Capítulo O3
El problema de conseguir armas era conseguir las armas.
─¿El Home Depot tendrá espadas?─ Preguntó Jungkook mientras JiMin conducía a través del campus, manteniéndose alejado del centro─. La gente en las películas de zombies por lo general tiene una espada enorme de algún tipo. No puedo creer que esté hablando de esto de verdad. Es una locura. ¿Cómo podemos saber qué armas son efectivas en ellos?
─La mayoría de las criaturas no pueden sobrevivir a la decapitación.
─Correcto. Así que las espadas es una buena opción. ¿Dónde se consiguen las espadas? ¿Se venden espadas en siglo veintiuno? Probablemente sólo en línea. ¿Amazon hará las entregas? Puede ser...─. Se aferró a JiMin con más fuerza─. Por ahí. ¿Son ellos...?
JiMin desaceleró la moto mientras se acercaban a la biblioteca. Había un grupo de gente en el frente. Jungkook entrecerró los ojos, levantando su mano para bloquear el sol. Su corazón se hundió. A la luz del día, pudo ver con más claridad lo que parecían ser los efectos del virus, o lo que fuera: abultamiento de los ojos, un movimiento desigual de las extremidades, y las manos que se extendían con los dedos como si fueran garras. Sangre cubría sus rostros y manos.
Pero la peor parte era el rechinar. Sus dientes chocando entre sí constantemente, y un zumbido, Jungkook podía escuchar un zumbido bajo, como si saliera de lo más profundo de sus gargantas.
Estos infectados eran estudiantes y al oír el ruido del motor de la moto se volvieron, sus articulaciones anormalmente rígidas. Luego comenzaron a acercarse en enjambre hacia la moto, moviéndose más rápido de lo que debería haber sido posible. El aliento de Jungkook llegó en jadeos rápidos cuando JiMin se alejó, aparentemente tranquilo como si nada pasara. Le tomó a Jungkook un minuto poder hablar de nuevo y cuando lo hizo, su voz era aflautada.
─Creo que Walmart tiene armas, ¿no? Lástima que no estamos en Busan. Mi padre tiene un maldito arsenal. No es que lo necesitara, pero ya sabes. La segunda enmienda, blah, blah, blah.
Al pensar en su padre, Jungkook se tragó la preocupación que lo corroía constantemente y resistió la tentación de soltar a JiMin para comprobar su teléfono.
Tenían que estar bien. Tenían que.
─Puede ser.
En la curva al frente, cerca de una de las entradas del campus, una ambulancia estaba volcada sobre uno de sus lados, las luces rojas continuaban parpadeando y el motor en marcha. El sol se reflejaba en el metal, y cientos de infectados se amontonaban a su alrededor, sus graznidos llenaban el aire como las cigarras en la grieta.
─¿Qué están haciendo?
─No creo que ellos sepan lo que hacen. No creo que puedan pensar.
─No parecen humanos. Podríamos ser nosotros.
─Hay una tienda de artículos deportivos a pocas cuadras del campus. Echemos un vistazo.
─Uh-huh. Suena bien─. Jungkook no podía apartar la mirada de la horda de infectados, que se abalanzaban hacia ellos con los dedos doblados y los brazos extendidos─. ¿Cómo estás de combustible?
─Estoy bien por ahora. Llenaremos el tanque tan pronto como nos sea posible─. Las calles internas de la universidad abarrotadas con coches abandonados, quedaron a la vista─. ¿Crees que fuera del campus la situación será la misma?
─Creo que estamos a punto de averiguarlo─. Para llegar a la carretera principal, tenían que pasar cerca de una carnicería. Había más cuerpos, y más infectados. Jungkook vislumbró personas aparentemente no infectadas, a través de la carrera de obstáculos que la calle se había convertido. Vio un destello de cabello rubio detrás de un coche; un rifle apareció desde una ventana; dos personas de la mano y agachándose detrás de una camioneta.
─Creo que llegaremos a la tienda siguiendo el camino a la hamburguesería─. JiMin no frenó.
─No, no es así. Está a un par de cuadras.
─¿Estás seguro? Juraría que era el camino.
─Estoy seguro.
─¿Has estado allí? ¿Cómo lo sabes?
JiMin exhaló bruscamente─: He vivido aquí durante cinco años, Jungkook. Estoy seguro.
─Es mejor asegurarse.
─Lo estoy.
Jungkook señaló. ─¡Ahí, ahí! Artículos deportivos. ¡Eh! Tenías razón.
─Lo sé.
El estacionamiento albergaba pocos vehículos, y la tienda estaba a oscuras. JiMin apagó el motor y se quedaron allí por un momento, mirando a su alrededor. Era desconcertante ver las calles desiertas en menos de veinticuatro horas. Jungkook no había pensado que sería posible.
─¿Qué te parece?─. Preguntó JiMin en voz baja. A lo lejos, una mujer gritó.
Sin decir una palabra, ambos desmontaron y corrieron hacia la puerta doble. Jungkook intentó abrirla, pero estaba cerrada.
─Creo que podemos romper una ventana, ¿no? No es como si alguien fuera a arrestarnos. En realidad, sería genial si lo hicieran. De acuerdo, ¿cómo vamos a romper la ventana?─. Miró a su alrededor buscando algo para lanzar.
─Espera─. JiMin estaba haciendo esa cosa donde levantaba la mano y escuchaba atentamente. Aspiró con fuerza─. Hay personas en el interior.
─¿Eh?─. Jungkook miró a través del cristal. Él sólo podía distinguir la silueta de los pasillos, pero con el sol brillante a sus espaldas, sólo veía su propio reflejo. Y Jesús se veía pálido con manchas oscuras debajo de sus ojos, la congestión y dolor de garganta no aminoraban.
─No veo a nadie.
JiMin olfateó de nuevo, escuchando con la cabeza ladeada. ─Estoy seguro.
─Está bien, aparentemente tienes una audición supersónica, pero ¿qué pasa con tu olfato?
JiMin hizo lo más extraño, se sonrojó. ─Por supuesto que no. Creo que debe haber gente allí porque las puertas están cerradas y oí voces. ¿No los oyes? Y estoy oliendo porque no tengo un resfriado como tú.
─Oh. Está bien─. No tenía mucho sentido. Luego se le revolvió el estómago a Jungkook al pensar que podía estar infectado como los demás. Seguramente si fuera como ellos estarían comiendo el rostro de alguien a estas alturas, ¿no es así?
─Deberíamos...
Jungkook golpeó la puerta. ─¿Hola? ¿Hay alguien ahí? Abran. Venimos en paz. ¿Hola?─. Él golpeó el cristal─. Vamos a romper la ventana en un minuto, por lo que sólo tienes que abrir la puerta. ¿Por favor?
En el silencio que siguió, JiMin suspiró─. Supongo que es una forma de decir que no.
─¿Tienes una idea mejor?─. Jungkook miró a su alrededor para asegurarse que sus gritos no hubieran atraído a ningún infectado. De pie en la acera podían ver cualquier movimiento, y oír el sonido que hacían─. Mierda─. Se volvió hacia el cristal─. En serio, necesitamos abrir la puerta. Ahora.
Silencio.
─Es hora de romper el vidrio─. Dijo Jungkook, pero JiMin de alguna manera ya regresaba de un coche cercano con una barra de hierro. Él la levantó por encima de su hombro, y Jungkook se apresuró a salir del camino.
─¡Espera!─. Una voz femenina gritó desde las sombras de la tienda. Un momento después, tres rostros aparecieron débilmente contra el vidrio.
Jungkook regresó a la puerta. ─Hola. Estamos en busca de armas. No vamos a lastimarlos. No estamos infectados. ¿Ves?─. Jungkook hizo un gesto de ida y vuelta entre él y JiMin.
─Estamos bien. ¿Pueden por favor abrir la puerta?
Las mujeres parecían tener la edad de Jungkook. Se miraron entre sí, y luego observaron a Jungkook y JiMin de pies a cabeza. Una de ellas inclinó la cabeza y le susurró algo a las otras.
─No vamos a lastimarlas─. Dijo JiMin.
Sus cabezas se voltearon y se miraron en silencio.
Jungkook susurró a JiMin─. De acuerdo, ese oído bionico es un poco espeluznante, amigo.
JiMin no respondió. En su lugar, se apretó contra él y envolvió su brazo alrededor de los hombros de Jungkook─: Mi novio y yo no les haremos ningún daño. Lo juro. Por favor, abran la puerta.
¿Novio? Jungkook abrió la boca, pero la pregunta murió en su lengua cuando JiMin hundió los dedos en el brazo de Jungkook.
─Así no creerán que vamos a hacerles algo─. Dijo entre dientes.
Correcto. Jungkook se aclaró la garganta y les sonrió a las chicas. Era consciente que el ruido no natural de los infectados, se hacía cada vez más fuerte hacia el este.
─Mira, entiendo que estén asustadas. Tenemos miedo también. Hubiera muerto ayer por la noche, pero él me salvó─. Su corazón se disparó, puso su brazo alrededor de la cintura de JiMin─. Mi novio y yo, realmente necesitamos conseguir armas. ¿Por favor? No vamos a lastimarlas.
JiMin miró hacia la izquierda tenso. ─Abre la puerta. Podemos ayudarnos los unos a los otros.
Mientras las chicas intercambiaban otra mirada, el graznido se hacía cada vez más fuerte. Jungkook estaba a punto de decirle a JiMin que rompiera el maldito vidrio después de todo, y JiMin estaba apretando su agarre en la barra de hierro, cuando una de las chicas destrabó la puerta. Con un largo suspiro, Jungkook abrió la puerta y la mantuvo así para que JiMin pudiera rodar la moto en el interior. Cerraron rápidamente y se alejaron de la puerta. Las paredes de la tienda eran afortunadamente de ladrillo con ventanas cerca del techo demasiado altas como para ser alcanzadas. Las puertas dobles de cristal eran el único punto débil.
En silencio, observaron a los infectados hacer su camino por la calle. Algunos dando vueltas por el estacionamiento, pero estaban más interesados en los coches estacionados pasando sus dedos ensangrentados por el metal brillante. Ignoraron la tienda, y después de unos minutos insoportables, Jungkook, JiMin, y las mujeres estaban solos otra vez.
Jungkook caminó por los pasillos oscuros. El sol a través de las puertas y ventanas altas, y la luz de emergencia en la parte trasera de la tienda lanzaban suficiente luz para ver.
─¿Dónde están las armas?
Una castaña con puntas de color azul en su cabello largo negó con la cabeza.
─Yo soy la cajera de la noche. No había mucha gente, así que el director me dejó a cargo─. Indicó a sus amigas, una pequeña con el cabello recogido en dos trenzas y una morena alta─. Nayeon e Irene fueron a recogerme. Nos íbamos a la fiesta de Sigma. Entonces todo se volvió loco. Apagamos las luces y nos escondimos. Pensamos que era una especie de motín. Entonces miramos en internet y parecía estar sucediendo en todas partes. Vimos algunos videos en YouTube que eran... terribles. Espantosos. Daejeon y Gimpo parecían algo sacado de una película de terror. Los puentes fueron bloqueados con los coches, y había... cuerpos. Y todos los sitios de noticias dijeron que debíamos permanecer encerrados y escondidos. Dijeron que era una especie de pandemia o algo así.
─Sí. Aparentemente.
Irene habló─: Pero, ¿cómo sucedió esto? ¿Qué tipo de virus es o qué hace que la gente enloquezca? Esto es una locura, ¿verdad? Tienen que hacer algo. Alguien vendrá ayudarnos, ¿no?
─Espero que sí─. Respondió Jungkook. Él quería creerlo, pero con cada hora que pasaba lo sentía menos probable─. Bueno, gracias por dejarnos entrar. Soy Jungkook y él es JiMin. Mi novio─. Trató de sonreír, y probablemente fracasó estrepitosamente.
─Soy Wendy─. Respondió la peliazul─. Al igual que la chica de Peter Pan.
La voz de Nayeon vaciló y ella tiró de una trenza. ─¿Qué diablos pasó? Intentamos llamar a emergencias un millón de veces y sólo escuchamos un pitido fuerte, y ya no podemos contactarnos.
El sudor humedeció la frente de Jungkook.
─¿Y los celulares?─. Sacó el suyo y pasó el dedo por la pantalla.
─Tienen señal, pero nadie atiende─. Jungkook se paseaba arriba y abajo por el pasillo e intentó de nuevo llamar a todos sus números. Luego trató de llamar a su compañero Jackson. Apenas conocía al chico, pero le encantaría saber que estaba vivo. Lo atendió el correo de voz. Dejó un mensaje por si acaso. Jackson probablemente estaba muerto.
Todos probablemente estaban muertos.
Por favor, no dejes que estén muertos. Estamos muertos también. Simplemente aún no ha sucedido.
Tomó una respiración profunda y apagó su teléfono. No podía entrar en pánico. Eso no ayudaría a nadie.
