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Capítulo 22 - Cruzar la línea


Zarek.

Nisha me observa con seriedad e intensidad después de besar sus labios, recorre mis facciones y suspira con cierta frustración, abre su boca para decir algo pero duda un instante.

— No tardes...— murmura pasando junto a mí, terminando de hacer el camino hacia la puerta trasera.

La veo salir y respiro profundo volviendo sobre mis pasos, entro en la oficina y miro a mi alrededor buscando alguna cosa fuera de lugar, algo que me de algún detalle sobre su plan, algo que me deje saber cuáles son sus verdaderas intenciones con todo esto. Pero solo doy cuenta que una vez más ha perdido el control cuando veo el cuerpo de Barone en el suelo.

Respiro profundo porque aunque ahora se controla muchísimo más, a veces tiene lapsus en que su autocontrol se pierde y es como si se hundiera en alguna burbuja o recuerdo que dispara un nivel de locura y descontrol que debo reconocerlo debe cagar hasta la mierda.

Solo hay que ver la forma en que el cuerpo esta perforado para notar el nivel de sadismo y de descontrol, esta muerte no es limpia no es de la clásica muerte de un asesino profesional, es justo la clase de asesinato de un psicótico. Respiro profundo y alejo la idea de mi cabeza porque aunque no me guste pensar en ello, Nisha es un paciente psiquiátrico con un gran problema... es letal.

— ¿Mel cómo vas? — pregunto, mientras me coloco los guantes de cuero y me inclino sobre el cadáver deshaciendo el broche de la correa.

— Ha caído...— responde en un murmuro divertido y suspiro.

Eso ha sido demasiado rápido...— murmura la voz de Becka y Mel ríe.

— Los hombres no se resisten a las mamadas o ¿no Zar? — el comentario me tensa ligeramente, pongo los ojos en blanco y pienso en Nisha escuchando estas cosas, lo que me incomoda.

— ¿Heyden reporte? — ignoro el comentario y espero la respuesta del moreno.

Aquí viene...— responde después de unos segundos.

Soy capaz de escuchar como la puerta del auto se abre y vuelve a cerrarse después de unos segundos.

La sirena está conmigo, nos largamos...— sonrío ante el apelativo que ahora usa Heyden con Nish.

No...— lo interrumpe esta y mi ceño se frunce — esperaremos a Zarek...— su voz suena filosa, amenazante.

Eso no es parte del plan...— la corta Becka con frustración.

Tampoco que Mel estuviera aquí sin embargo esta...— suelta en respuesta Nish y respiro profundo, algo no va bien hoy con ella — muévete a la siguiente esquina, el auto de Zarek está cerca de allí — le ordena a Heyden.

¿Zar? — preguntan al mismo tiempo Becka y Heyden, esperando mi autorización, dudo.

— Nisha no...

Zarek no estoy pidiéndote permiso, lo haremos a mi manera...— suelta con cierto fastidio y termino suspirando, no creo que sea buena idea forzar las cosas justo ahora, así que termino cediendo.

— De acuerdo...

— Genial...— suelta la voz frustrada de Mel y escucho la suave risa satisfecha de Nisha y niego con la cabeza.

Después de algunos minutos he terminado de armar la escena justo como las demás, con cuidado de no dejar ninguna evidencia, salgo del estudio y camino sin prisas por el pasillo, luciendo despreocupado y tranquilo, al llegar al área VIP observo como Mel está sentada junto a Charlie en la mesa en la que estábamos antes, están unidos en un candente y apasionado beso, como si sus vidas dependiera de ello. Camino al lado contrario y me siento en uno de los bancos en la barra.

Poso mis ojos en ellos y veo la forma en que Mel mueve sus caderas sobre el sujeto consciente de la provocación que está generando y suspiro, esto se pondrá intenso en cuestión de nada.

— Iría activa el canal privado...— murmuro antes de beber un sorbo de la bebida que he pedido.

Canal privado activo...— responde haciéndome saber que cualquier cosa que sea dicho entre Mel y el socio de Barone solo lo poder escuchar yo,

— Gracias, no me apetecía escuchar cómo se follan a tu cita Zar...— el tono burlesco en la voz de Nisha irrumpe en mis oídos y veo de inmediato la reacción de Mel. Aunque solo yo puedo escuchar lo que ocurre entre ella y Charlie, Mel puede escuchar al resto del equipo a la perfección.

Separa sus labios del sujeto y con disimulo me busca con la mirada, sus ojos brillan con anhelo y diversión, antes que su rostro me dedique una expresión pícara, muerde su labio inferior y luego vuelve a besar al tipo que simplemente se prende de ellos y restrega sus manos en su culo.

Aparto la mirada concentrado en lo que ocurre en nuestro alrededor, sé que solo intenta provocarme y es un vano intento porque aunque Mel me importe, nunca fue mucho más que sexo. Después de veinte minutos, Mel y Charlie se ponen en pie y caminan por el mismo pasillo por el que se fue Nisha y Barone.

Ambos se pierden en una de las habitaciones, mientras permanezco con la mirada perdida en las personas que bailan abajo. Después de algunos minutos más, escucho como Charlie le ordena a Mel que se desnude.

Beck canal privado con Zar...— la voz de Nish se escucha divertida y mi ceño se frunce.

¿Qué diablos sucede hoy con ella?

Activo...— responde Becka, después de unos segundos.

Asumiendo que va a hablarme me sorprende que solo el silencio sea lo que se escucha por el canal, hasta que después de algunos minutos los gemidos entrecortados de cierta mujer llenan mi audición, cierro los ojos y niego con la cabeza.

— ¿Qué pasa? — finalmente rompo el silencio, evitando que escuche los jadeos de Mel y muy consciente que ella no lo hará.

Nada...— responde con simpleza — Heyden ve al auto de Zarek y encárgate de llevar a Mel de regreso cuando termine — mi ceño se frunce.

— ¿Qué estás haciendo? — ella ríe suavemente y suspira.

Jugando al gato y al ratón...— responde con simpleza haciendo que sonría y niegue con la cabeza.

Pronto los gemidos y gritos de placer de Mel llenan el canal de comunicación y pongo los ojos en blanco en cuanto noto que esta haciéndolo apropósito. Bebo de un solo trago el contenido de mi vaso y me pongo en pie, es hora de terminar con esto.

— Mel voy para allá...— sus gemidos son lo único que escucho como respuesta hasta que escucho un fuerte grito lleno de éxtasis y luego su jadeante voz.

No, no lo harás...—

¿Qué no hare hermosa? — responde Charlie y ella ríe.

No vas a hacer nada cariño, esta vez seré yo quien lo haga...— responde Mel agitada y aunque sé que está fingiendo una respuesta para Charlie sus palabras van dirigidas a mí.

Camino por el pasillo, recorriendo una vez más el camino que he hecho varias veces esta noche, cuando estoy frente a la puerta escucho un gruñido por parte del socio de Barone y asumo que Mel está haciendo de las suyas.

Abro la puerta con cuidado y como sospeche Charlie esta sobre la cama con las piernas abiertas y Mel entre ellas mientras le hace un oral, sus ojos se desvían hacia al notar mi presencia, mientras mete por completo el miembro en su boca con descaro sin dejar de mirarme.

Sus labios rosan la piel de la pelvis de Charlie y sus ojos se anegan de lágrimas cuando la polla de este alcanza su garganta, las arcadas se hacen presentes pero no se retira solo me observa haciendo que mi cuerpo se tense y la irritación crezca en mi interior.

Desvió mis ojos hacia el rostro de Charlie que permanece con los ojos cerrados disfrutando de las atenciones de Mel, suelta un gruñido y luego un jadeo antes de tomar la cabeza de ella y moverla al ritmo que desea, aprovecho lo centrado que está en sentir placer que entro a la habitación, sin que el idiota note mi presencia.

Preparo mi arma coloco el silenciador mientras Mel continua subiendo y bajando demostrándome que es buena en lo que hace y recordándome cuantas veces hizo lo mismo conmigo, aparto el pensamiento y sonrío sin ganas al ver en lo que la convertí.

Una vez estoy lo suficientemente cerca de la cama, quito el seguro del arma y disparó sobre el pecho del tipo, sin advertirle a ella, este abre los ojos y Mel grita sobresaltándose.

— ¿Qué mierda está mal contigo?

— Vamos...— le espeto algo cabreado por su actitud y tener que presenciar esta mierda.

— ¿Q-quién eres?...— pregunta Charlie sosteniendo su pecho ensangrentado.

— Su hermano y odio que la traten como una puta...— agrego posando mis ojos en Mel consciente que el comentario va más para ella que para él.

Vuelvo a verlo y esta vez descargo el arma sobre su frente, el tipo cae muerto mientras Mel bufa y me desafía con la mirada.

— Quería volver a correrme...— se queja poniéndose en pie, exponiendo su desnudez.

— Eres una distracción no una puta...— le suelto mirándola mal.

Ella sonríe con picardía y suspira buscando su ropa, se viste con rapidez mientras yo camino hacia la puerta esperando el pasillo continúe desierto, para poder salir de aquí sin problemas.

¿Celoso ratón? — la voz de Nisha me puya por el canal de comunicación, suena arrogante y divertida cuando me habla.

Recordándome que ha pedido el canal privado y que puede escuchar todo tan bien como yo. Ignoro su pregunta, ya que no entiende porque razón he dicho eso y tampoco voy a explicárselo al menos no ahora. Mel se detiene a mi lado una vez esta lista y me sonríe con coquetería limpiando la comisura de sus labios.

— Sé que lo extrañas...— comenta divertida pasando junto a mí.

Yo pongo los ojos en blanco y bufo sin poder creer que cada que bebe haga las mismas estupideces. Camino con ella hasta la puerta trasera y salimos hacia el mismo callejón por donde salió Nisha, caminamos hacia la esquina y antes de salir, veo hacia el lugar donde debería estar aparcado mi auto y no esta. Cuando estoy por preguntar a mi izquierda un cambio de luces me hace girar y ver a Heyden allí.

Algunos metros más atrás la camioneta blindada de Heyden aguarda con Nisha en el asiento del copiloto. Camino con Mel hasta mi auto donde abro la puerta y me hago a un lado para dejarla subir pero haciendo algo completamente estúpido y fuera de lugar, Mel se gira me toma de las mejillas y estampa sus labios contra los míos.

Es un beso rápido que deja muy claras las intenciones de la morena, molestar y logra hacerme sentir incómodo. Se separa y me ve divertida antes de girarse mirar un instante a Nisha y luego sube al auto. Heyden está al otro lado serio mirándome con la duda en su expresión. Simplemente asiento para que se vaya y lo veo arrancar con una Mel pasada un poco de tragos y con ganas de joderme la paciencia más de lo normal.

Cuando me giro y continuo mi camino hacia la camioneta, me fijo en la mirada fría y despectiva que Nisha me dedica. Rodeo la parte delantera de la camioneta y subo, sin decir nada la enciendo y salgo del estacionamiento.

Reportes...— pide Becka después de un par de minutos, siguiendo el protocolo.

De camino...— responde Heyden de primero como de costumbre.

Con ganas de volver a correrme pero el idiota de Zarek no me dejo y aparte estoy segura que tampoco hará nada por resolver mi calentura...— agrega Mel haciendo que Heyden, Robert y las mellizas rían a carcajadas.

— Zarek fuera...— respondo ignorando el comentario y las acostumbradas risas del equipo cada que Mel hace una tontería como esta, me quito el dispositivo de comunicación y lo dejo sobre el tablero.

— Uy parece que alguien no está de bueno humor...— canturrea Nisha a mi lado sin mirarme — te recomiendo usar las manos Mel a veces son de ayuda, Nish fuera...— agrega quitándose el dispositivo de su oído imitando mi gesto.

No digo nada, solo permanezco detrás del volante conduciendo aunque la tensión entre ambos crece conforme los segundos pasan.

— Desvíate en la siguiente cuadra...— me pide y mi ceño se frunce.

— El hotel no está por allí...

— Lo se...— responde con simpleza.

— ¿A dónde quieres ir? — pregunto siguiendo su orden.

— A otro lugar que no sea el hotel, quiero beber algo...— murmura.

— está bien...— la tensión entre ambos es grande y no es la acostumbrada tensión sexual.

Es muy diferente, la noto cabreada y no entiendo porque.

— ¿Qué tienes? — pregunto cruzando en una esquina que me lleva a las afueras de la ciudad.

— No me gusta compartir Zarek...— responde finalmente después de una larga pausa, su tono es filoso, lleno de advertencia y este logra que mi ceño se frunza.

— ¿De qué hablas?

— Juegas conmigo solamente o no jugamos...— entonces comprendo que esta cabreada por lo que acaba de ocurrir con Mel.

No puedo evitar sonreír ante esto, porque de alguna manera saber que siente celos me da una pequeña esperanza. No le soy del todo indiferente y aunque quizás esto sea un juego para ella, el que se cabree por culpa de otra mujer deja ver mucho y es algo que disfruto.

Sé que no es normal que esto me guste, también sé que es masoquista de mi parte aceptar esto consciente de lo que siento pero honestamente no soy alguien muy normal y puedo ser realmente egoísta si quiero hacer y este juego lo quiero tanto como ella quiera jugarlo.

— Dijiste que era solo un juego...— respondo encogiéndome de hombros, restándole importancia...— no tengo porque tomarte en serio o lo que hacemos...— la puyo sabiendo que esta Nisha es orgullosa, jugando un poco a mi favor.

Ella ríe y posa sus hermosos ojos verdes en mí, su mirada está cargada de muchas emociones que son fáciles de leer, pero su expresión vacía trata de ocultar el cabreo y la frustración que le da no poder controlar esto.

— Detén el auto...— me espeta y elevo una de mis cejas, pero la ignoro, vamos a jugar ambos esta noche Nisha.

— Pronto estaremos en un lugar donde veremos que tanto quieres jugar gatita...— me burlo tentándola y ella bufa apartando la mirada.

El resto del camino lo hacemos en silencio. La tensión en el ambiente se mantiene pero ni me molesto un poco en intentar romperla. Su actitud esta noche tampoco me ha gustado del todo, sus arrebatos e improvisaciones pueden traernos problemas. Me desvió en el camino hacia un terreno que está a las afueras y alcanzamos un especie de villa la cual está completamente a oscuras.

Su ceño se frunce cuando la ve y me mira con curiosidad.

— ¿Qué es este lugar? — indaga inclinándose hacia el frente mirando la casona que se yergue delante de nosotros.

— Un lugar donde podemos jugar sin ser interrumpido...— respondo apagando la camioneta.

Abro la puerta desciendo sin decirle nada más, a los pocos segundos escucho su puerta abrirse y luego volver a cerrarse, yo camino con tranquilidad a la puerta de la villa y pruebo la cerradura confirmando que está cerrada. Suspiro y saco mi arma, apunto y le disparo sobresaltándola ligeramente cuando me alcanza.

— ¿Qué haces? — pregunta con el ceño fruncido, guardo el arma en mi espalda y abro la puerta.

— Pasa...— le digo haciéndome a un lado.

Duda un instante pero entra, cuando lo hace la sigo y cierro detrás de mí, evidentemente la puerta no cierra completamente pero me basta. Camino junto a ella al costado derecho y pruebo encender las luces pero como imagine la electricidad debe estar cortada. Suspiro y camino hacia el otro lado a un mueble donde se muy bien que debe haber algunas velas.

Nisha no se mueve del lugar donde esta y solo me observa con atención.

Saco una vela del cajón cerciorándome que hay más en él, tomo un par y las guardo en mi bolsillo para luego continuar registrando el cajón en busca de un encendedor o una caja con fósforos, esto último es lo que consigo, tomo uno y lo enciendo acerco la llama a la mecha de la vela que enseguida se enciente iluminando parcialmente el lugar con un resplandor parpadeante amarillo.

— ¿Qué es este lugar? — murmuro girándome para verla.

— Era de mi padre...— respondo con simpleza acercándome a ella — tenía muchas propiedades en Italia y Francia — le explico cuando su expresión me deja ver la confusión, hago una pausa y paseo mi mirada por su cuerpo — supongo quieres darte una ducha...

Sigue en ropa interior y aún tiene algo de sangre en el cuerpo.

— Solo quiero bebe algo...— responde mirándome seria, su inexpresividad me desconcierta.

— Sígueme...— respondo caminando por el pasillo a la derecha.

Alcanzo una puerta del lado izquierdo y la abro, de ella se desprenden una escalera que lleva al sótano de la villa. Empiezo a descender los peldaños con cuidado pero cuando me giro Nisha permanece en las alturas mirándome con desconfianza, cosa que me hace respirar profundo.

— ¿Qué pasa?

— ¿Qué hay allí? — pregunta perspicaz y rio suavemente.

— La bodega...— me encojo de hombros y me giro mientras continuo bajando las escaleras, hay momentos como este cuando las alarmas se disparan en su cabeza y prefiero no presionarla.

Una vez abajo admiro los muchos estantes con botellas de vino y distintos tipos de licores que se almacenan aquí. Respiro el olor a madera vieja, humedad y licor niego con la cabeza cuando el recuerdo de las veces que estuve aquí me asalta. Trago duro al recordar esa noche en particular, el grito desgarrador de mi madre y toda la impotencia que sentí al ver lo que ocurría en este sitio.

Cierro los ojos y respiro profundo alejando el recuerdo, mientras me muevo entre los estantes buscando una botella de algo más fuerte que el simple vino que veo. Finalmente doy con el estante favorito de papa. Está repleto de costosas botellas de whisky, tomo una al azar y me giro dispuesto a salir de aquí, pero cuando lo hago me detengo en seco al ver a Nisha de pie a algunos pasos de mí.

No, note que me seguía, ya sea porque estaba sumergido en mis pensamientos o porque ella se movió con demasiada preocupación, nuestras miradas se encuentran y me tenso al ver ese vacío y frialdad que suele tener cuando esta por perder el control. Algo no anda bien con ella esta noche, todo su porte, sus actitudes lo gritan.

— ¿Quieres? — pregunto destapando la botella, tratado de permanecer indiferente.

Doy un largo trago sin dejar de mirarla. En cuanto el licor desciende por mi garganta y siento la sensación ardiente, el recuerdo de mi padre maltratando a mama amenaza por volver pero lo evito cuando veo como Nisha se acerca a mí. Sus pasos son pausados, sigilosos, como si fuera un gato a punto de atacar.

Tiende su mano en mi dirección y le paso la botella, sus dedos rosan los míos antes de tomarla y siento un ligero escalofrió en mi espalda. Sus ojos siguen fijos en los míos. La oscuridad que nos rodea le da un aire lúgubre, espeluznante. La pequeña luz amarillenta de la vela que sujeto entre mis manos le da un toque aún más siniestro pero también la hace lucir jodidamente hermosa y sexy.

Da un trago corto y arruga un poco su frente cosa que me hace sonreír.

— ¿Tu y Mel? — pregunta mirándome con intensidad.

— Tuvimos algo...— confirmo sus pensamientos.

— ¿Serio? — Indaga y pienso en la respuesta.

Mel significa mucho para mí, la quiero y me importa. Pero nunca fue nada serio para mí, pero no para ella.

— Para mí no...— respondo con simpleza.

— Ósea que no te ha superado...— afirma con voz burlona.

— Puede...— respondo metiendo mi mano libre dentro del bolsillo de mi pantalón.

Ella lleva la botella una vez más a sus labios y sin dejar de verme bebe otro poco, esta vez el trago es mucho largo. Cuando baja la botella camina hacia mí acortando la distancia que hay entre ambos. Nuestras miradas permanecen fijas y quiero creer que solo está mirándome pero sé que su cabeza está pensando mil cosas.

Luego desvía sus ojos hacia mi derecha y estira su mano hasta el estante que esta junto a mí, toma una de las botellas de vino de este y mira a nuestro alrededor. Se percata de un barril que está pegado a la pared a nuestra izquierda y camina hasta allí, deja la botella sobre este y se gira sus ojos vuelven a verme con intensidad.

La tensión en el ambiente cada vez es mayor y ya no se definir si es solo esa tensión previa a una tormenta o está convirtiéndose en algo más. Sea lo que sea lo dejo estar, este es su juego y le prometí que la seguiría sin chistar. Camina nuevamente hacia mí, sus manos una vez más tocan con delicadeza la mano donde sostengo la vela y con cuidado de no quemarse con la esperma me la quita.

Vuelve a girarse y regresa sobre sus pasos, admiro los movimientos pausados y sensuales que hace al caminar y noto como sin quererlo —o quizás intencionalmente— está seduciéndome. Deja caer algunas gotas sobre la tapa de la botella y luego pega la vela sobre esta, cuando se gira da un trago más a la botella sin dejar de mirar, la deja sobre el barril y suspira.

Lleva sus manos hasta el borde del abrigo y lo abre mostrándome su cuerpo, no desvió la mirada de sus ojos buscando la trampa en esto. A Nisha le gusta jugar a calentarme para luego dejarme así. Pero esta noche por alguna razón hay algo distinto en la forma en que me mira, en su comportamiento.

Se deshace del abrigo y lo deja caer en el suelo, después de contenerme un poco no me resisto más y paseo mis ojos por su cuerpo. No es el mismo cuerpo que vi hace casi un año cuando la trajimos aquí. En muchas oportunidades tuve que entrar con ella a la ducha y tratar de calmarla con agua tibia, nunca la había visto desnuda pero si pude apreciar sus curvas. Y la mujer que se muestra hoy frente a mí no es esa misma.

Hay una pequeña línea en su abdomen que define los incipientes abdominales, sus brazos están marcados y sus piernas también, justo ahora Nisha luce como una mujer que va al gimnasio y se preocupa por su estado físico. Admiro sus curvas antes de volver a sus ojos.

— ¿A qué juegas Nisha? — le pregunto esta vez con seriedad, mi voz ronca me sorprende.

— Ya te lo dije no me gusta compartir...— esas palabras me hacen fruncir el ceño.

— ¿Con quién estas compartiendo?

— Ese es el punto...— murmura acercándose a mí — el resto del mundo me importa una mierda Zarek...— murmura con voz sedosa, acariciando las palabras — me importa poco lo que hagan los demás...— se detiene frente a mí y sus ojos se desvían a mis labios — pero esa boca es mía...— sonríe inclinándose hacia mí.

Su nariz se rosa con la mía y continúa su camino hasta mi oído.

— Tu eres mío Zarek...— sentencia haciendo que mi cuerpo se tense — te rendiste a mí en el instante en que decidiste ser el ratón en mi juego...— sus labios se cierran sobre el lóbulo de mi oreja y debo hacer un esfuerzo sobre humano para no tomarla de la cintura y pegarla más a mí — y de ti depende que no terminen muriendo inocentes...— la advertencia es clara y no me gusta.

— Te he dicho muchas veces que no deberías subestimar al ratón gatita...— murmuro de regreso el mismo tono que ella utiliza.

Poso mi mano derecha sobre su espalda baja. De inmediato su cuerpo se tensa pero no se aparta. Sonrió cuando noto como su piel se eriza y como respira profundo llenando sus pulmones con aire. Lentamente empiezo ascender dejando una leve y suave caricia en el centro de su espalda justo sobre su columna. Tropiezo con una de sus cicatrices y la siento tensarse aún más.

— Letal como una sirena...— murmuro acercando mi rostro a su cuello, inhalo llenándome con el aroma que desprende su piel — estoy perdido en el instante que te vi...— me revelo consciente que ella lo sabe y no tiene caso negarlo, al menos no a ella.

Dejo un beso suave en la unión entre su mandíbula y su cuello. Siento como respira profundo, mientras desciendo mis dedos de regreso por el centro de su espalda.

— Las sirenas cantan y hechizan ratón...— murmura y rio suavemente.

— Y tu matas...— susurro buscando su rostro.

Sus ojos me miran cargados de deseo, de lujuria pero también de precaución.

— Si cruzas la línea te mato...— murmura sobre mis labios, dejando claro que tengo razón y que no dudara en hacerlo de ser necesario o conveniente para ella.

— Ya tú la cruzaste gatita...— murmuro rindiéndome ante esto.

Esta vez no me contengo junto mis labios con los suyos y lo que pasa me confirma las enormes ganas que tiene de hacer esto. Sus labios se mueven apremiantes sobre los míos y sus manos se van de inmediato al borde de mi saco, tira de él quitándomelo con cierta desesperación.

Cierro mis brazos sobre su espalda baja pegándola más a mí, disfrutando de la sensación de su semi desnudez contra la tela de mi ropa. Jadeo cuando sus manos se deslizan dentro de la camisa que llevo y sus dedos acarician mis abdominales.

— Calma...— murmuro sobre sus labios cuando entierra sus uñas en mi piel.

Su respiración es un completo desastre y el deseo que emana de su mirada me abruma. Al punto de sentir que puedo enviar todo a la mierda y dejarme llevar, pero debo ser precavido con Nisha nunca se sabe.

Sus manos suben y bajan por mi pecho mientras sus labios continúan moviéndose sobre los míos, la pego más a mí y alcanzo su culo, presiono el agarre haciéndola jadear.

— La matare si vuelves a dejar que te toque...— suelta en mitad del beso lo que me hace sonreír.

— Nisha no puedes amenazarme...—le advierto y esta vez es ella quien ríe.

— No soy quien tiene cosas que perder ratón...— su mirada de oscurecer un poco más y de un rápido movimiento toma la parte de atrás de mi cabello y coloca uno de sus cuchillos sobre mi garganta.

Debería estar preocupado, debería temer que me hiciera daño, pero la verdad es que Nisha por más horrible que suene, no me causa miedo, solo una profunda admiración y si anhelo. Sonrió y niego con la cabeza logrando que su expresión luzca confundida.

— Tengo mucho que perder lo reconozco...— me encojo de hombros — sin embargo hay cosas que olvidas constantemente gatita...— me acerco más a ella hasta que mis labios rosan los suyos — este juego no lo inicie yo... fuiste tú — sonrío cuando su ceño se frunce un poco más y aprovecho el momento para sacar mi lengua y rosar sus labios.

Sus ojos se cierran y jadea, la pego más a mi cuerpo en busca de más contacto, sus manos se presionan contra mi piel empujándome ligeramente y rio suavemente porque sé que hasta aquí llegara. Cuando estoy por liberarla me sorprende cuando sus labios vuelven a encontrarse con los míos, el ruido del metal chocando contra el suelo me advierte que ha liberado el cuchillo y esta vez sus manos continúan la labor de desvestirme.

La tomo de la cintura y la giro con rapidez pegando su espalda al estante que estaba a mi derecha, no soy del todo suave, por lo que se queja un poco cuando choca con este pero ninguno de los dos parece importarle realmente. Sus manos tocan mis brazos mientras yo asciendo por su espalda hasta alcanzar el broche de su sujetador.

Sus uñas vuelven a enterrarse en mis bíceps cuando siente como lo deshago pero no se aparta mi detiene. Jadea cuando nos separamos un poco en busca de oxígeno, pero volvemos a besarnos con decepción, las ganas contenidas están pasándonos factura y en este punto estamos dejándonos llevar por el deseo.

Las palabras de Mitch llegan a mi cabeza, su advertencia de no llevar las cosas por este camino, de no jugar su juego, de lo que esto podría significar para ella, de cuánto podría afectarla entonces me detengo. Aparto mi boca de la suya y me observa con confusión.

Admiro su rostro, sus preciosos ojos que me observan confundidos, sus labios entreabiertos y rojizos por la forma en que nos besábamos. Todo en Nisha es perfecto, ella es perfecta y por más que intente pensar en razones para no hacer esto, ninguna me alcanza.

— Cruzamos la línea Zar...— murmura en el mismo instante en que un fuerte trueno se escucha a nuestro alrededor.

— Y no me importa...— susurro contra sus labios antes de volver a besarla.


Nisha.

Las sensaciones que invaden mi cuerpo se entremezclan con mis turbulentos pensamientos. El deseo se hace cada vez más intenso y esta necesidad de control y dominio se aferran a mí. Besos los labios de Zarek con una necesidad imperiosa. Como si de alguna forma el haberlo visto con Mel esta noche significara algo más para mí.

Estoy consciente que esto es solo juego, que no siento gran cosa por el pero de alguna forma que no logro comprender me cabrea sobre manera. Separo mi rostro y lo veo, su parecido con Dark una vez más me obliga a pensar en el líder de Darkness y la frustración me asalta.

Desearía no pensarle, no necesitar verlo, pero cada que veo a Zar esa necesidad se intensifica. La ira domina sobre el anhelo y lo único que quiero es encontrarlo y herirlo de alguna forma, que sienta parte de lo que yo siento.

— Vuelve...— susurra Zarek mirándome serio.

Parpadeo un par de veces y respiro profundo, consciente que he vuelto a hundirme en mis pensamientos. Sus manos liberan mi cintura y se que se hara a un lado, pero lo detengo.

— No...— su ceño se frunce y deja sus manos a los lados de mi cadera.

Sus pulgares se mueven con suavidad sobre mi piel erizándola, permanecemos en silencio mirándonos. Daria lo que fuera por saber que está pensado en este instante.

— Debemos volver...— murmura.

— No quiero...

— ¿Por qué no? — pregunta.

Dudo un instante porque tampoco quiero hablar, esta noche no quiero estar cerca de otras personas, esta noche quiero aislarme, estar sola o al menos solo estar con él.

— Porque no quiero...— el suspira y cierra sus ojo.

— Necesito que te hagas a un lado...— me pide, dejando todo en mis manos como debe ser.

Pero me aparto, porque hoy necesito distraer mi cabeza, sacar de mi memoria esas sucias sensaciones que Griffin me hacía sentir, el recuerdo amenaza con volver y cierro los ojos con fuerza. Pegándome más a su cuerpo, respirando profundo llenándome con el olor de su perfume, sintiendo cierta seguridad entre sus brazos.

Entonces sus labios empiezan a dejar un camino de besos suaves, delicados, pausados sobre mi hombro, el aire caliente que sale de su respiración acaricia mi piel dejando a su paso una estela de excitación.

— Deja de pensar gatita...— murmura tomando mis mejillas con sus manos — mírame...— me pide con voz ronca.

Dudo un instante antes de abrir mis ojos y cuando lo hago encuentro los suyos. Una media sonrisa tira de la comisura de sus labios y esa expresión me hace desearlo aún más, así que tomo sus hombros y lo giro intercambiando la posición en la que estábamos, esta vez es el quien permanece con su espalda contra el estante.

Fuera los truenos siguen reventando las paredes y sé muy bien que el cielo se caerá en cualquier momento. La luz de la vela parpadea ligeramente y en el momento en que sus manos empiezan a descender por mis costados.

— No puedes pensar y sentir a la vez...— susurra contra mis labios antes de volver a besarme con suavidad.

— No...— lo detengo apartándome de su boca — no quiero que seas suave...— su ceño se frunce — no quiero que esto sea un momento lindo porque no lo es...— le aclaro y él sonríe.

— Nunca dije que por besarte con calma y pausa seria suave y lindo...— sus ojos se desvían a mis labios y su sonrisa se ensancha, sus ojos brillan llenos de deseo y malicia — solo disfruto de las sensaciones Nish y eso es muy distinto a ser lindo...— sus manos suben una vez más por mis costado hasta alcanzar el inicio de mis pechos — de como tu piel se eriza — susurra trazando el contorno de mi pecho derecho — de como tu respiración se acelera — su dedo sube por el valle que hacen mis pechos y su palma se abre sobre mi piel calentado el área que toca — como tu corazón late desbocado anhelando esto...— su pelvis se mueve contra mí y siento su erección.

— No voy hacer el amor contigo...— murmuro y esta vez el ríe y niega con la cabeza.

— No sé hacer el amor Nisha porque nunca he amado a una mujer...— confiesa haciendo que mis ojos se abran como platos — las únicas mujeres que ame en mi vida murieron y con ellas ese sentimiento...— su voz suena fría distante, este Zarek es muy distinto al Zarek que estoy acostumbrada al cálido.

— ¿Entonces por qué eres así de delicado y dulce? — pregunto sin entenderlo.

— Ser dulce o delicado a veces son solo un espejismo de la realidad...— sus labios se acercan a los míos y cuando creo que esta por besarme sus dientes se cierran sobre mi labio inferior y muerde con fuerza haciéndome jadear — si cruzo la línea estoy muerto según tu...— murmura sin liberar mi labio — ¿Qué pasa cuando cruzar la línea es cosa tuya? — su mano se desliza del centro de mi pecho hasta cerrarse sobre uno.

No lo detengo su toque suave me agrada, pero la fuerza que usa al presionar mi pecho me gusta mucho mas, gimo cuando sus dedos se cierran sobre mi pezón y arqueo mi espalda ligeramente, el movimiento hace que tire de mi labio que sigue entre sus dientes y lo siento reír.

— Olvidemos las líneas esta noche...— murmuro tomándolo de la nuca y estampando mis labios contra los suyos.

Esta vez es el beso es brusco y me dejo llevar por el sentimiento absurdo de poseer algo que no me pertenece, de alcanzar algo que está demasiado lejos, por encontrar esa seguridad que perdí el día que Dark confeso haber estado en el tiroteo donde murió Max. Lucho por encontrar esa parte de esa estabilidad que él me dio pero la verdad es que no existe tal cosa, porque ahora solo me tengo a mí.

Entonces como si de un aviso se tratara una fuerte punzada en mi cabeza me hace jadear y separarme abruptamente de él. Su pantalón están a medio camino de estar abierto, su cuerpo está desnudo de la cintura para arriba y me pierdo en esos abdominales, en las estrellas tatuadas en uno de sus costados.

— La línea existe solo aquí...— murmura Zarek dando y ligero toque a mi cien.

Luego se hace a un lado y camina hasta el barril donde toma la botella de whisky y bebe un largo trago. Permanezco admirando su espalda, la forma en que sus omoplatos se tensan cuando eleva nuevamente el brazo y da otro sorbo, cuando se gira tiende la botella en mi dirección.

La tomo sin dejar de verlo, pero sus ojos están fijos en mis pechos desnudos, su mirada se oscurece y cuando pasa su lengua sobre sus labios todo en mi vuelve a encenderse. Doy un sorbo a la botella mientras el mete las manos en los bolsillo del pantalón y saca dos velas más, se gira y las enciende colocándolas sobre el barril.

El lugar se ilumina otro poco y esta vez puede darme cuenta de otros detalles de Zarek que antes no había notado. Tiene un par de cicatrices en su espalda baja, parecen puñaladas, además tiene otra pequeña marca cerca de su cuello, es pequeña pero logro verla.

Cuando se gira sus manos están sobre el borde de su pantalón, tira de este hacia abajo, mientras se saca los zapatos, sus ojos fijos en mí. La determinación en su mirada me deja saber que sí, cruzo la línea y no teme seguir adelante. ¿Pero yo estoy lista para esto?

Dudo cuando se pone en pie quedando solo en bóxer, respiro profundo porque Zarek es jodidamente sexy y esa expresión seria en este momento le da un aire peligroso que no suele ir con él. Muerdo mi labio cuando coloca una de sus manos sobre el bulto que permanece oculto debajo de su bóxer y lo masajea un poco.

Entonces sonríe de lado y ese gesto me recuerda a la sonrisa que le dedico a Mel cuando llego al local hace algunas horas y otra vez todo en mi pecho arde de ira, de celos, de impotencia e incomodidad. En un par de pasos estoy una vez más sobre mis labios chocando contra los suyos con posesión, sus manos sobre mis glúteos pegándome a él.

Pronto me olvido de todo y me dejo llevar, la incomodidad que siento cuando tocas mis cicatrices se hace presente pero la ignoro cuando una de sus manos baja a mi entrepierna y toca mi sexo. Jadeo cuando sus manos se mueven contra la tela de arriba abajo presionándome, arrancándome más de un jadeo entrecortado.

Lo siento tensarse cuando mis uñas se deslizan sobre su pecho y su abdomen hasta alcanzar el borde de su bóxer y gruñe una maldición a mitad del beso cuando comienzo a masajear su miembro.

— Calma Nish...— me pide cuando acelero el movimiento y me frustra que logre contenerse de esta manera — los juegos son más divertidos cuando los llevas con calma...— alardea sujetando de pronto mi cabello corto entre sus manos.

Sus ojos se me miran con intensidad y hay algo extraño en ellos, algo que no logro definir, es una mirada un tanto fría pero anhelante, como si estuviese levantando muros pero al mismo tiempo derribándolos.

— Me dijeron que no hiciera esto, me advirtieron que no jugara...— susurra sosteniéndome con un poco más de fuerza — pero no soy quien para evitar que alguien quiere hundirse a sí mismo — sus palabras me confunden — ¿Sabes porque te empecé a decir sirena? — pregunta de pronto y niego de inmediato sintiendo como mi cabello se prensa por su fuerte agarre.

— No tengo idea...

— Las sirenas hechizan y asesinan justo como tú lo haces...— murmura — además son hermosas, inteligente y astutas...— explica — pero tienen una debilidad...— mi ceño se frunce — anhelan a los hombres que no pueden tener...— esas palabras acompañadas de una sonrisa suficiente hace que me tense — esta noche me tendrás Nisha...— susurra acercándose a mi cuello — y te mostrare una parte de mí que solo unas cuantas alcanzan a ver...— con ese comentario me tenso aún más.

Su voz suena peligrosa, como si de una advertencia se tratara.

— ¿Mel lo...

— Mel es lo que es hoy mi culpa...— se limita a responder.

— ¿Se enamoró? — indago con curiosidad.

Sus ojos me observan con diversión y libera mi cabello.

— Divagas gatita y estás perdiendo el enfoque...— su mano se coloca sobre la mía recordándome que estaba tocándolo hace un momento y me he detenido — Mel se enamoró de mi ciertamente...— confirma — más se hizo adicta a lo que le hacía sentir a su cuerpo y eso supero el sentimiento...— esas palabras me hacen mirarlo con curiosidad.

Sus labios se cierran y sé muy bien que no dirá nada más porque sus manos se mueven debajo de la tela y alcanza ese punto sensible entre mis piernas. Gimo cerrando los ojos cuando sus dedos se remueven separando la piel que lo cubre y una vez da con el deja un par de toques que me hacen estremecer.

Ya no soy consciente de nada mas sino de la forma en que sus dedos trazan círculos sobre mi punto más sensible, de cómo poco a poco sus dedos se deslizan hasta mis pliegues tomando la humedad que hay entre ellos, regándola y regresando con lentitud, pero con fuerza hasta mi clítoris arrancándome sonidos de placer.

De pronto busco sus labios y empiezo a besarlo con desesperación, entre jadeos y gemidos, su abrazo me pega más a él sus labios trazan besos suaves hasta mi cuello donde muerde con fuerza pero libera la piel a los pocos segundos. Un fuerte trueno hace estremecer las paredes sobre nosotros y el ruido de la lluvia se deja escuchar a nuestro alrededor.

Sus manos salen de entre mis piernas y se separa de mí, tomas mis caderas me mueven para colarme de espaldas a él, coloca mis manos sobre los barriles que tenemos al frente y veo nuestras sombras dibujarse en la pared. Sus manos se cierran sobre mis hombros y comienza a masajearlos con suavidad, mis ojos se cierran mientras la continua con la tarea de relajar mis músculos.

No sé cómo lo hace pero en cuestión de nada, estoy completamente relajada, deseosa de su toque y sus besos. Sus manos descienden por mi espalda haciendo pequeñas pausas delineando mis cicatrices trayendo a mi memoria la forma en que Dark las delineo con sus labios. El pensamiento me comprime el pecho y odio la sensación y su recuerdo.

Pero Zarek se encarga de traerme de regreso cuando sus manos se deslizan sobre mis pechos y los magrea mientras su dureza se restriega en mi trasero, continua con su lenta pero fuerte exploración por mi cuerpo hasta alcanzar las tiras de mi tanga, las desliza por mis piernas volviendo a adoptar la posición de horas antes.

Siento su respiración pausada sobre uno de mis glúteos y como de su nariz se rosa contra este. Antes de dejar un beso y luego lo siento morder la misma área haciendo que me sorprenda por la fuerza que usa.

— Dios...— jadeo cuando sus manos se pierden entre mis piernas y rosa mi piel con suavidad mientras desciende pero con fuerza cuando asciende.

Sus labios van dejando un camino de besos y mordiscos a lo largo de mis glúteos hasta que alcanza mi espalda, se reincorpora y pronto lo siento acomodarse entre mis piernas.

— Los espejismos son tan reales como quieras...— murmura sobre mi oído derecho en el instante en que me enviste con fuerza llenándome de un solo golpe.

Mis ojos se abren como platos, ante su invasión, mi cuerpo se tensa y pronto un montón de sensaciones se abre paso en mi pecho. Flashbacks de Griffin, de sus hombres tomándome en contra de mi voluntad y lastimándome me invaden pero también la suavidad y la paciencia con la que Dark me hizo suya poco a poco. Otro trueno llena el silencio a nuestro alrededor acompañando otra fuerte envestida, siento los pulgares de Zar rosar con delicadeza mis caderas mientras el resto de sus dedos se hunden en mi piel.

Jadeo y gimo con descontrol bailando entre sensaciones agradables y desagradables. Me levanto y me abrazo a su cuello mientras sus manos ascienden por mi abdomen tallando mis abdominales con suavidad, sus dedos se deslizan por el insipiente canal que los separa hasta alcanzar mis pechos. Sus caderas no dejan de chocar contra las mías y la sensación entre el placer y la desesperación me correen llevándome en una dirección extraña.

Su respiración entrecortada en mi cuello, sus labios besando mi piel con suavidad y lentitud para luego morderme, los murmullos que suelta en un idioma que no logro comprender y pero que me pone mucho más. La lluvia se intensifica y los truenos amenazan con derribar la casa sobre nosotros.

— Εάν πρέπει να πέσω για μια γοργόνα και να πεθάνω στα χέρια ενός, χωρίς αμφιβολία, θα ήσασταν εσείς—si tengo que caer por una sirena y morir en manos de una sin duda alguna serias tu— gruñe de pronto contra mi oído sujetándome con fuerza de las caderas mientras se hunde con cierta brusquedad en mi interior.

Su voz, el tono ronco en que me habla y el idioma son todo lo que necesito para dejarme, grito de placer cuando el orgasmo me alcanzar y a los pocos segundos Zarek sale de mí y siento la tibieza de su semen caer sobre uno de mis glúteos. Lo escucho gruñir y nuevamente decir algunas cosas en ese sexy idioma que no logro comprender.

Después de unos segundos sus manos se deslizan por mi cintura y me gira con suavidad. Nuestras miradas se encuentran y sonríe con picardía.

— Είσαι τέλειος —Eres jodidamente perfecta— murmura antes de dejar un beso sobre mis labios.

Luego se separa de mí y toma la botella de whisky le da un sorbo y me la tiende, imito su acción mientras lo veo recoger la camisa del suelo se limpia con ella y luego vuelve acercarse a mí, me gira con cuidado y limpia mis glúteos. Cuando está satisfecho busca mi mirada. Sus ojos ya no tienen ese brillo de hace un rato, ahora solo veo frialdad.

— ¿Nos vamos? — indaga dudo un instante y trago grueso al caer en cuenta de lo que acabo de hacer.

Mi cuerpo se estremece y de inmediato doy un paso atrás alejándome de él, su ceño se frunce un instante y luego suspira, sonríe y niega con la cabeza.

— Nunca paso gatita...— murmura tomando su pantalón, se lo coloca y luego vuelve a mirarme — si es lo que quieres, lo olvidare...— dudo un instante pero no respondo nada. Simplemente tomo mi ropa interior y vuelvo a ponérmela bajo su atenta mirada.

De pronto me siento extraña, la rabia empieza a correr por mi sistema y sin volver a ver a Zarek hecho andar hacia las escaleras dejándolo atrás.


Dark.

Un mes después de la muerte del mafioso en Francia.

Ubicación: Algún local en Finlandia.

Hora: 2:30 am

Me empino una vez más el vaso de whisky y bebo el contenido de un solo trago, sintiendo como el licor baja por mi garganta, ya no siento si quiera el ardor del principio. La música suena baja de fondo, murmullos y suaves risas opacan el ruido que sale de los altavoces. Cierro mis ojos y dejo caer mi cabeza contra el respaldo del sofá donde estoy sentado. Repaso mentalmente mis pasos estos últimos meses.

La conversación con Felipe no me dio mucho y creí que me daría un poco más. Aunque si note que ocultaba cosas, lo deje estar es su trabajo y personas como el por más que sea son necesarias en este mundo por lo que no pude hacer mucho más por obtener más información. Mis pasos en Italia tampoco me dieron mucho, Seth sigue sin tener rastros de Griffin y Mary sigue sin saber nada de el aunque ha intentado localizarlo. Por más que he buscado no he dado con mucho.

Al hijo de puta se lo trago la tierra, pero estoy muy seguro que los rusos son los responsables de esto, estoy seguro que hay algo más grande detrás de esto, ya no me cabe la menor duda que algo grande entretejiéndose, por eso fue necesario que desapareciera, no solo por Griffin. Aunque no termina de cuadrarme muchas cosas. Respiro profundo y abro los ojos cuando una caricia suave me gira el rostro sacándome de mis pensamientos.

Un par de bonitos ojos azules me observan cargados de deseo, una sonrisa suave, cabello tan rubio que es casi blanco enmarca sus facciones finas y labios rojos, que invitan a ser probados.

— ¿En qué piensas? — murmura la mujer frente a mi acariciando mi quijada, el marcado acento ruso me recuerda que aún no tengo lo que vine a buscar.

— En una rata que misteriosamente sabe cómo esconderse después de ser una rata estúpida...— ella sonríe y suspira acercándose más a mí.

— Siempre eres así de misterioso...— me encojo de hombros mientras ella se acerca aún más — me gustan los hombres misteriosos...— sus labios se deslizan sobre mi mejilla en busca de mi boca.

La dejo hacerme, sus labios se pegan a los míos con delicadeza y de inmediato el recuerdo de otros labios son los que recuerdo. Me tenso ante la suavidad con la que esta mujer me besa y evoco los labios de Nisha, la forma suave y delicada que tenía para besarme. Aparto el rostro evitando el contacto y ella frunce el ceño mirándome con curiosidad.

— ¿Qué pasa? — evito responder mientras me sirvo otro trago y paseo mi mirada por el local.

Mujeres como las busques se mueven entre las mesas, todas y cada una de ellas con una única misión satisfacer cada hombre que entre en el lugar. Pero ninguna de ellas termina de llamar mi atención y por un instante me gustaría que así fuera, ninguna termina de distraerme de mis objetivos de mi pensamiento central.

— Iré a dar una vuelta...— murmura la rubia un poco decepcionada con la poca atención que le dedico.

Doy otro sorbo y miro una vez más a mí alrededor. Este local es de un ruso con muchísimo poder y estoy casi seguro que este sujeto puede llevarme a Griffin. Pero primero tengo que lograr acercarme a él sin que sospeche de mí. La ventaja de ser quien soy es que pocos conocen mi rostros más todos se alteran cuando escuchan mi nombre al menos por el que me conocen en la organización.

Me pongo en pie y camino hasta el otro lado del local donde el dueño se enreda con varias mujeres a la vez, al verme sus ojos hombres me impiden el paso y me tenso ligeramente.

— ¿Qué quieres? — pregunta uno de ellos.

Señalo a su jefe y suspiro.

— Dark me envió...— en cuanto pronuncio el nombre sus cuerpos se tensan y me dan paso.

Nadie es tan estúpido como para usar mi nombre sin más. Una vez alcanzo al sujeto sus ojos azules se posan en mí y me observa con desprecio.

— ¿Tú quién eres? — su inglés es una mierda y el acento ruso es tan marcado que asumo que rara vez habla el idioma.

Camino con calma hasta tomar una de las sillas y acomodarme en ella frente a él, su ceño se frunce y mira a los hombres en la entrada que ni se molestan en voltear a vernos.

— Dark me envió...— murmuro abriendo mi abrigo y tomando mi arma.

Sus ojos se desvían hasta ella y sonríe de lado.

— ¿Dark? — ríe — esperas que crea que el hombre más poderoso del mundo criminal tiene basuras como tú a su lado...— me encojo de hombros y asiento.

— Te voy a sugerir una cosa, si fuera tu cuidaría un poco más mis modales, somos personas civilizadas dentro de la organización...— comento dejando el arma sobre la mesa cosa que lo hace reír.

Hace un gesto con la mano y uno de los hombres que está a su espalda se acerca a él, mueve su abrigo y me muestra una metralleta. El sujeto intenta intimidarme y no sé qué es mas estúpido si su vano intento por hacerlo o su osadía al amenazar a alguien de la organización. Respiro profundo y me inclino hacia el frente entrelazando mis dedos. Tomo el vaso de vodka que reposa sobre la mesa frente a él y lo huelo antes de darle un sorbo. Sus ojos se abren como plato y empuja a una de las chicas que esta sobre con rudeza haciendo que caiga al suelo.

De inmediato mi cuerpo se tensa y me atención se va a ella, su expresión aterrada me incomoda por un instante pero lo ignoro.

No es el momento Dark. Me recuerdo desviando mis ojos nuevamente al ruso. Que se ha puesto de pie y me apunta con un arma. Ladeo mi rostro y suspiro inclinándome nuevamente hacia atrás.

— ¿Quieres morir pedazo de mierda? — escupe con brusquedad y suspiro.

Odio trabajar con rusos que creen tener poder y no son más que escoria. Por un instante asumí que quizás él podría llevarme a Griffin pero no lo creo, este inútil no es más que un títere.

— ¿Dónde está tu jefe? — pregunto haciendo que su ceño se frunza.

— ¿Qué? — suelta confundido corroborando mis pensamientos.

— Tu jefe, ¿Dónde está? — entonces una puerta se abre al otro lado de la estancia y sale un sujeto de cabello largo, ojos grises y musculoso. Toda la pinta de un ruso mafioso.

Al detenerse junto a la mesa, saca un arma y le dispara en la cabeza al sujeto que hace segundos charlaba conmigo. Un grito asustadizo sale de las chicas que están a aquí, pero ninguna se mueve, de hecho ninguna se molestar en mirar al recién llegado. Miro el cuerpo caer y suspiro posando mis ojos en el ruso.

— ¿Quién te envía? — pregunta en un inglés perfecto.

— Dark...— me pongo en pie y camino hacia el paso a su lado y camino hacia la puerta por la que acaba de salir antes de entrar me giro y sonrío al ver que lleva su mano a uno de sus bolsillos — antes de hacer esa llamada te sugiero que me escuches por favor...— murmuro haciendo que su ceño se frunza un poco más y asienta sacando la mano de su bolsillo.

Una vez traspaso la puerta entramos a un pequeño pasillo vagamente iluminado al final de este se encuentra una oficina con una serie de pantallas que muestran el interior del local. A los pocos segundos el ruso entra y me observa mientras yo contemplo las imágenes.

— ¿Qué quieres?

— ¿Qué sabes sobre los negocios entre rusos y los italianos? — me giro para verlo.

Su ceño se frunce y noto de inmediato que no está al tanto de tratos entre ellos.

— Los rusos no hacemos tratos con maricas...— se expresa y rio suavemente.

— Hay un italiano siendo ayudado por ustedes y necesito encontrarlo...— sus ojos me ven con curiosidad y asiente.

— ¿Qué quieres que haga? — me encojo de hombros y me dejo caer en el sillón frente al escritorio.

— Dime todo lo que sepas de tu superior...— su cuerpo se tensa y de inmediato sé que estoy en el lugar correcto.

— Este tipo de información solo se la podría suministrar a Dark en persona lo lamento...— se disculpa echando andar hacia el escritorio y sentándose frente a mí — pero me parece inoportuno que hayas viajado hasta aquí de norte américa para verme y te vayas con las manos vacías...— murmura sirviéndose un trago de vodka.

— Te escucho...— el suspira y da otro sorbo al líquido trasparente.

— Escuchamos que tu jefe desapareció...— comenta sin mirarme — y que estaba casando a este italiano que asumo es el que buscas...— permanezco en silencio mirándolo — de este lado no lo tenemos, pero no sé qué ocurra con el resto de nosotros...— hace una pausa y suspira — las cosas en la organización están un poco complicadas...— sonrío y asiento.

— Lo se...— sus palabras solo confirman una cosa.

Claus logro su cometido con Volkov y los rusos ya no son un grupo compacto.

— No puedo decirte donde buscar más si puedo darte algunas ideas...— asiento esperando que diga algo mas pero se limita a observarme.

Entonces se mueve y saca un folder del cajón de al lado y me lo tiende. Cuando la abro puedo ver la imagen de Alexandre Popov y lo que hice, hace meses atrás. Arkasha o Jasón se hicieron cargo de esto y que ya los rusos lo sepan me parece perfecto. No me equivoque al dejar a esos dos al frente. Hojeo el folder y me topo con otro cuerpo.

Este es de un ruso que conozco muy bien. Mi ceño se frunce y vuelvo a ver al otro frente a mí.

— ¿Sabes quién es? — pregunta con curiosidad.

— Su cara me suena...— miento sabiendo exactamente quién es.

— Es uno de los compradores de la organización, lo asesinaron hace poco — asiento y lo observo con curiosidad.

— ¿Cómo llegaron a el?

— No lo sabemos aún...— murmura y eso me sorprende.

— ¿Qué tiene que ver esto con la información que está solicitando Dark? — el sujeto respira profundo y se bebe de un sorbo el resto del contenido del vodka en su vaso.

— Confiare en la organización...— explica antes de ponerse en pie y mirar las imágenes que cambian constantemente en las pantallas.

Aguardo paciente a que hable, no pienso presionar, si quiero conseguir algo verdaderamente importante aquí, la paciencia es el camino. Después de algunos minutos el sujeto se gira y me observa serio.

— Creo que tenemos un traidor...— mi ceño se frunce y rio para mis adentros al pensar en Volkov.

— ¿Y me cuentas esto por qué? — me hago el desinteresado.

— Los problemas empezaron en el momento en que Dark empezó a casar a ese italiano...— sonrío para mis adentros triunfal.

— ¿Sabes dónde está? — el ruso niega pero siento que está ocultándome algo.

— Pero creo que alguien en el club que lo sabe...— mi ceño se frunce, quien está por encima de él que podría saberlo.

— ¿Quién?

— Nina...— responde con simpleza.

Me hace una seña para que lo acompañe y se detiene frente a una de las pantallas, uno de sus dedos señala una mujer.

Es alta, de tez pálida, cabello negro, ojos verdes y expresión dulce, está detrás de la barra. Inevitablemente mi pienso en Nisha y no sé porque.

— Ella estuvo mucho tiempo con el Pakhan, regreso hace poco y no es la misma desde entonces...— mi ceño se frunce.

— ¿Qué quieres decir?

— Era una de las favoritas del jefe, siempre que visitaba esta área se la llevaba, hace unos meses vino buscando chicas con características específicas...— mi cuerpo se tensa conforme el ruso habla.

— ¿Qué características?

— Como ella, mujeres de piel blanca, cabello negro y ojos verdes...— cierro los ojos y respiro profundo sintiendo como la ira se va apoderando de mi cuerpo.

— ¿Hace cuánto se fue? — pregunto.

— Hace cuatro meses...— me tenso y pienso con rapidez haciendo cuentas.

Nisha tiene desaparecida cerca de dos años, mi cuerpo se tensa ante la idea que va surgiendo en mi cabeza. Dos años y ahora el Pakhan le da por tener chicas con rasgos similares a Nish, dos años es demasiado tiempo y por más fuertes que una mujer sea... alejo el pensamiento de inmediato de mi cabeza, negado a pensar en ello pero consciente que es una posibilidad.

— Gracias...— murmuro girándome para salir.

— ¿Hablaras con Nina?...— asiento.

— Pues no te dirá nada a menos que logres entrar en ella...— eso me hace detenerme.

— ¿Qué?

— Fue entrenada por el Pakhan y aunque no es la misma desde que volvió sigue siendo una prostituta... no te dirá nada a menos que le pagues y Nina no da información sin trabajar.

Asiento y salgo de la oficina, consciente que quizás después de todo este tiempo tenga que empezar hacer movidas un poco desagradables. Suspiro cuando doy con la chica en la barra y mi cuerpo se tensa. No es igual a Nisha pero si tiene los mismos rasgos que ella. Quizás esto sea un poco mas complicado de lo que pensé.

Nota del autor: hola mis darklins... si ya se, están en plan OH POR DIOS TAMY QUE HICISTE? jajajajajajaja pero les diré una cosa, por mas que quisiera haber HECHO YO ALGO CON EL RATÓN, NO FUI YO FUE NISHA... jajajajaja las leo, creo que aquí muchas vas a drenar y dirán Tamy esta on fire con las ideas que esta teniendo. 

Quiero aclarar algo para todas aquellas que leen y sienten cierta confusión con Nisha. recuerden que esta en un proceso psicologico y esta generando una doble personalidad que aun no es lo suficientemente fuerte. Por lo que aun habrán estos episodios extra;os en su personalidad. ahora muchas dinar, a Dark le tomo meses acercarse a ella y acostarse con ella, ni;as, esta Nisha no es la misma y entiendan que esta Nisha que leemos es "otra". Aclarado este punto las leo...

Dark de mi vida y mi corazón, ese modo Ratko me encanta, esa calma y así me gusta pero las cosas se le complican con eso ultimo. Falta muy poco ni;as, falta poco para el reencuentro!

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