0. Luna
Una cámara se encendía frente a mí, mientras la luz de la ventana iluminaba mi rostro y me acomodaba el cabello. Antes creía que googlear el significado de tu nombre era otra tontería que ayudaba a los chicos a darle a su vida el sentido del que claramente carece. Pero no me es posible decir que yo me he abstenido de hacerlo por simplemente pensarlo. Y, cuando me preguntan, no miento, solo evito mencionarlo.
No es algo que comúnmente se pregunte, estoy de acuerdo. No se te pregunta mucho al menos de que tengas por nombre un juego de palabras que ni siquiera tus padres conocen. En este caso: Dayker.
Decirme "qué lindo nombre tienes", es igual a señalar que es extraño y que, para mí suerte, no tiene un significado concreto.
Viendo al profesor Hunter, había tenido más episodios en los que me perdía en una conversación propia que en cualquier otro sitio, dejé de pensar en su semblante amargado y comencé a cuestionarme lo insufrible que debía ser enseñar Historia en una escuela. Siendo sincero, había escuchado la mitad de la clase, no me decidía a cambiar la canción que se reproducía en mis audífonos y para el colmo tampoco deseaba bajar el volumen de esa obra maestra que siempre causaba una revolución de sentimientos en mí.
Con tanta teoría, fechas y nombres imposibles de pronunciar en español, sin hablar de lo mal que me iba en otros idiomas, para mi también suponía un suplicio.
Mi pasatiempo durante esas clases era tomar el pesado libro y dibujarles cabelleras largas a los señores de las biografías, parecidas a los jueces que solían aparecer en las caricaturas que amaba mi abuela, aunque para ese momento había abandonado ese pasatiempo y me dedicaba a dibujar a la persona que se sentaba a un par de pupitres del mío; mismo que permanecía con bocetos del año pasado debajo.
O sea, a Umay Jones.
Tenía unas diez hojas del cuaderno llenas de intentos de su perfecto perfil, una que otra —no demasiadas al punto de ser preocupante— de sus redondos ojos oscuros y también de formas de escribir su nombre en distintas caligrafías. Mientras tanto, ella se encontraba atenta a cada palabra que el profesor decía, tomaba notas y le empujaba al chico que tenía al lado cuando él se acercaba a hacerla reír, un alumno de cabello negro igual al de ella pero que no me interesaba mucho.
No era que Umay me interesara en absoluto, claro, porque no lo hacía. Solo... era como una mala canción pegadiza, una chica con la que me topaba en cualquier sitio y ella a penas notaba mi presencia. Alguien que transmitía emociones desconocidas sin conocerla, era como un imán poderoso de atención.
Y precisamente ella era la persona que me recordaba porque Lost On You sonaba mejor observándola.
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NOTA
No olvides guardar en tu biblioteca para saber de cada actualización.
Dayker es una historia que escribí como un simple proyecto de la escuela, pero que con el tiempo terminó por enamorarme e inspirarme lo suficiente para darle un final.
En esos momentos me proyectaba flagrantemente en mis personajes pues sentimientos como la desesperación, inmensa tristeza y el temor me invadían a mis escasos 13 años.
Ahora ya está siendo corregida y, a pesar de que tengo una buena intención compartiéndola, no creo que esté a la altura para decir que me siento orgullosa de ella.
Espero eliminar muchos prejuicios y que la disfruten sobremanera :)
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