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Capítulo 9 - Locura desatada.



Nisha.

Pinto mis labios de rojo quemado y acentuó un poco más la máscara en mis pestañas para resaltarlos, aprovechando que es uno de mis más bonitos atributos. Una vez estoy lista me doy una mirada rápida en el espejo para arreglar mi cabello, el cual está demasiado largo. Necesito cortarlo, no me gusta de esta forma.

Me giro para admirar el estuche que reposa sobre la cama, la plata brillando con intensidad en cada filo. Suspiro acercándome a la colección de cuchillos que Zarek consiguió para mí, no sé cómo lo hace, pero me ha dicho que puede conseguirme cualquier cosa que necesite.

— ¿Estas lista? — pregunta el susodicho entrando a la habitación, mis ojos se desplazan hasta él y me detengo a detallarlo.

Sus ojos están fijos en la corbata que intenta anudar, sonrió al ver como se le complica un poco y camino hacia el para ayudarlo, en cuanto siente mi presencia cerca eleva sus ojos, estos se abren como platos al verme y me contengo de sonreír. Aparto sus manos con cuidado y hago el nudo de la corbata, cuando está listo elevo mi rostro para verlo.

Nuestras miradas conectan y puedo darme el lujo de detallar sus facciones, aunque ciertamente hay un aire en el que me recuerda terriblemente a Dark, Zarek es muy distinto, su cabello es muchísimo más claro, sus ojos son claros, entre en un tono azulado y gris, su nariz perfilada y sus labios enmarcados en una perfecta y perfilada barba que lo hace lucir sexy.

— Estas increíblemente hermosa...— murmura, haciendo que esta vez sí sonría.

— Gracias tú te ves increíble...— permanecemos a esa corta distancia — ¿seguro que podrás hacer esto? — indago un instante dudosa por la forma en que está mirándome.

— Tu concéntrate en hacer lo que tienes que hacer que yo me encargo de hacer mi trabajo...— asiento para luego suspira y apartarme.

Pero su mano me detiene, sujetándome del antebrazo, mi cuerpo se tensa ligeramente ante el contacto pero lo ignoro, si voy hacer esto debo soportar estas cosas. Zarek mete su mano en uno de sus bolsillos y saca una pequeña pulsera de plata con un dije. Con delicadeza toma mi muñeca y la coloca en ella, luego busca mi mirada.

— Dispositivo GPS, si nos separamos sabré donde estas gracias a esto...— asiento mirando el pequeño dije con una 9 mm sonrió y lo veo sin comprender — creo que te gustan mucho las 9 mm siempre llevas una contigo y cuando practicamos en el bosque es la primera con la que disparas...— me sorprenden sus palabras más sé muy bien que Zar vive observándome todo el tiempo.

— Gracias...— su pulgar rosa mis nudillos con suavidad y sonríe antes de apartarse y caminar hacia el estuche con cuchillos y tomar uno que guarda en su tobillo.

— ¿Llevaras alguno? — cuestiona, asiento tomando el borde del vestido que llevo exponiendo mi pierna izquierda donde en la parte interna de mi muslo llevo uno.

Sus ojos se deslizan por mi pierna hasta alcanzar el lugar donde está el porta cuchillo con el guardado.

— ¿El arma? — pregunta desviando sus ojos para cerrar el estuche.

— En el bolso...— señalo el pequeño objeto sobre la cama.

El asiente evitando volver a verme, paso detrás de él deteniéndome en el espejo una vez más, sé que esto será complicado y loco no solo para mí, sino para Zarek. Veo con disimulo su espalda y respiro profundo, aunque no lo haya dicho, tengo la certeza que le gusto, la forma en que siempre me está mirando, la forma en que se preocupa por mí y esos acercamientos mientras peleamos, aunque sé que lo hace por distraerme e incomodarme sé que disfruta de ellos.

Fijándome una vez más en mi aspecto, repaso el plan mentalmente. Recordándome a mí misma que para que funcione debo ser una mujer muy distinta a la que suelo ser, pero que últimamente se me ha facilitado sobre manera. Tomo una bocana de aire y trato de centrarme en lo principal esta noche, ser jodidamente seductora.

— ¿Lista? — indaga Zar mirándome a través del espejo.

