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La noche era tranquila, la fría brisa acariciaba su piel. Eleva la vista al cielo al ver algunos fuegos artificiales, adornar la oscuridad de la noche. Las chispas de colores se ven reflejadas en sus ojos verdes. Harry se encontraba sentado en una elegante silla en la orilla del crucero. El sitio donde está ubicado perfectamente le permitía ver la calma y quietud del mar.
Harry suspira llevando la copa de champagne a sus labios, da un pequeño sorbo y cierra los ojos. Estaba de viaje familiar con los empleados e importantes asociados de la empresa, donde su padre, Edward, era un muy relevante miembro.
Se había organizado este crucero exclusivo para los miembros y altos ejecutivos. Como se hizo costumbre, cada final de año se mencionaban los nuevos socios y expansiones que se habían logrado en el transcurrir de los meses. Así que un crucero navideño antes de las fiestas era lo mejor para conversar de logros, estudiar a los próximos inversionistas y agregado pasar un rato agradable.
Los adornos navideños le otorgaban una extraña calidez al frío ambiente. El sonido de los violines volvía la rigidez del entorno algo más ameno.
Sonríe, pues, él amaba esa época, ya que era donde podía estar más cerca de su padre. A pesar de lo rojizo de sus ojos y de la opresión en su pecho por los sucesos antes ocurridos, disfrutaba de la vista.
Detrás de él escucha unos pasos, tacones resonando en la madera, intenta calmarse, pues la tranquilidad le fue quitada en un par de segundos cuando escuchó la voz de su madre.
—Harry, ¿qué demonios haces aquí? —inquiera con tono de reproche. Él opta por guardar silencio, no tiene deseos de hablar.
Genevib, una hermosa omega de cuarenta y cinco años, su altura y porte derrochaban elegancia. Su madre creció en él ceno de una importante familia. Su bello y terso rostro no aparentaba la edad que poseía, era de piel blanca, ojos color miel, un lindo cabello pulcramente peinado y una excelente figura. Ella era la perfección andando.
—No seas inmaduro, ¿en verdad te molestaste por lo que dije de la comida?
Harry se pone de pie dejando la copa a un lado y le hace frente. Lleva puesto un pantalón color arena, una camisa con unas leves transparencias y flores bordadas; es acogedora y ligera, perfecta para el clima.
—Claro que me molestó, ¿hasta cuándo entenderás que me incomoda ese tipo de conversaciones?
—Pero es la verdad, cariño, ¡solo mírate!, estás subiendo de peso. Veo un par de centímetros más en esa cintura, debes parar…
—Basta, no digas más. Esta podría ser la noche más importante para papá, no la centres en mí ni en ti. —El leve olor a fresas y chocolate de Harry se dispara, ella hace un amago de cubrirse la nariz.
—Si sigues bebiendo y comiendo como lo haces, no lo hará, tú atraerás las miradas. Si Joseph tiene en mente pedirte algo, pues ya no lo hará, solo mírate. Estamos en un lugar muy elegante con personas realmente importantes, debes cuidar como luces y ahora haces un berrinche por un simple dicho. Deja el drama y no seas exagerado, son vísperas de Navidad, Harry.
—No estoy exagerando, madre, no pedí tu opinión.
—Y a pesar de todo, eres un arrogante que no sabe agradecer, es por tu bien. Evita que tu aroma salga. La verdad no comprendo cómo alguien como Joseph puede estar contigo, olvidas todas tus clases de etiqueta y solo mira en lo que te has convertido.
—Ya es suficiente, por favor. Guárdate todo lo que quieras opinar, no deseo escucharte si lo único que sabes hacer es juzgar hasta por la forma que respiro, parpadeo o camino. —Harry busca algo de bloqueador, odiaba usarlos, pero en momentos como este era necesario, él amaba su aroma, siendo la perfecta combinación entre el peculiar dulce sabor del chocolate y lo ácido de las fresas, tan exquisito y delicioso al paladar, pero cuando no se sentía bien su aroma podía afectar a los que estaban cerca dejándoles un sabor agrio, seco e insípido y algunas notas sumamente amargas.
—Una buena respiración te dará un buen perfil. Si parpadeas tan pesado, parece que estás cansado; tu postura al caminar es la impresión que das.
—No puedo contigo, lo digo en serio. —frustrado, se da la vuelta.
—Deja de lloriquear, sé un hombre Harry, el tonto de tu padre siempre te trata como un niño mimado y este es el resultado de todo. —Lo tacha de arriba hacia abajo.
