Chapter three
"Es totalmente inaudito que ustedes como los hombres que protegen el palacio y velan por nuestra seguridad, no se hayan percatado de que un intruso se infiltró en los compartimentos del palacio, era a mi hermano a quien buscaban, ¿Qué sería de él si ustedes no hubieran actuado de manera inmediata?" Todos los guardias se quedaron de pie frente a mí hermano, en una línea recta con sus miradas abajo.
"Yoongi ya basta" habló mi madre "Es cierto que cometieron una dejadez grave para la seguridad de la familia real, mi hijo pudo haber salido herido en todo esto y ustedes no hubieran logrado hacer nada para revertir su equivocación" un silencio ensordecedor nos inundó a todos "Quiero que busquen por cada rincón del pueblo al involucrado, averigüen quién fue y si es de nuestra nación, un hijo del fuego. O viene de las naciones vecinas, un problema de esta magnitud no se dejará pasar bajo mi mandato, ¿Oyeron bien? Si mi presencia es requerida, que sea solo para darme una noticia gratificante, no me hagan perder el tiempo, espero que hayan entendido bien"
El sonido al unísono de sus palmas chocar contra su pecho en señal de honra y respeto hacia su majestades, nos hizo agradecer en un saludo formal a ellos.
"¡Si, su majestad!" Respondieron a coro.
El sonido de las grandes puertas hicieron eco en las paredes, dejando a mi hermano y mi madre junto a mi en compañía.
"Madre por favor déjeme ir a buscarlo, deje que participe en el escuadrón del general al mando.." pedía mi hermano, acercándose de manera efusiva a nuestra madre. Quien solo se mantuvo quieta en su lugar, escuchando cada palabra de mi hermano menor en silencio, con sus brazos atados.
"No saldrás de este palacio, Yoongi" hablo ella con total determinación. Mi atención se fue hacia las manos pálidas de mi hermano menor, sus nudillos tan blancos como la misma nieve, una ironía sabiendo del mundo al que pertenecemos "Y no me veas con esos ojos, sabes que siempre ha sido así, solo intento protegerlos del mal y más ahora que han intentado ingresar a la fuerza al palacio, salir no es una opción.."
Sentí el ambiente tensarse.
"¿Cuando será el día en que nos deje salir de este palacio madre? ¡Desde que tengo uso de razón no he conocido más que lo que hay en este palacio, el mundo que debería conocer se me ha privado madre, nadie en este reino a conocido aún a los príncipes porque usted se ha negado todos estos años a dejarnos poner un pie fuera de los predios de este lugar! Es injusto.."
"¡Min Yoongi! Retírate de la habitación en este mismo instante" le reto mi madre "Y piensa en lo egoísta que estás siendo, en lo que injusto e irrespetuoso que es tu comportamiento, fuera de ser la reina, soy tu madre y debes darme el respeto que merezco, no tolerare más tus faltas, hijo"
"Papá me hubiera permitido hacer esto"
Mi hermano me dio una mirada con decepción, me limité tan solo a darle una mirada de disculpa, negando ante esa petición silenciosa de hacer cambiar de opinión a nuestra madre, algo imposible. Previamente él se retiró de la habitación y nos dejó a mi madre y a mi a solas. Me giré a observar a mi madre, tan abatida como cada vez que discute con su hijo.
"No debe tomarle tanto peso a sus palabras madre, Yoongi en realidad no lo hace con el fin de hacerle sentir mal, él no es así" hablé, acariciando las manos de mi madre "Él solo se dejó llevar como todas las veces anteriores por ese sentimiento de asfixia, ese descontento y desagrado que tiene ante esta situación, es lo más normal que a sus veinticuatro años quiera salir y aventurarse en el mundo exterior, conocer gente, enamorarse perdidamente de alguien y conocer el amor, madre, en todas sus expresiones..de cerca, debe entender su exasperación e intolerancia ante esto.."
"Claro que lo entiendo, pero eso no quiere decir que puede hablarme de esa manera, soy su madre y siempre haré lo que crea más correcto para mis hijos. Yoongi tiene que entender que solo hago esto por el bien de ustedes, no sabes como me siento al no poder darles la vida que a lo mejor ustedes les gustaría tener, con esa libertad que tanto anhelan, pero no puedo, afuera hay mucho peligro, más del que ustedes pueden llegar a imaginar, existe gente malvada que espera para atacar sin más"
Guarde silencio.
Y es que a veces ni yo lograba entender porque mamá hacía esto. ¿Qué mal tan grande nos acecha afuera para que ella no nos permita la salida del palacio? ¿Sería este un verdadero bien para nosotros al fin y al cabo? ¿O solo nos destruiría más?. Eran muchas dudas a las cuales no les tenía una respuesta, estas vagaban sin un rumbo fijo, solo recordando una y otra vez que estaban allí esperando a ser resueltas y hallarles una respuesta concreta. Y no tenía la certeza de cuánto tardaría en eso.
"Él, entenderá madre" fue lo único que dije "Así como lo hice yo, él también lo hará"
Aunque en silencio aspirará a una libertad que por tanto tiempo he deseado. Que en mis sueños me imaginé corriendo por los prados maravillosos de nuestro pueblo y que las flores en alto acariciaran mi piel, mi cabello danzando al ritmo de la brisa. Aunque deseará aventurarme en el mundo exterior y conocer a personas nuevas, si lograba entender la postura de mi madre.
Tristemente lo había entendido con el tiempo. Durante mis veinticinco años había entendido que ella no nos dejaría ir.
Mi respiración era errática, la transpiración corría desde mi cien, deslizándose en una gota por mi rostro hasta mi mentón. Miré hacía atrás en mi camino, aquella nación quedando muy atrás, los cálidos colores anaranjados y rojos desvaneciéndose con cada paso que daba, dándome bienvenida los fríos colores que me componían. Esa brisa helada acariciando mi rostro, una sonrisa se escapó de mis labios al ver que ya me encontraba dentro de mí nación.
"Dioses, eso estuvo demasiado cerca" dije cesando mi corrida olímpica. Apoye mis manos sobre mis rodillas flexionadas, dejando ir todo ese cansancio que me había dado "Debo dejar de hacer esto.."
Estaba por emprender nuevamente mi camino, cuando sentí como mis piernas volvían a ser flexionadas, y todo un peso se apoyaba en la extensión de mi espalda. Por un momento había creído que era un guardia de los hijos del fuego, pero no era nada de eso, llevándome la sorpresa de mi vida, cuando noté que era un amigo.
"El sol casi se oculta, el trato casi se ve incumplido su alteza" susurró cerca de mi oído "Por un momento pensé en ir por usted, los minutos pasaban y con ello mi preocupación se acrecentaba. Sus padres requieren de su presencia en el palacio"
Me puse de pie, con una sonrisa, mientras sacudía la tierra de mi ropa y un poco de nieve que había caído hace unos días.
"Hey, no te preocupes. Estoy aquí" me puse frente a él y apoye mis manos sobre sus hombros "Me alegra verte aquí Minho-ssi, eres mi único amigo y quiero compartir las cosas nuevas que conocí este día contigo"
"Consejero real" corrigió "Y aunque sea quien vela por su seguridad, me gustaría escuchar lo que tiene para decir, príncipe"
Una sonrisa pequeña se bordó en sus labios. Lo que me animo a seguir.
"Antes me gustaría saber si no tuviste problemas para llegar hasta aquí. Se que por ordenes de mi madre guardias de palacio están en la obligación de escoltar a quien salga del palacio momentáneamente, y más si es a las afueras del pueblo" dije con interés. Preocupado en el fondo por saber si ya había expuesto antes los reyes.
Sus manos se unieron a sus espaldas.
"Es así, su alteza. Pero me tomé el atrevimiento de pedirles que me esperen a unos metros de acá, asuntos privados tenía que atender fue mi respuesta" asintió "¿Cree que haya sido demasiado, alteza?"
"Por supuesto que no. Tienes mi permiso y el de su majestades para imponerte sobre los guardias del palacio" solté un suspiro, un poco más tranquilo con su respuesta "Mientras no seas tú quien le diga a mis padres que he estado haciendo, todo irá bien" él sonrió de pronto, sin emitir palabra.
