Capítulo 43 - Secuestro
Megan.
Ubicación: Moscú, Rusia.
Hora: 7:30 pm
(Una semana después que Griffin escapo)
Respiro profundo antes de colocar los aretes en mis orejas y me observo en el espejo. Esta noche luzco como mama y parecerme tanto a ella en este momento me pesa. Me gustaría que no fuera de esa forma, que parecerme físicamente a ella fuera algo realmente digno y maravilloso. Pero la verdad es que lucir igual a ella solo me ha traído la desgracia de un padre que me desea tanto como la deseaba a ella.
Aunque esta noche por suerte no me acompañara él y de alguna manera eso me tranquiliza. Más no deja de molestarme que tenga que verlo antes de irnos. Suspiro una vez más y me giro en el mismo instante en que la puerta de mi habitación se abre.
— Meg tu padre quiere que...— las palabras quedan flotando en el aire en cuanto Alpha posa sus ojos en mí.
Su mirada color marrón me recorre de pies a cabeza y sonríe de lado metiendo las manos dentro de su pantalón. Sus ojos me miran con intensidad con ese característico brillo que se ha ido incrementando al pasar del tiempo. Alpha sin duda alguna me quiere y eso no es más que una sentencia de muerte.
— Estas preciosa...— me alaga dando un paso hacia mí, sonrió.
El también luce increíble, es tan raro verlo vestido de civil que simplemente capta toda mi atención. Una camisa azul clara se pega a los músculos de sus brazos, una corbata clara anudada a su cuello y un pantalón beige hacen parte de su atuendo.
— Tú te ves...— no se ni que palabra usar, con alpha las palabras casi siempre me faltan.
— Gracias Meg...— sonríe pasando una de sus manos por su cabello y debo contener las ganas de suspirar.
— ¿Qué querias? — recupero la compostura y me centro.
Seguimos en un lugar donde si nos ven interactuar más de la cuenta podría ser peligroso para ambos.
— Tu padre quiere verte antes que nos vayamos y verificar que estés lista...— pongo los ojos en blanco y suspiro.
— Por supuesto como si necesitara alguna verificación, se cuál es mi trabajo...— me quejo tomando el pequeño bolso negro y andando hacia la puerta sintiéndome de pronto demasiado de mal humor.
Cuando estoy por salir, la mano de alpha sujeta uno de mis brazos con delicadeza deteniéndome. Mi piel ardiendo justo donde me ha tocado. Busco su mirada sobre mi hombro y me encuentro esa sonrisa que ahora no me sorprende ver porque me la dedica cada que estamos solos.
— No dejes que arruine tu humor, te ves hermosa cabreada pero me gustas más cuando sonríes...— esas palabras me sorprenden, pero me calientan el pecho al mismo tiempo.
Alpha no había reconocido abiertamente que le gustaba hasta este instante, aunque todo es muy obvio y evidente no solo para mí, sino para mi padre y esto es terrible. Por el rabillo del ojo veo movimiento en el pasillo fuera de la habitación y me libero de su agarre.
— Gracias alpha por favor arregla el auto después de reunirme con mi padre nos iremos...— mi tono y la forma en que lo miro lo hacen fruncir el ceño.
Pero simplemente asiente. El pecho me duele cuando me giro y lo dejo atrás pero al llegar al pasillo encuentro la mirada azulada de mi padre. Su sonrisa ladeada me deja en claro que ha escuchado la conversación por lo que me tenso ligeramente cuando da un paso en mi dirección.
Sus ojos recorriéndome de pies a cabeza y a diferencia de la sensación que tuve instante atrás con la mirada de alpha, su mirada me asquea. Acorta la distancia entre ambos y toma un mechón de mi cabello para acomodarlo detrás de mi oreja, sus ojos desviándose hacia mis aretes, los mismos que usaba mama en fechas importante.
— Estas hermosa Meg...— murmura. Sus ojos fijándose en mi espalda.
— Señor...— alpha pasa junto a nosotros asesinando con la mirada a mi padre.
Estas miradas cada vez también son más evidentes y es más de una oportunidad papa lo ha castigado por dedicárselas. Su insolencia es algo que mi padre no perdona pero a alpha parece importarle poco.
