Capítulo 4: Un lindo recuerdo de despedida
Era blando, sin duda era cómodo, la suavidad es algo que sin duda a todos nos gusta. Y nos gusta mucho más si esta comodidad y suavidad corresponde a un objeto que nos hace relajar a todos sin excepción alguna. Nuestra cama de dormir.
Kotori no quería levantarse, se sentía bien estar acostada en su cama, sin duda estaba cansada. Después de todo lo que pasó, se había cansado de sobre manera por lo que sucedió, ya que, según ella, todo eso fue un sueño que no deseaba tener nuevamente y estaba cansada porque se había ido a dormir muy tarde porque se quedaron mucho tiempo celebrando su cumpleaños con sus amigos y familia. Es muy triste relatar que la realidad es otra, y que lo que soñó fue tan real como se puede ser.
Se había movido mucho en la cama, no encontraba una forma de dormir que le pareciera cómoda, y al final, las sabanas de la cama se enredaron en ella, se siguió moviendo hasta que se cayó de la cama haciendo que se despertara. Le molestó que estuviera entre tantas sabanas, así que hizo un poco de esfuerzo y se liberó de estas.
Movió su mirada por la habitación, estaba un poco oscuro por lo que no pudo ver mucho. Se puso de pie y camino con cuidado buscando un interruptor que encendiera la luz. Lo encontró y lo activó. La luz la cegó un poco, pero cuando su mirada se enfocó de mejor manera, se sorprendió al ver que no estaba en su habitación. No era una habitación que ella conociera, y también notó que no lleva puesto su pijama habitual rosa, sino que estaba vistiendo un pijama color crema que le quedaba un poco grande.
Kotori pensó que tal vez lo que soñó no fue un sueño después de todo. Sintió miedo. Miedo por haber provocado tanto daño, miedo por lo enojados que estarían sus padres con ella y miedo de que su onii-chan la odiara por todo lo que había hecho. Lo último que recordaba era que un extraño le dio algo que desencadenó todo el desastre, había llegado a su casa y se derrumbó en el suelo llorando, llamando a su onii-chan. También recordaba que esto hizo que llegará con ella, la abrazara y después... después... todo se le hizo borroso, no lograba recordar nada más.
Sintió que alguien se acercaba a la puerta. Retrocedió unos pasos siendo precavida de que fuese un extraño que le quisiera hacer cosas malas. Se sentó en el suelo con la cama en su espalda, la puerta se abrió y cerró sus ojos con temor.
-¡Kotori! ¡Que alivio que despertaras! -dijo una voz femenina que Kotori identificó como la voz de su madre.
-¿Ma-Mamá? -dijo Kotori levantó la cabeza un poco más relajada. Su madre se acercó a ella y la abrazó.
-Estábamos tan preocupados por ti, estaba asustada de que te hubiera pasado algo, no sabría qué hacer si algo malo te sucediera -dijo con una voz que demostraba angustia.
Kotori se sintió feliz y relajada al saber que su familia no tenía repercusiones con ella por lo que hizo. Pero entonces se acordó de alguien.
-¡Mamá! ¿¡Donde esta onii-chan!?¿¡Esta bien!? -dijo preocupada esperando la respuesta de su madre.
-Tranquila, tranquila. Shidou está bien, está tomando desayuno ahora en el comedor.
-Uff... -suspiró Kotori- Que bien... -y en ese momento...
Guuuuuuuuuuuuuuuuurg
-Y supongo que tú también tienes hambre ¿verdad? Ufufu... -dijo con risa la madre tomando como un sí, la cara de vergüenza de Kotori- Ven, vamos a comer, te tenemos algo especial preparado.
Kotori se extrañó de eso, no dijo nada y solo siguió a su madre fuera de la habitación. Cuando llegaron al comedor, su madre dijo "Ya pueden salir" y entonces su padre, hermano y 3 personas que desconocía, entre ellos una niña, salieron con pistolas de confeti en sus manos.
-¡FELIZ CUMPLEAÑOS KOTORI/-SAN/-CHAN! -dijeron todas las personas en la habitación.
Esta demás decir que Kotori se sorprendió por esto, pues definitivamente no esperaba que, con lo que paso ayer, le celebrarán su fiesta de cumpleaños. Mucho menos esperó que gente que ella no conocía estuvieran aquí para felicitarla a ella. Entonces unas lágrimas de felicidad cayeran por sus ojos, se secó las lágrimas con sus manos y soltó una sonrisa.
