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Día 4: Noche

"Hotel Hazbin es Propiedad de Vivienne Medrano (Vivziepop)"

Frase: Beber/Amarrar

Despues de la gira y pasear por los volcanes de Ira, Lucifer y Alastor se fueron por un portal directo a una de las habitaciones del palacio del Monarca, el rey tenía múltiples propiedades, una en cada anillo, y ahora estaban en la que le pertenecía en aquel circulo donde estaban como invitados.

Aquel sitio era más escueto que su palacio en orgullo, pero aun asi tenia un toque de Lucifer, sobresalía el blanco impoluto a pesar de que la tierra árida y desértica sumergía a todo aquel anillo en un eterno desierto, parecía salido de una película de vaqueros.

Alastor se vistió por medio de sus sombras con un piyama de satín rojo, estaba cansado, asi que se sentó en un mullido sillón de una pieza color blanco y apareció un vaso de whiskey, el cual bebió con lentitud. Lucifer lo miró de reojo, las actividades físicas entre los dos habían sido muy satisfactorias, pero la batería social del demonio de la radio estaba en su límite.

— Cariño, déjame añadir un toque — sonrió Lucifer coqueto, se llevó la mano a sus labios dejando ver la lengua larga y clavándose a sí mismo sus colmillos, la herida provoco un hilo de sangre dorada la cual vertió en el vaso de su pareja, quien lo miro con una ceja alzada y su sonrisa aun en el rostro.

— Acaso ¿me estas seduciendo? — se burló el demonio de la radio, llevándose el vaso a los labios, el sabor dulce de su esposo estaba haciendo maravillas en aquella bebida que siempre era de sus favoritas.

— Bueno, eso depende, ¿esta funcionando? — se burló el soberano, guiñándole un ojo, para despues sentir como las sombras de Alastor lo sujetaban de diversos lugares, provocándole un jadeo, bueno, habia provocado algo en el otro, quien miraba con una sonrisa desde el sillón al serafín atrapado entre sus sombras — tomare esto como un si.

— Eres muy atrevido, para alguien que esta atrapado — se burló el demonio de la radio, mientras sus ojos brillaban con diales, uno de los juegos favoritos del demonio de la radio, atrapar a sus victimas para verlas retorcerse entre sus sombras, pero en el caso de Lucifer, el toque se volvía como un bondage, uno que el soberano disfrutaba de sobremanera.

El rubio sintió que empezaba a ponerse duro ante la estimulación de sus diversos puntos por culpa de las sombras del pelirrojo, y luego vio la sonrisa ladina de su esposo, que sabia exactamente como provocarlo, sin ningún toque físico de su parte, eso lo frustraba casi igual que lo excitaba, a pesar de la asexualidad de su pareja, ambos habían encontrado que estimulaba al otro, en el caso de Alastor, verlo deshacerse le producía una euforia total.

El demonio de la radio se puso de pie, viendo a su marido indefenso, tener al ser más poderoso del infierno le producía una caricia a su ego, y más al ver que, aunque Lucifer pudiera liberarse con un solo chasquido, no lo hacía para complacerlo.

— Creo que si esta funcionando querido — se burló un poco de él, mirando como Lucifer parecía reprimir un jadeo, mientras una de las sombras se deslizaba lentamente por su cuerpo, provocando que aguantara la respiración para no gemir, maldito Alastor que le gustaba ser un sádico.

— ¿Te comió la lengua el gato, su majestad? — se burló el demonio, tomando con una de sus manos el rostro de Lucifer, la mano de Alastor fue hasta los labios del soberano, intentando abrirlos, Lucifer paseo divertido su lengua por entre los dedos de Alastor, burlándose de su pregunta.

Alastor soltó un gemido, y sustituyo su mano por su misma boca, soltando a Lucifer quien lo envolvió en sus brazos y lo beso con avidez, las manos del rey se fueron al cabello del demonio, jugando con sus orejas, uno de los puntos más sensibles del otro, quien gimió en su boca ante aquel contacto.

— Se acabó el juego querido — soltó el soberano, mirando como el piyama lucio algo desarreglada, mientras con una de sus manos libres comenzaba a desabrocharla — creo que puedes beber la sangre directo del envase, ¿Qué te parece?

Y la sonrisa de Alastor se hizo más ancha.

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