Sorpresa Blanca.
Horas antes de la ceremonia...
Renato POV
Iba caminando por un largo pasillo hasta la habitación de Dame-Ako, la del fondo.
Aceleré mi paso y fue cuando escuche a mini Hibari llamándome.
—Carnívoro del Sol—
La cabeza de Mini Hibari sobresalía por la abertura de la puerta, lo mire dándole a entender que lo escuchaba.
—¿Veras a Tsunako?—
Arquee una ceja ante aquella pregunta pero asentí.
—¿Podrías entregarle esto?, La omnívora hermana del herbívoro gritón no me permite verla hasta que sea la hora—
¿Qué rayos se creía, acaso era su mandadero personal? Para eso estaban las sirvientas de la mansión u algún otro guardián ...
Aun así mire lo que estaba en su mano, era un pedazo de papel doblado, pero como era para mi alumna y justo yo iba a verla lo tome y le dije.
—Tenemos que hablar mini Hibari, no hoy pero sé que será pronto—
Le contesté cuando tome el papel, el asintió, di media vuelta y seguí mi camino.
En el trayecto pensé que definitivamente teníamos que sentarnos a hablar seriamente pues alguien tenía que decirle un par de cosas, sobre lo que que le pasaría si llegaba a hacer sufrir a dame-Ako o sobre como ella era y en lo que se metía, mi amiga y alumna no era un mujer de trato fácil. Pero no tenía que decírselo hoy, ella no me lo perdonaría.
Sonreí levemente ante mis pensamientos y entonces note que estaba frente a la habitación de Tsunako, no toque a la puerta, pues no creía que a estas alturas no estuviera ya lista así que me colé en la habitación, quería verla antes de que empezará la ceremonia. No había nadie dentro y era mejor así.
Ella me vio por el espejo, mas lo que vi me extraño pues tenía el semblante triste pero aparentaba normalidad.
—Bien, ¿que rayos pasa? Has estado rara ayer y hoy, y no me refiero a que sea por la boda algo te pasa. ¿Qué es?—
—Las novias nos ponemos histéricas, sensibles, bipolares y locas no tienes nada de qué preocuparte es normal—
Me respondió mientas se limpiaba una lágrima que se había escapado.
No estaba muy seguro que ella estuviera bien, pero tampoco quería ponerme pesado...
—Oye, sé que casarte con mini Hibari es algo tan malo que ni siquiera entiendo porque lo haces... así que déjame corroborar que no estas siendo manipulada o algo—
Intente bromear con ella y funciono porque Tsunako sonrió, pero su sonrisa no le llego a los ojos, me estaba preocupando tal vez ya no estuviera segura de casarse. No esperé más y le di lo que mini Hibari me dio para ella.
—Ten me lo ha dado tu futuro marido mientras me dirigía aquí—
Tsunako se mostró sorprendida pero abrió el papel y comenzó a leer. Su semblante cambio de inmediato y mostró una de sus más bellas sonrisas, era natural, no fingida ni arrogante.
Le sentaba muy bien y eso me agrado, quería verla feliz en su gran día.
Al parecer estaban peleados pero con ese papel las cosas se habían arreglado, definitivamente me había preocupando por nada
—Ayúdame Reborn—
Exigió, yo solo negué me había acostumbrado a sus tonos y maneras –después de todo algo se le tuvo que pegar al ser mi alumna– así que por este día no la iba a contradecir y la complacería.
—Dime en que gustas mi perfecta ayuda—
—Quiero ensayar mis votos—
Rodó sus ojos ante mi respuesta pero me contesto nerviosa y con una enorme sonrisa feliz.
Era raro pensar en dame-Ako como una mujer normal, común y corriente. Claro que ella también tenía que tener sus miedos e inseguridades, pero con la imagen de perfección que mostraba siempre no era raro que se me olvidara.
Me acerque hasta ella y le tendí mi mano para que se parará, le di una vuelta examinando como se veía.
Tsunako siempre lucía como princesa pero hoy era chocante lo parecida que podía ser, se veía bellísima.
—Se supone que tienes que hacerme un cumplido después de verme—
Dramatizó dolida, yo solo sonreí y es que despertar con Tsunayoshi me ponía de buen humor así que estaba dispuesto a aumentarle el ego a dame-Ako.
—Estoy pensando en uno que retrate suficientemente lo preciosa que estas, pero como has visto me quede sin palabras... estas hermosa dame-Ako—
Ella hizo un puchero ante lo último que dije pero aun así note que quería llorar por lo que dije.
Definitivamente Tsunako lucía mucho mejor cuando dejaba las caretas de un lado y mostraba su vulnerabilidad.
