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Uno

Daylight

Gyuvin corrió con toda la velocidad que pudo, viendo ese punto fijo que había llamado su atención.

A sus espaldas venían Matthew y Donghyuck, que gritaban sin parar que no podían dejar pasar la oportunidad que tenían.

La bandera que debían atrapar estaba ahí, había unos cuantos campistas de otras cabañas sirviendo como guardia para la bandera, era pan comido, tenía a dos de sus mejores arqueros a sus espaldas y, no podía negarlo, él era un asombroso arquero, así que confiaba en que podía manejar a esos ocho campistas armados, listos para atacarlo.

Matthew soltó un grito de guerra y, trepándose a un árbol, lanzó sus primeras dos flechas, su armadura había sido de ayuda para evitar esas lanzas que iban destinadas a su persona. Mientras tanto, Donghyuck y él se lanzaron al ataque, dispararon con tal de generar una distracción. No pudo evitar mirar fijamente a la última flecha que soltó, la cual se desvió completamente de su objetivo, sin embargo, Donghyuck se percató de esto y tiró otra, dando justo en el casco del guardia, dejándolo noqueado en el piso, la fuerza y precisión de Hyuck al disparar era increíble.

La bandera estaba tan cerca, los cascos que usaban tapaban sus rostros así que no podían ver bien a quiénes disparaban, posiblemente los demás tampoco supieran quiénes eran ellos.

Pero así eran las cosas, en Captura la bandera todo era con tal de ganar, no importaba el enemigo ni las heridas que resultaran.

Después de todo, eran semidioses, un juego como ese era poca cosa comparado a todo lo demás que debían vivir solo por sus padres divinos.

Así que, a pocos metros, y con todos los demás guardias tirados en el suelo en señal de rendimiento, Gyuvin corrió lo poco que le faltaba para tomar la bandera, si lo hacía, tendría muchísimos beneficios en el campamento, no podía esperar a tener esas comodidades una vez tuviera la bandera en manos.

O eso creyó, porque cuando vio a uno de los campistas en el suelo levantarse de repente y meterle el pie para tirarlo y desviar la bandera de sus manos, supo que las cosas, como siempre, no iban a estar a su favor.

El campista, que ahora reía de una forma que Gyuvin reconoció en seguida, levantó la bandera mientras que del otro lado del campamento, alguien más gritaba victoria por haber atrapado la otra bandera antes que él.

Había perdido, por primera vez.

Donghyuck se tiró al suelo, cansado, mientras Matthew bajaba del árbol para ir donde ellos. Ya había acabado todo, y desgraciadamente, todos los beneficios que casi podían tocar con los dedos, se habían esfumado.

Los demás campistas heridos se levantaron con ayuda de otros. Gyuvin sabía que se había enfrentado a los hijos de Ares y Afrodita, pero aún así, quiso tener las esperanzas. Mayormente hacía equipo con ellos, sin embargo, sabía que había una pelea entre dos chicos de su cabaña y algunos de la de Afrodita, y de algún modo se habían declarado la guerra.

El chico que lo había tirado al suelo le tendió la mano, Gyuvin seguía en shock.

—¿Te quedarás ahí todo el día o piensas pararte?— le dijo esa voz en tono de burla.

Gyuvin soltó un gruñido, tomando su mano para levantarse, apenas estuvo de pie, tiró la pregunta.

—¿No te lastimé? Esa flecha no la debía lanzar en tu dirección.

El contrario se quitó el casco de la armadura, negando con la cabeza, y mirando a Gyuvin con algo más que solo aprecio.

—No, de todos modos creo que las armaduras son lo suficientemente fuertes para evitarlas — suspiró — Además, si sigues pensando en no lastimarme en lugar de atrapar tu bandera, vas a perder siempre.— finalizó con una sonrisa.

—Ricky... sabes a lo que me refiero.