— Lista...— el me tiende su brazo y con cierta duda lo tomo.

— Todo saldrá bien — me asegura y sonrió infundiéndome confianza. Puedo con esto.

— Lo se...

Salimos de la habitación del hotel donde hemos estado quedándonos estos días, el equipo se encuentra en una casa a unas cuantas cuadras de aquí. Las mellizas de alguna forma hackearon el sistema del club y tienen cada una de las cámaras en sus ordenadores. Mel por otro lado se ha encargado de infiltrarse en el club y trabaja como mesera. El resto del equipo se quedó en la casa del doc ocupándose de otras cosas.

Zarek camina a mi lado con ese porte elegante que no le había visto hasta ahora, descendemos las escaleras y me guía fuera del hotel donde un auto negro nos espera. No tengo idea como consigue todas estas cosas pero no me cabe duda que Zarek tiene muy buenos contactos. En el auto permanecemos en silencio, cada uno en su mundo.

Una calle antes de llegar a nuestro destino Zar toma mi mano y la presiona ligeramente.

— Estaré allí...— murmura con una sonrisa cálida.

No le respondo nada, no hay nada que decir, además no quiero pensar en lo que tendré que hacer en este momento. El auto se detiene y la puerta se abre permitiendo que Zar descienda de este, su mano se extiende en mi dirección y me ayuda a descender. En cuanto mi pierna sale del auto mi vestido se corre un poco dejando ver mis piernas, noto como Zarek las mira un instante antes de dar un repaso a su alrededor.

— Hagamos esto...— murmuro para mí misma, sonrió ampliamente en cuanto caminamos hacia la entrada del local donde cuatro hombres del tamaño de gorilas custodian la puerta.

— Buenas noches...— saluda Zarek tendiendo la invitación que uno de los hombres revisa y asiente al otro para dejarnos pasar.

En cuanto entramos al local la música se escucha fuerte, electrónica suena mientras que a nuestro alrededor hay una multitud de hombres y mujeres muy bien vestidos. Todos lucen como empresarios o súper modelos. Zarek rodea mi cintura pegándome más a el mientras caminamos hacia el bar. Mi cuerpo tensándose con su agarre.

Una vez en la barra pide una copa de vino para ambos mientras yo busco con la mirada al sujeto que vinimos a ver. Paseo la vista por el lugar y sin poder evitarlo recuerdo aquel día que vi a Dark en el Iceberg, todo sería tan diferente de haberle dicho que estaba allí en contra de mi voluntad. Mientras pienso eso doy con el hombre que buscamos, humedezco mis labios y sin decirle nada a Zar hecho andar hacia el área VIP.

Mis ojos fijos en él, luce un poco diferente a la fotografía que tenemos de él, solo porque esta vez lleva barba y el cabello más largo. Me detengo cuando veo a una mujer acercarse a sus labios y besarlo con pasión, las manos del sujeto se desplazan hasta el culo de la chica y lo presiona con fuerza para luego tirar de ella y acomodarla sobre el ahorcadas.

Miro a mi alrededor, necesito llamar su atención o sino el plan se ira a la mierda, entonces como si el destino estuviese confabulando en su contra el DJ cambia la música y sonrió, poso mis ojos en el área VIP donde el mafioso continua devorando a la chica como si no estuviéramos en un lugar público. Desvió mis ojos hacia la barra donde Zarek me observa con atención, sus ojos fijos en mí.

Lleva la copa a sus labios y da un trago para luego sonreírme y desviar sus ojos hacia el lugar donde está el mafioso, me guiña un ojo y de inmediato echa andar hacia las escaleras, lo sigo con la mirada mientras veo como se acerca al guarda espalda que se encuentra justo al comienzo de las escaleras, le comenta algo al oído y el hombre asiente, para tomar una radio y hablar por ella.

Después de algunos segundos se hace a un lado y le da paso a Zarek dejándome sorprendida. Mientras el sube hacia el área VIP yo me encamino hacia la abarrotada pista de baile, justo antes de alcanzar a todo el mundo tomo una bocanada de aire y camino entre las parejas bailando. Una vez me ubico en el lugar adecuado busco con los ojos el área VIP y al mafioso que se encuentra en este instante conversando con Zarek para mi sorpresa, la mujer que segundos antes se encontraba en su regazo ahora luce enfadada junto a él.

Como Zar aseguro, es un hombre de negocios y nunca pierde la oportunidad de hacer alguno y pues mi acompañante esta noche es uno de los contrabandistas más importantes en este lado de Europa y negarse a hacer negocios con él es realmente estúpido. Eso lo entendí hace unas semanas atrás cuando llego con un enorme cargamentos de armas que no tengo idea de dónde o como las compro pero todas son para nuestro uso.

Mientras observo como ellos conversan animadamente, veo como Zar desvía sus ojos hacia la pista de baila buscándome, en cuento nuestras miradas se encuentran me dedica una sonrisa pícara, esa es mi señal empiezo a bailar al ritmo de la música, como supusimos el mafioso pone sus ojos en lo que le ha quitado la atención a su negociante y en cuanto me ve sus labios dibujan una sonrisa maliciosa, lo veo comentar alguna cosa con Zar que ríe y asiente.

Entonces simplemente hago lo que hemos planeado, empiezo a bailar al ritmo de la música cierro los ojos y me dejo ir, mi cuerpo se deja llevar al compás y mis caderas se contonean sensualmente. No pasa nada antes que sienta unas manos rosar mi cintura y acomodarse en ellas, me tenso de inmediato y abro los ojos.

A mi espalda un chico quizás de unos 25 años me sonríe con picardía.

— Tan hermosa y tan sola...— grita cerca de mi oído para que pueda escucharlo sobre la música.

Sus manos intentan tocarme nuevamente pero me aparto negando con mi cabeza.

— Estoy con alguien...— grito para dejarle en claro que no tiene nada que hacer aquí.

— Te veo sola, venga no seas antipática prometo que te daré lo que buscas...— dice con ese tono de voz sugerente que solo genera repugnancia.

Entonces antes de poder responderle o actuar una mano se acomoda en mi cadera y tira de mí hacia un lado, chocó contra un cuerpo fuerte y el aroma del perfume de Zarek inunda mi olfato. Me tenso ligeramente cuando siento su nariz rozar mi cuello.

— ¿Todo bien? — murmura erizando mi piel.

Mis ojos fijos en el chico que pasea su mirada del recién llegado hasta mí y de regreso.

— Si, todo en orden, él ya se iba...— le digo señalando al chico.

Al cual Zarek le dedica una mirada asesina, este eleva sus manos en alto y sin decir nada más se va negando con la cabeza.

— ¿Estas bien? — indaga liberando mi cintura.

Alguien se mueve con brusquedad detrás de mí y termino demasiado cerca de el entre sus brazos, nuestras miradas se encuentran y de alguna tonta forma recuerdo nuevamente a Dark, a la forma en que su cuerpo me hacía sentir y la forma en que Zarek me sostiene y me pega a él me hace sentir como si hubiese regresado en el tiempo y fuera Dark quien me sostiene. Pronto el ritmo y la voz de Zayn se suma al momento haciéndolo aun peor. Todo en este instante me recuerda a él y a la forma en que me dijo aquel día en el gimnasio que podría follarme con esa canción de fondo y nunca cansarse.

Cierro los ojos obligándome a regresar al presente, Zarek no es Dark y aunque tenga ese mismo aire a él son increíblemente distintos, sin embargo también muy similares, lo que me confunde como ahora.

— ¿Nish? — su ronca voz me hace abrir los ojos.

Los suyos fijos en mi rostro escrutándome, con la duda brillando en ellos, respiro profundo y le regalo una media sonrisa, un movimiento en la parte superior del área VIP llama mi atención devolviéndome al aquí y al ahora, el mafioso son observa desde el barandal con expresión curiosa y un brillo malicioso en los ojos.

De inmediato me siento triunfal, sabía que este hombre no se resistiría a mí y es obvio que lo he conseguido, entonces movida por una fuerza extraña, atípica a mi forma de ser constante, sonrió con picardía al hombre, sostengo la nuca de Zarek y uno nuestros labios sin apartar la mirada del mafioso, el efecto en él es inmediato, sus labios se curvan en una sonrisa lobuna y cuando estoy por apartar mi boca, Zarek mueve sus labios tentativamente sobre los míos.

— ¿Qué haces? — murmura rosando sus labios contra los míos, erizando mi piel.

— Nos miran...— susurro posando mis ojos en los suyos.

Estos me atrapan por intensidad con la que está mirándome, de pronto no logro concentrarme, de pronto solo soy consciente de la forma en que su mano sujeta mi cadera pegándome a él, como una de sus manos acuna mi mejilla con suavidad. Sus labios se entreabren, suelta una bocanada de aire tibio que huele a whisky y menta sus ojos se desvían de los míos hasta mis labios y pronto lo suyos están rosando los míos, su lengua rosa mi labio superior apenas un poco antes de entrar en mi boca.

Mi cuerpo reacciona a él, lo beso con necesidad, con ganas, cerrando los ojos, todo se pierde en un instante, la música desaparece y de pronto solo somos él y yo en medio de un beso apasionado que enciende lugares que creí muertos después de separarme de él. Entonces el destino o la vida burlándose de mí su recuerdo surcan mi memoria y cortó con el beso de inmediato.

La música regresa llenando el lugar y nuestras respiraciones son un desastre, ya no bailamos, ya no nos movemos solo nos miramos, el lleva uno de sus dedos a su labio inferior y sonríe con picardía, me siento extraña pero la señal del mafioso sobre nuestras cabezas me hace mirarlo rompiendo con el momento.

— Nos llaman...— murmuro haciendo una señal con mi cabeza.

Zarek solo me observa con el ceño fruncido, sus ojos recorren mi expresión y luego simplemente asiente, toma mi mano y tira de mi guiando hacia la escalera, donde una vez más el tipo gigante se hace a un lado y nos da paso, subimos en silencio, yo con mis ojos fijos en el mafioso que se mantiene de pie mirándome con esa expresión deseosa. Humedezco mis labios y sonrió al llegar ante él.

— Buenas noches...— me saluda — no sabía que te rodeabas de mujeres tan...— comenta mirándome de arriba abajo — malditamente hermosas...— mi sonrisa se ensancha cuando sus ojos se detienen en el escote de mi vestido y Zarek se tensa ligeramente a mi lado.

— No es cualquier mujer...— murmura con cierto aire misterioso — te presento a Perla...— sonrió ante el apelativo que decidimos usar esta noche para mí.

Justo como me llamo Adel, extiendo mi mano en su dirección y la sostiene dejando un beso sobre mis nudillos que me incomoda de inmediato. Todo en este sujeto grita peligro y lo desprecio desde el instante uno en cuanto lo vi y supe lo que hacía. Trata de blancas, este hombre comercializa mujeres y fue el primero en tratar con Griffin.

— Interesante nombre para una preciosidad de mujer...— libera mi mano y sonríe ante Zarek — una interesante muestra de que tan buen negociante eres...— Zar sonríe encogiéndose de hombros y entonces me dedica una sonrisa cómplice.

— Voy a dejarte un rato con el...— posa sus ojos en la chica que está mirándonos desde el sillón con los brazos cruzados y asesinándome con la mirada — quizás debas ir atrás, no le gusta compartir...— asegura mirándome de vuelta.

El mafioso ríe divertido y asiente.

— Irina complace a mi amigo, necesito tratar un negocio con esta hermosa perla marina...— comenta colocando una de sus manos en mi cintura.

Me guía por un pasillo hasta alcanzar una puerta al final de este, al abrirla nos encontramos con una oficina lujosa y extravagante, con tableros con cabeza de animales en las paredes.

— Ponte cómoda hermosa...— murmura caminando hasta el escritorio y señalándome al mismo tiempo un sofá cerca de una chimenea.

— Gracias...— murmuro.

Pero permanezco en el mismo lugar observando los movimientos del hombre, estamos en un lugar donde cualquier cosa puede usarse como un arma así que debo ser cuidadosa y actuar con rapidez. De momento permanezco en calma y sin intensiones de hacer algo.

— ¿Trabajas para o con Zarek? — indaga sirviéndose un trago.

— Con el...— le aclaro acercándome a él para tomar el vaso que me tiende.

— ¿También contrabandeas? — pregunta frunciendo el ceño y rio.

— Algo así...— doy un trago al whisky que me ha servido mientras sus ojos se pasean por mi expresión.

— No comprendo...— sonrió coqueta y me acerco más a él.

