Capitulo 30 - Reencuentro
Hola mis darklings aca ahora si mi ni;as, lo mas esperado...sin mucho que decir solo no vayan a odiarme por lo que les espera en este capitulo! Ah otra cosa ayer no publique porque estaba full y hoy no habido mucha diferencia de hecho ha sido mas complicado, pero como ya estaba casi listo pues aqui esta, disculpen la demora y ahora si vamos a ello.
Dark.
Ubicación: Castillo Konopiste (Praga, Republica Checa)
Hora: 10:30 pm
Silencio...
Es todo cuanto soy capaz de escuchar, mi pecho se contrae y espero ese instante en que la bala me alcance, resignado a lo que ella quiera que hacer conmigo, pero el disparo nunca llega por lo que termino abriendo los ojos encontrándome una vez más a Nisha luchando con Claus.
El intenta quitarle el arma y ella lucha por evitarlo, noto como Claus intenta hacerlo sin lastimarla más, pero ella no duda un solo instante, sus golpes y movimientos tienen una sola y clara intensión herirlo.
— ¡BASTA! — grito dando un paso hacia ellos, sorprendiéndolos un poco.
Nisha se gira con rapidez sin prestarme atención, estampa su pie en el estómago de Claus que gime adolorido y dejándolo sin aire, este se dobla sobre sí mismo tambaleándose mientras una vez más ella me apunta con el arma. Sus ojos brillan cargados de satisfacción y una sonrisa maliciosa decora esos labios que tanto amo.
— Cierra la boca...— me espeta dando un paso en mi dirección con cierto fastidio.
— ¿Nisha? — murmura la voz de Max totalmente sorprendida.
Escuchar su nombre en los labios de alguien más termina por confirmar la realidad, termina por centrarme y dejarme claro que no es un sueño. Que de verdad está aquí, viva.
— Hola Max...— la saluda con cierta diversión, sin despegar sus ojos de los míos — puedes dejar de apuntarlo — le pide, esta vez sí le dedica una mirada amenazante antes de volver a verme y continuar — si no lo haces le meteré una bala en la cabeza a Dark y sé que será algo con lo que no podrás lidiar...— su voz es una especie de antídoto para todos mis demonios que de pronto lucen tan dóciles como un cachorro.
Aunque no me pasa desapercibida la frialdad en su tono y al mismo tiempo la burla en sus palabras.
— ¿Qué mierda haces? — jadea Claus intentando recobrar el aire, su expresión llena de confusión mirándola.
Sus ojos se pasean de mi rostro al de Claus, que la mira anonadado.
— Lo que se supone que debí hacer el puto día en que supe lo que habían hecho...— responde con voz fría, carente de emociones.
No puedo dejar de verla, porque aunque es ella y está aquí empiezo a ver que no es ni de cerca la misma mujer de la que me enamore, esta es jodidamente imponente, transpira seducción y además peligro.
— Max no lo voy a repetir — amenaza — baja el arma o despídete de ambos...— murmura entre dientes.
Eleva su mano libre en donde ahora sostiene un cuchillo que no sé de dónde demonios ha sacado.
— ¿Nish pero...— jadea Max incrédula y tan sorprendida como yo en cuanto la vi hace unos minutos atrás.
Nisha pone los ojos en blanco y bufa exasperada moviendo su cabeza como si toda la situación le molestara, quita una vez más el seguro del arma y me apunta a uno de mis hombros, mi cuerpo se tensa y veo como Max en vez de moverse hacia el frente da un paso atrás.
— No me tientes...— murmura con una sonrisa divertida.
— Baja el arma preciosa...— la voz de Arkasha se hace presente junto a su dueño que está a unos pasos de ella con los brazos cruzados sobre su pecho.
Desvió mis ojos una vez más hacia ella y pronto soy consciente de la cantidad de puntos rojos que apuntan su cuerpo.
— Nish baja el arma...— le pide Claus, su voz pausada, cargada de preocupación.
Ella sonríe y niega con simpleza como si llevara todas las de ganar en esta situación, sus ojos se posan sobre mí y sé que si no hago algo pronto Arkasha dará la orden de disparar. Cuando se unió a Darkness sus órdenes fueron claras, nadie puede tocarme mientras estés presente, no importa quién sea y sé que lo hará, así estemos hablando de Nisha.
— Bajen sus armas...— ordeno, tensando los músculos de mi mandíbula, todos me miran atónitos.
Lentamente los puntos rojos sobre su cuerpo empiezan a desaparecer hasta que finalmente estos se extinguen por completo y la expresión de triunfo que se dibuja en sus facciones me hace sentir miserable. Nisha jamás pondría en una situación como esta a ninguno de nosotros.
— ¿Jasón? — hablo al chico que no ha dicho nada desde hace minutos.
— ¿Señor?
— Informe de situación...
— Controlado señor...— responde este dejándome en claro que ya puedo relajarme hasta cierto punto y ocuparme de otra cosa con la tranquilidad que nadie la lastime.
En ese instante me permito apartar los ojos de ella y mirar a mí alrededor. Hay cadáveres a mí alrededor, más de los que puedo contar. Pero lo ignoro obligándome a reaccionar y tratar con lo que me mantiene en estado de shock. Abro la boca para decir su nombre pero simplemente no consigo hacerlo, ella ríe suavemente y suspira ladeando su rostro.
— Perdemos tiempo que no tienes...— suelta de pronto entonces contra todo pronóstico tira del gatillo.
El chispazo que sale del cañón cuando la bala sale de este lo veo en cámara lenta, desvió mis ojos hacia ella que luce satisfecha, triunfal, malditamente hermosa. Espero la bala, espero el dolor de esta al atravesar mi piel pero una vez más nunca llega. En ese instante un golpe seco se escucha a mi lado y un hombre cae a mi lado dejando claro que sigue cuidándome la espalda después de todo. Aunque hay un brillo divertido en sus ojos que me hace dudar, algo me dice que esa bala era para mí y no para el sujeto.
Desvió mis ojos hacia ella quien muerde su labio inferior, ella baja el arma y me regala una sonrisa cargada de arrogancia y suficiencia. Observo como Claus se acerca a ella desde atrás con pasos lentos y cuidadosos, sus ojos se encuentran con los míos y niega ligeramente.
— ¿Estás bien? — pregunta el sujeto que está a mi espalda.
Hay preocupación en su tono y eso me tensa, pero lo que me incomoda aún más es la forma en que ella lo observa, para luego simplemente asentir en su dirección, humedece sus labios con coquetería y vuelve a verme.