Ricky sonrió, inclinándose para darle un beso en la mejilla a Gyuvin.

—Estoy bien, Vin, de verdad — Ricky se dispuso a levantar a algunos de sus hermanos, que seguían tirados por el cansancio del juego — Vamos, Quirón debe estar esperando que vayamos.

Gyuvin volteó, y se dio cuenta de que tanto como Matthew como Donghyuck ya se habían ido, solo quedaban Ricky, él y unos tres chicos más.

Caminaron tomados de la mano hacia donde se encontraban los demás, los otros chicos, que eran de la cabaña de Ares, hicieron gestos de fastidio hacia ellos antes de adelantarse, no queriendo estar en el mismo espacio.

—¿Jiwoong organizó su estrategia de ustedes?— preguntó Gyuvin.

—Hao lo ayudó, aunque él organizó a casi todos.

—¿Él te mandó de guardia?

—No, cambié puesto con Xiaoting, sabía que tú irías a capturar la bandera y quise verte en acción — le confesó Ricky, sin borrar la sonrisa de su rostro.

Gyuvin miró hacia el cielo, haciéndose el pensativo.

—Eso me suena a que quisiste ir para sacar mi mayor debilidad al aire y distraerme...

Ricky le dio un empujón con su cadera, riéndose.

—Meh, como quiera tenía puesto el casco, no podías verme bien.

—No, pero puedo reconocerte de igual forma, por algo una de mis flechas falló — Gyuvin vio que ya se aproximaban al grupo de personas, Quirón, el director de actividades del campamento, ya estaba ahí, hablando seguramente sobre el premio.

—Insisto en que deberías dejar de darme ventaja.

—Lo intento, pero me es inevitable, lo sabes.

Los demás semidioses se voltearon a verlos, las palabras de Quirón ya habían finalizado cuando ellos llegaron, algunos los miraron con fastidio, otros, acostumbrados a verlos juntos, ni siquiera se inmutaron. Pero, las chicas de la cabaña de Afrodita, hermanas de Ricky, sonreían con dulzura al ver al mayor tomado de la mano de Gyuvin.

¿Quién lo diría? Uno de los hijos de Afrodita junto a un hijo de Apolo.

No era gran cosa para otros, pero para ellos sí. Y tal vez para la melliza de Ricky también lo era, Xiaoting era la mayor fan de su relación.

—Supongo que me toca alimentar a los pegasos de nuevo — dijo Gyuvin, repasando el castigo que le tocaba por haber perdido — ¿Nos vemos después? Posiblemente Yujin y Hanbin estén ahí también.

Ricky pareció pensarlo.

—Mmm, ¿puedo ir contigo?— preguntó — Xiaoting organizó una junta con las demás chicas y aunque me gusta estar ahí a veces, extraño pasar tiempo contigo.

Los ojos de Gyuvin se iluminaron. Lo amaba, demasiado. Amaba a Ricky de una forma que ni siquiera podía entender, solía buscar formas de explicar todo lo que sentía por él y se frustraba una y otra vez al no encontrar las palabras indicadas para hacerlo.

Pero cuando Ricky sonreía, cuando él lo miraba con aquellos hermosos ojos y le decía que lo amaba de vuelta, Gyuvin se decía a sí mismo que nada más importaba en el mundo, nada podría superar el hermoso sentimiento de tener a Ricky a su lado.

Podrían atacar el campamento, tener una guerra en contra de los monstruos más tenebrosos, un rayo podría caer y destruir el planeta y aún así, lo único que a Gyuvin le importaría, sería tener a Ricky a su lado y verlo sonreír.

Ambos fueron a los establos donde los pegasos esperaban sus alimentos, Yujin y Hanbin, de la cabaña de Atenea, ofrecían algo de comida a los animales, Gyuvin no tardó en unirse y Ricky luego les siguió. Amaban pasar tiempo juntos, y no solamente como pareja, sino que ver a Gyuvin convivir con Yujin y tratarlo como si fuera su hermano, ver a Hanbin cuidar de ambos, hacía que el corazón de Ricky se sintiera tan lleno.

