Chapter twenty three
Habían sido días críticos, cruciales en la búsqueda de un nuevo indicador que nos llevase hacia lo que quedaba de esa orden.
Todo había dado un giro bastante súbito, y que jamás pensamos que podría pasar.
Los disturbios en las calles se hicieron más recurrentes. La pena de todas las familias había sido dejada de lado y el deseo de una respuesta más fuerte y acertada era exigida por toda la población de los hijos del fuego. La culpa era nuestra, y era cuestión de días para que los ciudadanos reaccionarán de esta forma ante la pérdida.
"¿Sigue aquí?" Giré mi rostro y sonreí ante la calidez en la mirada de Hye-jinssi "No se siga torturando viendo a los ciudadanos.."
"¿Tengo opción, querida amiga?" Suspire "Culpan a la corona de esta masacre, y no puedo contradecirles porque en el fondo es así, ¿Qué hacía la guardia real cuando la Orden de Calder descendió de la serranía? Cuando a plena vista de un montón de ciudadanos se dejaron ver y asesinaron a tantas criaturas inocentes, es incumbencia del palacio haber estado velando por la seguridad de todas esas familias sin culpa"
"Entiendo su punto, su alteza real" despejo su garganta "Pero aún así no tenían como prever que algo tan inhumano sucedería.."
"Desconfían de su majestad la reina. Han puesto en duda su capacidad de gobernar y proteger el reino" Negué, cabizbajo mientras veía mis manos "Piden a gritos que un rey tome las riendas del palacio.." suspire un tanto disgustado "Como si la diferencia entre hombres y mujeres fuera a cambiar algo. Madre a sido tan capaz de gobernar con la compañía de mi difunto padre.. y todos estos años que quedo sola, sin la compañía de un compañero leal.."
"Piden de su intervención, su alteza real"
"¿Y que más puedo hacer?" Dije ya un tanto desesperado "Desconozco el puesto, no cuento con la experiencia suficiente para tomar el cargo en estos momentos, ser rey está en mi futuro, no es algo que pueda evitar. Es inevitable no sentirme a veces que no soy suficiente para sentarme en el trono que alguna vez le perteneció a mi padre. Un hombre tan intachable no puede compararse con un jovencito que estuvo sus veinticinco años de vida tras una puerta" vi a lo lejos, como ciudadanos del pueblo levantaban algunos escombros.
"Usted heredó la sabiduría de su madre, su alteza real y la agilidad de su padre.." tomo asiento a un lado de mi. En aquel balcón en donde la estrella solar nos brindaba de su calor "He sido testigo de su desempeño en los campos de simulación, es inigualable, al igual que su hermano. Ambos han sido criados para esto, ser imagen y semejanza de quien los crío, no se desanime, príncipe. Aun tenemos tiempo de demostrarle a los demás cuan merecido tiene el trono de los hijos del fuego" le sonreí suavemente. No dejando de sentirme desanimado por algún motivo "Su rostro cabizbajo me inquieta, su alteza real. Temo que no ha sido del todo sincero conmigo, algo más lo atormenta.."
Fruncí mi ceño.
"Lo extraño sabes.." murmure. Aún inseguro de mis palabras "No he sabido de él desde hace algunas horas. ¿Debería sentirme preocupado por alguien que no conozco..?"
"El ser humano podrá tener dominio de muchas cosas, pero nunca de lo que quiere decirnos el corazón. Eso es lo que siente, y es valido sea correcto o no, mi príncipe.." asentí, regresando mi vista al pueblo "No está mal sentirse así por las personas que nos importan, de alguna u otra manera.."
"No deja de ser un extraño, Hye-jinssi" Sentí mis ojos arder levemente "No puedo luchar contra mis propios sentimientos, siento que toda mi energía se drena cuando lo intento"
"No lo intente entonces" murmuró, le mire intentando entender su postura "No es feliz cuando lo hace, me he dado cuenta de eso, su alteza real. Ese muchacho de alguna forma logró ser merecedor de su afecto.."
Sonreí pequeño.