-Gracias... de verdad... muchas gracias -dijo llorando de alegría.
Después de ese emotivo momento, le cantaron el 'Feliz Cumpleaños' y sopló las velas de un pequeño pastel que habían hecho las madres con un poco de ayuda de Shidou y Origami. No era muy grande ni muy pequeño, pero al menos era del tamaño en el que todos alcanzarían una porción de pastel. Luego de eso, vinieron las presentaciones de los padres de Origami y la misma Origami; las dos niñas se llevaron bien al instante y parecían amigas de toda la vida y los adultos y Shidou veían felices la escena de las chicas. Después de eso llegó el momento de abrir los regalos. Sus padres le trajeron su regalo, lo abrió y pudo ver que era un lindo vestido rojo. A Kotori le encanto su vestido y sus padres le dijeron que se fuera a probar de inmediato. Ella sin dudar fue a probárselo, Origami fue con ella a su habitación para ayudarla a cambiarse. No tardaron mucho en eso, Origami salió primero y después de eso Kotori salió usando su vestido nuevo y le quedo a la perfección.
(N.A: Algo así es el vestido)
Todos le dijeron que se le veía bien y que se veía bonita con el vestido. Ahora el turno de Shidou.
-Bien, llego mi turno de darte tu regalo -se puso de pie, fue a buscar el regalo, lo encontró, y se lo fue a entregar- Feliz Cumpleaños Kotori.
Kotori recibió el regalo con una sonrisa, abrió su regalo y lo observó. Un par de cintas negras para trenzar su cabello.
-Con eso, podrás tener tu cabello atado para que tengas otro estilo de peinado y no lo tengas colgado en todo momento -dijo Shidou.
-Onii-chan... gracias... ¡Me encanta! -respondió Kotori y en eso Origami pareció recordar algo y fue a su habitación- ¿Pasa algo?
-No te preocupes pequeña, de seguro fue a buscar algo -respondió la madre de Origami.
-Bueno... en todo caso, onii-chan ¿podrías amarrarme el cabello con estas cintas? -pidió Kotori.
-Por supuesto -Shidou procedió a tomar las cintas, Kotori se dio la vuelta, y comenzó a atarle las cintas. Primero ató la derecha y después la izquierda- Bien, está listo.
-Y... ¿cómo me veo?
-Sí, se ve bien, te ves adorable -dijo Shidou y sin que este lo notara, ella se sonrojo un poco por lo que le dijo.
Después de eso momento, sorpresivamente, los padres de Origami también le dieron un regalo. Un libro de dibujos para pintar junto con un set de lápices de colores. Kotori agradeció esto, aunque fuera un pequeño regalo, ella apreciaba mucho eso. A ella le gustaba mucho pintar y ahora podría hacerlo gustosamente. Cuando pasó esto, Origami volvió con la respiración un poco agitada.
-Perdón por la demora, pero no podía encontrarlo.
-¿Que estabas buscando hija? -preguntó la madre.
-Fui por esto -dijo ella y mostró lo que trajo. Eran las mismas cintas que tenía atadas en el cabello, pero estas eran de color blancas, ya que las otras cintas blancas que tenia se habían arruinado por tanto polvo y cenizas- Sé que no podrá ser mucho, pero quiero que las tengas, Kotori-chan.
-No digas eso, gracias por este regalo, significa mucho para mí, Origami-nee-san -bastara decir que Origami se sorprendió por el término que Kotori uso en ella. Solo pudo responderle a esta abrazándola con mucho afecto.
-Eso es perfecto Origami -ella lo vio dudosa- De esta manera, Kotori podrá demostrar su personalidad con esto.
-¿Qué quieres decir Shidou? -preguntó su madre.
-Con estas -señalo las cintas negras, las que estaba usando Kotori- podrás demostrar que eres una chica fuerte que no lo teme a nada y que podrás enfrentar todo sin hacer ver que eres alguien débil - luego señalo las cintas blancas- Y con estas, mostrarás a la chica que todos conocemos, la dulce, linda y tierna chica que eres. Ambas son los lados opuestos de una moneda, así que cuida bien ambas cintas, porque demostrarán el potencial de tu personalidad, no lo olvides ¿de acuerdo?
