Hace dos semanas que no te veo, bueno desde que compre el regalo ha pasado ese tiempo, Gerard me tiene muy entretenido, y ese modo de seducir que tiene es más letal que algunas mujeres que he rechazado, su ojos son azules, igual a los tuyos, la diferencia solo está en su cabello, el lo tiene negro hasta los hombros, como una chica, y el es más vulnerable que tú y un poco más alto, cinco centímetros aproximadamente.

Sé que esto no te interesa pero como son “mis cartas” dedicadas a tí, creo que puedo escribir lo que quiera, así que empezaré a narrar un poquito de lo que me pasó con el ingeniero (así llamo a Gerard)...

Pues tuvimos muchas rondas en un día, ese chico era muy flexible y resistente, sus gemidos eran agradables al oído y eso que su voz es más grave que la mía. Además de eso tuvimos...tuve yo que comprar una caja de condones esa noche y algo de lubricante, eso último porque a él le gusta usarlos durante el acto y yo pues no me resistí; cuando compramos eso en la farmacia el tipo me miró extrañado, creo que fue porque Gerard me tomo del brazo, como si fuéramos una pareja.

La mañana después de eso al levantarme, fui a la tienda de farmacos y compré dos tipos de pastillas, Acetaminofén y Dicloplex Forte, ambas para el dolor de cuerpo que tenía; al regresar al apartamento ví al chico preparando el desayuno  con una calma...como si anoche no hubiera sido embestido por mí.

¿Acaso soy muy suave con él?

¡Ah! Si estás curioso lo hemos hecho más de treinta veces en los últimos días. Parece que mi impotencia prematura se esfumó desde que las vacaciones empezaron, aunque tengo que volver en septiembre, así que de seguro volveré a ser la rata de laboratorio desde que inicien las clases; mientras disfrutaré un poquito más, bueno al menos hasta tu cumpleaños, para entregarte el regalo, y tal vez preguntarte tu sexualidad.

Me voy yendo, dejaré de escribirte, creo que en septiembre continuó con los folios, por ahora no te escribiré nada.

Adiós bello par de safiros.