"Tendrías que conocerlo Hye-jinssi, su insistencia me sacó de mis casillas" reí poquito "Creó que eso es lo más cautivador de su personalidad, el poder de seguir adelante cuando todo a su alrededor en un no rotundo. Me sorprende su capacidad de tolerancia a las adversidades, su alteza real es alguien fuerte" me encogí de hombros "Presentártelo seria arriesgarlo a que lo vea la guardia real y con ello todo el reino. Esto tan inmaduro aún no merece ese riesgo.."
"Aún no piense en inciertos, príncipe" se puso de pie "Usted es joven aún, antes no lo entendía, merece experimentar todo lo que se le fue arrebatado por tantos años" le observe por unos minutos "Su majestad la reina revocó su última orden, mi príncipe. Usted y el príncipe Yoongi pueden regresar a las calles en estos momentos más que nada, el pueblo necesita la unificación del palacio, olvidé decírselo cuando llegue" dio una pequeña reverencia y se dispuso a ir.
"Muchas gracias, Hye-jinssi"
"Son inciertos, su alteza" comentó mi amigo a mi lado. Ambos nos encontramos patrullando junto a la guardia real en los bosques del reino de los hijos del invierno "Aún no puede estar tan seguro de ello"
"Las escuche, Minho-ssi" murmure, el sonido de las hojas secas bajo mis talones crujió "Algo sabe su excelencia Jung Mi-suk que se reunió tan apresuradamente con mi madre hace dos lunas. No puedo asegurar que fue lo que hablaron porque sería una mentira, pero si se que se trataba de la Orden de Calder. Quiero pensar que saben de donde provino, quien la comanda que es lo mas importante, no hace falta recordar que son hijos de nuestra nación quienes componen ese clan tan ruin e inmoral. Han causado mucho daño" mi agarre en el mango de mi espada colgada en mi cadera se afianzó, el viento comenzó a soplar con más fuerza en dirección hacia el norte.
"Su alteza-" le hice seña de que guardará silencio. Mire a mis espaldas, el líder de escuadrón había escuchado lo mismo que yo. Ese cántico tan bonito, tan apacible. La melodía de un instrumento de aire cautivo a todos los hombres presentes, incluyendo a su alteza real. Trague saliva y aferre mis pies a la tierra. Algo estaba sucediendo.
Camine hacia el frente y me acerque a mi hermano, quien ya había desenvainado su espada y la afirmaba con determinación.
"¿Lo escuchaste?" Susurre.
"Por supuesto que si, Taehyung-ah" venía de la profundidad del bosque "Debemos quedarnos juntos ¿Oíste bien? Podremos protegernos unos con otros y permanecer ilesos si no nos separamos" asentí a sus palabras "Esto me está dando mala espina"
"Hace bastantes minutos que todo se torno extraño, Namjoon-ah" suspire, desenvaine mi espada y estuve alerta a cualquier ruido o movimiento que se presentara ahora "Mis pensamientos me apresan, hermano. No dejo de pensar que se pueda tratar de esa orden tan infame. Es un buen lugar para atacar, estamos demasiado expuestos.."
"A tu derecha" comentó. Y una ráfaga de hielo voló sobre nuestras cabezas "¡Muévete Taehyung-ah! ¡Todos alertas!"
"¡Protejan a su altezas! ¡Hagan bien su trabajo soldados! ¡Si son diez nuestra vida se irá con ellos honradamente!" Mire a mi alrededor con angustia, no llevar la delantera en una situación como esta me irritaba. Mantuve mi mirada atenta en las ramas de los arboles, detrás de los arbustos. En donde un cobarde podría ocultarse, el plan era mantenerse unidos pero en puntos claves donde no nos viéramos vulnerables ante el enemigo. No tardaron en mostrarse ante nosotros, gente tan común que podríamos verlos una y mil veces entre los ciudadanos y no los hubiéramos reconocido de inmediato "Están en territorios de su majestades de los hijos del invierno, un clan como este no tiene derecho a pasear libremente sin obtener un castigo por todos sus crímenes" habló fuerte y claro el líder de escuadrón "Tienen la oportunidad de rendirse ahora.."