Todos estaban sorprendidos por lo que habían escuchado de Shidou, pues lo que dijo fue algo muy fundamentado para un niño como él. Su padre iba a decir algo, pero alguien se le adelantó.
-De acuerdo... si eso es lo que onii-chan dice, entonces eso es lo que haré, seré fuerte y prometo que con estas cintas ya no tendré miedo ante nada ni nadie -dijo con una mirada decidida, para después quitarse las cintas negras y atarse ella sola las cintas blancas- ¡Y así seré de ahora en adelante! -dijo alegremente, esto sorprendió aún más a todos, excepción de Shidou, por el radical cambio de personalidad. Todos se quedaron en silencio por un momento y pasaron a reírse sin motivo alguno.
-Varios días después-
Pasaron los días y ya habían comenzado los arreglos a los hogares que fueron afectados por el fuego. La familia Itsuka siguió hospedándose en la casa de la familia de Origami, los primeros seguían insistiendo en que estaban molestando en el lugar y los otros seguían diciéndoles que a ellos no les molestaba. Con tantas insistencias, aceptaron seguir quedándose en el hogar, pero con la condición de que ellos también iban a aportar la ayuda la casa. Eso era lo menos que podían hacer por hacerles tan gran favor.
Claro, también llegaron a conocerse mejor y ambas familias se hicieron de una muy buena amistad, y esto se hacía notar más en los niños. Ellos estaban casi todo el tiempo juntos, se hicieron muy buenos amigos, pero esto se notaba más en Kotori y Origami, pues ellas se llevaban de maravilla, eran amigas inseparables y en las noches hacían sus pijamadas de chicas junto con sus madres que se sumaban a ellas. Mientras tanto, los hombres jugaban a las cartas, veían películas de terror que a las niñas no le gustaba ver o simplemente salían de la casa e iban a comer por algún local de comida rápida. Ambos géneros tenían sus actividades bien decidas para cada uno de ellos, sin alguien o algo que pudiera detenerlos.
Hasta que un día...
Era un día como cualquier otro, el día estaba gris, había nubes en el cielo dando la señal de que lo más probable es que fuera a llover. Los niños estaban volviendo del ya reparado parque de juegos. Pasaron un gran parte de la tarde jugando y ya era hora de que regresaran a casa. Llegaron y las chicas fueron a darse un baño juntas. Shidou fue a sentarse al sofá a esperar su turno para tomar un baño.
Lo había estado pensando por un tiempo, con las cosas que hizo, estaba seguro de que las cosas en el futuro serían muy distintas a como él lo recordaba; no serían muchas cosas las que cambiarían, pero sería raro no volver a revivir esos momentos. Otra cosa que pasaba por su mente es que hace ya un tiempo que no tenía contacto con Mio. Estaba seguro de que ella estaba bien, estuviese donde estuviese haciendo quizás que cosas, pero de todos modos tenía un sentimiento de preocupación por ella y solamente esperaba contactar pronto con ella.
Escuchó que alguien se acercaba. Eran sus padres que estaban hablando con los padres de Origami, y por el tono en el que venían hablando, parecía ser que era un tema serio. Como dice el viejo dicho "La curiosidad mató al gato" y esta frase era la más adecuada para esta ocasión. Esto a Shidou le picó un poco la curiosidad, se escondió detrás de unos muebles para escuchar lo que tuvieran que decir.
-Así que ¿le ofrecieron un trabajo a cada uno en Tenguu? -esto llamo la completa atención de Shidou, sabia como terminaría esto, pero quería seguir oyendo la conversación de los adultos.
-Sí, así es como es -dijo el padre- Ni a mí ni a Haruko nos dijeron para que era o de que trataba el trabajo, pues dijeron que era algo secreto, pero que el sueldo era muy bueno.
-¿Eso es verdad? -preguntó la madre de Origami.
-Así es, es tal cual como lo dijo Tatsuo. Es bueno saber que nos pagaran bien, pues nos vendrá genial ese dinero para volver a empezar allá y todo eso -respondió Haruko, pero entonces, su expresión facial cambio de una de serenidad a una de preocupación- Pero... ¿qué vamos a hacer con respecto a los niños? Últimamente, los veo muy unidos, no quiero lastimarlos diciéndoles que ya no se verán más, me daría lastima hacerles eso.
-Eso es verdad, Origami y Kotori-san se tratan prácticamente como hermanas -respondió la madre de Origami- Y que más decir con Shidou-kun, se ve que Origami le tiene una muy alta estima y es muy cercana a él, es más, no me sorprendería mucho si mi hija tuviera sentimientos hacia Shidou-kun.
-Bueno eso es verdad. Eso es porque Shidou los salvó a ustedes y Origami, y parece ser que ella le tomó bastante cariño a Shidou porque no parece ir a ningún lado sin que él no esté ahí -dijo Tatsuo. Claro que cuando decía eso, no incluía cuando hacían sus cosas personales, era demasiado obvio que respetarían el espacio del otro.
-Sí, pero, aunque esto sea doloroso para ellos, no tenemos otra alternativa que tomar. Si queremos volver a empezar de nuevo, tenemos que hacer este viaje a Tenguu -dijo Haruko.
-Pero a todo esto... los niños se entristecerán por esto- dijo la madre de Origami.
-Solo esperemos para ver como lo toman y en el peor de los casos llorarían -dijo el padre de Origami.
-Si eso llegara a pasar, tendremos que consolarlos y explicarles porque las cosas son así y porque es que hacemos esto -dijo Haruko.
Después de esa conversación, los adultos salieron a comprar las cosas para la cena, mientras Shidou salía de donde se había escondido. Él sabía sobre esto, así que no le tomaba mucha importancia porque era algo que iba suceder se quisiera o no. Pero no sabía cómo les afectarían a las chicas, se habían vuelto muy cercanas la una con la otra, y seria doloroso y triste separarse para irse a otra ciudad. De hecho, su lazo de amistad era muy cercano, al punto de tratarse de hermanas de sangre.
Si ponía a las ellas de ahora con las ellas del futuro que conocía, preferiría definitivamente a las de ahora, solo por el hecho de llevarse mucho mejor. Sabía que sería triste la despedida, pero solo quedaba esperar el resultado de todo esto; no sería bonito ver como recibirían esta noticia, pero solo tenía que verlo si nada que pudiese hacer.
-2 horas después-
El sol se estaba poniendo en el horizonte. Se había terminado hace poco de cocinar la cena y se sirvió de inmediato en la mesa. La cena pasó tranquilamente sin ningún problema. Estuvo deliciosa si me lo preguntan, pues comer lasaña hecha en casa era de verdad algo que de verdad se agradecía. No hay nada más exquisito que una comida hecha por las manos de tu madre, aunque en este caso fue el de 2 madres presentes en el hogar y eso lo hacía aún mejor.
Las chicas se levantaron de la mesa para ir a ver la televisión porque darían un programa que a ellas les gustaba mucho, pero sus padres le dijeron que esperaran un poco porque tenían que decirles algo importante. Las chicas, muy obedientes, hicieron caso a esto y fueron a sentarse al sofá para escuchar lo que sus padres tenían que decirles. Shidou seguía sentado en el comedor y se preparaba para la reacción de las chicas y ayudarlas en lo que pudiera para que no sufran tanto por esto.
Los padres de Shidou se miraron, y dijeron la noticia de su viaje a Tenguu.
...
...
...
Las chicas quedaron impactadas por lo que acababan de oír. No querían creerlo. No querían aceptarlo. No querían separarse. Kotori se puso a llorar porque no quería apartarse de su "nee-san", le había tomado tanto cariño que le dolía y le partiría el corazón abandonarla. Por parte de Origami, ella no quería creerlo aún, se puso a llorar y sus padres trataron de consolarla, pero en un impulso, se paró del sofá y salió corriendo por la puerta. Sus padres quisieron ir en busca de ella, pero en eso, Shidou los interrumpió diciendo que él la iría a buscar y hablaría con ella para hacerla razonar. Los padres de Origami confiaron en él mientras que sus padres le dieron permiso de ir por ella mientras estaban abrazando a Kotori intentado consolarla. Shidou asintió a esto y fue tras Origami.
Salió de la casa para buscarla. Había pasado un tiempo considerable y todavía no lograba encontrarla y eso lo empezaba a preocupar. Se le estaban pasando varios lugares por su mente de donde había con ella en los últimos días. Por fin tuvo una idea de donde podría estar, entonces tomo carrera hacia los juegos del parque.
Llegó a este lugar, tranquilizó un poco su respiración, que estaba un tanto agitada, y camino lentamente buscando por los juegos. Escuchó un sollozo en un juego, puso atención a esto, para encontrar de donde venía el sonido. Movió su cabeza y encontró el lugar. El sonido venia de una pequeña casita rosa de juego, se acercó a esta, abrió la puerta de la casita y ahí vio a Origami, sentada en el suelo con la cabeza escondida entre sus piernas con los brazos rodeando estas.
-Origami... -esto llamó la atención de la mencionada y levanto su mirada que estaba con lágrimas.
-Itsuka-kun, ¿que... haces a-aquí? -dijo ella con la voz entrecortada.
-Tus padres estaban preocupados por ti por como saliste de esa manera de tu casa, entonces me ofrecí a venir a buscarte y aquí me tienes -terminó de decir cuando Origami se paró, se acercó a él y lo abrazo con fuerza- ¿Origami?
-¡Por favor, no te vayas, no te vayas! -dijo Origami mientras empezaba a llorar de nuevo en el pecho de Shidou- ¡No te vayas, no me dejes sola, no quiero que me dejas aquí, quiero estar contigo! ¡Por favor!
(N.A: Imagínense que están en esa misma situación, pero sacandole la destrucción de atrás de ellos y suponiendo que están dentro de la casa de juegos.)
A cualquier persona en el mundo con sentido común le dolería lo que Origami estaba diciendo, o más bien suplicando, y Shidou aquí no era la excepción. De verdad le dolía, y el solo hecho de verla así y que estuviera llorando por él, le estaba asesinando el alma. En definitiva, se sentía la peor persona en el mundo, pues hacer llorar a una chica, no era la cosa más bonita de todas. Sin muchas alternativas, correspondió al abrazo y le acaricio la cabeza suavemente.
-Por favor, no llores, me duele verte así por mi culpa, por favor deja de llorar, por favor... -dijo Shidou con claros indicios de soltar unas lágrimas. Origami se secó un poco las lágrimas, aunque estas no dejaban de salir de sus ojos y miró a Shidou
-P-Pero, yo... no quiero que te vayas..., yo... quiero estar contigo y con Kotori-chan... todos los días, quiero ir contigo a la escuela, quiero ir a donde tu vayas, quiero que me veas crecer y hacer que sepas que... seré alguien bonita... para ti -dijo entrecortadamente y con un rubor en sus mejillas por lo último que dijo.
-Lo siento, pero no es decisión mía. Mis padres consiguieron una oferta de trabajo en Ciudad Tenguu, no pueden rechazar esta oportunidad. De verdad, lo lamento por hacerte esto -dijo Shidou, haciendo que Origami volviese a llorar en su pecho.
Ya no sabía qué hacer, no sabía que podía hacer para que dejara de llorar, no sabría si lo que le dijera estaría bien para hacer que parará de llorar, pero como la veía ahora, probablemente nada de lo que le dijera funcionaria para detener su pena.
Salvo... tal vez...
-Escúchame, Origami -ella lo miró- Quiero que hagamos una promesa.
-¿U-Una... promesa?
-Sí, una promesa... de meñique -esto llamo su atención- Prométeme que... a pesar de que ya no esté contigo... -ella se entristeció un poco por eso- ... siempre tendrás una sonrisa, y si en algún momento llegas a extrañarme... eh, bueno, ahora no tengo nada que darte para que me recuerdes, pero solo espero que nada te quite esa bonita sonrisa que tienes -Origami se sonrojo por eso, iba a decir algo pero Shidou continuó- Y yo te prometo, que si volvemos a encontrarnos en el futuro, yo... te invitare a una cita.
-¿Ci... ta? ¿qué es una cita? -preguntó un poco más recompuesta.
-Una cita es cuando un hombre y una mujer, pasan tiempo juntos, hablan sobre cualquier cosa, se divierten juntos y ese tipo de cosas -dijo y Origami pareció entender a lo que se refería, dejó de llorar, se limpió las lágrimas y miro sonriente a Shidou.
-De acuerdo, prometo que sonreiré mientras... tu no estés. Pero cuando nos volvamos a ver, tendremos una cita y pasaremos mucho tiempo juntos -dijo alegre.
-Sí, es una promesa -levantó su mano y estiro su meñique, a lo que ella respondió el gesto.
-'Promesa del meñique...
-..., hacemos esta promesa...
-... que juraremos no romper...