—Gracias. No sabes lo que significa para mí que estés hoy aquí conmigo Reborn—
—Lo sé, no podría estar en otro lugar que no fuera a tu lado, siempre ha sido y será así, nada va a cambiar. Ahora has el bendito favor de comportarte como la Vongola que eres, dicen que ninguna Líder de Vongola es débil, sobre todo la décima que ni siquiera lloró cuando nació, no querrás arruinar tu reputación ¿verdad?—
Ella me sonrió y negó con la cabeza. Tomo aire para empezar y comenzar a leer.
—Nunca me ha gustado comenzar de nuevo, pese a que mi vida ha estado llena de eso, supongo que tiene que ver con que me es difícil cerrar ciclos y empezar de nuevo.
Pero hoy a pesar de que dejaré una etapa atrás, tal vez la más importante hasta ahora no siento nostalgia. Estoy ansiosa de dar el siguiente paso porque lo daremos juntos. Sé que si llego a tropezar tú me sostendrás, que si me me encuentro en problemas me ayudarás, que si necesito orden en mi vida tú estarás ahí para dármelo y aun así pese a lo que dije puedes estar tranquilo porque no te quitaré libertad, ni te retendré...—
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Coronello POV
Mukuro y yo caminábamos por el segundo piso de la mansión rumbo a la habitación de la Tsunako queríamos darle nuestro más sentido pésame y ¿por qué no? también bromear con ella sobre que no se casará, tal como pasó cuando me casé.
—Debe estar en su habitación, Kyoko dijo que no ha salido de ahí, kora—
—Uy Kyoko~ ¿dime Arcobaleno aun se caen mal?—
Ah... Que predecible me resultó esta vez Mukuro-chan, no iba a conseguir que cayera en su juego por muy aburrido que estuviéramos ¿Por quién me tomaba?
Se le olvidaba que le llevaba años de experiencia y que su maestra es mi compañera, suspire.
—Bien sabes que no me cae mal la señorita Kyoko pero tampoco es mi persona favorita, me recuerda a la Lal joven que sin importar como, lograba sus sueños, además tiene una lengua afilada... Ella junto a Aria y Lal me dan pesadilla, kora—
—Jajaja vaya chisme me vengo a enterar ahora... Así que Lal y Aria se llevan con Kyoko—
—Uy~ que llames con tanta familiaridad a Aria me intriga... ¿Acaso Yuni tiene algo que ver, al ser la guardiana de tu hombre, kora?—
Le devolví, esperaba con eso se calmara porque casualmente cada vez que menciono a Aria o Lal, alguna aparece o peor aun... Kyoko.
—Por favor, kufufufu~ Eso no tiene nada que ver, es solo respeto por la persona que te molesta y además prepara unos deliciosos chocolates—
Solo reí ante su respuesta, y es que era verdad que los chocolates de Aria eran ricos pero siendo sinceros no se comparaban a los de cierto pequeño cielo castaño.
—Bueno si tu lo dices... Aunque sabes... Espero que Aria cumpla eso de encontrarle hombre a Kyoko, lo necesita, kora—
Mukuro arqueo una ceja ante mi respuesta pero igual asintió, ambos sabíamos la historia de Kyoko con Vongola y ella de verdad merecía ser feliz, así que esperaba el don de Luce fuese efectivo esta ocasión.
—Bueno solo espero que la chica no sea como el Arcobaleno del sol enamorado o peor aun como Tsunako... Oh y hablando de ella ahí está—
Señalo hacia el pasillo continuo, sonreí y nos dirigimos a ella.
—¡Ey Vongola!—
Me golpe mentalmente, Mukuro era un imprudente, ¿como se le ocurría molestar justo ahora a Ako? Era el día de su boda y yo se como se pone cuando algo no sale como espera.
Tsunako sonrió –aunque en su mirada se veía la molestia– y se acerco a nosotros, lucia hermosa, definitivamente se había superado.
—Fingiré no haberte escuchado Muku-chan, no me arruinaran este maravilloso día—
La indiferencia que aplicaba en su tono era la mejor arma que tenía Ako, y yo ya lo veía venir.
—Kufufufu~ siempre fuiste una princesa de hielo, y hoy le haces más honor que nunca a eso, por cierto estas hermosa, no como una princesa sino como una Diosa—
Ako le sonrío, su enojo con él se había evaporado al parecer, beso sus dos mejillas y lo tomo de la mano.
Yo tome su otra mano y se la bese, me sentía raro al verla así, era mi jefa la fría y calculadora décima Vongola y alumna del Hitman #1 y ahora parecía alguien diferente. Había cambiado, era un hecho pero no tenía conciencia hasta que punto fue su transformación hasta ahora veía a esta Ako que también me agradaba.
—Será demasiado para Kyoya ¿no crees Mukuro, kora?—
Comente, mientras seguía pensando en que tenía de diferente su belleza hoy a otros días.
