Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Último capítulo

Un año después.

Dizzy.

  Me había acostumbrado a ver las lápidas que se encontraban en la entrada de Dragon Hall, mi escuela en la isla, y la verdad es que me gustaban; pero en este momento me dolía ver una en particular: la de mi novia.

 Dejé aquel ramo de rosas en su tumba y suspiré hondo, intentando no llorar.

—Hola amor, te traje estas flores porque sé que son tus favoritas, no sé en donde estas ni si te importa escuchar esto pero estuve tratando de seguir adelante con mi vida. Pero no te preocupes, no he conocido a nadie nuevo y no planeo hacerlo por ahora, no estoy lista para dejarte ir. Sinceramente creo que nunca lo estaré. —Hice una mueca. —Te extraño tanto, quisiera haber podido salvarte, a pesar de todo lo que los demás dicen de ti yo sigo amándote tal y como lo hice desde el día en que te conocí. No puedo estar sin ti, aunque finjo que estoy bien solo para impedir que los demás se preocupen por mí, hasta he permitido que me pagaran sesiones de terapia que me han ayudado a asimilar todo lo que sucedió contigo... —Admití, bajando la mirada.

  Observé a mí alrededor para verificar que estuviera sola.

—Sigo sin comprender por qué te aliaste con Ariana, ¡me miraste a los ojos y me prometiste que siempre serías honesta conmigo pero me fallaste! ¡Habías tomado una decisión drástica y no tuviste el valor de decírmelo en la cara! No me malinterpretes, yo sigo amándote con toda mi alma pero me haces tanta falta, te juro que nada es lo mismo sin ti. —Dije. —Si querías destruir a tu familia, lo lograste así que felicitaciones, todos siguen destrozados pero ahora lo disimulan bastante mal. Incluso heriste a la reina de Auradon, aunque creo que ella ya lo ha superado –o al menos lo disimula realmente bien–, me enferma saber que estarías orgullosa de seguir causándole dolor. Así que espero que estés feliz por eso, porque lastimaste a quienes se lo merecían pero ni siquiera te importé yo porque si yo hubiera sido suficiente para ti, me habrías hecho caso cuando te pedí que detuvieras todos tus planes. Pero luego entendí que aunque me amaras con toda tu alma, tu principal objetivo siempre fue el poder. —Murmuré. —Fuiste completamente egoísta pero eso es lo que hacen los villanos y tú eras una de corazón y no te detuviste hasta dañarlos a ellos pero ¿por qué me rompiste a mí también? Yo jamás te hice daño, siempre te apoyé, te di todo de mí; te saqué del closet. Antes de descubrir que me mentías y que estabas aliada con ella, había planeado una cena para que el resto de mi familia pudiera conocerte y allí te presentaría oficialmente como mi chica pero ya no puedo hacerlo porque te fuiste, ¡me dejaste sola en este mundo cruel!

 Empecé a llorar sin poder soportarlo más.

—Supongo que ser tu pequeña malvadita no fue suficiente...—Sollocé, sentí unos brazos rodeándome y me volteé para ver a mi prima, que había venido a buscarme.

—No deberías haber venido...—Susurró la pelirroja.

—Tenía que hacerlo, debía estar a solas con Audrey, en su funeral ni siquiera pude acercarme al ataúd. —Repliqué entonces.

—Tal vez no la viste pero diste un discurso a pesar de lo difícil que fue para ti estar ahí en ese momento. —Me consoló la hija de Anastasia. —Sé que la extrañas... Pero debemos ir a prepararnos para la boda real.

—No estoy de humor para ir. —Negué con la cabeza, separándome de ella para secar mis lágrimas.

—Pues no voy a dejar que pases otro día encerrada en tu habitación, eso no es para nada sano. —Comentó, sabía que estaba preocupada por mí pero ya estaba esforzándome por estar mejor y odiaba que ella me presionara tanto.

— ¿¡Y qué quieres que haga!? No puedo fingir que no ha pasado nada. —Mascullé, mirándola.

—No te estoy pidiendo que hagas eso, te estoy diciendo que debes seguir adelante, ya ha pasado un año...—Annie suspiró.