Jin estaba en algún búnker. Él estaba bien. Sus padres estarían a salvo en la casa de verano. Tenían que ser. Papá habrá ido al trabajo, así que puede ser que saliera temprano. Puede que mamá lo hubiera recogido antes de salir de la ciudad. Quizás, quizás, quizás, quizás.
Se frotó el rostro y regresó con JiMin.
─¿Quieres probar con Seulgi de nuevo?─
Wendy estaba mostrando a JiMin las escopetas, mientras que sus amigas observaban. JiMin tomó el teléfono y marcó el número. Después de un minuto en silencio se lo devolvió, la resignación marcada en su rostro. Jungkook quería decir algo, pero no podía hablar sobre una novia cuando ellos eran novios. Además, ¿qué podía decir? Era duro para todos ellos estar separados de las personas por las que se preocupaban.
─¿Tienes municiones?─ Preguntó JiMin a Wendy.
Ella vaciló. ─Sí, pero... ¿Estás seguro que es una buena idea? ¿Sabes lo que estás haciendo?
Jungkook se encontró riendo. ─Por supuesto que no lo sabemos. Pero hay zombies por ahí, a falta de una palabra mejor. Ellos están matando a algunos, e infectando a otros, y creo que podemos omitir los controles de antecedentes─. Su risa hizo eco.
Las chicas se apartaron inquietas, y Jungkook reconoció que había un matiz de histeria en su risa. Sin embargo, no podía dejar de hacerlo. Entonces JiMin estaba allí, de pie junto a él, su mano se ahuecó contra la mejilla de Jungkook.
─Dentro y fuera.
Su aliento era cálido en el rostro de Jungkook, y él cerró sus ojos, apoyándose contra JiMin por un momento. Abrió los ojos y lo miró.
─Estoy bien. Sólo avergonzado. No voy a enloquecer. ¿Cómo puedes estar tan tranquilo?
JiMin sonrió por un momento. ─Te dije que no lo estoy. Pero no podemos perder el foco en este momento─. Dejó caer la mano del rostro de Jungkook.
─Chicas─. Jungkook miró a las chicas. Wendy y Irene lo miraban con recelo, cada una con un brazo alrededor de Nayeon─. Lo siento. Va a estar bien. Todos estamos asustados. Estaba siendo dramático.
Nayeon sollozó y se limpió la nariz. ─¿Son esas personas realmente zombies?
Jungkook negó con la cabeza. ─Ellos son... algo. No sabemos que.
─No puedo contactarme con mis padres─. Nayeon hipó entre sollozos─. No puedo contactarme con nadie. Ninguno de nosotros puede.
─Yo tampoco. Hablé con mi hermano por un minuto, pero eso fue todo.
Irene miró a JiMin, que estaba de pie con las escopetas─. ¿Qué hay de ti?─. JiMin negó con la cabeza.
Wendy dejó escapar un suspiro y anudó su cabello en un moño con dedos veloces, con un el mechón que colgaba hacia abajo por su mejilla.
─Bueno. Hagámoslo. Armas, balas, cuchillos. ¿Qué otra cosa?
─Comida y agua─. Irene sugirió.
Jungkook se dio cuenta que no tenía hambre, que eso era una mala señal. Él estaba siempre hambriento. Subrepticiamente tocó su frente. ¿Estaba caliente? Se sentía cansado y débil por todas partes, pero eso era de esperar, ¿no?
Wendy comenzó la entrega de pedidos. ─Hay un montón de barras de granola, patatas fritas, y agua. Vamos a ver el tema de las municiones.
─¡Oh!─ Jungkook le preguntó. ─¿No tienen espadas?
Wendy sonrió sin humor. ─Este es tu día de suerte.
─No parece serlo.
JiMin lo miró. ─Sí. Lo es.
─No. No lo es─. Jungkook insistió─. Sé que eres un tipo duro de verdad, con tu chaqueta de cuero.
─Bien─. JiMin le entregó una escopeta semiautomática calibre doce y la mira que había estado tratando de montar durante cinco minutos─. Por favor, muéstrame cómo se hace.
Jungkook alineó la mira y gatillo. ─Voilá. Por favor, aplaudan al final de la actuación.
Irene se rió, y JiMin esbozó una sonrisa.
─¿Has manejado una gran cantidad de escopetas?─. Preguntó Nayeon.
─Nop─. Jungkook agitó el manual─. Acabo de leer las instrucciones. Fue una decisión audaz, lo sé─. Él la entregó a JiMin con una sonrisa, y JiMin comenzó a estudiar detenidamente las páginas.