— Alpha...— lo llama haciendo que se detenga y que mi corazón lata desbocado.
Papa camina a mi alrededor y se coloca detrás de mí, su rostros hundiéndose en mi cuello para respirar profundo. Cierro los ojos y aguardo. Su nariz se desplaza por la curvatura de este hasta llegar a mi hombro donde deja un beso.
— ¿Qué te parece Megan esta noche? — mis ojos se abren y los poso en alpha que tiene las manos apretadas en puños.
— Esta hermosa señor...— responde seguro.
— Si, igual que su madre...— responde papa, colocando un par de sus dedos de bajo de mi mentón y girando mi rostro para que lo vea — te amo...— murmura antes de pegar su boca a la mía y besarme con tranquilidad.
Respondo el beso tratando de perderme en mis pensamientos, pensando cosas felices —momentos que solo existen cuando era una niña y mama aún vivía— cuando separa nuestros labios sonríe con malicia.
— Cuida de ella y no olvides que tienes una bala con tu nombre en la recamara de mi arma...— amenaza a alpha.
Cuando poso mis ojos en él, la furia en sus mirar es evidente por no hablar de la forma en que su cuerpo esta tenso.
— Si señor...— responde entre dientes, antes de girar y echar a andar.
Un par de pasos más allá la voz de mi padre lo detiene una vez mas
— Alpha...— sus hombros se tensan aún más.
Me gustaría poder borrar todas las emociones de su cuerpo como cuando éramos adolescentes y solo le molestaba mi presencia y los pocos errores que cometíamos mientras entrenábamos.
— No te he dado permiso para que te retires...— mi cuerpo se tensa y miro a mi padre con reproche, pero me ignora.
Este comportamiento es la respuesta a mi duda, sabe tan bien como yo que alpha me quiere. Cuando da un paso en su dirección tomo su brazo y niego ligeramente, me obligo a tragar el montón de emociones que se atoran en mi garganta y murmuro con desprecio.
— No lo vale, es solo un experimento aspirando a mas...— alpha se tensa todavía más y me observa sobre su hombro — no hay nada más importante que tú y nuestros planes...— le dejo en claro haciendo que ría suavemente.
— De acuerdo...— camina hacia alpha y se posiciona frente a él, la arrogancia en el porte de papa es algo que lo ha caracterizado desde siempre, al igual que al abuelo.
Antes de poder decir algo más, le propina un fuerte golpe en el abdomen justo en la boca del estómago que hace que alpha se doble sobre sí mismo sin aire.
— Te vuelvo a escuchar hablarle como lo hiciste y juro que te cortare la lengua...— esa advertencia cargada de odio me eriza la piel — y solo una mirada más y te dejare ciego...— con eso se gira y echa andar lejos de alpha que se encuentra con una rodilla sobre el piso y la respiración acelerada — Megan, vamos Vitaly tiene cosas que hablar contigo antes que te vayas...— no puedo despegar los ojos de la espalda de alpha que se mueve agitada de arriba hacia abajo — ¡Megan! — me apremia mi padre subiendo el tono de voz y no me queda más remedio que pasar junto a alpha ignorándolo.
Una vez lo alcanzo entrelaza nuestras manos y me regala una sonrisa triunfal. El brillo de orgullo en sus ojos me habría encantado en otro momento. Pero en este instante no es más que un recordatorio de la persona en la que me convirtió.
#
— Megan estas preciosa...— me alaga el Pakhan rondando a mi alrededor como si fuera una presa y el un depredador.
— Gracias...— me limito a responder con la mirada fija en mi padre.
— Un plus que debo reconocer dado que eres de facciones rasgadas...— papa se tensa y Vitaly ríe a carcajada — es una broma Corvin relájate, me gustan los asiáticos...— murmura muy cerca de mi oído.
— ¿Quieres dejar de jugar con mi hija? — le espata poniéndose en pie — los retrasas para la misión así que dile lo que necesita saber para que puedan largarse...— le espeta haciendo que Vitaly lo vea mal.
— Dejemos las cosas claras Corvin...— dice pasando de mi — estas en mi maldita casa, en mi maldito territorio y en mi maldito país...— saca su arma y me tenso — cuida la maldita forma en la que me hablas...— los hombres de papa apuntan al líder de la mafia roja mientras mi padre y él se asesinan con la mirada.
Mi abuelo solía tener excelentes relaciones con Vitaly, lo ayudo a tener el puesto que tiene hoy en la mafia y eran si se puede decir muy amigos. Vitaly prometió ayudar al abuelo con todos los planes sobre los experimentos siempre y cuando le diera una parte del dinero obtenido con las misiones que llevase a cabo con ellos. Para los rusos el dinero lo es todo, si vender hojas de los arboles diera dinero ellos estarían en el negocio sin duda alguna.
Papa les hace un gesto con su cabeza a sus hombres que dejan de apuntarle a Vitaly y sonríe forzadamente.
— La sensatez es una virtud Corvin...— responde en tono burlón guardando su arma — en fin a lo que íbamos...— se gira hacia mí y sus ojos destellan con maldad — en esa reunión estarán clientes importantes, pero estoy seguro que Claus asistirá y si no alguno de Darkness, tienes días intentando de alguna forma llegar a mí — explica y no puedo evitar reír dentro de mí misma.
No entiendo porque todo el mundo se empeña en subestimar a Dark. Ha dejado tantas veces en claro que tiende ir varios pasos delante de sus enemigos que me parece estúpido que estos dos grandes líderes y conspiradores aun crean que si Dark quiere acercarse a alguno de ellos no lo haya hecho ya.
— ¿Por qué? — pregunto con curiosidad.
Tenía entendido que el líder de Darkness no se involucra en ninguna mafia directamente y que esté intentando entrar en la rusa me deja un poco fuera de base.
— No lo sé, creo que tiene que ver con cierta marica italiana...— murmura mirando a mi padre que pone los ojos en blanco.
— ¿Griffin? — pregunto incrédula.
Griffin nunca ha sido un problema para Dark, aunque es obvio que para el italiano es una pesadilla andante el líder.
— Tu padre me pidió que lo acogiera amablemente...— comenta despreocupado haciendo que mire a papa sin comprender.
Para que involucrar a los rusos cuando él puede desaparecer a quien sea y mantenerlo bajo el radar.
— Escapo hace unos días y puede que esta pequeña celebración sea el momento oportuno para alguno de los perros de Dark para investigar...— sonrió y suspiro.
— De acuerdo, ¿algo más? — Vitaly se acerca a mí y rodea mi cintura con una de sus manos.
— Espero me permitas un baile esta noche...— susurra tan baso que estoy segura que solo yo he podido escucharlo — no solo no olvides estar siempre con alpha y cuidar tu espalda, yo me hare cargo del resto...— asiento mirando a papa que ve con suspicacia al ruso.
Que simplemente lo ignora y sale del estudio donde nos encontramos. Él se ira primero que yo, es su recepción pero puede darse el lujo de llegar a la hora que le plazca. Papa se pone en pie y camina hacia mí, sus manos acunan mis mejillas y sonríe.
— No cometas errores...— murmura y no puedo evitar reír.
— Papa no me desespero como tu...— comento haciendo que sus manos sujeten con más fuerza mis mejillas pero no me dejo intimidar — no cometeré errores...— le dejo claro.
Sus ojos azules mirándome con intensidad, después de unos instantes asiente y besa mi frente como todo padre debería hacer con su hija.
— Cuídate...— es todo lo que dice antes de liberarme y salir por el mismo lugar por el que lo hizo el ruso.
Cierro mis ojos y me concentro en apartar las sensaciones que ese hombre ha empezado a despertar en mí con el paso de estos últimos años. Tomo una bocana de aire y sin poder evitarlo una vez más pienso en el día en que Dark y Claus fueron a mi casa a buscarlo. La forma en que ambos a pesar de haber asesinado a mi madre cuidaron de mí.
Niego con la cabeza alejando la sensación extraña en mi pecho. La puerta vuelve abrirse y alpha entra, mirándome con frialdad, luce cabreado y dolido.
— ¿Nos vamos? — pregunta en ese tono formal que siempre lo ha caracterizado al dirigirse a mí y a mi padre.
— Si, alpha sobre lo que dije...— sus labios dibujan una sonrisa irónica y niega.
— No se preocupe señora, conozco mi lugar... no se repetirá...— y sin agregar nada más se gira y sale del estudio dejándome sola sintiéndome vacía por dentro.
Seth.
Ubicación: Moscú, Rusia.
Hora: 9:00 pm
Camino junto a Mary por el enorme salón de la Mansión Morozóv. Este edificio es actualmente se encarga de llevar a cabo las recepciones del Ministerio de Exteriores ruso y por irónico que parezca hoy estamos reunidos grandes peses gordos de la mafia en el lugar. Donde también se encuentran miembros de entes gubernamentales nacionales e internacionales.
Por mi parte estoy aquí gracias a la curiosa invitación de Vitaly Zaitsev el actual líder de la mafia rusa. El cual no he tenido el gusto de encontrarlo.
— ¿Donde esta? — pregunta impaciente junto a mi Mary.
Decidió acompañarme esta noche a pesar de mi insistencia en que se quedara en casa. Después de la desaparición de Griffin su ansiedad ha ido en aumento por no hablar de lo que ocurrió con Dark. Mary no es ni la sombra de lo que era cuando nos casamos. Cosa que debo agradecerle también al enfermo de su hermano.
— ¿Por qué tan ansiosa por conocerlo? — sus hermosos ojos se posan en mí.
— Porque él podría ayudarnos a encontrar a Griffin...— responde con una amplia sonrisa.
— Los rusos y los italianos no nos llevamos bien cariño...— le recuerdo lo obvio.
— Todos los hombres tienen un precio el no será muy diferente, además es el líder de los rusos tiene alcances que otros no...— no niego sus palabras pero tampoco la apoyo.
Griffin se ha vuelto su nueva obsesión, una que honestamente odio. Pero dejo estar es su hermano a fin de cuentas y es lo único —a parte de mi— que le queda y que pueda considerar familia realmente. Un camarero pasa con una bandeja con copas de vino, el cual detiene para dejar la tercera de la noche y tomar una más. Cuando lo hace siento la necesidad de quitársela y controlar su bebida pero me limito a no hacerlo.
— ¿Por qué demora tanto? Es una falta de respeto y mala educación que aún no haya llegado...— se queja y rio suavemente con su impaciencia y sus códigos de etiqueta.
— ¿Quieres bailar? — le pregunto intentando distraerla.
Pero lo único que me gano es una mirada asesina por su parte. Claro que Mary no es la misma conmigo después de haber apoyado a Dark, claro que no es la misma después de haberle entregado a su primo, por supuesto que no es la misma después de haberme negado n cantidad de veces por invertir recursos en la búsqueda de Griffin.
Pero si Dark no ha dado con el ¿qué sentido tiene para mi buscarlo? Ninguno. Aunque es algo que ella claramente no entiende ni entenderá.
— No intentes pasarte de listo...— me espeta dando un paso y alejándose de mí.
Como lo hace de espaldas no nota que un hombre camina junto a ella y tropieza con él.
— Oh perdone...— se disculpa.
El sujeto la ve un instante algo sorprendido y asiente.
— No se preocupe ha sido mi culpa...— inclina ligeramente la cabeza y vuelve a poner su atención en la mujer que lo acompaña.
Una asiática que mira a Mary con una sonrisa que no me gusta. Tomo a mary de la cintura y camino con ella lejos de esos dos que no me han inspirado confianza. Ese sexto sentido que grita que no son de fiar activándose.
— Que no te pases de listo Seth...— me espeta empujándome para liberarse de mí.
— Cálmate ¿sí? — ella me ve mal y suspiro.
Si no la amara tanto habría terminado con esto en el puto instante en que comenzó a hacerse un problema. Respiro profundo y me giro para mirar a mi alrededor. Varias mujeres se pasean por el área con elegantes vestidos, varias de ellas me sonrían al pasar junto a mí y es todo lo que necesita Mary para recordar que es mi esposa.
— Les voy a sacar los ojos conforme sigan mirándote así...— cuchichea a mi lado apoyando una de sus manos en mi antebrazo haciéndome reír.
— ¿Es lo que necesito para que me des un poco de atención? — pregunto rodeando su cintura y pegándola a mí.
Un ligero jadeo escapa de sus labios y mi sonrisa se ensancha cuando sus manos se colocan en mi pecho manteniendo la distancia entre ambos. Mary rara vez se resiste a mi tacto razón por la que evita en lo más posible que estemos tan cerca.
— Seth...— me advierte y rio suavemente antes de inclinarme y tomar su boca en un lento beso que responde sin dudar.
No puedo evitar sentirme victorioso con esta pequeña batalla que acaba de perder. El momento acaba cuando el ruido de una garganta aclarándose nos interrumpe. Cuando dejo los labios de mi mujer y giro el rostro me encuentro con el anfitrión de la reunión.
— Seth...— me saluda tendiéndome una de sus manos la cual estrecho con fuerza — ¿y esta hermosa creación del cielo es? — pregunta tomando una de las manos de Mary y dejando un beso sobre el dorso de esta.
— Mary, su esposa...— responde ella con una sonrisa coqueta — tú debes ser Vitaly ¿no es así? — el ruso eleva una de sus cejas y asiente.
— Mucho gusto hermosa...— Mary sonríe de vuelta y luego el líder de los rusos me ve con seriedad — gracias por haber venido, aunque eres el único italiano aquí me complace que hayas aceptado...— comenta mirando a nuestro alrededor.
— No tengo problema en estar en tu territorio, negocios son negocios y el que seas ruso no tiene nada que ver con ello...— me encojo de hombros haciéndolo reír.
— Uno de los pocos italianos que conozco con cerebro...— se burla haciendo que Mary se tense a mi lado y lo asesine con la mirada — espero que podamos conversar más tarde debo saludar a los demás...— comenta dedicándole una mirada fría a Mary.
Cuando se va, ella gira su rostro hacia mí y me asesina también con la mirada.
— Ese hombre es de lo peor...— suelta entre dientes haciéndome reír una vez más.
— Es ruso ¿qué esperabas? — rio ante su actitud y su exasperación.
Las siguientes dos horas Mary y yo la pasamos comiendo y bebiendo en una de las mesas, ha aceptado bailar conmigo en varias oportunidades y esta mucho más relajada, aguardando el momento indicado para hablar con el ruso. Momento que encuentra cuando este se acerca una vez más a nosotros, solo que esta vez la ignora por completo.
— ¿Seth tienes un momento? — pregunta con el ceño fruncido.
— Claro — me pongo en pie y Mary de inmediato me imita, haciendo que el ruso frunza el ceño.
— Tu mujer se queda...— la señala y mary se tensa.
No está acostumbrada a ser excluida, siempre que me acompaña entra conmigo a cualquier reunión por lo que da un paso hacia el frente y lo desafía con la mirada. Su actitud altanera hace que Vitaly sonría de lado con malicia.
— Seth...— me advierte antes de darse la vuelta y alejarse.
— Mary, espera aquí por favor...— sus ojos se abren como platos y me ve incrédula.
— ¿Qué, vas a dejarme aquí entre este montón de gente? — pregunta dolida.
— Los rusos no admiten hacer negocios con mujeres Mary y además no estamos en Italia donde podemos pasarnos las reglas por el culo...— me acerco y beso su frente — espérame aquí no tardare mucho...— con eso me alejo siguiendo al ruso.
La reunión con Vitaly básicamente es para "afianzar" los lazos entre ambos. Tenemos cerca de tres años haciendo negocios, es mucho más económico para el comprar la droga a Italia que comprarla en América y exportarla, además siempre tendrá que hacer una parada en algún puerto europeo por lo que se corren más riesgos que comprándomela a mí.
Y como asumí no dura mucho tiempo, Vitaly es un hombre de pocas palabras y accionar rápido. Razón por la que acepte hacer negocios con él y lo demuestra una vez estrecha mi mano con fuerza.
— Gracias por venir, espero disfrutes del resto de la noche...— comenta caminando conmigo hacia la puerta.
Pensando una vez más en Mary y la petición que le haría al ruso sonrió ante mi debilidad por esa mujer.
— Vitaly...— lo llamo haciendo que se detenga a mitad del pasillo — mi mujer quería hacerte una petición...— su ceño se frunce y me observa con interés.
— ¿Tu mujer? — suspiro.
— ¿Quería saber si puedes ayudarla a conseguir a alguien? — Vitaly ríe negando con la cabeza y coloca una de sus manos sobre mi hombro.
— No me lo tomes a mal o personal pero esta es una de las razones por las que no hacemos negocios con los italianos son unas maricas sentimentales...— con eso suelta una carcajada y se larga dejándome tenso y con ganas de partirle la cara.
Pero eso no sería conveniente para el negocio y la verdad es que no ha dicho nada muy lejos de la realidad. Mientras comino hacia el salón y la mesa en la que deje a Mary noto que esta vacía. Miro a mí alrededor y salgo en su búsqueda. Después de algunos minutos me doy cuenta que no está en el salón, el exterior de la mansión está cerrado por las bajas temperaturas por lo que asumo que ha ido al auto. Cuando llego a la puerta principal uno de mis hombres se acerca a mí con prisas.
— ¿Jefe? — pregunta al acercarse.
— ¿Has visto a Mary? — pregunto mirando a mi alrededor.
— No, estaba con usted adentro — su negativa me hace fruncir el ceño y mi pecho se acelera conforme los minutos pasan y asimilo las cosas.
Mary no está del todo en sus cabales, así que regreso sobre mis pasos y la busco entre las personas intentando accesar a los lugares en lo que se tiene permitido y comprendo de pronto que la muy tonta seguro está buscando alguna posibilidad con Vitaly.
Cuando me giro para buscar al ruso lo encuentro a unos cuantos metros de distancia conversando con varios rusos. Al verme inclina ligeramente su cabeza a modo de saludo y respondo el gesto caminando en su dirección. Cuando estoy lo suficientemente cerca se disculpa y camina hacia mí.
— Mi mujer no está...— murmuro entre dientes consciente que esto podría convertirse en más razones para burlas en el futuro pero me importa una mierda.
— ¿Y tengo cara de niñero? — Pregunta dando un trago a su copa — mira Seth el lugar está custodiado por mis hombres si quieres saber dónde está tu mujer ve con alguno de ellos y te mostrara las cámaras...— ríe y luego mira a su alrededor — quizás le gusto alguien de aquí y quiso probar con hombres de verdad...— respiro profundo.
— No tenses los hilos Vitaly...— le advierto.
Su cuerpo se tensa y su sonrisa desaparece, la expresión fría ocupando sus facciones.
— No te equivoques Seth, que no estás en tu patio de juegos...— con una señal de su cabeza uno de sus hombres se acerca a mí y asiente.
Luego sin decir nada más se gira y se aleja de nosotros, mientras el sujeto me conduce hacia el exterior. Guiándome a una pequeña casa en el exterior donde un equipo de seguridad vigila minuciosamente las cámaras. Después de indicarles la mesa y el momento en que me aleje me muestran la toma.
Mary está sentada en la mesa justo donde la deje, luego se pone en pie y camina hacia uno de los balcones de los cuales no regresa. Mi ceño se frunce.
— ¿Los balcones no tienen cámaras? — el sujeto niega y luego continua mirando la pantalla.
Unos cuadros después la veo aparecer cerca de la puerta principal con el sujeto con el que tropezó y la asiática, ambas platican amenamente y el las escolta hacia fuera. Cuando salen del edificio los pierdo. ¿Quién coño son esos dos y porque Mary estaba con ellos?
Nisha.
Ubicación: Casa de Dark, Finlandia.
Hora: 11:45 pm.
Rio a carcajadas mientras Dark me explica como Claus ha dejado de lado los postres y ahora es adicto a las paletas. Mientras tomo una cucharada de helado y lo meto a mi boca otra vez.
— Ha sido tu culpa...— le digo señalándolo con la cucharilla.
El me mira elevando una ceja, relamo mis labios limpiando los restos de helado captando su atención. Un cosquilleo se instala entre mis piernas y el deseo se hace presente.
— ¿Mi culpa?
— Le has quitado los postres, los cuchillos, lo has encerrado en ese lugar, obvio que es tu culpa...
— Es la puta mano derecha del líder de Darkness, puedes decirme ¿quién se tomara enserio a un sujeto que va con la boca pintada de azul gracias a una paleta? — el imaginarlo solo hace que vuelva a reír a carcajadas y Dark sonríe con calidez.
Demostrándome que solo ha pasado todo este rato intentando hacerme reír. Dejo el bote de helado en la encimera de la cocina y me bajo del banco sin dejar de reír mientras me acerco a él. Sus ojos nunca me abandonan y me pierdo un poco más al ver ese brillo hermoso que solo he sido capaz de ver en instantes como este.
Cuando estoy junto a él, se gira y abre sus piernas lo que me permite acomodarme entre ellas, paso mis brazos por su cuello y empiezo a juguetear con las hebras de su cabello. Sus manos van a mi cintura donde me sujeta con firmeza pero suave al mismo tiempo. Su pulgar acariciando la piel desnuda debajo de mi blusa.
— Me gusta verte reír...— le confieso.
— Lo se...— murmura ensanchando su sonrisa y haciendo que me derrita.
Sus ojos me miran con atención como si quisiera retratarme en su memoria. Por lo que no rompo el instante que tenemos con mis preguntas. Después de lo que paso temprano con ella hay cosas que siguen dándome vueltas en la cabeza. Después de algunos minutos suspira.
— ¿Qué quieres preguntarme? — suelta serio sorprendiéndome.
— ¿Cómo sabes que quiero preguntarte algo? — pregunto con una risa tonta.
— Te conozco... venga pregunta...— me ínsita y es mi turno de suspirar.
— ¿Confías en ella? — Su ceño se frunce y sus hombres se tensan — quiero decir, sé que no lo haces pero ¿confiaras en ella?
— No confió en ella, pero no me queda más que hacerlo, al menos si quiero cuidarte...— murmura acariciando mi mejilla — si pudieras elegir...— murmura poniéndose en pie.
Debo elevar mi rostro para poder verlo directo a los ojos. Sus manos sujetan mi cintura con fuerza y me eleva un poco sorprendiéndome y haciéndome gritar cosa que lo hace reír, con cuidado me acomoda sobre la encimera y se mete entre mis piernas.
— Si pudieras elegir, ¿te quedarías aquí? — pregunta mirándome serio.
Suspiro y acaricio sus mejillas con mis manos para luego negar ligeramente.
— No...— una de sus cejas se eleva y ríe con cierta decepción plasmada en el rostro.
— ¿Por qué?
— Una vez te dije que estaba dispuesta a seguirte en la oscuridad ¿recuerdas? — Sus ojos brillan cuando asiente — en ese momento tenía todavía muchas cosas en mi vida para volver a ella...— mi voz se hace más baja — ahora no tengo nada más que tú, Claus y Max...
— Zarek también está para ti aunque tú no lo quieras muy cerca, haría también casi cualquier cosa por nosotras...— agrega su voz en mi cabeza y bufo exasperada — si te molesta que este mirándote tontear bloquéame...— me reta pero la ignoro.
En este momento no voy a perder mi tiempo con ella, mucho menos cuando sé que si le da la gana puede venir y joderlo.
— Es peligroso amor...— murmura Dark apoyando su frente contra la mía.
Sonrío ante su preocupación y mi pecho se calienta.
— Ya te perdí una vez y casi me vuelvo loco...— murmura en voz muy baja que casi no logro escucharlo — habría quemado el mundo entero por ti nena...— sus ojos me miran y sonrío.
— Sé que lo hiciste...— el ladea su rostro y sonríe con pesar.
— Pero no fue suficiente y por ello tengo miedo que regreses...— escucharlo hablar de miedo me sorprende — ser quien soy no me permitió encontrarte antes, ¿Qué me asegura que podre protegerte y evitar que algo más te pase? — Sonrió cuando cierra sus ojos — tengo demasiado enemigos, unos muy conocidos otros que no tengo idea de cómo lucen si quiera...— hace una pausa y de pronto lo noto torturado — cualquiera de ellos puede encontrarte y si eso pasa seria el fin de Darkness y todo el mudo...— acaricio sus mejillas.
— Amor nada malo va a pasarme...— murmuro segura — tuve los mejores entrenadores del mundo ¿recuerdas? — sus labios dibujan una sonrisa hermosa y se inclina hacia el frente para juntar nuestras bocas.
Es un beso suave, hasta tímido podría decirse, pero solo dura algunos segundos antes que sus manos se cierren sobre mi espalda y me pegue mas a él. Abro mi boca y busco su lengua con la mía, necesito esto, anhelo esto. Nuestras bocas se mueve con cierto desespero mientras mis piernas se cierran en sus caderas tirando de el hacia mí.
Jadeo cuando una de sus manos se coloca detrás de mi nuca y aprieta un poco pegándome más a él. El aire me falta y debemos parar, nuestras respiraciones son un desastre y mis labios duelen un poco por la intensidad del beso. Trago duro cuando su rostro se interna en mi cuello y empieza a dejar una seguidilla de besos suaves, húmedos que me estremecen.
— Dark...— jadeo dándole más acceso a mi piel, cuando sus manos se deslizan por mis muslos de arriba hacia abajo.
— ¿Hmmm? — murmuro ronco en mi cuello cerca de mi clavícula.
— Te amo...— murmuro haciendo que se detenga.
Su rostro sale de mi cuello y me mira con intensidad. Muerde su labio conteniendo una sonrisa.
— No tengo que decir algo que sabes ¿verdad? — pregunta acercándose a mi boca, niego con la cabeza cuando sus labios vuelven a besarme esta vez con suavidad — pero aun así yo también te amo Nish...— mi pecho se calienta y rio.
Cuando voy a volver a besarlo su teléfono suena interrumpiéndonos. Sus ojos se cierran y maldice en voz baja antes de sacarlo y mirar la pantalla, su ceño frunciéndose. Me mira un instante y da un paso atrás antes de contestar.
— ¿Qué quieres? — responde sin dejar de verme serio.
Después de unos segundos sus labios se curvan en una sonrisa vil y mi piel se eriza ante esa mirada oscura y llena de satisfacción.
— De acuerdo... pero sabes que no me importa ¿no? — Cuestiona con burla y ríe suavemente — solo quería asegurarme — con eso finaliza la llamada y me ve un instante.
— ¿Qué paso?
— ¿Te acuerdas de Seth? — pregunta haciendo que mis recuerdos viajen al tiempo en la mansión de Griffin, asiento sin decir más.
— Mary desapareció...— murmura con satisfacción y mi ceño se frunce.
— ¿Mary, la hermana de... — respiro profundo antes de decir su nombre — de Griffin? — el asiente y se acerca una vez más a mí para besar mis labios con rapidez y ayudarme a bajar de la encimera.
— Si...— toma el bote de helado que se ha derretido bastante y toma un poco de este antes de llevarlo a su boca, se gira y me guiña un ojo — debemos regresar, el que Mary haya desaparecido solo puede significar una cosa...— con esas palabras mi cuerpo se tensa y me estremezco con solo pensarlo.
— Griffin salió del agujero de mierda donde estaba oculto...— es su voz la que murmura las palabras en mi cabeza con satisfacción y por un instante tanto ella como Dark se escuchan demasiado iguales — que empiece la casería...— suelta con regocijo mientras dark sonríe ampliamente como si hubiese sido capaz de escuchar.
Nota del autor: hola mis darklings... aqui capitulo interesante, tranquilo pero interesante... las leo...
Megan y Alpha?
Megan y el papa?
Seth y Mary?
Nish y Dark?
Les amo gracias infinitas por leernos, apoyarnos y seguir aqui les amo... preparence porque se PONE BUENISIMOOO
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