"Es usted considerado, líder de escuadrón" comentó amablemente, sonriendo de una forma desquiciada "Pero no puedo hacer de cuentas que su altezas no están aquí"
Alzó su mano tan rápidamente que nadie pudo impedir que esa punta de hielo tan afilada no rozara el lado derecho de mi rostro. Solté un quejido, y el ardor comenzó a propagarse por toda la zona afectada.
Acerque mis dedos con lentitud, manchando mis dedos con sangre, todo mundo guardo silencio ante el ataque. Agite mi mano una vez, desprendiéndome del exceso de sangre que quedo en la yema de mis dedos, apuntando mi espada contra su cabeza, yo me encargaría de él. Le miré con atención, intentando imaginar su siguiente movimiento, pero era imposible.
"¿Muy hombrecito no? Su alteza real" carcajeo "Siempre queriendo destacar entre los demás. Queriendo el favor de sus padres ¿Es de esta forma que pretende llamar la atención de los demás, príncipe?"
El choque entre espadas fue inminente.
Le miré atentamente, exudando en cada poro de mi cuerpo el deseo y la rabia que sentía contra esta persona y la orden que lo respaldaba. Culpables de tantos males.
"Como disfrutaré destruirlo" murmure. El contraataque fue certero, mi pulso esta vez no me había fallado e impedí que su arma recayera en mi hombro izquierdo. Empuje con fuerza y provoque que su espada por unos segundos cayera al suelo, la tomó al instante y sus movimientos fueron veloces. Retrocedí con cada segundo que pasaba hasta que mi espalda colisionó contra el tronco de un gran árbol, haciéndome doler. Pude ver de cerca sus ojos, dentellando un azul maravilloso, su pecho subía y bajaba con rapidez. Solté mi espada y apoye mis manos a ambos lados de su cien, la yema de mis dedos tiñéndose de color violáceo, lo que ocasionó que sus ojos se cerrarán abruptamente a causa del dolor que estaba causando al enfriar parte de todo su cráneo sin medición alguna; me alejé del cuerpo inerte del hombre, viendo como se quejaba y sujetaba sus cabellos con vehemencia.
Tome mi espada con rapidez.
Saliendo del lugar, buscando a Minho-ssi por alguna parte. Cuerpos de los miembros de la orden de Calder comenzaron a verse esparcidos por el territorio, fue espantoso. Mi respiración era agitada a medida que el bosque comenzaba a consumirse en su propia penumbra, y mi desesperación por encontrar a mi grupo de escuadrón fue aún más latente. Pronto, sentí cada parte de mi cuerpo entumecerse poco a poco, lento.
Mis rodillas chocaron con la tierra húmeda, mientras una red eléctrica me petrificaba de los pies a la cabeza. Sabía que esto sería algo muy momentáneo, lo poco que había usado mis poderes contra ese tipo no siendo lo suficientemente fuerte para darme el tiempo de poder encontrar a mi escuadrón en los minutos eventuales. Sentí mi garganta apretarse, impidiendo el paso del tan primordial aire a mis pulmones. Había caído boca abajo, por lo que no pude caer en cuenta quien estaba atrás de mi.
"Me sorprende, su alteza real" carcajeo "Sus habilidades son dignas de un príncipe de la corona. Pero me temo que cuento con la experiencia de la que usted carece en estos momentos. ¿Qué pensó al intentar luchar contra nosotros? Creyó que ganaría, puedo verlo en sus ojos, es tan predecible, alteza"
"No.." tome aire con dificultad "No le permito que haga suposiciones de mi vida" tosí fuertemente "¿Qué es lo que quieren? Respóndame ahora mismo ¿A que le teme? Sea sincero conmigo, hijo del invierno.."
