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Capítulo 61 - Alianzas.



Claus.

Ubicación: La mansión.

Hora: 10:25 am.

(Dos días después de la muerte de Griffin)

— Oh si...— Max jadea debajo de mí mientras entro y salgo de su precioso, deliciosos y rosado coño que me recibe hambriento.

— Si, lo se te encanta...— gruño aferrándome a sus piernas las cuales mantengo abiertas para poder gozar de la vista que da su cuerpo desnudo y cubierto de sangre.

Sonrió de lado cuando sus manos se van a sus tetas y las presiona con fuerza mientras su espalda se arquea y su cabeza se va hacia atrás.

— Vamos dime que quieres mas...— la envisto con más fuerza apretando mis manos sobre sus muslos.

— Cállate y follame...— me espeta sin mirarme y vuelvo a reír al momento en que me detengo y ella se queja.

Su mano se mueve debajo de la almohada y la veo sacar una de sus 9 mm y apuntarme con ella.

— Vuelves a detenerte y juro por dios que te arranco los huevos...— me amenaza y elevo una de mis cejas.

Libero sus piernas y me cruzo de brazos, sin salir de ella, sus ojos se desplazan de los míos hacia mi cuerpo y en cuanto empieza a descender por mi torso salgo y entro con fuerza rotando las caderas. Cosa que la hace gemir más fuerte y aflojar el agarre en el arma la cual tomo arrancándosela de la mano y aventándola al otro lado de la habitación donde cae con estrepito posiblemente junto a la otra que hace un rato también le quite.

— Sin armas...— gruño afincando mi pulgar en su clítoris que la hace gritar una vez más — ahora ¿con que coño vas a amenazarme? — me dejo caer sobre su cuerpo y beso sus labios sin cuidado y con brusquedad.

Justo en el momento en que va a responderme alguna de sus dulces palabras mi teléfono suena sobre la mesita de noche, con el timbre de Dark y mi ceño se frunce, de inmediato y sin si quiera pensar salir de su interior me estiro y tomo la llamada de mi supuesto jefe y mejor amigo.

— ¿Me extrañas? — le suelto en un gruñido mientras me hundo con más fuerza en el coño de Max que esta asesinándome con la mirada.

— ¿Dónde estás?

— En mi habitación follando el coño de Max...— respondo moviendo mis dedos en círculo sobre su clítoris cuando vi intenciones de arrebatarme el teléfono.

Escucho un bufido por parte de Dark y rio divertido.

— Deja los celos cuando regreses de tu mini luna de miel con Nish te rompo el culo como tanto te gusta...— escucho la risa de Nish en el fondo y rio también — hermosa extraño tenerte en mi cama...— canturreo haciendo que Dark gruña y vuelvo a reír — no es mi culpa que le guste mirar películas conmigo...— salgo del coño de Max — espera un momento, te pondré en alta voz — con dejo el teléfono sobre la cama, presiono el speaker y aprovecho para cambiar de posición a la hermosa rubia que cada vez está más cabreada.

Pero ignoro ese pequeño detalle obligándola a ponerse de espaldas y en cuatro, sin advertirle vuelvo a hundirme en su coño y vuelvo hablarle a Dark.

— ¿Dime para que soy útil?

— Para nada la verdad...— responde Dark en tono burlón y pongo los ojos en blancos.

— Eso me ha dolido...— finjo estar ofendido y suelto una nalgada en el culo de Max cuando ríe divertida.

— Claro, necesito que vayas al sur de África...— mi ceño se frunce.

— ¿Qué?

— Te enviare un mail con lo que necesito que hagas...— hace una pausa y suspira — así que una vez termines con Max ponte en marcha — con eso finaliza la llamada antes que pueda decir algo.

— ¿África? — pregunta Max mirándome sobre su hombro y sonrió.

— Me ha dicho que termine primero contigo y no te escucho gritando...— tomo sus nalgas y las separo para dejar caer un hilo de saliva y luego presionar mi pulgar contra su culo — vamos hermosa grita...— entierro mi dedo en él y pasa justo lo que quiero, sus gritos llenan mi habitación y estoy en el maldito cielo del sexo.

Me muevo con rapidez sin dejar de estimular su culo y su clítoris y en cuestión de nada Max está corriéndose con intensidad, para después de algunas envestidas más la acompaño, descargándome en su interior. Su cuerpo se estremece ligeramente y rio cuando su frente se apoya en la cama y un escalofrío la recorre entera. Suelto una nalgada a su culo y salgo de ella, saliendo de la cama de inmediato.

— ¿A dónde vas? — se queja cuando me ve caminar hacia el cuarto de baño.

