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─ chapter twenty three







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CUANDO JULIÁN ABRIÓ LOS OJOS, así como los abrió los volvió a cerrar con rapidez, soltando un quejido porque su cabeza parecía estar a punto de explotar y la luz era demasiado molesta, aumentado el dolor.

— Buenos días Juli, te querés dar un corchazo ¿no? —Julián entreabrió sus ojos ligeramente al oír la voz de Sol, en un volumen mucho menor al normal porque Sol sabía el estado en el que él iba a estar y no quería empeorarlo, entrando a la pieza con una bandeja donde había dos tazas de té, un vaso de agua, algunas medialunas y unas pastillas. La chica cerró la puerta con mucho cuidado y se acercó a la cama, dejando la bandeja a un lado para tomar asiento en el borde mientras Julián se movía lentamente para sentarse apoyando su espalda contra el respaldo.

— Siento como si me hubiese pasado un camión por encima. —el chico hizo una mueca cuando notó lo tomada que tenía la voz— Buenos días, Sol. —le dedicó una sonrisa a pesar del dolor de cabeza que estaba sintiendo— ¿Qué hora es? No perdimos el avión, ¿no? —cuestionó preocupado, tratando de levantarse rápido.

Sol negó con una sonrisa— Todavía tenemos tiempo, tenemos que salir de acá a las doce y son las diez y media recién. —la menor de los Agüero se colocó de pie tomando la bandeja para ponerla sobre la cama— Tenemos tiempo para desayunar y para que te pegues una ducha, no sé si te acordas, pero anoche levantaste fiebre por la insolación que te agarraste y probablemente quieras darte una ducha antes de viajar para refrescarte.

Julián asintió— Tengo recuerdos borrosos, pero me acuerdo de verte con un termómetro y dándome unas pastillas para tomar antes de volver a dormirme.

— Sí, sabía que era probable que levantaras fiebre así que cuando mandé a comprar la crema pedí que también trajera antibióticos y también para bajar la fiebre. —Sol le dedicó una sonrisa dulce— Se supone que en unos minutos tenés que volver a tomarlo, y tenés que tener algo en la panza, por eso traje esto para desayunar juntos.

— Sos un sol. —le dijo Julián acercándose a ella, para dejar un beso en su mejilla.

— Probablemente porque es mi nombre. —se encogió de hombros, robándole una risita ronca a Julián.

— En serio lo digo, no tenías la obligación de ayudarme y cuidarme, y aun así lo hiciste.

— Juli, sos mi novio, claramente iba a querer cuidarte y fijarme que estuvieras bien, me preocupo por vos porque te quiero.

El cordobés suspiró, sin dejar de sonreír— Todavía no me acostumbro a eso, me sigue pareciendo irreal que seas mi novia.

Sol negó con una sonrisa, pasándole la taza de té y el platito con las medialunas— Bueno, empezá a acostumbrarte porque ya no hay chance de volver a atrás, ya estás atado a mi y no te pienso largar Juli. —le guiñó un ojo con diversión.

— Me parece perfecto porque yo tampoco pienso largarte. —Julián se acercó a ella, dejando un beso en su hombro con suavidad.

De esa forma, en un silencio tranquilo con las noticias de fondo, los dos terminaron de desayunar y mientras Julián se daba una ducha Sol aprovechó para llevar las valijas de los dos hacia la entrada del predio junto a una caja que había conseguido para meter los regalos que había agarrado de los hinchas para Julián.

Cuando los dos ya se encontraban en el avión, uno privado para poder llegar mucho más rápido, Sol, que estaba sentada a la derecha de Julián, lo observó con una sonrisa maliciosa en sus labios, su teléfono entre sus manos.

— ¿Cuánto te acordas de ayer Juli? ¿Te acordas algo de todo lo que hiciste?

Julián, que al salir se había puesto unos anteojos de sol y el piluso de River para evitar la luz, se los casó para poder verla con mayor claridad— Tengo recuerdos borrosos, me acuerdo de que había mucha gente y mucho quilombo, que estaba re mil cagado de calor y tengo imágenes de los chicos cantando o tomando.

— Si, no fueron los únicos que tomaron. —empezó Sol tentada— Cada vez que las cámaras te enfocaban estabas tomando de alguna jarra, estabas bastante alegre. Me preocupaba que te quedaran tiesos los dedos porque te la pasaste tirando telarañas en todo lo que duró la caravana mientras saludabas, me dio mucha ternura.

El cordobés soltó un suspiro avergonzado— Le dije a Enzo que no me dejara tomar tanto.