—¿No tienes que ir a otro sitio? Allá adentro pueden necesitarte. —Inquiere, sin ánimo de ver a alguien. Su omega se siente apagado—. Tu maquillaje se corrió un poco, parecerás un mapache.
Genevib lleva su mano a su rostro, preocupada, saca un espejo del pequeño bolso que lleva en manos. —Iré a refrescarme un poco, todo tu ser me provoca jaqueca. —La mujer hace un ademán dramático llevando sus dedos sobre sus sienes, se retira con un pavoneo exagerado.
Harry suspira elevando su vista al cielo para evitar que sus lágrimas salgan. Suspira y el peculiar aroma de Navidad lo abraza, canela y algo como un vino tinto concentrado. Vuelve a tomar su asiento, admira las esferas que cuelgan de las guirnaldas y se pierde en sus pensamientos.
Harry no se dio cuenta, pero detrás de una de las puertas que daba hacia el salón principal se encontraba el dueño y más grande empresario escuchaba con atención, un hombre de renombre en donde su padre era el mayor inversionista, alguien a quien en secreto él admiraba y temía un poco por lo importante de su nombre.
Louis William Tomlinson un alfa imponente, elegante y con un ser magistral, su tan sola presencia exigía respeto y admiración, su personalidad dominante y seria era lo que captaba la atención.
El alfa elevó una ceja al escuchar todo el palabrerío, no le sorprende que esa mujer sea capaz de decir tantas idioteces, es por eso que Edward, el padre de Harry, terminó su matrimonio. Louis tiene una mano dentro de uno de los bolsillos del pantalón formal que lleva puesto. Da un sorbo a la copa que tiene en otra y se marcha del lugar. Su fuerte aroma a vino tinto y leves toques de canela inundan el ambiente.
Harry se queda sentado intentando no llorar del coraje, de inmediato se limpia un par de lágrimas traicioneras cuando se escapan de sus ojos al escuchar unos pasos acercarse.
Joseph llega a él, un alfa de cabello negro, ojos bonitos y linda sonrisa, es un prestigioso abogado que busca abrirse paso y adentrarse en la compañía que, según él, dirige el padre de Harry. Al saber quién era ese lindo joven, no dudó en acercarse tiempo atrás gracias a las influencias de Genevib.
—Harry, ¿qué haces aquí afuera? —pregunta con un tono que se escucha más como un regaño que preocupación. El omega se da vuelta y finge su mejor sonrisa.
—Necesitaba algo de aire, es todo.
Joseph suspira con expresión tediosa —Tienes el rostro rojo, es obvio que estabas llorando.
—Sí, ahora me arreglo, que no te afecte. —dice respondiendo de la misma forma y busca algo en su pequeño bolso de mano.
—Será lo mejor, intenta no llamar la atención, hay muchas personas importantes aquí.
Harry vira los ojos —Lo sé, no tienes que hablar de eso todo el tiempo, es suficiente con que mamá me lo recuerde.
—Así que por ella llorabas.
—Algo… —Suspira colocando algo de polvo y un pequeño toque de rímel en sus pestañas—. Ella siempre tiene algo que decir.
—Tú también tienes algo de culpa, ¿no crees que eres algo dramático y exageras todo? —pregunta intentando sonar tranquilo.
Harry suspira, cierra el espejo de mano y guarda los implementos. Joseph, al notar la molestia de Harry, se acerca.
—No te enfades, bomboncito, sabes que me gustas, solamente soy muy sincero y los hombres jovencitos como tú tienden a ser muy berrinchudos. Tu madre es una mujer con mucha experiencia, demasiado sensata.
—No me gusta que me llames bomboncito, tengo veintitrés, Joseph, no lo olvides.
—¿Por qué no, nene? Eres algo que quiero comer siempre que te veo, tu aroma me enciende. —Habla queriendo acercarse para besar su cuello. Harry lo detiene.
—Basta, no me agrada, apenas estamos conociéndonos. Además, papá, nos puede ver, ten un poco de respeto, solo dime, Harry. —Le da un pequeño empujón.
—Son solo cariños, no exageres, es obvio que te gustará, ya tenemos un rato conociéndonos, no creo que Ed se moleste.
Harry lo empuja y ambos voltean al escuchar un fuerte carraspeo. La figura de Edward se presenta, el mayor le da una fuerte mirada a Joseph.
—Quita tus asquerosas manos de mi hijo, dijo que no. —Harry sonríe y camina para abrazar a su padre.
—Hola, papá.
—¿Todo bien, cariño? —pregunta inspeccionando su rostro—. ¿Ese tonto te hizo algo?
—No, él no me hizo nada, no te preocupes.
—¿Qué te ocurre? Fue tu madre, ¿verdad? —pregunta al notar sus ojos llorosos.
—Sí, es lo mismo de siempre, no hay de qué preocuparse. —Le restó importancia, no le gustaba mentirle a su padre, pero tampoco abrumarlo.
—Lo siento, amor, no sabes cuánto me arrepiento en dejar a tu madre como parte de los negocios y que nos esté perturbando la vida. —Joseph chasquea la lengua al escuchar aquello.
—¿Qué haces aquí? —Harry pregunta con interés.
—Pues vine por ti, me informaron que mi lindo hijo estaba solo y quise hacer algo de compañía. —Sonríe con calidez acariciando su mejilla.
—Eres muy lindo, ¿tú estás bien?
—Sí, corazón, no te preocupes.
Edward toma la mano de su hijo y camina junto a él. —¿Viste a Louis?
Harry carraspea un poco y ve de reojo a Joseph —Aún no lo he visto.
—Ese muchacho me deja cada vez más sorprendido, ustedes son tan parecidos, tan inteligentes, y otros son tan idiotas. —Da una fuerte mirada a Joseph, que observa su reflejo en la puerta de cristal mientras peina su cabello.
—Creo que él piensa que soy un idiota —Harry carraspea—. Louis es muy… no sé y yo tan contrario.
—No, amor, en realidad él ha pedido en más de una vez que se te incluya en reuniones. Louis es muy inteligente, ya te lo dije.
—¿En serio? No me esperaba eso, se le ve tan serio, ¿qué piensas tú?
—Lo he considerado, pero necesito que tú estés completamente de acuerdo, no quiero arrastrarte a lo que yo quiero, deseo que seas tú quien diga qué hacer con tu vida, yo te apoyo, cariño.
—¿Crees que no podría? —Harry preguntó inquieto. Cada día se esfuerza para aprender y ser mejor en la empresa, no quiere tener un puesto solo por quien es su padre, él necesita merecerlo. Además, que él desea poder crear una línea de cuidado personal que pueda ser inclusiva tanto como para alfas y omegas.
—Ay, amor, tú puedes hacer lo que desees, solamente necesitaba saber que es algo que deseas, no quiero imponerte nada.
—Eso es lindo, gracias.
Caminan hasta llegar a la sala principal, hay una suave música. Joseph tensa la mandíbula y suspira fuerte al ver a la madre de Harry muy cerca de un hombre.
Edward piensa dirigirse a ellos; sin embargo, Harry intenta tomar otro camino. —Yo… será mejor que vayamos por algo de comer, ¿no crees? —le toma el brazo para encaminarlo en otra dirección, su padre solamente ríe.
—Solo iremos a saludar, Louis ya nos vio.
El más joven suspira. Edward lleva a Harry donde está su madre junto a Louis, y de inmediato puede notar la expresión de molestia en el rostro del hombre. Hasta él se sintió incómodo cuando notó a su madre pasar su mano sobre su pecho para intentar ajustar su traje. Pero todo pasa a segundo plano en su mente, el alfa sostiene un pequeño plato de porcelana con algunas fresas con algo de chocolate rociado finamente sobre ellas.
Con el rostro serio, Louis toma la mano de su madre y la retira; ella sonríe con picardía. —Solo te ayudaba un poco, Louis.
—No tengo la suficiente confianza para tratarnos de esa forma tan amistosa, señora. Señor Tomlinson para usted y no me toque, respete mi espacio personal. —dicta con voz fría y una fuerte mirada. Harry traga fuerte, intentando disimular un suspiro.
Edward saluda con una gran sonrisa —Louis…
Él voltea de inmediato y Harry nota cómo su rostro se suaviza, le ve directo, habla dirigiéndose a su padre pero con la vista sobre él —Hola, Ed.
—Recuerdas a Harry, ¿no?
—¿Cómo no hacerlo? —responde dejando las fresas con chocolate, por un lado, le observa directo a los ojos—. Disculpa, son mis favoritas —dice tomando delicadamente su mano y, deja un casto beso en ella. Harry se esfuerza para no sonrojarse.
Genevib la madre de Harry, suspira pesado —Mi hijo no es una dama, no es correcto que haga eso, un poco más de respeto para el pretendiente de mi hijo. —La mujer habla furiosa llegando al lado de Joseph.
Louis voltea rápidamente a la mujer —¿Por qué sigue hablándome?
Harry ahora se esfuerza por no dejar salir una enorme carcajada. Su madre tiene un carácter fuerte, nadie se atreve a molestarla.
Joseph se posa al lado de Genevib —Cuide cómo se dirige a una mujer como Genevib, ella es una dama.
—¿Qué clase de dama? —Louis termina por darle la espalda.
Edward se apresura a intervenir antes que las cosas puedan salirse de control —Harry lleva a Louis a tomar una copa, lo necesita.
—Pero… —Harry observa a su padre con desconcierto. Él solo sonríe.
Tanto Joseph como su madre intentan entrometerse, pero su padre es más rápido y los empuja con suavidad para que se marchen. —Ustedes, vayan, vayan, no esperen más, yo me haré cargo.
Harry carraspea luego de alejarse donde se encontraba su familia —Siento mucho eso.
—No es tu culpa, no te disculpes. —El alfa camina de forma elegante junto a él.
—Es mi madre, sé cómo es ella. —Sin darse cuenta, se acercan un poco.
—Sí, ella es un grano en el culo —resopla, parpadea al darse cuenta de que fue lo que dijo, pero se sorprende al escuchar una risa baja.
—Lo sé, ella puede ser muy molesta, ¿qué deseas tomar, señor Tomlinson? —pregunta al llegar a la elegante barra. Se esfuerza por mantener el orden y no llamar la atención con todas esas personas rodeándolos.
Louis le da una intensa mirada, se relame los labios —¿Qué deseas tú?
—Algo simple, no pretendo pasarme de copas, prefiero estar sobrio, un vino sentaría bien, ¿no crees? —suspira suplicando que todo pase rápido.
—Perfecto… —Louis camina y pide al encargado alguna bebida sin alcohol.
Harry, al escuchar, le habla: —Tú puedes beber otra cosa si así lo deseas. —Louis niega mostrando su dentadura.
—No, pienso que es de muy mala educación hacerlo cuando mi acompañante no lo hace. —Ladea una sonrisa. Harry le observa y se contiene, logrando mantener su rostro tranquilo. O eso es lo que él piensa.
—Bien, qué lindo, digo que eso es amable de su tu parte. —Habla por lo bajo.
—¿Disculpa? No te escuché. —Louis pregunta luego de ajustar su traje.
—Nada, no dije nada, señor Tomlinson.
—Deja las formalidades, se podría decir que somos cercanos, ¿no crees?, tú puedes llamarme Louis. —dice en tanto lo encamina a una de las mesas, saca la silla y hace una seña para que se siente, Harry agradece.
—¿Cercanos?
Louis emite una risa ladina, pícara: —Sí, tu padre y yo somos grandes amigos; según sé, pronto puedes ser parte de la empresa.
—Oh, aún no lo sé, temo no estar a la altura.
—¿Pero de qué te preocupas? Tu padre me comentó que te graduaste con honores. Sé que eres muy inteligente.
Harry se sonroja —Sí, me gusta mucho estudiar.
—¿Eres como un lindo nerd que adora los libros?
Harry achica los ojos y frunce el ceño. —Puede ser, no lo sé, pero tú te graduaste con honores también, papá, me lo dijo.
—Así es, pero no me gusta ser presuntuoso.
—No quiero que mi edad sea un problema o no me sea tomado con seriedad por esa misma causa.
—No creo que eso sea posible, tengo veintisiete, al principio fue complicado, pero las personas aprenden a darte la importancia que mereces, créeme.
—Lo sé, llegaste muy alto, me siento tan joven.
—¿Lo sabes? —Louis agradece cuando les llevan las bebidas.
—Papá, me lo dijo, siento que te quiere más a ti que a mí. —niega con una sonrisa.
—No creo que eso sea posible, eres la luz de sus ojos, siempre habla de lo lindo e inteligente que eres.
—Es mi padre, ¿qué podrías esperar? Ellos siempre hacen eso.
—No todos, pero soy fiel creyente que tiene toda la razón, tu padre es muy sabio, Harry.
Suspira —Sí, papá, es muy inteligente.
Un par de hombres se acercan a la mesa llamando a Louis. Con pesar se despide, Harry se queda sentado, pero su rostro prácticamente se ilumina al ver a su lindo y gran amigo Niall acercarse a donde él se encuentra.
Es un omega muy lindo, platicador, tierno, siempre le saca una sonrisa porque le pasan muchas cosas y es muy ocurrente.
—¿En dónde te metiste? Me dejaste con la loca de tu madre, Harry —chilla con decepción llevando su mano sobre su frente, fingiendo desmayarse.
—¿Qué te pasa? —Harry pregunta con una sonrisa, Niall era un omega muy peculiar, dramático, cariñoso, muy necesitado de atención, pero era muy dulce.
—Harry preséntame a tu padre, necesito un sugar que me mantenga, es muy guapo, atento y…
—Basta con eso. —Harry le da un leve empujón.
—Lo sé, lo siento. Solo no vamos a negar que es muy guapo.
—Cállate —le da un pequeño golpe para hacerlo levantar. —Niall se incorpora y se sienta en la silla donde Louis estaba, olfatea y ve a su amigo.
—¿Quién estaba contigo?
—Louis.
—Mi primo es sumamente guapo, ¿no crees? —levanta una ceja con picardía.
—Supongo, no lo sé. —desvía la mirada a otro lado, para que su amigo no note el sonrojo, para su buena suerte el omega se distrae de inmediato.
—Pero no tan guapo como ese alfa que va por ahí —dice levantando la mano para saludar de una forma tierna y dulce.
—Niall por la luna, cálmate.
—Perdóname, me pongo muy loco cuando mi celo está por llegar, pero hay algo que me perturba, amigo.
—¿Qué te aflige tanto? —su expresión se suaviza.
Niall suspira profundo —Llegue a una simple conclusión.
—¿Y cuál es esa?
—Qué odio los malditos cuentos de hada, malditas princesas… —refunfuña.
Harry sonríe incrédulo —¿Qué cosas dices?
—Estaba viendo una película con Mia, para ser exactos la bella durmiente.
—Eso es lindo.
—Dime… ¿cuál es tu princesa favorita?
—Mulán, tengo otras, pero ella encabeza la lista.
—Por ahora la mia es Elsa, esas manos que congelan me podrían servir para enfriarle el cerebro y el culo a muchos idiotas que conozco. —Harry ríe.
—¿Qué cosas dices? ¿A dónde quieres llegar, Niall?
Niall se observa las uñas frunciendo sus labios —Que a la que más odio es a Cenicienta.
—¿Qué?, ¿y eso porque? —Harry intenta no reír, Niall era como una caja de sorpresas.
Niall da unos toques cariñosos en la frente de su amigo —Analiza, Harry, esa hija de puta se quitó un solo zapato, un maldito zapato y encontró a su príncipe —finge limpiar sus lágrimas inexistentes—. Yo me quito toda la ropa y no encuentro a un buen alfa.
Harry emite una leve carcajada y retoma la compostura de inmediato —¿Y ya intentaste a solo perder el zapato? —pregunta en forma de broma.
—No… —Niall se sonroja.
—¿Lo hiciste? —Harry pregunta incrédulo.
—Una vez en las gradas de la empresa, pero no sirvió de nada, los de limpieza lo tiraron a la basura. Liam fue a comprarme otros.
—Qué lindo es, pobre de ese alfa que siempre debe hacerte favores extraños.
—Lo sé, es el precio que debe pagar por ser el alfa de Zayn.
Niall nota la mirada perdida de Harry —¿Qué te sucede?
—Mamá…
—Esa maldita perra…
—¡Niall!
—No te enfades, es verdad, es la mujer más odiosa y detestable, que te haya parido, no significa que le rindas respeto cuando literalmente es una mierda de persona.
—Lo sé, solo quiero llevar las cosas en paz por papá. Este es un día importante, la empresa se abre paso internacionalmente.
Niall aplaude emocionado —¡Qué emoción! Ya compré mucha ropa para cuando vayamos a las juntas con esos alfas guapos.
Harry niega: —Aún no se determina si tendremos algún puesto.
—Lo tendremos, somos lindos por fuera, pero nuestra inteligencia es nuestra mayor virtud, todos esos serían unos idiotas si no aceptan al dúo dinámico, prácticamente tenemos todo por familia, pero somos lo mejor Harry.
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Hola, espero les guste. Me cuentan si le sigo.
Nalgaditas cariñosas ✨️
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