— Pues veras, yo contrabandeo algo que no se ve físicamente hablando...— coloco mis manos sobre su pecho y él sonríe.

— ¿Ah sí? — una de sus manos se mueve a mi cadera y me pega a él.

Haciéndome participe de su dura erección, cosa que me repugna de inmediato.

— Si y tú tienes de lo que busco...— su ceño se frunce y la duda surca sus rostro.

Acerco mis labios a los suyos y sonríe.

— Me gusta como negocias...— sus manos se dirigen a mis glúteos apretándolos pero de inmediato con un movimiento rápido aparto sus manos.

Doy un paso atrás y sonrió coqueta.

— Aun no empezamos con la negociación...— respiro profundo y vuelvo acercarme el.

Conforme lo hago meto una de mis manos por abertura de mi vestido dirigiéndola hacia la parte interna de mi muslo, sus ojos se desvían hacia ese lugar y estos se oscurecen, sonrió para mí misma, los hombres son idiotas cuando le pones una mujer hermosa enfrente piensan con la polla y no con sus cabeza, solo unos cuantos son capaces de ser tan fríos como para ignorarnos. Cuando estoy a un paso de distancia saco el cuchillo con un movimiento rápido, coloco una de mis manos en la tarde de atrás de su cuello y con la mano donde sostengo el cuchillo lo apoyo sobre su garganta.

Sus ojos se abren como platos, cuando sus manos se mueven hacia el costado de su cuerpo afinco un poco más el cuchillo sobre su garganta, la piel se abre con el filo y el suelta un quejido que me suena a gloria.

— Yo que tu ni lo intento...— murmuro mirándolo a los ojos...— necesito toda la información que tengas sobre Griffin Ferratti y los negocios que tuviste con él hace unos meses...— su cuerpo se tensa y sonríe ligeramente.

— Hermosa, si sabes que estas en mi club, en mi territorio y que este edificio está lleno de mis hombres ¿no? — comenta con arrogancia.

— Y tú si sabes que me importa una mierda esos detalles, solo vine por información y no me iré de aquí hasta conseguirla...— su cuerpo se inclina hacia mí y el cuchillo se hunde un poco más en su piel deteniéndolo.

— De aquí saldrás en una bolsa negra...— me amenaza y rio divertida.

— ¿En serio? — suspiro y comienzo a deslizar el cuchillo por su pecho sin dejar de verlo a los ojos — mira no soy muy buena con esto del contacto físico, me asquea que un hombre como tú me toque...— sus labios dibujan una sonrisa cínica y por obligación afinco la punta del cuchillo sobre su pecho, la tela de su camisa sede y un punto de sangre la mancha cuando el filo corta su piel.

— Maldita perra...— suelta entre dientes...

— Perla maldita suena mejor...— aseguro — te daré otra oportunidad — mi cuerpo se tensa cuando lo siento tan cerca de mí — ¿Dónde negociaste con Griffin? — el hombre eleva una de sus cejas y ríe.

— ¿Qué tiene de interesante el cabecilla de la mafia italiana en territorio americano para ti? — respiro profundo y pongo mis ojos en blanco antes de deslizar el cuchillo hasta su entrepierna.

— Tienes dos opciones, responderme por las buenas o por las malas...— ríe y en cuanto lo hace corto la tela de su pantalón — no estoy jugando así que empieza hablar — le espeto apoyando la hoja afilada del cuchillo en el lugar donde debe estar su polla.

Respira profundo y cierra sus ojos, sonrió cuando por fin comienza a tomarme en serio. Me inclino sobre él y espero.

— Griffin me contacto hace casi 10 meses, compro todo un lote de mujeres el cargamento le fue entregado aquí en parís, pero no fue el quien lo recibió...— murmura, mi ceño se frunce.

— ¿Quién lo hizo? — indago.

— Un ruso...— parpadeo incrédula.

— ¿Un ruso? — el asiente ligeramente — ¿te dijo algo sobre Griffin?

— Hago las entregas si preguntas, no me gusta perder el tiempo...— suspiro.

— Lo imagino... pues sabes a mí tampoco me gusta perder el tiempo y me estás dando información de hace 10 meses que seguramente en este instante ya no me vale de nada...— él sonríe y sé que me oculta algo más.

