Capítulo 1
[Atención:
Los siguientes juegos no han sido probados por mí y no les recomiendo hacerlos... Sin más, a leer.]
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─MinSoo, aquí tienes lo que me pediste, y esto va por parte de la casa ─
─Gracias ─
Verifique el contenido de la bolsa de plástico que me había entregado una de mis compañeras de clase.
─Sigo sin entender como es que tú si crees en esa historia, solo es una historia de terror que contaron los mayores para asustarnos ─ me miró ella.
─Yo no tengo miedo, solo quiero verificar si lo que dijeron es verdad ─
Ella negó.
─Solo ten cuidado, ¿quieres? No sabemos si es verdad esa... Leyenda ─
─Sí, gracias ─
Me despedí de ella y regresé a mi casa, donde vivía con mi madre, la cual estaba trabajando y tal vez no llegue, seguro sus clientes no la dejan regresar aún.
Cuando llegué a casa me encerré por completo, aún faltaba mucho para que dieran las tres de la mañana, la hora muerta. Hoy pondría en marcha otro juego más que habían contado los mayores de la escuela, claro, seguro sería una farsa más. Llevé la bolsa a mi habitación y saqué las cosas, tres velas, una de color negro y dos blancas.
Por ahora solo comería algo, me daría un baño y me cambiaría. Solo me tocaba esperar un poco más para desmentir ésto. Seguro muchos pensaran que soy alguien extraña, y tal vez lo sea un poco, pero siempre me ha gustado lo paranormal y eso es un tema que no logra asustarme, he hecho todos los juegos malditos que pude encontrar en Internet, incluso traté de comprar el libro satánico que vendían en línea, pero no tenía dinero.
¿Qué más da experimentar uno más?
[...]
2:55 a.m.
Me fui al baño de mi habitación, acomodando las veladoras frente al espejo, antes no lo hubiera hecho, el mirarme frente a un espejo cerca de las tres de la mañana, dicen que si lo haces, podrás ver a tu yo muerto o algún fantasma, cosa que ya hice y no vi nada.
Encendí cada veladora y mantuve la navaja en mi mano derecha, frente a mí estaba una pequeña hoja de papel con lo que tenía que recitar. Se suponía que al prender estas veladoras frente al espejo, a las tres de la mañana y recitando las palabras correctas, en el espejo podrás ver el mismo infierno. Era hora.
Con la navaja corte un poco mi dedo y dejé caer una gota de sangre en la veladora negra que estaba en medio de las dos blancas.
─Yo, MinSoo, pido que frente a mí aparezca el mismo infierno, y como muestra de gratitud dejo una gota de mi esencia... ─ aplane un poco más mi dedo para que cayera un poco más de sangre. ─ ¡Fiat caelum et terram cadit flumen inundans, et princeps de Lucifero: tolle animam meam: et quis devorat, si velit! ─ leí en voz alta lo que decía el papel, no estaba muy segura lo que decía, había intentado buscarlo en el traductor de Google, pero salía muy poco.
Guarde silencio, no había más que pudiera hacer, de hecho ésto era muy sencillo.
─ Ja, de nuevo una farsa ─ sonreí victoriosa por ésto.
Baje mi mano y de un momento a otro las luces se apagaron, las veladoras también y quedé en oscuridad, a los segundos se volvieron a encender, solo las veladoras. Mi respiración era agitada, en el espejo estaba mi reflejo que era iluminado solo por las tres veladoras. La imagen del espejo se fue esfumando y un olor a algo quemado empezó a llenar el baño, realmente el olor era muy fuerte. Alguno gritos se escuchaban desde el espejo, me sorprendí por eso, me acerque un poco al espejo, pero me vi siendo jalada desde el interior del espejo. Grité, sorprendida y sí, también asustada. Cerré mis ojos, sentía pesadez en mi cuerpo.
El olor se hacía cada vez más fuerte, casi insoportable, las voces se hicieron más fuerte. Abrí mis ojos, hacia calor, personas pasaban por todos lados, animales extraños e incluso una mezcla de animal y humano, miré a todos lados asustada.
─ ¿Pero qué...? ─
Y algunas personas de ahí se detuvieron, me miraron fijamente.
─ Un humano... ─
─ Oh, que delicia... ─
─ Se ve apetitosa... ─
¡Me estaban saboreando!
Me levante de donde estaba y retrocedí un poco, podía ver como ellos saboreaban mi ser, miré hacia todos lados, buscando una salida.
─ Alejense ─ pedí, aún retrocediendo.
Pero parecía que era imposible escapar, me estaban rodeando, mi corazón latía muy rápido, la adrenalina por estar a nada de morir por seres que tal vez eran demonios, ahora mismo me estaba arrepintiendo de hacer todo esto, de invocar algo que no entendía. Cerré mis ojos a la espera de la muerte, pero nada pasó.
─ ¿Qué es lo que está pasando aquí? ─
Una voz masculina se dejó escuchar, abrí mis ojos, vi como alguien caminaba abriéndose pasó en la multitud.
─ Es el guardia del gran príncipe de las tinieblas ─ murmuraron.
Era un chico, sus cabellos eran de un color negro intenso, su piel pálida contrastaba con el lugar, pues había un tono rojizo en el ambiente.
─ ¿Quien eres tú? ─ preguntó mirándome.
─ Yo... Yo soy, MinSoo y yo soy... ─
─ Una humana ─ termino él diciendo, más bien parecía que lo había dicho en sorpresa. ─ Estas viva aún ─ frunció el entrecejo. ─ ¡Largo todos de aquí o los quemare! ─ vocifero mirando a toda la multitud haciéndolos correr. ─ Ven conmigo ─
─ ¿A donde? ─
─ Te llevaré frente a nuestro señor, humana ─
Su voz era completamente sería, temí por mi vida, pero yo misma me había metido en todo ésto. ¿Ahora como saldría?
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