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Chapter twenty

"Es un agrado poder ser el primero en escuchar sus dotes artísticos, señorita Cho-yeon" tragué saliva. Caminando por alrededor del gran piano en medio de la sala de eventos y miré su rostro atento "Me sorprende que el ministro Han Jun no le haya permitido nunca tomar clases. Es una pena que nadie más pueda deleitarse con esto, merece tener su reconocimiento.."

Ella se limitó a sonreír dulcemente.
Se coloco de pie, pasando sus manos por la caída de su vestido, eliminando cualquier línea que se haya formado al sentarse.

"Me halaga príncipe Jeon" dio un pequeño reverencia "Que me diga esto sin duda me ayuda a no caer en malos comentarios, le agradezco sinceramente" humedecio sus labios y termino por acercarse hacia mi "Creó que ya hemos tardado lo necesario, padre no querrá darnos más tiempo a solas luego de haber estado aquí cerca de media hora. El sol ya se ha ocultado totalmente"

"El ministro Jun lo que más quiere es que pasemos tiempo a solas, señorita Cho-yeon le hará feliz saber que hemos congeniado este día" eso le causó una pequeña risa.

No supe que responder ante eso.
Aquella melodía no siendo convincente para mi, y es que sentí que había algo más.

"Era su única oportunidad ¿No?" Sonrió apenas "De todas formas deberíamos regresar, no quisiera que el príncipe Jimin piense que no he venido a compartir con él también. Después de todo, dentro de poco seré parte de la familia real de los hijos del aire" se giró a verme "No quisiera causar una mala impresión este primer día, alteza"

Parte de la familia real..

"A dejado más de lo que usted imagina. Será una dicha para los hijos del aire tener a una reina con su grandeza, Cho-yeon.."

"¿Y para usted, su alteza real?" Su pregunta me tomo por sorpresa "¿Será una dicha compartir sus días de gobierno a mi lado?"

La puerta de cuarto fue abierta, y con gran regocijo mis padres se abrieron paso en la estancia. Caminando directamente hacia la mujer que sería la futura reina de su tierra más preciada, la mujer que estaría al lado del hijo que fue destinado a ser rey.

"Gusto en verte querida" habló mi madre, dándole un gentil abrazo a Han Cho-yeon.

La mujer que ellos habían elegido para mí.

"El gusto es mío, su majestad" dio una pequeña reverencia "Es un agrado como siempre estar aquí mi reina, la compañía de su alteza a sido gratificante todo este tiempo, se a encargado de ser un buen anfitrión sin lugar a dudas" Mis manos yacían enlazadas tras mis espaldas, deje caer mi rostro cuando la atención de los presentes recayó en mi, con una sonrisa tímida mire a todos "Lastima que ya es hora de regresar a casa, hay asuntos que atender hablando políticamente, majestad"

Mis padres rieron con gusto.

"Le agradecemos a ambos por estar aquí hoy ministro Jun" habló mi padre esta vez "Se cuan ocupado esta con los asuntos del consejo" el ministro solo negó gentilmente.

"No es nada, su majestad" se acercó y tomó una de las manos de Cho-yeon entre las suyas "Es un honor estar aquí. Los asuntos del consejo no son mayores a estas alturas, se discuten los preparativos para la sucesión de su majestades dentro de unos meses como se ha propuesto.."

"¿Esta casi resuelto, ministro Jun?" Indagó mi madre "No quisiera que asuntos del consejo entorpecieran nuestras reuniones de ahora en adelante" Madre se terminó por acercar a mi lado, a vista de todos los presentes "Bueno, no queremos seguir retrasando su retorno a casa, ministro. Me gustaría que mañana nuestra querida Han Cho-yeon me acompañe a recorrer algunas estancias del palacio. Si le parece bien"

"Por supuesto, su majestad" Ella sonrió y dio una pequeña reverencia "Aquí estaré"

"Hijo, por favor escolta a la señorita Cho-yeon y al ministro Jun hasta el carruaje que los espera en la entrada" asentí con una sonrisa y permití que mi prometida se tomará de mi antebrazo en son de cortesía, a vista y paciencia del resto, salimos de la sala. El silencio nos acompaño hasta la puerta, el frescor de la noche nos recibió y con ello la risa sutil del ministro Han Jun.

Guardias del palacio yacían a mis espaldas. Verdaderamente no podía solo salir a dejarlos sin nadie más a mi lado.