-... por nada en el mundo...
-..., y si por alguna razón...
-... llego a romperla...
-..., me comeré mil agujas...
-... y me cortaré el meñique...
-... ¡Lo prometo!'
Se dice desde hace muchos años, más o menos desde el periodo Edo, que hacer este canto, mientras sostienes el meñique de alguien más con el tuyo, es señal de una promesa que no se podrá romper por nada o nadie. Aunque ambos estén al otro lado del mundo o pasen varios años desde que se haga esto, esta seguirá en pie no importa lo que suceda. Pero lo que ninguno de los dos sabía, es que esto también demuestra que los que hacen esto, están destinados a siempre encontrarse, no importa el lugar, tiempo o circunstancias en las que estén, ya que "el hilo rojo" nunca podrá romperse, por más que se estire o enrede, jamás llegara a romperse. Porque cuando uno hace una promesa, siempre tiene que cumplirse.
Una vez que terminaron de hacer eso, salieron de la casita, Shidou le ofreció su brazo a Origami y esta acepto el gesto con gusto, y ambos se dirigieron a casa.
-3 días después-
El momento de viajar a Ciudad Tenguu había llegado. Habían despertado temprano, eran las 11 de la mañana y estaban ya ambas familias en el aeropuerto. Una familia estaba por despedir a la otra que iba a hacer el viaje. Se les dio las gracias por todo lo que habían hecho por ellos, sobre todo por haberles dado una mano cuando más lo necesitaron, eso era algo que nunca olvidarían. La familia Itsuka tenían algunas cosas que se salvaron del incendio que afecto su casa y que llevaban con ellos, aunque no eran muchas cosas, como algunos conjuntos de ropas, algunas cosas de valor y otras cosas más, que cada integrante apreciaba. Aunque aquí nos falta una persona, que había ido a hacer algo.
-Por dios, ¿porque Shidou se estará demorando tanto? -pregunto su madre un tanto enojada.
-Este tranquila Haruko-san, de seguro debe haber ido al baño -dijo la madre de Origami.
-Haaa... -suspiro el padre de Shidou- No sé si sea eso, tal vez...
-¡Perdón por la espera! -grito Shidou llegando junto a su familia.
-¡Onii-chan, te tardaste mucho! -le reprendió Kotori que, por cierto, estaba usando las cintas negras en su cabello.
-Bueno, ahora que Shidou llegó ya podemos subir al avión -dijo su padre.
-¡Pido asiento con ventana! -dijo Kotori corriendo, entrando al avión.
-¡Kotori, espera, no puedes entrar tu sola! -dijo su padre persiguiéndola.
-Jejejeje... echare de menos a Kotori-san -dijo la madre de Origami.
-Sí, de seguro que la extrañaran -dijo la madre de Shidou- Bueno, entonces es hora de irnos Shidou.
-Espera un poco más mamá, quiero darle algo a Origami -dijo Shidou llamando la atención de los adultos y de la Origami misma.
-¿Que me quieres dar Itsuka-kun? -pregunto dudosa.
-Esto -dijo y le mostró un collar con la forma del Yin-Yang- Antes te dije que no tenía nada para darte y ahora, quiero darte esto -entonces, el collar se dividió en 2, dejando a la parte blanca, 'Yin', y a la parte negra, 'Yang', como collares separados- Tu tendrás este y yo tendré la otra mitad -dijo y le dio la parte Yin del collar que hacía juego con el color de su cabello- Así nuestra promesa está completa. Y recuerda, si en algún momento llegas a extrañarme, solo recuerda que con este collar, podrás tenerme siempre en tus memorias -terminó de decir.
-Itsuka-kun... Muchas gracias... lo cuidare mucho -dijo con una sonrisa, mientras se ponía su collar y Shidou hacia lo mismo con el suyo
-Eso fue un lindo gesto de despedida de tu parte, Shidou-kun -agradeció la madre de Origami.
-Ejejeje, no diga eso, era algo que de verdad quería hacer -dijo Shidou con una sonrisa nerviosa rascándose la cabeza.
-Shidou, ¿donde conseguiste ese collar? -preguntó su madre.
-Lo compré con un poco de dinero que tenia ahorrado en una tienda de accesorios cerca del baño. El señor que me lo vendió fue muy amable en recomendarme este collar -le respondió a su madre despejando su duda.