— ¡Sí lo haces! Y detesto que me exijas tanto, porque sigo llorando por ella cada maldita noche, tú no puedes controlar mis sentimientos. No puedo sanar mi dolor si no dejas que me desahogue. —Hablé rápidamente y apenas lo dije me arrepentí porque le acababa de dar otra razón para que me sobreprotegiera. —Estoy rota pero estoy tratando de recuperarme, cada día que pasa sé que estoy un poco más cerca de lograrlo... a pesar de que se siente como si hubiera pasado un día desde que Audrey nos ha dejado, la sigo viendo en mis sueños, en la calle; en todos lados.

—No puedes seguir así, iremos al casamiento, así te distraerás; por favor. —Suplicó y bufé.

—Bien, como quieras. —Accedí de mala gana para luego salir del cementerio junto a mi prima.

Mal.

— ¡Hoy es tu gran día! —Exclamó mi mejor amiga con emoción antes de abrazarme, con cuidado de no arrugar el precioso vestido blanco que ella y su hija se habían encargado de hacerme.

—He escuchado eso tantas veces...—Murmuré mientras correspondía a su abrazo, luego me separé y no pude evitar soltar una risita nerviosa para luego colocar un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

—Lo sé porque siempre te lo digo y luego todo sale mal pero eso no pasará esta vez, así que respira hondo y tranquilízate. —Dijo Evie, alejándose un poco de mí para admirar el atuendo que llevaba puesto, la obedecí y ella me sonrió victoriosa. —Eres la novia más linda del mundo, casi desearías que fueras la mía. —Añadió, mordiéndose el labio inferior.

—Tú sabes perfectamente cómo calmarme. —Hablé antes de guiñarle el ojo, la chica de cabello azul se me acercó para abrazarme por detrás y observé nuestros reflejos en el espejo de cuerpo completo que estaba frente a nosotras.

—Eso es obvio, por eso soy tu mejor amiga. —Presumió la madre de Sofía. —Si ya no estuviera casada ni completamente enamorada de Doug, te juro que no me molestaría esperarte en el altar. —Susurró en mi oído.

—Las dos sabemos que eres mucho más que eso para mí. —Le recordé entonces. —Y si yo no estuviera a punto de casarme ni completamente enamorada del rey de Auradon, me iría lejos contigo a pasar la mejor luna de miel. —Mencioné, volteándome para mirarla atentamente de arriba hacia abajo.

  Ella llevaba un hermoso vestido corto de color azul oscuro, tenía su cabello recogido y una tiara con un corazón que la hacía lucir como una princesa y finalmente calzaba unos tacones del mismo tono del vestido.

—M, ¿te he dicho alguna vez que estoy dispuesta a arruinar todo el maquillaje que acabo de ponerte solo para poder besarte? —Cuestionó ella, noté que miraba mis labios con deseo.

—No E, pero prefiero que me lo demuestres. —Dije, la dueña de Evie's 4 Hearts acortó la distancia que nos separaba y estaba a punto de unir sus labios con los míos cuando la puerta se abrió de un portazo.

— ¡Mamá! ¡Hay tal crisis! ¡Tenemos un 3312, repito, tenemos un 3312! ¡Esta es una emergencia de moda! —Se quejó su descendiente apenas entró a la habitación con unos tacones morados en sus manos, siendo seguida por mi chiquita. Inmediatamente mi mejor amiga se distanció un poco de mí. — ¡Alex no quiere usar sus zapatos nuevos! ¡Y no puede entrar a la iglesia estando descalza porque eso sería una abominación! ¡Es una desubicada sin clase! —Prosiguió ella, indignada.

— ¿Disculpa? —La pequeña ojiverde la observó, cruzándose de brazos. — ¡Yo soy la princesa de Auradon, merezco ser respetada y adorada!

— Es por eso debes dar el ejemplo. — Replicó Sofía, inmediatamente la esposa del enanito y yo empezamos a reír pues nuestras descendientes se estaban comportando de la misma manera que nosotras cuando habíamos tenido sus edades.

— Hija, yo siempre te dejo usar lo que tú quieras pero por favor ¿puedes usar esos hermosos zapatos que elegí para ti? —Mencioné, juntando mis manos en señal de súplica. — Hazlo por mí, será solo por hoy, no tienes que llevarlos puestos durante todo el día.

— ¿Y qué ejemplo quieres que de? ¿El de que me duelan mucho los pies porque me obligaste a usar esos tacones durante todo el día de ayer? —Le recriminó Alex a la menor de cabello azul para luego mirarme. — Agh, está bien, lo haré por ti pero solo si me dices a dónde te irás con papá de luna de miel. —Accedió antes de guiñarme el ojo.

— ¡No lo hagas! Es una trampa, así que cierra la boca, ella te llamará a cada rato y no podrán tener privacidad nunca. —Susurró mi mejor amiga en mi oído.

— Lo dices como si tú no fueras capaz de hacerlo para que Ben y yo no podamos disfrutar de nuestro tiempo libre sin responsabilidades ni hijos. —Dije entonces, alzando una ceja.

—Oh cállate que tú nunca has sido silenciosa cuando el rey de Auradon y tú están en la cama... —Replicó la mejor diseñadora de todo el reino, inmediatamente me sonrojé y mordí mi labio inferior.

— ¡Evie! No digas esas cosas, las niñas están aquí. —La regañé, señalando a las dos adolescentes que se encontraban en la habitación junto a nosotras.

—Ay M, nuestras hijas ya son mujercitas, no se morirán al oírnos hablar de sexo. —Me recordó la descendiente de Grimhilde.

—Vinimos a decirles que las limusinas ya han llegado así que tenemos que irnos, el abuelo subirá en un momento para verte. —Informó mi descendiente antes de colocarse los tacones que había elegido para ella, suspiró antes de tomar el velo que estaba en la cama y colocármelo. —Ahora sí estás lista para casarte, mami. Te desearía suerte pero sé que eso no te gusta así que rómpete una pierna. —Me guiñó el ojo y me abrazó antes de retirarse junto a las otras dos chicas.

Ben.

 Estaba tratando de colocarme la corbata mientras me miraba en el espejo, aunque los nervios me impedían concentrarme en una acción tan simple como esa.

  Las dudas no tardaron en invadir mi mente y dejé la corbata en la cama de Jace.

 ¿Será ella la verdadera mujer de la que me he enamorado?

—No puedo creer que estés tan preocupado, te has casado antes. —Habló el enanito, que estaba terminando de colocarse la corbata, mientras yo caminaba por toda la habitación de un lado a otro.

—Sí, con la chica equivocada. —Me recordó el descendiente de Jafar, el chico de cabello blanco y negro le dio un codazo. — ¿Qué? Es la verdad, De Vil.

—No te veo así desde el secuestro de Alex. —Exclamó el esposo de Jane, mientras que Dylan le hacía señas para que se callara.

—Tú lo dijiste Doug, quise casarme antes: planeaba comprometerme con una chica que ahora está muerta y luego me casé con una que tiene una obsesión con el más allá, por eso temo que la historia se repita. —Dije para luego suspirar.

—Pues a menos que Audrey resucite, no vas a casarte con ella, sería raro que te casaras con una zombie... —Replicó el pequeño príncipe, que estaba acostado en su cama.

—Heredaste el mismo sentido del humor que tu madre. —Masculló Jay, con un tono burlón.

— ¿Acaso te refieres a la biológica que me abandonó o a la adoptiva que apareció de repente? —Cuestionó mi descendiente, confundido. Al parecer, las sesiones de terapia a las que estaba asistiendo para superar lo que había pasado hace un año, no estaban dando resultados positivos.

—Uhhh. —Hablaron el esposo de Lonnie, Carlos y el pelirrojo al mismo tiempo. Me volteé para verlo.

—Hijo, sé que aún es difícil para ti asimilar y comprender todo pero por favor hoy no le arruines el día a papá que ya estoy bastante nervioso, ¿si? —Pedí, uniendo mis manos en señal de súplica.

— ¿Qué es lo peor que podría pasar? —Preguntó el hermano menor de Alex.

— ¿Quieres que te conteste? —Inquirió el dueño de Dude.

— ¡Amo las adivinanzas! —Gritó el ex ladrón, levantando la mano. — ¡Yo sé la respuesta! ¡Yo quiero contestarla!

—De acuerdo a mis cálculos hay un 15% de posibilidades de que...—Empezó el chico de lentes, haciendo gestos con sus manos como si estuviera haciendo cuentas matemáticas.

—Oh no, no vamos a hacer esto. —Intervino el esposo de Uma, serio, antes de acercarse a la puerta de la habitación para abrirla y señalar hacia el pasillo; entonces volteó a mirar a mis tres amigos. —Se van a ir o se van a callar.

—No te preocupes Bennyboo, si algo malo pasa... estoy preparado. —Aseguró el chico de cabello largo antes de sacar su espada –siempre la llevaba con él por si algo pasaba, era algo paranoico ya que todo había estado tranquilo desde que Ariana había desaparecido–, el descendiente de Jafar me sonrió. —No me van a dejar afuera de otro Complot.

—Pues no cuenten conmigo para eso. —Se opuso Jace.

—Guarda eso, idiota, nada va a pasar... —Exclamó Dylan, serio, el padre de Mike lo obedeció.

— ¿Sigues guardando la máquina que construyó tu chica en tu castillo? —Preguntó el enanito, mirándolo con curiosidad.

—Sí, la tengo al lado de mi cancha de tenis junto con mi unicornio. —Respondió el pelirrojo, obviamente estaba siendo sarcástico. — ¡Claro que no! ¡La destruí porque Azul no dejaba de acercarse y temía que le sucediera algo malo!

—Que paranoico eh... —Murmuró el hijo de Cruella, que ahora estaba observando por la ventana. —Chicos, ya llegaron los vehículos, tenemos que irnos. —Informó, entonces los seis salimos de la habitación no sin antes apagar la luz y mi descendiente me entregó mi corbata, sabiendo que mi prometida se enojaría si no la tenía puesta cuando ella entrara.

  Espero casarme con la chica correcta esta vez, pensé.

Mal.

 Seguí mirándome en el espejo, asegurándome de verme perfecta.

—No puedo creer que finalmente llego el día. —Oí la voz de aquel hombre y me volteé para ver a papá en la puerta de la habitación, él se acercó para besar mi frente. Lo abracé con fuerza, gesto que él me correspondió. Cuando nos separamos, me di cuenta de que papá no dejaba de ver mi reflejo.

— ¿Por qué haces eso? —Cuestioné, arrugando la nariz.

—Es que Aurora me contó que cuando Ariana se hacía pasar por ti, no se reflejaba en los espejos porque estaba débil, entonces...—Empezó a explicarme.

—Oh, piensas que soy ella... cuando la viste ser tragada por un portal. —Lo interrumpí, cruzándome de brazos. —Pero no me voy a enojar contigo porque estoy demasiado nerviosa.

—Todos lo estamos... —Aseguró Stefan, mirándome a los ojos. —Es decir, después todo lo que pasó, no queremos que tu día especial se vuelva a arruinar.

—Ya tuve bastantes días arruinados especiales por... mucha gente. —Dije rápidamente, sin querer mencionar el nombre de mi sobrina, debido a que hoy era el aniversario de su muerte. —Merezco ser feliz de una vez.

—Sé a quien te refieres... —Papá suspiró hondo, tomé su mano y él la apretó. —No puedo creer que ya ha pasado un año.

—Yo tampoco. —Admití, aunque la verdad era que ya lo había superado, sin embargo sabía que el hombre que tenía en frente seguía sin poder creer que no volvería a ver a una de sus nietas. —Ben y yo elegimos casarnos hoy para que este día sea recordado como uno feliz en lugar de uno triste... —Expliqué entonces.

—Eres un ángel y no lo digo porque estas vestida de blanco...—Mencionó antes de abrazarme con fuerza, cuyo gesto correspondí. —Te has convertido en una persona hermosa y estoy muy orgulloso de ti. —Admitió, acariciando mi mejilla.

—No me hagas llorar que se me correrá todo el maquillaje que me hizo Evie y ella me matará... —Supliqué con los ojos llenos de lágrimas, ambos reímos y nos separamos unos minutos después. —Gracias papá, no sé que sería de mi vida sin ti. Te perdí por demasiado tiempo, te recuperé y te volví a perder...

—Eso ya es pasado, ahora solo tienes que vivir el presente y tu futuro casándote con la persona que amas y te hace feliz. —Dijo él, asentí con la cabeza.

—Sí, tienes razón, eso es lo que haré. —Afirmé, segura. —Espero que no me extrañes mucho durante el mes que estaré en mi luna de miel con Ben.

—Claro que lo haré, por eso voy a llamarte cada día para saber cómo estás, y si el rey de Auradon se llega a propasar contigo solo dime e iré a darle su merecido. —Prometió el hombre, no pude evitar reír pues algunas cosas jamás cambiarán.

—Amo que me sobreprotejas pero sé cuidarme sola. —Le recordé, sonriendo.

—Eres toda una mujer pero siempre serás mi bebita, ahora tenemos que irnos. —Me ofreció su mano y la tomé, salimos de la habitación no sin antes apagar la luz. Abandonamos el castillo para ahora entrar al vehículo real, ya que Jaime nos llevaría a la iglesia.

[...]

  Papá me ayudó a descender de la limusina cuando llegamos a nuestro destino, en donde mi mejor amiga nos estaba esperando, parecía bastante nerviosa y alterada.

— ¡Por fin llegan! —Exclamó ella, cruzándose de brazos. — ¿¡Dónde estaban!? ¡Creí que les había sucedido algo, ya estaba a punto de ir a buscarlos! ¡Llegan muy tarde!

—Tranquila E, una reina nunca llega tarde, los demás siempre llegan temprano. —Le guiñé el ojo y la tomé de los hombros para que se relajara, pero eso no funcionó.

— ¡No me calmo nada, Igna! ¡Hiciste que me salieran canas! ¡Yo te voy a matar! ¡Arruinas mi apariencia! —Se quejó ella, indignada. Fruncí mi ceño para ahora observar su cabello con atención.

—Tu cabello es tan azul como siempre, así que relájate. —Dije, sonriéndole. —Ni que fuera a ti la que dejara plantada así que por favor avisa que he llegado.

—No voy a hacer tal cosa hasta que soluciones este problema, no pienso entrar ahí luciendo horrible así que tú y yo nos vamos a ir bien lejos. —Se opuso la esposa de Doug, tomando mi mano. —Y tú no nos vas a reclamar una mierda porque gracias a ti perdí la oportunidad de ser reina por una vez en mi vida. —Añadió, señalando a Stefan, empezó a arrastrarme lejos de la iglesia cuando la princesa de Auradon salió de la misma.

—Evie, ¿encontraste a...? —Cuestionó la menor, pero se calló al percatarse de nuestra presencia. —Oh, ya veo que sí, ¿puedes dejar de hacer tanto escándalo e irte adentro para que podamos empezar antes de que a papá se le pare el corazón de los nervios?

—No voy a obedecerte, ¡estoy horrible! ¿¡Es que no lo ves!? —Se quejó la chica de vestido azul, negando con la cabeza, mientras mi hija se acercaba a nosotras.

—Veo mi puño en tu cara si no entras ahora mismo. —Respondió Alex, sonriendo falsamente, antes de separarnos y abrir la puerta de la iglesia para luego empujarla hacia el interior de la misma.

Jay.

 La música empezó a sonar y las puertas se abrieron, entonces la princesa de Auradon y su mejor amiga fueron las primeras en avanzar por el pasillo, siendo seguidas por mi chica; Jane, Dizzy, Aurora y la chica de cabello azul.

  Observé de reojo al descendiente de Cruella y noté que había lágrimas en sus ojos apenas Mal y Stefan aparecieron.

— ¿Estas llorando? —Mencioné, alzando una ceja. —No lo puedo creer.

— ¡Son lágrimas de emoción! —Se defendió él, observando como la reina de Auradon llegaba hacia al altar.

—Los dos son un par de bebés llorones, todos lo sabemos, ahora cállense que quiero disfrutar esto. —Exclamó la chica de cabello turquesa que se encontraba a nuestro lado.

Mal.

—Escúchame bien jovencito, te voy a romper cada hueso de tu cuerpo si te atreves a lastimar a mi hija, ¿entendiste? —Advirtió papá, señalando con el dedo al rey de Auradon.

—S-sí señor. —Tartamudeó el descendiente de Bella, nervioso. —He escuchado eso tantas veces y aún sigo asustándome...—Dijo, no pude evitar reír y finalmente el hombre que me había acompañado al altar se fue a sentar en la primera fila junto al resto de mi familia.

—Tranquilo, Bennyboo, yo jamás dejaría que te hiciera daño; a menos que me des razones...—Le sonreí, él suspiró hondo antes de mirarme a los ojos.

—Mal, las palabras jamás serán suficientes cuando se trata de expresarte todo mi amor. Mi vida mejoró cuando te conocí, a pesar de todas las adversidades tú siempre estuviste a mi lado y confiaste en mí. Siempre luchaste para mantener esta relación y te juro que te daré el mundo entero si así me lo pides porque haría cualquier cosa para verte feliz. No puedo agradecerte lo suficiente por haberme dado una familia tan maravillosa, ustedes son lo más importante para mí. —El rey de Auradon empezó a decir sus votos, Jace se acercó para entregarle el anillo. —Yo, Benjamín Florian, te tomo a ti; Mal Igna, como esposa y prometo serte fiel y cuidarte en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad; todos los días de mi vida hasta que la muerte nos separe. —Dicho esto, me colocó el anillo.

—Ben, gracias a ti descubrí que puedo ser una mejor versión de mí misma. Te rescataría mil veces, porque vale la pena luchar por nuestro amor. No eres perfecto, pero yo tampoco lo soy. Me aceptaste con todos mis defectos y mis virtudes, yo hice lo mismo contigo. Mi vida cambió radicalmente cuando te vi por primera vez. Me arrepiento de haberte lastimado tanto en el pasado, pero te agradezco por haber confiado en mí a pesar de que la gente te decía que eso no te convenía. Nuestra familia es lo más importante para mí, sé que seré completamente feliz a tu lado... Siempre lo he sido. —Admití, mi hija se levantó de su asiento para darme el anillo. — Yo, Mal Igna, te tomo a ti; Benjamín Florian, como esposo y prometo serte fiel y cuidarte en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad; todos los días de mi vida hasta que la muerte nos separe. —Añadí antes de ponerle el anillo.

  Observé a nuestro alrededor solo para percatarme de que mis mejores amigos y los de nuestros descendientes, al igual que nuestras familias, lloraban de emoción.

—Benjamín Florian, ¿aceptas a Mal Igna como esposa para amarla, cuidarla y respetarla hasta que la muerte los separe?—Dudó el cura, volví a dirigir mi vista hacia el chico al que amaba con toda mi alma.

—Acepto. —Él me miró sonriendo.

—Mal Igna, ¿aceptas a Benjamín Florian como tu esposo para amarlo, cuidarlo y respetarlo hasta que la muerte los separe?—Prosiguió el hombre.

—Acepto. —Afirmé segura.

—Si alguien conoce algún motivo por el que estos dos jóvenes no puedan casarse, que hable ahora o calle para siempre. —Escuchamos las palabras del cura, suspiré aliviada cuando nadie interrumpió aquel momento mágico, no esta vez. —Entonces, con el poder que me otorgan las leyes de los Estados Unidos de Auradon, con gran alegría y enorme placer; los declaro marido y mujer. Pueden besarse.

 Me apresuré a unir sus labios con los míos, sabiendo que oficialmente estábamos casados después de todo lo que habíamos pasado.

—Lo hiciste, Mal. —Susurró él cuando ambos nos separamos debido a la falta de aire, mirándome con atención. —Conseguiste tu final feliz.

  Observé como todos se levantaron a aplaudirnos y empezaban a gritar cosas como "¡Larga vida a la reina!" "¡Larga vida al rey!" "¡Larga vida a los reyes!" y demás.

—Eso no es lo que es esto. Sabes perfectamente que pienso que los finales felices de cuento de hadas están sobrevalorados. —Repliqué. —Esto es algo más.

— ¿Ah sí? —Ben me observó, alzando una ceja. —Entonces ¿qué es?

—Un comienzo feliz. —Respondí antes de volver a besarlo apasionadamente, él me correspondió y cuando nuevamente nos separamos, tomé su mano y entrelazamos nuestros dedos antes de salir corriendo por el pasillo juntos.

 Así empezaba nuestra vida de casados.

  No tengo ni idea de lo que me deparará el futuro, pero sé que no necesito a nadie más siempre que tenga a mis amigos y a mi familia a mi lado.

 Y ahora, finalmente, podré recuperar todo el tiempo perdido con mis seres queridos; empezando por Ben.

  Estando en el reino de las oportunidades, me he dado cuenta de que tengo todo lo que siempre he deseado, y no podría pedir nada más. 

FIN.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro