Chapter seven
"Príncipe, lo estaba buscando" Alce la mirada del imponente atardecer en las fronteras y giré sobre mis talones. Hye-jin se encontraba de pie en el umbral de la puerta, dando una pequeña reverencia a mi persona antes de acortar los pasos "Mi padre me ha pedido que lo guíe hasta una de sus clases teóricas en breves minutos"
Le miré confundido.
"¿Guiarme? ¿No es donde siempre se imparten las clases, Hye-jin-ssi?" Ella negó, despejando su garganta antes de dirigirme la palabra con una sonrisa.
"Por ordenes de su majestad la reina, se le ha permitido tener las clases fuera, en los campos sagrados, cerca del río Fëanor" le mire perplejo "El príncipe Yoongi ya se encuentra en sus clases prácticas allí mismo, solo lo están esperando a usted"
"¿Mi madre lo ha permitido?" Indague.
"Antes de irse, príncipe. Dejo en claro que ustedes podrían tomar sus clases allí, para que estén un poco más familiarizados con lo que es el mundo exterior, su alteza" todavía no terminaba de entender todo lo que Hye-jin me estaba comentando.
¿Mi madre había accedido sin más?.
"V-vamos entonces, no perdamos el tiempo" dije, y me alejé completamente del balcón en el que me encontraba y seguí a Hye-jin en silencio hasta fuera del palacio. El camino en sí fue relativamente rápido, los pasos resonaban en las paredes, ocasionando un eco al cual ya me encontraba bastante acostumbrado.
Siendo el sonido con el que crecí toda la vida. Un palacio muy grande, para tan solo tres integrantes de la familia real, sin contar al consejero de la reina, que era el señor Sung, su hija Hye-jinssi y alguno que otro empleado, los guardias no viviendo dentro si no en una residencia a unos metros.
Aun así, seguía siendo un lugar inmenso, plagado de silencios y un pasado del cual no tenía demasiada información, solo teniendo la certeza de que era algo de lo que a mi madre no le gustaba hablar.
"Habrán guardias afuera acompañándolo, príncipe Hoseok. Así que puede estar tranquilo, estaré allí también, sabe que se me concede participar en las clases con usted, para estar a la altura y poder darle la seguridad que usted y el príncipe se merecen" dijo, ambos deteniéndonos en frente de la puerta principal del palacio.
"Tener tu compañía siempre ha sido vital para mi, Hye-jin-ssi, lo sabes" dije, dándole una cálida sonrisa "Crecí a tu lado, sin duda alguna estar fuera contigo me dará la tranquilidad que seguramente voy a necesitar ¿No lo crees?" Ella asintió, despojándose de sus zapatos de casa para reemplazarlos por lo de exterior, yo imitando sus mismas acciones "Esto me ha tomado por sorpresa, nunca habíamos estado tan cerca del río Fëanor con mamá consciente de ello, me abruma un poco"
"He escuchado que la reina está tomando medidas en el palacio, nuevos cambios por el bienestar de los príncipes y el suyo propio" le escuche atentamente "Mi padre no me ha comentado nada más de lo que usted ya sabe me imagino yo, príncipe"
Asentí.
"Mamá quizo decirnos algo" entre cerré mis ojos ante la luz repentina del sol dándome de lleno en los ojos. La brisa tibia acariciándome el rostro, como suaves pinceladas en lo lienzo blanco "Sobre una orden que a estado vagando en nuestro reino, y que posiblemente se trate de una amenaza a nuestra integridad, nada más"
En el camino algunos guardias reverenciaron ante nuestra presencia, saludando cortésmente al príncipe Min.
"El que nos haya dejado salir más allá quizá tenga que ver con esa orden, por más contradictorio que parezca" dije, sintiendo la calidez de un día como lo eran muchos otros también en el reino "Aunque con madre nada se sabe, estos últimos días a estado actuando extraño, no parece ella"
"Piense, que debe estar preocupada con todo esto" expreso Hye-jin "Desde que tengo uso de razón que nunca han habido problemas de esta magnitud, nuestra nación siempre ha sido tan pacífica como los mismos cielos, la mayor de las preocupaciones para su majestad siendo elegir que hacer con algunos caballos"
Sonreí apenas ante ese comentario.
Recordando perfectamente como mamá aceptaba dos caballos más en la caballerizas reales porque Yoongi y yo nos habíamos encariñado con ellos a una corta edad de nuestras vidas. Suspire.
