─ extra two
AÑO 2025, OCTUBRE, MANCHESTER.
SABÍA QUE TENÍA QUE CONCENTRARSE, sabía que tenía que prestar atención a lo que estaban haciendo en el entrenamiento, pero no podía despegar su mirada de ella, no podía dejar de mirar a Sol que jugaba con Ronnie mientras los dos reían y ella perseguía al nene para hacerle cosquillas.
Esa mañana tenían entrenamiento y la noche anterior Phil había dicho que estaba complicado con Ronnie, la niñera había tenido un problema y no iba a poder quedarse con el nene, por lo que iba a tener que quedarse él y por ende ausentarse a la práctica. Cuando Julián le había comentado a Sol sobre eso, ella se había ofrecido a cuidar al nene mientras ellos entrenaban, la chica tenía que ir al predio a buscar unos papeles y después tenía la mañana libre así que podía quedarse con él, y Phil sin dudarlo aceptó, porque Ronnie tenía adoración por ella.
Cuando Sol y Julián habían llegado al predio, los dos se encaminaron hacia el comedor donde ya se encontraban los demás jugadores y Phil con Ronnie. En el momento en el que el nene la vio cruzando la puerta, se bajó de su silla, ignorando a su padre que le estaba preguntando que le gustaría desayunar, para correr hacia los brazos de la chica. Con una sonrisa Sol lo levantó en sus brazos, mientras Juli alzaba su mano para chocar los cinco con él, desordenando su cabello con afecto.
Mientras los jugadores se iban a la práctica, Ronnie acompañó a Sol a buscar los papeles en su oficina, y después se volvieron al comedor donde los dos se quedaron desayunando juntos mientras el nene le contaba lo que había hecho en el jardín. Y para cuando habían terminado, Sol le había ofrecido ir al campo donde entrenaban, para jugar un rato juntos a la pelota en un costadito sin molestar a los jugadores.
Y no molestaban a los jugadores para nada. El tema era que siempre que Sol estaba presente Julián tenía la tendencia de buscarla con la mirada constantemente, se distraía de lo que estaba haciendo y se quedaba embobado mirando a su esposa. Más aún en ese momento que estaba jugando con Ronnie, una sensación cálida lo recorrió de pies a cabeza al imaginarse a Sol de esa forma con sus hijos, al imaginársela como madre, cuidando y jugando con sus bebés. De solo pensar en eso su corazón se aceleraba, hacia semanas que Julián venía con esos pensamientos, cada vez que veía a una pareja con un bebé se imaginaba a Sol y él mismo en esa posición, cada vez que veía algún negocio donde vendían ropa o cositas de bebés no podía evitar imaginarse a sí mismo comprando ahí, eligiendo junto a Sol todo lo que el bebé usaría. Y todo en él se revolucionaba cuando tenía la dicha de ver a Sol pasando tiempo con Ronnie o con los hijos de sus otros compañeros del City luego de los partidos.
Julián tenía tantas ganas de ser padre. De ser padre y que Sol fuera la madre de sus hijos.
— Parece que alguien quiere tener su propio Ronnie. —Julián desvió la mirada de su mujer para ver a Haaland y Phil que se acercaban sonriendo con diversión. Al ver como Julián miraba sobresaltado a su alrededor, buscando al entrenador, Erling soltó una risa— Ya terminó la práctica, tranquilo, Pep no se dio cuenta de que estabas muy ocupado ojeando a Sol.
Un suspiro aliviado escapó de los labios del cordobés que acomodó el gorro del City sobre su cabeza— ¿Te está interesando la idea de la paternidad? —preguntó Phil dándole una palmada en la espalda. Julián asintió, una sonrisa tonta en sus labios mientras miraba a Sol corriendo de Ronnie que la perseguía— ¿Hablaron de ese tema con Sol?
— Si, pero fue hace casi un año ya de eso, no volvimos a tocar el tema. —dijo el cordobés— Últimamente lo único que hago es pensar en lo mucho que me gustaría que Sol y yo seamos padres, sé que sería una madre increíble, solo basta con ver lo dulce que es con los nenes para darse cuenta de eso. —los tres observaron a la chica que estaba tirada en el piso mientras Ronnie trataba de hacerle cosquillas, de la misma forma en la que ella se las había hecho antes— Pero no sé qué pensará ella ahora, no sé si se sentirá lista o si tendrá las mismas ganas que yo y lo que menos quiero es presionarla, no quiero sacar el tema porque no quiero que sienta que la estoy apurando o algo por el estilo. —finalizó el cordobés mordiendo su labio inferior nerviosamente.
Erling alzó una ceja mirando a su amigo— ¿Y si ella también quiere? Existe la posibilidad de que los dos estén pensando lo mismo y ninguno se esté animando a decirlo. Además, no creo que Sol tome la pregunta como que la estás presionando, son cosas que tienen que hablarse de tanto en tanto, muchas cosas pueden cambiar en un año Julián.
— Erling tiene razón, si no lo hablan nunca lo vas a saber, el que no arriesga no gana ¿no? —dijo Phil sonriendo.
Julián asintió, soltando un suspiro. Quería hablar con eso de Sol, solo necesitaba encontrar el momento indicado para no cagarla.
— ¿Ya terminaron? —Sol se acercaba de la mano con Ronnie, el nene con una sonrisita en su rostro.
— Sí, lo que significa que ya podemos volver a casa, ¿vamos campeón? —Phil se puso en cuclillas abriendo sus brazos hacia Ronnie que se acercó a él para que lo abrazara— Gracias por cuidarlo Sol, con Ronnie te debemos una. —dijo Phil, haciéndole cosquillas a su hijo que rió divertido— ¿Le dijiste gracias a la tía Sol? —Ronnie giró su cabeza para mirar a la chica soltando un "Gracias tía".
— De nada Ronnie. —Sol lo observó con una sonrisa, acercándose para tocar su cachete con ternura— Si llega a pasar otra vez no tengo problema en cuidarlo, ya lo hice varias veces con los hijos de otros de los chicos, me encanta pasar tiempo con los nenes. —Erling le dedicó una mirada a Julián como diciendo "¿Ves?", pero Julián simplemente sonrió acercándose a Sol para dejar un beso en su nariz con dulzura.
— ¿Vos ya estás amor? ¿Vamos a casa? —Sol asintió, tendiéndole su mochila a Julián y colgándose sobre sus hombros la suya donde tenía los papeles que había ido a buscar— Nos vemos mañana entonces chicos.
— ¡Chau chicos! ¡Chau Ronnie! Más te vale venir a visitarnos. —la chica de ojos chocolate les dedicó una sonrisa dulce antes de que con Julián comenzaran a caminar hacia la salida del predio— Antes de volver a casa tenemos que pasar por la panadería del centro, tenemos que buscar el postre para hoy.
Julián asintió— Sí, Enzo me dijo que llegaban como a las cuatro porque se había atrasado el vuelo, podríamos ver si tienen esos postrecitos que le gustan a Oli de paso. —comentó mientras abría la puerta del auto para Sol, para luego rodearlo y subirse él— ¿Cuál decis que es la noticia que nos tienen que dar, amor?
Sol arrugó su nariz ligeramente, pensando en qué podría ser— No sé, la última vez que hicieron eso era para contarnos que Enzo tenía el pase temporal en el City y que se mudaban para acá.
Y es que unos meses atrás, Enzo había sido cedido al City de forma temporal, y por ese motivo los tres se habían mudado a Manchester a un departamento que estaba ubicado bastante cerca de la casa de Julián y Sol, por lo que las visitas de ellos se habían hecho algo frecuente. Valentina y Sol pasaban mucho tiempo juntas con Olivia mientras los Enzo y Julián estaban en los entrenamientos o con actividades del City. Y ahora se encontraban volviendo de unas vacaciones a Argentina, de visitar a la familia.
— Yo lo único que espero es que nos hayan traído los dulce de leche y la yerba. —dijo el cordobés mientras colocaba su mano libre sobra la pierna de Sol mientras manejaba con la otra— Nos quedaba uno solo, a menos que alguien se haya levantado a darle a la madrugada con las chocolinas. —observó a su mujer de reojo, sonriendo con diversión al ver como Sol se hacia la desentendida.
— Ya te dije que hay lauchas en casa mi vida, pero vos no me diste bola. —dijo encogiéndose de hombros— Aparte imposible que no se acuerde si le rompiste las bolas toda la semana Juli, Dios mío si hasta le hiciste videollamada para elegir cuales querías. —la chica soltó una carcajada contagiando a su marido.
— Bueno che, no todas las marcas saben igual.
— Yo creo que llega y te los tira en la jeta mínimo.
Julián la observó, aprovechando que estaba el semáforo en rojo, con una expresión determinada— Y lo hago volver a Argentina para traerme otros, que no se haga el boludo.
YA LLEVABAN ALGUNAS HORAS HABLANDO con Enzo y Valentina, mientras Olivia se había quedado mirando la tele en el living. Habían hablado de como lo habían pasado en Argentina, las cosas que habían aprovechado para hacer, los regalos que le habían hecho a Olivia, y también de como había estado todo en Manchester y el club mientras ellos no habían estado.
— ¿Alguno va a querer otra porción? —preguntó Sol señalando la caja de la panadería.
— Yo no Sol, ya estoy que exploto amiga, gracias. —le dijo Enzo dejando el plato a un lado, al igual que Valentina.
Julián, que estaba poniendo la pava para calentar más agua, se acercó a ella para agarrar un bombón de la torta, aprovechando para robarle un beso a Sol en el proceso antes de volver a la mesa con sus amigos.
— Bueno, creo que ya podemos contarles de la sorpresa ¿no? —habló Valentina sacando una caja de su bolso cuando Sol tomó asiento junto a Julián— Esto es para ustedes.
Sol le dedicó una mirada confundida a Julián, antes de tomar la caja y abrirla con cuidado. Un grito escapó de los labios de Sol cuando vio lo que había adentro mientras Julián abría sus ojos con sorpresa para alternar su mirada entre el contenido de la caja y sus amigos.
— ¡Me estas jodiendo! —dijo Sol llevando las manos a su boca, completamente sorprendida.
— ¿Es una joda esto culiado? Porque si es una joda se fueron al choto. —al ver que tanto Valentina como Enzo negaban, el cordobés soltó una risa emocionado, tomando la imagen que había en el medio mientras Sol sacaba las tazas que decían "Madrina" y "Padrino". Los dos observaron con una sonrisa la ecografía que Julián tenía entre sus manos, la chica notó como su visión se nublaba ligeramente por las lágrimas que comenzaban a acumularse.
— ¡Vamos a ser papás otra vez! —dijo Enzo para terminar de confirmar la noticia mientras Valentina— Y queremos que ustedes sean los padrinos.
— ¡Felicidades chicos! —exclamaron abalanzándose sobre sus amigos, rodeándolos en un cálido abrazo, eufóricos por la nueva noticia. Los dos se pusieron a contarles cómo se habían enterado, como lo había tomado Olivia cuando se lo contaron y las reacciones de la familia en Argentina— Va a ser un honor ser los padrinos, gracias por pensar en nosotros. —agradeció Julián.
— ¡Me muero de amor! —dijo Sol mirando la ecografía completamente enternecida, mientras Valentina le contaba todos los detalles de lo que habían hablado con la médica.
Enzo y Julián se encontraban en la zona de la cocina, el cordobés esperando a que se terminara de calentar el agua para cargarla en el termo mientras hablaba con su amigo.
— ¿Y ustedes para cuando, Araña? —preguntó Enzo en voz baja para evitar que las chicas escucharan.
— No volvimos a hablar de eso con Sol.
— Bueno, a ver si van apurando el trámite que Oli quiere un primo para jugar y yo un ahijado. —al ver la mirada del cordobés, Enzo se encogió de hombros— ¿Qué? Yo te hago padrino de mi bebé, vos me tenés que hacer padrino del tuyo, encima porque ni tus hermanos ni el Kun tienen hijos para hacerte padrino, corro con ventaja amigo.
— Que culiado que sos, y yo pensando que lo hacías por nuestra amistad, interesado de mierda.
— No, pero hablando posta, ¿te gustaría? Yo sé que sos bueno con los nenes, pero una cosa son los ajenos y otra los propios.
Julián asintió— Creeme que ganas no me faltan, me encantaría, onda últimamente no dejo de pensar en eso y como seria todo. Y todo lo que me imagino hace que me encante más la idea.
— ¿Pensas decirle a Sol?
— Estuve hablando de eso mismo hoy con Phil y Erling. —hizo una pausa, cargando el agua en el termo— Porque les dije que me daba miedo que si saco el tema de golpe Sol llegue a sentir que la estoy presionando o algo por el estilo, y eso es lo que menos quiero.
— ¿Y qué te dijeron?
— Que debería arriesgarme, que por ahí ella también piensa lo mismo porque en un año pueden cambiar mucho las cosas.
— Y si, toda la razón tienen, a lo sumo Sol se te cagará de risa en la cara un poco o te manda a la mierda, nada grave Araña. —Enzo lo observó con diversión.
— Con esos comentarios haces que todos los días me pregunte por qué pinga somos amigos, sos un hijo de puta, por suerte me das mucha tranquilidad. —Julián tomó el termo para dirigirse a donde Valentina y Sol seguían hablando, ignorando la risa de Enzo mientras le decía "Ya no hay forma de que te libres de mi pa, ya es tarde, el amarre ya hizo efecto".
CUANDO SOL SALIÓ DEL BAÑO, su mirada se posó en Julián que ya estaba acostado en su lado de la cama con su pijama, mientras su mirada estaba puesta en la serie que había puesto en la televisión. Varios días habían pasado desde la visita de Enzo y Valentina, y Sol estaba confundida porque desde ese día había notado que Julián estaba raro, había estado mucho más callado de lo normal, y parecía nervioso constantemente cuando estaba a solas con ella.
La chica caminó hasta su lado de la cama, metiéndose debajo de todas las frazadas que habían puesto por el frío, sonriendo cuando Julián la atrajo con su brazo hacia él, brindándole calor con su cuerpo.
— Julián. —al escuchar como lo había llamado, el cordobés frunció el ceño, dejando de mirar la tele para mirarla a ella.
— ¿Julián? ¿Cómo que Julián? —preguntó acomodándose para quedar de frente a ella, su mano en la mejilla de Sol con suavidad, una expresión preocupada en su rostro— Nunca me decis Julián a menos que haya pasado algo, amor. ¿Pasó algo?
— No sé, decime vos, ¿pasó algo que tenga que saber? —cuestionó la chica con un tono de voz suave, su rostro dejándole ver la confusión que sentía— Desde que vinieron Enzo y Valentina estás raro, casi ni hablas, estás todo nervioso, hoy casi te quemas tres veces con la olla por estar distraído mientras cocinábamos, ¿pasó algo en las prácticas? ¿pasó algo con el club? ¿o con Enzo?
El cordobés negó rápidamente— No, no pasó nada malo, nada de que preocuparse.
— No es necesario que me cuestes, pero solo quiero saber si estás bien.
— Si, te juro que estoy bien amor. —hizo una pausa, pensando como arrancar— Es solo que hace unos días quiero hablar de algo y no sé como empezar.
— ¿Julián mataste a alguien? —cuestionó la chica con una expresión preocupada.
— ¿¡Eh!? No Sol, no maté a nadie. —el cordobés soltó una carcajada— ¿Cómo llegaste a esa idea? Dios mío.
— ¡Bueno che! ¡No sé! En las películas pasa mucho. —se quejó mientras Julián negaba con su cabeza, acercándose para dejar un beso en el cabello de la chica.