"¿Temerle? Creo que me esta subestimando, su alteza real" sonrió maquiavélicamente. Sentí como el pie sobre mi espalda ejercía presión aun más, desplomándome nuevamente "Puedo oler el miedo en sus venas, en esa sangre real que compone cada parte de lo que es hoy"
"Parece molestarle mi estatus social en nuestro reino, hijo del invierno. ¿Qué es lo que verdaderamente quieren ustedes y su gente?" El pesar en mi pecho cesó y los pasos lentos a mi alrededor comenzaron a retumbar en mis oídos. Había sido liberado, pero aún así no fui capaz de ponerme de pie, solté un quejido ante la tensión de mis hombros "Dígame sinceramente, hombre.."
"Su sangre real.." sonrió "Es tan espesa como los secretos en el pasado de los reinos elementales. De los reyes mismos"
"Secretos y más secretos" proteste "¿No sabe hablar de otro tema que de los secretos de los reinos elementales ¿No?. No es más que una sarta de invenciones"
"¿Son invenciones entonces su amorío con un hijo de otra tierra elemental?" Sentí como todo mi mundo se había congelado en ese instante. Pude ver esa mirada en sus ojos, había sido una jugada que disfruto hacer "A la corona le gustará saber de sus paseos a reinos enemigos ¿No?"
"No hay manera de que usted sepa esto" me acerque con rapidez y lo tome del escote de su uniforme "No existe forma"
"¿Entonces cree que miento su alteza real?" Carcajeo sin más "¿Me lo invente todo?"
"No me importa si miente o no, hijo de Calder. Lo que me importa es cómo obtuvo esa información," murmuré entre dientes, empujándolo contra el tronco seco de un árbol, mi voz apenas contenida por la furia "Hablar con ese veneno en sus palabras es peligroso, incluso para alguien como usted" murmure, el dolor punzante en mi pecho no desapareciendo por completo.
El hombre sonrió con malicia, como si mi reacción fuera exactamente lo que había esperado "Oh, no subestime a la orden, mi príncipe. Tenemos ojos y oídos en todos lados. Hasta en los rincones más oscuros de su corazón y lejanías más inhóspitas"
Solté su uniforme de un tirón, aunque no aparté mi mirada de la suya "Si tan siquiera se atreve a llevar esto a la corona, será la última vez que disfrute del lujo de respirar ¿Está claro? No le permito que haga este tipo de comentarios y más de una persona con el cargo que tengo en la familia real.."
"¿Amenazas, alteza? ¿Es ese el peso de su culpabilidad hablándome ahora?" Sus ojos chispearon con un destello de burla, y su sonrisa no menguó ni un poco "Por supuesto, puedo guardar el secreto, pero los secretos tienen un precio, me da cierta curiosidad saber hasta donde es capaz de llegar para mantener a salvo su secreto.."
Sentí cómo la ira hervía en mi sangre, pero me obligué a contenerme. A mi alrededor, las sombras parecieron alargarse, moviéndose como si respondieran a mi estado de ánimo. "No negocia conmigo. Jamás. Si tiene algo que decir a la corona, dígalo. Pero recuerde esto: un paso en falso y lo destruiré antes de que llegue al trono. Aunque ya debería haberlo hecho.."
El hombre alzó las cejas, divertido, pero no habló. Simplemente me dio una última mirada burlona antes de enderezarse y retroceder hacia donde mas profundo daba el bosque "Como guste. Pero recuerde, incluso las sombras tienen oídos. Y los reinos enemigos... no van a perdonar una mancha más en esta historia, tenga muchísimo cuidado alteza del lado en que se esta posicionando, se esta equivocando"
Y con esas palabras, se giró y desapareció, dejando un aire cargado de tensión en el ambiente. Aflojé los puños, pero la inquietud seguía atenazándome. Esto no había terminado. No, apenas estaba comenzando y me inquietaba como serian las cosas de ahora en adelante para todos.
El viento comenzó a silbar entre los árboles, llevando consigo el eco de ramas quebradas y hojas agitadas. El bosque parecía más oscuro de lo habitual, como si la presencia del miembro de la Orden de Calder hubiera drenado la calidez del atardecer culminante. Apenas había tenido tiempo de calmar mi respiración cuando escuché el galope de un caballo acercándose rápidamente en las cercanías.
"¡Alteza!" La voz profunda del líder de escuadrón rompió el silencio antes de que su figura emergiera entre los árboles, su caballo frenando bruscamente frente a mí. De un salto ágil, desmontó y corrió hacia donde estaba, su capa ondeando tras de él "¿Está bien? ¿Está herido?" preguntó, sus ojos recorriéndome con urgencia. Su espada estaba desenvainada, reflejando los destellos plateados de la naciente estrella lunar y algunas gotas de sangre.
"Estoy bien" respondí, todavía con la tensión en mi voz. "¿Qué sucedió con los demás? ¿Dónde esta mi hermano, líder?"
"Se encuentra patrullando con mi escuadrón, su alteza" comentó cabizbajo, apoyando su espada en la tierra "El enemigo se embarco a tierras lejanas, fuera de los territorios de los hijos del invierno"
Asentí, sintiendo un peso menos dejar mis hombros. El líder del escuadrón apretó los dientes, claramente irritado "Este bosque debería ser seguro. Este territorio está bajo nuestra vigilancia. No deberían haber podido acercarse tanto, y más con luz de día, han cambiado su manera de trabajar"
"Lo sé," dije con un suspiro pesado "Hay muchas cosas que no me han cuadrado.." trague saliva "¿Bajas?" pregunté, mi mirada clavándose en la suya, si bien me había comentado que mi hermano lideraba un patrullaje en las cercanías no sabía con cuantos de nuestros hombres lo comenzó.
El líder de escuadrón negó con la cabeza, relajando ligeramente la postura "No hubo bajas por nuestra parte. Y ellos tampoco parecían querer derramar mucha más sangre. Solo dejaron un mensaje, y ya lo entregaron me parece.. su semblante habla por usted majestad y no quiero indagar más allá si usted no me lo permite, solo no guarde silencio si es algo en lo que podemos ser de ayuda. Una pista que nos lleve a ellos puede ser el comienzo del fin"
Lo miré, asintiendo lentamente mientras el peso de las palabras de Calder aún resonaba en mi mente "Esto no ha terminado, líder. Apenas ha comenzado, debemos prepararnos para una expedición"
El líder de escuadrón reverencio.
"Como usted diga, mi príncipe" dijo fuerte.
El cielo sobre la frontera de los reinos se teñía de un anaranjado profundo, como si el fuego y el hielo hubieran decidido pintar un atardecer que hablaba de conflictos y reconciliaciones. Estaba allí, de pie, con los brazos cruzados y el ceño fruncido, mirando a lo lejos, aguardando en un lugar que sabría que no seria frecuentado por cualquier persona. Mi mirada no se apartaba del camino que conducía desde el reino del invierno, aquel incesante deseo de sacarme la preocupación que sentía por su alteza real siendo una emoción que desbordaba por cada poro de mi cuerpo.
Cada minuto de espera me pesaba como si fueran horas. Había pasado días con la duda punzante en el pecho, preguntándome muy en el fondo si lo que había compartido con su alteza real antes había sido real, o si solo había sido un espejismo, un deseo que había proyectado en mi mente. Y ahora, con la ausencia de respuestas y el peligro constante de la Orden de Calder, la incertidumbre me quemaba más que cualquier llama latente.
Cuando finalmente vi la silueta de la persona que esperaba emergiendo de la penumbra, mi corazón dio un vuelco. Pero el alivio pronto fue reemplazado por un torrente de emociones que me obligó a dar un paso adelante, casi corriendo hacia él.
"Su alteza.." mi voz firme pero con un temblor que delataba mi angustia. Me detuve a unos pasos de él, observando la figura del príncipe del invierno. Sus ropas estaban rasgadas, su brazo derecho vendado con una tela que claramente no era parte de su atuendo habitual, y su rostro era adornado por una línea roja seca.
Kim Taehyung alzó la mirada hacia mi, y en sus ojos helados brilló algo que casi parecía calor al verlo. Una sonrisa débil, pero genuina, se dibujó en sus labios mientras dejaba escapar un suspiro.
