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─ chapter fifteen





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SOL SONRIÓ CUANDO VIO lo que Olivia llevaba puesto, su corazón derritiéndose por completo al verla con esa malla enteriza con dibujitos de flamencos y hojitas de distintos colores mientras Valentina le colocaba protector solar.

Era veintiocho de noviembre, lo que indicaba que faltaban solo dos días para el partido de Argentina contra Polonia para dar cierre a la fase de grupos y definir quienes ingresarían a los octavos de final. Y aprovechando que Sol no debía trabajar ese día y que hacía calor, ella junto a Valentina con la pequeña Olivia, Camila Mayan, la pareja de Alexis, Karen Cavaller, la esposa del Cuti, con el pequeño Valentino y Mandinha junto a los pequeños Santi y Ava, habían decido ir a una de las playas que eran exclusivamente para familias con niños gracias a las áreas de juego que había en la arena y los inflables en el agua.

Habían llevado unas lonas, que habían comprado el día anterior en uno de los centros comerciales que había en Doha, colocándolas en el suelo para dejar a los nenes sobre estas mientras las madres se encargaban de aplicarles protector y dejarlos en su mallas, y mientras Sol y Camila se encargaban de preparar las reposeras que habían alquilado, el equipo de mate y la comida que habían traído para pasar el día.

— Son muy hermosas por favor, quiero sacarles quichicientas fotos. —murmuró Sol desde su reposera, mirando como Olivia y Ava jugaban con un set de juguetes para playa que ella les había regalado.

Karen asintió mientras le tendía a Valentino una mamadera con leche— Me dan ganas de tener una nena también.

— Te juro que no te arrepentís, la cantidad de ropa que hay para ellas y los juguetes, te sentís una nena más yendo a comprar esas cosas. —le aseguró Valentina, y Mandinha que le terminaba de colocar protector solar a Santi asintió de acuerdo. Camila por su parte sonrió, aprovechando para tomarles una foto a las nenas.

Durante varios minutos las chicas se quedaron charlando de todo un poco, siempre vigilando a los nenes en caso de que les pasara algo o para evitar que pudieran alejarse de donde estaban, cuando notaron que se acercaban unas personas con un equipo de grabación. Colocando una mano sobre sus ojos, Sol trató de discernir de quien se trataba hasta que finalmente pudo verlos con claridad.

— No puedo creer a quienes nos acabamos de encontrar. —Marley junto a Catherine Fulop se acercaron al grupo de mujeres, acompañados del camarógrafo y el resto del equipo que siempre estaba a su lado, y el pequeños Mirko— ¿Podemos molestarlas unos minutos chicas?

— Yo no tengo ningún problema, no sé ustedes chicas. —Valentina se giró hacia las chicas que negaron con una sonrisa, alzando sus manos para saludar a los recién llegados.

— Las posibilidades que nos brinda el mundial. —comenzó Marley con el micrófono en su mano— Vinimos a recorrer un poco y a hacer una nota sobre los juegos que hay en esta zona para los más chicos y nos terminamos cruzando con varias de las mujeres del momento, podríamos decir, ¿no?

Catherine asintió, colocando los anteojos de sol sobre su cabeza para poder verlas mejor— Valentina Cervantes, Camila Mayan, Karen Cavaller, Mandinha Martínez y Sol Agüero. —las presentó la venezolana con una sonrisa radiante mientras las chicas se colocaban de pie para acercarse a saludar a los conductores.

— ¿Cómo andan? ¿Cómo las trata Qatar? —cuestionó el conductor mientras las chicas se ubicaban entre él y Catherine, sin dejar de mirar a los nenes que todavía estaban jugando— ¿Aprovechando el día de sol?

— Todo muy bien, todo muy lindo la verdad y la gente también, super amorosos y buena onda. —respondió Camila con ese carisma que se veía en sus videos de tiktok.

— Aprovechando para traer a los nenes para que se distraigan y puedan jugar un rato mientras nosotras chusmeamos. —agregó Karen sonriendo.

— Las cosas que deben hablar. —comentó Marley provocando la risa de todas— Increíble que ayer tuvimos la posibilidad de hablar con Agustina Gandolfo y Carolina Calvagni, las mujeres de Lautaro Martínez y Nicolás Tagliafico, y hoy nos encontramos con ustedes, las vueltas de la vida. Porque para quien no lo sepa, ellas son las parejas de otros de los jugadores de la Selección.

— Yo no entraría en ese grupito. —intervino Sol alzando su brazo como una nena.

— Por el momento. —soltó Valentina provocando la risa de las demás y que Sol se pusiera toda roja y nerviosa, Marley y Catherine por su parte se miraron con curiosidad.

— ¿Cómo es eso de "por el momento"? —cuestionó Cathy sonriendo al ver como Sol trataba evitar sus miradas.

— ¿Ya picó la abejita del amor? —comenzó Marley— ¿O tendría que decir la araña del amor? —al decir eso, las demás soltaron un "Uhhhh" colectivo totalmente tentadas al ver lo roja que estaba Sol mientras reía, negando con su cabeza— Ayer en el stream con tu hermano, el Kun, hubo unas cuantas menciones sobre cierta Araña de la Scaloneta, y ya había varios rumores dando vueltas que los involucran a los dos.

— No tengo idea de qué hablan. —murmuró la chica tratando de hacerse la boluda.

— ¿Ah sí? —Marley rió— ¿Segura de que no hay nadie que sea un amor por ahí?

— Ay Dios, no, vos también no Alejandro. —le dijo Sol tapando su rostro y recordando la intensidad del Kun con esa pregunta durante el stream.

— No tenés idea de lo que me reí viéndolos en el stream, son un cago de risa con tu hermano. Pero entonces, ¿no pasa nada con Julián? El otro día anduvieron dando vuelta historias de Instagram y vivos donde estabas jugando al truco con él y su familia ¿no? ¿Qué onda ahí?

— Somos amigos. —respondió la chica encogiéndose de hombros, pero las miradas de las demás dejaban en claro que había mucho más provocando las risas de Marley y Catherine.

— Es un lindo chico. —dijo Cathy abrazando a Sol por los hombros— Me hacen acordar a mi hija, a Ori y Paulo, me gusta, lo apruebo Sol.

Marley las observó completamente tentado— Hablando de todo este tema, ahora para las chicas, se sufre más viendo a sus parejas ahí, más que nosotros, ¿no?

— Y si, una ve con mayor claridad todo el esfuerzo que están haciendo, todo lo que están dejando ahí, y espera que todo salga bien, que se dé de la forma en que todos queremos.

— Ayer justamente hablábamos con Agustina y Carolina de esto, nos explicaron un poquito de como es el tema de las visitas a los chicos y esas cosas. Nos dijeron que era como una cárcel básicamente. —Sol largó una carcajada al oír lo que Marley decía.

— Literalmente es eso. —confirmó Valentina— Pero por lo menos nos dan la posibilidad de verlos un rato, de que los vean los nenes, charlar con ellos y esas cosas, tengo entendido que antes trataban de evitar eso y no los dejaban directamente ver a las familias.

— Y mientras ellos se quedan durmiendo ahí, ustedes se quedan en departamentos y así, ¿no?

— Si, excepto Sol que como está trabajando ahí también tiene un lugar para quedarse adentro. —explicó Camila.

— ¡Cierto! Pero ella si puede salir, ¿o también tiene horario restringido como los presos?

— No, no. —comenzó Sol— Una vez que hago lo que me corresponde de mi trabajo puedo salir, no tengo que cumplir un horario, una vez que tenga el trabajo o las grabaciones hechas ya soy libre y cuando las chicas pueden aprovechamos para salir juntas a recorrer o a comer algo con los nenes.

— Se llevan bien, ¿no? Tengo entendido que no se conocen hace mucho, ¿cómo empezó la amistad con Sol?

Valentina asintió con una sonrisa— Yo fui la primera de nosotras en conocerla, nos conocimos en el primer amistoso que se hizo en Estados Unidos, estábamos juntas en el palco y en unos minutos ya estábamos hablando como si fuéramos amigas de siempre, Olivia la adora, ya la adoptó como tía.

— Las demás la conocimos gracias a las juntadas que hicimos con los demás entre los amistosos, o en el caso de Karen y Mandinha en las juntadas en Argentina porque no habían podido ir. —continuó Camila— Es literalmente un sol de persona, muy copada, así que pegó amistad con todas rapidísimo y ese mismo día ya la teníamos en el grupo de WhatsApp que tenemos todas, aparte de que a muchas ella ya las conocía por el hermano. —Sol no pudo evitar abrazarlas sonriendo radiante de felicidad al oír el aprecio que las chicas le tenían.

Durante varios minutos más, Marley y Catherine hablaron con las chicas sobre el mundial, los jugadores y lo que esperaban del partido contra Polonia y los demás partidos. Mandinha y Karen habían llevado a los nenes al agua junto a Camila, mientras Sol se encontraba jugando con Olivia y Valentina cuando comenzó a sonar el teléfono de Valentina.

— Hola, mi amor. —saludó la chica al responder la videollamada, viendo que del otro lado se encontraba Enzo con la ropa del entrenamiento y de fondo podía verse el predio donde los jugadores entrenaban en Qatar— ¿Les dieron tiempo libre?

— Nos dieron unos minutos libres del entrenamiento y en un rato volvemos a arrancar, quería aprovechar para ver como estaban. —Enzo le dedicó una sonrisa— ¿Están en la playa?

— Sí, aprovechamos a venir con algunas de las chicas y los nenes, ya hace un rato que estamos acá y probablemente en unos minutos comamos algo.

Enzo asintió— ¿Sol está con ustedes? No la vimos hoy en el comedor antes del entrenamiento, se fue sin saludar.

— Sí, está acá con Oli. —la chica se giró hacia su amiga y su hija— Sol, acá te andan haciendo reclamos. —la menor de los Agüero la observó con curiosidad, colocándose de pie y sacudiéndose la arena que se la había pegado para acercarse a ella— ¡Hola negri! ¿Ahora que me andas reclamando?

— Dice que te fuiste sin saludarlos.

— Ah, es porque salí más temprano para ir a comprar lo que íbamos a comer y los juguetes para las nenas, y de ahí me fui directo a donde se está quedando Camila. Ustedes seguían durmiendo, no los iba a joder cuando tienen que descansar todo lo que puedan. —explicó dedicándole una sonrisa dulce.

— ¿Estás hablando con Valentina? —las dos chicas pudieron oír la voz de Julián de fondo, aunque no podían verlo.

— Vení. —lo llamó Enzo y segundos más tarde apareció Julián junto a Enzo, abriendo sus ojos con sorpresa al ver que no solo estaba Valu sino también Sol. Sonriendo de forma inconsciente al ver lo bonita que la chica lucía con su cabello recogido en una colita desordenada y una sonrisa radiante mientras trataba de tapar el sol con su mano sobre sus ojos para ver mejor la pantalla.

— Hola Valu, hola Sol. —saludó agitando su mano— ¿Aprovechando el día?

Valentina asintió— Aprovechamos a venir con algunas de las chicas y los nenes, ¿ustedes? ¿Cansados?

— Bastante, pero nos quedan unas series más y ya terminamos. —comenzó a explicar Enzo y en ese momento se escuchó a Olivia quejándose, las dos chicas dirigieron su mirada hacia la nena.

— Yo me hago cargo, vos aprovechá a hablar con Enzo, yo tengo chance de hablar con ellos más seguido. —Sol giró su mirada hacia la pantalla— Nos vemos más tarde, ¿quieren que les lleve algo del centro?

— Ehhh, no, creo que no necesito nada.

— Yo tampoco Sol, gracias por preocuparte. —agradeció Julián con una sonrisita.

— Listo, nos vemos entonces, ¡suerte! —exclamó para luego colocarse de pie y acercarse Olivia, tomándola en sus brazos, comenzando a hablar con ella con dulzura. Valentina, notando la mirada de Julián al ver que su amiga se despedía, decidió girar la cámara apuntando hacia donde Sol estaba con Olivia en brazos, haciendo reír a la nena— Vamos un ratito al agua con Oli, ya venimos. —le dijo Sol sin notar que la estaba apuntando con la cámara.

Julián aprovechó para observar a través de la pantalla a la chica, apreciando cada detalle de ella que eran capaces de captar sus ojos. Observando como su piel brillaba bajo la luz del sol y lo bien que lucía con la parte de arriba de una bikini azul y un short de jean abajo, sonriendo al ver como Olivia reía en sus brazos mientras se dirigían a la orilla donde ya estaban Karen, Camila y Mandinha con los nenes.

Es hermosa por favor, en cada sentido.

— Se te cae la baba, Araña. —ante el comentario de Enzo, Valentina soltó una carcajada, notando la sonrisa tonta que tenía Julián viendo a Sol y como se ponía rojo ante el comentario de Enzo.

— Totalmente entendible igual Juli, nadie te juzga. —le aseguró Valentina divertida— ¿Cuándo pensas dar el siguiente paso?

— ¿Le contaste algo? —cuestionó el cordobés mirando de forma acusatoria a su mejor amigo, Enzo negó chasqueando su lengua.

— No es necesario que me cuente nada Juli, sos bastante evidente con cómo la miras y cómo actuas cuando estás con ella. Quiero creer que no te vas a quedar en la nada y que vas a actuar ¿no?

Julián rascó su cabeza nerviosamente— Estoy esperando el momento indicado, no quiero cagarla y no quiero apurarme tampoco, es complicado.

— Ya te dije que son ustedes los que lo hacen complicado. —se quejó Enzo— Es fácil, se acercan, se chapan, se dicen que se quieren y listo, pareja hecha.

— Dios mío, no puedo entender como hiciste para que Valentina te diera bola. —murmuró Julián observándolo con su ceño fruncido, provocando la risa de la chica— Sos un imbécil.

— Cuando quiere puede ser romántico, no me lo ataques che.

— Bueno amor, ya nos tenemos que ir, a la noche te vuelvo a llamar para ver a Oli también.

— Dale, nos vemos más tarde, chau Juli. —el chico agitó su mano a modo de saludo— ¡Chau amor!

Y sin más, la llamada se terminó. Enzo dejó el teléfono en el bolsillo de su mochila, notando como Julián había sacado su teléfono mirando Instagram, más precisamente una foto de Sol que le había aparecido en su inicio donde la chica estaba con su bikini, tomando mate en una reposera.

— Enzo, Julián, vamos a seguir. —ante la voz de Scaloni, Enzo alzó su mirada colocándose de pie. Sin embargo, Julián estaba demasiado ocupado sonriendo mientras miraba las fotos que Sol había publicado— Julián. —lo volvió a llamar Scaloni, pero otra vez no hubo respuesta— ¡Dibu!

— La concha de su madre. —puteó el cordobés cuando sintió que una pelota le daba en la cabeza, asustándolo y provocando que tirara su teléfono al pasto que estaba abajo. Sobresaltado, el chico levantó su teléfono y miró a su alrededor, notando que Dibu había sido quien le había arrojado la pelota mientras Enzo y Scaloni estaban parados frente a él— Perdón, ya estoy. —se disculpó rápidamente guardando el teléfono en su mochila.

— ¿Qué pasa que andas distraído? —preguntó Scaloni viendo como Julián se levantaba del banco y se acercaba.

— Ay el amor, el amor. —canturreó el Papu acercándose— La araña cayó por mi hija.

Scaloni abrió los ojos horrorizado— ¿Qué? ¿Pero cuantos años tiene tu hija? ¿No tenía menos de diez años?

El Dibu soltó una carcajada al ver la cara del director técnico y la expresión del Papu que rápidamente empezó a negar con su cabeza— Sol, animal, me refería a Sol. —el Papu suspiró— Es mi hija postiza.

— La Araña está re enganchado con Sol. —al oír lo que Enzo decía los demás que estaban a unos pasos se acercaron a ellos.

— ¿De qué estamos hablando? Escuché Araña y Sol, ¿ya picaste Juli? —Rodrigo sonrió mientras los demás reían, y Julián por su parte pasaba una mano por su rostro— ¿Ya picó? —volvió a cuestionar ahora mirando a Enzo, quien negó.

— Tiene unas re ganas de picar el Juli. —comentó Otamendi riendo— Hace rato ya, no sé que tanto está esperando.

— No se quiere apurar, y está perfecto eso. —declaró el capitán del equipo, Lionel, dándole una palmada en la espalda a Julián a modo de apoyo.

— Paren un segundo, ¿Cuándo se supone que empezó todo esto de Sol y Julián? —cuestionó Scaloni con su ceño fruncido.

— Desde que se conocieron. —Pablo Aimar, al ver la mirada que Scaloni le dirigía se encogió de hombros— ¿Me vas a decir que no te diste cuenta?

— Claramente no, sino no preguntaría. —se excusó el director técnico— ¿Y hay algo? ¿O son todos delirios de estos, Julián? —señaló a los demás jugadores que observaban todo divertidos.

— Delirio las bolas, tendrías que haberlo visto cuando Sol le dio de su postre.

— Bueno, pero cualquiera puede darte un poco de su postre.

— En la boca Lio, le dio directamente en la boca, adelante de nosotros y el pibe estaba que por poco se meaba encima de la felicidad, le faltaba mover la cola como a los perros. —explicó Gonzalo Montiel, provocando que sus compañeros estallaran en risas.

— No me di cuenta de grabarlos, la puta madre. —se lamentó Nahuel Molina.

— Seguro tenes otra chance, tranqui si siempre que salimos a comer, o algo así, se sientan juntos. —hizo una pausa Lisandro— No entiendo como pinga hace, pero siempre consigue sentarse al lado de ella.

— Y se queda mirándola embobado como un pelotudo toda la noche.

— Eso... Nada que ver, no seas mentiroso boludo. —se quejó Julián, sus cachetes completamente rojos.

— Ay Julián por favor, somos pocos y nos conocemos todos. —dijo Franco Armani riendo.

— Lo mismo cuando salimos con las chicas, la tensión que manejaban culiado, yo pensé que en cualquier segundo picaba el Juli.

— Y cuando viajamos a Abu Dhabi, la Araña en medio del vuelo se había ido a sentar con Sol y se quedaron los dos durmiendo hasta que llegamos a acá, hasta que los despertamos y se tuvo que volver a su asiento.

— ¿Por eso estaba con cara de orto cuando lo crucé en el pasillo del avión? —ante la pregunta de Scaloni los chicos asintieron riendo— Pero después estaba lo más bien, si se andaba cagando de risa con Gonzalo y con vos.

— Porque le mostré esto. —Enzo le pasó su teléfono a Scaloni donde estaba la foto de Julián y Sol dormidos en el avión, la chica apoyada sobre él y abrazando su brazo mientras él apoyaba su cabeza en la de ella.

— Linda foto che. —comentó Aimar acercándose para ver.

— Tiene que ser joda. —susurró Julián viendo como los demás también se acercaban a ver la foto.

— ¿Me vas a decir que no te diste cuenta como se suelta cuando hacemos los juegos con ella? —indagó Leandro.

— Si, pero pensé que era porque habían entrado en confianza, no porque le gustaba. —el director técnico se giró hacia el cordobés, notando como el chico estaba todo rojo— Ah, pero estás enterradísimo Julián. —murmuró provocando que todos soltaran una carcajada— No me voy a meter como el director técnico porque no me corresponde, porque no tiene nada que ver con los partidos y la Selección en sí, pero como Lionel, amigo tuyo y de Sol, mandale para adelante nomás Araña.

— Es lo que le decimos todos, en breve arrancan las apuestas para ver cuando pica. —dijo el Papu.

— Ya hay apuestas dando vueltas. —comentó Otamendi como si nada.

— ¿Qué? Y no me dijeron nada manga de ratas, ¿justo a mí me vienen a dejar afuera? ¿Yo que soy el padre postizo? Muy chota esa actitud.

— Deja de llorar Papu, más tarde anda a la pieza del Cuti y Licha, son ellos los que llevan las apuestas. —Julián alzó una ceja observando a sus compañeros y amigos— Todo con la mejor Araña, te tiramos buena onda para que te animes y encares a Sol. —le dijo Lautaro con una sonrisa y alzando sus pulgares.

— Yo dije que el español, Pedri, tenía chances de encarar antes que él. —Enzo alzó su mano llamando la atención de todos y recibiendo una mirada furibunda de Julián, lo cual provocó que estallara en risas— Joda, joda Juli, aposté por vos y que iba a pasar antes de que volvamos a Argentina, así que más te vale activar Araña porque no tengo ganas de perder.

— Lo mismo por acá. —exclamaron otros alzando sus manos.

— ¿Se puede seguir entrando en las apuestas? —ante la pregunta de Pablo Aimar, Julián lo observó— ¿Qué? Una apuesta al amor no le hace mal a nadie. —hizo una pausa sonriendo— Igual es como dijo Lio antes, si queres esperar está perfecto Julián, todo a su tiempo y vos sabrás cuando es el tiempo correcto para dar ese paso.

— Sí, pero si es antes de que volvamos mejor, también aposté por eso.

— ¡Dale, boludo! —exclamó Tagliafico, dándole un golpe en la nuca del Dibu.

— Bueno, una jodita loco.

— Tengo planeado hacerlo antes de que volvamos, si les sirve. Ya sé cuándo quiero hacerlo, pero todavía me falta algo para eso. —Julián ya tenía algo en mente, aunque el poder llevarlo a cabo dependía también de los resultados de la Selección en los próximos partidos, pero tenía fe, y tal y como le había dicho Sol decenas de veces, elegía creer que las cosas se iban a dar como él esperaba.

— ¿Huevos? —cuestionó Enzo.

— Esos son los que te van a faltar a vos después de que te los reviente a patadas. —dijo Julián señalándolo— Yo que vos empiezo a correr culiado. —y sin decir nada más, Julián comenzó a correrlo mientras Enzo se alejaba gritando, bajo la mirada divertida de los demás jugadores, el director técnico y el resto del plantel. 

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