— África...— respondo con tranquilidad guiñándole un ojo y ganándome una mirada divertida de su parte.

Con la curiosidad corriendo por mis venas entro a la ducha y me preparo mentalmente para lo que voy a encontrar en el mail que me ha enviado Dark.

#

Ubicación: Sur de África

Hora: 3:00 pm

(Dos días después de la conversación telefónica con Dark)

— Puto calor de mierda...— me quejo apartando el sudor de mi frente mientras veo como Max se burla de mí.

— Si no es el frio es el calor, ¿Qué hace falta para complacerte? — responde colocándose sus gafas de sol.

— A ti en cuatro gimiendo...— respondo sonriendo con malicia por lo que ella pone los ojos en blanco pero sonríe coqueta.

— Concéntrate muñeca...— me espeta Arkasha a mi lado mientras el griego revisa algo en la tableta que sostiene.

— El objetivo está a dos kilómetros...— comenta posando sus ojos en Ark que asiente y se gira hacia los hombres que están detrás de nosotros.

— Bien a sus posiciones y esperen la señal...— ellos asienten y suspiro una vez más ajustando la gorra que me tapa del inclemente sol.

— Espero por el bien de Dark que esto sea realmente importante...— murmuro mirando el camino.

En el horizonte una nube de polvo se eleva dejando en claro que algo se mueve con velocidad y alborotando la tierra seca del camino.

— Max, ve al montículo...— comenta Zarek girándose para colocarse sus gafas de sol.

El griego se siente jefe hoy. Pero ninguno lo contradice, el que haya manejado las cosas con la sirena en el operativo lo ha dejado bien parado con Dark y de cierta forma el que haya traído esas preciosas hormigas —de las cuales me he enamorado y por las que siento un profundo respeto— para torturar al fallecido Griffin lo ha puesto en buen plan con Dark.

Aunque la tensión se mantiene y Dark aun quiere asesinarlo por haberse follado a su alter. Las cosas un poco más llevaderas entre ellos. Por otro lado Nish ha sufrido un cambio un tanto interesante. Sigue siendo nuestra Nish, dulce, cariñosa, expresiva pero de alguna manera después de ese día algo en su mirada cambio y su actitud es mucho más...

¿Segura?

No lo sé, solo sé que está un poco distinta. Su alter no ha jodido estos días, aunque pregunte por ella la respuesta de Nish fue "ha estado bastante tranquila" asumo que al cumplir con su principal objetivo se ha tomado una vacaciones y se las merece, solo que no sé qué coño podría visitar dentro de un cerebro.

— ¡Claus! — me grita el ruso sacándome de mis pensamientos.

— ¿Qué? — pregunto frunciendo el ceño.

— Aquí viene...— dice señalando el camino en donde efectivamente se ven el reflejo del sol sobre un montón de parabrisas.

— Mierda, son como muchos...— murmuro.

— Solo son dos por camioneta no te preocupes, los superamos en número...— agrega el griego — además es de confianza, no creo que salga mal...— agrega después de unos segundos y comprendo que el sujeto que viene en camino es conocido del griego.

— ¿Sabes quién es? — pregunto confundido.

— Sí, he hecho negocios con él una que otra vez...— se encoge de hombros y sonríe — muchos mafiosos son de querer tener animales exóticos en sus casas, él puede conseguirlos, ¿Qué demonios le ha pedido Dark? no tengo idea — dice mirando hacia el otro lado.

Un grupo de die jodidas camionetas blindadas de color negro se detienen delante de nosotros. Todas las puertas se abren y de cada una de ellas descienden dos hombres, negros de por lo menos dos metros de altura cada uno.

— Santa mierda, son enormes...— murmuro negando con la cabeza — ¿se imaginan el tamaño de esas pollas? — Agrego llamando la atención de Zarek y el ruso que me ven sin comprender mi comentario — ¿Qué? se dice que los negros las tienen grandes, nunca he follado un negro...— me encojo de hombros y ellos bufan poniendo sus ojos en blanco y yo rio divertido.

Amo molestarlos.

De pronto de la tercera camioneta sale un sujeto bajito, regordete, calvo y además horrendo. Con una traje a la medida blanco, un sombrero en una de sus manos y un tabaco en la otra. Su cara regordeta nos mira en la distancia y sonríe un poco al notar al griego que mete las manos en los bolsillos de su pantalón.

— Zarek...— dice el sujeto caminando con prisa hacia él, el griego sonríe cuando lo alcanza y el sujeto lo abraza como si fuera un hijo que tiene siglos sin ver — muchacho que bueno verte...— comenta separándose finalmente de él.

Luego sus ojos se posan en nosotros y regresa hacia el griego que suspira girándose para vernos.

— ¿Cómo es que estas con la gente de Dark? — pregunta frunciendo el ceño.

— Esa es una larga historia que no tendrá el gusto de escuchar, porque este calor de mierda me está matando y quiero terminar con esto para regresar a casa...— el hombre se fija en mi mientras me acerco a él, en cuanto me reconoce su sonrisa se desvanece y me mira atento.

— Señor Claus...— me saluda asintiendo con respeto y rio.

— Nada de señor, eso con es con Dark...— comento restándole importancia a los títulos — ¿y bien? — pregunto cruzándome de brazos.

— Pues verán...— murmura algo nervioso mirando a Zarek que frunce el ceño — el pedido de Dark ha sido bastante difícil de conseguir y pues...

— ¿Qué pasa Fate? — lo corta el griego.

— El precio aumento...— responde sin más — para obtener y lograr lo que quería en el tiempo que me pidió pues hubo varias cabezas que cortar y muchos hombres que sobornar.

Mi ceño se frunce ¿qué coño le ha pedido Dark a este tipo?

— ¿Cuánto? — por lo que él me mira dubitativo.

— Veinte más...— elevo una de mis cejas.

— ¿Veinte mil? — pregunto en tono burlón y el ríe divertirlo.

— Millones...— esta vez mis cejas se eleva en el aire.

— ¿Qué? — Pregunto anonadado — ¿me estas jodiendo verdad? — el hombre niega y mete una de sus manos dentro de su saco y de el extrae una pequeña caja de metal.

— Es justo como lo pidió, además se le ha instalado el sistema que pidió...— mi ceño se frunce.

¿Un sistema dentro de esa caja?

Cuando voy a tomar la caja el Fate la retira y ríe.

— Hombre primero el dinero, estas bellezas cuestan más que tu vida...— elevo una de mis cejas y rio sin ganas.

— Pues si tú quieres que la tuya termine ahora podemos hacerlo rápidamente...— me encojo de hombros sacando el cuchillo de su estuche, empiezo a jugar con él al mismo tiempo que sus hombres me apuntas con sus armas.

— Claus...— murmura Zarek a mí y suspiro.

— ¿Qué? yo solo estoy jugando ellos son lo que están apuntándome...— sonrió con picardía hacia el griego y le guiño un ojo — tranquilo gatito no hace nada...— borro la sonrisa de mis labios y esta vez miro serio al enano panzón que tengo en frente — haces negocios con Dark y deberías estar consciente que si pago por un precio previo no hay forma ni manera que vayas a estafarlo luego, incluso el pensarlo es ridículo...— sonrió con malicia.

— Disculpa Claus, pero negocios son negocios...— murmura devolviendo la pequeña caja al interior de su saco — dile a Dark que el dinero será devuelto en 24 horas y se descontara un 10% de el por las molestias ocasionadas...— mis cejas se elevan sorprendido.

Sin poder evitarlo empiezo a reír a carcajadas porque en serio este tipo tiene que ser demasiado estúpido para estar haciendo esto.

— Fate, no estas siendo muy listo...— murmura Zarek tenso a mi lado.

— Oh no muchacho, estamos en mi maldito país y este es mi territorio...— empieza señalándolo con la mano que sostiene el puro.

— Max...— murmuro sonriendo ampliamente y al instante dos de sus hombres caen al suelo, muertos.

Todos los demás se alteran empiezan a gritar cosas en ese extraño idioma que hablan.

— ¿Qué mierda? — suelta Fate mirando detrás de si como tres de sus hombres caminan hacia nosotros sin dejar de apuntarnos.

— El que suele hacer amigos de estar forma es Dark, yo soy más social ¿saben? — comento a todos en general elevando un poco el — pero me obligan a hacer cosas que no quiero...— mi sonrisa se amplia y elevo mi mano apuntando a otro de sus hombres como si tuviera un arma en la mano — BANG — hago el ruido y el gesto como si hubiera disparado al mismo tiempo que el tipo al que le "dispare" cae con un tiro en la frente.

Y repito la acción mientras todos gritan e intentan comprender desde donde están disparándoles. Nuestros hombres salen de sus lugares impidiendo que nos ataquen. Su número se redujo de una veintena a solo catorce de ellos. Una verdadera pena, muchas mujeres lloraran por la ausencia de catorce pollas enormes. En fin, así es la vida.

— ¿Aun quieres seguir fanfarroneando? — le pregunto sin dejar de sonreír.

Fate presiona su mandíbula con fuerza y con lentitud eleva su mano pero justo antes de meterla dentro del saco se detiene y me ve con expresión divertida.

— Muchacho te he dicho que estas en mi maldito país...— en ese momento un camión enorme llega y de él descienden unos treinta hombres en total, armados hasta los dientes.

Zarek se lleva las manos a la cara y niega con la cabeza.

— Fate no hagas esto...— murmura — en serio esto es solo un país contra toda una organización que si lo desea puede gobernar el mundo mañana y aplastarte a ti y todos tus negocios en un parpadeo...— continua.

Elevo la mano y golpeo su cabeza.

— No le quites lo divertido a la vida, el tipo desea morir...— le espeto posando mis ojos en el enano rechoncho.

Su expresión arrogante deja en claro que aún no comprende las cosas. Zarek niega con la cabeza y eleva las manos en el aire girándose.

— Que conste que te lo advertí...— me da una mirada desaprobatoria pero se aparta y camina hacia el ruso que sonríe recostado del deportivo negro en el que vinimos.

— ¿Me darás la puta caja o tendré que quitártela? — Fate me con una sonrisa y se encoge de hombros — por sujetos como tu es que amo lo que hago...— rio y elevo mi mano sacando el dedo corazón dándole la señal a Max para que haga lo suyo.

Un punto rojo se posa en medio de la frente de Fate y sonrió, meto la mano en mi bolsillo y saco mi teléfono busco la cámara y le hago una fotografía, luego lo giro y rio divertido.

— Puedes ser dueño del país pero antes si quiera que puedas ordenarles algo mi chica estará perforando tu cabeza hueca...— Fate me mira serio y después de unos segundos, vuelve a sacar la caja.

Me la tiende pero duda un instante antes de dejarla sobre mi mano.

— No creí que Dark en algún momento necesitaría estos...— murmura apartando la mano — sea quien sea no sé si tiene suerte o es solo demasiado idiota...— con eso se gira y le hace una señal a sus hombres que se retiran mientras el camino hacia la camioneta.

Suspiro mirando la caja y niego con la cabeza. ¿Qué coño podría contener esta pequeña caja que cueste tanto dinero? Cuando muevo mi mano libre para destaparla el cañón de un arma me detiene.

— Creo que eso es del jefe y no es asunto tuyo lo que contenga...— el ruso quita el seguro y me giro para verlo incrédulo.

— ¿Por qué se supone que no puedo verlo? — Me quejo — vine hasta aquí por él, estuvieron apuntándome un montón de negros pollas grandes, hace un calor de mierda ¿y me dices que no puedo ver qué coño tiene dentro?

— Claus o seas pesado y vámonos de aquí, mientras más nos demoremos en irnos peor será el calor...— comenta Max sosteniendo a Christmas detrás de mí, para luego darme un empujón.

Cuando estoy por responderle mi teléfono empieza a vibrar. En cuanto lo saco la fotografía de mi malagradecido mejor amigo se ilumina y frunzo el ceño.

— ¿Qué coño compraste que me has hecho venir al fin del mundo donde hace un calor de mierda y además hay tipos con pollas gigantes dispuestos a matarme? — es la forma en que le saludo.

Dark bufa del otro lado de la línea.

— ¿Lo tienes?

— Si, sea lo que sea que compraste lo tengo...— respondo caminando hacia el deportivo — ¿y bien, que se supone que es?

— Tráelo...

— ¿Qué?

— Que lo traigas...

— ¿En serio me harás ir hasta allá y llevarte esta cosa?

— Claus no lo reitere dos veces...

— Genial, ahora soy el tipo de los recados...— me quejo — está bien, está bien...— respondo resignándome — pero ¿dónde quieres que lo lleve? — recuerdo que no tengo idea de donde coño se ha ido con Nish.

— Te daré las coordenadas luego...— y con eso finaliza la llamada.

— Genial soy el tipo de los recados...— murmuro quejándome y todos ríen.

— de hecho creo que todos lo somos...

— ¿Qué coño hay aquí dentro que nos envió a todos? — murmuro intentando abrir nuevamente la caja y recibiendo un manotazo por parte de Max.

— En realidad era solo tu misión...— murmuro la rubia junto a mí.

Frunzo el ceño y lo veo sin comprender.

— ¿Qué?

— Les he pedido que me acompañen...— responde Max divertida.

— No iba a dejarte venir aquí solo...

— De haberlo hecho habrías regresado en partes y en cajas...— murmura el griego poniendo su cabeza contra el respaldo y cerrando los ojos — avísenme cuando llegamos.

