¡Hola! Te escribo de nuevo, sabes, hace tres semanas que estamos andando juntos, además me dejaste tu número de móvil para mantenernos en contacto ¿Puedes creerlo? ¡Tú teléfono celular! Hace unos momentos antes de empezar a escribirte, estaba chateando contigo, eres súper cómico y algo pervertido también pero eso no te quita lo encantador, no te preocupes.

Nuestra amistad está dando frutos y aunque he dejado a Paul sé que él me entenderá, seguro diría algo como:

“No, está bien sigue aferrado a tu mujer, yo no me meto en tus amoríos”.

O algo por el estilo, siempre anda comparandome con adolescentes y chicas incluso antes de mi flechazo por ti, pero es un buen hombre el pendejo, solo un poco directo y grosero nada más.

Bueno dejaré de escribir sobre mi amigo y me centraré en tí.

Nuestras salidas se han hecho más constantes, y los individuos ya han empezado a rumorear sobre nuestra amistad; chisme y chisme, esta gente nunca se cansa de saber la vida ajena, pero no interesa lo que piensen, solo somos amigos que salen a beber y a tener algo de diversión, pero aún sigo queriendo saber quién carajos es Alejandro, para que lo llamaras borracho mientras dormías.

Tengo miedo de preguntar por él, ya que de seguro será una situación incómoda, así que solo espero que nuestra bella relación pueda progresar y así me respondas mis dudas.

Acá te dejo unas frases de mi autoría:

“He encontrado gracia en tus ojos, mi cuerpo te desea”.

“Tu y yo un pacto sin igual”.