Capítulo 2
Caminaba detrás de la persona que había estado para salvarme, a medias más bien, pues había sido salvada de una cosa y ahora mismo me encontraba metida en otro problema.
Estaba claro que yo jamás volvería a negar sobre la credibilidad sobre lo antinatural. Ya podía estar más que convencida que lo sobrenatural si existía.
─Es mejor que te mantengas cerca de mí, si algunos de los demonios bajos te ven te comerán en un santiamén. ─
Un escalofrío me recorrió desde la nuca hasta los pies. Mis pasos fueron más rápidos para poder seguir a la persona frente a mí.
Un enorme castillo se dejó ver frente a mis ojos, tan grande e imponente. La persona frente a mí que seguía caminando sin importarle si me quedaba atrás o no, entró por una gran puerta, algunos seres se inclinaban un poco al verlo.
Se detuvo después de un tiempo frente a una gran puerta, abriéndole con un simple tacto de su parte. Un fuerte rechinido me hizo estremecer, parecía una gran casa embrujada.
─Pasa y no hables hasta que se te diga ─
No me dio ninguna oportunidad para responder cuando ya se encontraba caminando de nuevo.
─Jimin, pensé que te había mandado a cumplir una orden ─ esa voz me hizo estremecer como ya casi todo el lugar, mi piel se erizó.
─Gran señor de las tinieblas, me he visto forzado a desviarme de mi camino por algo que a pasado ─ habló mientras inclinaba su cabeza.
─¿Qué es eso tan importante que te hizo atrasar mi orden? ─
─He encontrado un humano rondando por las calles del infierno, lo encontré antes de que fuera devorado ─
Frunci un poco el entrecejo, mis ojos buscaban el propietario de esa voz tan masculina, pero la sala a donde habíamos entrado, la gran parte estaba cubierta por oscuridad.
Pasos se fueron haciendo más fuertes, parecía que la persona dueña de esa voz masculina estaba acercándose. De entre las sombras salió un hombre, no mayor de veinte años, tan hermoso y siniestro. Vestimentas entre negro y rojo y una gran espada posando a un lado de sus caderas.
─¿Un humano has dicho? ─ habló bajo pero claramente había sido escuchado. Sus pasos no se detuvieron hasta pararse frente a mí. ─¡Sorprendente! Tenía milenios sin ver un humano vivo ─ sus ojos se abrieron a más no poder, una sonrisa ladina apareció en sus labios.
Subió su mano a mi mejilla, la acarició con mucho cuidado, me sobresalte ante el tacto cálido.
─Señor, a mi parecer parece que se ha perdido, no me ha dicho gran cosa ─
¿No he dicho gran cosa? Pues él no me ha dejado hablar más de dos palabras, miré al chico qué, ahora que veía mejor, era más bajito que la persona frente a mí.
─¿Es así? ─ me miró con intriga. ─¿Cómo has llegado al infierno? No estás muerta, por supuesto, ¿entonces cómo...? ─
─Un... Espejo ─ murmure sintiendo mis mejillas arder, pues ahora que lo decía en voz alta se podía escuchar lo estúpido y tonto que sonaba.
─¿Un espejo? ─ ladeo un poco su cabeza.
Asentí, mis ojos posados en tal divina persona, o demonio, me era difícil esquivar su mirada penetrante, parecía como si estuviera leyendo mi alma, desnudandome y dejándome completamente débil.
─Sea como sea, tiene que regresar al mundo de los vivos, a no ser que quiera morir ─ volteé a mirar de inmediato al hombre que me había traído, Jimin.
─¿Morir? ─
─Los vivos no pueden estar mucho tiempo en el infierno, el aire de aquí puede matarlos, es como respirar veneno ─ me explicó la persona frente a mí.
─¿Cómo puedo regresar? ─ pregunté.
─Por esa puerta. ─señaló una puerta de color oro que no había visto. ─Pero no te puedo dejar ir así como así, te has entrometido en el infierno y tienes el olor de aquí, demonios podían ir y devorarte. ─ sonrió enseñando sus dientes blanco. ─Por eso yo iré también, ¿no? ─
─¡¿Qué?! ─ exclamamos a la vez Jimin y yo, pero fue éste primero quien pareció estar más que desencajado.
─¡¿Señor, no puede irse así?! ─
─¿Por qué no? Soy el rey de las tinieblas, puedo tomar un descanso cuando quiera, así qué... Jimin, hazte cargo de todo mientras regreso, vamos ─ sujetó mi mano para arrastrarme hacia la puerta de oro que se abrió fácilmente y sola.
─¡Señor! ─
Pero la voz de Jimin quedó atrás cuando pasamos la puerta de oro, quedé totalmente cegada y noqueado por el cambio de mundos. ¿En qué me había metido?
[...]
¿No se lo esperaban, verdad? Muchas cosas pasarán, el rey del infierno es más diferente de lo que esperaban.
-lizzy
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