Una vez terminada su tarea, Gyuvin notó que tenían tiempo de sobra. Yujin y Hanbin se despidieron, dirigiéndose hacia su cabaña.

—¿Y qué haremos ahora? — preguntó Ricky, sentándose y apreciando el lago. Eso era algo más que amaba del campamento, la vista que tenía.

—Nada, solo quiero sentarme un rato contigo. Han pasado demasiadas cosas, Ri.— dijo Gyuvin suspirando — La escuela ha sido algo difícil, pero me motivaba saber que volvería aquí.

Y era cierto, Gyuvin no se arrepentía de su decisión de ir al campamento únicamente en el verano y no quedarse ahí todo el año, pasar tiempo con su madre y poder asegurarle que todo estaba bien le daba comfort.

Pero después de todo lo que había pasado, no podía negar que extrañaba ver a Ricky y tenerlo cerca. Cosa que, debido a la situación, únicamente pasaba en vacaciones.

—¿Aquí? ¿donde todos los días nos acechan monstruos para matarnos y enemigos para deshacerse de nosotros?— le dijo Ricky en respuesta, con un tono burlesco, que aunque en el fondo sí causaba gracia, sabían que lo que él decía era cierto.

Gyuvin lo miró a los ojos, rodeando los hombros de su novio con el brazo, queriendo estar lo más cerca posible de él.

—No, aquí donde puedo ver al chico más lindo y tenerlo cerca, porque no sé si sabes, Ricky... — explicó Gyuvin, sin borrar su sonrisa — Pero pasarme todo el ciclo escolar esperando darle un beso a mi novio ha sido horrible. Más horrible tener que irme sin saber si está bien o si algo ha pasado...

La sonrisa de Ricky se borró de su rostro lentamente.

—Pero estando aquí — dijo mirando el lago — El mismísimo Poseidón puede causar un tsunami que acabe con el campamento y aún así no me va a importar nada que no seamos tú y yo.

Ricky recargó su cabeza en el hombro de Gyuvin.

—Eso ha sido lindo.— soltó Ricky luego de unos segundos — Yo también te extrañé. Y mucho.

Gyuvin dejó un beso en su frente, mientras Ricky hundía su rostro en su cuello. Era cierto, se habían extrañado demasiado, claro que a veces podían verse fuera del campamento, Ricky solía salir con Xiaoting a veces, y casi siempre era para ir a visitar a Gyuvin y pasar tiempo con él. Obviamente Xiaoting insistía en no acompañarlos, ella casi siempre se quedaba con la mamá de Gyuvin, mientras ellos salían o solo pasaban tiempo de calidad juntos encerrados en la habitación del menor.

El Campamento Mestizo había sido un lugar seguro para ellos por mucho, claro que se habían enfrentado a ataques, la mayoría de los campistas habían sufrido de al menos dos ataques en sus vidas. Y, por más que se suponía que el campamento era lugar seguro, eran conscientes que para los monstruos era como juntar a todas sus presas en un mismo lugar y facilitarles el trabajo de encontrarlos y hacerles la vida imposible.

Ese verano, Ricky había llegado al campamento dos días antes que Gyuvin. Días que había pasado con sus hermanos de la cabaña de Afrodita, todos le preguntaban si Gyuvin llegaría pronto, y él solo asentía. Cierto que todos sabían de su relación con Gyuvin, no es como que fueran tan discretos, tampoco.

Y si en algún momento alguien se había olvidado de que Ricky y Gyuvin eran pareja, se aseguraron de dejarlo claro para todos en cuanto Gyuvin llegó. Ricky se lanzó a sus brazos, sin importarle que estaban frente a todos los hermanos de Gyuvin en la cabaña de Apolo.

