Capítulo 02.
Taehyung ya no había tenido tiempo para seguir pensando en el responsable de mandarle las rosas, no cuando tenía un próximo recital que presentar y sentía el tiempo encima suyo. Día tras día se concentraba en perfeccionar la rutina y guiar a sus pequeños alumnos en los ensayos, cuidando cada mínimo detalle y corrigiendo de ser necesario.
—Muy bien, pequeños. Lo han hecho excelente el día de hoy, por ello les daré la oportunidad de un merecido descanso antes de seguir ensayando la siguiente parte de la rutina, ya solo nos queda una hora de ensayo y el recital está a la vuelta de la esquina, debemos de trabajar juntos para que esto salga bien.—El profesor habló con entusiasmo, haciendo que sus alumnos gritaran felices por tener un descanso después de tanto ensayo.
—Profesor, ¿Ya están los vestuarios que usaremos?—Uno de sus alumnos más grandes en edad cuestionó, haciendo que todas las miradas curiosas se dirigieron hacía él.
Asintió.—Tengo que ir a recogerlos antes de la clase de mañana, así que espero traerlos mañana mismo para que puedan medirselos y, si hay un cambio por hacer, puedan modificarlo el mismo día y tenerlos lo más pronto posible.
Recibió una nueva oleada de gritos y despidió a los niños para que se fueran a aprovechar su descanso. Sacó su celular para corroborar la entrega de los vestuarios, ansiando ver el resultado final después de haber hecho por sí mismos el boceto de los diseños que quería ver ilustrados,
Solo esperaba que todo saliera bien.
(...)
Jungkook observó el recinto con cierta hostilidad, ¿Qué estaba haciendo frente al lugar? En lugar de disfrutar de una noche descansando en su hogar, cosa que no ha hecho desde que regresó del batallón, ahora se encuentra parado frente a las puertas del teatro sintiéndose levemente avergonzado por estar armándose de valor y entrar a ver el espectáculo.
El General jamás se había sentido avergonzado en su vida, su profesión no se lo permitía por el hecho de su franqueza y la forma premeditada de analizar las cosas, pero parecía que dentro suyo había hecho corto circuito al ver al profesor de ballet. Tampoco había tonteado con nadie, en su vida recordaba sentir cierta atracción por alguien, solo pensaba en su trabajo, en las estrategias y liderar a su escuadra para que todos llegaran a salvo cuando tenían que salir para defender al país, demasiado ocupado como para siquiera perder el tiempo en interesarse por alguien.
Sabía que su trabajo y puesto necesitaba todo su tiempo libre, estar disponible las veinticuatro horas del día y los siete días de la semana para estar preparado en caso de que lo necesitaran. No era un partido perfecto para sentar cabeza, no cuando disponía de tiempo insuficiente para su pareja, ni siquiera tenía tiempo para sí mismo en muchas ocasiones.
Desconcertado por el rumbo de sus pensamientos, soltó un suspiro antes de acomodar la gorra para cubrir lo mayor posible su rostro, sin querer ser descubierto. Entregando su boleto en la entrada, se dirigió por el pasillo de tenue luz en dirección al recinto, tratando de buscar el asiento mas alejado de todos para evitar que lo reconocieran. Tomó asiento a la orilla de la tercera fila, sintiéndose aliviado de que los asientos de alrededor estuvieran vacíos cuando la segunda llamada sonó por todo el recinto, próximos a iniciar.
Jungkook tamborileó los dedos sobre su muslo, observando a detalle todo a su alrededor, desde el telón que mantenía en privado el escenario, las personas que transitaban los costados de los pasillos para buscar un lugar ideal y como el eco de las voces iban en incremento conforme los minutos pasaban. Puso su celular en silencio al tiempo en que la iluminación bajó de intensidad y el telón se abrió, quedándose estático en su lugar cuando pudo visualizar primeramente al hombre que lo había cautivado, sonriendo al público en un traje negro entallado, maquillaje que hacía resaltar sus facciones de delicadas a un aura negra, voraz, interpretando al villano de la historia por relatar.
Los movimientos eran fluidos, moviéndose a través del escenario junto a sus alumnos, en una batalla por el poder y la dominación, mostrando la moraleja de la ambición y el siniestro final. La escenografía cambió a un aura blanca, demasiado cegadora que el general tuvo que entrecerrar los ojos mientras los reflectores cambiaban el enfoque a una pequeña alumna que esparcía pétalos a su alrededor, guiando a los que anteriormente se mostraban como criaturas siniestras, convirtiéndolos en seres bondadosos y de una belleza etérea que era acompañada por el aura de Taehyung, siendo el último en cambiar para finalizar el acto.
El pelinegro no apartó la vista en un solo momento, demasiado centrado en la trama como para siquiera considerar parpadear. Para cuando finalizó, sintió sus ojos arder ante su falta de parpadeo, necesitando acostumbrarse nuevamente mientras aplaudía junto al resto del público cuando la obra finalizó, levantándose y sonriendo al tiempo que otros pocos gritaban de la emoción.
La música cesó, y el telón cayó entre una oleada de aplausos. Los bailarines, empapados de sudor pero radiantes de alegría, se despidieron del público con elegantes reverencias. Entre el estruendoso aplauso, el General Jeon se levantó de su asiento, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo. En sus manos, sostenía un ramo de flores frescas, un gesto de admiración y gratitud para el profesor Kim, cuyo arte lo había dejado hipnotizado.
Jeon cruzó el vestíbulo del teatro con paso decidido, su porte autoritario y vestimenta impecable llamando la atención de quienes lo veían pasar. Algunas miradas lo observaban con curiosidad y una pizca de asombro cómo el estricto general se dirigía hacia los camerinos con un ramo de flores en la mano. A pesar de querer pasar desapercibido con su vestimenta, la forma de caminar y su porte eran difíciles de ocultar, por lo que varias personas transitando el pasillo lo reconocieron tan pronto como le prestaron atención.
En los camerinos, los bailarines se preparaban para salir, charlando animadamente y felicitándose unos a otros por la actuación. Al fondo del pasillo, Jeon divisó a Kim, aún vestido con su elegante atuendo de ballet, su rostro iluminado por una sonrisa que hablaba de satisfacción y orgullo. El corazón de Jeon latía con fuerza mientras se acercaba, sintiendo una extraña mezcla de admiración y nerviosismo.
—Profesor Kim.—Llamó Jeon, su voz resonando con una mezcla de firmeza y vacilación, como si se tratara de una orden o un llamado a otro soldado.
Taehyung se giró, sorprendido por la interrupción. Al ver al general, sus ojos se iluminaron con una mezcla de curiosidad y respeto.—General Jeon.—Respondió, inclinando ligeramente la cabeza en un gesto de cortesía.
—Soy Jeon Jungkook, o General Jeon, asistí al recital que hiciste en honor a mi escuadra.—Sintió la necesidad de presentarse, aclarando su garganta.—Tenía la intención de presentarme esa noche y agradecer por su esfuerzo en el recital, pero tuve que irme rápidamente. Ví en varios anuncios sobre un próximo recital y decidí venir, realmente estoy agradecido junto a mi escuadra por la labor que hicieron, quedamos encantados.
Taehyung se sintió balbucear incoherencias, demasiado sorprendido ante las palabras del general. El hombre frente suyo no era nadie ordinario, simplemente era uno de los hombres más importantes del país y ahora que le agradecía por su recital... Se sentía como un sueño, ¿Por qué alguien tan importante le estaría agradeciendo? Él debería de estar agradecido por su labor, por su valentía e inclusive sentía la necesidad de hacer una reverencia completa como señal de respeto.
Sin pensarlo dos veces, cumplió su pensamiento en hacer una reverencia, quedándose en esa posición el tiempo suficiente como para sentir como el hombre le pedía qué se detuviera.
—Le agradezco a usted su labor, General. Estoy sorprendido con su presencia, pero demasiado honrado de poder recibir sus palabras, pero no era necesario ningún detalle o agradecimiento personal, mis alumnos y yo lo hicimos con gusto. Mi mayor placer es saber que le agradó el recital, ese es mi mayor logro cada que termino un recital.
Jungkook tragó saliva, sintiendo que sus palabras se quedaban atrapadas en su garganta. Extendió el ramo de flores, intentando mantener su compostura.—Quería... quería felicitarlo personalmente.—Murmuró, sus palabras finalmente encontrando salida.—Su actuación fue magnífica. Estas flores son un pequeño símbolo de mi admiración.
El profesor aceptó el ramo con una sonrisa, sus dedos rozando ligeramente los del General al tomar las flores.—Muchas gracias, General. Es un gesto muy amable de su parte.—Sus ojos, profundos y expresivos, se fijaron en los de Jeon, y el general sintió como si el mundo entero se desvaneciera a su alrededor, dejándolos a los dos solos en una burbuja de tiempo y espacio.
Por un momento, Jungkook se quedó sin palabras, perdido en la belleza y la presencia de Taehuyung. La dureza y la autoridad que normalmente lo definían parecían desmoronarse bajo la mirada del profesor.—Me ha conmovido profundamente su arte.—Continuó el pelinegro, su voz más suave ahora, cargada de una emoción que no podía ocultar.—Nunca había experimentado algo así.
Kim, notando la sinceridad en los ojos del general, sonrió aún más.—La danza es mi forma de expresar lo que no puedo decir con palabras.—Explicó..—Me alegra saber que ha tocado su corazón.
El General asintió, sintiendo una conexión inexplicable con el hombre frente a él.—Me gustaría saber más sobre usted, sobre su trabajo.—Dijo, deseoso de prolongar el encuentro.—Si no es una molestia, ¿Podríamos conversar más tranquilamente en algún lugar?
El castaño miró al general por un momento, evaluando la propuesta con interés genuino.—Me encantaría.—Respondió finalmente.—Hay un café cerca donde podríamos hablar con más calma. Si le parece bien, podríamos ir ahora.
El General Jeon aceptó la invitación, sintiendo una mezcla de alivio y emoción. A medida que salían juntos del teatro, Jeon no pudo evitar sentir que este encuentro era solo el comienzo de algo nuevo y hermoso. El peso de la guerra y la responsabilidad se desvanecía con cada paso que daba al lado de Kim, reemplazado por una sensación de esperanza y posibilidad.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro