Italia, país europeo con una larga costa mediterránea, influyó considerablemente en la cultura y la cocina occidental. Su capital, Roma, es hogar del Vaticano, de ruinas antiguas y de obras de arte emblemáticas. Otras ciudades importantes son Florencia, con obras maestras del renacimiento, como el "David" de Miguel Ángel y el Domo de Brunelleschi; Venecia, la ciudad de los canales; y Milán, la capital italiana de la moda.

En este país del sur de Europa nacieron también algunos de los más grandes artistas que ha dado la civilización occidental cuyas obras podemos admirar en lugares como Florencia o la propia Ciudad del Vaticano. Pero si el visitante prefiere salir de sus ciudades e innumerables museos, también encontrará en Italia una variedad natural que va desde los Alpes, en el norte, con innumerables rutas donde perderse entre valles y montañas hasta las cristalinas playas del sur y sus islas.

Es entorno a Florencia y Siena, en la bella región de la Toscana, donde se arremolinan entre extensas praderas verdes y esa luz cálida que inunda sus viñedos y sus rojos tejados. El aire romántico del lugar se deja ver en localidades como Montalcino, donde se elabora uno de los mejores vinos de Italia, o en Volterra, con su arquitectura etrusca, romana, medieval y renacentista. El pueblo amurallado de Monteriggioni o el encanto de Cortona y su protagonismo en la película Bajo el sol de la Toscana también son motivos de sobra para visitar esta región.

En su norte, Italia también tiene una gran muralla que muchos visitantes admiran, más allá de la de sus encantadores pueblos: la cordillera de los Alpes. Una lleva al excursionista a conocer los picos más emblemáticos, como el Mont Blanc, pero también fortalezas medievales, como la de Saint Pierre, aunque hay más de 170 castillos para elegir. Sin embargo, sus pueblos también son dignos de mención, entre ellos, el de Antagnod, con su arquitectura tradicional, o Aosta, donde el convento de Santa Caterina guarda los restos de el teatro y el anfiteatro romanos.

También resulta difícil resistirse a los encantos de ciudades como Venecia. La ciudad de los sueños, con sus 120 pequeñas islas comunicadas por puentes y canales, es una belleza de la arquitectura entre aguas. Desde la plaza de San Marcos hasta el Palacio Ducal, pasando por la Torre del Reloj y los mercadillos de Erberia y Pescheria, cualquier dejará boquiabiertos a los visitantes. Imprescindible recorrer los canales en góndolapara conocer este método de transporte y disfrutar de la belleza de las fachadas más escondidas y los rincones más secretos.

Y aunque el encanto de Venecia es como para extasiarse, el de la no es para menos. Entre las playas del mar Jónico y la abrupta costa del mar Adriático se extiende un cúmulo de iglesias, monasterios y pueblos preciosos que conforman un pintoresco mural rural y costero. Partiendo de su epicentro, en Bari, y su Basílica de San Nicolás, se pueden descubrir desde pueblos fortificados, como Giovinazzo, hasta los trulli de Alberobello, unas curiosas construcciones con conos de piedra por tejado. Las aguas cristalinas de la península de Salento o los atardeceres en Tarento harán de un viaje por esta zona un recuerdo de los que nunca se borran.