Ricky pensó en ese momento, y en el que ahora compartían, sentados juntos mirando el mar. Sabía que probablemente Yujin estaba espiando detrás de los establos de los pegasos, pero no importaba.

Nada importaba ahora que tenía a Gyuvin dándole un abrazo, como aquel día en su casa que apenas Ricky llegó, se encerraron a dormir la siesta, Gyuvin sabía que el viaje de Ricky para ir a verlo era largo y sin duda cansado. Ricky se permitió voltear un poco, admirando las facciones de Gyuvin, estaba un poco bronceado, posiblemente por el juego de Captura la bandera, su cabello revuelto por el viento y sus ojos, como siempre, no le habían quitado la vista de encima.

Ricky pensó que de todos los momentos que habían pasado juntos desde que se hicieron novios hace dos años, ese era uno de los más bonitos.

Solo ellos dos, un clima perfecto y una vista perfecta, quizás Yujin atrás espiando pero eso era lo de menos, Ricky pareció escuchar un susurro a lo lejos que decía «Cállate», lo que le confirmó sus sospechas.

Gyuvin lo abrazó con más fuerza, sabían que pronto debían irse a alistar para la cena, pero sinceramente, ninguno tenía ganas de moverse.

—Ricky...— susurró Gyuvin, a pesar de que no era necesario hablar bajito.

—¿Sí?— respondió Ricky, sin moverse.

—Te amo.

Ricky sintió su corazón palpitar de forma acelerada, como cada vez que Gyuvin decía esas palabras.

Él no tardó nada en responderle.

—Yo también te amo.

Ricky se estiró un poco para besarlo, dejando un piquito en los labios de Gyuvin antes de volverse a esconder en su cuello. Ambos sabían que aún siendo hijo de la diosa del amor, a Ricky le avergonzaba un poco expresar sus sentimientos en voz alta, Gyuvin estaba bien con eso, sabía que Ricky le demostraba de más de una forma todo el amor que sentía por él.

Gyuvin y Ricky se quedaron sentados un rato más ahí, mirando el lago mientras sus corazones latían en sincronía, escucharon a Yujin saliendo de su escondite para correr a su cabaña, ambos rieron.

Viendo los últimos rayos de sol del día, Ricky se prometió que ese verano sería estupendo, después de todo, tenía a Gyuvin a su lado, y eso era más que suficiente.

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¡Hola! Rina aquí con mi primera aportación al Ryuvin aquí dentro de wattpad, agradezco mucho si te animaste a darle una leída<3

Tengo que aclarar que la historia a pesar de estar suuuper involucrada en el universo de Percy Jackson, trataré de no poner muchas cosas que puedan confundirles, en todo caso, siempre pueden preguntarme por cualquier duda y con gusto les explicaré.

*En este caso, les cuento rapidísimo que a los semidioses los acomodan en el Campamento Mestizo de acuerdo a su padre divino, en este caso, Gyuvin vive en la cabaña de Apolo con los demás hijos de este, y Ricky con los de Afrodita, abajo les dejo una lista para que sepan en qué cabaña va cada miembro o personaje importante. El juego de Captura la bandera consiste en eso mismo, luchar por defender la bandera propia y atrapar la del equipo contrario. Sé que es una explicación super pobre jaja pero cualquier duda estoy dispuesta a aclararla^^

De todos modos, conforme avance la historia iré explicando mejor el contexto de este universo en situaciones necesarias, como dice la descripción, esta historia será muchísimo fluff, un poquitito de angst y yap, la historia tendrá menos de quince capítulos y tampoco serán muy largos.

Nuevamente, muchas gracias por leer.

Gyuvin - Apolo
Ricky - Afrodita
Hanbin - Atenea
Hao - Afrodita
Taerae - Deméter
Matthew - Apolo
Gunwook - Hermes
Jiwoong - Ares
Yujin - Atenea
Xiaoting - Afrodita

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