Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 16.

El aire en los vestidores aún estaba cargado por la reciente conversación con el viejo amigo de Taehyung. Aunque Jungkook había mantenido su compostura, no pudo evitar sentir una pequeña punzada de celos mientras escuchaba las viejas anécdotas que compartían. Sin embargo, no era momento de alimentar inseguridades, y ambos sabían lo que realmente deseaban esta noche: estar juntos, sin distracciones.

Mientras salían del teatro, el cielo ya estaba oscuro, salpicado de luces titilantes. Las calles estaban tranquilas, y el silencio entre ellos no era incómodo, sino anticipatorio. Taehyung tomó la mano de Jungkook, entrelazando sus dedos con un toque sutil, pero cargado de emociones. Sabían que esta noche iba a ser diferente. Después de semanas de distancia y una presentación importante, ambos necesitaban sentirse cerca, reconectar en todos los sentidos.

Al llegar a casa, Jungkook abrió la puerta y dejó que Taehyung entrara primero. Apenas cruzaron el umbral, el ambiente cambió. La atmósfera era densa, cargada de una energía que ninguno de los dos podía ignorar.

—Hoy fue increíble.—Murmuró Jungkook, acercándose lentamente a Taehyung por detrás mientras este dejaba su bolso y chaqueta sobre la mesa cercana. El aroma característico de Taehyung, ese que tanto había extrañado, llenaba el aire, y Jungkook no pudo evitar sonreír.— Estabas increíble en el escenario, como siempre.

—¿Sí?—Taehyung se giró lentamente, sus ojos brillando con una mezcla de cansancio y alivio. Había sido un día largo, pero la sensación de tener a Jungkook allí, mirándolo con ese toque de admiración en sus ojos, hacía que cualquier fatiga desapareciera.—¿Lo disfrutaste? 

—Más de lo que puedes imaginar.—Susurró el azabache, acercándose más hasta que apenas quedaba espacio entre ambos.—Siempre es un honor verte bailar. Pero creo que esta noche tiene otro tipo de magia.

El silencio volvió a inundar la habitación, pero esta vez estaba cargado de una promesa tácita. Jungkook se inclinó ligeramente, tomando el rostro de Taehyung entre sus manos, sintiendo cómo su respiración se volvía más pesada. Con un leve roce de sus labios, el contacto se sintió como una chispa que encendía todo lo que habían contenido durante esas semanas de separación.

El beso comenzó suave, pero pronto se volvió más profundo, más ansioso. Jungkook rodeó la cintura de Taehyung con sus brazos, atrayéndolo hacia sí con una intensidad renovada. Taehyung respondió de la misma manera, aferrándose a los hombros de Jungkook como si temiera que este momento pudiera desvanecerse. Pero esta vez, no había prisa, no había interrupciones. Solo ellos dos.

—Te extrañé mucho.—Murmuró el castaño, su voz apenas un susurro entre los besos. Su mano se deslizó suavemente por la espalda de Jungkook, como si quisiera memorizar cada curva y línea de su cuerpo.—No puedo creer que estés aquí. 

—Estoy aquí, créelo.—Respondió Jungkook, con una sonrisa ladeada mientras sus labios bajaban a besar el cuello de Taehyung, provocando un suave suspiro en respuesta.—Y no pienso irme a ningún lado. 

Los dos comenzaron a moverse lentamente por la sala, como si sus cuerpos estuvieran guiados por una coreografía implícita. Sin decir una palabra, se dirigieron hacia el sofá, donde Taehyung, con una sonrisa juguetona, se dejó caer suavemente, atrayendo a Jungkook con él. La tensión que había flotado en el aire desde el teatro, las palabras no dichas y los sentimientos contenían se liberaron en ese instante. Cada beso era una reafirmación de lo que significaban el uno para el otro, cada caricia una promesa de todo lo que habían extrañado.

La luz suave de la sala parecía envolverlos en una burbuja de intimidad, alejándolos del mundo exterior. Taehyung acarició el rostro de Jungkook mientras lo miraba directamente a los ojos, su respiración entrecortada por la emoción.

—Esta vez...—Murmuró, rozando los labios de Jungkook apenas con los suyos.—Esta vez no a desperdiciar ni un segundo más. 

Jungkook sonrió antes de volver a capturar los labios de Taehyung en un beso profundo, sin dejar lugar a dudas sobre lo que ambos querían. Lentamente, sus movimientos se volvieron más pausados, pero cargados de una intensidad que dejaba en claro cuánto se habían necesitado. Las manos de Jungkook recorrieron el cuerpo de Taehyung con adoración, como si no pudiera creer que finalmente estaba con él.

Los besos se intensificaron, y cada uno de ellos contenía las semanas de distancia y las palabras no pronunciadas. Jungkook tomó a Taehyung de la mano, llevándolo con suavidad hacia su habitación, donde el ambiente era íntimo y acogedor. La luz tenue bañaba el espacio en una calidez que parecía acogerlos en su privacidad.

—No sabes cuánto deseé este momento.—Susurró el castaño mientras deslizaba sus dedos por el pecho de Jungkook, recorriendo con delicadeza cada línea de su cuerpo.

—Lo sé, porque también lo estuve esperando.—Respondió Jungkook, acercándose para besar su frente con ternura.—Y lo haremos especial.

El ambiente cambió, y lo que antes era ansia, ahora se convertía en una calma reconfortante. Ambos se tumbaron en la cama, pero esta vez no hubo prisas ni urgencias. Era un momento de conexión profunda, de redescubrimiento mutuo. Taehyung apoyó su cabeza en el pecho de Jungkook, escuchando los latidos de su corazón. Era un sonido tranquilizador, una constante en medio de la tormenta que había sido su vida en esas semanas de separación.

—Esto es todo lo que necesitaba.—Murmuró Taehyung, su voz apenas un susurro mientras sus ojos comenzaban a cerrarse. Había algo en estar en los brazos de Jungkook que lo hacía sentir seguro, completo.

—Yo también.—Contestó Jungkook, acariciando el cabello de Taehyung con delicadeza.—No más despedidas. Estoy aquí, contigo.

El silencio envolvió la habitación, solo roto por sus respiraciones pausadas, y finalmente, la sensación de estar juntos en la soledad de su hogar llenó todos los espacios vacíos que habían dejado durante su separación. El cansancio, tanto físico como emocional, fue disipándose mientras se sumergían en la tranquilidad que solo podían encontrar el uno en el otro.

Los ojos de Taehyung se abrieron ligeramente mientras sus dedos seguían trazando patrones invisibles en el pecho de Jungkook. Levantó la vista, observando el rostro relajado de su amante. Aunque estaban cómodos y en paz, había una pregunta que no podía quitarse de la mente. Quería saber qué había pasado en la misión, pero también sabía que podía ser un tema delicado.

—¿Cómo te fue en la misión, Jungkook?—Preguntó, sus ojos reflejando una mezcla de curiosidad y preocupación.

—Fue un tanto complicado.—Admitió en voz baja, dejando que la oscuridad de la habitación envolviera sus palabras.

Taehyung se acomodó mejor, escuchando con atención mientras Jungkook comenzaba a hablar. No quería interrumpirlo, solo quería entender lo que su pareja había vivido mientras estaban separados.

—Estuvimos en el campo durante semanas.—Continuó el General, su voz volviéndose un poco más grave mientras hablaba de la misión.—El equipo y yo estuvimos en constante movimiento, casi sin tiempo para descansar. Hubo momentos en los que no sabía si podríamos lograrlo. La tensión era palpable, y cada paso que dábamos parecía más peligroso que el anterior, no estábamos seguros de a quién nos enfrentábamos e ir a ciegas nunca es buen presagio, el cansancio y la incertidumbre nos estaban superando. 

Sus palabras parecían envolver la habitación en un aire más denso, como si las sombras de lo que había vivido comenzaran a proyectarse alrededor de ellos. Taehyung, con una mano acariciando suavemente el brazo de Jungkook, intentaba reconfortarlo en silencio.

—Pero lo logramos, y es por eso que estoy aquí, de vuelta.—Jungkook continuó, su tono volviéndose más suave.—Todos regresamos sanos y salvos, pero no fue fácil. Hubo momentos en los que pensé en ti, en nosotros. Y fue con ello que entendí cuando los demás mencionan aferrarse a la imagen de alguien para salir de ahí, la motivación suficiente para terminar con todo y salir ilesos. 

Taehyung sintió cómo el pecho de Jungkook se elevaba y descendía lentamente, su respiración empezaba a relajarse. Sabía que hablar de la misión no era algo sencillo para él, pero estaba agradecido de que compartiera esos detalles, por mínimos que fueran.

—Debió ser agotador.—Murmuró Taehyung, acercándose un poco más, buscando consuelo en la calidez del cuerpo de Jungkook.

—Lo fue.—Admitió Jungkook, su voz cada vez más baja.—Pero estoy aquí ahora, y eso es lo único que importa. Estar contigo hace que todo valga la pena.

El silencio volvió a caer entre ellos, pero esta vez no era incómodo. Taehyung podía sentir que, poco a poco, la tensión en el cuerpo de Jungkook se desvanecía. Era como si hablar sobre la misión lo hubiera ayudado a liberarse de una parte del peso que había estado cargando durante esas semanas. Sus manos, que antes recorrían el cabello de Taehyung, ahora descansaban sobre su espalda, con una caricia suave y protectora.

—Me alegra que estés aquí.—Susurró, su voz apenas audible mientras sus párpados comenzaban a cerrarse lentamente.—Contigo, siempre me siento seguro.

—Y yo contigo.—Respondió el azabache, con una sonrisa tranquila en los labios mientras sus ojos también comenzaban a cerrarse.

La oscuridad los envolvía por completo, pero en esa oscuridad no había miedo ni soledad. Solo la certeza de que, después de todo lo que habían pasado, estaban juntos. Y eso era suficiente.

El murmullo del viento afuera apenas se escuchaba mientras ambos se sumían en un sueño profundo, sus cuerpos acurrucados el uno junto al otro, protegidos por la calidez de su amor y la certeza de que, pase lo que pase, siempre tendrían ese refugio en el que encontrar paz.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro