Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 17

Maraton 1/2

Me desperté temprano gracias a los gritos de Drew que me llamaban desde abajo.

-Kate!Maldita zorra!Puedes bajar hice el desayuno-Grito a todo pulmón.

Estaba segura que se escucho hasta china.

Me baje de la cama y me puse las pantuflas.

-Oh ya voy-Dije bostezando,bueno sabia que no habia escuchado pero me importaba una mierda.

Tome mi celular y mientras revisaba los mensajes que me habian llegado bajaba las escaleras lentamente.

Mensajes:

-Psicopata:Ahora estas haciendo como si no existiera?
-Psicopata: Kate..te encuentras bien?
-Psicopata:Mierda,hija de la gran puta me puedes responder.
-Psicopata:Dios mio,te odio
-Psicopata:Era broma,no te odio pero joder me podrias contestar?

Mientras leia cada uno de sus mensajes me mataba de la risa y al final le decidi escribir.

-Kate:Querido no tan querido Psicopata hay algo que se llama "Dormir" si es que no sabes,esos mensajes me los has mandado a las 3 de la mañana crees que te iria a contestar(? Pues no.

Le dije y despues bloquie mo celular.

-Como despertaste fea?-Me pregunto Drew mientras dejaba el desayuno encima de la mesa.

Era yogurt con fruta y cereales. Tambien habia café y té.

-Muy bien,y tu?-Le sonrei mientras me preparaba el té.

-Todavia sigo con algo de pena,pero aparte de eso,todo va expectacular-Me guiño el ojo.

-Ya lo creo-Le dije en fin.

Después de tomar desayuno me fui a colocar la ropa para ir al trabajo.

Me puse algo mas a la altura de la empresa para no sentirme incomoda como la otra vez.

Una falda negra de tela suave que me quedaba un poco mas arriba de las rodillas,una camisa blanca que se abultaba un poco en el estomago y unos tacos de punta negros.

Despues me maquille con delineador y me pinte los labios rojos y me hice un tomate desordenado pero al mismi tiempo era lindo y sexy.

Tome mi cartera negra y sali rapidamente de mi habitación y baje.

-Drew ya me voy-Le dije mientras tomaba las llaves de la casa.

-Te iras caminando?-Dijo todavia mirando la tele en pijama.

-No tengo auto,asique creo que si lo hare-Rei

-Wow,te vez expectacular-Me miro con los ojos abiertos-De un ogro a pasado por toda una señorita.

-Estupido-Bufe y cerre la puerta de un portazo lo unico que escuche fue una risa de el y un "Te quiero,cuidate"

Aprete el botón del ascensor y ya cuando llegue a la plana de abajo pase a suludar al recepcionista y a ver si me habian llegado cartas.

-Hola Valentine,mira que estas guapo-Rei-Sabes si me a llegado algo?

-Gracias señorita-Me quiño un ojo-Dejeme ver-Empezo a buscar por el numero de mi apartamento.

-Solo cuentas de luz y agua-Dijo divertido.

-Ya me lo creo,las vendre a buscar mas tarde ahora me ire al trabajo,adios-Me despedi.

-Que este bien

-Igual usted-Dije saliendo del edificio y caminando hasta encontrar un taxi.

Deje de caminar cuando escuche una bocina tocar por detrás mio y mira con quien me encontre,Aaron

-Subiras?-Dijo bajando la ventana

-No me queda otra opción?-Rei.

-No,no lo creo-Sono sarcástico.

No le respondi y subi sin hacer ningun reclamo,ya que me salia gratis y esperando a un taxi me demoraria demasiado y de seguro llegaria tarde a mi primer dia.

-Emocionada?-Me pregunto riendo.

-Para nada-Bufe-Fue horrible despertarse tan temprano-Dije dudando de mi respuesta.

-Bueno eso si es verdad-Me dijo en fin.

-Coño Aaron tienes los ojos verdes-Me quede sin aliento-En el ascensor te los habia visto cafes.

-Pues sera por que habia oscuridad idiota-Rio-Y bueno que hablaron con Harry ayer?

-Nada en particular,solo las cosas que nos han pasado hasta ahora-Dije mientras buscaba mi celular en mi cartera-Joder me he dejado el celular.

-Nope,esta en el suelo-Lo apunto-Deberias de ser mas cuidadosa.

-Hmmm..-Hize un ruido mientras recogia mi celular.

-Eres totalmente encantadora-Dijo mirandome con ¿Deseo?

-Yo encantadora?Encantadora mi abuela-Bufe nerviosa.

-Sabes?La primera vez que te vi lo primero que pense fue en follarte.

-Necesitas un buen filtro para esa boca sucia-Lo regañe graciosa.