"Buenas noches, su alteza real" reverencio "Ha sido usted muy amable al escoltarnos personalmente hasta aquí. Espero que sus ansias por volvernos a ver sean las mismas que siento en este momento, mi príncipe.."

"A sido una tarde cautivadora, señorita Cho-yeon. Estaré esperando por usted" ella viró su mirada hacia abajo un instante. Sin articular más palabras luego de eso, sin mostrar ninguna reacción, fue muy neutral.

"Le agradecemos su hospitalidad, su alteza real. Que tenga buena noche" se despidió de manera concisa el ministro Han Jun.

Aguarde de pie hasta que el carruaje se perdió en la oscuridad de la noche. Entre el canto de algunas aves y el calor de los árboles me sumergí por un instante en la paz que que estos mismos emanaban.

"Su alteza, es momento de regresar" por supuesto. Abrí mis ojos y dejé salir el aire de mis pulmones para volver a inhalar lo que quedaba de esa paz antes de entrar. Me di la vuelta y les asentí a cada uno, me dieron mi tiempo y luego de unos segundos comenzaron a caminar a mis espaldas. La carga se hacía más pesada con cada paso que daba con destino a la misma dirección, volvía aún más real todo esto que vivía.

No quería verlo como algo malo ni mucho menos como un arrebató a esa libertad, si no más bien como una oportunidad para poder hacer las cosas como lo esperaban.

No ser una desilusión.
¿Las cosas podrían salir como se esperaban en algún momento de la vida?. La gran puerta frente a mí se abrió con lentitud, dejándome ver el escenario en el que mis padres eran el centro de todo. No entendí inmediatamente que había pasado en tan pocos minutos, pero tenía certeza de que tenía que ver con el hombre que teníamos bajo vigilancia en uno de los calabozos a tantos metros bajo tierra. Mi hermano me observo por unos minutos, hasta que mi caminata cesó y me dejó a un lado de mis padres. Todos se callaron.

"¿Qué sucedió?"

Jimin viró su vista hacia otro lado.

"No tienen la autoridad suficiente para tomar este tipo de decisiones Jungkook" comentó mi padre seriamente. Deje caer mis hombros cuando supe que tenía razón "Meter a un desconocido al calabozo le corresponde solamente a los reyes de los hijos del aire. Jimin-ah necesito que nos respondas por esta situación" mi hermano miro a papá con cierta tristeza en los ojos.

"Es lo que debía hacer. Me pareció la decisión más acertada en esos momentos. Mi hermano no fue localizado por ningún lado por lo que el poder de tomar una decisión con respecto a la irrupción que estábamos viviendo se me confirió a mí. No había tiempo para esperar a que él apareciera. Se me informó que un grupo desconocido merodeaba en nuestros territorios y quise actuar de la manera más rápida posible, a la altura de lo que ustedes hubieran hecho al respecto, dejarlo en esa celda fue mi última decisión hasta que su majestades llegarán al palacio más tarde"

"Debieron comunicarnos de esto inmediatamente. ¿Esperar a nuestro retorno? Era una perdida de tiempo Jimin" respondió mi madre con cierta molestia.

"Esperarlos era la mejor decisión" dije sin más, esperando una respuesta de ellos "Mi hermano no cometió ningún error al hacer esto, me parece que están exagerando un poco las cosas, padres" Sentí aquel juicio silencioso entre nosotros, mis padres o más bien mi madre me veía decepcionada.

"Esperaba que el hijo que me sucedera en el trono comparta una opinión tan certera como lo es la nuestra, Jeon Jungkook" mi mirada se dirigió automáticamente hacia abajo. Quizá sintiéndome avergonzado, o simplemente porque había sido una acción involuntaria, por inercia como le dicen "Dices que es una exageración de nuestra parte, pero no saben con la clase de gente con la que se han involucrado este día.."

"¿Y usted lo sabe madre?" Mire a mi hermano ponerse de pie y caminar hasta nosotros "Ese hombre habló de cosas inaceptables para la familia real. Intento manchar su nombre con sucias calumnias e intento convencerme de cosas terribles. Me advirtió sobre algo, que involucra a los reyes de los hijos del aire con la balanza elemental. Un quiebre en la vida que se conoció hace tantos años ya ¿Hubiera sido correcto dejarlo ir cuando todo lo que dijo no se podía solamente ignorar y ya madre?"

"¿De que estas hablando Jimin-ah?" Papá se acerco hasta él y apoyo una de sus manos sobre su hombro "Hijo, responde"

"Un hijo del invierno, padre" trago saliva "Yo no pude dejarlo pasar, atentó contra su vida eventualmente en su celda. Eso reafirma la idea de que su visita aquí no fue casual" Madre había guardado silencio ese instante "Algo esconde, y no pienso dejar las cosas así, espero que estén de acuerdo conmigo"

Padre se alejó y volvió a madre.
Mi lugar luego fue al lado de mi hermano.

"Estuve allí, padres" Despeje mi garganta "Lo vi personalmente, no es algo que debamos tomar a la ligera como familia"

"Ese hombre dice saber cosas que solo los que estuvieron en la decadencia elemental deberían saber" caí en cuenta en como la respiración de madre cambió ante las palabras de mi hermano. Se veía más angustiada ante todo el asunto "¿Qué es todo eso padres? La decadencia elemental, el quiebre en la balanza y la confabulación de dos reinos para destruir la vida que conocemos todos los reinos coexistent-"

Mi corazón latió con frenesí ante el golpe.
Aquel sonido seco resonando en las paredes de la habitación, madre dio unos pasos atrás y cubrió su boca con pasmo.

"¿Es así como se le agradece a quién solo intentaba hacer bien las cosas, madre?" Una lagrima se deslizo por su mejilla, quise acercarme a él pero no pude "Ese hombre piensa destruirnos a todos, y solo ustedes tienen el poder de arreglar las cosas en este instante y dejar que el viento se lleve el recuerdo de este espantoso día, majestad"

"Hermano.." Le llame.

"No te me acerques, Jungkook" Sus palabras dolieron aún más. Padre se mantuvo en su lugar cuando Jimin dejó la habitación, sus pisadas haciendo eco. Mire hasta el último segundo como se alejaba cada vez más, hasta perderse en uno de los pasillos del palacio. El enrojecimiento en su mejilla no abandonando mi cabeza.

Una lágrima resbaló por mi mejilla.

"Tarde o temprano sabíamos que el pasado nos alcanzaría, Doyun. Los Dioses nos castigarian por hacer tales bajezas.." Giré mi rostro ante las palabras de mi madre. Aguarde de pie una vez más, viendo como era mi madre esta vez la que dejaba la habitación apresuradamente con mi padre siguiéndola a sus espaldas. Me maree por un instante, cerré mis ojos e intente aclarar mi mente ante todo el calvario que venía.

¿Tarde o temprano?
¿Desde cuando nos estaban mintiendo?

El eco en las paredes, ese olor a humedad y el recuerdo de algo que no quería volver a recordar yacían latentes en mi memoria. Me afirme en una de las paredes cuando mi tobillo se doblo ante un pequeño hueco.

"Eunbi, querida estas muy exaltada" me apoye en su antebrazo y di un suspiro "Una nube negra se a puesto sobre nuestras cabezas esta noche, pero debemos tener la entereza que hemos demostrado siempre para poder hablar con el hombre que nos espera en una de las celdas" le mire a los ojos con angustia "Necesitamos saber que lo ha traído hasta nuestro reino, querida"

"Ambos sabemos de que se trata, Doyun" me reincorpore y apoye con cuidado mi pie sobre el suelo nuevamente "Me da pesar tener que decir esto, pero nunca debimos aceptar cargar con los secretos de otras personas. Aliarnos con hijos de otro reino"

"Alguna vez fueron nuestros amigos, darles la espalda no era una opción para ti Eunbi" Sentí aquel nudo en la garganta ante los recuerdos que me abordaron de pronto "Tenías una amistad muy linda con Sook"

Escuchar su nombre otra vez fue doloroso.

"Eso ya no existe, Doyun" respire profundamente y seguí caminando. La luz de las antorchas no siendo suficiente para verle la cara a ese hombre. El tarareo de una melódica canción retumbó en mis oídos, la conocía perfectamente "De pie, se que esta allí, su majestades están aquí"

Una risa se escondió en la oscuridad.

"Vaya, de haber sabido que su majestades vendrían en persona a darme la bienvenida me habría gustado estar más presentable" espere por alguna razón que su rostro me diera indicios de algo que no tenía certeza "Claro que estoy aquí ¿A donde más podría ir su majestad Jeon Eunbi?" Carcajeo. Sus dos manos abrazaron los barrotes de la celda y su rostro fue acunado por lo mismo "No está feliz, pensé que lo estaría al tener bajo sus órdenes a un hijo del invierno.."

"No la moleste" contestó mi esposo.

"Rey Jeon Doyun" dijo y reverencio pronunciadamente. En el acto, decayendo un poco ante el esfuerzo "Que placer es tenerlo aquí también, no lo había notado" sonrió con sorna "Tampoco se ve feliz.."

"No aparente estar bien señor" su tono de voz fue firme "Sabemos que detrás de esta fachada despreocupada estuvo a punto de desfallecer hace unas cuantas horas. Usted no está bien, y no nos hace felices tenerlo aquí este día. Díganos de que se trata todo esto, todo este montaje que con tan poco esfuerzo a levantado frente a nosotros.."

"¿Debería decirles lo que ustedes saben perfectamente, su majestades? Todos sabemos que sucedió en la decadencia elemental" quise sellarle los labios y no volver a escucharlo por el resto de nuestras vidas "No se trata de ningún montaje, solo soy una pieza en esta tabla de ajedrez, complaciendo los deseos de otra persona"

Su risa me agotó la paciencia.

Deslice mis dedos fríos en el aire mientras me regocijaba ver como sus manos rasguñaron su garganta y suplico por aire.

"Eunbi no lo hagas.."

"Hicimos un trato" mis labios temblaron "Cuando su majestad nos busco hace tantos años y extorsionarnos para decir la verdad, prometió que todo estaría bien de ahí en adelante" mire a Doyun un instante para luego volver a ese hombre "Que nuestra familia estaría a salvo de las repercusiones de sus malas decisiones.."

Baje mi mano y me alejé de los barrotes.
El hombre comenzó a toser fuertemente.

"R-repercusiones.." murmuró "Son las que han estado sembrando poco a poco y en silencio sin que ustedes se den cuenta desde el momento que decidieron apoyar a esa mujer. Esconder su sucio secreto para eventualmente decirlo por supervivencia. ¿Creyeron que todo estaría bien en verdad? ¿Qué ella olvidaría todo lo que sucedió?" Los brazos de mi esposo me sostuvieron "Todo se perdió, el perdón no se otorgará"

"Fue un trato" dije, exigiendo como si algo pudiese conseguir realmente ahora "Esa mujer nos dio su palabra, nosotros le dimos lo que pidió, sacrificamos todo.." murmure.

"No fue suficiente, su majestad" sonrió "Ella no se detendrá ahora. Y todo lo que ustedes conocen ahora dejará de existir"

Deje de respirar un segundo.

"Usted tiene a Antara" Aquel nudo en mi garganta no disipandose del todo "Se que la traía consigo cuando hablo con mi hijo. Nos hablo de todas las cosas que usted le dijo muy abiertamente ¿Qué consiguió con eso? ¿Porque buscar a mi hijo, señor?"

"¿Buscarlo? Fue él quién llegó hasta mi su majestad. Él y el manto de su honradez, es un hombre correcto, debo admitir que lo han criado muy bien, su majestades" mi mente era una manojo de ideas que iban y venían con respuestas que podrían ser o no "A pesar de haber creado un mundo tan idealizado como fraudulento. Es increíble"

Llevo una de sus manos hasta su espalda, de donde con lentitud fue sacando de un pequeño bolso tejido el instrumento que necesitaba en estos momentos. Era verlo.

"Aquí la tiene, su majestad. Antara en toda su grandeza" Fueron años que ese melódico instrumento no estaba en nuestro reino "Es bellísima ¿No lo creen? Lastima que su propósito haya sido quebrantado" la lanzó al suelo, causando un eco en el lugar "Ella quería que la tuvieran ahora" asintió "Como un aviso, de que el pasado nunca muere y regresará cuando menos esperen"

"Doyun vamonos" Mis piernas temblaban.

"¡No! Usted me pregunto porque con sus hijos ¿No?" Su mirada comenzó a tornarse extraña "Quería saberlo su majestad, ¿Los hijos son lo más preciado para los padres? ¿Es así para ustedes, su majestades? Así como se lo repitieron a los príncipes de los hijos del fuego y a los príncipes de los hijos del aire. El mundo idealizado de sus padres caerá como hojas en otoño, y entonces verán la verdadera cara de cada uno de ustedes, caerán por lo que más aman y no verán la luz por el resto de sus malditos días en estas tierras" golpeó los barrotes "¡¿Escucharon?! Sus secretos se sabrán y entonces la espera habrá valido la pena.."

Una lágrima se deslizo por mi rostro.

"Ella se encargará de que paguen por haber manchado el nombre de la familia real"











Necesito opiniones:)

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