Wendy regresó del almacén con una caja de barras de proteína, que volcó en medio de su círculo.
─Hay un poco más allá. Supongo que depende de lo mucho que podemos llevar.
★ ★ ★ ★
Ellos colocaron barricadas en las puertas delanteras y traseras y crearon un nido de sacos de dormir en la esquina trasera de la tienda cerca de la luz de emergencia. Por la tarde oyeron el sonido distante de un helicóptero, pero no habían sido capaces de detectar nada en el aparcamiento o el callejón detrás de la tienda.
Al caer la noche, todo se volvió asombrosamente tranquilo. No estaban seguros de donde estaban los infectados. Jungkook esperaba que sea cual fuera la locura que se había apoderado de ellos ésta fuese fatal. Una punzada de culpabilidad siguió a ese pensamiento. No les deseaba mal, pero esa gente... no parecía humana. Él sólo quería que todo volviera a la normalidad. ¿Las cosas jamás volverían a ser normales otra vez?
Irene cargó su mochila sobre su espalda.
─No lo sé. Si tuviera que correr con esta cosa no creo que me gustaría hacerlo ahora─. Ella se la quitó y comenzó a clasificar su contenido.
Gran parte de la tarde y el inicio de la noche se dedicaron a abastecerse de suministros. Alimentos secos, agua, tabletas purificadoras, camisas ligeras, chaquetas, sacos de dormir y armas. Jungkook tenía un machete con una correa en el mango. No era una espada, pero estaba bastante cerca de serlo. Había probado su manejo y tenía la esperanza de que nunca tendría que usarla en cualquier ser vivo. O posiblemente en no-muertos o lo que sea.
Ahora que estaban examinando las armas.
Jungkook probó el peso de las armas de fuego y eligió la más ligera. Había visto a su padre tirar al plato con rifle, pero nunca le enseñaron a hacerlo puesto que Jin era un excelente tirador y Jungkook fue eximido de esa actividad.
Se sintió surrealista con la pistola. Leyó el manual antes de cargarla y guardarla en el bolsillo lateral de la mochila junto con las cajas de balas, asegurándose que estuviera a su alcance.
En serio, ¿así sería su vida?
─Esta es una moto genial─. Dijo Irene─. Es una Harley, ¿verdad?
─Sí─ respondió JiMin. ─Softail.
─Guay. Mi padre...─. Ella parpadeó y trató de sonreír─. A él le encantan.
En el silencio que siguió, Jungkook consiguió ahogar una tos. La congestión fue empeorando, y su nariz estaba húmeda.
─Definitivamente es cool. Realmente clásico. Um, ¿todos tienen suficientes balas? No es que yo sepa lo que es suficiente.
─No es que vamos a tener que utilizar ninguna de estas cosas─. Nayeon rompió el envoltorio de la granola─. Esto no es como... Alguien va a rescatarnos. No es una película. El ejército se hará cargo y nos rescatará. Tienen que hacerlo. Es su trabajo.
Se miraron unos a otros, con los rostros pálidos y cansados. ─Sí. Estoy seguro de que vendrán mañana─. Respondió JiMin.
─Deberíamos permanecer juntos y estar preparados. Por si acaso.
Después de un silencio incómodo, Irene se estremeció. ─Está empezando a hacer frío aquí.
─Lo siento─. Dijo Wendy─. La electricidad está afuera. La luz de emergencia es alimentada por el generador de emergencia, pero no hay calefacción. Ha sido un septiembre cálido, pero ya sabes cómo las temperaturas varían por la noche.
─¿Nos quedaremos sin energía?─. Preguntó Nayeon.
─No tomaría mucho─. Dijo JiMin─. El generador dejará de funcionar. Y si las personas en las plantas de energía se infectan...
─Pero si las líneas están bien, la energía debería fluir, ¿no?─. Preguntó Jungkook. En realidad nunca pensó en cómo funcionaba la electricidad.
JiMin se encogió de hombros. ─Por un tiempo, supongo. Pero las centrales no operan por su cuenta. No sé mucho acerca de esto, pero recuerdo haber visitado una en un viaje escolar cuando era niño. Parecía ser bastante complejo. Nos dieron una demostración de cómo una pequeña cosa va mal y desencadenaba otra mayor porque todo estaba conectado. Es por eso que los apagones pueden ocurrir en un área amplia─. Él negó con la cabeza─. No sé porqué me acuerdo de eso.
─Y creo que internet no funcionará sin energía─. Dijo Wendy─. Quiero decir, podríamos tener electricidad, o publicar algo, pero internet no se actualizará─. Sacó su teléfono y miró─. La red funciona todavía, pero yo no me puedo conectar─. Ella sonrió irónica─. Creo que llegaremos a saber lo que es la vida sin teléfonos inteligentes. Mi mamá decía que soy una adicta─. Su sonrisa se tambaleó, y ella dio un suspiro tembloroso─. Irene, vamos a por los gorros.
Desaparecieron por uno de los pasillos. Nayeon comenzó a abrir otro envoltorio, y Jungkook jugueteó con los cordones de sus zapatillas deportivas.
Wendy y Irene volvieron con una selección de sombreros y guantes para cada uno. Wendy colocó un sombrero azul de esquí sobre su cabello brillante. ─¿Qué piensas?
Nayeon frunció el ceño. ─No lo sé. Prueba el verde.
Irene puso los ojos. ─Está calientito. No creo que los zombies puedan juzgar nuestro sentido de la moda.
Wendy se quitó el sombrero y acomodó su cabello, metiendo los mechones sueltos detrás de las orejas. ─Supongo que no lo harán─. Sus ojos brillaban─. ¿Todo esto es real?
Los labios de Nayeon temblaron y Jungkook tuvo que respirar profundamente y alejar el pánico creciente. Todos estaban al borde de un ataque de nervios. Tomó uno de los sombreros, que tenían orejeras y un pom pom rosa en la parte superior. Se inclinó y lo colocó sobre la cabeza de Jimin.
─Creo que el rosa resalta tus ojos.
JiMin frunció el ceño, pero no se quitó el sombrero. Las chicas rieron y él observó atentamente a Jungkook, y el corazón del muchacho dio un vuelco.
Mierda. ¿JiMin estaba loco?
Pero entonces JiMin levantó la barbilla y dijo─: Lo usaré sólo si encuentran una bufanda a juego. Tengo estándares de moda que respetar.
Jungkook se unió a las chicas y rieron más fuerte, y Wendy trajo nuevas bolsas de frituras. Jungkook se comió un puñado, masticó bien e hizo una mueca mientras tragaba. Se encontró temblando, y esperaba que fuera debido a la temperatura y no a un empeoramiento de su congestión. Las patatas fritas no estaban ayudando a su dolor de garganta, pero él nunca había sido capaz de resistir lo salado, incluso cuando no tenía particularmente hambre.
Todo era normal. Todo estaba bien.
Miró hacia arriba y encontró la mirada de JiMin en él. JiMin se había quitado el sombrero de color rosa, y su cabello quedó despeinado. Jungkook se inclinó y lo alisó hacia abajo, preguntándose qué tipo de champú utilizaba para tener su cabello tan grueso y brillante. Cuando se sentó, él se movió incómodo bajo la mirada de JiMin.
─¿Qué?─. Él limpió su boca─. ¿Tengo restos de papas en el rostro?
JiMin parpadeó y sacudió la cabeza mirando hacia otro lado.
─Aww. Eres un chico muy lindo─. Dijo Wendy con una sonrisa.
Aunque la cabeza de JiMin estaba baja, Jungkook podría jurar que se sonrojó, y se tensó. Antes que las cosas pudieran ponerse raras o incómodas, él le dio un codazo.
─¿No vas a darme una chaqueta nueva, bebé?─. JiMin reprimió una risa y asintió colocando la prenda verde sobre la parte superior de la nueva mochila de Jungkook.
─Esto te quedará bien.
─Verdad─ Jungkook se encogió de hombros observando su nueva camiseta de manga larga─. Pero no es tan caliente como el cuero. Vamos.
─Olvídalo.
─Bien. Me conseguiré un nuevo novio cuando esto termine─. Jungkook cruzó los brazos con un resoplido exagerado.
─Sólo tendrás que abrazarlo─. Dijo Irene con un guiño.
─¿Sabes qué? Tienes razón─. Jungkook dio un codazo y abrió las piernas dobladas de JiMin y en broma trató de arrastrarse entre ellas─. Él no es de abrazar mucho─. Susurró a las chicas, que reían. Era divertido gastarle bromas a JiMin y podrían usarlas como distracción.
─Eso es porque eres muy delicado, bebé─. Los dedos hábiles de JiMin se deslizaron por debajo de la camisa de Jungkook, tocándolo ligeramente.
Jungkook hizo un ruido muy poco digno. Realmente era delicado, pero no había esperado que JiMin hiciera algo así. Se retorció bajo la caricia de JiMin, sentado entre sus muslos. En el momento en que fue capaz de apartar la mano de JiMin y sentarse entre sus piernas, todos estaban riendo.
Apoyó la espalda contra el pecho de JiMin.
─Ya está. Eso no es tan malo, ¿verdad terroncito de azúcar?─. Él sintió la risa de JiMin en su nuca.
─Supongo que no.
El abrazo era realmente agradable y cálido. Jungkook exhaló y se acomodó, y JiMin no se quejó. Jungkook se preguntó cómo se sentiría ser su novio en el caso que JiMin fuera gay. Pensó otra vez en la novia de JiMin, y si Seulgi aún estaba viva. Si sus padres estuvieran vivos. ¿Y Hoseok y Taehyung? ¿Cuánto tiempo podría Jin permanecer bajo tierra? Cuánto tiempo...
─Deja de pensar durante unos minutos─. JiMin murmuró, frotándole brevemente el brazo a Jungkook.
─¿Cómo se conocieron?─. Preguntó Irene.
Jungkook hizo a un lado sus pensamientos, ya que no estaban haciéndole ningún bien.
─Me dio un C menos en un trabajo a pesar de que todo el mundo sabía que es un curso de cestería bajo el agua y debía ser una A.
JiMin resopló─: Así que él se quejó ante el decano y me metió en problemas.
Jungkook se sentó y lo miró por encima del hombro─: Hey, en serio no me quejé con el decano.
La frente de JiMin se frunció. ─¿De verdad?
─De verdad. Además, estoy seguro que vas a estar bien─. Él y JiMin se miraron uno al otro durante un largo momento y luego Jungkook se recostó contra él. ¿Podría importarle alguna vez? ¿Hace sólo veinticuatro horas eso les había parecido tan importante?
─Espera, ¿él es tu tutor?─. Wendy abrió sus ojos con interés. Luego se inclinó, su voz bajó─. Eso es caliente.
Irene abrió otra bolsa de patatas fritas. ─Dinos todo. Ningún detalle es demasiado pequeño.
Haciéndose pasar por novio de JiMin, Jungkook casi podía creer que todo esto era sólo un juego. Creó un cuento extravagante, mientras que JiMin se limitaba a sacudir la cabeza y en realidad se reía de vez en cuando. Se sentía bien para reír y olvidarse del show de mierda que pasaba en el mundo real.
Cualquier cosa estaría bien. Quizás sólo tenían que esperar juntos, y la caballería llegaría.
Después de la medianoche, los ojos de Jungkook se volvieron pesados, y su cabeza se sentía como moco acumulándose por minuto. Las chicas se habían acurrucado juntas, y cuando Jungkook se volvió a mirar a JiMin, sus ojos estaban entrecerrados.
─Creo que deberíamos descansar un poco─. Susurró Jungkook. Él se inclinó hacia delante para acostarse sobre su bolsa de dormir.
Pero JiMin tiró de él hacia atrás entre sus piernas y envolvió sus brazos sobre el pecho de Jungkook. Su aliento era cálido en el oído de Jungkook.
─Duerme.
A pesar de todo, Jungkook se sintió seguro. Sacó su teléfono. La pantalla estaba todavía en blanco. No había mensajes, ni llamadas. Comprobó su batería. Diez por ciento. Estaría muerto por la mañana. Dio un suspiro tembloroso y lo deslizó en el bolsillo, intentó mantener su mente vacía. Cerrando sus ojos, él se acercó más. Él no sabía nada sobre JiMin, y no le gustaba en absoluto, y ahora estaban acurrucándose. Pero dejó que el cansancio se apoderara de él...
Jungkook se despertó sobresaltado. No sabía qué hora era, pero su pierna estaba acalambrada. Miró de nuevo a JiMin, que estaba quieto y alerta, sus ojos dorados prácticamente brillaban intensamente.
Una de las chicas susurró, su voz quebrada.
─¿Qué fue eso?─. Entonces un sonido inconfundible llenó el silencio: cristales rotos.
Gracias por leer. 💖 Como saben, Jimin esconde un secreto, la pregunta es..... ¿Cuál creen que sea?
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