—Cierto, Ave-kun tuvo suerte, no sólo de ser el próximo líder de Cedef sino también de que Tsunako lo eligiera. Nuestra princesa cambia de bando y se va con el rey de la disciplina, Kufufufu~—
Dramatizó Mukuro mientras yo asentía siguiendo su juego, Ako nos sonrió con cariño y no pudimos evitar sonreír ante aquella aura rosa que la rodeó.
—Jaja, tranquilos chicos, se que en el fondo estaban enamorados de mi, pero yo solo los veo como buenos súbditos, espero sigan siendo tan buenos como lo han sido hasta ahorita...—
Bromeó ella.
—Ufg no gracias, te conocemos muy bien como para evitarte, Kora. Aunque sigo estando de acuerdo con Reborn, dudo que alguien pueda estar a tu altura, kora—
—Gracias Coronello pero yo no creo que sea cierto; después de todo Kyoya es el mejor amigo de Tsu, ambos son buenos y yo... Yo...—
—Mira Ako, mejor no digas más, pero te aseguramos que eres la mejor, eres buena a tu manera y dulce y Ave-kun fue lo suficientemente listo para ver esas cosas en ti, kufufufu~—
Cierto era que Tsunako no era la bondad personificada, tenia defectos como cualquiera, había cometido errores, sin embargó trataba de repararlos ahora y cada día intentaba ser una mejor persona.
—¡No entienden! Yo no estoy segura de que...—
—Entonces díselo, estoy seguro de que las cosas pueden arreglarse. No cometas un gran error—
Salió Reborn de una habitación y en tono bromista-serio comento aquello.
—Él lo sabe... Siempre lo ha sabido—
Le siguió la corriente medio bromista Ako.
—Princess, todavía tienes tiempo para no hacerlo, huyamos—
Contestó de forma galante Reborn, aunque sabemos que era una broma lo que decía pues la sonrisa en su rostro era burlona, Ako soltó una ligera carcajada y siguió el juego.
—Siento lo mismo por ti, pero entiende, esto es lo mejor, aunque te duela—
El tono afligido de Ako casi me lo hace creer casi... Pero ver a Mukuro a punto de explotar me distrae.
Esos dos (Reborn y Ako) son tan buenos actores que de verdad te divertían.
—Rayos... ¿Entonces siempre si te vas a casar?—
Inició dramático, Ako movió la cabeza de manera afirmativa, mientras se acomodaba un mechón del cabello.
—Esperaba que después de lo que hablamos lo pensarás un poco más y no lo hicieras—
—Lo siento Reborn pero tome ya mi decisión—
Comentó Ako con fingida culpabilidad.
—Está bien, entonces no me queda más que desearte que seas feliz—
Soltó con tono de resignación mientras la abraza con una sonrisa.
—Basta Reborn... Arruinaras mi vestido—
—Uy, sigues siendo delicada—
Respondió Reborn para después besar su mejilla.
—Bueno basta de juegos, ya es hora de que vayas a la puerta por donde saldrás, kora—
Comente consultando mi reloj.
—Y nosotros como buenos amigos tuyos te escoltaremos, aunque no aseguramos que llegues a salvo; es más tal vez cambiamos de opinión y decidimos que lo mejor será que te secuestremos y te llevemos lejos de aquí, kufufufu~—
—No le hará mucha gracia a Kyoko, eso—
Indicó Reborn mientras Mukuro y yo nos reíamos internamente imaginando aquella situación.
—Sobre todo si Coronello esta involucrado, Kyoko se vengara—
Ese maldito de Reborn, no se le escapa ninguna...
—Te tiene Coronello—
¿Ella también? Dos contra uno, ni los arcobalenos juntos jugábamos tan sucio.
De pronto Reborn se puso serio y colocó su codo en mi hombro.
—Debería decirle a Lal sobre el pequeño desliz de Coronello con respecto a Kyoko, es decir, ¿hay muchas mujeres en el planeta para que tengas una aventura, porque Kyoko es quien debía ser tu elegida?—
Abrí mis ojos ante aquello ¿a qué estaba jugando? ¿Acaso realmente no sé podía tomar nada en serio?
—No se que rayos piensas pero solo me preocupo igual que Lal, la chica terminó involucrada en algo horrible por culpa de nuestro jefe. Así que al menos yo siempre quise disculparme—
—Pues si es solo disculpa te estas tardando idiota, aunque debo advertirte que no la pasaras nada bien si tu disculpa no es sincera y ella se da cuenta... Su lengua pasara de filosa a mortal contra ti ehh—
Reborn en algún momento había sido un buen amigo ahora era un amigo imbécil.
