Capítulo 32 - Tentación y prueba
Nisha.
Ubicación: Finlandia (Mansión de Dark)
Hora: 3:30 am.
Me remuevo una vez más entre las cálidas sabanas que cubren mi cuerpo semidesnudo. Estas se deslizan sobre mi costando erizando mi piel cuando me acuesto sobre mi espalda y suspiro mirando el techo, paso mis manos por mi rostro fatigado, no he logrado conciliar el sueño. La preocupación por Zarek y el saber a Dark a mí alrededor me tiene de los nervios. Intente fingir lo más posible que la información que me dio sobre Zarek no me afecto mucho, pero sé muy bien que de alguna forma el líder de Darkness puede leerme mejor de lo que esperaba.
El que notara mi existencia por separado de la de Nisha no solo me sorprendió sino que también me ha dejado fuera de base, el nivel de análisis y observación que tiene es por mucho más de lo que imagine. Además la forma en que se auto controla, cuando la mayoría —por no decir todos— de los hombres cae rendido a mis provocaciones, con Dark asumí que sería muchísimo más sencillo por aquello de tener sentimientos por Nisha pero me he equivocado.
Bufo exasperada sintiendo algo de frustración, pongo mis ojos en blanco, no había planeado que las cosas ocurrieran de esta forma. Una risa suave y ronca me hace desviar mi atención del techo hacia el sofá frente a la cama donde Dark parecía dormir y digo parecía porque desde que entro y se dejó caer en él no se ha movido, ni ha dicho absolutamente nada, hasta ahora.
Su cuerpo me sigue distrayendo y el hijo de puta parece notarlo porque desde que salió de la puta piscina lo único que ha mantenido cubierto son sus piernas y su miembro. Justo ahora lleva un simple y mundano pantalón de chándal que cae en sus caderas demasiado abajo dejando a la vista no solo sus increíbles abdominales, sino también esa marcada V.
De los recuerdo de Nisha puedo sacar varios momentos en los que tuvo a Dark desnudo, pero debo reconocerlo no he sido la única que ha estado entrenando, porque sin duda alguna el también lo ha hecho y ahora es más jodidamente irresistible. Humedezco mis labios mordiendo el inferior al recordar su cuerpo desnudo y como sus músculos se tensaban ligeramente al caminar. Por dios el tipo es una obra de arte andante, con un cuerpo escultural, un rostro hermoso y un miembro maravillosamente grande y grueso, cierro los ojos y me obligo a salir de mi estado de embobamiento.
— ¿Qué es tan gracioso? — cuestiono después de unos segundos de admirar su torso desnudo.
Uno de sus brazos reposa sobre su rostro tapando sus ojos despreocupadamente, pero dejando a la vista su boca, esa boca que besa jodidamente bien y que no voy a negar estoy muriéndome por probar.
— La forma en la que bufas exasperada... ¿Algo te molesta? — murmura con voz ronca y sensual haciendo que mi cuerpo se estremezca.
— ¿Qué no duermes? — me quejo, ignorando su pregunta y tomando las sabanas para tapar mi cuerpo.
No por vergüenza o algo, puedo tolerar sus ojos sobre mí el problema es que no quiero más tensión sexual entre ambos por ahora. No me conviene dejar que las cosas se salgan de control con él y es muy sencillo porque en serio lo deseo y eso me cabrea hasta cierto punto.
— Dormí suficiente en la tarde...— murmura.
Nuevamente el silencio se extiende entre ambos y permanezco contemplando su cuerpo en medio de la parcial oscuridad de la habitación. Luce cómodo y relajado pero me pregunto porque no pidió quedarme en otra si esta es suya y estoy ocupando su cama mientras el descansa en un sillón, que aunque se ve cómodo estaría mucho mejor a mi lado compartiendo el espacio.
Nish, no pienses tonterías.
— ¿Cuándo regresaremos? — pregunto una vez más.
— Cuando todo esté listo para hacerlo...— responde con simpleza.
— ¿Qué necesitas que esté listo? — sus labios dibujan una sonrisa malvada y su rostro se ladea, descubriendo la mitad de este, sus ojos mirándome con intensidad.
— Al amiguito tuyo en un saco hecho mierda...— dice en tono divertido y mi cuerpo se tensa aún más.
Sus permanecen en analizándome, cada cosa que ha hecho o dicho siento que es una especie de prueba, para medir mis reacciones y en serio me encantaría tener el autocontrol que tiene el. Me obligo a sonreír pero mi corazón late con rapidez, ante la perspectiva que realmente le haya hecho algo a Zar. Una punzada de culpabilidad me asalta y cierro los ojos colocándome de lado. Necesito dormir no puedo dejar que Dark juegue con mis pensamientos.
— Matare a Claus o a cualquiera que le haya hecho daño...— murmuro con suavidad haciendo que el ría una vez más.
— Me muero por ver eso...— su voz es sugerente y mi cuerpo se reciente ante ese tono ronco.
Desde la conversación en la cocina durante la cena he tratado de mantenerme alejada de él. Su cuerpo es demasiada tentación para mí y la jodida forma en la que está actuando ¿para qué negarlo? Me pone.
El silencio se instala una vez más entre ambos, sé que sigue despierto pero no hace nada por romperlo y yo tampoco lo hago. No hay mucho que decir en este momento, menos cuando lo único que deseo es que vuelva a colocarse sobre mí como lo hizo temprano o que exhiba su desnudez con ese descaro. Dios Dark está haciendo estragos con mi cordura y mis objetivos.
Respiro profundo una vez y cierro los ojos obligándome a dormir. Cosa no logro por más que intento. Después de algunas horas, lo escucho ponerse en mi pie tras soltar un largo y profundo suspiro se mueve por la habitación, con cierto cuidado de hacer tanto ruido. Lo veo entrar al baño y luego de unos segundos el agua empieza a caer, así que asumo que ha ido a darse una ducha, mi cuerpo arde de deseo por entrar y verlo ducharse. Muerdo mis labios conteniendo las ansias.
— Céntrate Nish...— me repito una vez más.
Después de algunos minutos que se me antojan eternos lo veo salir una vez más, solo lleva una toalla alrededor de la cintura y su cuerpo está parcialmente húmedo. Recorro su andar tratando que no note que sigo despierta. Entra al vestier perdiéndose de vista y con el mis ganas de seguirlo, demora un rato dentro y luego vuelve a salir. Lleva un pantalón deportivo negro, una sudadera del mismo color, todo ajustándose en los lugares adecuados y en sus manos lleva otra ropa.
Cierro mis ojos cuando lo veo acercarse a la cama y finjo dormir, lo siento detenerse a escasos centímetros, el aroma a hierbas y menta inunda mi nariz y respiro profundo llenándome de él, luego de algunos instantes siento que algo cae sobre mi cara.
— Vístete vamos a salir...— suelta en ese tono frio que me hace estremecer, mi ceño se frunce de inmediato pero solo me remuevo un poco como si realmente durmiera — deja de fingir, sé que no estas dormida...— suelta con voz irritada y abro los ojos quitando la ropa de mi rostro.
Busco su mirada encontrándome con esos ojos color miel oscurecidos no sé exactamente porque, es deseo pero también cabreo, sus ojos se desvían un instante a mi cuerpo y noto como sus hombros se tensan cuando nota mi desnudez y esto lo único que logra es calentarme más. Malditas ganas de follar que tengo con este puto hombre. Elevo una ceja y lo observo un instante, deleitándome con sus perfectos rasgos.
— ¿A dónde?
— A correr...— sus ojos se despegan de mi cuerpo e ignorando mi mirada se gira y echa andar hacia la puerta — tienes cinco minutos — cometa con frialdad, antes de abrirla, salir y cerrar detrás de él.
Desvió los ojos de esta y me fijo en la ropa que sostengo entre mis manos, es un jogger azul marino, una sudadera gris y un bóxer negro. Toda ropa suya, mi cuerpo se tensa y respiro profundo, el pensar en que él ha usado esto me hace jadear ligeramente porque debe ver de puta madre, cierro los ojos y maldigo mi calentura el hijo de puta está jugando más rápido que yo.
Me siento y salgo de la cama, en cuanto mis pies tocan el frio piso de madera me estremezco, por más cálida que se sienta la casa es inevitable que ciertas cosas estén frías, camino hacia una de las pesadas cortinas que cubren las ventanas para verificar la hora y me sorprendo al ver que el cielo sigue a oscuras. Giro sobre mi misma y camino hacia el cuarto de baño, tomándome todo el tiempo del mundo con la clara intención de molestar a Dark, puede ir a darle órdenes a su conjunto de hombres a mí no.
Peino mi cabello con los dedos tratando de aplacar un poco las ondas salvajes que quedaron después del baño en la piscina, cepillo mis dientes con un cepillo nuevo que reposa sobre el lavabo y finalmente me quito la tanga que llevo puesta, sin perder más tiempo entro a la ducha para darme un baño rápido.
Mientras dejo que el agua tibia humedezca mi cuerpo, cierro los ojos e inevitablemente mi mente me lleva a hace unas horas cuando estábamos en la cocina, a la forma en que su pulgar recorrió mi labio inferior y la forma en que sus labios se movieron sobre los míos pronunciando esas palabras en otro idioma que no entendí.
Cuando me giro para tomar el jabón y la esponja me sobresalto al ver a Dark en el marco de la puerta, sus brazos cruzados sobre su pecho, uno de sus hombros sostiene el peso de su cuerpo contra el marco y sus ojos están oscurecidos observándome con deseo. Sin pudor alguno sonrió en su dirección, mientras procedo a enjabonar mi cuerpo bajo su atenta e intensa mirada.
En ningún momento desvió mis ojos de los suyos que se dedican a ir y venir de los míos al resto de mi cuerpo, cuando me inclino para lavar mis piernas noto como traga con fuerza y tensa sus brazos contra su pecho. Sonrió coqueta para luego humedecer mis labios, sus ojos fijos en los gestos que hago y puedo notar la tensión sexual crecer con demasiada velocidad. Después que termino entro debajo del agua y con sensualidad e insinuantes roses enjuago mi cuerpo por completo.
Una vez termino salgo de debajo del agua, la puerta de cristal permanece abierta lo que me permite estirar el brazo y tomar una toalla, todo esto lo hago con movimientos lentos, calculados y sensuales. Sus ojos nunca me abandonan ni siquiera cuando me giro y tomo la ropa que me ha dado que reposa sobre el lavabo. Camino en su dirección y me detengo a un paso de distancia.
— Te dije cinco minutos...— murmura con voz ronca, cargada de deseo y cierta frustración, que afecta directamente a mi entrepierna.
— No me das ordenes Dark...— sonrió — y hace un segundo no parecía que te molestara que estuviese demorando tanto — sus ojos brillan con intensidad y sonríe de lado.
Me dedica una mirada intensa detallando todo mi rostro y hasta cierto punto me intimida, juro que está a nada de saltar sobre mí y follarme pero sorprendiéndome se gira y sale hacia la habitación, lo sigo con la intensión de molestarlo, de tentarlo aún más, quiero que reaccione que me demuestre como lo pongo, pero me detengo cuando lo veo abrir el cajón de la mesita de noche y sacar un arma, todo mi cuerpo se tensa cuando toma un cargador y lo coloca en su sitio.
Sin mis armas y mis cuchillos me siento literalmente desnuda y no porque lo esté realmente. Se gira para verme un instante y me muestra esa sonrisa arrogante y cargada de superioridad para luego tenderme el arma, mi ceño se frunce pero no me muevo.
— ¿La quieres o no? — pregunta con indiferencia.
Antes de moverme analizo su actitud, está siendo amable, pero también noto ese brillo peligroso en los ojos, sin dudarlo más la tomo, nuestros dedos se rosan y siento como mi piel se eriza, puta madre con estas sensaciones. Dark observa mis manos un instante antes de tomar la otra arma la carga y regresa sobre el camino que había hecho antes, pasa junto a mí electrificando mi cuerpo hasta alcanzar la puerta. Se detiene y se gira.
— Te espero abajo.
— ¿Por qué necesito un arma para correr? — sus hombros se mueven ligeramente y esa risa suave y divertida llena el espacio haciéndome sonreír.
— Ya lo veras...— y sin más vuelve a salir dejándome sola.
Respiro profundo y abanico mi rostro tratando de refrescar mi calentura. Si Zarek me parecía sexy y hasta cierto punto irresistible Dark es... puta madre no se ni como decirlo, es otro nivel y uno que simplemente no puedo ponerle nombre ni categorizarlo. Me visto tratando de apaciguar las sensaciones que despertó en mi cuerpo con solo unos instantes con él.
Una vez estoy lista miro a mis pies y sonrió de lado, al notar mis pies descalzos.
— Oh Dark no estás pensando con claridad — me burlo.
No poder salir a correr así, idiota. Sin embargo salgo de la habitación dispuesta a "complacerlo" y al menos seguirlo hasta la puerta, mientras ando por el pasillo acaricio los puños de la sudadera imaginando como debe lucir en él, distrayéndome por completo. Cuando llego al último peldaño de la escalera y elevo mis ojos me detengo en seco al encontrarlo allí con el teléfono entre sus manos y el ceño fruncido, luce cabreado.
Recorro su cuerpo mientras muerdo mi labio inferior, puto dios de mierda, imposible que se vea así, debería ser pecado para un ser humano lucir como él. Cuando termino de recorrer su cuerpo a sus pies hay una caja de cartón que llama mi atención, su atención se desvía de la pantalla un instante y se fija en mí, sus ojos me dan una mirada rápida y sonríe con malicia. Con uno de sus pies mueve la caja de cartón en mi dirección y mi atención cae en ella.
— Póntelos y más te vale seguirme el ritmo Nisha...— comenta colocando el teléfono dentro de uno de los bolsillos de su pantalón.
Su tono es filoso, es una clara advertencia y eso no solo llama mi atención sino que también enciende todas mis alarmas, lo que menos espero de este hombre es una jodida amenaza.
— ¿Acaso estas amenazándome? — pregunto dando un paso en su dirección, desafiante.
Sus ojos brillan llenos de malicia y ríe a carcajadas, es una risa tan fría y carente de emociones que me hiela la sangre. ¿Cómo es posible que cause tantas cosas en mí en cuestión de nada? pasa a junto a mi sin dejar de reír y me quedo embelesada admirando lo hermoso que se ve, porque si aunque cause cosas indescriptible también tengo que reconocer que verlo reír es un suceso que no pienso perderme por nada del mundo. Mierda ahora entiendo un poco a Nisha.
Cuando llega a la puerta de la casa se detiene y sin dejar de reír se gira, su perfecta y blanca dentadura me saluda.
—No soy un tipo de amenazas Nisha...— comenta divertido — solo te estoy advirtiendo que si no me sigues el paso habrá consecuencias...— me guiña un ojo y se gira abriendo la puerta.
Una fuerte y fría brisa entra a la casa helando mi cuerpo y haciendo que mis pies sientan muchísimo más frio por no estar cubiertos. Me inclino sobre la caja y la abro curiosa por saber que contiene, dentro hay un par de zapatos deportivos negros y un par de medias térmicas. Desvió mis ojos hacia Dark buscándolo en la puerta, más su ausencia me hace fruncir el ceño y de inmediato con rapidez me coloco las medias y los deportivos, algo no me gusta de su actitud y esta repentina idea de salir a correr.
Una vez lista salgo de la calidez que me rodea y el frio me recibe erizando mi piel, desciendo los peldaños de rocas grises, mirando a mí alrededor con curiosidad, esta casa es hermosa, está rodeada de flores que a pesar de la temperatura siguen intactas, es obvio que alguien las cuida. Cuando desciendo el tercer y último escalón me detengo mirando alrededor en busca de Dark pero no lo consigo.
Lo único que alcanzo a ver son árboles que rodean la casa, es un bosque enorme y la mansión está en medio de este lugar, la oscuridad no me permite ver mucho más allá de algunos metros pero es evidente que esta casa es la única que hay cerca.
Miro al cielo y noto como está empezando a aclarar. Suspiro y vuelvo a buscarlo con la mirada, cuando estoy a punto a de gritar su nombre un disparo reverbera en el silencio haciendo que mi cuerpo se tense y reacciones de inmediato, el ruido del metal chocando contra algo y el pequeño estallido que le sigue me advierte que una de las macetas a mi lado a recibido el impacto y ahora esta se encuentra destrozada en el suelo a pocos centímetros de mis pies.
Alarmada saco el arma de detrás de mi espalda y me pongo en guardia, alerta a cualquier movimiento que me advierta la presencia de alguien, aunque sospecho que este disparo fue hecho por Dark, fijo mis ojos en la oscuridad que me rodea, hay tan poca luz que casi se me hace imposible notar algo más allá de unos metros, pero de pronto una silueta se dibuja entre los árboles, reconozco la altura, el porte y ese andar de inmediato, Dark camina en mi dirección con el arma en la mano, se detiene a un par de metros de distancia y sonríe con auténtica maldad.
— ¿Lista? — mi ceño se contrae aún más, sintiendo como mi corazón empieza a andar con rapidez.
— ¿Para qué? — su sonrisa se ensancha y sus rasgos se tornan realmente peligrosos.
— Si me superas aunque sea una vez regresaremos, prometo que podrás matar a Claus con tus propias manos o a cualquiera que haya tocado al inútil que de tu amigo...— mis ojos se abren como platos ante sus palabras porque esta vez siento que está siendo completamente honesto.
La opresión en mi pecho crece y en serio quiero correr y golpearlo, pero me contengo. Mis ojos se humedecen y maldigo para mis adentros por haberme aferrado al griego, por haberme permitido sentir algo más que deseo por él. Zarek no puede estar muerto, me niego a creerlo, no puede ser cierto y no puede morir por mi culpa.
Luego sin agregar nada más, con la típica frialdad que lo caracteriza se gira y vuelve a internarse en el bosque. Permanezco unos instantes inmóvil antes de echar a correr detrás de él. Consciente que esto es una locura, consciente que mi sentidos no están centrados en esto lo sigo, cuando entro al bosque noto con rapidez que este es muchísimo más frio de lo que está afuera de él, los árboles son muchísimo más altos de lo que creí y una sensación insidiosa se instala en mi pecho.
Me detengo después de un par de minutos de correr en línea recta, mi respiración es un desastre y el vaho que sale de mis labios solo me demuestra la baja temperatura que hay aquí. Giro sobre mi misma tratando de ubicarme y centrarme en este instante y lo que me rodea, aun puedo ver la casa de Dark entre los arboles a algunos metros, respiro profundo, cuando vuelvo a girarme chocho contra algo, más bien alguien.
El aroma de su perfume inunda mis fosas nasales y sus manos sostienen con fuerza mi cintura, cuando elevo mis ojos Dark me observa con esos hermosos ojos color miel llenos de oscuridad, apenas y logro detallar sus facciones pero aun así logro ver como estos me miran.
— Bajaste la guardia...— murmura.
De pronto una de sus manos se va hasta la que sostiene el arma que me dio y tira de ella, más el sujeto con firmeza. Empezamos a forcejar por ella, noto de inmediato que no está intentado hacer esto con ganas, que solo intenta molestarme porque de haber querido hacerlo ya lo tendría apuntándome con ambas armas.
— ¿Por qué quieres hacer esto? — Pregunto con frustración liberándome de su agarre y dando un paso atrás — te dije lo que quería...— elevo el tono y el ríe.
— Lo sé, pero no iras conmigo si no estas listas, no pondré a Nisha en peligro solo porque tú te encaprichaste por cobrar venganza...— su voz suena fría pero es obvio que está preocupado por ella y eso me deja una ventana directo a su corazón.
— Creo que te demostré que puedo cuidar de ambas sin tu ayuda...— le echó en cara puyándolo y eso parece afectarle, ya que su rostro se contrae en un gesto de molestia pero luego vuelve a su expresión fría.
— Solo peleaste con inútiles...— suelta arrogante ignorando mis palabras y lo dejo estar, aun no sé lo que pretende y no quiero ver a Dark cabreado de verdad.
— Claus no es un inútil...— ríe.
— Es el mayor de todos, de hecho...— se burla.
— ¿Quieres que luchemos? — pregunto divertida, porque no espere esta reacción de él.
No esperaba que quisiera enfrentarse a mí, que pusiera un poco en riesgo la vida de Nisha. Pero parece que me equivoque. Sus ojos se llenan de una oscuridad que me sobrecoge y acojona, una vez más me siento insignificante frente a él. Sus labios dibujan una sonrisa siniestra y mi piel se eriza ante la expectativa de reconocer el peligro.
— No, luchar es algo que no tengo que hacer, me queda claro que pateare tu culo con facilidad, de hecho sin sudar...— su arrogancia y su seguridad me cabrean.
Haciendo que me olvide un instante con quien estoy tratando doy un paso en su dirección pero me detengo al ver como eleva el arma y me apunta, su mirada se vuelve dura y la sonrisa que llevaba hasta hace unos instantes se ha esfumado por completo.
— Quiero que luches por sobrevivir...— esas palabras me hacen abrir los ojos como platos.
— ¿Qué? — tiene que estar bromeando.
— Si crees que tienes lo que hay que tener para venir conmigo siendo quien eres, tendrás que escapar de mí y no solo eso, tendrás que herirme...— humedece sus labios y muerde el inferior conteniendo una sonrisa — si no estás en la capacidad de hacerlo te iras y dejaras a Nish volver y hare todo a mi maldita manera, te olvidas de venganza y la dejas en paz...— entonces comprendo que está haciendo esto para verla, para recuperarla.
Rio divertida y suspiro, tan tonto, tan predecible, tan patético, puedo ver a través de sus intenciones, está siendo demasiado simple lidiar con Dark.
— ¿Todo este show por ella? — Murmuro burlona — Dark en serio eres patético eh...— él sonríe y se encoge de hombros.
— No te veo huyendo Nisha...— comenta con un tinte peligroso en la voz.
— No pienso huir de ti...— suelto tajante, desafiándolo.
De pronto se encoje de hombros y le quita el seguro al arma sus labios sonríen y mi corazón se salta un latido cuando finalmente dispara sin dudar, la bala rosa mi brazo izquierdo, lo que me hace torcerme hacia ese lado y sujetar la herida, el ardor pronto es reemplazado por el dolor y me giro para verlo estupefacta porque en serio me ha disparado. Pero para mi sorpresa y terror ya no está allí.
Dark.
La sorpresa en la expresión de Nisha me remueve las entrañas, estoy seguro que no esperaba que le disparara y la verdad hasta cierto punto creí que no me sería necesario hacerlo. Juro que desee que creyera en mis palabras y no me obligara a esto. Camino entre los arboles a su derecha, sin perderla de vista.
La herida en su brazo llama mi atención y noto que sale bastante sangre de ella, cosa que me tensa. Pero es solo un raspón, no es algo por lo que va a desangrarse. Me detengo después de notar como mira a su alrededor, cierra sus ojos y respira profundo. Permanezco en el lugar y cuando vuelve abrir los ojos abre sus brazos y la escucho reír.
— ¿En serio quieres jugar a esto Dark? — me reta elevando el tono.
No respondo permanezco inmóvil mirándola hasta que ella suspira y deja caer sus brazos a los costados.
— ¿Sabes? jugar esto es aburrido si solo lo hago yo...— murmura en voz baja — ¿Qué tanto eres capaz de aguantar por ella Dark? — mi ceño se frunce ante su pregunta.
Cuando estoy por salir de entre las sombras su mano se eleva y coloca el cañón del arma sobre su cien, deteniéndome en seco.
— Si yo muero, ella también y todo tu maldito esfuerzo hasta ahora será en vano y adivina ¿qué? — mi respiración se hace pesada porque en serio está poniéndome en una situación que no me gusta — me importa poco porque aun si muero aquí y ahora, no dejaras que Griffin siga con vida...— lentamente se da la vuelta enfrentándome, una sonrisa algo enferma se dibuja en sus labios y me guiña el ojo — allí estas, ¿jugamos o no? — pregunta con altanería.
— ¿En serio eres capaz de suicidarte por un juego? — Pregunto en tono burlón — creí que eras más lista que esto...— sin embargo ella ríe y hunde un poco más el cañón en su cien.
— La verdad no será un suicidio Dark...— murmura con voz suave — yo tirare del gatillo ciertamente, pero será enteramente tu culpa por ponerme en esta jodida situación...— doy un paso y ella sonríe aún más — ¿jugamos o no? — medito unos instantes y finalmente rio.
— Adelante...— la ínsito — tira del puto gatillo y quítame de una puta vez la distracción de tenerla a ella en la cabeza y la certeza que contigo ella muere...— suelto con cierto desprecio.
Sus ojos se entrecierran y me analiza, algo me dice que es capaz de tirar del gatillo, pero también algo me dice que no atentara contra su propia vida. Permanecemos en silencio desafiándonos con la mirada, hasta que con un rápido movimiento su mano se mueve en mi dirección y dispara. Me muevo a un lado y ruedo el suelo para quedar cerca de ella, barro sus piernas y la veo caer en cámara lenta.
Su cuerpo cae de costado más sus manos interceptan la caída por lo que el golpe no es tan fuerte, pronto estamos enzarzados en una lucha cuerpo a cuerpo. Sus ojos brillan con agresividad y ferocidad, está decidida a lastimarme y eso me hace pensar en que no dudara realmente en hacerlo por lo que mis golpes se vuelven cada vez más fuertes y contundentes. Los suyos igual, uno de sus puños se estrella en mi costado haciéndome jadear.
Tomo sus manos tratando de evitar más golpes, pero con una facilidad que me sorprende se libera, gira sobre sí misma y no me da tiempo de apartarme, su zapato golpea mi rostro desequilibrándome, me tambaleo hacia el suelo pero no termino de caer cuando una vez más una de sus piernas impacta contra mi estómago sacándome el aire.
Se mueve con rapidez y precisión, cosa que nunca había visto en ella, su forma de pelear es similar a la de Claus pero es tan rápida como yo. De alguna forma ha logrado igualarnos y en definitiva supero las maniobras de Claus. Me levanto tomando su zapato cuando intenta una vez más golpearme con él, lo tuerzo y hago que su cuerpo se incline hacia un lado, un quejido de dolor se escapa de sus labios tras una maldición, cae al suelo y pronto estoy sobre ella sosteniendo sus brazos sobre su espalda.
Nuestras respiraciones son un jodido desastre y ambos tenemos golpes el uno del otro, ella lucha por liberarse y mi agarre se vuelve más fuerte y brusco, tuerzo su brazo otro poco logrando que se queje de dolor, pero no la libero.
— ¿Quieres jugar sucio? — murmuro sobre su oído presionando más su brazo sobre su espalda.
Ella ríe, y gira su rostro para verme su expresión es adolorida pero la risa burlona y esa expresión suficiente son motivos suficientes para saber que le vale mierda que la lastime.
— Bajaste la guardia Dark...— se burla — Nish es tu puta debilidad y voy explotarla las veces que se me pegue la puta gana — escupe con resentimiento logrando que mi cuerpo se tense — voy acabar contigo y con todo lo que tienes y creíste amar alguna vez...— sus ojos me advierten que está dispuesta cumplir con lo que dice.
— Primero te mato...— murmuro dejándome llevar por la ira.
Su sonrisa se ensancha y muerde su labio inferior, entonces con fuerza vuelve a golpear mi rostro con su cabeza, esta vez el golpe es muchísimo más fuerte que el que me dio temprano, aflojo el agarre y es lo que necesita para impulsar su cuerpo hacia arriba y girar sobre si misma caigo de espaldas al piso con ella sus piernas sobre mi abdomen, pronto está haciéndome una llave que corta el paso de aire a mis pulmones.
— Es una pena que al hacerlo también la mates a ella...— suelta haciéndome caer en cuenta que en medio de todo, al verla a ella como una amenaza para Nish me he olvidado que ocupan el mismo cuerpo.
Cierro mis ojos y aflojo un poco el agarre en sus piernas, cosa que la hace reír. Tiene razón es mi jodida debilidad pero no por ello la voy a dejar jugar con mi cabeza. Confiada que no daré mas pelea afloja su pierna y aprovecho para golpear su muslo con mi puño. Un grito de dolor se escapa de sus labios y me libera, respiro agitadamente en busca de más aire y pronto ambos estamos de pie.
De su boca sale sangre, sostiene su estómago con una mano y con la otra el lugar donde acabo de golpearla, yo por el contrario siento la calidez de la sangre deslizarse desde mi nariz hacia mi boca. Escupo a un lado y sonrió, hacía tiempo que alguien no me hacía sangre, hacía tiempo que alguien si quiera me golpeaba y tenía que ser precisamente ella.
— ¿Te diviertes? — pregunta dando un paso en mi dirección.
— No...— suelto con brusquedad y ella ríe.
— Yo si...— sus puños vuelven a cerrarse y se lanza contra mí.
Pronto estamos otra vez golpeándonos con fuerza, olvido por competo que se trata de Nisha y la veo como un jodido objetivo a terminar, mi golpes la hacen tambalearse, constantemente se aleja para recuperar el aire pero vuelve sobre mí, golpea con rapidez y con fuerza, cada golpe que suelta en mi cuerpo es doloroso. Pero lo ignoro, pronto lanzo un puñetazo a mi rostro, pero lo tomo tirando de ella, nuestros cuerpos chocan y nuestras miradas se encuentran.
De pronto sus ojos parpadean repetidas veces y después de unos segundos un jadeo se escapa de sus labios y su mirada se suaviza.
— ¿Dark? — el susurro suave con que pronuncia mi nombre me hace estremecer.
La libero cuando noto que es Nish a quien sostengo, que es a Nisha a quien he lastimado, la culpa se abre paso en mi pecho y de inmediato la ira. Cierro los ojos cuando la escucho sollozar y sus manos se cierran sobre mis mejillas.
— ¿Qué te paso, porque estas sangrando? — pregunta con preocupación tocando mi rostro.
Me quejo un poco al sentir como toca aquí y allá, abro los ojos y me encuentro con su expresión preocupada. Su labio partido y uno que otro moretón en su pómulo y la quijada. Sus ojos se fijan en mi aspecto y de pronto en el suyo y sus ojos se abren como platos.
— ¿Qué paso? — se queja arrugando su rostro, el dolor haciéndose presente en sus rasgos.
Empieza a llorar mirando sus manos llenas de sangre y su cuerpo empieza a temblar, en un par de pasos estoy junto a ella y sin pensarlo la abrazo. Sus manos cubren su rostro y la escucho llorar mientras me siento cada vez peor. Me deje llevar y la lastime. Respiro profundo tratando de centrarme de orientarme en medio de esta locura y hacer lo correcto.
— ¿Qué paso Dark? — insiste y no sé que responder.
Como le explico que cada uno de los golpes que tiene en este instante todos los provoque yo, que no me contuve que me olvide que ella estaba allí y la vi como una maldita amenaza para ella misma olvidando que ella y su alter son la misma persona.
Su rostro sale de sus manos y busca mi mirada, sus dedos se deslizan sobre mis labios limpiando la sangre y solloza un poco más, no sé si por dolor o por miedo, pero luego de unos segundos de mirarnos termino haciendo algo tonto en una situación como esta. Me inclino sobre sus labios y la beso, lo hago con pausa y calmadamente.
El sabor de mi sangre se entremezcla con el de su boca y por un instante intensifico el beso, Nish jadea sobre mis labios respondiendo el beso y quejándose al mismo tiempo al sentir mi agarre en su cintura, me frustro al saber que su cuerpo esta golpeado por mi culpa pero soy incapaz de apartarme de su boca. Un quejido, un jadeo y luego un gemido escapan de sus labios y después de unos segundos la siento sonreír.
Mi ceño se frunce y me alejo un poco para verla, sus labios están parcialmente teñidos de rojo, su lengua se pasea por su labio inferior y al elevar mis ojos a los suyos descubro una vez más esa mirada divertida.
— Ops...— murmura — volvió a irse...— de pronto siento el cañón de un arma sobre mi hombro izquierdo — no vuelvas a dispararme Dark — espeta con voz filosa, el ruido del disparo se escucha y el dolor atraviesa mi hombro.
Doy un paso atrás y la observo sorprendido, ella sonríe de lado, llena de seguridad, de altanería y arrogancia. Sostengo mi hombro con una mano presionando para evitar que la sangre fluya con libertad. De pronto su expresión se vuelve seria, su ceño se frunce y niega con la cabeza.
— Oh no, no lo harás...— murmura sin mirarme — no vas a joderlo otra vez...— una de sus manos se va a su cabeza y la expresión de dolor que surca su rostro me deja saber que algo no va bien.
Su boca se abre y deja salir un gruñido para luego caer al suelo sobre sus rodillas, ambas manos sujetando su cabeza con fuerza, suelta un sollozo sus ojos se elevan buscándome y estos están anegado en lágrimas, su mirada se desvía hacia mi hombro y las lágrimas caen de sus ojos sin control, pronto murmura mi nombre y cae al suelo perdiendo el conocimiento.
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Recuesto a Nish en el sofá de la sala con cuidado, me duele todo el puto cuerpo y la jodida herida de mi hombro sangra copiosamente. Saco mi teléfono y marco el número de Maxwell. Después del sexto toque me cae la contestadora.
— Tenía razón, necesito que vengas, dile a Jasón que te de las coordenadas...— respiro profundo y la observo un instante — se me salió de las manos Doc...— confieso — la lastime y me siento como la mierda por ello...— finalizo la llamada y me siento en el suelo junto a ella.
Su rostro dejando ver todos los golpes que nos dimos, la sangre seca en la comisura de su labio me hace cerrar los ojos y maldecir para mis adentros. Esto no puede volver a pasar, no puedo olvidar quien es ella, no puedo olvidar que ella sigue allí. Me inclino sobre su cabeza y beso su cien.
— Prometo que no volverá a pasar, antes muerto que volver a herirte Nish...— hago una pausa y suspiro — pero tú tienes que luchar hermosa, es tu cuerpo y ella está allí por ti, ella no se detendrá me matara si es lo que quiere y no pienso hacer nada por evitarlo porque a pesar de todo sigues siendo tu...— murmuro antes de dejar otro beso en su mejilla.
Apoyo mi frente en su hombro y me quedo así hasta que siento que el cansancio se hace presente y me nubla la vista, pronto estoy cayendo en un profundo y turbulento sueño.
Nota del autor: hola mis Darklings, como les va? dios este capitulo me tuvo al borde de la silla, en serio me da pesar Dark esta tan complicado todo que el pobre no sabe que hacer. Y la sirena oh por dios, ha sabido jugar en contra de Dark. A ver las leo. (este capitulo estaba allí guardado sin terminar de editar así que aquí lo suelto) un beso les amo infinito y gracias por el apoyo.
Estaré un poco ausente porque me han llamado de una plataforma para publicar una historia con ellos y estoy trabajando en ella, posiblemente esta semana regrese con las actualizaciones y las mantendré al tanto sobre esto que viene cocinándose, solo les diré que estará llena de acción, romance, erotismo y sangre.
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