Sol soltó una carcajada— ¿A Enzo, Juli? ¿Justo a Enzo?

— En su momento me pareció una buena idea. —se excusó él encogiéndose de hombros— Ya me quedó claro que no lo fue ni ahí.

— Ayer revolucionaron las redes, posta fue una locura todo el contenido de ustedes que había. Vos revolucionaste Tiktok y Twitter, todas hablando de cómo te veías con esa camisa, lo en pedo que estabas mientras cantabas y tirabas telarañas, que les encantaba verte en esa nueva faceta tuya. —Sol desbloqueó su teléfono, mostrándole algunas de las fotos de él en la caravana— Ya hay banda de videos y fotos tuyas dando vueltas. —Sol soltó una risa al ver la cara de Julián, como sus cachetes se ponían rojos por la vergüenza que le estaba agarrando.

Julián mordió su labio inferior ligeramente— Perdón. —le dijo mientras veía un video donde él y Enzo besaban una copia de la copa mientras bailaban.

— ¿Perdón por qué Juli? ¿Sabes la cantidad de fotos y videos tuyos del festejo que me bajé? Soy una más de ellas, alabadas las hermanas que hacen edits.

— Sol... —murmuró con voz ronca.

— En serio, vida. —le aseguró mostrándole otros videos que había bajado— Enzo y vos se adueñaron de "Tu diablo", los edits que les hicieron con ese tema y la cámara lenta, mucho talento esas pibas, cine puro. —la chica hizo una pausa, para agradecerle a la asistente de vuelo cuando les dio una botella de agua a cada uno— Deberías usar anteojos de sol y piluso más seguido, te quedan muy bien, y hay muchos tweets que me avalan, también hay muchos otros diciendo que Julián en pedo es su nuevo Julián favorito.

— ¿Y el tuyo? ¿Cuál es tu favorito? —indagó con sus ojos chocolate sobre ella.

— Todos, me gustan todas tus versiones porque me gustas vos Julián. —respondió con una sonrisa dulce, sin siquiera dudarlo.

— Esa es una buena noticia, porque a mí también me gustas Sol, me encantas. —le guiñó un ojo antes de acercarse a ella para atrapar sus labios en un beso, aprovechando que estaban compartiendo el asiento para sujetarla con delicadeza y moverla, provocando que Sol terminara sentada sobre sus piernas.

Sentados de esa forma, hablando, riendo de lo que había sido el día anterior, de lo que Sol había visto y entre besos, se mantuvieron hasta que por el comunicador el piloto avisó que debían colocarse los cinturones para el aterrizaje. Cuando bajaron del mismo en el predio que estaba designado para el aterrizaje, fueron recibidos por Rafael y Agustín que habían ido a buscarlos con un auto para llevarlos hasta la antigua casa de los Álvarez en el pueblo.

Los hermanos Álvarez ayudaron a Julián y Sol con las valijas y la caja de los regalos, preguntándoles como había estado el viaje y descansando a Julián por todo lo que habían visto del festejo, de lo en pedo que se había puesto y las cosas que había hecho durante la caravana.

— La celebración que organizaron va a ser mañana a la tardecita, así que van a poder descansar hoy y dormir un rato, sobre todo vos Juli. —dijo Rafael que iba al volante. Ya los cuatro se encontraban en el auto, Julián y Sol juntos en el asiento trasero, y Agustín en el asiento del acompañante. Por lo que le habían dicho a la chica no estaban demasiado lejos, por lo que no tardarían demasiado en llegar— Y mañana al medio día el viejo organizó un asado con la familia para celebrar todos juntos, ya saben de vos Sol y se están muriendo por conocerte también.

— Espero caerles bien entonces. —Sol sonrió, jugando nerviosamente con sus anillos, y Julián notando esto le tomó con suavidad la mano.

— Te van a amar Sol, ya me ganaste a mí, te los ganaste a ellos y también a mis viejos. —dijo señalando a los hermanos— Cuando menos te des cuenta, mi abuela te va a estar diciendo que sos su nueva nieta y que espera que la visites, hizo lo mismo con la mujer de Rafa. —la chica asintió mucho más tranquila, gracias a las palabras de Juli y su gesto.

Cuando estaban a segundos de llegar a la entrada de Calchín, el pueblo del que venía Julián, notó que había bastante gente amontonada en la entrada que estaba siendo contenida por un grupo de policías y bomberos para evitar que se atravesaran en el camino. A pesar de que estaban a varios metros podían oír los gritos emocionados de la gente llamando a Julián y cantando "Muchachos", algunos con banderas y otros con copias de la copa o fotos del jugador. Sol no pudo evitar sonreir enternecida al ver lo mucho que la gente apoyaba a Julián, se notaba el orgullo que sentían por el chico y todo lo que estaba logrando. Rafael había detenido el auto a una cuadra de distancia, girándose en su asiento al igual que Agustín para ver la reacción de Julián.

— No puede ser, hermano. —dijo el cordobés avergonzado al ver como gritaban su nombre y lo aplaudían, de golpe lo invadía la timidez— No pensé que iba a haber tanta gente.

— Ah, ahora sí te da vergüenza ¿no? Pero ayer con cinco fernets encima estabas para bailar en una comparsa de Gualeguaychú más o menos. —el comentario de Sol provocó la risa de Rafael y Agustín.

— Cuando se empeda se le va lo tímido. —dijo Agustín carcajeando.

— No sé que querés hacer Juli, ¿querés bajar para saludar? ¿preferís que paremos y saludar desde el auto o preferís ir directamente a casa?

Ante la pregunta de Rafael, Julián observó a Sol, claramente dudando sobre qué hacer. La chica tomó su mano con dulzura— Juli si querés saludar anda, hacelo, no tenes que preocuparte por mí o lo que yo quiero, sino por vos y lo que vos querés, sos vos al que están celebrando y esperando. —hizo una pausa, mirando por el vidrio del frente a la gente con una sonrisa afectuosa— Es tu decisión, yo me quedo en el auto esperando lo que haga falta, tus hermanos me hacen compañía así que no creo aburrirme.

— Tu gente te llama Araña, aprovechá que nosotros te la cuidamos. —le dijo Rafael animándolo, completamente agradecido con Sol por sus palabras, la comprensión y el apoyo que le estaba brindando a su hermano.

— Vamos entonces, es lo mínimo que puedo hacer. —poniendo el auto en marcha, Rafael lo acercó hasta el final de la calle, dejándolo estacionado a un costado. Los tres observaron cómo Julián se bajaba y con la ayuda de las fuerzas de seguridad comenzaba a saludar a la gente que prácticamente lo había visto crecer, firmando las cosas que le tendían, sacándose fotos y dando las gracias por el apoyo que le estaban brindando. Desde su lugar, Sol le sacó algunas fotos para poder enviárselas luego y que Julián pudiera tener un recuerdo de lo que esa primer bienvenida había sido.

— Se nota el cariño que le tienen a Julián y lo orgullosos que están de él. —comentó Sol, sonriendo con dulzura cuando Julián se agachó para sacarse foto con un grupo de nenes que portaban la camiseta de Argentina con el nueve y su apellido— Es un gesto re dulce que se tome el tiempo de sacarse fotos con la gente y de dar las gracias.

— La parte de nuestra familia que quedó acá nos contó que no había partido en el que no se reunieran todos para verlo jugar durante el mundial, cuando quedó como titular armaron tremenda celebración.

— Totalmente entendible, creo que todo el país festejó eso, lo aman. —dijo Sol con diversión— En Buenos Aires vi fotos de una calle que se llama Julián Álvarez y banda de gente fue a pegarle cosas relacionadas a él, y se juntaban todos a festejar ahí, es una locura hermosa.

Los tres continuaron hablando durante al menos unos cuarenta y cinco minutos hasta que Julián finalmente regresó al auto acompañado por uno de los policías con algunos de los regalos que le habían dado entre sus brazos.

— Los vas a poder dejar en la caja con los otros. —le dijo la chica, observando los peluches completamente enternecida.

— ¿Qué otros? —cuestionó Agustín con curiosidad.

— Cuando Sol llegó al predio, antes de que nosotros llegáramos, se acercó a la gente que había y muchos tenían regalos para mí, y se ofreció a guardarlos para que yo los viera, era la caja que guardaron en el baúl. —explicó Julián sonriendo, sus cachetes aún rojos por todo lo que había pasado el día anterior.

— Dios Julián, cuidala porque esta piba es lo mejor que te pasó. —le dijo Agustín— Le haces algo y te quiebro las piernas.

— Te quebramos las piernas, mejor dicho. —Sol ahogó una risa.

Julián soltó una carcajada— Nada de que preocuparse, porque antes de hacerle algo me las quiebro yo solo.