"Pasajeros con destino a Ciudad Tenguu, favor de abordar el avión", se escuchó por el altavoz.
-Bueno, entonces eso sería todo. Una vez más, muchas gracias por todo lo que hicieron por nosotros -dijo la madre de Shidou mientras hacia una reverencia.
-Y una vez más le decimos que no se preocupe por eso -dijo el padre de Origami. Los adultos se despidieron y también se despidieron de Shidou, así como la madre de este se despidió de Origami que tenía una sonrisa en la cara con un leve rubor en su cara. Y entonces, llegó el momento de los 2 niños para despedirse.
-Así que... este no es un adiós, sino un hasta luego -dijo Origami.
-Sí, tienes razón en eso -dijo Shidou- Hasta que nos volvamos a ver, Origami -para ese punto Origami abrazó a Shidou a lo cual este devolvió el gesto. Terminado esto, ambos se quedaron viendo y se separaron para irse por su camino, pero en otro acto de Origami, se armó de valor, tiró del brazo de Shidou, lo acercó a ella y le dio un beso en la mejilla. Los adultos solo sonrieron por la tierna atmósfera que generaban los niños.
-Hasta luego, Itsuka-kun -le susurró al oído, para después separarse de él y mostrar una sonrisa con un claro sonrojo en su cara. Y no era la única, Shidou también tenía la misma cara mientras se tocaba la mejilla donde le habían dado el beso.
-Que adorables se ven juntos -dijo su madre- Anda, Shidou. Subamos al avión.
-¡Hai! -dijo Shidou con una mirada decidida y volteó para ver por última vez a Origami dándole una última sonrisa a la chica y ella, como no, se sonrojo más de lo que estaba para despedir con su mano a Shidou.
Pasaron los minutos y el avión ya se encontraba tomando vuelo, Origami junto sus manos y las puso frente a su pecho, a la vez que sujetaba su collar en sus manos mientras cerraba sus ojos.
-No importa lo que pase, siempre sonreiré por ti, Itsuka-kun. Porque... -abrió los ojos y miro como el avión volaba y se alejaba del aeropuerto- ... tú eres... ¡Mi ángel guardián!
...
Suele decirse que el tiempo tiene similitudes con un rio, fluyendo seguro y veloz en una sola dirección, pero cuando algo cambia en el flujo del tiempo, el rio llega a cambiar su caudal y se desvía en otra dirección, provocando una diferente forma en su historia. La vida de una niña sufrió un cambio para mejor y eso para Shidou lo ponía muy contento. De ahora en adelante, algunas cosas serán diferentes y otras seguirán de la misma forma en las que él lo recuerda, y de esta manera todo tendrá el mismo flujo, pero en una dirección totalmente nueva.
La historia de Itsuka Shidou había vuelto a comenzar.
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Y ¿que tal estuvo?
Creo que me quedo bastante bien esa escena emotiva en la casa de juegos en el parque y me gusto mucho como quedo.
Dos cosas:
La primera, investigando bien por las novelas, me di cuenta de que lo del incendio paso en Tenguu y no en otra ciudad por lo que lo del viaje en el avión esta totalmente descuadrado de la historia...
...
Solo supongamos que Tenguu y donde ocurrió el incendio, que si no recuerdo mal la ciudad se llamaba Nakiri, son lugares totalmente diferentes la una de la otra.
Supongamos porque no es cierto XD.
La segunda, pues ya deberían saberlo pero eso de la promesa del meñique, eso es DEMASIADO cierto, apesar de ser solo un mito, lo que se dice en la promesa podrá ser solo un juego para niños, pero veas como lo veas, de alguna manera se cumplirá.
Para terminar, solo decir que si estaban algo confundidos porque en las etiquetas de esta historia aparecía "Cameos", es porque eso habrá. Del siguiente capítulo en adelante, habrán varios menciones de personajes de diferentes animes, novelas visuales, películas, series y otras cosas más que ya veré como añadirlos a la trama para que tengan concordancia; también va a haber una que otra referencia a memes XD.
Eso seria todo por este capitulo.
Comenta que te pareció y dale a la estrellita para votar si te gusto este capitulo.
(No enserio, comenten. Me importa mucho su opinión sobre si de verdad le va gustando la historia)
También comparte la historia para que más gente entre a leerla, de verdad les estaría muy agradecido si lo hicieran.
Nos vemos.
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