Entonces como una luz se enciende en mi cabeza y suspiro, tentada a hacer una pregunta más.

https://youtu.be/BnSkt6V3qF0

— ¿Qué sabes de Darkness? — su cuerpo se tensa considerablemente y su ceño se frunce.

— ¿Qué? — Bingo — sí, tienes información sobre Darkness lo veo en esos horrorosos ojos...— presiono un poco más fuerte el cuchillo y siento como este se entierra ligeramente en su carne, él se inclina hacia el frente por el dolor — ¿Dark sabes dónde puedo ubicarlo? — pregunto en su oído en un susurro.

— No tengo idea de quien hablas...— rio.

— Vamos todos conocen a Dark en este mundo de mierda y si no lo conocen directamente han escuchado de el al menos alguna vez...— hago una pausa y entierro un poco más el cuchillo, pronto la sangre comienza a manar del cuerpo llenando mis manos — y alguien con el poder que tienes tu en Paris, seguramente lo conoces.

El mafioso se queja y tuerzo un poco el cuchillo, un jadeo se escapa de su garganta y entonces asiente.

— Claro... Dark...— sonrió.

— Si, el cabecilla de la organización más peligrosa del mundo...— el suspira y asiente.

— Desaparecieron...— murmura, confirmándome la información que ya tenía y que Mel me dijo.

De esa forma la confianza en ellos aumenta un poco más.

— ¿Hace cuánto? — saco el cuchillo y el tipo se viene hacia el frente, me hago aun lado y lo veo caer al suelo. Sus manos se mueven con rapidez hacia el interior de su saco, pero soy más rápida.

Me siento ahorcadas sobre él y tiro de su cabello colocando el cuchillo nuevamente debajo de su cuello.

— ¿Hace cuánto? — suelto entre dientes, la sangre mana del cuerpo empapando el suelo y no quiero verla, porque se puede pasar si lo hago.

— Poco más de un año — asiento, no me han mentido, eso me tranquiliza.

— ¿Sabes dónde puedo encontrarlo? — niega con la cabeza.

— No, Dark suele venir a nosotros nunca hemos sabido cómo dar con el...— asiento.

— ¿Sabes de alguien que pueda ayudarme a contactarlo? — Niega una vez más — no me sirves de nada...— suelto frustrada descendiendo los ojos hacia él.

Entonces la veo... el tono carmín extendiéndose en el suelo de madera y todo se descontrola, las imágenes de mi cubierta de sangre llegan a mi cabeza, Dark con un disparo en la cabeza, yo con un cuchillo en mis manos, enterrándolo en mi vientre con desesperación, y sin pensarlo repito la acción. Solo que esta vez lo hago en el cuerpo del ser que se encuentra debajo de mí.

Apuñalo al hombre una, dos, tres, cuatro veces, sus quejidos llenan el ambiente mientras mi respiración se descontrola y más imagines llegan a mi cabeza, mi madre con un tiro en la cabeza, mi hermano desagrado en el suelo, mi padre con un cuchillo clavado en el ojo... esa escena desencadena la locura.

Tomo el cuchillo sacándolo de la espalda de la basura que reposa en el suelo, tomo su cabello y hago exactamente lo mismo que le hicieron a mi padre, clavo el cuchillo en su ojo, luego lo saco y vuelvo hacerlo la sangre me salpica y la sensación de plenitud me alcanza.

La puerta se abre de golpe y elevo los ojos para encontrarme con la expresión sorprendida de Zarek, lo veo recorrer el espacio, para luego fijarse en mí, suspira y entra con prisas diciendo algo que no logro comprender, me toma del brazo y tira de mi poniéndome en pie, repasa mi cuerpo y suspira negando con la cabeza.

— ¿Qué? — suelto con un tono de voz que no logro reconocer como mío.

— Este no era el plan...— señala el suelo, al cadáver.

— Quizás no era tu plan pero si el mío...— suelto encogiéndome de hombros — esta mierda traficaba con mujeres se lo merecía...— digo liberándome de su agarre.

— Mierda Nisha esto está mal es su puto edificio...— rio restándole importancia, mientras limpio el cuchillo ensangrentado en el saco del mafioso.