CUANDO LLEGARON A LA CASA que había pertenecido a los Álvarez, fueron recibidos por los padres de Julián que se acercaron para abrazarlos y ayudarlos a llevar las valijas y la caja con los regalos y los nuevos que había agarrado Julián. Después de almorzar todos juntos, Mariana los había enviado a la pieza que había sido de Julián para que aprovecharan a dormir durante todo el día y poder recuperar parte de todas esas horas de sueño que tanta falta les hacía, sobre todo a Julián.

Al día siguiente, al mediodía, habían tenido el asado con la familia de Julián y tal y como le había dicho, habían amado a Sol al instante de conocerla. Todos habían quedado encantados con la chica, felicitándolos a ambos por su relación e integrando a Sol a la familia sin problema alguno. Se la pasaron cagándose de risa, contando anécdotas de cuando Julián era chiquito y las cosas que hacía con sus hermanos y primos, poniéndolo en completa vergüenza delante de Sol que estaba que le dolía la panza de todo lo que se estaba riendo mientras Julián no daba más de lo rojo que estaba. Habían aprovechado para que Julián les mostrara la medalla y que junto a Sol les mostraran todos los videos y fotos que tenían del viaje en general y de la celebración.

— Al final cumplí con mi palabra, ¿viste? —le dijo el chico en un momento del almuerzo, cuando ya estaban todos sentados comiendo el asado que Gustavo había hecho. Sol le había dirigido una mirada confundida hasta que abrió sus ojos con sorpresa— Dije que te iba a invitar a un asado de mi viejo y acá estás, un poco distinto a lo que me había imaginado pero mil veces mejor.

Sol le regaló una sonrisa dulce— Tenías razón, cocina re bien tu viejo, está riquísimo por favor. —dijo mientras disfrutaba de lo que se había servido— Después nos tenemos que sacar una foto con lo que quede para mandársela a los chicos, Licha se va a querer matar.

Julián soltó una carcajada— Como te gusta joderlos.

— A ellos también, lo mínimo que merecen después de todas las gastadas que nos comimos.

Para cuando las seis habían llegado, los tíos, primos y abuelos de Julián se habían retirado para ir al lugar de la celebración directamente. Se había organizado una especie de circuito para que Julián pudiera recorrer las calles del pueblo, que luego de un anuncio realizado por el club al que él había ido de chiquito, mucha gente llegara desde otras parte de la provincia para poder verlo. Y para eso, más que nada por motivos de seguridad, habían optado por hacerlo sobre una autobomba de la estación de bomberos del pueblo además de seguridad brindaba por la policía y guardias privados.

La menor de los hermanos Agüero, que estaba parada a un costado con la camiseta que Julián le había regalado y su teléfono en mano, observó cómo los padres de Julián subían a la autobomba seguidos por los hermanos del cordobés y la cuñada.

— ¿También va a subir? —le preguntó uno de los bomberos acercándose a ella.

— No, solo ellos, yo me quedo acá y voy directamente a la celebración. —le explicó con amabilidad.

Julián, que estaba hablando con uno de los policías, al escuchar eso se acercó a ella— ¿Cómo que no venís con nosotros Sol? ¿Te da miedo? Podemos ver otra forma de ir a hacer el recorrido.

— No Juli, no es nada de eso, pero es tu momento y tenes que disfrutarlo con tu familia. —se encogió de hombros, dedicándole una sonrisa cálida— Yo voy caminando directamente, ya pedí indicaciones, y tengo el teléfono de tus primas para escribirles por las dudas, los espero con tus tíos y los demás en la canchita.

El cordobés negó, acercándose más a ella y tomando su rostro entre sus manos con dulzura— Sol, sos mi novia, sos parte de mi vida y también parte de mi familia. Te quiero ahí arriba acompañándome como lo hiciste desde que nos conocimos, te quiero a mi lado en cada momento importante porque vos también sos importante para mí. —hizo una pausa, notando la indecisión en los ojos de Sol— A menos que no quieras, no te voy a obligar a nada si no querés.

— No es eso, vida. Solo que no quería molestar.

— Dios amor, ¿cómo vas a molestar? —le preguntó Julián soltando una risita, sintiendo ternura por lo dulce y entregada que Sol podía ser por los demás— Vamos, te ayudo a subir.

Julián entrelazó su mano con la de Sol y los dos se acercaron a la autobomba, con la ayuda del cordobés la chica se subió a la misma tomando asiento junto a Agustín, mientras el portador de la camiseta número nueve se sentaba al frente para que la gente pudiera verlo. Aprovechando la posición en la que estaba, y que desde su lugar podía ver a Julián bastante bien, Sol decidió sacar su teléfono para comenzar un vivo en Instagram y que aquellas personas que no podían asistir pudieran, aunque sea, tener una forma de ver al cordobés siendo agasajado.

Durante el recorrido Sol no había dejado de sonreir al ver a Julián tan feliz y relajado, mientras saludaba a su gente, hacia el gesto de Spiderman y les daba las gracias. Era sumamente lindo ver cómo Julián saludaba a los nenes que lo habían adoptado como su nuevo ídolo, y como trataba de saludar en todas direcciones para no dejar a nadie olvidado. Riéndose como un nene cuando le tiraba nieve a la gente y esta también le tiraba a él, disfrutando de la calidez y el afecto de la gente que había ido para apoyarlo.

— Se te cae la baba, cuña. —la chica le sacó la lengua a Rafael que estaba sentado frente a ella con su mujer, notando la forma en la que Sol miraba a su hermano, sus ojos cargados de amor.

— Tengo un pañuelito si querés para secarte. —habló Agustín, siguiendo la joda del mayor, para luego soltar un quejido cuando Sol le pegó con su pie a él y a Rafael, provocando la risa de su mujer— ¿Desde cuándo tan agresiva, Sol?

— Mariana me autorizó a pegarles si me jodían. —explicó la chica, aún con su teléfono apuntando hacia Julián que había agarrado una pelota que le habían pasado para poder firmarla.

— Yo les daría otra Solcito. —la voz de Mariana llamó la atención de los cuatro, provocando la risa de las dos chicas cuando vieron las caras indignadas de los hermanos de Julián— Es mi nueva favorita, ya ni se gasten, no pueden ni competir. —le guiñó un ojo a Sol.

— ¿Cómo les quedó el ojo? —les dijo Sol con una sonrisa burlona.

Para cuando llegaron a la cancha ya había banda de gente aguardando, parecía un festival de música con el escenario armado en frente, instrumentos en el mismo y una gran cantidad de gente abajo gritando y saltando, además de que también había gente sentado en las tribunas de los laterales. Con ayuda de Julián, Sol bajó de la autobomba, frenando el directo por unos segundos, para luego volver a activarlo y grabar como Julián pasaba entre la gente que había armado una especie de camino, mientras ella y la familia lo seguían atrás. Si bien ya había oscurecido, porque habían tardado bastante en el recorrido, no se notaba demasiado porque habían colocado las luces y los reflectores para alumbrar.

Arriba del escenario se encontraban ya esperando las autoridades del pueblo y también los instrumentos de "Los Caligaris", una banda que a Julián le encantaba, al punto de que varias veces Sol lo había enganchado cantando sus temas o mirando alguna de sus presentaciones.

Abajo, delante de todo, habían colocado una hilera de sillas para que la familia de Julián pudiera sentarse mientras él subía al escenario, y a los costados había gente con cámaras de video que pertenecían a diferentes canales de televisión. Todos comenzaron a gritar con euforia cuando el cordobés subió, siendo recibido por las autoridades de Calchín, con la medalla colgada en su cuello y una copia de la copa en sus manos.

— Que engendraron Mariana, por favor, algo increíble. —Sol miró a los padres de Julián, que miraban a su hijo parado en el escenario con orgullo, sus ojos llorosos— Lo aclaman, lo aclama la gente. Acá estamos con Julián, después de una larga espera, que calor Julián, ¿no? Terrible, terrible.

DALE CAMPEÓN, DALE CAMPEÓN. DALE CAMPEÓN, DALE CAMPEÓN.

— Mira la hinchada, si alguna vez te coreó.

OLE, OLE, OLE, OLE, OLE, OLE, OLA. SOY ARGENTINO, ES UN SENTIMIENTO, NO PUEDO PARAR.

— Esta es toda tu gente Julián, gente de todos lados vino, Tucumán, Catamarca, Córdoba claramente, de todos lados, algo impresionante para nosotros, sinceramente impensado. Cuanto te tuviera en frente no iba a saber que decirte, ya lo sabía, es algo... Me dejaste sin palabras, es un placer estar acá al lado tuyo. Creo que a todos les gustaría, así que voy a hablar desde el corazón calchinero... —durante unos minutos continuó el discurso sobre lo que había sido el paso de Julián por el club que lo había visto nacer y crecer, que había visto el nacimiento de un campeón— ... Bueno, ahora lo vamos a escuchar decir unas palabritas.

Una oleada de aplausos sonó por todo el lugar cuando Julián tomó el micrófono para decir unas palabras.