— Que poca fe me tienen...— murmuro negando con la cabeza.

— Te tenemos fe, tanta que sabemos que ibas a cagarla a los cinco minutos de haber venido...— responde la rubia riendo con malicia.

Después de veinte minutos andando, Max también se ha quedado dormida y la rubia está demasiado ocupado conduciendo como para prestarme atención, por lo que con cuidado, abro la caja y lo que veo en el interior me deja perplejo.

— ¡¿Que mierda?!


Dark.

Ubicación: Desconocida

Hora: 10:00 am.

(16 horas después de la misión al sur de África)

— Bien Maxwell, gracias por esto...— respondo mirando la pantalla donde se encuentran informes médicos.

No solo de los hombres que nos atacaron en el castigo, sino también de la última revisión de Nish y como ha ido el tratamiento que le puso.

— No hay de que, ¿Cómo ha estado Nish después de enfrentarse a Griffin? — pregunta captando mi atención y obligándome a elevar los ojos para verla.

— Increíblemente perfecta...— murmuro con una sonrisa maliciosa en los labios.

Mientras ella eleva el rostro y me observa. Esta tendida en mi cama, solo lleva un conjunto de ropa interior negra muy sexy, su cabello está recogido y algunos mechones caen sobre su cara, en sus manos tiene un libro que ha empezado a leer hace algunas horas, una recomendación de Gretta.

Me sonríe con coquetería y desliza sus dedos por el contorno de su muslo de forma insinuante.

— ¿Ha habido algún cambio en su alter? — me echo hacia atrás en el respaldo del sillón donde estoy sentado y demoro unos segundos en responder ya que su sonrisa pícara me invita silenciosamente a imaginar muchas cosas.

— Pues si varios, ya no jode tanto como antes...— comento y su sonrisa se ensancha.

— ¿Y ella? — humedezco mis labios y tenso la mandíbula cuando desliza su dedo índice por el borde de su pechos.

— Ella...— hago una pausa y barro su perfecto y esculpido cuerpo con horas de entrenamiento con los ojos y rio suavemente.

— También ha tenido cambios...

— ¿Positivos?

— Si, positivos...

— Eso es excelente Dark, si desean iniciar con un tratamiento para lo del alter solo avísame...— asiento aunque no me esté viendo.

— De acuerdo lo hablare con ella y te avisare...

— Perfecto, respecto a los soldados...— hace una pausa y respira profundo — Dark esto no me gusta nada...— suspiro y desvió los ojos una vez más a la pantalla para continuar con el trabajo.

Tristemente aunque lo desee con todas mis fuerzas, no puedo olvidarme de él y menos cuando hay soldados modificados genéticamente listos para ir por mí y los que amo. Desvió un instante mi mirada hacia Nish que ha vuelto a meterse en el libro.

— ¿Qué sabes al respecto? — insisto en la pregunta que le he venido haciendo desde que me informo que estos sujetos no eran nada normales.

— Lo que te he dicho...— sé que me está mintiendo, pero también sé que si no está dándome la información completa tendrá muy buenas razones.

— Este bien, gracias Maxwell hablamos luego...— finalizo la llamada y me centro en los videos recuperados de la mansión de Vitaly en Italia.

Jasón los envió hace una hora, le he pedido que revise todos los videos de los días que estuvo en Italia y cada persona que entro y salió de ese lugar, que hiciera una lista de ellos y los cotejara con la lista de cada miembro de la mafia, ente gubernamental o terroristas que tenemos en la base de datos. Vitaly se ha estado moviendo con demasiada seguridad y confianza.

Con más de la que suelen tener los rusos y eso solo me deja en claro que alguien de mucho poder está respaldando sus pasos y si mi instinto no me falla —que rara vez lo hace— puede que de alguna forma esté ligado a estos súper soldados.

En cuanto abro la lista varios nombres aparecen en ella, ninguno llama mi atención excepto uno. Uno que no había escuchado en varios años. Frunzo el ceño y busco el número de la grabación. En cuanto doy con él le doy doble clic y empiezo a reproducirlo.

En él se ve el patio trasero de la mansión un bonito solar donde se ve a Mary tomando él te. No puedo evitar sonreír al verla y recordar como la sirena la dejo. Junto a ella se encuentra otra mujer, elegantemente vestida, cabello negro hasta los hombros con rasgos asiáticos. Aunque han pasado varios años desde la última vez que la vi, puedo reconocerla.

Es la asistente o la secretaria de un empresario que me contacto hace unos años para que la empresa de seguridad que me sirve de pantalla en Estados Unidos le brindara servicios a su propia empresa. Platican animadamente mientras algunos de los rusos se pasean por el área vigilando.

— ¿Qué hacían juntas? — murmuro mientras el video corre.

Minutos después un sujeto con equipo táctico se hace presente, saluda con una ligera inclinación de cabeza a la italiana y luego se inclina para comentarle algo en el oído a la asiática que asiente y luego le sonríe a Mary, se pone en pie se despiden amablemente y se va con el sujeto.

El siguiente cuadro es de ella misma hablando con Vitaly, parece molesta pero luego simplemente se gira y se con el tipo de uniforme y el ruso se queda en la puerta de la mansión con una sonrisa que conozco demasiado bien. Tomo el teléfono y marco el número de operaciones.

— ¿Señor? — responde Jasón al segundo tono.

— Investiga a la asiática y qué relación tiene con Vitaly...— le ordeno, en ese momento el video salta a una toma distinta.

La misma mujer está entrando a un comando militar ruso junto al mismo sujeto de uniforme.

— ¿Qué hace ella en un comando militar ruso? — pregunto.

— Estoy trabajando en ello señor, sea lo que sea que tengan en ese comando está muy bien resguardado, quizás en un par de horas logre descifrar el sistema de seguridad y entre a su base de datos...— me explica.

— Muy bien, quiero un informe en cuanto termines...— hago una pausa y suspiro — entra en el sistema de la empresa de seguridad y busca el contrato de la compañía para la cual trabajar la asiática, quiero todo lo que consigas de ella y el dueño...

— Si señor, ¿algo más?

— Por ahora eso, mantenme al tanto...

— Señor...— con eso finalizo la llamada y permanezco con los ojos fijos en el sujeto junto a ella.

No es un guarda espaldas, nadie anda por la vida con un guarda espaldas con equipo táctico. Este sujeto es un soldado sin duda alguna.

— ¿Qué haces? — Nish pregunta sacándome de mis pensamientos.

En el momento en que despego los ojos de la pantalla y miro en su dirección está acercándose a mí, aun con el libro entre las manos.

— Trabajo...— respondo sin más.

— Puedo intuirlo, pero algo no te gusta ¿no es así? — pregunta sentándose a mi lado y mirando a la pantalla.

Rasco mi barba mientras le hago espacio a mi lado y le permito ver la imagen de la asiática y el sujeto a su lado.

— ¿Quiénes son? — pregunta con curiosidad.

— Ella hasta donde sabia es una simple asistente...— murmuro.

— ¿Y que hace con un soldado? — pregunta frunciendo el ceño y sonrió.

— Es justo lo que estamos averiguando...— ella asiente y suspira.

— ¿Es alguna misión? — sonrió al notar el interés en sus ojos.

Medito un instante y opto por no contarle todo el tema, quiero que esté tranquila.

— Algo así...— me inclino para besar sus labios, los cuales sonríen en cuanto sienten los míos.

— ¿Cuánto tiempo nos quedaremos? — murmura con curiosidad.

— El tiempo que quieras...— me encojo de hombro dejando besos suaves en su cuello.

— ¿Y tu trabajo? — indaga y rio cuando su piel se eriza después de mordisquear su cuello.

Me separo para verla y sonrió cuando veo el deseo en su mirada.

— Es lo que hago ahora, puedo trabajar desde donde lo desee...— me encojo de hombros.

— Solo voy a misiones de vital importancia...— ella eleva sus cejas y ríe negando con la cabeza.

— Entiendo...— justo cuando estoy por besarla una vez más mi teléfono suena.

Es Jasón nuevamente, dejo un beso rápido sobre sus labios y respondo.

— ¿Jasón?

— Señor Claus acaba de comunicarse conmigo, ya aterrizo esta de camino...— suspiro.

— Gracias...— finalizo la llamada y miro a los ojos de Nish.

— Claus estará aquí en una hora aproximadamente...— sus ojos brillan y su sonrisa se ensancha.

— ¿De verdad? — ladea su rostro y me ve con curiosidad.

— ¿Qué este lugar era una especie de fortaleza secreta que solo Gretta, Jasón y tu sabían de su existencia? — rio suavemente y asiento.

— Así es, pero necesito algo que Claus fue a buscar para mí y no iba a permitir que nadie que no fuera el conociera este lugar...— hago una pausa y suspiro — si no fuera por ti Claus estaría muerte en este momento, traicionarme se paga con la muerte amor...— le explico nuevamente y ella se tensa — pero sé que se arrepintió de lo que hizo y más le vale si quiera pensar en volver hacerlo porque una vida no le alcanzara para todo lo que le hare...— Nish se estremece con el tono frio que utilizo y asiente.

— Bien entonces bajare ayudar a Gretta con la comida...— me mira un instante y sonríe con calidez.

— Claus no volverá a traicionarnos amor...— murmura dejando un beso sobre mis labios — porque si lo hace yo mismo lo mataría...— eso me hace mirarla sorprendido.

Pero no me da tiempo de decir nada porque vuelve a besarme y se pone en pie caminando hacia el armario donde demora algunos minutos y luego sale con un hermoso vestido que se ajusta a su cuerpo de forma sublime, me guiña un ojo coqueta y sale de la habitación, dejándome solo.

#

— Esto me duele...— comenta Claus poniéndose la mano en el pecho y limpiando una lagrima imaginaria de su ojo — ¿Cuándo pensabas contarme sobre esto eh? — me espeta fingiendo llorar señalando a su alrededor mientras Nisha ríe y Gretta lo ve con expresión confusa — siempre he estado en tu puta vida, he dado casi todo mi ¿y así me pagas? — suelta clavando su índice en mi pecho — me dueles Dark, me dueles...— se aparta dramáticamente de mi lado y camina hacia Nish que lo recibe roja de la risa — y tú no te burles de mi sufrimiento amo a ese hombre más que a mi vida y no solo tengo que compartirlo contigo sino que también me oculta cosas como estas...— se abraza y la risa de Nish aumenta aún más mientras yo pongo los ojos en blanco.

— No ha cambiado nada...— murmura Gretta a mi lado y bufo exasperado por la ridiculez que hace Claus.

Cuando la libera se gira cruzándose de brazos y me dedica una mirada seria.

— Olvida lo que te dije por teléfono, no mereces mi polla en tu culo...— los ojos se Gretta se abren como platos y Nish termina soltando una fuerte carcajada.

— Ya cállate Claus...— le espeto caminando hacia la cocina mientras él me sigue farfullando cosas que no logro entender.

Una vez allí, se fija en Gretta que camina detrás de mí, su ceño se frunce y me mira sin comprender, la desconfianza dibujándose en su semblante.

— ¿Y esta quién es? — pregunta mirándola mal.

— A pasado bastante tiempo Claus...— le saluda Gretta con ese marcado acento ruso que lo hace fruncir aún más el ceño.

— ¿Se supone que te conozco? — responde parco, frio, distante.

Siendo el Claus que ahora desconfía de cualquier mujer la mira de arriba abajo y luego posa sus ojos en Nish que le sonríe con calidez.

— Si, me conociste, solo que no lucia así...— responde Gretta dejando una taza de café frente a mí y un cupcake frente a él, que la mira con desconfianza y las cejas elevadas.

— ¿Dark? — murmura inseguro y rio suavemente.

— Es Gretta...— respondo.

En cuanto lo hago su ceño se frunce y la mira sin comprender. Pasan algunos segundos y de pronto sus ojos se abren como platos.

— Santa mierda eres la puta de Vitaly...— pongo los ojos en blanco mientras Gretta se tensa y me mira con disimulo — ¿es ella verdad? — le da una mirada y frunce el ceño — joder pero porque coño te ves tan...

— Atrévete a decir lo que estás pensando y te coseré los labios...— le advierto y el eleva sus manos en el aire mirando a Gretta que ríe divertida.

— Sigues siendo un niño Claus...— este ríe y se encoge de hombros.

— No es lo que dicen las mujeres cuando ven mi polla, pero vale...— Nisha rie negando con la cabeza mientras ayuda a Gretta con la cena.

— ¿Quieres ya parar? — le espeto asesinándolo con la mirada.

— Ya hombre...— responde antes de morder el cupcake y cerrar los ojos para soltar un gemido — esto es la puta gloria...— Gretta ríe y me mira divertida.

— Lo has hecho sufrir demasiado...

— Se lo merecía Grett...— respondo tranquilo mientras Nish se acerca a mí y se acomoda entre mis piernas y me abraza dejado un beso sobre mis labios

— Que estoy aquí pesados...— se queja Claus y sonrió.

— ¿Y bien? — le pregunto mirándolo serio.

— ¿Y bien qué? — responde devorando el dulce sin verme.

— Claus viniste aquí por algo...— suelto entre dientes cosa que lo hace soltar una risita divertida y maliciosa.

— Oh, sí, si cierto... eso...— deja el postre sobre la encimera y apoya sus manos sobre está mirándome con absoluta diversión — ¿No ibas a contármelo? — frunzo el ceño y de inmediato comprendo que el hijo de puta como siempre se cago en mí y en lo que le ordeno.

— ¿Quieres morir no? — le pregunto mirándolo serio, haciendo que Nish vea de uno al otro y de regreso.

— ¿Qué pasa?

— ¿En serio vas hacerlo? — esta vez su expresión seria me hace mirarlo con detenimiento.

— ¿Hacer que?

— No te hagas que de idiota no tienes nada...

— Y tú tienes todo...— respondo tensándome.

— No es que me moleste o algo pero...

— Primero me importa una mierda si te molesta o no, segundo lo primero que te deje en el maldito correo que te envié es que no tenías que abrirlo...— la comisura de su labio tira hacia la izquierda y sus ojos brillan con diversión — y tercero era que solo lo traerías y te largarías...— el ríe y niega con la cabeza.

— Me gusta la idea si me lo preguntas...

— No estoy haciéndolo...— agrego pero él me ignora como siempre mientras camina de un lado al otro en la cocina.

— Pero creo que le gustaría hacer algo con todos presentes...

— Claus cierra la boca...— le espeto tensándome aún más.

— ¿Qué pasa? — pregunta Nish al notar que estoy comenzando a perder la paciencia.

— Pasa que Dark...— con cuidado de no lastimar a Nish saco mi arma y apunto a Claus que sonríe ampliamente.

— Ratko Stevens no quiero armas en mi cocina...— me llama la atención Gretta y Claus eleva sus cejas sorprendido mientras Nish ríe una vez más.

Colocando su mano sobre el arma y bajándola.

— Relájate amor, no le hagas caso...— le resta importancia y pongo los ojos en blanco.

— Gracias hermosas, como seguía diciendo...

— Pero tampoco quiero que sigas haciéndolo perder la cabeza...— le espeta mirándolo divertida — ¿Qué pasa?

Entonces en ese momento mete la mano en el interior del bolsillo de su pantalón y saca una pequeña caja que mira divertido, lo coloca sobre la encimera y lo asesino con la mirada advirtiéndole. Pero por supuesto el hijo de puta me ignora y lo empuja sobre esta, la caja se desliza hasta que mi mano la intercepta, mucho antes que Nish pueda agarrarlo.

Él pone los ojos en blanco y niega con la cabeza.

— Creí que ibas a tener quías un poco más de imaginación...— acota — se merece algo que no olvide jamás...— Nisha frunce el ceño y me ve sin comprender.

Presiono mi mano sobre la pequeña caja y respiro profundo. Consciente que soy el punto de atención de todos en la cocina. Por lo que simplemente empujo con cuidado a Nisha y me pongo en pie entrelazando mis dedos con los suyos, tiro de ella y salgo de la cocina, unos segundos después Claus me grita.

— Soy la persona más indicada para hacer esto Dark...— bufo negando con la cabeza.

— ¿Qué pasa, que es eso? — pregunta siguiéndome.

No respondo hasta que estamos fuera de la casa justo al frente donde está un pequeño porche, donde hay un sofá y justo en frente un montón de flores. Me dejo caer en el sofá y Nish se sienta en mis piernas rodeando mi cuello con sus brazos.

— Claus lo jode todo siempre...— me quejo y ella ríe.

— No es así, sin el esto sería aburrido...— elevo una de mis cejas mirándola serio y vuelve a reír — Claus es el alma de la fiesta, si no fuera por el moriríamos de hipertensión...— eso me hace sonreír porque si creo que tiene razón — ¿y bien?

Jugueteo con la pequeña caja entre mis manos y suspiro dejándola en la suya, ella me observa sin comprender.

— ¿Qué es? — pregunta seria.

Siento como su cuerpo se tensa y sonrió.

— Ábrelo...— duda un instante y tras humedecer sus labios y morder el inferior lo abre.

Sus ojos se abren como platos y lleva su mano libre a su boca, sus ojos se humedecen y mi pecho se calienta. Jamás creí que reaccionaria así, pero estoy seguro que jamás podre olvidarlo.


Nota del autor: hola mis darklings... otra vez por acá, este capitulo me encanta porque gira mucho entorno a Claus y sus locuras y haciéndonos ver que este libro sin el no seria lo mismo. en fin que les ha parecido? aunque estuvo suave y tranquilo el capitulo pasaron cosas interesantes y divertidas, algunos detalles especiales, que espero hayan captado para que sepan que pasara el próximo capitulo. 

Que les ha parecido? que creen que contiene la caja que ha ido a buscar Claus a África? ma;ana tendremos otro capitulo, muchísimas gracias por leernos, estar aquí y gozar de esta historias, les amo infinito.!

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