Es amor.

¿Qué tal Davis? Ya tengo mis vacaciones, a ti todavía no te toca, te tuviste que quedar hasta el veinticinco de julio, así que no hablamos mucho en esos días, estoy desde casa de mis padres, deje el departamento y los visité por unas semanas, creo que ahora te podré escribir unos cuantos folios sin interrupciones.

Mañana es el cumpleaños de mi abuela, espero que no esté de nuevo preguntando sobre nietos y novias, estoy muy ocupado con la universidad, y ahora que me he enamorado de tu sonrisa, dudo que tenga una descendencia, a menos que se descubra la forma de que los hombres puedan tener bebés en su vientre, y no creo que eso se desarrolle ahora, tal vez unos milenios en el futuro.

Mientras estoy aquí me estás haciendo falta a pesar de que han pasado unos pocos días, verte se hizo una costumbre, no, más bien una necesidad.

Eres tan carismático y bobo en algunas cosas, como que no sabías la existencia de los aros de cebolla fritos, y ahora cada vez que vamos a comer pides una porción, por su sabor y crujiente textura.

¿Cómo alguien que solo va a lugares de comida rápida no sabe de aros de cebolla?

Espero que si lees esto algún día, te sigan gustando los aros de cebolla.

Tu gusto por los bares con temática siguen siendo un enigma para mí, enserio, las veces que visitamos bares siempre son de ese tipo, la última vez antes de venir donde mis padres, me llevaste a un bar con tema de piratas, incluso el bartender estaba disfrazado de bucanero; aún recuerdo su cara de desánimo y tu voz desesperada por tomar licor, exigiendo al hombre de la barra, como si ese trago fuera algún medicamento que tomaras con frecuencia.

Disfrute ese último día contigo, de verdad fue un gusto.

Creo que no dejare frases, pero tal vez deje un te quiero mucho, bueno no tanto pero ya eres un ser especial en mi vida.