"Su alteza.. está aquí"
"Claro que estoy aquí.." replique con un tono que mezclaba alivio y frustración. Di un paso más, cerrando la distancia entre los dos "¿Dónde estuvo? Su rostro.. espere días por una respuesta ¿Qué fue lo que sucedió?" Me detuve tragándome las palabras, como si temiera que al decirlas en voz alta confirmara mis peores miedos "Dijo que me daría una respuesta. Pensé que quizá lo imaginé todo y fue solo una invencion cruel de mi mente a mi mismo"
Taehyung me miró fijamente, su expresión oscureciéndose un poco al notar el dolor en mis ojos. Quiso hablar, explicarse, pero las palabras parecían demasiado torpes para lo que realmente quería transmitir, pude sentirlo. Dio un paso hacia donde estaba, su mano extendiéndose para rozar el brazo que reposaba a mis costados, como si el simple contacto pudiera calmar su mente.
"Lo siento" dijo al fin, su voz baja pero cargada de sinceridad "No quise hacerlo esperar. No quise..." Hizo una pausa, sus ojos buscando los míos, intentando transmitir todo lo que no podía decir con palabras "Pero no tuve elección.. tenía asuntos que atender, algo importante.."
Lo observe con atención, notando el cansancio en sus facciones, las pequeñas heridas que no había visto antes en sus pómulos. Algo dentro de él se tensó, y aunque la frustración seguía ahí e intentaba no hacerla notar demasiado, esta misma con el pasar de los minutos comenzó a ganar aun mas terreno en mi.
"¿Qué pasó, su alteza?" pregunté, mi voz más suave ahora. Di un paso más hacia él, y aunque quería exigir respuestas, mi prioridad era asegurarme de que estaba bien "¿Por qué no volvió? ¿Qué le ocurrió?"
Taehyung dejó escapar un suspiro largo, como si todo el peso de los últimos días cayera sobre él de golpe. Bajó la mirada por un momento antes de responder.
"La Orden de Calder. Nos emboscaron en el paso del centro, en el bosque. Eran más de los que esperaba, y..." Se detuvo, sus ojos volviendo a encontrar los míos "Perdí tiempo tratando de contenerlos. No podía dejarlos avanzar. Si lo hacían, habrían llegado a mi gente. No podía permitirlo"
El silencio que siguió fue pesado, cargado de las palabras no dichas. Hoseok apretó los puños, luchando contra el impulso de enfadarse más. No con Taehyung, sino con la situación, con el peligro constante al que estaban expuestos y no los dejaba.
"¿Y qué hay de usted?" Pregunté finalmente, mi voz apenas un susurro, pero con una intensidad que hizo que Taehyung me mirara fijamente "¿Quién lo protege a usted Taehyung? ¿Cuántas veces más va a arriesgarse así sin medición alguna?" Me detuve a guardar silencio un momento "No es lo que quería decir, discúlpeme por tal atrevimiento su alteza real.." dije cabizbajo "Ya mucho se arriesga al verse conmigo"
Taehyung parpadeó, sorprendido por la crudeza de mis palabras. Durante un momento, no supo qué decir. Pero luego, dio un paso más hacia donde estaba, su mirada suave pero firme me tranquilizo.
"No quise preocuparlo. Pensé que podría manejarlo, como siempre lo hago junto a la guardia real. Pero... entiendo que le fallé. No cumplir mi promesa... eso es algo que no puedo justificar" Hizo una pausa, su voz temblando ligeramente al continuar "Nunca quise que pensará que lo que compartimos no fue real. Porque lo es. Es más real de lo que puedo explicarle príncipe Min Hoseok"
Opte por quedarme en silencio, observando a Taehyung con una mezcla de emociones. Finalmente, deje escapar un suspiro y di un paso más, cerrando la distancia entre nosotros hasta que apenas unos centímetros nos separaron finalmente.