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Tsunayoshi POV
Había visto a Renato, él no me había visto a mí, yo lo había buscado por todo el lugar, quería hablar con él antes de que diera inicio la ceremonia. Justo cuando lo iba a llamar para que me esperara vi que se había reunido con sus amigos.
Si solo hubieran estado los chicos tal vez lo hubiera alcanzado pero estaba con Tsunako y era mejor que me mantuviera al margen, últimamente sentía que me odiaba más que antes.
Decidí esperar a que terminara de hablar con ellos, solo me acerque un poco más, para que cuando fuera el momento no lo perdiera de vista otra vez.
Desde donde estaba podía escuchar su conversación. Era de mala educación pero si me alejaba más corría el riesgo de no saber el paradero de Renato y aplazar la tan ya pospuesta conversación.
—Entonces díselo, estoy seguro de que las cosas pueden arreglarse. No cometas un gran error—
Le dijo Renato a Tsunako
—Él ya lo sabe, siempre lo ha sabido—
¿Quién sabía qué?, algo me decía que hablaban de Kyoya.
—Princess, todavía tienes tiempo para no hacerlo, huyamos—
Pidió Renato y ante esa propuesta me quede sin aire, yo ya sabía que él la quería, pero nunca creí que fuera capaz de hacerle semejante proposición el día de su boda y enfrente de Coronello y Mukuro.
No, no iba a llorar por esto.
Aunque había pensado mucho en estos días y horas, finalmente había decidido que haría todo lo posible por estar cerca de él; ahora no sabía si era lo mejor, seguramente no, pero me veía imposibilitado a que en mi vida él dejara de estar presente.
—Siento lo mismo por ti, pero entiende, esto es lo mejor, aunque te duela—
Respondió Tsunako para mi sorpresa en tono triste.
¡Oh por Selene!, ella también lo quería.
Esto era demasiada información para procesar, se querían pero no estarían juntos y lo peor es que Kyoya se casaría con alguien que no lo amaba.
Por otra parte yo, a pesar de tener el corazón destrozado me sentía con la necesidad de acabar con toda esta mentira. Esta boda no podía realizarse.
—Rayos... ¿Entonces siempre si te vas a casar?—
Ella asintió.
—Esperaba que después de lo que hablamos lo pensarás un poco más y no lo hicieras—
Ante esa respuesta me sentí mal por Renato.
Definitivamente Tsunako no debía de casarse con Kyoya, y es que mis dos amigos saldrían lastimados por esa unión.
—Lo siento Reborn pero tome ya mi decisión—
Odio más a Tsunako en este momento, por todo lo que estaba haciendo, por el dolor que le causaba a Renato y por que lastimaría a Kyoya al saber la verdad.
Mi hermana... No, esa mujer no se merecía a ninguno de ellos dos.
—Está bien, entonces no me queda más que desearte que seas feliz—
Me fui de ahí no podía aguantar más escucharlos, es más ya ni siquiera estaba segura de querer estar en esa falsedad de ceremonia, lo más adecuado sería que me fuera.
Otra vez no hablaría con Renato, hoy no podría.
Iba casi corriendo al lugar donde la gente comenzaba a aparecerse para tomar asiento para la ceremonia, cuando la ayudante de Kyoko me interceptó diciendo que Kyoya quería verme, no pude zafarme.
Y es que no quería verlo porque estoy seguro de que se daría cuenta de que no estaba bien y me haría preguntas que no podría contestarle.
Entre a la habitación donde Kyoya me esperaba, él se veía muy guapo y nervioso, verlo así me recordó su primera pelea en Naminori cuando nos defendió a Kyo-chan y a mi, sentí nostalgia y a la vez enojo por todo lo que pasaba.
—Hmp... Conejito, llegaste—
Lo abrace queriendo encontrar la fuerza para romperle el corazón.
—¿Me veo bien?—
Me preguntó
—El negro de verdad te sienta bien, pero hoy te vez guapo y elegante—
—También te vez espectacular conejito. Por cierto se que no te lo digo nunca pero te agradezco por estar conmigo en todos esos momento que han marcado mi vida, tanto en los buenos como en los malos, ha sido invaluable tu apoyo y si no estuvieras hoy aquí no se si podría hacerlo—
Sus palabras me conmovieron y los ojos se me pusieron acuosos, pero no lloraría, dejaría las lágrimas para cuando llegara a la comodidad y seguridad de mi casa.
—¿Hibari Kyoya con dudas?, no deberías, si estas seguro no tienes por que—
Casi se me quitaba un peso de encima al saber que podría no ser el malo del cuento y él solito comprendiera todo pero Kyoya acabo con mis ilusiones cuando lo vi reír.
—No me malinterpretes, quiero hacerlo pero eso no evita mis nervios—
—Kyo no creo que...—
—Conejito se que te preocupas y entiendo que tu hermana no este en tu top de personas queridas pero valoro como no tienes idea el que estés aquí, respetes mis decisiones y me apoyes incondicionalmente. Eres el más increíble mejor amigo del mundo conejito—
Si... ese era yo, el eterno mejor amigo.
Porque ni Kyoya en su momento pudo verme como pareja, Renato ahora tampoco lo hacía.
Triste mi historia.
Me sentí peor que una basura, no sabía qué hacer, si decirle lo que había escuchado o dejar que fuera feliz en la mentira, en cualquier otro momento hubiera optado por decirle, pero estaba tan contento, y después de lo que me acababa de de decir sentía que definitivamente no debería ser yo quien le tendría que decir. No podía hacerlo. Era el eterno mejor amigo no el rompe-corazones.
—Sabes que lo seguiré haciendo, aun cuando no tomes las decisiones adecuadas, recuerda esto siempre ¿si?—
—Siempre conejito—
Lo abrace y le di un beso en la nariz mientras despeinaba su pulcro cabello.
—Vamos Kyoya, ya es hora. Mereces felicidad—
Susurre pues la voz ya no me salía como debería.
Nos tomamos de la mano y nos dirigimos hacia el precioso lugar donde la ceremonia se llevaría a cabo. De verdad que Kyoko era una artista.
Los invitados comenzaban a llegar, los Arcobaleno fueron de los primeros en ir a con Kyoya y ponerlo más nervioso de lo que estaba. Yo solo sonreí porque conociendo a Kyoya el esperaría la de ellos para cobrarselas –sobre todo la de su hermano Fon–.
Yuni lo abrazaba y pequeñas lágrimas caían de su rostro, intuía que más que felicidad estaba un poco triste, porque ya no sería la única princesa de Kyoya, yo sacudi la cabeza en negación, porque le advertí a mi amigo que ella posiblemente lo creía su príncipe pero bueno espero Yuni entienda que no lo perderá. Después mire hacia el lado de Vongola y vi a Chrome, me golpee mentalmente porque seguramente a ella le dolía mucho más esta unión, más grande fue mi sorpresa al verla tomada de la mano de Kusakabe el ayudante –proclamado hermano– de Kyoya en Naminori, esa era una gran sorpresa pero bueno me alegraba por ella.
Por otro lado los demás guardianes estaban muy bien vestidos y acorde con sus respectivas parejas, ahora tomaban su lugar en una de las primeras filas del lado correspondiente de Tsunako.
Los Arcobaleno poco después se sentaron en la fila de enfrente de la parte de Kyoya, después y de manera desapercibida Bermuda y Jager se acomodaron en la fila de atrás, donde también nos tocaba estar a Gamma y a mi.
Mire a Bermuda y a Jager para saludar y fue cuando note aquella ligera pancita sobresaliente, me sorprendí porque no me habían dicho nada pero luego me cobraría eso.
Los demás invitados también comenzaron a llegar, Kyoko charlaba animadamente con su hermano y Hana en un lugar un tanto apartado.
Mamma platicaba animadamente con el abuelo; segundos después Coronello, Mukuro y Renato les saludaban para después separarse y tomar su respectivo lugar.
Mukuro movió su cabeza saludándome, sentándose al lado de Byakuran, Coronello al verme tras él también movió su cabeza saludándome y tomó asiento al lado de Lal.
Renato en cambio me guiño el ojo y me sonrió mandándome un beso con la mano –ya que al ser tutor y testigo de parte de Tsunako debía estar de su lado–.
Aunque me molestó verlo en ese lado, el gesto que hizo logro ponerme más nervioso aun, y fue bueno porque necesitaba cambiar la línea de mis pensamientos, se lo agradecí infinitamente y le imite, mandandole también un beso –que me hubiera encantado dárselo personalmente–.
Tomamos todos nuestros asientos, las voces se hicieron más ruidosas síntoma de que casi todos los invitados habían llegado. Kyoya seguía en su lugar con la expresión de concentración en su rostro, quise olvidarme un poco y comencé a platicar con Gamma en voz baja.
De pronto las voces comenzaron a desaparecer y solo algunos murmullos en voz baja se hacían presentes.
Ya era hora...
Tsunako entraba luciendo verdaderamente hermosa, nadie podía quitarle la vista de encima, ni siquiera yo, era raro realmente se veía feliz como si se estuviera casando enamorada...
Estuve demasiado distraído ni siquiera oí los votos de Kyoya y justo ahora que reaccione era el turno de Tsunako y no me entusiasmaba para nada escucharlos.
Nunca me ha gustado comenzar de nuevo, pese a que mi vida ha estado llena de eso, supongo que tiene que ver con que me es difícil cerrar ciclos y empezar de nuevo.
Pero hoy a pesar de que dejaré una etapa atrás, tal vez la más importante hasta ahora no siento nostalgia. Estoy ansiosa de dar el siguiente paso porque lo daremos juntos. Sé que si llego a tropezar tú me sostendrás, que si me me encuentro en problemas me ayudarás, que si necesito orden en mi vida tú estarás ahí para dármelo y aun así pese a lo que dije puedes estar tranquilo porque no te quitaré libertad, ni te retendré...
Porque era tan hipócrita, ¿Por qué decía si acepto cuando ella no lo amaba?
Busque a Renato con la mirada y pude notar que estaba con la mirada gacha, lo conocía lo suficiente para saber que no le estaba gustando nada estar aquí.
Suspire y espero que Selene me perdone pero no puedo permitir que esto se quede así.
Porque cuando amas de verdad a alguien no te importa que tan lastimado puedas salir tu en el proceso mientras logres que la otra persona sea feliz –aun sin estar a tu lado–.
—Yo me opongo—
Grité y todos los presentes me miraron no creyendo en mis palabras, sentí un poco de remordimiento por Kyoya, era mi mejor amigo y yo estaba impidiendo su boda.
Tal vez después de que le explicara todo, me entendería y perdonaría. Solo me quedaba confiar en la amistad de tantos años que nos unía.
Preste de nuevo atención a mi alrededor y note que el mundo parecía paralizado; de pronto como en la películas todo comenzó a ocurrir lentamente, tuve el impulso de voltear al otro extremo, como si supiera que algo importante iba a suceder.
Lo vi levantarse y el corazón me empezó a latir furiosamente mientras decía.
—Yo también—
Los murmullos no se hicieron esperar, Tsunako estaba totalmente desconcertada y dolida mirando a Reborn, mientras que a mi Kyoya me miraba como si estuviera loco.
Aquello ocasionó que me faltara el aire, pues me sentía culpable, además de que el dolor que habían provocado las palabras de Renato comenzó a hacerse más fuerte. No podría creer lo mucho que me calaron esas palabras.
El significado que conllevaba un simple "Yo también" era un "Yo también no quiero que se casen" o un "Yo también amo a Tsunako" que al final me resultaba igual.
Me mordí la lengua no dejaría salir ningún sollozo, volví a fijar mi vista en Renato, de pronto fue como si todos estos meses sin verlo sin convivir con él nunca hubieran existido era tanta la complicidad que había en nuestras miradas que por un momento creí que no todo estaba tan perdido. Sabía que lo recuperaría y a pesar del dolor ajeno me hizo sentir bien por unos segundos.
Su sonrisa era triste y estaba solo dedicada para mí, el corazón se me estrujo más como si fuera posible, comprendí muchas cosas pero solo una hacia ruido en mi cabeza y esa era que él nunca tuvo la intención de impedir esta boda, se resignó a ella y lo había aceptado de la mejor manera, lo hizo y no por él sino por mí.
Cuantas cosas se podían saber con una mirada ¿no?
Tal vez ahora podría recuperar su amistad. Maldita sea aun lo amaba demasiado para querer ser solo su amigo.
No ya no quería su amistad, podría vivir sin ella tanto como sin su amor, o al menos esperaba que así fuese.
Aun seguía perdido viendo a Renato esperando encontrar una respuesta sobre lo que ahora debería de hacer, no tenía experiencia en esto de interrumpir bodas, y estaba segura que él tampoco. Al menos debí de haber buscado en un libro lo que procedía, no había tiempo y las cosas ya se habían hecho.
Oí la voz de Kyoko como un murmullo sin entender bien que es lo que quería decir, solo supe que Renato me hizo un gesto para que lo acompañará dónde Kyoko así que lo hice ¿qué más daba ya?
Cuando camine hacia ellos la gente no dejaba de verme con asombro, incredulidad y curiosidad, ¿Quién iba a pensar que el raro secreto de Vongola iba a ser capaz de interrumpir la boda de la líder de vongola?
Yo tampoco lo creía pero lo hice.
Apenado apure mi paso, no había que ser adivino para saber que Kyoko estaba muy molesta –furiosa realmente– aunque intentaba controlarse para no matarnos ahí mismo.
Al llegar Kyoko nos jalo a un lugar suficientemente apartado de todo donde nadie nos podía ver y escuchar, la situación era muy incómoda sobre todo porque no me atrevía a ver a ninguno de los dos.
—Si hay algo que odio más que el que una invitada asista de blanco a una boda son los malditos malentendidos; así que tienen cinco malditos minutos para hablar, regresar a la ceremonia y decir que esto fue una maldita broma a lo Vongola—
—Kyoko esto no es...—
Intento convencer Renato.
—¡Callate Girardi! No quiero escucharlos, a mi no tienes nada que decirme. Al contrario tienes que decirle muchas cosas a Tsu y lo mismo va para ti Tsu—
Respondió en un tono que me dio miedo.
Renato y yo nos quedamos solos, después de tal regaño a ninguno se le veían muchas ganas de hablar de lo que había pasado minutos atrás, era incómodo sobretodo porque antes los temas para platicar eran infinitos y los silencios se disfrutaban. Al parecer no había nada que decir así que me iría, no era el momento para hablar.
—Bueno creo que me voy, no creo que esté sea un buen momento para hablar ¿cierto?—
—Tal vez, pero de que tenemos que hablar tenemos que hacerlo, lo prometiste y no dejare que huyas ahora—
Renato se oía desilusionado y ansioso, quería cumplir con mi palabra pero era tan difícil después de lo que había hecho minutos atrás.
—Lo sé, pero no esperaba que todo terminará como lo ha hecho—
—¿Acaso me vas a decir que no tenías planeado impedir la boda hoy? Porque te vi muy seguro al hacerlo, ni cuando planeamos todo te vi así—
—No, no lo tenía planeado. Pensé que disfrutaría del banquete que bailaría contigo, con Fon y tal vez Bermuda, hablaríamos de todo lo que nos hemos perdido en estos meses y que las cosas entre tú y yo serían como antes. Al menos espero que esto último aún suceda—
—¿Enserio? Entonces dime ¿porqué carajo lo hiciste?—
Tomó mi mano en ese momento y lo mire, no es que me estuviera culpando, pero si sentí que estaba decepcionado, como que quería entenderme pero me escapaba de sus manos.
—Por lo mismo que tú, al final logramos evitar la boda—
Sonreí falsamente pues no me sentía muy orgulloso de lo que había hecho.
—¿Esto te hace feliz?—
Algo en la forma en la que me lo dijo me hizo sentir muy mal. Me estaba arrepintiendo de mis actos, mi conciencia me reprochaba también y yo no podía seguir así.
—Calma, no llores Tsunayoshi—
Renato me acerco a él y me abrazo, estar envuelto en sus brazos nunca se sintió mejor, él siempre estaba frío, era parte de su temperatura corporal, pero nadie, nunca antes me había transmitido tanta calidez
¿Qué habría de malo en querer quedarse así siempre?
Sentí consuelo y paz pero aun la culpabilidad hacía su trabajo en mí, decidí confesarle lo que sentía, si alguien era capaz de entenderme más que yo mismo era él.
—No soy feliz con el sufrimiento o desgracia ajena—
—¿Entonces porque Tsunayoshi?—
—Por ti—
—¿Por mi?—
Si tono de incredulidad me molesto un poco porque era como poner en duda mi amor por él, intente no sonar dolido y ser lo más sincero posible.
—Si, por ti. Hace mucho que me di cuenta que no amo a Kyoya, es más creo que nunca lo hice, era más fácil creer que era así, no tendría complicaciones y de cierta forma era obvio—
Me aleje un poco de él tenía la necesidad de saber que no me veía como el villano que estaba siendo en este momento.
—Quiero entenderte Tsunayoshi pero no lo logró. Quiero acomodar todo esto que me dices y darle sentido. Dices que lo haces por mí, confiesas que tus sentimientos hacia mini Hibari estuvieron equivocados o que más bien no existieron y para acabar te has levantado de la ceremonia para impedirla—
Ok si lo ponía así también yo no lo entendería, pero ¿Quien es capaz de describir a la perfección sus sentimientos y actitudes?
—No hay mucho por donde buscar Renato, ¿Qué más me da a mi si Kyoya se casa con one-sama? Ambos sabemos que ella no lo quiere, y que tú si como ella a ti—
Renato me acerco hacia un par de sillas e hizo que me sentara en una de ellas
—Es por eso exactamente que no entiendo, te importaba la decisión de mini Hibari ¿por qué impedirla? Mira sé que dame-Ako no es la mujer perfecta, pero yo sé que lo ama, tu hermana no es tan mala como parece, no la defiendo porque sea mi amiga y porque la quiera, ¿entendido?—
Me estaba cansando de tanta vuelta y la sensación de vacío que sentía estaba siendo reemplazada por una ira descomunal cada vez que oía que él hablaba de ella como si no tuvieran su muy oscuro pasado.
—¡Ese es el problema Renato, no logras ver lo mala que es porque estas enamorado y cegado por ella!—
Explote finalmente, ya que todo se fuera al carajo.
—¿De que rayos estas hablando? ¿Yo, enamorado de dame-Ako?
Creí que ya habíamos aclarado ese asunto—
—Sí y me quedo muy claro, así que por favor no lo niegues más ¿quieres? no te culpo ¿Quién soy yo para hacerlo?—
—A ver Tsunayoshi ¿Cómo es que dices que estoy enamorado de Tsunako cuando te hable de mis sentimientos hacia ti? creía que ya había aclarado el punto—
Me dijo molesto
—Bien ahora soy yo el que no comprende nada, me he perdido no sé de que hablas—
Intente alejar mis pensamientos sobre la revolución que se estaba llevando a cabo en mi vientre y poner atención a lo que diría Renato.
—Por los dioses Tsunayoshi, dudo mucho que tengas mala memoria; te indignaste tanto cuando te dije que no te quería ya como amigo sino como pareja que me colgaste y te has negado a hablar conmigo todo este tiempo, una actitud no muy madura de tu parte, aunque también yo tengo en parte culpa debí de buscarte y decírtelo de frente, supuse que era la decepción por no sentír lo mismo—
Mis manos empezaban a temblar desafortunada o afortunadamente Renato tomo una mis manos y la llevo a sus labios para besarla suavemente. Contuve el aire por tanto tiempo que creí que moriría de asfixia y es que ¿y si respiraba y se desvanecía esta realidad?
Demonios si esto provocaba con solo besarme la mano ya podía imaginarme lo que me pasaría si sus labios fueran a parar a los míos, bendita sea Selene el que estuviera sentado porque si hubiera estado parado hace mucho que estaría en el piso.
Quería hablar, pero aun no podía conectar mi mente a mi boca, tenía tantas cosas que decirle como por ejemplo que lo amaba y dejar en claro de una vez por todos estos malentendidos que habían sido todo un estorbo los últimos meses.
—¿Entonces no amas a Tsunako y no estás triste porque se vaya a casar?—
De todas las cosas que pude haber dicho lo único que me salió fue eso, tenía que estar seguro, confirmar y de ser posible volver a oír su declaración.
—Mira quiero a dame-Ako, la querré toda la vida y claro que me pone triste que se case con el otro ¿acaso a ti te ha pasado por la mente dejar de querer a Mini Hibari o a Fon? Sinceramente espero que sí—
Sonrió arrogante mientras apretaba mi mano. Rodee los ojos ante sus palabras, era tan fácil volver a sentirme cómodo con él, con todo y el partido de fútbol que se jugaba en mi estómago.
—Siempre tan egoísta, quieres que todo mi amor sea para ti ¿eh?—
—Exactamente—
Por favor como si pudiera quererlo más de lo que lo hago...
Saque todo el aire que llevaba en mis pulmones y respire profundamente de nuevo.
—Jajaja, todo este tiempo he tenido ideas equivocadas sobre lo que tú sentías, nunca escuche decirte por teléfono que me querías, ¡Por Selene!—
Renato me interrumpió poniendo su dedo sobre mis labios
—Pero ahora lo sabes y no puedo retroceder el tiempo para que me escuches. Así que te preguntare ahora... ¿Sientes lo mismo que yo?—
¿En serio las cosas eran tan fáciles como eso? Moría por gritárselo y saber cual sería nuestro siguiente paso
—Define lo mismo—
Insistí y no podían culparme por eso, necesitaba oírle decir que me amaba. Después de tanto sufrimiento era la única medicina que podía hacerme olvidar todos esos malos ratos por los que pase.
Ahora fue su turno de rodar los ojos
—Bien sabes que no soy bueno con las palabras, además de que no siempre reflejan la realidad adecuadamente o muchas veces sobran—
—Interesante. Eso si es algo que vale la pena recordar. Sobre todo viniendo de un escritor como tú—
Le sonreí y me acerque a él.
—Dejemos esta vez que los hechos hagan lo que las palabras no pueden ¿vale?—
—Perfecto—
Al fin algo de valor después de tanto tiempo de ser cobarde, salí de mis pensamientos y lo bese, fue a penas un roce pero fue tan magnífico... De verdad, los hechos deberían de hablar por si solos.
Me sonroje y me aparte, Renato no permitió que fuera demasiado lejos y así me gustaba: estar cerca de él.
—Bueno entonces no hay nada que impedir, hay que regresar—
Índico en voz baja cerca de mi oído
—One-sama me va a odiar ahora sí...—
—Jaja lo dudo, solo le diremos que fue nuestra versión de regalo de bodas o algo así... Es más que se la cobre con la nuestra—
Comentó quitándole importancia a lo que había hecho y dándome esperanzas de la relación a futuro...
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Iba a dejar este cap como el final y tener ya el Epilogo para el 7 PERO!!!!
Vi el cap largo así que este es el penúltimo... Mas al rato subo un nuevo cap y para el 7 dejo el Epilogo, ¿que les parece?
Por cierto necesito su ayuda en algo, haré un one shot para la pareja pero en deportes, alguno en especial que les guste?
Bueno eso es todo! Los quiero
Chaos~
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