"Mi lealtad es con usted y luego con su majestades. Se ha convertido en alguien muy especial durante todos estos años su alteza real, no sería capaz de traicionarlo"
"Lo sé Minho-ssi, no tienes que decírmelo" ambos nos alejamos de la orilla para adentrarnos un poco más al pueblo "Me hubiera encantado que me acompañaras amigo mío. No tengo palabras para decirte lo maravilloso que es todo allá, fue como estar en casa pero todo era mucho más cautivador, más vívido. Su colorimetría tan otoñal" Sonreí involuntariamente "Nadie pudo verme, no obstante tuve el tiempo de ver a su gente de cerca, la dicha de ver que no son la clase de gente que suele pensar la gente de nuestro reino, me hizo sentir calidez justo aquí" me detuve y le señale mi pecho "No son tan diferentes a nosotros"
Su sorpresa no pasó desapercibida.
"¿No son la gente agresiva y despiadada que siempre hemos creído entonces?" Negué con todo el gusto "Me sorprende" guarde silencio un momento, mi mente divagando en el recuerdo de una persona en particular "¿Fue todo príncipe Taehyung? Tengo la leve impresión de que hay más"
"Recuerdas, cuando hace unos días te comenté que guardias del escuadrón real hablaban sobre los hijos de la reina de los hijos del fuego ¿Lo recuerdas Minho-ssi?" Él asintió mientras entrecerraba sus ojos "Bueno, en uno de mis tantos avances por ese lugar, llegué a compartimientos reales"
"Su alteza.." comentó levemente alterado.
"En las alturas, fue todo a las alturas Minho-ssi. Su voz me detuvo por completo en mi huida y casi caigo por ese descuido tan efímero. Pude ver a uno de sus hijos, un príncipe de la realeza de los hijos del fuego, y quizá esa haya sido la primera vez que un extraño haya visto tan ansiado rostro ¿No?" Trague saliva, sintiendo a mi corazón latir con fuerza ante el recuerdo "Nunca había visto a alguien con tal belleza, Minho-ssi"
"De verdad lo a impactado, su alteza. ¿Esta tan seguro de que haya sido uno de los príncipes de ese reino? Nadie desde que su majestad dio a luz a su segundo heredero a visto sus rostros, son prácticamente reales desconocidos para su pueblo y vecinos.."
"Se que era él. Su rostro lo gritaba, y una marca sutil en su mejilla de su nación me lo termino por confirmar finalmente, amigo"
"Me alegra oír que después de todo su aventura por parajes extraños dio frutos, su alteza real, pero me gustaría pedirle un favor. No de consejero real a príncipe, si no de un amigo cercano a Kim Taehyung" tomo mis manos y las acarició dulcemente "No se vuelva a exponer de esa manera"
"De verdad vas a prohibirmelo ¿No?" Dije.
"No quiero parecer que intento imponerle normas cada vez que salga del palacio. Pero no quiero que sufra algún daño una próxima vez príncipe Taehyung. Que haya salido con vida de ese lugar fue gracias a la voluntad de los Dioses que nos vigilan en el empíreo, mi vida se iría con la suya si algo llegase a sucederle su alteza real. Debo protegerlo hasta del más mínimo peligro y esto es algo que podemos prevenir siempre y cuando usted esté dispuesto a ayudar"
"Entiendo lo que quieres decir, Minho-ssi. Pero me gustaría que sepas que si tengo oportunidad de verlo otra vez, la tomare sin importar las consecuencias que arrastré conmigo" me miro desconcertado "Siento intriga a su persona, fue completamente abrumador estar allí y verlo cuando nadie más a tenido la oportunidad de hacerlo.."
"No es algo que le concierne, su alteza real. Absténgase de seguir con esta curiosidad y limitese por amor a los Dioses" murmuró.
Giré mi rostro, viendo hacia la colision de los cuatro mundos elementales. Pensando en él y lo que podría estar sucediendo en el palacio luego de mi desconcertante visita.
Limitarme quizá sería una buena decisión, después de todo. Realmente era algo que no me concierne en absoluto, problemas de otros reinos no tendrían que ver con un hijo del invierno. No obstante mi mente no me ayudaba a desligarme de esta necesidad, la imagen de aquel muchacho se mantenía clavada en el centro de mis pensamientos.
"Es hora de regresar al palacio, los guardias no tardarán en acercarse, su alteza real"
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