"Solo prométame una cosa" dije, mi voz baja pero cargada de determinación "Prométame que, pase lo que pase, no me dejará fuera. No me aparte de su vida, Taehyung. Si va a enfrentarse al mundo, no lo haga solo. Déjeme estar con usted, y-yo.. esta es una lucha que nos involucra a los dos, a ambos reinos elementales ¿Bien?.."
Taehyung me miró, su expresión suavizándose. Y, por primera vez en mucho tiempo, pude notar que mis defensas cayeron por completo ante él. Asintió, su mirada fija en todo momento hacia mi.
"Lo prometo" respondió, su voz firme y sincera "Podemos trabajar juntos en esto"
El aire entre nosotros pareció calentarse y enfriarse al mismo tiempo, una extraña armonía que solo ambos podíamos entender. Y en ese momento, mientras la noche caía sobre nuestras cabezas, sentimos que, aunque nuestros mundos seguían en conflicto, ambos habíamos encontrado en el otro un refugio que nadie podría arrebatarnos, desde ahora en más.
Con el sopló de los vientos que venían del sur, una de mis manos se poso sutilmente en su mejilla herida. Sentí un nudo nacer en mi garganta, y ese ardor en mis ojos no tardando mucho más tiempo en aparecer.
Fue en ese momento cuando supe que me dolería mucho cuando esto no pueda ser.
El aire está inmóvil, la luna llena apenas logra penetrar la espesura de los árboles.
En el claro, espere con paciencia, mis ojos brillando como brasas en la penumbra. Sabía que existía la posibilidad de que su alteza real no se presentará debido a mi tan inesperada forma de enviarle un columbograma, arriesgándonos a que alguien mas lo pudiera ver sin más. Jeon Jimin a lo lejos emergía entre la niebla, moviéndose con la gracia de una brisa nocturna. Sus pasos no rompen el silencio; más bien parecen formar parte de él.
"Lo esperaba, su alteza real" reverencie cortésmente "Siempre aparece como un susurro del viento. Es curioso cómo logra hacerlo incluso en un lugar tan denso como este.." provoque una sonrisa casi invisible en su rostro. Se detuvo a unos metro de mi.
"Buenas noches su alteza real" me devolvió el saludo "Me disculpo si lo hice esperar demasiado. Como sabrá, no es del todo habitual que un príncipe de la corona salga a altas horas de la noche, tuve que esperar a que todos se fueran a dormir, para evitar un interrogatorio de la guardia real" asentí, comprendiendo "Parece incómodamente tranquilo ¿Le sucedió algo en mi ausencia?"
Negué inmediatamente "No es nada. Quizá el mismo misterio del bosque esta haciendo de las suyas, con todo lo que nos acontece es de esperarse una reacción así. Supongo que estar con usted hace que el peso de la situación sea más... llevadero"
Jeon Jimin se quedó en silencio por un instante, la calidez inesperada en sus mejillas llamando mi atención a pesar de la oscuridad de la noche.
"¿Qué ha descubierto?" Pregunto sin más.
"Aquel prisionero habló. Lo que dijo es inquietante. Mencionó algo sobre una mancha que debe desaparecer, una que desequilibra el universo elemental. Dijo que si no se restaura el equilibrio, todo se desmoronará o eso nos dio a entender.. Im Iseul hizo un juego de palabras que aun no termino de entender, como si hubiera sabido desde siempre que íbamos a verlo esa noche, y preparo todo un diálogo para nosotros, sabía perfectamente que decir y en que momento decirlo" tragué saliva.
Jimin frunció el ceño, procesando mis palabras "Mi prisionero dijo algo similar. Aseguró que el universo estaba mejor antes de que los elementos se dividieran valga la redundancia, cuando todo estaba en armonía. Según él, nuestra existencia misma es parte del problema en cuestión"
"Hablan de reestructurarlo todo. Devolver las cosas a un supuesto inicio, cuando la balanza estaba equilibrada. Pero eso suena como destruir todo lo que conocemos.."
