Capítulo 63 - ¿Locura o imprudencia?
Corvin.
Ubicación: Moscú – Rusia.
Hora: 8:00 pm
(Dos meses después de "la boda de Dark y Nish")
Los ojos negros, profundos y rasgados de Meg me observan con atención, la ira impreso en ellos me deja claro que aunque he intentado mantenerla lejos de la verdad creo que finalmente la ha descubierto.
— ¿Por qué estás tan enojada? — pregunto moviendo mi vaso de whisky.
— ¿Quién dice que lo estoy?
— Tus ojos...— ella sonríe y se pone en pie.
— Estoy enojada porque estas siendo imprudente...— me espeta — llevamos años planeando esto papa, vengar la muerte de mama es lo único que me ha traído hasta aquí y por lo que he soportado todo...— hace una pausa mordiéndose el labio inferior y se a lo que se refiere con todo.
— ¿Imprudente por qué? — pregunto sin comprender, ella ríe y niega con la cabeza.
— ¿Todavía lo preguntas? — Me mira fijo — Griffin y Mary...—deja caer.
Hace poco más de un mes que la mansión donde se ocultaba ese bastardo exploto, al mismo tiempo que Seth atacaba a la mansión donde estaba Vitaly. Aun no entiendo muy bien que paso ese día, pero el ruso ha estado evitándome desde entonces. Cosa que no me importa porque lo que necesitaba de él, ya lo tengo.
Sin embargo Meg se ha estado reuniendo con él, cosa que me he enterado hace algunas horas. Mi hija ha estado actuando extraño desde hace un par de noches atrás, luce incomoda, molesta justo como su madre cuando descubría que le ocultaba algo. No entiendo cómo pueden parecerse tanto y como es que me duele tanto tener que verla en ella y al mismo tiempo saber que no está aquí.
Respiro profundo y desvió mis ojos de ella, tratando de recordarme que es mi hija y no mi esposa.
— ¿Qué con ellos? Iban a morir de todas formas...
— ¿Y eso te parece prudente a estas alturas?
— Griffin era un cabo suelto y su hermana igual
— ¡Y los cabos sueltos los eliminamos al final papa! — Me corta — en serio crees que haberlo involucrado fue inteligente, no tenías necesidad de hacerlo, solo lo hiciste porque creíste que el idiota iba a darte más información sobre Dark y conseguiste fue complicarte con el...— pasa sus manos por su cabello y respira profundo.
Lo de los italianos es una vaga excusa y lo sé, por la forma en que me mira. Pero me limito a dejarla hablar, si sabe la verdad está a nada de soltarlo y si es así me veré en la obligación de hacerla a un lado y dejarla fuera de esto.
— Los italianos no me importan, no afectan en nada el plan...
— Los italianos van a empezar una guerra con Vitaly por eso...— me espeta y rio.
— ¿Te preocupas por Vitaly?
— No, me preocupa que estamos en su territorio y que tus hombres están entre ellos... ¿Qué esperas para atacar a Dark papa? — pregunta cruzándose de brazos.
— La ubicación de la mansión eso lo sabes...— ella pone los ojos en blanco y bufa.
— ¿Por qué ese puto lugar es tan importante? Si tu objetivo es Dark porque simplemente no tenderle una trampa, tienes mil y un formas de llevarlo a una...— explota caminando de un lado al otro con ansiedad.
— Porque quiero ver destruido su mundo como el destruyo el mío...— le espeto — Dark termino con la vida de tu abuelo, con la mía, la de tu madre y la tuya también, gracias a el vives esta mierda...— le suelto poniéndome en pie perdiendo completamente la paciencia.
Su ceño se frunce y me mira sin comprender.
— ¿Qué tiene que ver mi abuelo en esto? — pregunta mirándome seria.
Pongo los ojos en blanco maldiciendo para mis adentros mi imprudencia. Tomo el vaso de whisky y le doy un trago bebiendo el resto del contenido.
— Nada, alista a los hombres y ve a cumplir con la misión...— la veo un instante y suspiro — no quiero fallos...— ella ríe amargamente y me mira mal.
— Yo no fallo papa...— con eso sale de la oficina dejándome solo.
Aprieto el vaso entre mis dedos y lo lanzo contra la pared frustrado. Meg se está convirtiendo en un puto dolor de cabeza con el que no quiero lidiar. Tomo el teléfono y marco el número de Vitaly.
— Corvin...— responde después del segundo tono.
— Te dije que si te acercabas a ella te mataría...— el ríe del otro lado y suspira.
— No soy un cabron mal educado, si ella viene a verme la recibiré encantado después de todo es la nieta de un viejo amigo...— me tenso ante la mención de mi padre — ¿preocupado por algo?
— ¿Le has contado? — suelto entre dientes y Vitaly ríe una vez más.
— Puedo ser muchas cosas Corvin, pero jamás un soplón...— escucho el ruido de fondo de alguna conversación y frunzo el ceño — ahora debo dejarte estoy en medio de algo con Volkov y no puedo perder el tiempo en trivialidades contigo...— hace una pausa y ríe suavemente — por cierto Dark estará en una semana en Praga...— mi ceño se frunce.
— ¿Qué?
— Si estás buscando una oportunidad para llegar a él, seria un buen lugar ¿no?
— Sabes que necesito saber la ubicación de la mansión para poder llevar a cabo mis planes...— una vez más ríe.
— Corvin últimamente tu cerebro no está funcionando adecuadamente...— suspira — si no iras tú, mis hombres estarán esperándolo...— sin agregar nada más finaliza la llamada dejándome con la palabra en la boca.
Bufo exasperado y dejo el teléfono en el escritorio. Desde que Dark desapareció seguir sus pasos en casi imposible, cosa que me sorprende que Vitaly sepa a menos que haya planeado algo y no esté al tanto. Tomo una vez más el teléfono y marco el número de alpha.
— ¿Señor?
— Alista un equipo para la próxima semana te quiero en Praga con los hombres de Vitaly, necesito un rastreador en alguno de los hombres de confianza de Dark...
— ¿Praga? De acuerdo, ¿Meg, vendrá con nosotros?
— No, solo tú y los hombres, no quiero fallos alpha...— con eso finalizo la llamada y empiezo a planear lo que sigue, si logro saber la ubicación de la sede de Darkness mi plan estará completo.
Dark.
Ubicación: Chicago – USA
Hora: 10:55 pm
(Dos días después de la conversación entre Vitaly y Corvin)
La brisa fría sopla con intensidad, reafirmando el nombre de la ciudad en la que nos encontramos. Chicago la ciudad de los vientos, no por nada le dicen así. Meto las manos en el interior de los bolsillos de mi abrigo mientras andamos por la desierta calle que nos conduce hasta el frente del local en que hemos quedado.
Claus abre la puerta no sin antes darme una sonrisa, miro sobre mi hombro asegurándome que mis hombres estén en los lugares planeados. Nuestro objetivo está dentro desde hace casi una hora y aunque vamos un poco retrasados, ha sido con toda la intención. La impaciencia en alguien como el juega a nuestro favor.
En el interior del bar todos nos observan al entrar, es rara la visita de extraños en esta área, mis ojos se pasean por todo el lugar hasta que doy con la mirada clara que me asesina al reparar en mí. Claus camina directo hasta la barra y yo hacia la mesa que ocupa el.
— Jenkins...— lo saludo al estar frente a él.
Su cuerpo se tensa de inmediato y sus ojos me miran con odio y desprecio.
— Dark...— me saluda después de darle un trago a su cerveza — llegas tarde...— me espeta entre dientes y rio encogiéndome de hombros.
— Lo note, pero dudo que tengas prisa o que alguien te espere en casa...— lo puyo tomando asiento y ganándome una mirada de odio absoluto.
— ¿Cómo demonios es que logras entrar al país sin ningún tipo de represalias? — elevo una de mis cejas y rio sin ganas.
— ¿Tu preguntas eso? eres un ex agente del FBI Sam todos sabemos cómo lo hago...— le restó importancia y él se tensa aún más.
— ¿Qué quieres? — decide ir de frente.
— Ya te lo dije la última vez que nos vimos...
— No voy a trabajar para ti...— me espeta dando un golpe sobre la mesa que llama la atención de varias personas.
Rio mientras me acomodo más cómodamente en la silla, sus ojos calcinándome con odio. Si las miradas mataran estaría hace mucho tiempo hecho huesos a varios metros bajo tierra.
— No te quiero trabajando para mí, solo quiero que me des cierta información...— es su turno de reír y negar.
— No hare nada por ti...
— ¿Seguro? — Suelta Claus en tono divertido — yo creo que te mueres por hacerlo...— dice sacando su cuchillo y empezando a jugar como de costumbre con él, dejando la amenaza implícita en sus acciones.
Para luego dejar un vaso de whisky delante de mí. Después toma uno a de las sillas de la mesa de al lado y la arrastra hasta quedar muy cerca de Sam que por supuesto lo observa con más odio aun. Una vez se sienta a su lado le sonríe con diversión.
— Ya les dije no pienso...
— ¿Ni siquiera por la hermosa de Chloe? — lo corta y de inmediato gana su atención.
Sus cejas se elevan sorprendido y me ve expectante.
— Oh si, la recuerda, ¿ves Dark? Te lo dije no podría olvidar ese par de tetas y ese coño delicioso o la mano que le da constantemente para ayudarlo a pajearse...— Sam se levanta de golpe y Claus solo ríe a carcajadas — ya siéntate no quieres morir sin antes verla ¿no? además solo digo verdades y es muy feo que te cabrees por ello, son virtudes hombre...— se burla sin dejar de sonreír.
— Sam toma asiento...— le pido dando un sorbo a mi vaso.
El sabor amargo del líquido ambarino me hace mirar mal a Claus, esto es una mierda pero no puedo pedir demasiado ya que no estamos en el mejor lugar de la ciudad. Después de unos segundos en los que el ex agente del FBI observa a Claus y este solo le sonríe burlón se deja caer en la silla y posa sus ojos en mí.
— ¿De qué habla? — pregunta tenso.
— Oye estoy aquí, podrías preguntarme directamente...— le espeta Claus haciéndose el ofendido, pero lo ignoro.
— Que si quieres a Chloe de regreso tendrás que conseguir la información...— Sam nos observa un instante y luego ríe sin ganas negando con la cabeza.
— ¿Creen que soy estúpido?
— Si, ciertamente eres bastante estúpido, quedo demostrado en el showcito que montaste en la mansión hace dos años...— se burla Claus — en serio hombre que vergüenza...— le dedico una mirada divertida a ambos y luego me inclino hacia el enfrente entrelazando mis dedos.
— Creo que eres bastante inteligente como para saber discernir entre lo que es bueno y malo para ti o para ella...— me encojo de hombros — a nosotros no nos sirve para nada, pero asumo que tú la extrañas...— juego con su mente — una cosa es tener una parte de ella — lo puyo recordando la mano que le enviamos hace un tiempo — a tenerla a ella, no estará completa pero estoy seguro que es mucho más valioso para ti tenerla que el vivir sin ella...— su cuerpo se tensa aún más y sus puños se cierran con fuerza.
Puedo comprender por lo que está pasando, pero el que lo comprenda no quiere decir que no lo usare en su contra.
— ¿En serio esperan que les crea? — suelta de pronto echándose hacia atrás.
— Hace poco más de un año que no sé nada de ella, quien dice que sigue con vida...— Claus sonríe malicioso y saca su teléfono, lo veo deslizar sus dedos por la pantalla para luego dejarlo sobre la mesa.
Mientras rebusca algo en el bolsillo de su pantalón, luego de dar con él lo veo sacar una de sus tan amadas paletas. Sam lo ve como si fuera la cosa más extraña del mundo y justo cuando esta por decir algo la voz de Jasón capta su atención.
— ¿Señor? — Claus se inclina hacia el frente y sonríe antes de meter la paleta a su boca.
— Hola Neo, ¿esta lista? — pregunta con diversión.
— Si, esta lista
Sam se tensa considerablemente y entonces Claus toma el teléfono una vez más y lo gira hacia su rostro, sus ojos se abren como platos y la rasposa y dudosa voz de Chloe inunda mis oídos.
— ¿Sam? — de inmediato este tiende su mano para tomar el teléfono pero Claus es mucho más rápido que él y lo aparta para ver la pantalla.
— Hola belleza...— saluda con una amplia sonrisa mientras Jenkins lo asesina con la mirada — Sam está un poco dudoso de colaborar con nosotros, ¿Qué tienes que decir a eso? — gira el teléfono y Sam presionan sus mandíbula con tanta fuerza que esta podría quebrarse en cualquier momento.
— Hazlo...— murmura con la voz cargada de emociones — ayúdales...— Sam frunce el ceño y niega ligeramente, mientras lo veo tragar duro, sus ojos se desvían de la panta hacia mí y luego hacia Claus y de regreso — te extraño...— murmura en un susurro que hace reír a Claus.
— Oh vamos no seas cínica y mentirosa, mientras estoy dándote amor no piensas en Jenkins ¿o sí? — suelta burlón y niego con la cabeza sonriendo.
— Basta...— me espeta entre dientes — ¿volverá conmigo? — pregunta con un ligero movimiento de su cabeza.
— Siempre y cuando consigas lo que estoy buscando, sino dense por muertos...— me encojo de hombros.
— Sam por favor...— jadea Chloe y Claus ríe.
— Hora de despedirse hermosa esta cita es de tres y tu estas sobrando...
— ¡No! — le espeta Sam cuando ve que Claus presiona la pantalla.
— Oh perdona, ¿querias despedirte? — guarda su teléfono nuevamente en el bolsillo y se inclina hacia el frente — no hay tiempo para eso...
— ¿Qué dices tenemos un trato? — pregunto cortando a Claus y sus estupideces.
— ¿Qué quieres?
— Así me gusta, sumiso y dispuesto...— murmura Claus.
Ignorando el comentario saco el sobre de mi amigo y lo deslizo por la superficie de la mesa hasta Jenkins que lo toma y sin perder tiempo lo abre, su ceño se frunce de inmediato mientras observa las capturas de las imágenes. Unos segundos después me observa.
— ¿Quiénes son?
— Eso es lo que quiero que averigües... el sujeto no aparece en ninguna base de datos, ni pertenece a ningún ente gubernamental, tampoco es parte del bajo mundo, pero ella...— hago una pausa señalando a la asiática — es la asistente de un importante empresario americano, pero se le ha visto con el Pakhan de la Bratva...— hago una pausa esperando que asimile mis palabras — mi equipo no ha encontrado mucho sobre ella, pero su jefe tiene un muy interesante historial dentro del FBI...— comento — quiero todo sobre el...
— Tu equipo es el mejor del mundo tengo entendido...— suelta burlón y rio.
— Es cierto, pero extrañamente lo único que hay sobre el en el sistema es el financiamiento de distintas armas que han sido adquiridas por la agencia hace algunos años, extraño que alguien como él se dedique a ese tipo de prácticas...— hago una pausa y suspiro — teniendo en cuenta que el gobierno suele ser quien se hace cargo del manejo de estas cosas...— Sam se tensa y mira las imágenes frente a él.
— ¿Qué estas sugiriendo?
— Nada, solo quiero saber quién es realmente y qué relación tiene con el FBI...— me encojo de hombros — estoy seguro que encontraras algo interesante para mi...— en ese momento mi teléfono vibra y mi ceño se frunce.
Lo saco para revisar y es un mensaje del griego.
Zarek: Nish no se siente bien, la llevare a emergencias...
Mi cuerpo se tensa de inmediato y me pongo en pie.
— Dame un momento...— Claus me mira con preocupación y marco el número del griego mientras me encamino hacia la puerta para salir.
Al segundo tono responde.
— ¿Qué pasa?
— Después de la cena, se sintió mal...— comenta — no ha dejado de vomitar, está sumamente pálida y esta mareada...
— Ponla al teléfono...
— Acabo de decirte
— Que la pongas al maldito teléfono — le espeto entre dientes por lo que bufa y luego de unos segundos lo escucho hablar.
— Es Dark...— escucho como corre el agua en el lavabo y luego de unos segundos su voz suena del otro lado.
— ¿Amor? — se nota débil.
— ¿Cómo te sientes?
— Me siento mal...— murmura — he vomitado como la niña del exorcista...— comenta y rio suavemente.
— ¿Realmente crees que debas ir a emergencias? — pregunto tenso.
— No, le dije a Zar que no hacía falta pero él insiste que no es normal...— en ese momento hace una pausa y escucho un movimiento rápido y luego el ruido del salpicar del agua.
Cierro los ojos y respiro profundo, meditando las cosas. Segundos después el griego vuelve al teléfono.
— Esta vomitando otra vez...
— Llama al servicio del hotel y que te consiga medicamentos para los vómitos, estaré allí en 45 minutos...
— Dark lo mejor será llevarla a emergencias...
— No vas a sacarla del maldito hotel...— le espeto — estaré allí en 45 minutos...— con eso finalizo la llamada y regreso al interior del bar.
Cuando lo hago me encuentro con una maldita locura desatándose en el interior. Claus y Jenkins están peleándose en medio de las mesas, pongo los ojos en blanco y camino hacia ellos, cuando estoy por alcanzarlos, Sam saca el mismo cuchillo que utilizo para herirme la última vez que nos vimos y suspiro sacando mi arma mientras todo el mundo grita alrededor.
Jenkins se detiene de inmediato al percatarse que lo apunto, pero Claus sonríe lazando tres puñetazos más al cuerpo y rostro de Sam que cae al suelo.
— Si quieres amor solo tienes que pedir por el...— murmura pateando su abdomen y sacándole el aire — puta mierda, mi paleta se cayó — se queja mirando al suelo.
— Andando tenemos que irnos...— le hago una señal a Claus que frunce el ceño y se pone alerta de inmediato — Jenkins te llamare en una semana para saber que tienes — con eso guardo el arma y me giro.
— ¿Chloe? — me grita en un gruñido.
— A Chloe la entregare en cuanto me des la información...— con eso camino de prisa hacia la puerta.
— ¿Qué pasa? — pregunta Claus a mi lado.
— Nish...— murmuro — no se siente bien...— la preocupación abarca todo su rostro y no perdemos tiempo en regresar al hotel.
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Al llegar una hora después al hotel gracias a una parada en una farmacia para comprar algunas cosas extras que me indico Maxwell después de llamarlo. Ingreso a la habitación que se encuentra a oscuras, en la sala se encuentra el griego bebiendo de un vaso de lo que asumo es whisky al verme se pone de pie.
— ¿Dónde está? — pregunto caminando hacia la habitación.
— Duerme...— responde caminando hacia la puerta — creo que debería verla un médico...— comenta preocupado pero lo ignoro ingresando a la habitación.
Nish está en la cama acostada de lado, mientras abraza una almohada, camino hacia ella y me siento acariciando su cabello y haciéndolo a un lado para poder tocar su mejilla, en cuanto siente el toque sus parpados tiemblan ligeramente y se abren, buscando mi toque. Cuando su mirada se encuentra con la mía sonríe y se levanta.
— Hola...
— ¿Cómo te sientes? — ella sonríe y suspira.
— Mejor, aunque me arde la garganta...— me explica y asiento.
— Quizás fue algo que comiste...— ella se encoge de hombros y asiente.
Me inclino para besar sus labios antes de ponerme en pie.
— Me daré una ducha y vuelvo...— se acomoda entre las sabanas y yo me pongo en pie para ir al baño.
Me doy una ducha rápida, me visto con un pantalón de chándal y nada más para regresar a la cama. Cuando lo hago Nish esta con los ojos cerrados, me acomodo junto a ella y permanezco cerca de una hora mirándola dormir, hasta que finalmente también me duermo.
Un movimiento brusco a mi lado me hace abrir los ojos, me siento de golpe al sentir a Nish salir de la cama con rapidez y perderse dentro del baño, me levanto siguiéndola preocupado, cuando entro esta doblada sobre el retrete con una de sus manos sobre su estómago y el otro en el borde del tanque. Donde se sostiene mientras las arcadas ponen la piel de su rostro roja y las venas se marcan al no tener nada que devolver más que jugos gástricos.
Me acerco a ella y acaricio su espalda mientras las contracciones producidas por la acción recorren su cuerpo tensándola. Unos segundos después la agitación en su respirar me hace inclinarme para cargarla y sentarla sobre la encimera del lavabo. Sus ojos están rojos y húmedos por el esfuerzo.
— ¿Mejor? — indago después de escrutar su rostro.
Ella no responde de inmediato ya que permanece con los ojos cerrados unos segundos tomando bocanadas de aire.
— Eso creo...— su voz suena carrasposa y ronca.
Tomo un vaso y sirvo un poco de agua que le tiendo, una vez da un sorbo me regala una sonrisa débil y rodeo su cuerpo para abrazarla mientras beso su coronilla.
— ¿Estaremos mucho tiempo aquí? — murmura abrazadme.
— Unos días, ¿por qué?
— Quiero ir a la tumba de mis padres y mi hermano...— me tenso un poco antes de separarme de ella y mirarla a los ojos — quiero verlos...
— Esta bien, desayunemos y vamos...— ella sonríe con pesar y cuando esta por agregar algo más, me empuja y salta de la encimera para correr una vez más al retrete donde vomita casi un litro de agua.
De inmediato salgo a la habitación en busca del medicamento que Maxwell le receto y al volver la encuentra enjuagando su boca con expresión exhausta. Le tiendo la pastilla la cual bebe sin dudar y luego se apoya en la encimera con los ojos cerrados.
— ¿Por qué no nos quedamos en la mañana aquí y por la tarde vamos a ver a tus padres? — indago buscando que descanse pero ella niega.
Por lo que termino cediendo. Media hora después estamos saliendo de la habitación para reunirnos con Claus, Max y el griego. Quienes tienen asuntos pendientes que resolver. Nos separamos en el lobby del hotel y tomamos caminos distintos. Nish y yo debemos recorrer varias horas de camino para poder llegar al lugar donde enterraron a sus padres.
El camino lo hacemos en silencio, ella no habla mucho y parece estar perdida en sus pensamientos. Por lo que después de dos horas tomo una de sus manos y la aprieto con dulzura.
— Ven aquí...— murmuro tirando de ella.
Me ve con el ceño fruncido y luego sonríe cuando desabrocho su cinturón y sin dudarlo ni un instante se trepa sobre mí sentándose en mi regazo, apoya su cabeza en mi hombro y pasamos el resto del camino en esa posición. Cuando estamos por llegar tomo una bocanada de aire, lo que estoy por contarle estoy seguro que no lo sabe.
— Nena...— la llamo para confirma que esta despierta.
— ¿Si?
— Hay algo que quiero decirte...— ella saca su rostro de mi cuello y me observa expectante.
— ¿Qué cosa? — trago duro cuando veo la entrada del cementerio.
— Tus padres y tu hermano iban a ser enterrados en un lugar muy distinto a este...— le explico cruzando a la izquierda y dejando atrás las oficinas principales del campo — una vez se inició la investigación, moví mis contactos y me hice cargo de todo...— murmuro — sabíamos quien lo había hecho y la razón de ello, así que no tenía sentido que la policía local hiciera alguna cosa, los traje aquí porque creí que sería un buen lugar para ellos...— Nish no dice nada permanece en silencio con sus ojos fijos en sus manos.
Detengo el auto frente a un camino seguido por una gran cantidad de árboles, cuando lo apago finalmente ella eleva sus ojos y me mira.
— Gracias por hacerte cargo de ellos...— murmura y trago duro.
— No tienes nada que agradecer, si hubiese hecho mi trabajo estarían vivos...— murmuro sintiéndome como la mierda por haber dejado en manos de otros la seguridad de Nish y su familia.
— Vamos quiero verlos...— murmura regresando a su asiento sin mirarme de nuevo.
Cuando baja del auto la imito y espero que lo rodee, una de sus manos se entrelaza con la mía y la guio hacia el costado derecho del campo santo. Pasamos una hilera de tumbas muy bien cuidadas, hasta un enorme sauce llorón que está muy cerca de un pequeño lago, ella mira a su alrededor con curiosidad y cuando da con el árbol sus ojos se abren como platos anegándose de lágrimas de inmediato.
Me detengo a metro y medio de distancia de este, donde cuatro lapidas con los nombres de los integrantes de la familia Valentines reposan. Nish se estremece a mi lado y da un par de pasos dudosa. Para luego caer de rodillas sobre el césped. Los sollozos no tardan nada en llegar y mi corazón se estruja. Camino hacia ella y la abrazo con fuerza.
No sé cuánto tiempo transcurre pero cuando finalmente deja de llorar se separa de mi pecho y presta atención a las lapidas, sus ojos brillando con intensidad. Se inclina y aparta un par de hojas de secas del nombre de la lápida de su madre y suspira.
En cada una de ellas están sus respectivos nombres y aunque no tuve el placer de compartir con ellos obtuve la información suficiente para dejar mensajes claros de quienes fueron en vida y lo que representaban para Nisha. Al leerlos sus labios dibujan una sonrisa triste y se pone de pie.
— Gracias...— murmura, para luego fijarse en la tumba de Max el gemelo de su hermano — ¿Cómo es que lo movieron para acá? — sonrió besando su frente.
— No iba a dejarlo solo pudiendo estar con su familia, además supe que tu madre siempre quiso vivir en este estado...— ella asiente y suspira.
— Te amo Ratko...— murmura muy bajito antes de besar mis labios y girarse para ver las lapidas.
— Yo también te amo nena...
Sé que esto es difícil, sé que es muy duro enfrentarse a esto después de tanto tiempo pero hice lo que mejor se me ocurrió por ellos.
Nisha.
Estar delante de las tumbas de mis padres y mis hermanos me hace sentir infinitamente triste, aunque me regocijo en el hecho que no solo vengue lo que me hizo a mí sino también lo que le hizo a ellos. Paseo mis ojos por las lapidas detallando los grabados. Dark debió gastar un montón de dinero en esto, ya que son de mármol negro y sus nombres están tallados en el resaltando en color dorado.
Tomo una bocanada de aire y lo libero lentamente.
— Hola mama y papa...— susurro, mi voz suena entrecortada — disculpen por no haber venido antes...— hago una pausa sin saber que decir — han pasado cosas, cosas que probablemente ninguno de los dos aprobarían...— Dark rodea mi cintura abrazándome desde atrás y pegando su cuerpo al mío.
— Él es Dark, es un hombre poco común pero les aseguro que tiene un corazón enorme...— sus manos se tensan sobre mi cintura pero continuo — él me ha salvado una y otra vez y sé que solo por eso sin importar lo que haga es suficiente para ustedes, me hace feliz y no me imagino mi vida sin el...— besa mi mejilla y lo siento sonreír — Claus sigue siendo el mismo de siempre...— hago una pausa y sonrió mirando las lapidas de los gemelos — el me recuerda de alguna forma a ustedes, siempre riendo y haciendo bromas...— hago silencio de pronto sintiendo las lágrimas volver a mis ojos — los extraño como no tienen una idea...— con eso cierro mis ojos y respiro profundo — los amo...— murmuro girándome para ver a Dark que me mira con intensidad.
— ¿Lista? — asiento y echo andar lejos de las tumbas que contienen mi familia.
Sintiéndome de pronto en calma, como si el estar aquí menguara el dolor y me ayudara a seguir.
— Cada vez lo haces mejor...— su voz es un susurro bajo en mi cabeza, lejano — me gusta esta Nish...— sonrió ante su tono orgulloso — nunca estarás sola, tienes a muchos a tu alrededor y yo siempre estaré aquí para ti, para cuidarte y protegerte, para recordarte que puedes con cualquier cosa, porque no solo sobreviviste al terror de cualquier mujer sino también lo enfrentaste y saliste victoriosa...— suspiro deteniéndome porque suena a despedida.
— ¿Te vas?
— No tengo a donde ir Nish, pero digamos que mi misión aquí está hecha...— sonrió — solo quiero pedirte algo...— hago una pausa y espero a escucharla — dile al ratón que lo quiero y que tenerlo en mi vida fue algo increíble...— sonrió con pesar.
— Se lo diré, pero estoy seguro que lo sabe...— hago una pausa esperando algún otro comentario pero solo el silencio me responde.
— ¿Amor estas bien? — pregunta Dark de pronto sacándome de mis pensamientos.
Su ceño fruncido mirándome con detenimiento, sonrió y asiento sintiendo como de pronto todo a mí alrededor va ajustándose, como si los engranes estuvieran reconstruyéndose y andado de nuevo, bien engrasados funcionando correctamente.
(5 horas después)
Devoro con ganas el plato de puré de patatas que tengo frente a mí, mientras Dark sonríe.
— Esta delicioso...— murmuro tomando también un poco de ensalada y luego un trozo de carne.
Hemos parado a comer en un restaurante, ya que moría de hambre, estamos a unos minutos del hotel y aunque me siento muchísimo mejor por haber podido ver a mi familia. En ese momento el teléfono de Dark suena y el no duda en responderlo.
— ¿Jasón? — responde, su ceño se frunce unos segundos y continua comiendo mientras escucha atento lo que sea que el chico de gafas y súper inteligente le explica al otro lado de la línea — está bien, gracias ten todo listo para cuando regresemos, ¿Volkov? — indaga y luego de unos segundos continua — perfecto, gracias Jasón — con eso finaliza la llamada.
— ¿Todo bien? — pregunto con curiosidad y el asiente.
— Si, todo en orden, de aquí saldremos hacia Praga, tengo una reunión con Volkov y un cliente importante...— comenta despreocupadamente.
— ¿Qué clase de cliente? — él sonríe con picardía y suspira.
— La clase peligrosa que paga mucho dinero por juguetes aún más peligroso...— comenta divertido y sonrió con malicia asintiendo en su dirección.
— ¿Iré contigo? — su cuerpo se tensa y me mira serio.
— ¿Quieres venir conmigo a Praga o a la reunión?
— Ambas de hecho...— respondo tranquila, pero su mirada se endurece y su cuerpo se tensa aún más — te dije que quería estar a tu lado y no es como un florero en la mansión...— comento encogiéndome de hombros por lo que él sonríe tras suspira.
— Lo sé, pero hay cosas en las que no quiero meterte...
— ¿Y que si yo quiero estar? — Sus manos se cierran con más fuerza sobre los cubiertos y suspiro — de acuerdo, solo ten en cuenta que no quiero quedarme en ese lugar encerrada...— el asiente y luego de unos segundos sonríe.
— Nunca dejas de sorprenderme...— sonrió ampliamente mientras termino con mi plato de comida.
El postre llega minutos después, el cual devoro también con ansias. Por alguna razón tengo muchísimas ganas de comer dulces, así que lo disfruto bastante. Una vez terminamos nos ponemos en marcha y regresamos al hotel, donde debo correr al baño ya que las náuseas han regresado.
Mi delicioso almuerzo ahora está en las tuberías, tras haberlo vomitado todo, cuando me reincorporo sintiéndome asqueada y ligeramente mareada, enjuago nuevamente mi boca mientras Dark me observa con preocupación desde la puerta con sus brazos cruzados sobre su pecho.
— Esto no me gusta...— murmura acercándose a mí.
— Estoy bien, seguramente es aun el malestar de ayer — le restó importancia mientras el acuna mis mejillas y besa mi frente con suavidad.
— Llamare a Maxwell para que venga a revisarte...— rio suavemente y me separo de él.
— No hace falta que traigas a Maxwell, por dios ese hombre debe tener millones de millas en viajes...— Dark ríe con arrogancia y se inclina sobre mi oído para murmura.
— Cuando tienes un jet privado las distancias se hacen cortas...— deja un beso suave sobre el lóbulo de mi oreja antes de separarse y regresar a la habitación.
Cuando lo sigo, lo encuentro sin camisa, en el costado la cicatriz de la herida de hace un tiempo me recuerda que aún no sé cómo, ni quien o porque se la hicieron. Sus ojos me pillan admirándolo y mis mejillas se calientan. Camino hasta el apoyándome en la punta de mis pies y alcanzo sus labios para besarlo.
Sus manos se van de inmediato a mi cintura donde se afianzan sujetándome con fuerza, las caricias suaves y delicadas que solía profesarme aunque aún me las da estas han disminuido y ahora tiende a ser un poco más brusco, más intenso. Sus manos descienden hasta mis glúteos y los aprieta con fuerza tirado de mi hacia arriba, mis piernas rodeando sus caderas y su miembro duro tentando mi entrepierna.
Dark camina conmigo hacia la cama, donde sube con cuidado y me apoya teniendo el cuidado de no aplastarme con su cuerpo, sus manos de pronto están aquí y allá, tocando, magreando, pellizcando y arrancándome gemidos de placer. Mis ojos se cierran y mi cabeza se va hacia atrás cuando sus labios empiezan un camino de besos por mi cuello que terminan con un mordisco sobre mi clavícula antes de bajar un poco más y morder mis pezones.
Mi pelvis se mueve contra la suya, desesperada por sentirlo dentro de mi gimo su nombre anhelando que nos deshagamos de la ropa, pero de pronto nuevamente la sensación desagradable de la bilis subiendo por mi garganta me hace apartarlo con brusquedad y salgo pitada al baño donde una vez más dejo el contenido de mi estómago que no es más que jugos gástricos y pocos retos de lo que comí.
Las caricias de Dark en mi espalda son un bálsamo mientras más arcadas llegan.
— Hola Doc, no ha mejorado, me gustaría que vinieras a echarle un vistazo...— su voz teñida de preocupación me hace mirarlo.
Sus ojos color miel fijos en los míos.
— Perfecto entonces nos vemos más tarde...— finaliza la llamada y cuando estoy por decir algo nuevamente debo callar y concentrarme en intentar respirar cosa que no logro hacer porque la arcada es demasiado fuerte.
Mi abdomen duele y siento que voy soltar también un pulmón en cualquier momento, cuando pasa finalmente lagrimas corren por mis mejillas y mi garganta no solo arde también se siente irritada más el sabor amargo en mi boca me hace estremecer.
— Vamos te llevare a la clínica, Maxwell nos vera allí en una hora...
— ¿Esta aquí? — pregunto un murmuro y el asiente acompañándome hacia la habitación.
Aunque no quiero ir a un chequeo porque estoy segura que esto debe ser solo el malestar por la comida que me cayó mal ayer, termino cediendo para que Dark se tranquilice. Un rato después ambos descendemos del auto en una lujosa y apartada clínica que se encuentra en las afueras del centro de la ciudad. Cuando caminamos hacia la entrada Claus nos espera allí con una pelta en la boca al verme lo primero que hace es acunar mis mejillas y escrutarme con sus preciosos ojos después de unos segundos sonríe con calidez.
— Te ves como la mierda...— bromea y lo empujo un poco mientras el ríe.
Deja un beso en mi frente y luego se gira para ver a Dark, le lanza un beso y le guiña un ojo, para luego regresar su atención a mí.
— ¿Debo preocuparme? — indaga y sonrió negando con los ojos.
— No, ya verán que es solo una mala digestión...— Claus le dedica una mirada significativa a Dark que rodea mi cintura y me ínsita a caminar.
Una vez dentro de la clínica, una enfermera nos conduce a un consultorio y luego de unos cinco minutos Maxwell ingresa con una bata blanca y una sonrisa afable.
— Dark, Claus...— los saluda apretando sus manos cuando posa sus ojos en mi me sonríe con calidez — Hola Nish ¿Cómo estás? — a diferencia de ellos a mí me saluda con un beso en la mejilla que me sorprende.
— Pues con cierto malestar estomacal...— el asiente y de inmediato nos hace pasar al cubículo continuo donde me pide que me acueste en una comilla.
Mientras me revisa en silencio, noto como sus ojos se fijan en los míos y sonríe cada tanto. Por alguna razón su sonrisa se me hace a que está pensando en algo que sabe y yo desconozco completamente.
— ¿Además del vomito has sentido alguna otra cosa? — indaga.
Yo permanezco en silencio mientras lo veo escribir en una hoja blanca. Haciendo memoria, además de estos vómitos lo único que he sentido recientemente son unos ligeros mareos en la mañana cuando me levanto. Por lo que le explico y el asiente, luego como si de un rayo se tratara, recuerdo mi periodo debía haberme llegado hace poco más de un mes y no lo ha hecho.
Mis labios se abren de golpe y al igual que mis ojos llamando la atención de los tres hombros que me acompañan. Niego repetidas veces negándome a esa posibilidad, porque Maxwell dijo que era peligro y además era improbable que ocurriera por los daños causados en mi interior.
— ¿Amor estas bien? — pregunta Dark mirándome con preocupación.
Siento una lagrima descender por mi mejilla sintiendo el miedo en mi interior a que sea justo lo que estoy pensando.
— ¿Nisha que pasa? — pregunta una vez más tenso y abro la boca para responder pero nada sale.
— ¿Hermosa? — es el turno de Claus de preguntar.
— Mi p-periodo...— finalmente logro articular tartamudeando.
Los tres fruncen sus ceños y me miran sin comprender.
— Mi periodo no ha bajado...— mis ojos se van a los azules de Maxwell que se abren repentinamente comprendiendo todo.
— ¿Qué? — Pregunta una vez más — ¿hace cuánto debía venirte? — pregunta poniéndose en pie y caminando hacia un armario de dónde saca una mesita con ruedas con un equipo que reconozco al instante.
— Hace poco más de mes y medio...— él se detiene y me mira serio.
— El medicamente que te aplicamos puede descontrol un poco los primeros meses el ciclo menstrual te lo explique...— murmura y recuerdo que algo dijo al respecto.
— Están diciéndome que...— murmura Dark tenso mirándome con seriedad.
— No lo sé, pero vamos a comprobarlo — comenta Maxwell acomodando todo para realizarme un eco.
Una vez está listo aplica el gel frio sobre mi vientre bajo la atenta mirada de Dark y la ansiosa de Claus que se pasea de uno al otro sin dejar de sonreír nerviosamente. Una vez el cabezal del aparato se apoya en mi vientre mi corazón late sin control, cierro los ojos y respiro profundo esperando las palabras del Doc no llegan nunca.
El silencio crece mientras el mueve el aparato por mi vientre, sintiendo los nervios desesperarme abro los ojos y lo veo con el ceño fruncido y expresión preocupada. Después de algunos minutos de mover de aquí para allá y agrandar imágenes en la pantalla respira profundo y le da una breve mirada a Dark que luce más tenso que yo.
— ¿Qué pasa? — pregunta tras ver que el Doc no abre la boca mirándome con curiosidad.
— Tienes dos meses de embarazo aproximadamente Nish...— murmura.
Y en ese instante mis ojos se desvían hacia Dark que me mira con intensidad, su rostro no refleja absolutamente nada, solo es una máscara imperturbable.
— ¿Qué? — Es Claus el primero en hablar — ¿Qué tenemos un jodido mini Dark en camino? — la emoción en su voz termina por hacerme reaccionar y descubrir que lagrimas descienden por mis mejillas sin control.
Una risa nerviosa se forma en mis labios mientras espero la reacción de Dark que no llega. Sus ojos siguen fijos en los míos, hasta que Maxwell le tiende un papel, el cual toma sin dejar de verme. Finalmente rompe el contacto visual conmigo sus ojos descienden al trozo de papel entre sus manos.
Sus nudillos se blanquean con la fuerza que ejerce en el agarre de este y su respiración se hace pesada. Claus empieza a parlotear cosas que no logro comprender, porque mi atención esta fija y centrada en Dark que solo mira el papel sin reaccionar.
De pronto una fuerte palmada contra su hombro nos saca a ambos del ensimismamiento en el que estábamos, Claus lo abraza emocionado y cuando lo libera viene a por mí. Me aprieta con fuerza y continúa hablando sin parar, pero no lo entiendo, no puedo entender nada cuando Dark ha puesto sus ojos en mí y la frialdad que veo en ellos me eriza la piel.
— ¿Dark? — murmuro con la voz extremadamente ronca.
— Claus sal de aquí...— suelta finalmente entre dientes.
Claus frunce el ceño y me ve un instante antes de ver a Dark, pone los ojos en blancos y bufa exasperado murmurando cosas que sigo sin comprender. Una vez estamos solos con el Doc camina hacia mí y me tiende el papel el cual tomo con manos temblorosas.
En cuanto mis ojos dan con la imagen una de mis manos se va a mi boca y empiezo a llorar sin poder contenerme. En la imagen en blanco y negro una pequeña mancha en forma de caraota me deja anonadada. La camilla se hunde a mi lado y Dark rodea mis hombros con su brazo para luego presionar su mejilla contra mi cien mientras lloro sin control asombrada por esto.
— ¿Qué tan malo es? — pregunta de pronto Dark llamando mi atención y erizando hasta el último vello de mi cuerpo.
— Es peligroso...— responde Maxwell — los daños en el útero de Nish son bastantes grandes...
— No...— suelto tajante.
Dark presiona su agarre sobre mi hombro y me fijo en Maxwell que me ve entre preocupado y asombrado.
— Nish, en teoría por el nivel de daño en tu útero no deberías estar embarazada...— murmura y me tenso — de alguna forma lo estas y no sé qué tan seguro sea para ti o el embrión...— niego con la cabeza sin control mientras Dark permanece en silencio a mi lado mirando el papel entre mis manos.
— No, claro que no...— sollozo sin poder controlarme.
— ¿Qué quieres decir? — pregunta Dark una vez más a mi lado y lo noto malditamente tenso.
— Deberían interrumpir el embarazo...— esas palabras hacen que mi cuerpo se erice y un sollozo aún más fuerte sale de mis labios.
— No, no van a quitarme a mi bebe...— me deshago en llanto metiéndome en el pecho de Dark que me abraza con fuerza pero no dice nada.
Sus manos acarician mi cabello y lo siento respirar pesadamente, tomando bocanadas de aire y liberándolas lentamente. Los recuerdos de lo que hice asaltan mi cabeza y lloro con más fuerza. Después de unos segundos escucho una puerta cerrarse y los labios de dark presionarse contra mi coronilla.
— ¿Amor? — su voz es tan ronca que se me hace difícil reconocerla.
— No, si se supone que...— murmuro y me separo de el para verlo.
Lo que encuentro en su mirada me paraliza. Sus ojos brillan cargados de lágrimas, las cuales no caen de sus ojos pero me dejan ver lo aterrado que esta con esta noticia, pero también la ilusión se puede ver en su mirada y es lo que necesito para aferrarme a esto.
— No lo haremos...— sueno demasiado firme a pesar que también estoy aterrada porque si es un riesgo esto podría salir terriblemente mal.
— Amor no...— empieza pero niego separándome más de él.
— No Dark, escúchame bien...— le espeto señalándolo, lagrimas descienden sin control de mis ojos y pero sueno firme — es nuestro hijo...— murmuro haciendo que su pecho se paralice durante un segundo y luego sus ojos se cierren con pesadez.
— No lo haremos...— afirma colocando sus brazos alrededor de mis hombros y llevándome a su pecho para abrazarme con fuerza.
No sé si es una locura, o una imprudencia, pero si esto está pasando lo tomare como un pequeño milagro, un regalo que de alguna forma la vida nos devuelve y uno estoy dispuesta a luchar con todas mis fuerzas.
Nota del autor: hola mis Darklings, esta sera una nota bastante corta, estoy con migra;a y por eso no había podido actualizar la cabeza va a explotarme, pero les quería comentar que este es el ultimo capitulo que subiré hasta tener listo los demás que los subiré de maratón uno detrás del otro. Espero que podamos hacer el envivo o la sala para leer juntos el epilogo que lo subiré unas horas después del capitulo final. Espero poder hacer esto el día Domingo en la tarde. Pero si sigo con el dolor de cabeza posiblemente lo retrasemos.
Repacemos rápidamente el capitulo con uds.
Corvin? saben quien es no? para las que aun están perdidas, es el desconocido si, ya tiene rostro y nombre.
Sam y Chloe los habían olvidado? pues han vuelto.
Ahora lo mas del capitulo EL EMBARAZO RIESGOSO DE NISHA... COMO ESTÁN CON ESTO? un beso enorme y gracias infinitas por el apoyo, por cierto feliz día del libro un poco atrasado. les amo.
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