Unos meses después de que Keith Hawking pasara a la siguiente página de su vida, Darling Jay comenzó a salir con el "enclenque". Y Keith le sonrió a Darling, porque sencillamente le había dejado de doler verla salir con él.

Por algo se decía que los amores adolecentes eran fugases, dolorosos y mágicos por un sencillo momento. Keith sonrió a la simple escena de adolecentes enamorados y río.

No tenía nada contra el amor, su querida era un buen amor para guardarlo como un dulce recuerdo.

Y mientras este mundo siguiera su corazón estaba preparado para todo.