Jimin cruzo los brazos, su mirada perdida en el horizonte "Para ellos, somos los intrusos. Los hijos del fuego, del aire, del invierno y el agua.. nuestros hogares, nuestras coronas... somos lo que rompe ese equilibrio. Al formar parte de lo que terminó por corromper nuestra integridad"
Le miré fijamente, mi voz siendo más suave "¿Y qué piensa usted su alteza?
"Pienso que ellos creen en lo que dicen. Pero no podemos confiar en sus palabras. Si esto es verdad, estamos luchando contra algo más grande que una simple rebelión"
Un silencio tenso cae entre nosotros. Ambos sentimos el peso de las palabras de los prisioneros, las implicaciones que podrían tener. Di un paso hacia su alteza real, su expresión llena de algo más que preocupación: un deseo silencioso de acercarse, de entenderlo más allá de la batalla que enfrentaba consigo mismo.
"No sé si podamos confiar en ellos... pero confío en usted, príncipe Jeon.." murmure.
La sorpresa en sus ojos fue evidente, desvío la mirada un instante antes de responderme "Su alteza, no debería depositar toda su confianza en mí. Lo sabe, ¿verdad? Después de todo, somos hijos de tierras diferentes, no hay nada que nos una"
"Lo sé. Pero tampoco puedo evitarlo. Ambos luchamos por una misma causa.."
Antes de que Jeon Jimin pudiera responder, el aire alrededor de nosotros se enfrío súbitamente. Un murmullo bajo y espeso resonó entre los árboles, como si el bosque mismo hablara. Ambos sentimos a nuestros cuerpos tensarse, mis manos moviéndose instintivamente hacia la espada que colgaba del cinturón en mi cadera. Comencé a mirar a mis espaldas.
"Algo no está bien..."
Encendí una pequeña llama en mi palma, mis ojos ardiendo con intensidad "No estamos solos. Por favor no se alejé demasiado de mi lado su alteza real.."
De entre las sombras aparece una figura encapuchada, su presencia opresiva. La oscuridad parece envolverlo como un manto vivo, y cuando habla, su voz suena como un eco que reverbera en el aire, con una calma inquietante "Hijos del fuego y del aire. Qué irónico es verlos aquí, juntos, mientras la balanza sigue inclinándose.."
"Habla claro ¿Qué intentan lograr con todo esto?" Dije alzando la voz, fuertemente. Mi espada siendo abrazada por el fuego, mientras las palabras salían de mi boca.
Aquel rio suavemente "Lo que ustedes llaman equilibrio es una mentira. La mancha que debemos borrar esta en los secretos de sus padres, en la creación de un ser querido que jamás debió existir.."
El príncipe Jeon dio un paso adelante, el viento arremolinándose más fuerte a su alrededor "¿Qué significa eso? ¿Con quien cree que esta hablando, hijo del invierno? No tenemos tiempo para su tonto juego"
El encapuchado levantó lentamente la cabeza, revelando un rostro pálido y marcado por símbolos antiguos "Los elementos nunca debieron dividirse. Su existencia es el error. La única manera de restaurar la paz es... borrar todo lo que ustedes representan, un mundo creado en base a las mentiras y sacrificios de otros"
El encapuchado alza una mano, y un símbolo brillante aparece en su palma, pero este fue escondido tan rápido como emergió de su bolsillo frente a nosotros.
Las llamas oscilando a mi alrededor "¿Qué demonios es eso?" El hombre me miró con la burla en sus ojos, disfrutando la incertidumbre que sentía en ese momento.
"El inicio del fin, mi príncipe" reverencio "Espero que estén listos, su excelencia no tardará en aparecer, todo está donde debe estar, así tuvo que ser siempre.." sonrió.
De pronto, la figura desapareció, dejando tras de sí un silencio pesado. Mire a su alteza inquieto, su rostro reflejando una mezcla de incredulidad y temor ante esto.
"Si lo que dijo es cierto, debemos alertar a nuestras familias. Los reyes deben estar al tanto de la amenaza que se acerca a todos nosotros.." trago saliva, asentí a lo que dijo.
"No permitiré que nada nos suceda.."
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