Como Inició...
Eran casi las siete de la noche y yo aún no salía de la oficina...
Estaba por olvidar mi sentido de responsabilidad y salir de aquella tediosa junta, llevábamos demasiadas horas y nadie parecía llegar a un acuerdo, cada quien tenía una idea diferente sobre como sería la revista el próximo mes. Ya me había hartado de hablar y exponer mis puntos de vista, así que ahora me encuentro callado mientras miró fijamente a mi compañero de enfrente.
De pronto un pequeño papel atravesó a todos mis compañeros –que aún discutían y se exaltaban–, llegando directo hacia mí sin ser notado.
Despegue un poco mi vista del azabache frente a mi, abrí el papel y lo leí rápidamente.
¿Tienes planes más al rato, precioso?, te puedo hacer pasar una maravillosa noche.
Solté una ligera risita imperceptible, tome la pluma que había dejado en la mesa y respondí rápidamente.
Lástima, ya tengo planes, será para la otra Cariño~.
Una vez termine, doble nuevamente el papel y lo lance, logrando cayera en sus manos, él lo leyó rápido, bufo molesto pero al final sonrió levemente.
Tomó una pluma y comenzó a escribir, se detenía por segundos, me miraba, y cuando lo hacía me daba caras y muecas de fastidio; lo entendía, claro que si, porque de igual manera me urgía ya salir de ahí.
De pronto el pequeño papel volvió a mis manos y sin esperar más lo abrí.
Suspéndelos. Ambos sabemos que no te arrepentirás. Caminata por la noche, comida japonesa para llevar, cena en tu casa, abrir aquella botella de Champán que te regale hace meses y... Me quedo a dormir, porque el champán no me hará bien para desaparecer.
¡Rayos! Aquel plan sonaba excelente, pero realmente este día era imposible, con un poco de pena dio su respuesta y devolvió el papel.
Tentador, muy tentador, pero ¿lo podemos dejar para mañana? Hoy llega él y quede de ir a la casa Sawada a cenar.
Renato rodó los ojos en cuanto leyó aquello, chisto, hizo bolita el papel y se levantó.
—Adrien, Sarah pueden decidir ustedes perfectamente que hacer, así que cuando lo sepan nos mandan un mensaje—
El tono serio que uso, no daba lugar a replicas; y con toda la elegancia que solo he visto en él, camino hasta mi lugar, tomo mi mano y me jalo hacia la puerta para salir del lugar, dejando a todos en la sala con la boca abierta.
—¿Renato... Me puedes explicar que acabas de hacer? ¡Era la junta importante del mes!—
—Eso dices, pero no te vi quejarte cuando tomé tu mano y te saqué de aquel infierno, sabes perfectamente que cada mes tardan más en decidirse, los "creativos" parece que se están quedando sin ideas—
Suspire derrotado, el día de hoy había ganado pero ya me las cobraría.
—Entonces hoy llega el otro—
—Ya habíamos hablado Renato, no le digas así. Me haces sentir como mujer casada y con amante—
—En primera... No eres mujer, eres hombre aun siendo doncel y en segundo, tú tienes la culpa Tsunayoshi no me dejas decirle avecilla o idiota, aunque el otro me gusta más—
Renato había apodado a Kyoya como el otro ya que los dos se disputaban el lugar de "mejor amigo", aunque bueno... Renato ganaba, porque a Kyoya no lo veía como amigo precisamente.
Aunque eso no evitaba que la mayoría de la gente que me conocía dijera que era una excelente broma decir que Renato era uno de mis mejores amigos, pero era verdad. Después de toda la cacería que me dieron y la guerra que se desató en Vongola, Renato con mucho –demasiado– esfuerzo me pidió una disculpa por todo el asunto y sus malos tratos; yo acepte, había pasado por tantas cosas que el rencor y el odio no cabían en mi corazón, aunque eso no evito que me alejara de todo ese mundo.