-Sucia va a ser la noche en que te haga mia-Dijo ronco.

No supe que decir ante su comentario solo sabia que me habia puesto nerviosa y de seguro estaba mas colorada que nunca.

Llegamos a la empresa y cuando entre todas las chicas me miraban ahora mas normal que el otro dia.

Pero algunas me miraban mal tal vez por el mismo modo que harry ayer me llevo caminando con la mano en la cadeea,tal vez por que piensan que soy una competencia para ellas.

O tal vez Aaron se a acostado con todas las mujeres de aqui.

Al llegar al piso de mas arriba me fui directo a mi sala en donde trabajaba era una sola y cerrada,era muy comoda.

Y asi me pase toda la tarde de hecho todavia eran las 17:30 y el trabajo terminaba a las 21:30...puta madre.

Tocaron la puerta y entro una chica rubia.

-Disculpe si la molesto-Me sonrio-El señor Aaron la llama a su oficina-Dijo y cerro la puerta.

-Que quiere ahora el idiota-Susurre negando con la cabeza,esta vez te tendras que controlar,no caigas en sus brazos solo por que es exitante.

Entre en su oficina y el me mira rapidamente.

-Ven-Se paro de la silla y me tomo el brazo,llevandome al baño.

Cierra la puerta tras él de una patada, me coloca sobre el mármol que hay entre las dos pilas del lavabo y se vuelve para cerrar el pestillo. Gracias a que me levanto se me subio la falda y la tengo arremangada alrededor de la cintura y las piernas y las bragas totalmente al descubierto.

Observo aquel inmenso cuarto tan familiar y me detengo en la enorme bañera de mármol de color crema que domina el centro de la habitación.  La ducha doble de mampara abierta que hay en la pared del otro extremo está cubierta de arriba abajo de cristal laminado y baldosas de travertino de color beige, y el mueble sobre el que me encuentro es de mármol italiano de color crema, con dos pilas integradas y grandes grifos en cascada. Un espejo de marco grueso y dorado minuciosamente tallado ocupa todo lo ancho del mueble, y junto a la ventana hay un diván. Es lujo en estado puro.

El ruido del pestillo al cerrarse interrumpe mi admiración hacia el trabajo de la empresa y atrae mi mirada hacia la puerta, donde Aaron se ha quedado inmóvil, observándome. Mientras se acerca a mí, empieza a desabrocharse la camisa. Contemplo cómo se aproxima, con la boca relajada y los ojos entornados. Al pensar en lo que está a punto de suceder, el estómago me arde y mis muslos se tensan. Este hombre es totalmente imponente.

Cuando se desabrocha el último botón, se detiene ante mí con la camisa abierta. No puedo resistirme a recorrer con uno de mis dedos el centro de su torso duro y bronceado. Él mira hacia abajo y me sigue el juego. Coloca las manos a ambos lados de mi cadera y se abre paso entre mis muslos. Cuando me mira, las comisuras de sus labios esbozan una sonrisa y le brillan los ojos. Las pequeñas arrugas que se forman en su rostro suavizan la usual intensidad de su mirada. —Ya no puedes huir —bromea. —No deseo hacerlo.

—Bien —contesta atrayendo mi mirada hacia sus hermosos labios.

Mi dedo asciende por su pecho y su garganta hasta descansar sobre su labio inferior. Él abre la boca y me lo muerde de manera juguetona. Sonrío y continúo subiéndolo hasta acariciarle el cabello.

—Me gusta esta falda. —Recorre la parte delantera de mi cuerpo con la mirada y se detiene en la tela arrugada a la altura de mi cintura. —Gracias.

—Aunque es un poco restrictivo —dice mientras tira de un trozo de tela. —Lo es —coincido. La anticipación me está matando.

«¡Arráncamelo!»

—¿Te lo quitamos? —Arquea una ceja y sus labios empiezan a curvarse. Sonrío. —Si quieres. —¿O te lo dejamos puesto? —Esboza una amplia sonrisa al tiempo que levanta las manos.

Me derrito sobre el mármol del lavabo. Desliza las manos por mi espalda. —Aunque, bien pensado, yo ya sé qué se esconde bajo este bonito vestido. —Levanta las manos, agarra la cremallera y, mientras empieza a bajarla lentamente, me susurra al oído—: Y es mucho mejor que cualquier prenda. —Respiro con desesperada dificultad—. Creo que será mejor que nos deshagamos de él —concluye.

Me levanta del mueble, me deja en el suelo, me quita el vestido y lo deja caer también. Lo aparta a un lado con el pie sin quitarme los ojos de encima.

Frunzo el ceño.

—Me gusta esa falda.

