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Capítulo 06.

Jungkook se despertó con una mezcla de nerviosismo y emoción. Hoy era el día en que visitaría el estudio de ballet de Taehyung, una oportunidad para ver de cerca el mundo del profesor y entender mejor su pasión. Se vistió con ropa cómoda, adecuada para moverse con facilidad, y se dirigió al estudio de ballet, ansioso por lo que el día le deparaba.

Después de haber terminado el recorrido en la base, la incómoda despedida surgió. Ninguno de los dos estaba dispuesto a despedirse, queriéndose aferrar por más tiempo el momento de permanecer juntos, pero la tarde cayendo y los deberes en la base siguiendo a la orden del día, Jungkook no podía dejarlos a un lado por más tiempo. Por ello, Taehyung se había tomado el atrevimiento de invitarlo a su estudio de ballet por una clase. Aunque no sería tan atractivo como todo un recorrido en la base, el General aceptó rápidamente tan pronto como la idea de pasar más tiempo juntos se instaló en su mente. 

Ahora no estaba tan seguro de cómo abarcaría la clase, pero la expectativa recorrió su cuerpo. 

Al llegar, el castaño lo recibió con una cálida sonrisa. El estudio estaba lleno de luz natural, con espejos cubriendo las paredes y una barra de ballet que se extendía a lo largo de la sala. Jeon se sintió un poco fuera de lugar, pero la presencia de Kim lo tranquilizó, por lo que decidió relajarse dejando su bolso en el suelo y admirando el lugar a detalle. 

—Bienvenido, Jungkook.—Saludando con una sonrisa, alzó su mano en muestra de su estudio.—Me alegra que hayas venido, el día de hoy es mi turno de enseñarte lo que mejor hago. 

El pelinegro asintió, mostrando una sonrisa nerviosa.—Debo agradecer por la invitación, pero no prometo acoplarme tan bien a tu ritmo. 

Soltando una carcajada, le restó importancia.—Es cuestión de ver y practicar, te ayudaré con ello para que sea más cómodo. 

Kim se acercó lo suficiente para tomar su mano y lo guió hacia el centro de la sala. El movimiento desconcertó al pelinegro, pero lo siguió sin rechistar mientras observaba atentamente sus movimientos. Cuando Taehyung tomó lugar a un costado, sus miradas se conectaron a través del espejo frente suyo. 

—Vamos a empezar con algunos movimientos básicos. No te preocupes, estaré contigo en cada paso.—Mostrando una expresión tranquila, tomó una posición relajada. 

Jungkook asintió, siguiendo las instrucciones de Taehyung mientras comenzaban con estiramientos y movimientos simples. A medida que el castaño le enseñaba, Jungkook no podía evitar admirar la gracia y la elegancia con la que se movía. Cada gesto era preciso y lleno de pasión, reflejando el amor de Kim por la danza.

—Relaja los hombros y sigue mi ritmo.—Murmuró Taehyung suavemente, colocando sus manos en los hombros del pelinegro para guiarlo. El contrario sintió un cosquilleo por el contacto, pero intentó concentrarse en los movimientos.

Después de unos minutos, Jeon comenzó a sentirse más cómodo, aunque aún había una sensación de torpeza en sus movimientos. Kim, sin embargo, lo animaba constantemente, con paciencia y una sonrisa. A esas alturas, Jungkook sintió un leve golpe en su orgullo, no pareciendo el respetado general disciplinado que lograba enfrentar todos los entrenamientos con destreza y agilidad, ahora tropezaba con sus propios pies con algo tan sencillo como una vuelta sobre su posición. 

¿Desde cuándo una vuelta tan sencilla se le podía dificultar tanto? Él siempre creyó haber nacido con gracia para moverse cuando era necesario, pero en esos momentos no parecía aquello. 

—Estás haciendo un gran trabajo, Jungkook. La clave es disfrutar del proceso y no preocuparse por la perfección.—Taehyung lo animó con una sonrisa, observando sus movimientos. 

—Debes de creer que me veo ridículo por no poder hacer algo como esto.—Bufó, pero contrario a parecer molesto, tenía cierta diversión en sus ojos. 

Aunque en cualquier otra situación estaría molesto consigo mismo por fallar en un entrenamiento que parecía sencillo, las palabras del castaño ciertamente cambiaban su visión, buscando el disfrute de todo ello en lugar de tomarlo como un defecto. 

—Por supuesto que no, para eso estoy aquí dispuesto a ayudarte.—Motivándolo, siguió instruyendo. 

Pausando por un par de minutos, Taehyung le dio la oportunidad de relajarse antes de seguir con nuevos pasos. El castaño sintió cierta fascinación por ver el aura imponente del General en su estudio, sintiendo el lugar tan pequeño a comparación de la base del pelinegro, un lugar tan espacioso que podría mover a todos sus hombres libremente con entrenamientos duros y pesados. A comparación de la última vez en que se vieron, verlo con ropa cómoda en lugar de su uniforme lo podría estar haciendo suspirar, con la camiseta entallada a sus hombros y el pantalón deportivo que marcaba sus muslos, lo hacían tener una perspectiva más clara del cuerpo bien trabajado que conservaba cuidadosamente gracias a su labor. 

Volviendo a su realidad, aclaró su garganta cuando el pelinegro se giró después de comprobar algo en su bolso.—Vamos a intentar algunos movimientos aquí. Mantén tus manos en la barra y sigue mis indicaciones. 

Jeon escuchó atentamente, buscando con su mirada la barra que el castaño señalaba delante suyo. Siguiendo a Taehyung mientras le mostraba cómo realizar diferentes posiciones y movimientos. Aunque al principio se sintió inseguro, la guía constante de Kim y su paciencia lo hicieron sentir más confiado. A medida que avanzaban, comenzaron a reírse de los errores y tropiezos de Jungkook, creando un ambiente relajado y divertido.

Si en el pasado alguien le dijera a Jungkook que estaría practicando estiramientos y pasos de ballet, soltaría una dura carcajada y castigaría a la persona que osaba de decir de aquello, creyéndolo imposible por el simple hecho que su labor era la base, no tendría tiempo para practicarlo. 

Sí, las cosas cambiaban inesperadamente. 

Dejando la barra, Taehyung lo alentó a sentarse sobre el suelo del estudio.—Como eres mi invitado estrella, te enseñaré un par de pasos especiales. He estado ensayándolos para mi próximo recital, quisiera imaginar que tengo un público verdadero que me ayude a verificar que todo esté bien. 

Tomando asiento como lo señaló el castaño, asintió ante sus palabras mientras clavaba su mirada en él. Taehyung se preparó al otro extremo del estudio, tomando una postura despreocupada antes de que el inicio de la canción iniciara por los parlantes, haciéndolo entrar en su personaje. La forma de desenvolverse era algo de lo cual Jungkook no creía acostumbrarse, manteniendo una expresión anonadada conforme los pasos eran mostrados a través de todo el salón. La gracia, precisión y fluidez de sus movimientos lo hicieron sentir menos en su lugar, recordando el desastre que había sido hace un par de minutos atrás, pensando en la manera en que Taehyung no parecía exasperarse por su torpeza, pero que no se comparaba con el talento innato que poseía. 

Cuando la melodía terminó y Taehyung se detuvo a mitad del estudio, cayendo al suelo en un movimiento agraciado que hizo parecer su cuerpo como una pluma, Jungkook solo pudo expresar su sorpresa con sus labios entreabiertos, queriendo decir algo pero balbuceos vacíos solo salían de su garganta. 

Volviendo a colocarse de pie, el profesor sonrió.—¿Qué te pareció? Creo que logré dudar en el penúltimo paso, aún estoy tratando de seguir el ritmo de la parte final, pero me cuesta escucharlo con claridad porque en ese tiempo siento mi corazón latir muy fuerte como para poder prestar mucha atención. 

—Lo hiciste genial, solo pude quedar impresionado por tu baile, no ví nada malo en ello.—Confesó, poniéndose de pie. 

Con un leve rubor en sus mejillas, asintió.—Gracias, aún seguiré afinando mis últimos pasos. 

Sin pensar realmente en sus palabras, el General habló por inercia.—¿Qué te parece si los ensayas conmigo?—Cuando recibió una expresión de sorpresa, se adelantó en explicar.—Parece ser que simulas estar bailando con alguien, como una sombra detrás tuyo. Sé que no podré seguir tus pasos, pero si puedo mantener el ritmo porque alcanzo a distinguirlo, solo úsame como guía para que sincronices tus pasos finales con el sonido final de la canción. 

Tomándolo por sorpresa ante sus palabras, terminó asintiendo y le indicó rápidamente en qué paso lo retomarían. Le explicó brevemente la trayectoria que tendrían, y en ese momento Jungkook se sintió agradecido en poder memorizar rápidamente las cosas, por lo que se familiarizó con rapidez la trayectoria. 

Después de un par de intentos, Taehyung decidió que era el momento de ensayarlo con la música y haciendo el verdadero trayecto. El castaño lo guió a través de los movimientos, manteniendo su mano en la de Jungkook para darle apoyo. A medida que se movían juntos, Jeon sintió una conexión más profunda con Kim, una sincronía que iba más allá de los movimientos físicos. Hubo momentos de risas cuando Jeon perdió el equilibrio, pero rápidamente se recuperaba mientras que Taehyung siempre estaba ahí para sostenerlo y animarlo a seguir.

En un momento dado, mientras practicaban el movimiento final, mismo que se le complicaba a Taehyung, Jungkook perdió el equilibrio y cayó hacia adelante, chocando suavemente contra Taehyung. Ambos se rieron, pero cuando sus miradas se encontraron, la risa se desvaneció, dando paso a una tensión palpable.

—Taehyung...—Murmuró el pelinegro, su voz apenas audible. Estaban tan cerca que podía sentir la calidez del aliento de Kim en su piel.

Taehyung lo miró a los ojos, su mano aún en la de Jeon.—Fue un buen primer intento. 

El momento se llenó de una intensidad que ambos sentían, una mezcla de deseo y temor por lo desconocido. Taehyung inclinó ligeramente su cabeza, acercándose un poco más, y Jungkook sintió su corazón latir con fuerza en su pecho. La cercanía de sus labios era electrizante, y por un segundo, parecía que el mundo entero se había detenido.

Justo cuando parecía que iban a besarse, la puerta del estudio se abrió de golpe, y un grupo de estudiantes entró, riendo y hablando. El General y el profesor se separaron rápidamente, ambos sonrojados y con las emociones a flor de piel. 

Aclarando su garganta, Taehyung mostró una sonrisa apenada.—Parece que nuestra clase ha terminado por hoy.

Jungkook asintió, sintiendo una mezcla de alivio y decepción.—Sí, pero me gustaría volver y aprender más. Gracias por hoy, Taehyung. Realmente lo disfruté, aunque debo disculparme por mi torpeza.

—Yo también, Jungkook.—Respondió, mirándolo con afecto.—Espero que podamos continuar pronto, eres bienvenido siempre a venir. Y no te disculpes, fuiste un buen alumno el día de hoy, gracias por ayudarme en mejorar para mi recital. 

Mientras Jungkook se despedía y salía del estudio, no pudo evitar sonreír. Aunque el beso no se había concretado, el día había sido un paso significativo en su relación. Sabía que con cada momento compartido, su vínculo se fortalecía, y estaba ansioso por lo que el futuro les deparaba. 

Y necesitaba mejorar su destreza en la danza, su siguiente sesión sería prometedora. 

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