Meses después nos reencontramos en Plaza Aristóteles –Salónica–, específicamente en Café Palermo, Renato hizo un comentario nada agradable sobre el libro que leia "Cuéntale al viento", un libro de poemas de amor, desamor y de versos que contaban historias, el libro lo escribió Florangel Jiménez, educadora y columnista de Revistali.
Renato y yo nos perdimos en la discusión por más de una hora, porque abríamos páginas al azar, sacábamos algún tema en relación al poema o verso y después nuestros puntos de vista, los cuales muchas veces diferían, sorprendentemente la editora Nina García de la revista Elle había estado presente durante toda nuestra discusión, así que al finalizar nos ofreció escribir una sección en la revista, curiosamente sería sobre nuestra opinión, es decir, la gente mandaría algún tema o caso y nosotros daríamos nuestros puntos de vista. Ambos quedamos impactados ya que no teníamos mucho tiempo desde aquel suceso y ya nos ofrecían un trabajo en conjunto, aunque siendo sincero cada uno quería recuperar o comenzar a tener una vida.
Nina notando nuestro dilema nos pidió pensáramos la oferta y cuando decidiéramos la contactáramos. Yo casi a las horas acepte la propuesta, por que se me hacía algo diferente y quería mantener mi mente despejada, el rompimiento con Fon había sido terrible, tanto que hasta la fecha él y yo no podíamos estar más de una hora juntos en una habitación, la situación era muy incomoda y es que me di cuenta que el cariño que le tenía era solo de un buen amigo y al mismo tiempo, para pesar mío, descubrí lo enamorado que estaba de Kyoya. Yo sabía que aquello era imposible, después de todo, Chrome –segunda guardiana de la niebla de la décima Vongola– y él salían, así que lo mejor que podía hacer era alejarme de ese par, por lo que me haría bien ocupar mi tiempo libre mientras estudiaba gastronomía y economía.
Para mi sorpresa Renato también acepto la propuesta, solo porque necesitaba algo diferente, ya estaba aburrido de su trabajo como Hitman #1 y aunque no necesitaba trabajar, deseaba alejarse un poco de su alumna y Vongola, aunque cuando fuera requerido nuevamente como tutor aplicaría las nuevas formas de tortura que idearía gracias a la revista –aún me pregunto cómo debido al tipo de revista, pero bueno–.
Y así fue como terminamos siendo Comadreja Curiosa y Zorro Sádico, ya que no queríamos que nuestros nombres salieran a la luz, después de todo había gente del mundo de Renato que aún no se perdonaba lo que me habían echo, iba a ser todo un revuelo el hecho de que él y yo escribiéramos juntos, sin contar que el dedicarnos a eso era lo más inverosímil que podría suceder.
Muchas veces nos preguntamos que hacíamos en la revista pero siendo honestos nos divertimos y disfrutamos de esto.
—¿Sabes algo?... Es ridículo eso del otro, solo demuestra tus celos—
—Ya sabes que soy celoso, no me gusta compartir mi puesto con el otro. Ya me hubieras dejado agujerar su cuerpo, un poquito nada más, algo leve—
—No voy a dejar que le hagas algo, las cosas tienen que seguir su curso. Llegará el momento en que Kyoya no se sienta culpable por lo de Fon y me pedirá ser su novio—
—Tal vez tengas razón, y mira que no pongo en discusión que sea un buen tipo y no quiera andar con el ex de su hermano, pero tampoco pongo en duda su idiotez. Por Satanás, mírate Tsunayoshi si no fueras mi amigo ya te hubiera llevado a la cama y créeme hay muchos que piensan lo mismo que yo y ellos no son tus amigos—
—¿Debo de sentirme halagado por eso?, Kyoya es reservado, además Mukuro, Byakuran y algunos de Vongola esperan que vuelvan Chrome y él también, de igual forma algunos Arcobaleno y Vongola esperan que Fon y yo regresemos. Solo es cuestión de tiempo para que las cosas se pongan en su lugar, estoy seguro de eso—
—Pues yo no, Hibari cuando menos se lo espere serás un joven comprometido. Se le está acabando el cielo, así que por el bien de ambos espero se decida de una vez y seas su novio. Así tampoco habría problema... Dejara de ser el otro—
—Sabes Renato, eres un hipócrita y un tanto infantil, deberías de escucharte realmente. ¿A ti que te detiene?—
—Estamos hablando de ti pequeño, no de mí. Yo sé mi cuento con Tsunako—
—Pues cuando menos te lo esperes mi hermana será una mujer comprometida y vendrás a mi casa, te sentarás en mi sillón, comerás las galletas de Natsu sabor menta acompañado de una copa de vino y estarás arrepintiéndote de no haber hecho nada—
Renato empezó a reír y yo le seguí mientras salíamos por completo del edificio, después de unos minutos Renato decidió hablar.
—Iré contigo, prefiero mil veces ir a la casa de los Sawada. Lal, Coronello, Iemitsu y Nono están aquí, no entiendo porque pero no quiero estar en un lugar con ellos, no después de aquello, necesito mi espacio—
—Así que aun serás Zorro Sádico, y eso que según tu odiabas esto. Pero bueno, si quieres ir por mi esta bien, me encanta que me acompañes, aunque tendrás que estar con ellos en algún momento—
—No odio este trabajo, después de todo es perfecto para el estilo de vida que suelo llevar en este mundo, no tengo que venir todos los días, la paga es buena, me divierto contigo y creo que estoy haciendo un poco de bien... ¿No crees?—
—Renato Girardi, consejero sexual, espiritual y marital... Si tan solo supieran que tu eres ZS—
—La que se armaría, por eso esto de ser anónimo es interesante, pareciera que somos alguna clase de agentes secretos del bien humano—
—Jajaja, si tu lo dices Girardi... Si tu lo dices—
—Bueno vamos joven Sawada, que estoy seguro que la vaca tonta se acabará la cena y presiento que Nana hizo ese delicioso pastel de chocolate amargo; por favor recuerdame que con la mujer con la que me case tendrá que saber cocinar, es más, tu tendrás que enseñarle Tsunayoshi—
—Claro, ese será mi regalo de bodas—
—Oh vaya, pensé que me ibas a regalar las famosas toallas ella y él, pero no me quejó—
Rodé los ojos, pronto llegamos a una de las viejas instalaciones que Verde me obsequio, donde tenía una máquina para viajar entre lugares sin aviones o demás transportes y llegar en menos tiempo. Aunque al llegar al lugar y antes de entrar una mujer con la falda más mini que haya visto, le dirigió una mirada insinuante a Renato y el como buen amante de las mujeres se la comía con los ojos.
—Sabes... El pastel de Nana puede esperar—
Ignore el comentario y sabiendo del regaño que me daría lo jale hacia dentro del lugar y lo lleve a rastras hasta la máquina.
—Ni siquiera diste tiempo para que me diera su número, creerá que soy tu novio o algo así—
—Ni que la fueras a hacer la futura señora Girardi, te hice... Mejor dicho le hice un favor a ambos, ahora cállate y no te muevas—
—Como hay mucho espacio para hacerlo... Solo aprieta el botón—
—No puedo, esta de tu lado, a la altura de tu trasero—
—Bien, yo no puedo alcanzarlo porque sería moverme, así que supongo tendrás que hacerlo tú, solo no te aproveches de la situación—
Puse los ojos en blanco ante sus palabras, pero aún así con mucho cuidado moví mi mano para llegar al botón y tocarlo, evitando rozar el trasero de Renato, ¿que dirían sus admiradoras de aquel ultraje? Seguramente acabarían conmigo una por una, por suerte logré apretar el botón sin tocar algo más y una vez termine de hacerlo sentimos como eramos transportados.
Cuando llegamos, notamos que había mucho movimiento en la casa, caminamos hasta la puerta y justo antes de poder tocar, Nana abre la puerta y se lanza a abrazar a Renato, una vez lo suelta se lanza hacia mi.
—¡Reborn! Te vez mucho mejor que antes, al fin comes correctamente, ¿cierto?, te noto un poco más robusto—
Note la tensión en Renato, seguramente se infarto al oír eso y era muy probable que no comiera pastel esa noche.
—Claro que no Mamma, aun me mantengo en perfecto estado—
Nana sonrió y nos dio paso a la casa.
—Me alegra tanto que ya estén aquí Tsu-kun, Kyoya no tiene mucho que llegó, espero ahora tu hermana te mandé algo—
Al instante que mencionó a Kyoya deje de prestar atención y lo busque con la mirada, lo encontré en una esquina con Fon y Brasil. Casi me abalanzó a él, pero reaccione a tiempo y solo lo abrace, él me devolvió el abrazo más fuerte, Fon me miro mal y Basil solo sonreía, me había extrañado.
—Kyoya, que bueno que pasaras aquí con Mamá, te había extrañado mucho—
—Lo dudo Herbívoro, al fin y al cabo esta el Carnívoro contigo—
—Exactamente Mini-Hibari, así que te puedes ir de nuevo—
Fulmine con la mirada a Renato pero al ver aquella sonrisa engreída de su parte supe que solo quería hacerme enojar, pero esta vez no lo conseguiría.
—Así que viniste también, eso es bueno, matamos dos pájaros de un tiro—
Nadie de los que estaban en la esquina entendió aquella respuesta pero no le dimos mucha importancia. Al poco tiempo Renato se colo en la cocina, mientras que Fon, Basil, Lambo, I-pin y yo platicábamos con Kyoya sobre su misión mientras esperábamos que Haru y su novio Mochida llegarán.
Cuando llegaron, Nana nos llamó para que pasáramos a la mesa pero Kyoya le interrumpió.
—Espere Nana-san, aun falta que llegué alguien más—
—Pero Kyo-kun todos estamos aquí—
—Hmp—
Una vez dicha su frase, sale de la casa; yo voltee a ver a Renato por aquel suceso. Minutos después llegó con una mujer alta de cabello castaño muy conocidos para mí y unos ojos miel que te atraían como la miel al oso. ¿Qué hacía one-sama en casa y del brazo de Kyoya?
Renato ya no estaba a mi lado, ahora estaba a unos pasos de Tsunako, quien hizo lo mismo que en su momento yo con Kyoya, lo abrazo. Ahora Renato debe estar feliz porque ella está aquí.
—Hola mamá, Tsu-Chan, chicos... Creo que antes de contarles el porqué estoy aquí, pasemos a comer o se enfriará todo—
Una vez one-sama terminó de decir aquello todos tomaron lugar en la mesa y comenzaron a comer. Sin embargo, sentí de pronto que había algo raro, y comenzaba a tener un horrible presentimiento sobre todo esto, después de todo cuando Tsunako se fue a Italia no volvió a pisar la casa de nuevo y lo entendía, porque ser la décima Vongola no es fácil, así que el que estuviera ahí y acompañando a Kyoya era raro.
Nana notando el ambiente optó por comenzar a lanzar pequeñas preguntas.
—¿Cómo les va en el trabajo Tsu-kun, Reborn-kun?—
La versión oficial que tenían todos era sobre que Renato y yo trabajamos en un pequeño bar, eramos compañeros y que del tiempo juntos ahí, surgió la amistad.
—Bien—
Contestamos en sintonia, lo que hizo soltar una pequeña sonrisa, sin embargo cuando callé, todo volvió a estar tan tenso.
Al finalizar de comer y después de dar pequeños sorbos a su copa de vino, Kyoya tocó ligeramente la copa con su cuchara para prestarle toda la atención que necesita.
—Su atención por favor. Está noche es una noche especial, y no solo porque nos logramos reunir otra vez, oh claro que no, también estamos reunidos para darles una magnífica e importante noticia. Tsunako y yo nos vamos a casar...—
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Oh y una nota más (última) ¿que días les parece más el subir/publicar los capítulos?
Serían dos cap por semana :)
Los días más votados se anunciarán en una nota, les doy de aquí al viernes vale?
Chaos. 😎
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