No podría importarme menos. Por mí como si lo hace pedazos para limpiar las ventanas con él. —Te compraré una nueva. Se encoge de hombros y vuelve a subirme al lavabo y a colocarse entre mis muslos. Presiona su cuerpo contra el mío y me agarra del trasero para atraerme hacia él, hasta que estamos bien pegados. Balancea la cadera sin dejar de mirarme.

Las palpitaciones de mi sexo rozan lo doloroso y creo que voy a perder la cabeza si continúa haciendo sólo eso. Quiero pedirle que acelere. Me está costando controlarme.

Me pasa las manos por detrás y me desabrocha el sujetador. Desliza los tirantes por mis brazos y lo lanza por detrás de él. Me inclino hacia atrás y me apoyo sobre las manos, dejando los pechos expuestos frente a él.

Mirándome a los ojos, levanta una mano y coloca la palma justo debajo de mi garganta.

—Siento los fuertes latidos de tu corazón —afirma en voz baja—. Te pongo muy nerviosa.

No voy a negar esa afirmación. Es verdad, y ya ni me molesto en tratar de resistirme.

Desliza la palma entre mis pechos hasta llegar a mi estómago mientras me observa, ardiente y delicioso.

—Eres demasiado hermosa —dice con rotundidad—. Creo que voy a quedarme contigo.

Arqueo la espalda y le acerco más mi pecho. Él sonríe y baja la boca para chuparme un pezón con fuerza. Cuando sube una mano para masajearme el otro pecho, emito un gemido y echo la cabeza atrás contra el espejo. Por Dios bendito. Este hombre es un genio. Su erección es dura como el acero y me aprieta entre las piernas obligándome a trazar círculos con la cadera para calmar la palpitación con un prolongado suspiro de placer. No sé qué hacer. Quiero saborear todo ese placer, porque es maravilloso, pero la necesidad de poseerlo se apodera de mí, la presión de mi entrepierna está a punto de estallar. Como si me estuviese leyendo la mente, desliza la mano entre mis muslos hasta dar con el borde de mis bragas. Uno de sus dedos traspasa la barrera y acaricia ligeramente la punta de mi clítoris.

—¡Joder! —grito al tiempo que me incorporo, lo agarro de los hombros y le clavo las uñas en los músculos definidos.

—Esa boca —me reprende antes de pegar sus labios contra los míos y hundir dos dedos dentro de mí.

Mis músculos se aferran a él mientras los mete y los saca. Creo que voy a morir, literalmente, de placer. Siento la rápida evolución de un orgasmo inminente y sé que va a hacerme estallar. Me agarro a sus hombros como si no hubiese mañana y gimo en su boca mientras él continúa con su asalto. «Aquí viene.» —Córrete —me ordena mientras aplica más presión sobre mi clítoris. Me deshago en una explosión de estrellas. Le libero la boca y dejo caer la cabeza hacia atrás en un absoluto frenesí. Lanzo un grito. Él me agarra la cabeza y me la inclina hacia adelante para placarme la boca y atrapar mis últimos gritos. Estoy completamente extasiada, jadeando, temblando y sin fuerzas. Me desintegro entre sus manos, totalmente desinhibida y sin sentir ninguna vergüenza por lo que consigue hacer conmigo. Estoy loca de placer.

Su beso se relaja y su presión disminuye; me devuelve poco a poco a la realidad mientras posa tiernos besos por toda mi cara caliente y mojada. Ha estado demasiado bien. Demasiado bien.

Noto que me aparta un mechón de pelo de la cara y abro los ojos. Al hacerlo me encuentro con una mirada oscura y satisfecha. Me planta un beso en los labios. Yo suspiro. Noto como si toda una vida de presión acumulada se hubiese extinguido, así, sin más. Me siento relajada y saciada.—¿Mejor? —pregunta mientras extrae los dedos de mi cuerpo.

—Hummm... —murmuro. No tengo fuerzas para hablar.

Arrastra los dedos por mi labio inferior y se inclina sobre mí. Me observa de cerca y me pasa la lengua por la boca, lamiendo los restos de mi orgasmo. Sus ojos penetran en mi interior mientras nos miramos en silencio. Mis manos le agarran la cara como por instinto y le alisan la piel recién afeitada. Este hombre es bello, intenso y apasionado. Y podría romperme el corazón.

Él sonríe levemente y se vuelve para besarme la palma de la mano antes de volver a fijar la vista en mí. Santo cielo, estoy perdida.

Alguien sacude el pomo de la puerta del baño desde fuera y nos arranca cruelmente a ambos de la intensidad del momento. Lanzo un grito ahogado. Aaron me tapa la boca con la mano y me mira con expresión de que no le importara..

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro

Tags: