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Capitulo 48

 Me acerqué a la dueña de Evie's 4 Hearts disimuladamente.

—E, distraeré a esta perra para que tú, Jay y Carlos puedan irse, afuera los está esperando Dylan para llevarlos al Páramo; deben traer la máquina que construimos para regresar a Mal. —Murmuré rápidamente, la vi asentir con la cabeza y me separé lentamente de ella. — ¿Saben qué? He estado lejos por mucho tiempo y quiero ponerme al día así que cuéntenme cómo es que Danielle dejó de respirar, porque realmente necesito saberlo.

— ¿Es en serio? —Audrey me miró incrédula, alzando una ceja. —Estamos en medio de una guerra.

— ¡Uma! —Me llamó la descendiente del hada madrina, volteé a verla. —No es momento para contar anécdotas.

—Sh, en serio quiero saberlo. —Insistí, cruzándome de brazos.

—No me hagas recordarlo. —Suplicó la chica de cabello morado, haciendo pucheros, al parecer la situación la incomodaba pero esto era necesario.

— ¿Tú estuviste ahí? —Inquirí, mirándola con atención. —Uh, esto se pone cada vez más interesante, hablen ya.

—Oh, es una historia bastante divertida así que te la contaré. —Accedió Ariana antes de reírse y empezar a hablar.

Evie.

  Cuando esa Perdida estaba tan distraída contando aquella historia, aproveché la oportunidad para empezar a retroceder lentamente hacia la salida, tomé del brazo a mis mejores amigos para comenzar a arrastrarlos hacia la puerta principal.

— ¿Qué haces? — Dudó el ex ladrón, confundido. —Yo quiero oírlo.

—Cállate y camina de una vez. —Sentencié en voz baja.

—Pero... —Prosiguió él, cubrí su boca con mi mano y lo obligué a caminar, el chico de cabello blanco nos siguió sin siquiera emitir palabra y cuando finalmente salió; cerró la puerta con cuidado.

 Vimos el auto del esposo de Uma, así que rápidamente me subí del lado del copiloto mientras que Jay y Carlos se subían a la parte de atrás.

—Chicos, es lindo volver a verlos después de tanto tiempo. —El hijo de Ariel sonrió, mientras los tres nos colocábamos los cinturones de seguridad.

—Sí, lo sé, siempre es hermoso verme. —Alardeé para acto seguido acomodar mi cabello, lo miré. —Ahora conduce antes de que se den cuenta de que nos fuimos.

—Espera, ¿sabes donde queda el Páramo? —Dudó Jay, frunciendo su ceño.

—Claro que sí, Uma tuvo mucho tiempo para explicarme todo. —Afirmó Dylan, antes de empezar a conducir.

—Ya que nos escapamos, ¿podemos ir al museo? Es que Jane quiere la varita de su madre. —Sugirió el pecoso, rascó su nuca antes de añadir—: Y si tenemos tiempo ¿podemos ir por un helado? Es que ni siquiera comimos postre por culpa de esa loca.

—No, tenemos muy poco tiempo y el helado te lo vas a comer cuando todo esto termine. —Me opuse rápidamente.

—No es por menospreciar a nuestras amigas pero si Ariana mandó a Mal al Upside Down cuando ella estaba sola, no creo que a esa Perdida se le dificulte mucho dañar a las chicas. —Habló el esposo de Lonnie, haciendo una mueca.

—Que negativo eres, ellas son fuertes. —Dije entonces. —Pero eso me da una idea.

  Saqué mi celular de mi bolso y lo desbloqueé, busqué el contacto de la princesa de Auradon para ahora enviarle el siguiente mensaje: "Alex, cariño, necesitamos que consigas la varita del hada madrina. Muéstrale este mensaje a Lonnie para que te deje salir y ten cuidado porque tu padre enloqueció y Ariana está en el castillo, te necesitamos."

[...]

 Cuando llegamos a nuestro destino, los cuatro descendimos del vehículo.

—Es muy extraño volver aquí. —Admití, observando a mí alrededor con desconfianza y miedo.

—Nos iremos muy pronto. —Aseguró el descendiente de Jafar.

—Chicos... —Oímos la voz del menor del grupo y los dos nos volteamos para ver a Carlos, que estaba señalando como la niebla oscura se aproximaba hacia nosotros. Nuestros dijes empezaron a brillar.

—Será mejor que entremos ahora. —Sugirió el hijo de Ariel, señalando el inminente muro de espinas que estaba a tan solo unos metros de nosotros.

— ¿Y como saldremos, genio? —Dudó Jay. —Esa cosa llena de oscuridad nos va a alcanzar. —Añadió, se lo notaba bastante asustado.

—No sé pero entra ya, imbécil. —Gruñó Dylan.

— ¿¡Se pueden callar!? —Me sobresalté al escuchar aquel grito, reconocí esa voz inmediatamente. —Estoy tratando de no entrar en pánico. —Añadió.

— ¿Dizzy? —Alcé la voz, miré a los chicos y sin dudarlo corrí hacia el interior del Páramo, los demás me siguieron.

  Al entrar, la vi sentada debajo de un árbol, abrazando sus piernas. Me agaché hasta quedar a su altura.

—E, no estamos a salvo. —Murmuró ella, asustada, señalando hacia el cielo. Noté que la especie de tormenta había empeorado y el cielo estaba completamente oscuro, oímos un sonido que logró que me sobresaltara. El dije que la chica llevaba puesto en su vestido brillaba, al igual que los nuestros. —No hay nada que podamos hacer para solucionar esto, el hechizo de protección que Uma puso en este lugar acaba de romperse. Cuando la oscuridad en forma de niebla nos alcance, será nuestro fin.

Mal.

  Notaba el nerviosismo de la chica de cabello turquesa, suponía que estaba pensando en como sacar otro tema de conversación para hacer tiempo pero no se le ocurría nada.

—Ahora que ya sabe lo que pasó, ¿podemos matarlas? —Preguntó mi sobrina una vez que la otra villana había terminado de contar cómo había terminado con Danielle. —Me estoy aburriendo de tanta charla.

—Yo me aburro de ver tu rostro y el suyo. —Replicó la mejor amiga de Lonnie, señalándola a ella y a Ariana.

—Ay tranquila, eso se puede solucionar. —La hijastra de Gothel le sonrió cínicamente antes de arrojar una bomba de humo.

—Ay, no otra vez. —Dijo la chica de ojos azules antes de correr a abrazarme, al igual que Uma. Cuando el humo se disipó, la vimos transformada en mí... de nuevo.

— ¿No tienes otro truco? —Inquirió la hija de Úrsula. —Ése es viejo, ya no engañas a nadie.

—Ella tiene razón. —Habló mi hija desde las escaleras, en su mano estaba la varita de la madre de Jane. —Ese truco está muy gastado y esta vez no funcionará. —Aseguró e hizo aparecer una bomba de humo con la varita y se la arrojó, entonces aprovechó aquella distracción para bajar los escalones corriendo, una vez que estuvo abajo se colocó a mi lado.

— ¿Qué haces aquí? Es muy peligroso que te arriesgues así. —Susurré en su oído, mirándola con desaprobación.

—Evie me pidió que vaya por la varita y no iba a perderme de esto. —Explicó ella, encogiéndose de hombros.

— ¿Mal? —Me volteé al ver como mi hermana y mi padre observaban a esa villana que se hacía pasar por mí y luego me miraban atentamente, intentando diferenciarnos.

—Bueno, se nota que la perdieron tantas veces por ser idiotas y manipulables. —Dijo Uma, recibiendo un codazo por parte de Jane.

— ¿¡Es en serio!? ¡Estoy muy decepcionada de ustedes! —Les recriminé, cruzándome de brazos. —Alex, sácalos de aquí por favor, cariño. —Supliqué.

—Tenemos cosas más importantes que ponerlos a salvo, como solucionar este problema... — Replicó mi descendiente antes de dirigir su mirada hacia la chica que la había secuestrado hace años. — ¿No te cansas de ser una copia barata, un simple reemplazo? —La provocó.

—Ella tiene carácter eh...—Habló Uma, sonriendo de lado.

—Por algo le digo la princesa problemática. —Intervino Audrey, con un tono burlón.

—Cállate mocosa insoportable, te voy a matar primero. —Amenazó la chica que tenía influencia en el más allá, tomé la mano de Alex cuando esa maldita empezó a acercarse hacia nosotras pero entonces el rey de Auradon se interpuso.

—Tranquila bonita, yo me encargo de ella. —Dijo Ben antes de volver a besarla, esa perra inmediatamente le correspondió. Sentí como mi corazón se rompía un poco más.

— ¿Cómo que "bonita"?—Cuestionó mi chiquita, alzando una ceja. Hizo una mueca de asco al ver aquel beso. — ¿De qué me perdí?

— Será mejor que no lo sepas... —Susurré, acariciando su cabello. Siempre intentaría protegerla, incluso de su propio padre.

— Siempre le vas a mentir a tu propia hija, ¿no es así? — Me recriminó el hijo de Bella y Bestia, serio. — Ella no merece que la engañes.

— ¿De qué mierda estás hablando? —La pequeña ojiverde me miró y luego a él.

— No lo escuches, solo quiere alejarte de mí, al igual que ella. —Supliqué, señalando a esa maldita Perdida.

— Yo nunca le mentiría a mis descendientes. — Aseguró el gobernante de Auradon.

—Oh, me hicieron acordar que falta alguien en esta pequeña reunión familiar. —Habló Ariana, chasqueó sus dedos y su apariencia cambió, revelando su verdadera identidad justo antes de que el pequeño príncipe bajara las escaleras.

—No me sorprende que estés de su lado, traidor. —Masculló Alex, seria.

—Uuuh, pelea de hermanos, como extrañé Auradon. —Exclamó la chica de cabello turquesa, divertida, observando como Jace se colocaba al lado de esa perra.

—Gracias por avisarme, mamá, ya que eres la única a la que le importo. —Habló el menor, sonriéndole.

—Es tan estúpido y manipulable como su padre, ¿por qué no me sorprende? —Gruñó la dama del mar, logrando que la hija del hada madrina se riera, porque sabía que ella tenía razón.

 Fue entonces cuando mis mejores amigos entraron corriendo, junto a Dylan y Dizzy.

— ¿Nos extrañaron? —Preguntó Evie, sonriendo victoriosa.

—Se supone que no debían involucrar a nadie más en esto. —Les recriminó Uma, señalando a la nieta de lady Tremaine.

—Lo lamento pero ella estaba en el Páramo, asustada por la niebla, no podíamos dejarla ahí sola. —Replicó De Vil.

—Chicos, no es momento para ponerse a dar explicaciones. —Hablé rápidamente, volteándome a mirarlos.

— ¿¡Y ustedes cuándo mierda se fueron!? —Masculló Ariana, furiosa. —Esto les va a costar muy caro, nadie juega conmigo, ahora sí que van a lamentar haber intentado escapar. —Nos advirtió e inmediatamente tuve un mal presentimiento.

— ¡Chicos, maldición oscura! —Alcé la voz al mismo tiempo en que las puertas se abrieron violentamente y la niebla empezó a entrar a la habitación, rápidamente Jane agitó su varita para crear un campo de fuerza mágico para protegernos, vimos como esa maldita niebla rodeaba al rey de Auradon y a la hija de Aurora para luego desaparecer; dejándolos paralizados. — ¡Ben! —Grité, asustada.

— ¡Audrey! —Alzó la voz la prima de Annie, con los ojos llenos de lágrimas.

  La mejor amiga de Lonnie deshizo el campo de fuerza y entonces la descendiente de Drizella empezó a avanzar hacia la chica que solía amar.

— ¿¡Qué estás haciendo!? ¡Aléjate, es muy peligroso! —Le gritamos los demás, pero ella nos ignoró. Sabía que estaba haciendo lo que su corazón le dictaba pero eso era demasiado arriesgado.

— ¡Cállense! ¡Sé lo que estoy haciendo! —Mencionó la pelirroja mientras se acercaba hacia la castaña, entonces acarició su rostro con delicadeza. —Sé que me escuchas, despierta...—Suplicó, en ese momento Audrey abrió los ojos y noté el brillo de malicia en su mirada.

—Hazles caso y aléjate de mí...—Murmuró ella con un hilo de voz, pero Dizzy la miró confundida, en un rápido movimiento mi sobrina empezó a ahorcarla.

 Inmediatamente recité un encantamiento para obligarla a liberar a la pariente de Anastasia, pero nada sucedió. 

—Es inútil... —Intervino la ex pirata. —Ariana la esté controlando porque tiene su corazón.

—Suéltame... p-por...f-favor... N-no... no me hagas esto...—Suplicó la pelirroja, con un hilo de voz.

—Que ingenua eres, ella no te escucha, mi cielo. —Se burló la chica que tenía influencia en el más allá.

—Audrey... mi amor... por favor, sé... que muy dentro de ti... me escuchas... sé fuerte... y s-suéltame..., recuerda... t-todo... lo que vivimos... por favor... —Sollozó Dizzy, con un hilo de voz.

— ¡Te ha dicho que la dejes en paz, maldita arpía! —Gritó la princesa de Auradon antes de darme la varita mágica del hada madrina, luego se dispuso a correr hacia ellas para tratar de salvar a la sobrina de Anastasia, pero antes de que pudiera hacerlo fue su padre quien la atrapó para acto seguido empezar a apretar su cuello.

— ¡Alex! —Alcé la voz, mis ojos empezaron a brillar. — ¡Déjala ir ahora mismo! ¡Es tu primogénita! O la sueltas o te juro que yo...—Amenacé, avanzando hacia él, apuntándolo con el artefacto mágico.

—Si das un paso más, las perderás a ambas en menos de un segundo. —Me advirtió Ariana, mis ojos dejaron de brillar instantáneamente y me detuve.

—Mal, déjalas, ellas lo lograrán. —Me prometió la chica de cabello turquesa, pero yo no podía dejar de ver aquella horrible escena. Sentí como Jay me tomó del brazo para hacerme retroceder, me abrazó con fuerza y noté que todos estábamos llorando mientras escuchábamos las súplicas de mi descendiente y de la nieta de lady Tremaine. Vi como Uma murmuraba algo en el oído de su esposo y él se retiraba lentamente.

  Unos minutos después –que se me hicieron eternos– me percaté de que Ben y Audrey parecían estar luchando contra sí mismos y finalmente las soltaron, mi princesita corrió a mis brazos mientras que la pelirroja corría hacia los de mi mejor amiga.

— ¡Par de inútiles! ¡Vayan por ellas de nuevo! —Ordenó la chica que tenía influencia en el más allá, esforzándose por controlarlos, pero mi chico y la descendiente de Aurora parecían estar resistiéndose.

 Observé cómo la puerta se abría de nuevo y el hijo de Ariel entraba, arrastrando la máquina que me había sacado del Upside Down, aprovechando que Ariana estaba distraída.

  Miré a Jane y a Uma para luego mirar la varita de la madre de Jane y separarme de mi hija.

 Sabía que debíamos hacer esto antes de que sea demasiado tarde.

—Corran afuera, no es seguro que se queden aquí. —Les dije a los hijos de villanos antes de darle el artefacto mágico a la chica de ojos azules.

—De ninguna manera te dejaré sola. —Se opuso la chica de cabello azul.

—No permitiré que se queden solas con ella otra vez, no me arriesgaré a perderte de nuevo. —Habló papá.

—Es peligroso que estén aquí. —Aseguró la descendiente de Úrsula.

—Chicas, no hay tiempo que perder, es ahora o nunca. —Mencionó la mejor amiga de Lonnie y entonces Jane alzó las varitas.

— ¿En serio creen que 2 villanas traidoras y una hadita podrán contra la villana mas malvada de todas que tiene influencia en el mas allá? —Dudó aquella Perdida al percatarse de lo que estábamos por hacer, soltó una carcajada malvada mientras negaba con la cabeza. —Atrévanse a intentarlo y les aseguro que perderán.

—Tal vez ellas no puedan hacerlo siendo tres, pero yo no permitiré que me dejen fuera de esto. —Intervino mi chiquita, antes de colocarse a mi lado. —Te aseguro que te arrepentirás de haberte metido con la princesa de Auradon.

— ¿Estás preparada? —Cuestionó la esposa de Carlos, mirándola.

—No me subestimes, aprendí de la mejor. —Presumió la menor para luego guiñarme el ojo.

—Wow, que tiernas, pero dudo que puedan deshacerse de mí con un simple hechizo a pesar de que sean multitud. —Prosiguió la hijastra de Gothel, sonriendo con superioridad.

—Yo no estaría tan segura de eso. —Replicó la chica de cabello turquesa. — ¡Mi amor, ahora! —Ordenó, observando a su chico, entonces Dylan encendió la máquina. Todas tocamos las varitas, mientras veíamos como Ariana se giraba para intentar controlar a Ben y a Audrey nuevamente para que ellos nos detuvieran.

—Por doce años la maldad se ha robado la tranquilidad, debemos parar esta tortura sin infinidad, hagamos que la luz se aproxime para que la oscuridad se esfume. —Dijimos Jane, Uma, Alex y yo al unísono; mientras que el collar de la segunda empezaba a brillar e inmediatamente apuntamos las varitas hacia la máquina.

  En ese instante, un inmenso portal se materializó ante nosotras y se abrió, del mismo salieron un montón de sombras; que no tardaron en rodear a la castaña que seguía tratando de controlar al rey de Auradon y a mi sobrina para acto seguido empezar a arrastrarla hacia el portal.

— ¿¡Qué demonios hacen!? ¡Se supone que tienen que llevársela a ella otra vez, no a mí! ¡El mundo ya casi es mío, solo necesito unos minutos más para encargarme de estos entrometidos! ¡Denme más tiempo y podrán poseer todas las almas que deseen, se los juro! —Se quejó ella, tratando de resistirse, aunque cada vez estaba más cerca del portal. — ¡Esto no se va a quedar así! ¡Me las pagarán! ¡Este no es el final, Mal! —Me advirtió antes de que el portal se la tragara, la oí gritar antes de que el mismo se cerrara y desapareciera.

—Wow, eso fue muy intenso. —Murmuré, suspiré aliviada. — ¿Quién diría que la traicionarían sus propios amigos del más allá? —Me burlé para luego sonreír, pero me preocupé cuando mi chico y mi odiosa familiar cayeron al suelo, desmayados.

 Todos corrimos hacia ellos, tenía un mal presentimiento.

— ¿¡Ben!? —Lo llamé desesperada, pero él no reaccionó. —Despierta, por favor, mi amor... —Supliqué, preocupada y angustiada.

— ¿¡Audrey!? —Exclamó la pelirroja, asustada. —Abre los ojos, linda, si lo haces te juro que te perdonaré por todo lo que me hiciste; pero despierta por favor...—Murmuró, acariciando su rostro con delicadeza.

—Chicas, lamento decírselos pero ellos eran demasiado manipulables y Ariana se aprovechó de eso hasta el último momento, por eso no creo que ellos puedan reaccionar...—Susurró la ex pirata, haciendo una mueca.

— ¡Claro que despertarán! —Afirmó Alex. —Todo puede curarse con el beso del amor verdadero.

  Inmediatamente uní mis labios con los del gobernante de Auradon con dulzura, me separé unos segundos después, deseando que él pudiera despertar.

—No te atrevas a dejarme sola, no puedes abandonarme...—Sollocé, entrelazando sus dedos con los míos, cerré los ojos con fuerza. — ¡Nos casaremos mañana! ¿¡En serio vas a dejarme en el altar!?

—Mal...—Murmuró Ben con voz ronca, abrí los ojos y él limpió mis lágrimas lentamente. —Yo jamás te dejaría en el altar. —Añadió, entonces volví a besarlo varias veces.

 Él estaba vivo y eso era lo único que me importaba.

Dizzy.

  Suspiré hondo tratando de tranquilizarme, si Ben había reaccionado, eso significaba que mi princesa perdida también lo haría.

 O al menos eso creía.

  Así que besé sus labios lentamente y me separé unos segundos después, acaricié su rostro esperando a que abriera los ojos pero su piel estaba demasiado fría y pálida.

 Con los ojos llenos de lágrimas, volví a unir mis labios con los suyos varias veces, deseando que ella despertara.

—No me dejes, si reaccionas te juro que me casaré contigo, te necesito. —Sollocé, destrozada. —Mi amor, déjame salvarte.

—Dizzy, ella no pudo soportar tanto dolor, no hay nada más que podamos hacer. —Dijo Uma, antes de tocar su muñeca para buscar su pulso. Suspiró hondo antes de observarme, angustiada. —Audrey está muerta. 

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