramente saldrían de su escondite o tarde o temprano los iban a encontrar, y a matar.

Enseño sus colmillos gruñendo, dispuesto atacar si era necesario para escapar de ahí.

—Hey, hey, tranquilo. No te haré nada.

El chico giró su rostro de un lado a otro ¿Asegurándose de qué? Después de observar, decidió meterse debajo de la camilla golpeándose la cabeza al querer levantar la mirada.

Agh... Mierda ¿Qué haces aquí? ¿Pensaste que no te veríamos? Bueno, mi superior no, pero yo si.

El chico acomodó su cuerpo para quedar un poco cómodo, intentó acercar su mano para acariciar el pelaje del lobo pero recibió un gruñido cómo respuesta.

Tranquilo, no te haré nada. Me llamo Jung Hoseok, soy un beta aunque raramente también soy un mimetista.

Seokjin levantó un poco sus orejas, escondiendo nuevamente sus colmillos ¿Un beta? ¿Por eso no había percibido su aroma? Aunque su ropa tenía olor a un alfa, tal vez se había mezclado con el aroma de otro.

—En aquel edificio ¿Está tu familia verdad? Tienes un leve aroma a ... Miel y limón ¿Me equivoco?

Por más que él intento ocultar el aroma de su Omega y su cachorrito no pudo conseguirlo, Taehyung aún conservaba un poco de su aroma, pero era apenas perceptible y el limón era el olor de su cachorrito.

¿Buscas algo en especial? No pude evitar sentir el aroma de sangre también, aunque todos los soldados ya se acostumbraron, yo se que ese olor a sangre es diferente.

Seokjin sintió cómo si le hubieran tirado un valde de agua con hielo encima ¿Qué tan desarrollado tenía el olfato aquél beta? Ni siquiera él se había dado cuenta que traía consigo mismo el olor a sangre.

Así que sin más decidió regresar a su forma humana, ya se había arriesgado demasiado, al menos si iba a morir, moriría hablando.

Oh vaya... Ten mi chaqueta, cubre un poco.

—Gracias, soy Kim Seokjin... Creí que había logrado pasar desapercibido.

—No, bueno no para mí ¿Y me dirás qué buscas? Puedo ayudarte.

—No confío en ti ¿Por qué me querías ayudar?

—¿Qué? Me ofendes. —Fruncio su ceño para cruzarse de brazos y sin querer, golpear su cabeza contra el metal de la camilla.

Si tú idea es capturarme y entregarme a las fuerzas armadas, estás equivocado en que te dejaré hacerlo.

—Que no quiero hacer eso, mira, si te has estado ocultando es por algo ¿No? —Seokjin asintió un poco dudoso. —Yo no estoy de acuerdo con qué... Los mimetistas vayan a la guerra.

—¿No? ¿Entonces por qué tu estás dentro?

—Me obligaron, no tuve elección. —Solto un suspiro rascando su nuca para seguir hablando. —Quiero ayudarte, yo... No pude ayudar a mi familia.

—¿Tenías?

—Si, pero como sabrás, el enemigo mata a cualquier Omega que encuentre, y ellos mataron a mi pareja.

—Siento tanto eso.

—Descuida, bien entonces ¿Quieres que te ayude? Dime que necesitas y me encargaré de conseguirlo.

Seokjin lo pensó un poco pero al final acepto, Jung levantó tan sólo un poco la tela para poder ver su alrededor.

Espera aquí, conseguiré ropa y supresores para que no encuentren tu olor.

Sin más, salió de aquel escondite y su sombra desapareció, mordía sus uñas nervioso ¿Y si era trampa? ¿Había sido tan estúpido por creerle? Lo mejor sería salir de ahí.

Pero el convertirse en lobo sería un problema, era muy diferente esconderse en su forma animal y quedarse en un lugar pequeño a volverse animal en un escondite tan pequeño, sin duda haría un gran escándalo y lo notarían entonces.

Bien, tomaría ese riesgo entonces. Levantó la tela para revisar su alrededor y notó cómo muchas personas ya habían salido de la campaña.

Hey ¿A dónde vas? —Al ver cómo Jung se había vuelto asomar haciéndolo brincar y golpearse la cabeza contra el metal de la camilla.

—Mierda, me asustaste. —Acaricio su cabeza maldiciendo por lo bajo, hasta que vio una mochila frente a sus narices.

—Te conseguí ropa, para ti, para tu pareja, y... Algo me dijo que también necesitarías para un niño.

—¿Eh? —Seokjin se puso de pie dejando la chaqueta del otro chico a un lado, se había sorprendido tanto por la deducción del otro.

Vistete, en la mochila hay, algunas toallas húmedas, agua, comida enlatada, alcohol, acetominafen, adulto y de niño, algunas hiervas medicinales, se las robe a los de enfermería.

—Pero, eso es mucho... Jung ésto... —Sus ojos se cristalizaron por las lágrimas, pero no se permitió llorar.

—Dime Hoseok... ¿Necesitas algo más? —Seokjin tomó aquella mochila para ponerse la ropa y cubrir su cuerpo, por lo menos hasta salir de ahí.

Mi, mi esposo... Se lastimó la pierna, y tiene una terrible infección.

—Oh... Es un chico ¿Qué tanto le ha avanzado la infección?

Termino de colocar la playera negra sacudiendo su cabeza para acomodar sus cabellos.

Su pie, esta comenzando a cobrar color negro. —El beta no pudo evitar sentirse asustado, cubrió su boca ante la sorpresa.

Eso es grave ¿Ataste su muslo? Para evitar que la infección corra. —El alfa asintió. —Bien, ven, sígueme... Hay medicamentos para eso, lo sé, porque unos compañeros míos han sufrido algo así.

—¿Saldremos?

—Descuida, colócate el supresor y ven conmigo, aquí pocos recuerdan los rostros de todos, el tuyo no será problema.

Sin más quejas rocío el supresor por todo su cuerpo, tan sólo lo necesario para poder pasar desapercibido.

—Vamos.

—¡Hoseok! ¿Dónde estabas? —El alfa intentó ocultar su rostro cuándo escucho alguien llamar al soldado.

Nam... ¿Todo bien?

—Si, sólo el general vino, para informar que debemos salir de aquí antes que nos vengan atacar a nosotros también.

—¿Ya recogieron todo?

—No, aún no, sólo falta recoger las medicinas, Jungkook esta ahí. —El beta parecio recobrar energías, dio un aplauso de felicidad.

¡Yo le ayudo! Vamos.

—Oye, pero ¿Quién es él? —El moreno señalo al otro alfa, sin duda alguna, ese rostro era nuevo. —¿Eres beta? No percibo que tengas aroma.

—Shh cállate, no digas nada.

—¿Eh? Pero Hoseok ¿Qué rayos estás tratando de hacer? —Sujeto a su amigo por los hombros tratando de buscar respuestas, pero sus manos fueron apartadas.

—Solo quiero hacer lo qué no pude hacer por alguien importante para mi. Ahora por favor...

El beta y el alfa fueron rumbo aquella Campaña que se suponía dónde estaban todos los medicamentos.

Jungkook, es un Omega... En nuestro equipo pudimos salvar a unos cuantos Omegas, ellos están en enfermería, el chico es muy dulce, seguramente ayudará sin poner peros.

Entiendo, pero ¿No es peligroso?

—Hemos podido mantenerlos a salvo, en sus cuellos tienen collares para que no puedan ser tomados obligatoriamente por los alfas, los supresores los mantienen fuera del rango del olfato del enemigo.

—Entiendo ¿Hay un Omega mimetista?

—Jungkook es uno, pero su lobo es un cachorro aún, el tuyo ¿Es mimetista?

—Lo era. —Seokjin habló con gran tristeza provocando que su lobo aullara en su interior de dolor, su lobo sufría por no poder estar con su dulce Omega.

¿A qué te refieres con eso?

—Mi esposo, hace años perdió su lobo, un día simplemente, ya no estaba.

—Lo siento. —El alfa negó rápidamente dando su mejor sonrisa. —Llegamos.

—¡Hoseok hyung!

—¡Jungkook! ¿Cómo estás? ¿Has comido hoy? —El pequeño asintió con una gran sonrisa pero al darse cuenta del alfa tímidamente corrió a esconderse bajo una mesa.

¿Qué le sucede?

—Oh... Es un poco tímido, cómo te dije, él a penas es un cachorro. —Hablo en un susurro.

Oh.

—Jungkook ven acá, necesito de tu ayuda ¿Puedes? —Con movimientos torpes, el Omega salió debajo de la mesa para acercarse a los dos hombres.

¿En qué puedo ayudar, hyung?

—Ven. —Alejandose de los demás, fueron hasta la caja dónde estaban uno de los botiquines, en especial las jeringas y los antibióticos.

—¿Por qué venimos a esta caja?

—Necesito que me ayudes a sacar un poco de antibiótico ¿Podrías?

—¡¿Está loco?! —El Omega se exalto ante aquel pedido.

¿No dijiste que no pondría peros?

—Shhh cállate, Jungkook por favor, es una emergencia. Además ¿No quieres ser doctor por eso? Has dicho que cuándo termine la guerra vas a estudiar para ser un doctor y ayudar ¿Puedes ayudar esta vez? Le salvarás la vida a alguien.

—Pero hyung...

—Descuida, yo te voy a cubrir ¿Si? Tú no tendrás problemas.

—Mhhh...

—¿Puedes? —Jungkoook se removió un poco en su lugar pero al final acepto con un temblor de manos cuándo abrió la caja.

Me tendrá que cubrir muy bien hyung, porque si no lo hace, lo juró que cuándo sea doctor le voy a sacar los órganos y los comeré como cena.

—Trato hecho.

Con estás bastarán, ve con cuidado, puedes irte por atrás para que no te vean.

—Gracias Hoseok, en verdad. Y a ti Jungkook.

—Vaya con cuidado, señor.

Seokjin sujetó la mochila para levantar la Campaña de la parte de atrás, asegurándose que no hubieran moros en la costa. Con una última sonrisa de despedida, salió corriendo para poder regresar con su familia.

Escondido entre los escombros, agachándose para no ser visto a la hora de quitar su ropa y regresar a su forma animal. Con su hocico tomó la mochila con cuidado comenzando a correr hacía el camino de vuelta.

Cada paso que daba en sus patadas era una punzada más, ni siquiera se había dado cuenta en que momento una astilla se clavo en sus almohadas, eso iba a doler sacar. A unos cuántos metros logró divisar las ruinas del escondite.

Bien, Taehyung pronto se repondria. Esa esperanza estaba cerca, muy, muy cerca, así que decidió por regresar a su forma humana, con un poco de torpeza se vistió. Sus pies querían seguir corriendo y así fue en cuánto puso la última bota y tomó la mochila en su mano sana.

Al entrar al edificio corrió escaleras arribas hasta llegar al ala este y entrar en el salón que su Omega había formado un pequeño refugió para los tres.

¿Tae? Cielo... Regresé.

—Seokjin, Seokjin, amor, volviste. —El alfa cayó de rodillas frente a su lindo chico.

Te lo prometí ¿No? —El Omega asintió con una sonrisa enternecida en sus labios.

Seokjin tomó la mochila entre sus manos pero el dolor en su mano le recordó la astilla.

Agh, mierda.

—¿Qué sucede? ¿Te lastimaste?

—Una astilla, se clavó en el camino. —Mordiendo su labio inferior con sus uñas tomó el trozo de madera, sacándolo a la cuenta de tres.

Jinnie...

—Estoy bien, ésto sanará rápidamente. —Lamio la herida y mostró su palma de la mano sonriendo al notar que la herida estaba menos grave de lo que parecía. —Ves.

—Debes tener cuidado Jin.

—Si, dime ¿Cómo te sientes? ¿Te duele? —Levanto la manta de su pierna viendo cómo la venda estaba cubierta nuevamente de sangre y estaba supurando.

Creo que se durmió, porque no siento mi pierna.

Seokjin se apresuró abrir la mochila para sacar el alcohol, el algodón, las gasas, vendas, el hilo, la aguja, las jeringas y el antibiótico que Jungkook le había dado, antes de irse él le había explicado la manerá correcta de poder curar y suturar la herida.

¿De dónde sacaste todo eso Jinnie?

—Unas personas me ayudaron, un Omega, me explicó cómo curarte tu herida correctamente.

—¡¿Alguien te vio?! Jinnie, dime que no descubrieron que eras mimetista.

El alfa se tenso y asintió ante la mirada asustada de Tae.

No, no te asustes por favor... Ellos me ayudaron a salir sin que nadie se diera cuenta, era la única forma cariño.

—Jin, eso es ¡Auch! Peligroso ¡Jin, duele! —Su pierna brinco cuando sintió el alcohol caer en su herida de manera directa.

Lo siento, lo siento, el chico dijo que debía limpiarte bien, ya que no he trato bien tu herida y eso provocó tu infección.

—No te culpes, no tenemos muchos recursos cariño, prácticamente vivimos en estas ruinas.

—Y eso es lo peor, ni siquiera puedo darles un refugió decente. Lo siento cariño.

—No digas eso, jamás imaginamos que una guerra iba a interferir en nuestros planes, hemos logrado sobrevivir gracias a ti, esta todo bien.

Dejo un beso en su coronilla, dejando suaves caricias en su cabello, amaba acariciar el cabello de su alfa, de una forma le daba calma.

—Esto puede doler, Eunwoo duerme así que, muerde mi brazo ¿De acuerdo?

—Jinnie...

—Estare bien, a la cuenta de tres ¿Bien?

—Bien. —El alfa buscó la orilla de la piel dañada, justo cómo Jungkook le había dicho, a unos 2.5 cm de la herida.

Taehyung tomó con temor el brazo del alfa, abriendo su boca listo para morder. Y así fue cuándo sintió el pinchazo y el ardor del líquido viajar por su sangre, por su herida.

Ya falta poco cariño, aguarda un poco más. —Seokjin podía sentir los pequeños colmillos de su Omega clavarse en su brazo, a pesar de tener una chaqueta que amortiguaria el dolor.

Taehyung comenzó a sollozar frustrado, se sentía tan impotente, ahogó nuevamente el grito al sentir la aguja traspasar su piel.

¡MGHHH!

—Un poco más, sólo un poco más.

Sus lágrimas habían comenzado a recorrer sus mejillas, podía sentir el dolor de su esposo, podía sentir cómo se sentía, sabía que justo ahora estaba pensando lo cuán tan inútil se sentía.

Taehyung seguía lamentando todas las noches su existencia, no porque fuera infeliz al lado de Jin, pero si lamentaba no haber sido lo suficientemente fuerte cómo para seguir manteniendo a su lobo.

Pero ese había sido el problema, había sido tan débil que su lobo, al igual que su manada lo habían abandonado. Y tener a Jin a su lado era algo que aún no entendía.

¿Cómo un alfa de alto calibre se había podido enamorar de un Omega inútil, un Omega que su lobo había decidido abandonarlo? Una completa vergüenza era él, pero aún así, cuándo estuvo a punto de morir, aquel alfa había decidido salvarlo.

Sin importarle que era una humillación, a Jin no le importó salvarlo, y ahora volvía hacerlo, volvía a salvarlo.

—Estarás bien, tu herida sanará ahora por completo.

—¿No te arrepientes? —Taehyung limpio sus lágrimas, su muslo derecho ahora estaba vendada, la molestía era leve la que sentía.

¿De qué? Ten, necesitas tomar ésto y comer. —Dejo una cápsula amarilla en la mano de su Omega.

De mi, de... Ese día en el que me encontraste.

—No vuelvas a decir eso Taehyung. —Mordio la lata con el colmillo así logrando destapar los melocotones en almíbar.

Taehyung aceptó la lata tomando el primer trozo de fruta con sus dedos. Su pequeño cachorrito Eunwoo tenía tan sólo un añito y era demasiado triste que un pequeño sufriera aquel desastre tan doloroso, Jin lo tomó entre sus brazos comenzando a darle una botella de agua ¿Cuantos días habían pasado sin tomar agua?

—Me regalaron unos pañales, ropa, y tres botellas de leche, de verdad que esas personas fueron más que generosas conmigo.

—¿Dónde lo conseguiste?

—En una campaña de soldados.

—¿Qué? Jin ¡Eso fue peligroso! ¿Te vieron? ¿Descubrieron que eras un mimetista?

—Si, pero me ayudaron a que nadie me viera, ellos eran mimetistas, pero uno de ellos... Parece que perdió a su familia, por eso no me delató.

—No entiendo.

—Tal vez, sólo se compadeció, ni siquiera le dije que los tenía a ustedes, pero él lo... Me lo dijo cómo si de un libro abierto me tratará.

Taehyung se acercó cómo pudo a sus dos hombres extendiendo la lata de fruta a su alfa, para que ambos comieran aún si era muy poco, pero en esas situaciones debían racionar la comida lo más posible.

Debemos irnos de aquí Jin, ahora.

—¿Qué? —El alfa veía como torpemente Taehyung metía las cosas en la mochila, observó el spray del supresor y sin dudar se aplicó.

Debemos irnos, ahora. Puede que alguien más los haya visto hablar contigo.

—Cariño, tranquilo.

—No, no voy arriesgarnos. —Cómo si fuera loción comenzó aplicarlo en su alfa. —Eunwoo, vamos cielo, tú también debes aplicarte.

Cubriendo su rostro aplicó un poco encima de él, provocando un pequeño estornudo, sacando un pequeño abrigo de la mochila anterior abrigo a su hijo.

Debemos irnos, recoge la mochila, yo llevaré la otra mochila.

—Tae, no puedes caminar aún, tu herida no ha curado del todo, recuerda que tu recuperación es más lenta.

—Me vale una mierda Jin, pero no pondré en riesgo a mi familia. Por favor, vámonos Jin.

Con dificultad levantó su cuerpo para poner la mochila en su espalda, Jin sabía que por más que intentará convencer a Tae de que todo estaría bien no lograría nada, porque ambos eran necios que no darían su brazo a torcer si entraban en discusión.

Bien, vamos.

Salieron de esa vieja aula caminando con pasos lentos, no necesitaban que la herida se abriera y les pusieran mas trabajo.

En mal momento me lastime, en mal momento mi lobo me abandonó.

—Shh no te sigas lamentando Tae, yo te voy a cuidar hasta las últimas.

—Sólo quiero que ésto acabe, que podamos abrir nuestra librería y poder salir a pasear cómo una familia normal.

—Lo haremos, sabes hasta tengo una idea.

—¿Cuál? —Jin sujetaba a Tae de la cintura sirviendo de apoyo, su cachorrito iba tranquilo en aquel cargador improvisado que hicieron con la sábana en el pecho de Jin.

—En que debemos un paseo en bicicleta.

—¿Una bicicleta?

—Si, ambos amamos pasear así, pero no hemos podido salir a pasear juntos.

—Es verdad, pero no es cómo si la situación lo permitiera. —Solto una sonrisa o más bien, fue más una mueca.

No seas tan pesimista Tae, verás que pronto todo esto terminará.

Se apoyaron en una pared tomando aire para continuar, era demasiado trabajo, frustrante, el no poder salir rápido de ahí. Taehyung cayó al suelo cuándo se sintió desfallecer.

Esto es inútil, no puedo moverme así.

—Hay un refugió cerca de aquí, sólo aguanta un poco más.

—Tienes razón, además fui yo quién insistió. —Tomó las manos del alfa para poder levantarse una vez más y seguir con el caminó.

Faltaba tan sólo un poco para llegar hasta que el alfa detuvo el paso cubriendo la boca de Taehyung, obligándolo agacharse detrás de un pedazo de pared.

¿Está seguro que viste algo?

—Si, vi lo que parecía un animal, era más grande para ser sólo un perro.

Mierda ¿A caso Hoseok lo había traicionado? Taehyung abrió sus ojos comenzando a negar en desesperación, lo habían visto, lo habían visto y lo único que significaba era que tendría que ir a pelear.

Jin.

—Toma a Eunwoo y huye de aquí en cuanto puedas ¿De acuerdo?

—No, Jin, por favor no vayas... Si vas ya no te volveré a ver. —Jin sujetó el rostro de Tae, limpiando las lágrimas de sus mejillas.

Estaran bien.

No, no, Jin por favor ... —Sus intentos por retener a su esposo fueron en vanos, estando tirado en el suelo con su cachorrito encima lo único que pudo hacer fue callar su llanto con sus manos.

—¿Quién está ahí? —El sonido de una escopeta se escucho, Jin se levantó despacio con ambas manos a la altura de su cabeza.

No, no disparé...

—¿Quién eres?

—Kim, me llamo Kim Seokjin.

.
.
.
Bienvenidos a mi nueva historia, después del mes o un poco más por fin lo sacó a la luz ✌♥

Tenía la idea en mi cabeza que no podía sacarmela de la menta, el nombre fue sacado de un manga, en un principio iba a ser una adaptación pero decidí por crear mejor una nueva historia, la historia será basada en la guerra de 1950 a 1953.

Pero en mi versión.

Publicado:
22/10/2019

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