"Recuerdo eso" le dije. Siguiendo el hilo de la conversación, de todas formas, no añadiendo más para seguir "En todo caso, tienes toda la razón, es la primera vez que ella enfrenta algo sola, mi padre, el rey Min Dae-hyun, siempre nos protegió del más mínimo de los peligros, evito que ese conflicto que hubo hace tantos años por un malentendido en los pueblos del sur llegara hasta nosotros, entregando su vida para seguir manteniéndonos a salvo a todos..."
"Las personas involucradas en ese malentendido ya están pagando por su crimen, príncipe Hoseok" de pronto el ambiente se había tornado denso "La muerte del rey no fue en vano, que su corazón y mente estén tranquilos por eso"
Ambos nos detuvimos.
"Aún no me deja de parecer injusto" fue lo último que dije. Y miré hacia el frente. El sonido de las espadas colisionando entre sí llegó hasta mis oídos, algunos soldados y demás estaban acompañando a mi hermano en su práctica de batalla "Me gustaría que las cosas hubieran sido diferentes, quizás papá seguiría con vida y mamá tendría mas apoyo en todo esto"
Tragué saliva y me dispuse a caminar hacia donde estaban todos. Mi tutora se encontraba a lo lejos, con sus brazos entre cruzados y una mirada impasible en su rostro, sabía lo que significaba eso.
"Príncipe, llega tarde" fue lo primero que dijo. Más no volvió a acotar algo después de eso "Hoy le voy a estar hablando sobre los túneles secretos que hay en el palacio y en que momentos en necesario recurrir a ellos ¿De acuerdo? Tome asiento señorita Hye-jin-ssi, la clase comienza ahora"
Mi sorpresa fue evidente.
"¿Túneles secretos?" Me acomode en el pasto. Con el ruido del río a mi lado, mi corazón latía rápido en mi pecho, alegre por esto "¿Desde cuando han estado allí?"
"Desde siempre, su alteza" habló "Estos fueron creados hace millones de años, cuando aún existían tiempos cerriles, en donde los dioses aun regían los universos; esos túneles se ocuparon para escapar la primavera de hace mil años, cuando una pugna entre mundos se desató, y un grupo de rebeldes quiso derrocar a los reyes de cada reino, su alteza" mire expectante a mi tutora, todo embelesándome mucho "El primer líder de este reino escapó junto a su familia por esos túneles, buscando asilo en un pueblo al oeste de aquí, siendo aquel, su pase a la supervivencia. Fueron tiempos sin duda eufóricos, complicados. Fue entonces que unos años más tarde, los dioses viendo el mundo que se desenvolvía frente a sus narices, pactaron entre ellos, la paz finalmente renació de las penumbras y gracias a eso tenemos y vivimos en el mundo que existe hoy en día"
"Vaya.. El palacio si que abarca historia" dije anonadado, la tutora Hwan asentía mientras dejaba reposar sus manos sobre su regazo "Me parece algo increíble, debo mencionar, que existan este tipo de pasadizos secretos en el palacio, nunca me imagine que estos pudieran estar en este reino" mire a Hye-jin, parecía igual de sorprendida que yo, de todas formas no había hecho algún comentario este rato.
"Su única función, majestad es mantenernos a salvo, es un escape que el enemigo, en un supuesto caso, no podrá prever dentro de sus planes" Escuche con atención sus palabras "Por lo que usted, como primogénito y futuro rey de nuestra nación, debe saber cuando y como llegar a esos túneles, su alteza. Es su deber. Y solo debe recurrir a ellos en un caso de alta emergencia, cuando no tenga más cartas bajo la manga, esos túneles serán lo único que podrá tomar para sobrevivir"
Despeje mi garganta.
Acomodándome mejor sobre el pasto.
"Entiendo, tutora Hwan"
"He visto su desempeño en los campos sagrados su alteza, y déjeme decirle que no he visto a alguien tan fuerte como usted, y no se lo digo porque sea mi superior e hijo de la reina. Es porque de verdad es así, y es lo que mis ojos ven. Su capacidad de combate es excepcional, al igual que las capacidades del príncipe Yoongi, ambos son el verdadero orgullo de esta nueva generación en los hijos del fuego, tenga eso siempre en claro, alteza real" baje un poco la mirada, sintiendo mis mejillas relativamente más calientes "En casos de tensión, usted siempre debe mantener la cabeza fría, pensar con suma racionalidad porque será vital en los futuros resultados que podamos tener. No bajar la guardia frente al enemigo, nunca debe confiarse, ni aunque el oponente se encuentre inerte en el suelo, no se deje fiar por las apariencias, porque en el peor de los casos, saldrá mal parado de todo eso, y el enemigo sabrá sacar ventaja"
"Daré lo mejor de mi, tutora Hwan, que eso no le quepa la menor duda" entrelace mis manos, sintiendo la suavidad de las mismas, la mirada atenta de mi tutora y la de Hye-jin posadas en mi, lo sentía "Se la responsabilidad que conlleva todo esto, la carga de proteger un reino, de hacer que el título que se te ha atribuido este a tu altura, todo eso lo tengo perfectamente claro y haré que usted y mi madre se sientan orgullosas del aprendizaje que he obtenido durante todo este tiempo no seré una burla"
"Me alegra escucharlo, su alteza, su compromiso con el reino sin duda los mantendrá orgullosos a todos, príncipe. De ahora en adelante debe tomarle el verdadero peso a ser el futuro sucesor de su majestad, no es un futuro tan lejano, por lo que mentalícese muy bien estas semanas que estaremos practicando, tenga muy en claro porque lo estamos haciendo, con que fin se prepara así, ¿Ya?"
Y antes que pudiera responderle de vuelta, un gran estruendo de metales y demás se escucho a nuestro alrededor, los guardias y soldados reales se pusieron en defensa.
En dirección a algo que aún no se dejaba ver, al otro lado del inmenso río.
Hye-jin, sin saber realmente lo que estaba sucediendo al igual que yo, se encargo de sacarme de la orilla del río y busco a Yoongi entre todo el tumulto de personas y nos protegió a ambos, colocándonos detrás de ella, atenta a cualquier acción.
"¡Protejan a los príncipes!
"¿Qué está sucediendo Hye-jin-ssi?" Mi voz intento salir temblorosa, pero trate de mantener la compostura, la mano de mi hermano menor cubriendo mi izquierda.
"¡Llévese a los príncipes dentro del palacio, Hye-jin-ssi! En este mismo instante" exclamó uno de los guardias, la chica nos tomó de los antebrazos y nos obligó a caminar en dirección contraria a paso apresurado, sin soltarnos en ningún instante comenzamos a alejarnos de todo lo que pudiera amenazar nuestra vida.
No entendía absolutamente nada.
"Tenemos que resguardarlos en la oficina de su majestad, príncipes" habló agitada "En el menor tiempo posible, debemos apresurarnos, por favor no se separen de mi lado" y pese a la templanza que Hye-jin tenía en este momento, no dejaba de ponerme nervioso ante todo este asunto.
"¿Hye-jin-ssi que es lo que esta pasando?" Inquirió esta vez mi hermano "No estoy entendiendo absolutamente nada de esto, ¿Por qué de pronto nuestra seguridad se ve en riesgo? Todo estaba perfectamente hace unos pocos minutos" Hubo silencio.
"No lo sé, príncipe Yoongi. No sé porqué de pronto las cosas se tornaron de esta manera, lo único que tengo claro por el momento es que debo asegurar su bienestar antes que cualquier otra cosa. Luego que pase todo, le aseguro que nos darán las explicaciones correspondientes, por ahora obedezca y todo estará bien.."
Nadie más volvió a acotar algo después de lo comentando por Hye-jin. El camino a la oficina de mi madre fue más corto de lo que espere, aquel era el lugar más seguro de todo el palacio, con una seguridad un poco más calificada que la de nuestras propias habitaciones, Hye-jin aseguró las puertas, y aguardamos allí, en silencio.
Con el corazón latiéndome con frenesí, decidí tomar asiento en uno de los sofás que mamá tenía allí, a vista de las dos personas que me acompañaban, observe con atención como los ojos de Hye-jin de vez en cuando y de manera efímera se iluminaban de un potente anaranjado, eso evidenciando que no dejaba de estar en alerta, mire fascinado aquella habilidad.
Y es que eso era una de las razones por la que eligieron a Hye-jin como la escolta personal de los príncipes de este reino, pese a su estatus en la realeza, tenía la capacidad de defensa aún más expuesta que un miembro de la guardia real común, que le tomaba obtener su aprendizaje en un año, y a ella solo le tomó unos meses.