— No amor, no maté a nadie, podes respirar tranquila. —le dijo divertido, tomándose unos segundos antes de continuar— Hace unas semanas que vengo pensando en algo, y verte cuidando a Ronnie en las prácticas estos últimos días o jugando con Oli me ayudó a confirmar eso que venía pensando. —el cordobés mordió su labio inferior nerviosamente, bajo la atenta mirada de Sol— Todo eso me dio mas ganas de ser papá, hace rato ya que me siento así y yo sé que dijimos que íbamos a tomarnos nuestro tiempo para hace, que todavía éramos chicos y que primero queríamos disfrutar de nosotros, y por eso no sabía como decirlo, como sacar el tema.
Sol sonrió— Me di cuenta Juli.
Julián frunció el ceño confundido— ¿Cómo? Si nunca dije nada.
— No era necesario que lo dijeras, me lo dejaste ver con tu forma de actuar. No te diste cuenta, pero de a poquito, cada vez que íbamos a comprar algo al centro o a recorrer, vos te parabas a mirar los negocios donde vendían cosas de bebés. Cuando me mostraste la nueva colección del City lo primero que me mostraste fueron los conjuntos para bebés, y cuando me acompañaste al médico te quedabas embobado mirando a los bebés que estaban en el consultorio, no te dabas cuenta, pero sonreías todo tierno Juli, mientras les hacías caras para que se rieran.
El cordobés abrió sus ojos con sorpresa, sintiendo que todo su rostro se ponía rojo por la vergüenza— ¿Por qué no me dijiste nada, amor?
— Porque antes que exponerte prefería darte tu tiempo para que te dieras cuenta y que lo dijeras cuando estuvieras listo y te animaras. —explicó con una sonrisa dulce— Pero no sabía que era por eso que andabas todo callado y nervioso estos días, ¿de qué tenías miedo?
— De que si sacaba el tema de golpe te sintieras presionada o como que trato de obligarte, y eso es lo que menos quiero.
— Me encanta que te preocupes por mí Juli, pero jamás sentiría que me presionas o me obligas a algo cuando siempre estás atento a que me sienta cómoda y pueda tener posibilidad de elegir y hacer lo que quiera. —le dijo Sol, dejando un beso en su hombro— No sabes la ternura que me daba verte así, y como te brillaban los ojos cuando me mostrabas la ropa del City, casi me muero de amor. —Julián ocultó su rostro en el cuello de Sol, robándole una risa a la chica— Vos ya lo dijiste, nosotros habíamos dicho de esperar hasta que nos sintiéramos preparados porque todavía teníamos tiempo, hasta que lo quisiéramos, y yo también lo quiero.
Al oír eso, Julián apartó su cabeza del cuello de Sol, abriendo sus ojos con sorpresa— ¿Posta? ¿Me lo decís en serio?
Sol asintió— Muy en serio Juli, ahora la pregunta es, ¿estás seguro? ¿estás seguro de esta decisión? Porque si pasa va a cambiar todo completamente.
Julián la observó con una sonrisa en sus labios y sus ojos chocolate chispeantes— Estoy seguro Sol, estoy completamente seguro de que quiero esto con vos. —acercó su rostro al de ella, robándole un beso— ¿Vamos a empezar a intentar?
— Cuando vos quieras arrancamos. —la chica soltó una risita cuando Julián se abalanzó sobre ella, aprisionándola contra el colchón con su cuerpo y atrapando sus labios en un beso que le robó el aliento por completo— Juli, ¿qué haces, mi vida? —cuestionó riendo al ver cómo Julián tanteaba en la cama con su mano, buscando el control para apagar la tele, sin dejar de darle besos que pasaban de boca a su cuello y le generaban un cosquilleo placentero.
El cordobés se detuvo unos segundos, alzando su mirada hacia su mujer— Vos dijiste que arrancamos cuando quiera, bueno, estamos arrancando amor. —y sin decir más, Julián apagó la televisión, acercándose nuevamente a Sol para besarla de esa forma en la que solo él podía hacerlo, para demostrarle lo mucho que la amaba como sol él sabia hacerlo.
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