— Comunícate con las mellizas necesitamos salir de aquí y que sus hombres no noten este desastre hasta que estemos lejos...— me detengo y pienso en algo que no había pensando hasta ahora y que me pone alerta.

Me giro con rapidez y enfrento a Zarek, sus ojos me observan llenos de frustración.

— ¿Cómo me sacaron del edificio? — pregunto tensándome.

El parece no entender de va mi pregunta por lo que suspiro, no es el momento pero sé que de alguna forma Griffin dio con mi familia y ellos también, pero al dar conmigo, la pregunta aquí es cómo demonios lograron sacarme del edificio sin que Griffin o los hombres de Dark lo notaran.

— ¿De qué hablas? — pregunta sacando su teléfono y marcando un número.

— ¿Cómo me sacaron de la casa de seguridad donde estaba con mi familia? — me acerco a él y entonces nuevamente hago el mismo movimiento.

Mi cuchillo ahora está en el cuello de Zarek y la duda me asalta y si todo esto es un juego cruel de Griffin, para darme una falsa sensación de libertad y que estoy a salvo cuando estas personas trabajan para él, si es así estoy jodida. Me tenso al ver la forma en que Zar me observa algo sorprendido.

— ¿Qué pasa Zar? — indaga la voz de una de las mellizas.

Nuestras miradas entrelazadas, ninguno de los dos dice nada, solo nos miramos, con el me siento en confianza, pero ahora todo me hace ruido, sobre todo el cómo me sacaron allí y burlaron tanto a Griffin y a Darkness.

— Tenemos un problema...— responde y no sé si es en respuesta a mi pregunta o a la de la melliza.

— ¿Qué pasa? — insiste la melliza al teléfono.

— ¿Nish? — murmura y entonces respiro profundo.

Si quiero salir de aquí con vida, no puedo equivocarme justo ahora. Asiento ligeramente y aparto el cuchillo de su garganta.

— Necesito que intervengas las cámaras de seguridad del club, borres todo lo que ocurrió en la oficina de Marotti y nos cubras mientras salimos de aquí...— se hace una pausa y luego escucho el teclado de las mellizas hacer su trabajo.

— Oh mierda...— escucho la voz de una de ellas y sé que han visto lo que he hecho — okeeey, si tenemos un problema pues borrar lo que ella hizo será fácil lo complicado será sacarlos de allí sin que los noten o la noten a ella como esta...— entonces desvió mis ojos y observo mi cuerpo.

Un escalofrió me recorre al ver la sangre que cubre mis manos y parte de mi cuerpo. Respiro profundo conteniendo la sonrisa que amenaza por dibujarse en mis labios.

— Tengo una idea...— murmuro más para mí que para alguien en particular.

— Iría encárgate del video, Becka danos una ruta de escape...— lo escucho ordenar.

— Si Zar estamos en ello...— hace una pausa y suspira — ¿tienes el dispositivo de comunicación? — indaga Becka.

— Si, enciéndelo...— entonces sin más finaliza la llamada regresa el teléfono a su bolsillo y me observa con seriedad — Te escucho...— sonrió y camino hacia él.

Zarek confía en mi de alguna forma lo hace y ha estado tratando de complacerme en cada cosa que le pido, veamos qué opina de esto.


Nota del autor: OMG! OMG! como estan mis Darklings? espero que bien, vaya que fuerte esto no? Nish se nos esta volviendo una mujer temible y fría... una asesina entrenada por los mejores... después de tenerle tanto miedo a los cuchillos ahora disfruta trabajar con ellos... espero noten los detalles que voy dejando en cada capitulo, aquí todo es importante no lo olviden... quiero leerlas!

Pues este fin de semana me ha dado la loquera y he decidido hacer un maratón de Darkness II, por que? porque amo esta historia y al poderosisisimo dios Dark, ademas se lo merecen todos estos retorcidos personajes, espero estén listos para lo que se viene porque no estará fácil, capítulos fuertes, cargados de acción, locura y mucha oscuridad... sin mas estaré avisándoles para cuando el maratón!

Les amo infinitamente y estoy eternamente agradecida por la aceptación que ha tenido esta historia, es mi bebe hermosa y consentida con un valor emocional muy grande y pues espero estén disfrutándola tanto como yo, que el Dark les guié en la oscuridad.

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