— Bueno, buenas tardes a todos. —los gritos en el lugar aumentaron ante esas simples palabras de Julián— Es difícil hablar en un momento así, en la situación que estamos viviendo todos los argentinos, con la alegría más grande de todas. Pero bueno, voy a tratar de decir lo que siento o lo que me salga del corazón. Obviamente muchas gracias a todos, agradecido de por vida por el cariño y por el apoyo, no solo hoy sino desde el primer día, tanto a la gente de Calchín como a la gente de cada rincón de este país. —toda la gente gritó eufórica ante eso, incluso Sol y la familia estaban gritando— Creo que cada día nos sentimos todos más orgullosos de ser argentinos, la verdad que es una emoción muy grande y haber un cumplido un sueño tan grande para mi y para mi familia, y para todo el país, es muy difícil describirlo en palabras, lo que se siente, lo que nos tocó vivir.

Lo que la gente gritaba era increíble, acompañado por el ruido de bombos, vuvuzelas y los aplausos.

— ¡Vamos Juli! —gritaba Sol junto a la familia, todos completamente orgullosos del chico. Julián los observó con una sonrisa, agradecido de tenerlos ahí apoyándolo.

— También aprovechar este momento para pedir disculpas, creo que saben entender que por ahí no puedo responder todos los mensajes de cariño y apoyo, porque bueno son muchos, pero que sepan que los veo, que llegan. —hizo una pausa, por todo el ruido mientras la gente aplaudía, gritaba y chiflaba. Sol no podía más del amor que estaba sintiendo por el cordobés en ese momento, le parecía completamente dulce que Julián pidiera disculpas por eso— Y como digo siempre, ustedes bánquennos, aliéntennos siempre, que nosotros dentro de la cancha siempre vamos a dar lo mejor, como decimos siempre para llevar a lo más alto a la Argentina, es un orgullo representar al país en un evento tan importante, en el evento más importante a nivel mundial, no solo deportivo. Es una locura lo que se vivió, todos los argentinos que hubo en Qatar, la verdad que nos sentíamos locales jugando ahí, y bueno creo que los cuarenta y pico millones que somos acá en la Argentina jugaron con nosotros adentro de la cancha y nosotros los intentamos representar de la mejor manera. Así que agradecerles como dije antes por el cariño y por el apoyo.

DALE CAMPEÓN, DALE CAMPEÓN. DALE CAMPEÓN, DALE CAMPEÓN. QUE GRANDE SOS, QUE GRANDE SOS, QUE GRANDE SOS JULIÁN.

— Gracias, gracias por hacerme vivir estos momentos. Siempre digo que soñé con ganar estas cosas, era uno de mis sueños más grandes, el de mi familia también, que siempre me ha apoyado, que siempre ha estado ahí. Aprovechar para agradecerles a ellos y también a mi novia, por todo el apoyo que me brindaron. Decirles que nunca imaginé que se me diera con veintidós años, es algo increíble, pero bueno, siempre hay cosas para seguir soñando, creo que es uno de los propósitos de la vida. Y bueno, decirles a todos los chicos, a los adolescentes, a los más grandes que sigan soñando, que sigan creyendo. Y que, si trabajan, se sacrifican, si todos los días hacen las cosas bien y sobre todo son buenas personas, cada día están más cerca de lograr sus objetivos y sus sueños. Muchas gracias a todos. —el chico alzó su mano mientras todos gritaban— ¡Ya ganamos la tercera, ya somos campeón mundial! ¡Y al Diego, le decimos que descanse en paz! ¡Con Don Diego y con la Tota, por toda la eternidad!

MUCHAAAACHOS, AHORA SOLO QUEDA FESTEJAR, YA GANAMOS LA TERCERA, YA SOMOS CAMPEÓN MUNDIAL.

— Bueno, gracias, gracias a todos. Los voy a llevar siempre en mi corazón, y bueno, hicimos historia, esto va a quedar de por vida. Gracias a todos los argentinos, y que lo disfrutemos muchos. —así, Julián terminó su discurso entregando el micrófono.

Sol sonrió completamente orgullosa cuando le entregaron una placa indicando que era ciudadano ilustre junto con la llave de la ciudad, sintiendo como sus ojos se empañaban por las lágrimas que comenzaban a acumularse, mientras le tomaban fotos de él con las placas y su medalla. Fue entonces que comenzaron a subir los integrantes de los Caligaris, saludando a Julián mientras se acercaban a sus posiciones, y al ver eso Sol decidió finalizar con el vivo, porque sabía que iba a ser imposible escuchar algo con todo el quilombo que se iba a armar.

— Buenas noches a todos, muchísimas gracias por la invitación para participar de la celebración.

El líder del grupo los presentó y así comenzaron a cantar animando a la gente a que se sumara y rápidamente lo hicieron, cantando a gritos con ellos mientras Julián arriba del escenario aplaudía. Habían invitado a subir a los hermanos que rápidamente abandonaron sus puestos en las sillas para acercarse a donde Julián aguardaba, cantando y haciendo palmas mientras se acercaban.

— UN, DOS, TRES, ¡VA!

— Aquella feroz sección de testosteronas en que las hormonas formaron parte, del bello arte del beso al cuello le puso el sello que aquella noche, después del coche todo iba a ser fenomenal. —una carcajada escapó de los labios de Sol cuando oyó a Julián cantar eso a través del micrófono como si fuera cosa de todos los días, sin equivocarse y detenerse a respirar, completamente divertido mientras Rafael y Agustín le hacían el aguante.

— ¡No puede ser! —Sol estaba completamente tentada por ver a Julián de esa forma, disfrutando de su sonrisa, su acento, todo— Y pensé que Julián sólo era tremendo en pedo, ya dejó la timidez en Qatar parece. —al escucharla, Mariana soltó una carcajada.

DALE CAMPEÓN, DALE CAMPEÓN.

Habían subido una pelota inflable y se habían puesto a hacer jueguito y pases entre ellos mientras la gente los alentaba. Sol aplaudía disfrutando al igual que ellos, aprovechando de tanto en tanto a sacar fotos y grabar todo lo que podía, queriendo tener recuerdos de un momento tan especial como ese.

HAGAMO' UN ASADO, TOMEMO' FERNET. HAGAMO' UN ASADO, TOMEMO' FERNET.

En un momento habían aparecido con una mesita con varios vasos, botellas de coca cola y fernet, pidiéndole a Julián que les hiciera el honor de preparar unos buenos fernet como solo él sabía. Aunque había aclarado que él no podía tomar porque estaba con antibiótico, recordando los que Sol le había conseguido por la insolación y la fiebre, pero aun así preparándolos para que sus hermanos y los demás pudieran tomar mientras sonaba la conocida canción de fondo. El lugar era ya una completa fiesta, la gente que estaba en la multitud bailaba al ritmo de la música, en grupos o en parejas, disfrutando del clima que había en el lugar.

Cuando comenzaron a sonar unos acordes que Julián conocía a la perfección le pasaron uno de los micrófonos, poniéndose a cantar con una sonrisa, su mirada recayendo en Sol que estaba en la primera fila— QUERÍA EVITAR EL AMOR, Y LA VIDA COLOR DE ROSA. OBVIAR COSAS EL CORAZÓN Y PODER HABLAR DE OTRA COSA.

Julián, con el micrófono en mano y aun cantando junto a los Caligaris "Razón", caminó hacia el lateral del escenario para poder bajar por la escalera que había hasta terminar de descender. Saludando a la gente con una mano mientras se acercaba a la primera fila donde estaba toda su familia de pie frente a las sillas, cantando y saltando, acercándose a donde estaba Sol cantando junto a sus primas. Viendo esto, Rafael sacó su teléfono para comenzar a grabar, sabiendo que después Julián y Sol querrían el video, aunque probablemente iban a encontrar decenas de videos sobre eso gracias a todos los celulares que habían grabando y a las cámaras de los distintos canales de televisión.

TE JURO QUE YA ME RENDÍ, PORQUE, AUNQUE LO BUSQUE Y LO BUSQUE, NO PUEDO CREER QUE, DE VOS, NO EXISTA ALGO QUE NO ME GUSTE. El cordobés tomó a Sol de la mano y con suavidad tiró de ella, sonriendo al escuchar los gritos y silbidos de la gente que seguían bailando y grabando, dirigiéndola con él hacia la escalera lateral para poder subir al escenario. Sol no podía dejar de sonreír, al ver a Julián de esa forma, y al pasar junto a Rafael y Agustín los dos aplaudieron y gritaron. EL SÁBADO QUE TE BESÉ, TE HUBIERA TENIDO HASTA EL LUNES, NO SUPE QUE INVENTAR PARA QUE NO SE VAYA DE MIS MANOS TU PERFUME...

NI SIQUIERA CONSIGO PENSAR EN ALGO QUE NO TENGA QUE VER CON VOS.

Julián la llevó hasta el centro del escenario, colocándola frente a él y tomando su mano mientras comenzaba a bailar al ritmo de la música, sin poder dejar de mirarla siquiera por un segundo— VOS SOS ESA SIMPLE RAZÓN, POR LA QUE VOLVÍ A SONREÍR. POR LA QUE LEVANTO LA VISTA Y VEO LINDO EL CIELO, AUNQUE ESTÉ TODO GRIS. —cantó, sus ojos cargados de amor puro, todo en él dejaba en claro lo enamorado que estaba de ella, y Sol con la forma en la que lo veía y como le cantaba también dejaba ver que era algo totalmente mutuo. Una relación completamente dulce— VOS SOS ESA LINDA RAZÓN, PORQUE SIEMPRE VOLVER, PARA AGRADECERTE LO QUE AYER ME DOLÍA HOY ME DEJÓ DE DOLER.

Todo el lugar estaba revolucionado ante eso, y no solo Calchín, sino también todas las redes sociales donde se compartía el video de ese momento, donde Julián básicamente le estaba dedicando esa canción a su novia, cantándola solo para ella desde su corazón.

Julián la hizo girar, acercándola a él para que terminara entre sus brazos justo cuando la canción llegaba a su fin— Estás loco. —le dijo Sol cerca de su oído, aprovechando la cercanía entre ambos.

— ¿Por vos? Sí, mucho. —respondió también en voz un poco más baja, solo para que ella pudiera oírlo. La chica tomó el rostro de Juli entre sus manos, dejando un beso en su mejilla lo que provocó los gritos de la gente.

— ¡OSAAAAAAA! —gritaba el cantante de los Caligaris provocando las risas de los demás.

Cuando la siguiente canción comenzó, Julián tomó la mano de Sol y junto a Rafael y Agustín bajaron del escenario para acercarse a su familia, colocándose junto a Sol mientras bailaban. Se habían formado parejas de baile, como los padres de Julián, los tíos, los primos y toda la familia básicamente, además de la gente que estaba en la multitud. Julián estaba disfrutando por completo la celebración, sobre todo por tener a su familia y a Sol a su lado, compartiendo ese momento tan especial con él.

Sol y Julián se iban turnando para ir bailando con los demás, Sol había bailado con los hermanos del cordobés, con sus primas y primos e incluso con su abuela, pero al final siempre volvía a los brazos de Julián que contaba los segundos para volver a encontrarla. Aprovechando los momentos donde bailaban juntos para de tanto en tanto robarle besos, que hacían poner toda a roja a Sol y que provocaban los gritos de los demás.

De esa forma se mantuvieron hasta bien entrada la madrugada. El ambiente en el lugar era tan lindo que no te daban ganas de irte, y tanto la gente como los organizadores y los Caligaris querían seguir, pero sabían que Julián necesitaba descansar al igual que su familia después de todo el viaje. Por lo que Julián subió una última vez para dar un agradecimiento final y despedirse de todos.

Eran como las cuatro de la mañana cuando la familia finalmente regresó a la casa, dispuestos a descansar después de una tarde tan agotadora. La pareja se había despedido de todos y se encontraban en la antigua habitación de Julián, Sol cambiándose la camiseta de Julián y el short por su pijama en el baño, mientras Julián se colocaba un pantalón corto para dormir porque por el calor prefería dormir en cuero. Aprovechando para hacer una publicación en su cuenta de Instagram que terminaba de confirmar lo que ya todos sabían, a pesar de eso subiéndola porque quería compartir con los demás lo feliz que estaba con la chica.

— Es un honor que vos seas mi Spiderman, Juli. —le dijo Sol cuando salió del baño ya cambiada, con el teléfono en su mano, dejando en claro que había visto la publicación en Instagram— Definitivamente la mejor versión me tocó a mí, nada que envidiarles a las otras tres.

Al oír eso Julián no pudo evitar sonreír, una sensación de calidez recorriéndolo de pies a cabeza. El cordobés se recostó, dejando lugar para que Sol pudiera recostarse a su lado luego de que apagara la luz, apoyando la cabeza sobre su pecho mientras él la abrazaba.

— ¿Lo pasaste bien hoy? —indagó la chica en un susurro, Julián asintió dejando un beso en la cabeza de Sol con dulzura— ¿Estás feliz?

— Más feliz que nunca.

Aunque con sus palabras Julián no se refería al festejo y a todo lo que había ocurrido ese día. ¿Estaba feliz por eso? Sí, obviamente, era algo increíble el poder haber cumplido uno de sus sueños y recibir el apoyo de su gente. Pero nada igualaba la felicidad que sentía cuando tenía a Sol junto a él, cuando la tenía entre sus brazos, pensando lo mucho que la quería, lo mucho que la amaba, justo como en ese momento. 






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