"No entiendo.." comenzó hablando Yoongi "Como es que pretenden capacitarnos en los campos sagrados, si al más mínimo altercado los guardias dan la orden de escondernos y alejarnos de todo peligro. ¿De que manera podremos defendernos realmente? Si seguimos en esto será para nada.. ¿Acaso mamá se está burlando de nosotros, hermano? ¿Es así?, no entiendo"
"Príncipe, nada de lo que hace nuestra reina es para burlarse de su intelecto" intervino Hye-jin "Algo se está planeando para ustedes, pero no puedo decirles nada más que esto, ya que no cuento con algo de certeza, de todas formas, confío en que apenas su majestad la reina retorne al palacio se darán a conocer todas esas interrogantes que divagan por su mente"
"Aún no estamos cien por ciento listos, hermano. Aún nos queda mucho que aprender antes de enfrentarnos directamente con algún enemigo, el camino que tenemos por delante nos dirá el momento en que estemos preparados, y si no es ahora, hay que entenderlo.."
Después de haber estado una hora y media dentro de aquella oficina, el peligro cesó y los guardias fueron a darnos aviso. La noche había caído, y entonces las antorchas fueron encendidas, iluminando cada rincón de este reino, de este mundo.
Mis pasos resonaron en las paredes, la presencia de mi hermano haciéndome compañía, mientras que Hye-jin-ssi nos seguía a unos pocos metros detrás. Los soldados se formaron en una perfecta línea recta y saludaron cuando estuvimos frente a ellos, reverenciando en respeto.
"Príncipes" corearon.
"Necesito que me digan que fue lo que sucedió hace una hora en el río Fëanor" pedí amablemente. Mi hermano se puso a mi lado, mientras que Hye-jin siguió y se posicionó a un lado del señor Sung "¿Qué tipo de amenaza fue la que presenciamos, líder de escuadrón?" el nombrado dio un paso al frente, sus manos unidas delante y su mirada gacha, sus hombros tensos.
"Alteza, la amenaza que nos atacó fue de código rojo, al igual que la vez pasada" fue inevitable no sentirme alterado de pronto, gire mi rostro levemente y observe a mi hermano a un lado de mi, impasible ante la mirada de todos los demás "Tenemos certeza de que no se trata de la misma persona que intento ingresar al palacio hace unos días, se presume de un hombre de no más de cuarenta y cinco años, tez clara y cabello azabache, no creemos que sea de este reino elemental, mi príncipe"
Me alarme.
"¿Cómo?" Indague.
"Aún no es seguro, príncipe, solo es una suposición que como escuadrón tuvimos al respecto, guiándonos por las facciones y características físicas en general" Asentí con lentitud, procesando cada palabra.
"¿Qué sucedió con el intruso?" Pregunto esta vez mi hermano, de brazos cruzados.
"Se ha detenido exitosamente, príncipe, pero-" fue interrumpido.
"¿Podemos interrogarlo entonces?" Dije.
"Si me permite, príncipe Hoseok, no creo que sea apropiado interrogar al intruso si su majestad la reina no se encuentra en el palacio" comentó el señor Sung "Pienso que deberá mantenerse encerrado en una celda hasta entonces, su alteza. De todas formas es solo una humilde opinión.."
"Consejero real, su altezas, con el debido respeto no creo que eso pueda ser posible, con o sin su majestad la reina presente" dijo el líder de escuadrón "Ha ocurrido algo que no teníamos previsto, y de antemano me quiero disculpar con ustedes, altezas"
"¿Qué sucedió?" Pregunté.
"Antes que pudiéramos atrapar al intruso, este se quito la vida desgarrando su garganta con una navaja de plata, no pudimos hacer absolutamente nada" y entonces caí en cuenta de la sangre seca que se encontraba en las manos del líder de escuadrón y en algunos de los demás guardias "Para cuando quisimos ayudar el sujeto ya había fallecido, lo sentimos"
Hubo un silencio sepulcral después de eso. Uno de los guardias se acercó hasta mí, con sus manos al frente y las palmas mirando hacia el techo, estas cargando la navaja mencionada anteriormente. Las iniciales de OC marcadas en dorado sobre el mango.
Orden de Calder.
No supe que responder al tener la navaja ensangrentada sobre mis manos.
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