— ¿Terminamos con esto y nos quedamos así la noche entera? — vuelve a levantar el arma y antes que pueda hacer o decir algo, Claus se va contra ella.
La desarma, quitándole tanto el arma como el cuchillo que cae al suelo, hay tristeza en su mirada y con una sonrisa llena de pesar, golpea su cuello con fuerza.
— Hora de dormir hermosa...— esas palabras me hacen saber que la ha noqueado temporalmente.
Nisha cae desmayada sobre sus brazos y siento mi pecho contraerse una vez más ante la imagen. Un movimiento brusco a mi lado me alerta sobre el sujeto que estaba con ella pero este también cae al suelo inconsciente. Se lo que ocurre mas solo soy capaz de ver a Claus metiendo uno de sus brazos debajo de las rodillas de Nisha y elevarla, para sujetarla en brazos con delicadeza.
Sus ojos están fijos en su rostro, como buscando respuestas que no encontraremos ni él ni yo, permanece un par de minutos contemplándola antes de levantar la vista y mirarme.
— Situación contralada...— murmura con voz ronca cargada de emociones.
Sus palabras son un aviso para el resto del equipo y también para mí. Claus cumpliendo con su trabajo justo como esperaba que lo hiciera esta noche. Solo que no esperaba para nada que la situación que debía controlar seria ella.
— ¿Estas bien? — pregunta Max a mi lado en apenas un susurro cauteloso, pero la ignoro.
Solo tengo ojos para ver a Nisha entre los brazos de Claus, en su expresión tranquila, en la sangre sobre su mentón, en su cabello corto y desordenado por el constante movimiento. Claus se acerca a mi cojeando y con expresión trémula, además adolorido. Una vez se detiene frente a mi respira profundo y antes de tenderme a Nisha sonríe con esa calidez que hacia siglos que no le veía en el rostro, deja un beso sobre su frente y murmura.
— Es bueno saber que estas bien hermosa...— sus ojos se posan sobre los míos mientras la tomo en brazos con cuidado de no lastimarla — deberíamos sedarla, no estoy seguro que sea buena idea dejar que despierte...— comenta.
El peso de su cuerpo entre mis brazos me sorprende, de alguna forma sigo esperando que todo sea un sueño y despertar en cualquier momento para ver que en realidad no está aquí.
— Mierda volviste a dispararme...— se queja Claus.
— Jasón necesito una jeringa con sedante...— murmuro sin dejar de contemplar su rosto — Max encárgate del sujeto que estaba con ella, Arkasha estas a cargo quiero un informe de las bajas y quiénes son estos hombres...— voy dando órdenes sin dejar de verla sin dejar de sentir su respiración sobre mi ropa, su expresión relajada, anhele tanto poder verla una vez más que no tengo ojos para nada mas que no sea ella — Claus consigue un auto y alista el jet...— hago una pausa y respiro profundo — muévanse tenemos demasiado que hacer...— murmuro girándome con ella entre mis brazos.
Camino entre cadáveres y personas heridas, pero nadie capta mi atención en realidad, nadie en esta habitación me importa más que ella en este instante. Una vez alcanzo el otro lado del salón subo las escaleras con calma hasta llegar a la puerta, allí Jasón me espera con expresión sorprendida.
— Señor...— murmura tendiéndome una jeringa — coloque la misma cantidad que usaron el día del rescate, espero que sea suficiente, asumiendo que la lleve a la mansión de lo contrario aquí tiene...— me explica tendiéndome una cajita donde asumo hay otra jeringa con más sedante.
Sus ojos se posan en Nish un instante antes de suspirar y desviar sus ojos.
— Gracias...— murmuro — ¿puedes hacerte cargo? — el asiente y yo paso por su lado dirigiéndome por uno de los pasillos hacia una de la habitaciones, necesito sedarla antes de irnos.
Una vez dentro de una de ellas camino hasta la cama y la recuesto con cuidado, me siento junto a ella y sin poder siquiera pensar con claridad me pongo en pie una vez más, la admiro unos segundos antes de darle la espalda. Las emociones comienzan a abrumar mis sentidos, impidiendo que piense con claridad. Debo poner todo en orden para poder hacer lo que tengo que hacer y no dejarme llevar por la emoción de encontrarla.
Esta noche han pasado demasiadas cosas, cosas que no contaba con que ocurrieran y no solo hablo de su aparición que conlleva a más preguntas que respuestas. Hablo de esos sujetos uniformados, del tipo que la acompaña, de su preocupación por el, de la forma en que lo miro, de la relación de todo esto con Griffin y los asesinatos. Simplemente de pronto nada de lo que ocurre tiene sentido.
Me giro una vez más para verla, pasando mis manos por mi cabello, ¿Qué coño está pasando? ¿Cómo es que está viva? ¿No se supone que Griffin la tenía? Y si es así, como es que esta así de bien, así de perfecta... así de hermosa... no estoy viendo algo. Tiro de mi cabello llenándome de frustración y de alguna forma esta muta y la ira me abraza con rapidez.
Maldigo para mis adentros y cierro los ojos. Tomo una bocanada de aire y lo libero lentamente tratando de relajarme. Abro mis ojos y me acerco a ella una vez más, me siento a su lado y estiro mi mano para tocar su rostro pero me detengo a escasos centímetros de su mejilla, incapaz de tocarla, tengo miedo que al hacerlo se desvanezca.
— ¿Cómo es que estas aquí? — murmuro.
Antes de poder decir o pensar algo más, la puerta de la habitación se abre y por instinto me pongo en pie con arma en mano apuntando a quien ha entrado si quiera sin avisar. Claus eleva una de sus manos en señal de calma, mirándome mal bajo el arma mientras el camina en mi dirección sujetando su hombro con la otra mano.
Hay una gran cantidad de sangre manchando su saco pero no parece importarle.
— El auto está listo...— me explica — hay un helicóptero en el jardín puedes usar cualquiera de las dos cosas, como prefieras...— continua posando sus ojos en ella — el Jet estará listo esperando por ustedes...— asiento pero no digo nada — ¿Es la misma Nisha que conocimos? — murmura sin dejar de mirarla.
— No, no creo que sea la misma Nisha...— respondo con voz ronca.
— ¿Iras a la mansión? — indaga con curiosidad.
— No...— me giro para verlo y suspiro — llama a Maxwell lo necesitamos aquí para que revise a nuestros hombres y ayude a los demás...— Claus asiente y luego me ve divertido.
— Cuando disparaste hace un rato no fallaste ¿verdad? — sonrió un poco y niego con la cabeza.
— Puta madre Dark tienes que dejar de hacer eso, duele como la mierda...— rio sin ganas y me encojo de hombros para luego verlo con intensidad.
— Eras tu o ella y sabemos que ella no le haría daño, además tu estas muerto y los muertos no importan...— él pone expresión dolida y se toma el pecho fingiendo dolor.
— Claro como ella puede darte algo que yo no, la prefieres...— se queja haciendo un mohín y luego un gesto adolorido tomando nuevamente su hombro.
— Cierra la boca y ve a trabajar...
— Si muero desangrado será tu culpa...— continua quejándose.
Ignora mi orden mientras se acerca a la cama y se sienta junto Nisha, aparta algunos mechones de cabello de su rostro y sonríe una vez más con esa calidez que creí que no vería nunca más en él.
— Bienvenida a casa otra vez hermosa, no tienes idea de cuánto te eche de menos...— sus palabras me sorprenden, se inclina sobre ella y murmura algo sobre su oído para luego ponerse en pie — estoy ansioso por escuchar todo lo que tienes que decir — posa sus ojos en mí y me observa serio — cuídala...
— No tienes que decirlo...
— Lo sé, pero me gusta decir estupideces ¿recuerdas? — ríe y echa andar hacia la puerta — ahora tengo más trabajo que antes, creí que ya retomarías tus mierdas y resulta que otra vez te vas de viaje y esta vez de luna de miel...— continua quejándose con fastidio mientras llega a la puerta hace una pausa y se gira — si necesitas algo llámame, puedo acercarte los preservativos y el vino para la cena romántica...— ríe divertido y luego continua — bueno si llegan allí y no te mata antes... — se gira y sale de la habitación dejándome solo una vez más.
En ese momento Nisha se remueve en la cama, camino hacia ella con rapidez, está comenzando a despertar y eso no es bueno, me siento junto a ella, saco la jeringa y antes de clavarla en su cuello sus ojos se abren encontrándose con los míos, me pierdo en ese tono verde, sus labios se abren para decir algo en el momento en que la aguja toca su piel y dejo el líquido fluir en su torrente sanguíneo.
— Dark...— murmura, acariciando mi nombre y arrullando mis demonios que se regocijan con su voz.
— Descansa nena, hay mucho aun con lo que tendremos que lidiar...— susurro acercando mis labios a los suyos.
Pero me detengo justo antes de tocarlos, cierro mis ojos y contengo las ganas de abrazarla, de besarla y decirle cuanto la amo, cuanto la extrañe y cuanto necesitaba que estuviera aquí. Hay demasiadas preguntas, demasiadas dudas en este instante y no quiero dejarme llevar por lo que siento. Apoyo mi frente sobre su pecho y respiro profundo llenándome con el olor de su perfume.
Antes de ponerme en pie y volver a cargarla. Aun sintiendo como mis emociones amenazan con nublar mi lógica, permanezco tranquilo ignorando de alguna forma lo que ella siempre ha despertado en mí.
Salgo del castillo y entro al auto que espera encendido en el exterior, hace frio y no hay ni un solo de hombres rodeando el edificio lo que se me hace extraño pero lo ignoro, solo quiero salir de aquí y alejarme de este lugar lo más que pueda.
Conduzco sumergido en todas las dudas que azotan mi cabeza hasta llegar a la pista privada donde espera el jet listo para llevarme a donde desee. De camino contemplo mis opciones que no son muchas en este instante y aunque llevarla a la mansión seria la idea más adecuada, ir allí solo complicara todo.
Pronto estarán Claus, Max y Arkasha allá. No los quiero cerca de mí en este instante, por lo que decido simplemente volver a casa. Subo al jet y saludo al piloto quien pregunta el destino, murmuro la pista de aterrizaje a la que deseo que me lleve y luego me siento junto a Nish, acomodándola en un cómodo sillón. Tomo una manta y cubro su cuerpo con él. Serán un par de horas hasta la pista de aterrizaje privada y luego tres horas más de viaje en auto hasta llegar a casa.
Cierro mis ojos tomando su mano tratando de creerme que esto está pasando realmente. Después de despegar tomo mi teléfono y marco el número de Gretta, después del quinto tono responde con voz somnolienta.
— ¿Ratko?
— Lo siento Gretta sé que estabas por irte a la cama, pero necesito que hagas algo por mi
— ¿Qué pasa?
— Voy de camino, prepara algo de comer, liviano preferiblemente y ten todo listo en mi habitación...
— ¿Ratko que pasa? — pregunta alarmada.
— La encontré...— murmuro mirando a Nisha dormir a mi lado.
— ¿A la chica? — responde sorprendida.
— Si...— un largo silencio se extiende entre ambos y los ocupo en admirar el perfil de Nish.
— ¿Esta bien? — la duda llenando su tono.
— Si...— respondo parco.
— De acuerdo, estará todo listo cuando lleguen...
— Gretta por favor sal de la casa...— le pido en un susurro ronco — no sé cómo reaccione cuando despierte y no quiero ponerte en peligro...
— ¿Qué quieres decir?
— No es la misma mujer que desapareció y es capaz de hacer cosas que la verdad...— hago una pausa y suspiro recordando la forma en que disparo, apuñalo y mato a esos hombres.
La forma en que enfrento a Claus sin dudar, sin miedo, como si tuviera la certeza que puede con todo y nada la tocara. Sin duda alguna Nisha no es la misma mujer temerosa que llego a la mansión hace casi tres años.
— Esta bien no tienes nada más que decir, iré al bunker esperare allí hasta que me digas que puedo volver...— me explica — ¿quieres que lleve a Rex conmigo?
— Si por favor...
— Esta bien, tranquilo Ratko estoy segura que todo saldrá bien...— sin más finaliza la llamada y yo permanezco en silencio.
El viaje se me hace eterno, sobre todo porque me dedico a revisar su cuerpo, con la creciente angustia de encontrar heridas recientes, marcas que me demuestren que ha estado con Griffin y no en otro lugar. No consigo nada que me señale que haya sido abusada o lastimada, solo reviso sus brazos, muñecas y cuello. Noto como sus brazos están mucho más marcados, como sus músculos han sido ejercitados. Sin duda alguna ha estado entrenando.
Lo que incrementa el número de preguntas en mi cabeza, ¿Dónde ha estado todo este tiempo? Miles de preguntas rondan mi cabeza mientras conduzco hasta mi casa. Llegamos pasadas las 4 de la mañana, con cuidado la llevo hasta mi habitación y la dejo sobre mi cama. Reviso su cuerpo una vez más en busca de alguna otra herida que no haya sido causada por la pelea por Claus pero sigo sin encontrar nada.
Solo tiene un corte en su labio y uno que otro morado en su rostro, imagino que habrán algunos más en su abdomen, aunque lo dudo Claus no alcanzo a golpearla realmente.
Después de algunos minutos me giro y camino hasta el sofá donde me dejo caer, esto es una locura no entiendo cómo es que esto está pasando. Tallo mis ojos y suspiro deseando encontrar las respuestas a todos mis interrogantes. Los minutos pasan convirtiéndose en horas y finalmente veo como el sol empieza a salir por una de las ventanas.
No he podido dejar de verla, es como un sueño tenerla aquí y mentiré si digo que no tengo miedo de despertar y ya no este. El solo pensar eso construye un nudo en mi garganta que me obligo a tragar, debo ignorar mis emociones sucumbir a ellas no me permitirá pensar con claridad y justo ahora debo hacerlo porque no sé qué significa todo esto, no sé qué significa el que ella haya estado en ese castillo.
Finalmente como si el peso de mi mirada la incomodara empieza a removerse en la cama, permanezco en el mismo lugar sentado, no quiero presionarla, ni invadir su espacio personal es obvio que no es la misma, no tentare mi suerte y algo me dice que no será muy lindo cuando esté completamente despierta en sus cinco sentidos. Sus manos se mueven hacia su rostro y después hasta su vientre.
Su ceño se frunce y veo como sus manos se cierran con fuerza sobre el área, la expresión de dolor que invade su rostro me alarma y me pongo en pie enseguida preocupado por ella. Temeroso que durante el ataque alguien la haya lastimado y no vea la herida a simple vista.
Cuando estoy por tocarla sus ojos se abren como platos, llenos de terror, cargados de dolor, se sienta de golpe y suelta un grito desgarrador que no solo eriza mi piel sino que de alguna forma me rompe de mil maneras. Es un grito tan cargado de dolor, de emoción que en cuestión de nada mis ojos se humedecen mientras ella llora sin control negando con la cabeza y mirando sus manos con terror.
Me siento a su lado llamando su atención, su mirada cristalizada se encuentra con la mía y sus ojos se abren como platos se echa hacia atrás negando con la cabeza, gruesas lágrimas caen de sus ojos y no sé qué coño está pasando, no entiendo que le ocurre.
—No, no, no, no tu estas muerto, tu estas muerto...— murmura una y otra vez negando con la cabeza.
Mi pecho se comprime al darme cuenta que está experimentando otro de sus ataques de pánico, uno de esos que me gustaría poder evitar, la ira me invade al mismo tiempo que la frustración pero lo que no entiendo es porque asume que estoy muerto. Me inclino sobre ella pero se aparta aterrada mientras continua murmurando cosas que no alcanzo a comprender.
— Te mate...— alcanzo a oír haciendo que mi ceño se frunza.
https://youtu.be/qHFNXEBQfCY
Darle play a la canción para acompa;ar la lectura, luego leer la traducción!
— Nish...— en cuanto pronuncio su nombre sus labios se detienen y sus ojos buscan de enfocarme, las lágrimas dejan de caer y estoy muriéndome por verla así, tan malditamente rota.
— ¿Dark? — Jadea desviando sus ojos de mi a sus manos y de regreso a mi rostro — estas bien...— murmura en un susurro casi inaudible, incrédulo.
Entonces sorprendiéndome se lanza sobre mí y me abraza con fuerza, sus brazos rodean mi cuello y su rostro se esconde en el mientras la escucho sollozar con más fuerza y desesperación. No entiendo que pasa, pero justo en este instante no pienso en eso simplemente cierro mis brazos alrededor de su cintura y la aprieto contra mi pecho.
Respiro profundo llenándome con el olor de su perfume que no es ni de cerca la misma fragancia que solía usar, este es mucho más fuerte, atrevido e incluso puedo decir que es el aroma de una mujer que quiere hacerse notar. Pero aun así el que sea ella quien lo usa me alucina.
— ¿Cómo es posible? — Solloza en mi cuello — te mate, te vi morir...— continua mientras llora sin control.
— Nena jamás me has hecho daño ¿Cómo se te ocurre? — tomo sus hombros y la retiro de mi cuerpo para luego tomar sus mejillas.
Sus ojos están anegados en lágrimas que caen sin control empapando su rostro y mis manos, su nariz esta roja y sus labios están entreabiertos.
— Te dispare en la playa, te vi morir...— jadea una vez más conteniendo un sollozo y entonces entiendo que todo en su cabeza en sus desastre que de alguna forma los hechos se han entremezclado y asumió que había muerto.
— Ese día si disparaste nena...— aclaro con una sonrisa cálida, sintiendo de pronto esa extraña sensación en mi pecho — solo que no fue a mí, salvaste mi vida por segunda vez ese día Nish...— sus manos temblorosas se aferran a las mías y sus labios dibujan una sonrisa temblorosa.
— ¿Estás seguro? — pregunta dudosa y rio asintiendo, ella solloza con una sonrisa en los labios — Dios como te extrañe...— solloza una vez más volviendo a echarse sobre mi pecho.
— No tienes idea de cuánto te eche de menos nena...— murmuro en respuesta abrazándola con fuerza.
Permanecemos así un largo rato, le permito llorar y sacar todo lo que lleva dentro, su cuerpo se pega más a mí y de pronto está sentándose acurrucada sobre mis piernas su rostro en mi cuello y sus brazos rodeando mi nuca. Un largo rato después ya no llora, solo gimotea una que otra vez. Y yo solo puedo pensar en que esta Nisha que ahora está entre mis brazos no es la misma Nisha que vi asesinar hace horas con tanta frialdad.
— Te amo Dark...— murmura de pronto haciendo que el nudo que había logrado controlar hasta el momento en mi garganta se haga aún más grande.
— Yo también te amo Nish con todas mis malditas fuerzas...— respondo tan seguro de eso como que puedo explotar el mundo entero solo por ella.
— No vuelvas a dejarme por favor...— la súplica en su voz me parte el corazón y siento como me cuesta respirar — perdón por haberte herido...— murmura y sonrió.
— Nunca lo hiciste hermosa...— respondo buscando su rostro.
Nuestras miradas se encuentran y allí esta ese brillo dulce, esa calidez que me hace sentir vivo, esa sensación de estar en el lugar adecuado, esa sensación de bienestar y plenitud que pocas veces he sentido en la vida se instala en mi pecho recordándome una vez más que daría lo que fuera por ella, haría cualquier cosa que estuviera a mi alcance por mantenerla segura por darle todo lo que necesita para poder seguir viendo esa mirada, esa sonrisa y seguir sintiéndome así, no me importa tener que asesinar medio mundo, terminar con la existencia de otros solo por tenerla a mi lado.
Ella me regala una sonrisa nerviosa y de pronto sus mejillas se sonrojan y rio suavemente. Había olvidado sus instantes de timidez. Sus ojos evitan los míos y sus manos juguetean nerviosos con el botón de mi camisa. Tomo su mentón y elevo su rostro para verla, perdiéndome en ellos y en las sensaciones que despierta en mí, sus ojos brillan llenos de amor y esto se me hace jodidamente perfecto.
Roso la piel de su mejilla hasta alcanzar su labio inferior ella cierra sus ojos disfrutando de la caricia y me regala un suspiro, uno de esos que te hace saber que hay demasiado en su interior, sin poder evitarlo o controlarme más me inclino sobre ella y roso mis labios con los suyos en un suave y lento beso que acelera mi corazón, que calienta mi pecho y que me hace sentir mil emociones que no sé cómo describir o explicar con palabras.
Sus labios se mueven con suavidad sobre los míos mientras siento rodar una lágrima por mi mejilla, que me sorprende y que no esperaba. No sé cuántas veces soñé con esto, no sé cuántas veces anhele volver a sentir sus labios, no sé cuántas veces desee poder mirar esos ojos y sentir la calidez que me invade cada que estoy a su lado. Sonrió a mitad del beso, consciente que esto que siento en este instante se llama felicidad y que nunca en mi vida la había experimentado de esta forma, separo mis labios de los suyos y termino apoyando mi frente contra la suya.
— Te amo tanto...— murmuro con voz ronca.
— Yo también te amo Ratko...— su tono esta vez es un poco más animado y me permito contemplarla.
Mi verdadero nombre suena a maravillas en su boca. Roso mi nariz con la suya y suspiro perdido en este instante, deseando que el tiempo se detenga y nos permita permanecer así para siempre, en esta burbuja perfecta donde solo somos ella y yo, sin pasado, si torturas, sin muertes, sin dolor.
Nish se acurruca un poco más sobre mi pecho y noto como contiene un bostezo y rio suavemente.
— Deberías descansar...— murmuro acariciando sus brazos con mis manos.
— Duerme conmigo...— me pide y sonrió.
— De aquí hasta que muera si es lo que deseas...— me sincero, ella sonríe y asiente, busca mis labios y vuelve a besarme con calidez.
Para luego salir de mi regazo, gatear hasta la cabecera de la cama y dejarme con una sensación de vacío en el pecho, cosa que hace que me sienta ahogado. Entonces entiendo que sin ella no sé cómo demonios seguir respirando, que sin ella no poder ser esto que solo soy cuando estoy a su lado, ser un poco más humano. La veo acomodarse entre las sabanas y sonríe mirándome con ese hermoso brillo en los ojos.
— ¿Vienes? — pregunta con voz ronca.
— Siempre a donde sea que estés.
Me quito lo zapatos y me deshago de mi camisa para luego acomodarme a su lado ella se acurruca sobre mi pecho, sus brazos rodeando mi torso, una de sus piernas enredadas entre las mías, la siento respirar profundo y después de unos segundos soltar el aire. Me concentro en la suavidad de su piel, en como su respiración pausada se va volviendo más pausada y profunda poco a poco Nish va cayendo en un sueño profundo que me deja solo en mitad de mi habitación con la certeza de haberla recuperado después de todo.
Nisha.
Ubicación: Desconocida (Mansión de Dark)
Hora: 6:30 pm.
La sensación cálida de un cuerpo a mi lado me hace ser consciente que no estoy sola. No me muevo tratando de recordar que ha pasado porque tengo un fuerte dolor de cabeza y además me siento confusa. Respiro profundo centrando mi cerebro en los últimos recuerdos que tengo. De pronto lo único que veo es la expresión sorprendida de Dark a Claus sobre mí y su voz diciendo que era hora de dormir.
Abro los ojos de golpe consciente que algo no salió de acuerdo a mi plan, no me muevo porque al contrario de lo que pienso estoy en un lugar cálido, cómodo y mullido, un brazo me mantiene pegada a un cuerpo duro, musculoso y cálido. Por un instante pienso en que todo ha sido un sueño y aún estoy en el hotel, pero cuando observo el pecho y el abdomen marcado carente de los tatuajes en forma de estrellas me doy cuenta que no es Zar quien me abraza.
Elevo mi rostro con cuidado y para mi absoluta sorpresa, Dark duerme plácidamente rodeando mi cuerpo, presionándome contra sí mismo como si temiera que de alguna forma algo o alguien podría separarme de él. Respiro profundo llenándome con su aroma, oteo en la semi oscuridad de la habitación buscando alguna señal que me indique en donde estamos y como rayos hemos llegado aquí y a esta situación.
Es una habitación amplia con ventanales que me muestran un montón de árboles en el exterior, creo que está anocheciendo o amaneciendo no lo sé, porque apenas y entra la luz del sol por las ventanas parcialmente abiertas. Una brisa fría se cuela por una de ellas moviendo las cortinas haciendo que mi cuerpo se estremezca por culpa de ello. Cuando desplazo mis ojos hacia mi cuerpo descubro que solo llevo una camisera negra puesta y que no me pertenece.
Regreso mis ojos hacia Dark con cierta confusión encontrándome con su perfecto y si hermoso rostro. Me tomo unos instantes para detallarlo, su nariz es perfecta, sus ojos aunque están cerrados lucen increíbles enmarcados por esas espesas cejas y sus labios... Muerdo el mío involuntariamente porque sus labios se ven tentadores, rojos, provocativos como si alguien se hubiese encargado de cubrirlos con alguna pintura.
— Céntrate Nish...— murmuro para mí misma.
Desvió mis ojos del líder de Darkness obligándome a no perderme en lo que su físico causa en mí. Con cuidado quito su brazo de mi cuerpo, me aparto con sigilo y salgo de la cama. El contacto de mis pies con el helado frio eriza mi piel haciendo que todos los vellitos de mi cuerpo se paren. Miro a mí alrededor, buscando alguna señal. Junto a la cama del lado donde el permanece dormido hay una mesita de noche y sobre esta un arma.
Mi corazón se acelera ante la expectativa, estoy desarmada y con Dark nunca se sabe. Poso mis ojos sobre él y camino sin dejar de verlo, intentando no hacer ningún ruido al caminar. Una vez junto a la pequeña y delicada mesa tomo el arma y reviso el cargador.
Esta lleno... Cuando lo regreso a su lugar el clásico clic que hacen ambas piezas al unirse me hace mirar a Dark, sus ojos permanecen cerrados y parece dormir profundamente. Respiro profundo sintiendo los latidos acelerados de mi corazón, no sé porque estoy tan ansiosa, quito el seguro del arma y lo apunto con ella, coloco el cañón sobre su frente y sonrió, ha sido demasiado fácil.
Justo como aquella vez en que Nisha lo apunto cuando despertó después de haberla salvado sus ojos se abren, nuestras miradas se encuentran y debo hacer un esfuerzo sobre humano para no jadear, ese tono miel me consume entera pero no aparto la mirada. Dark no parece sorprendido, ni siquiera se inmuta por mi acción o por despertar y conseguir un arma sobre su frente.
— Irónico que la historia se repita...— hago una pausa dejándolo procesar mis palabras antes de continuar — solo que esta vez tienes mucho que perder y varias cosas que explicar...— nuestras miradas permanecen entrelazadas.
Sé muy bien que está analizándome, porque así me siento y me preocupa que tanto piensa, de hecho me preocupa como he llegado a su cama, como me he quedado dormida a su lado y como es que ha logrado quitarme la ropa. Después de algunos segundos su ceño se frunce ligeramente como si algo le incomodara y con aire despreocupado coloca sus manos detrás de su nuca. Sus músculos tensándose con cada movimiento dándome una interesante vista no solo de sus brazos tan bien trabajados sino del pack que decora su abdomen.
— ¿Exactamente qué es lo que tengo que perder? — pregunta con voz ronca, pausada y completamente desinteresada.
Su voz hace que todo mi cuerpo se estremezca, que mi corazón lata deprisa y que por alguna razón que conozco muy bien todo se tambalee en mi cabeza. Vamos Nish no lo jodas ahora, pienso para mí misma.
Ignoro su pregunta analizando su postura tranquila, despreocupada, cómoda incluso y si, demasiado segura, arrogante. La sorpresa que se llevó cuando nos vimos ha desaparecido por completo, no hay rastro de confusión, de sorpresa de hecho no hay nada en su mirada y eso de alguna forma me da escalofríos, estoy delante del líder de Darkness. Seguro, arrogante, creído, letal y mortalmente sexy.
— ¿Dónde estamos? — pregunto.
El ladea su rostro un poco para verme con intensidad y mi cuerpo responde a esa mirada, me siento tentada a acercarme a él a tocarlo, Nish no te vayas por allí, regresa tu atención a lo importante en este momento. Su mirada es demasiado intensa, demasiado profunda y si, está afectándome en demasía. Dark no contesta nada por lo que doy un paso más en su dirección sin dejar de apuntarlo.
— ¿Dónde está Zarek? — continuo con el interrogatorio.
Su ceño se contrae un poco más y pasados algunos segundos sonríe de lado.
— ¿El inútil que estaba contigo? — pregunta con tono burlón haciendo que mi cuerpo se tense.
De pronto el miedo me asalta y la inseguridad se filtra en mi coraza. Una punzada de preocupación por el griego me embarga y es en este instante en que me doy cuenta que me importa más de lo que esperaba.
— ¿Dónde está? — insisto, con la necesidad de saber que se encuentra bien, pero su respuesta es simplemente encogerse de hombros.
Maldito.
Nos desafiamos con la mirada, la tensión creciendo entre ambos es brutal pero ninguno de los dos se molesta en romperla. Hasta que sorprendiéndome como solo el líder de la organización criminal más peligrosa del mundo podría hacer, Dark se sienta de golpe, toma el arma con una facilidad y con una rapidez que me deja pasmada me la quita, al mismo tiempo libera el cargador que cae sobre las sabanas, con su mano libre toma mi brazo y me tumba sobre la cama para luego colocarse sobre mí, todo esto lo hace tan rápido que no me da tiempo de nada.
Su expresión fría y carente de emociones nunca abandona sus rasgos lo que me deja ver que si efectivamente este es el asesino al que todo el mundo teme, ese que es capaz de matarte en un parpadeo y tú ni te enteras.
El sentir su cuerpo duro y musculoso aplastar el mío, solo hace que lo desee, por lo que un jadeo entrecortado se me escapa cuando toma mis muñecas y las acomoda sobre mi cabeza, no es brusco pero me sujeta con fuerza, su rostro quedando a escasos centímetros del mío. Su mirada me calcina obligándome a perderme en ella. Sus piernas se cierran un poco más sobre los costados de mi cuerpo y tras humedecer sus labios susurra con voz ronca.
— No dudes porque si dudas...
— Estamos muertos...— termino por él.
Trago duro cuando sus ojos detallan mi rostro, se fijan en mis ojos con intensidad, como si estuviera buscando algo en ellos y luego se desvían hacia mis labios, lo siento respirar profundamente y sonrió con coquetería, notando las ganas desprenderse de él, aprovechando el momento, elevo un poco mi pelvis pegándola a su entrepierna, la sorpresa es aún mayor cuando siento un poco de dureza en el área.
El eleva una de sus cejas y sonríe con malicia para luego volver a sorprenderme y dejarme fuera de base. Su cuerpo se eleva un poco impidiendo el contacto de nuestras pelvis luego con cierta rudeza mete una de sus rodillas entre mis piernas y las separa. Se acomoda entre ellas como si fuera amo y señor de mi cuerpo dejándome sentir su evidente y dura erección, jadeo ante el contacto y su sonrisa se ensancha.
El gesto hace que me olvide de toda la calentura que ha despertado en cuestión de segundos, por lo que frunzo el ceño y siento como nuevamente la ira se apodera de mí, como cada maldita cosa que Nisha ha vivido desde que la encontró va dejando un recordatorio silencioso en mi cerebro; es su culpa. Nuestras miradas siguen entrelazadas, pero algo cambia de pronto en mirada su gesto se endurece en cuestión de nada, su rostro se separa un poco más del mío y aprovecho el momento para darle un golpe con mi cabeza sobre su nariz.
De inmediato sus manos sueltan mis muñecas y se queja de dolor, aprovecho que me ha liberado y le doy otro golpe en el costado con una de mis rodillas que termina por quitármelo de encima, con rapidez me giro y salgo de la cama tomando distancia entre ambos, no es bueno tenerlo tan cerca, no cuando nubla mis sentidos de esa puta manera. Sus ojos me asesinan en este instante mientras sujeta su nariz, es evidente que no le ha gustado lo que hice y creo que tampoco se lo esperaba.
— No vuelvas a ponerme una puta mano encima...— le espeto señalándolo iracunda.
Libera su nariz la cual luce rojiza pero sé que está bien no le he golpeado con tanta fuerza.
— ¿O si no que? — me reta en tono burlón, más la ira en sus ojos lo delata.
— Te mato...— respondo resuelta.
Nuevamente una de sus cejas se eleva y vuelve a sonreír de esa maldita manera que hace que mi cabeza explote de ira, su seguridad me exaspera no entiendo como Nish lo soporto. Presiono mis puños a los costados de mi cuerpo y él se sienta sobre la cama de lo más tranquilo, inclinándose hacia el frente, entrelaza sus dedos y niega con la cabeza sin dejar de sonreír.
— Ambos sabemos que no puedes ni quieres matarme...— murmura haciendo énfasis en el quieres y esa puta frase tan cargada de confianza me altera y termino enviando todo mi autocontrol a la mierda.
— ¡ERES UN COBARDE DE MIERDA! — le grito — TODO ESTO ES TU MALDITA CULPA, CUANDO TUVISTE LA OPORTUNIDAD DE HACER LO CORRECTO NO LO HICISTE, DEJASTE QUE GRIFFIN SIGUIERA CON VIDA, ERES EL TODO PODEROSO — le escupo con ira y rencor dejando salir todo lo que pienso de el — EL TIPO MAS PELIGROSO DEL MALDITO MUNDO Y ESE BASTARDO HIJO DE PUTA SIGUE ALLI LIBRE, VIVO DESPUES DE ARREBATARLE LO QUE TENIA...— su ceño se frunce conforme hablo y su cuerpo se tensa — NO SOLO TERMINO CON SU VIDA, TAMBIEN CON LA DE SU FAMILIA, GRIFFIN LE ARREBATO TODO LO QUE TENIA Y LO POCO QUE LE QUEDABA, LUEGO LLEGASTE TU Y SIN MAS LA DEJASTE SOLA POR TU CULPA ELLA PERDIO A...— me cayó de golpe ante su mirada confusa.
Dark se pone en pie, sus ojos destellan furia, confusión y si también cierta compasión cosa que odio y me cabrea aún más. Pero sorprendiéndome como solo el sabría hacerlo no abre la boca, simplemente me contempla unos instantes antes de girarse y echar andar hacia la puerta, se detiene un paso antes de ella y justo antes de tomar el pomo gira su rostro para verme sobre su hombro.
— Cuando te calmes conversamos...— suena calmado a pesar que sus ojos expresan demasiadas emociones, luego simpleza abre la puerta y sale de la habitación dejándome sola.
Los minutos pasan y yo no puedo si quiera reaccionar, esta vez he sido yo quien ha quedado como él lo ha hecho anoche, sorprendida, incrédula. Cierro mis ojos y presiono mi mandíbula con fuerza, la ira que siento en este instante es demasiado grande, mis manos tiemblan y todo se debe a él. A su maldita calma, a su falta de comunicación a la forma en que me miro, a la forma en que me hace sentir sin esforzarse.
Bufo exasperada antes de abrir mis ojos y contemplo una vez más la habitación, sé muy bien lo que tengo que hacer y sin perder tiempo empiezo a revisarla, buscando alguna señal alguna pista que me diga donde estamos, los minutos pasan pero no consigo nada. Solo sus cosas, ropa, productos de higiene personal y en el cajón de la mesita de noche que esta junto a la cama un par de armas más.
Los cargadores están sueltos dentro del cajón por lo que los tomo y cargo las arma, dejo una sobre la cama y la otra sigo sosteniéndola, antes de caminar a lo que asumo es el baño cuando ingreso quedo maravillada ante la grandeza de la habitación. Suspiro y camino hacia el espejo de cuerpo completo que está al otro lado de la estancia, cuando estoy frente a el elevo la camiseta negra que llevo y detallo mi costado donde encuentro un morado pero al parecer es todo lo que quedo de la pelea con Claus, además del pequeño corte en mi labio.
Sonrió al recordar la forma en que no le permití tocarme, la forma en que fácilmente pude con el cuándo Nisha le costaba tanto si quiera golpearlo. Respiro profundo tratando de menguar la ira, de menguar los recuerdos que amenazan con hacerme ir tras Dark y dispararle. De pronto todo el dolor que Nish sintió y ha estado sintiendo y conteniendo me abruma y lo único que quiero es cobrar venganza hacer sufrir a todos lo que la hirieron de alguna forma pero eso no sería inteligente.
Necesito de Dark y de la organización para llegar a Griffin. Cierro los ojos y tomo una bocanada de aire antes de volver abrirlos una vez centrada y un poco más tranquila, me giro y salgo de la habitación en busca del hombre que me ha descontrolado en cuestión de segundos con su mera presencia.
Cuando salgo de la habitación me encuentro con un pasillo con amplios ventanales, que dejan entrar la poca luz del exterior. Me acerco a una de ellas para descubrir que estamos rodeados de algún bosque porque es lo único que puedo ver, al menos desde aquí. Camino por el pasillo hasta la siguiente puerta que encuentro que está a un par de puertas de la otra habitación que asumo evidentemente es suya. Esta es otra habitación, entro buscando alguna señal de la presencia de alguien más pero tampoco doy con nada.
Cuando regreso al pasillo me doy cuenta del silencio que reina en el lugar y mi cuerpo se tensa, esta casa parece ser grande pero también parece vacía. Reviso cada habitación que encuentro hasta que finalmente doy con un estudio, sonrió para mis adentro mientras ingreso, segura que quizás aquí podre encontrar algo que me de pistas de nuestra ubicación. Camino con rapidez hacia el escritorio y con cierto nerviosismo abro los cajones y reviso el contenido de estos.
No hay gran cosa, solo material de oficina, bufo exasperada y muevo el mouse del ordenador para que este cobre vida. En cuanto la pantalla se enciende mi corazón da un vuelco. En el fondo de pantalla se encuentra una fotografía de él y Nish. Ambos sonríen, el la tiene abrazada de la cintura mientras mira el horizonte y ella sonríe a la cámara, mi corazón se comprime al ver su expresión y la felicidad que cubre sus facciones.
Recuerdo que ella tomo esa foto en esos días de descanso, antes que Claus lo traicionara. Una fotografía que pensé se había perdido el día que Griffin asesino a sus padres. No soy capaz de reaccionar porque luego de unos segundos aparece una interfaz pidiéndome una contraseña, dudo un instante y respiro profundo. No tengo oportunidad de ingresar por lo que dejo de lado el ordenador y me centro en un estante de madera que está al otro lado y en tratar de olvidar lo que acabo de ver.
En este consigo varios libros, sobre distintos temas, novelas de suspenso, terror y una que otra relacionada con temas religiosos. Mi ceño se frunce ante esto y acaricio los lomos de estos sin haber imaginado que este tipo de temas le gustaría.
Cuando finalmente sé que tampoco daré con nada aquí decido ir a buscarlo directamente, camino hasta la puerta y salgo del estudio a mi derecha unas escaleras me llevan al piso de abajo, una enorme sala me recibe pero no me demoro nada en curiosear aquí, necesito respuestas y solo las encontrare en Dark.
Busco por las siguientes estancias descubriendo un salón un poco más pequeño, donde hay una mesita con un florero, sofás y sillones cómodos, luego le sigue una amplia cocina de color negro, completamente vacía, no hay un alma en este lugar.
Comienzo a pensar que estoy completamente sola cuando en medio del silencio escucho un chapoteo. Frunzo el ceño tratando de concentrarme para asegurarme que he escuchado bien. Y si, efectivamente es agua lo que escucho. Guiada por el ruido continuo mi camino por un pasillo hasta que doy con una amplia área, una piscina climatizada se ubica en el medio del espacio y en ella...
— Mierda...— murmuro al ver la espalda de Dark tensarse con cada movimiento de sus brazos al brasear dentro del agua.
No me muevo, permanezco allí admirándolo mientras nada, el tipo causa cosas extrañas en mí. Respiro profundo mordiendo mi labio cuando lo veo detenerse al otro extremo y girar sobre sí mismo, nuestras miradas se encuentran y todo en su expresión denota peligro. No parece sorprendido de verme aquí, de hecho creo que esperaba que lo encontrara. Su ceño está marcado como si contuviera gran cantidad de ira, sus ojos trasmiten promesas oscuras y llenas de dolor, perdición.
En este momento Ratko Stevens esta mirándome de una forma que me acojona y de una forma que no logro comprender. Con frialdad desvía sus ojos de mí y vuelve a meterse al agua, continua nadando como si no estuviera allí, como si estuviera ausente y el siguiera solo. Cuando alcanza el extremo contrario al que estaba —el que está más cerca de mí— se detiene.
Pasa sus manos por su cabello echándolo hacia atrás, el agua cae por su cuerpo embelleciendo su torso marcado. Mi garganta se seca ante la fascinante vista. Y el deseo se instala una vez más en mi entrepierna cuando lo veo moverse hacia un extremo, mientras camino el agua va descendiendo dejándome ver más de su abdomen, de su V y pronto comprendo que el hijo de puta está completamente desnudo.
Mis ojos se abren como platos mientras observo como su cuerpo empapado de agua sale de la piscina. Camina en mi dirección como si se tratara del puto dios más divino del universo, con una tranquilidad y una seguridad que abrazan y me hacen sentir ínfimamente pequeña. Su cabello húmedo peinado hacia atrás, su expresión fría y sus ojos fijos en mí.
Muerdo la parte interna de mi mejilla obligándome a no jadear cuando se detiene delante de mí. Mis manos pican por tocarlo, por acercarme a él y confirmar si sus músculos son tan duros como se ven.
— ¿Ya te calmaste? — su ronca voz eriza toda mi piel y siento un cosquilleo en mi entrepierna que me hace abrir los labios.
No logro responder, por lo que el simplemente ríe con suavidad y pasa junto a mí, justo a mi lado hay una tumbona donde hay una toalla y su ropa en el suelo. Toma la primera y empieza a secarse, mis ojos siguen los movimientos de sus brazos, como sus músculos se tensan con cada movimiento. Una vez está parcialmente seco se gira una vez más, una de sus manos se eleva en mi dirección y con un suavidad roza la comisura de mis labios para luego murmura...
— Límpiate la baba Nisha...— mis ojos se abren como platos pero aun así no puedo responder, por lo que el simplemente se gira y se va.
Una vez más quedo como una estúpida delante de él. Mi cerebro está jugando en mi contra y estoy odiándolo por ello. Respiro profundo y abanico mi rostro tratando de refrescarme porque venga ver a ese hombre completamente desnudo me puede.
Cuando estoy por girarme y seguirlo me doy cuenta que no puedo verlo ahora, que no puedo enfrentarlo con todos estos pensamientos en la cabeza, por lo que me giro con rapidez, me quito la camisa que llevo puesta y me lanzo al agua. En cuanto entro en contacto con ella mi piel se eriza y me siento un poco mejor. Nado debajo de la superficie un par de metros antes de salir y tomar una bocanada de aire.
Flotando en medio de la piscina miro el techo de madera que me cubre, cierro los ojos y trato de alejar la imagen de Dark nadando en la piscina, de Dark saliendo del agua, de Dark completamente desnudo frente a mí. No es simplemente imposible sacar esas putas imágenes de mi cabeza.
— Mierda, mierda, mierda...— me quejo furiosa conmigo misma.
No se suponía que esto pasaría, la idea era que el cayera ante mí, que fuera el quien no pudiera decir nada, que fuera el quien me deseara pero está pasando justamente lo contrario.
Nota del autor: aja aja aja, quiero leerlas... dejare aquí los apartados...
Nisha?... jajajajaja lloraron? se emocionaron? la odiaron luego verdad? jajajaja la verdad la amo cada día mas.
Dark? que decir de ti amor mio... mejor las leo a ustedes.
En fin, gracias infinitas por el apoyo y por estar aquí. les amo besos!
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