Capitulo 27
Nos abrazamos con fuerza durante unos minutos bastante largos, porque yo siempre había necesitado a alguien que logre sanar mis heridas cuando nos abrazáramos y ahora que ella había regresado, lo estaba haciendo.
Al separarnos, tomé su mano con fuerza, entrelazando nuestros dedos; temiendo que ella se esfumara como había sucedido en mis sueños, no podía dejar de observarla.
Su mirada era diferente, estaba llena de dolor y miedo, pero había algo de esperanza en sus ojos; supe que al reencontrarnos, ella había recuperado la fortaleza que había perdido.
Pero sabía que eso no era todo lo que necesitaba para reclamar lo que le correspondía, porque estaba demasiado herida como para pelear.
—No lo entiendo... —Murmuré, apretando su mano. — ¿Cómo saliste? ¿Qué había ahí? ¿Estabas sola? ¿Desde hace cuanto regresaste? —Cuestioné intrigada mientras nos sentábamos en el suelo.
—Son muchas preguntas, mi amor, y las responderé pero tienes que saber que lo más importante para mí es que volví a casa y tú estas aquí... Estas tan grande como te imaginaba. —Dijo mamá antes de volver a rodearme con sus brazos, inmediatamente le correspondí y luego de unos minutos, nos separamos nuevamente.
—Las dejaremos solas. —Habló Uma, apareciendo entre las sombras y tomó del brazo a la pelirroja, dispuesta a marcharse.
—Pero yo quiero ver...—Replicó Dizzy, haciendo pucheros, la chica de cabello turquesa la miró seriamente. —Agh, ok, las dejaremos solas; pero si pasa algo Alex sabe dónde encontrarnos. —Accedió de mala gana antes de irse con la dama del mar.
—Estás más lastimada que en mi sueño, ¿qué te pasó? —Pregunté al percatarme de lo herida que estaba, tenía más moretones y vendas, suponía que las chicas habían tratado de cubrir la mayoría de sus heridas para que no se infectaran pero aún así no pude evitar preocuparme por ella.
—Ehm, probablemente te mentí en ese sueño para que no te preocuparas por mí. —La reina de Auradon hizo una mueca, encogiéndose de hombros.
— ¡Mamá! —La regañé, mirándola con seriedad.
—No sabes lo que extrañe que me llames así...—Dicho esto, la chica de cabello morado acarició mi mejilla con dulzura y luego se percató de cómo la estaba observando. —Esa manera de mirarme la heredaste de mí. —Mencionó con una sonrisa, orgullosa.
—No puedo explicar lo vacía que me sentí cuando supe la verdad, sentí como si la mitad de mi vida fuera una mentira... —Susurré, bajando la mirada.
—No sabes cuanto lamento haberte fallado, no pude acabar con esa maldita perra y me perdí toda tu infancia, lo siento por no haber podido estar contigo para ver como te convertías en la bella jovencita que eres...—Sollozó y se me partió el alma, tenía menos estabilidad emocional que una embarazada.
—Mamá, no fue tu culpa. Ella te puso una trampa y tú caíste, a cualquiera podría haberle pasado. —Afirmé, sequé sus lágrimas rápidamente y ella me observó. —No pensemos en todo lo que nos perdimos estando separadas, el pasado es pisado, lo importante es que no permitiré que nos vuelvan a alejar.
—Tienes razón mi princesita, tenemos que seguir adelante. Pero primero te contaré lo que pasó, mereces saberlo... —Mencionó entonces, acomodó un mechón de mi cabello y me lo colocó detrás de la oreja. — Te juro que quería derrotarla pero estaba sola para evitar que ella los lastimara y quise darle una oportunidad pero Ariana se aprovechó de eso y me empujó al portal, cuando desperté... Te vi feliz con ella, vi como besaba a Ben y simplemente fue demasiado para mí; me destrozó gritarles sin que me escucharan, traté de usar mi magia pero no pude, me debilitaba cada vez que trataba de hacerlo. Busqué una salida por años pero no la había, pero lo peor era lo que pasaba en las noches...—Dicho esto, cerró sus ojos con fuerza, abrazó sus piernas y se quedó callada.
— ¿Qué sucedía? —Inquirí, aunque no estaba segura de si quería conocer la respuesta.
—De alguna manera, esa zorra lograba que aparecieran monstruos que nunca me dejaban en paz... —Dijo finalmente, aún sin dejar de temblar.
—La odio. —Gruñí, apretando mis puños.
—Esas criaturas hacían reales mis pesadillas, fue demasiado para mí, entonces me rendí... —Hizo una pausa y negó con la cabeza. —Y no puedo seguir hablando de esto sin ponerme a llorar. —Susurró, entonces la abracé con fuerza.
— ¿Cómo saliste? —Dudé, la curiosidad me carcomía.
—Fue raro porque de repente escuché como alguien me llamaba así que empecé a preocuparme, vi una luz así que me acerqué y me caí. Cuando me levanté estaba aquí, me había tropezado con una máquina rara que abre portales a otra dimensión... Pero no estaba sola ya que Uma y Jane estaban ahí, ellas me regresaron junto con Dizzy, no tengo idea de cómo lo hicieron pero estoy feliz de estar a salvo... —Respondió y suspiró. — Bueno, tan a salvo como puedo estar encerrada en el bosque en donde maté a tu abuela.
— ¿Qué? ¿La asesinaste? ¿Por qué? —Cuestioné, intrigada.
—Sí pero fue hace bastante tiempo y esa historia te la contaré otro día, preferiblemente cuando pueda regresar al castillo... —La reina se mordió el labio inferior.
—Haré lo que sea para que vuelvas a donde perteneces. —Aseguré, tomando sus manos.
—No se te ocurra arriesgarte, te acabo de recuperar y no quiero perderte. —Me advirtió, seria. —Basta de hablar de mí, ¿de qué me perdí? ¿Evie sigue diseñando? ¿Jay sigue peleando? ¿Carlos sigue cuidando a sus perros? ¿Cómo está la familia?
—Sí, sí, sí... Y los demás aún no se acostumbran a que estés muerta, todo es muy raro ahora. —Me encogí de hombros.
—Espera, ¿qué? —Susurró, shockeada al oír lo último.
—Ariana te hizo pasar por muerta...—Expliqué entonces.
— ¿Y Ben lo creyó? ¿Evie también? Pero ¿¡qué demonios!? ¿¡Se volvieron todos locos!? ¡Me encerraron por doce años y ahora me vienen con esto! —Se quejó, molesta.
—Sé que no lo entiendes pero te prometo que todo se arreglará y podremos volver a ser una familia feliz con papá y Jace. —Le sonreí, ella me miró confundida.
—Lo único que entiendo es que voy a salir de este maldito bosque y voy a ir a demostrarles a todos que sigo viva, y... —Dicho esto, se incorporó, volteó a observarme. —Espera, ¿Jace? ¿Qué Jace? ¿¡Ya reemplazaron a Jaime!?
— ¿Qué? ¡No!—Fruncí mi ceño y negué con la cabeza. —Jace es tu hijo.
— ¿De qué rayos estas hablando? Yo solo te tuve a ti... —Replicó mamá, se quedó callada durante unos segundos, tratando de procesar lo que acababa de confesarle. —Oh no, dime que esa maldita perra y Benjamín no tuvieron otro descendiente.
—Bueno, chicas, la reunión familiar se terminó. —Habló rápidamente la chica de cabello turquesa, entrando al Páramo junto con la pelirroja. —Alex, vete antes de que tu padre se de cuenta de que no estas en el funeral. —Sentenció, cruzándose de brazos.
—Pero la acabo de encontrar...—Hice pucheros, no quería marcharme.
—Te he dado una orden y debes hacerme caso, te recuerdo que estas hablando con la dama del mar a quien debes respetar y obedecer. —Presumió Uma, acomodándose el cabello.
—Nadie, a excepción de mí, le da órdenes a mi hija. —La chica de cabello morado se interpuso entre ambas.
—Uma tiene razón, ya es tarde y la princesa debe regresar a su hogar. —Intervino la prima de Annie. —No se preocupen, mañana se verán.
—Bien, pero mañana no me voy a ir tan fácilmente, adiós mamá. —Accedí de mala gana antes de abrazarla, cuyo gesto me correspondió, no quería separarme de ella.
—Dije que te vayas ahora, no en mil años. —Insistió la chica de cabello turquesa.
— ¡Uma!
— ¿Qué? No quiero que nadie sospeche. —Se defendió ella. —Dizzy, ¿acompañas a Alex al castillo o quieres que lo haga yo?
—Yo iré, tengo que ir a verificar que mi chica no haya arruinado otro funeral...—Dijo la pelirroja, extendió su mano. — ¿Nos vamos, princesa? —Sugirió, la tomé y miré una última vez a la reina de Auradon antes de salir de allí.
Mamá, ya te extraño, pensé, no puedo esperar a que llegue la hora en la que puedas terminar con esta guerra.
Ben.
El funeral acababa de terminar y todos se habían marchado, a excepción de mis padres, el hada madrina; la familia de mi chica y su mejor amiga, debido a que teníamos una reunión del Consejo real para discutir qué sucedería ahora que mi hermosa ojiverde... se había ido para siempre.
Nos encontrábamos en mi oficina ya que ése era el lugar más tranquilo para tomar una decisión en un momento como éste.
— ¿Tiene que estar aquí? —Se quejó la chica de cabello azul, señalando a la sobrina de mi difunta esposa. —Me parece una falta de respeto que se atreva a venir, y más usando ese atuendo.
—A mi me parece una falta de respeto que te metas conmigo, Mal no querría eso pero por otro lado querría que fuera reina. —Replicó la castaña, suspiré hondo.
—Hemos oído esto tantas veces. —Hice una mueca mientras negaba con la cabeza.
—Cariño no es tu momento, Alex gobernará en unos años...—Habló Aurora.
— ¡No me vengas con esa excusa, mamá! —Gruñó su hija antes de acomodar su cabello. —Auradon no puede quedarse sin reina hasta que esa chiquita cumpla dieciocho años.
— ¿Tenemos que hablar sobre esto hoy? No creo que sea correcto...—Intervine.
—Opino lo mismo, cariño. —Fue mi madre quien me apoyó en esto.
— ¿Y cuándo quieres decidirlo? ¿En un mes? Nos moriremos de hambre en un maldito mes. —Prosiguió mi ex novia.
—No, esto no es la isla...—La descendiente de Grimhilde se opusoinmediatamente .
—Yo puedo manejar esto solo. —Empecé a hablar.
—No creo que puedas, Ben, es demasiado responsabilidad...—Murmuró el hada madrina.
—Lo he podido hacer cuando he gobernado solo antes de que la hija de Maléfica fuera coronada como reina. —Repliqué, cruzándome de brazos.
—Y considerando que apenas te enteraste de lo que pasó ni siquiera te preocupabas por tus hijos, yo tampoco lo creo pero no por eso hay que hacer locuras como ponerle la corona a ella. —Se quejó Evie, señalando nuevamente a Audrey.
—Hijo... —Susurró papá, pero no quería oírlo.
— ¿Qué es lo peor que podría pasar? Si Mal no va a gobernar a mi lado entonces no quiero que nadie más lo haga. —Sentencié, serio.
—Estás cegado por el dolor, Ben, dirigir el reino solo es muy difícil...—Exclamó la rubia.
—Además, ella no es la única que está capacitada para ser reina en esta sala. —Alardeó la dueña de Evie's 4 Hearts antes de acomodarse el cabello.
—Tienes razón...—Admití, pensando en la posibilidad de que ella accediera al trono, al menos hasta que mi hijita pueda gobernar.
—Oh vamos, ¿una villana como reina? —La castaña rió sin gracia. —No seas ridícula, el pueblo jamás lo aceptará.
—Lo que el pueblo no va a aceptar es que Auradon sea dirigido por una loca psicópata que trató de matar a mi mejor amiga por años hasta que finalmente lo logró. —Evie alzó la voz, golpeó el escritorio de mi oficina, la miré extrañado pues su sobrina no tenía la culpa de lo que le había pasado a mi chica.
—Yo no te voy a permitir que me hables así, maldita hija de... —La chica de vestido rosado se le acercó inmediatamente, pero Felipe la tomó del brazo para evitar que hiciera algo indebido.
— ¡Ya cállense las dos, me están dando dolor de cabeza! —Grité, harto de ambas.
—Con todo respeto, Evie, no sé si tengas lo necesario para ser reina...—Habló Stefan, recibiendo una mirada de desaprobación por parte de mi consejera de la isla.
— ¿Qué? —Exclamó ella, frunciendo su ceño. —Esto es porque crees que me acosté con Mal, ¿verdad? —La chica lo observó, alzando una ceja.
—De repente esto se puso interesante...—Susurró el esposo de la Bella Durmiente.
— ¿Qué dijiste? —Dudó Lea, shockeada por lo que acababa de oír, aunque no era la única que estaba así.
— ¿¡Cómo que te acostaste con mi chica!? —Alcé la voz, levantándome del escritorio y arrojando una lámpara que había allí, haciendo que se partiera en mil pedazos contra el suelo.
—Ustedes dos sí que saben meterse en problemas sin que yo intervenga... —Mencionó Audrey, jugando con su cabello.
—No, idiota, no lo hicimos. —Aclaró la hija de la reina malvada. — Él lo creyó porque la vio usando mi ropa, pero no fue así. —Explicó, pero no estaba dispuesto a escuchar sus mentiras.
—No es por eso pero tampoco me parece correcto que lo expongas así...—Se defendió mi suegro.
— ¿Es porque vengo de la isla? —Inquirió mi vecina, indignada. — ¡Perdiste la cabeza porque solo un loco permitiría que esa princesita primorosa insoportable se convirtiera en reina!
Ariana.
Estaba bastante aburrida, ya que ahora que "Mal" oficialmente había muerto, lo único que podía hacer era encerrarme en este cuartito secreto; en donde podía ser yo misma, y vigilar a todos con la bola de cristal que estaba observando.
Ahora mismo, estaba espiando la reunión que se estaba llevando a cabo en la oficina del rey, bufé pues quería que Audrey gobernara para poder finalmente destruir al mundo de una vez por todas.
Agh, siempre tengo que intervenir para que esta perra esté feliz, pensé mientras me levantaba de mi asiento y me acercaba hacia el estante en donde tenía mi colección de muñecos vudú.
—Si no puedo controlar a Lonnie, Evie, Jay, Carlos, o Mal, al menos aún puedo divertirme con el chico Bestia...—Murmuré antes de reír con malicia, tomando el muñeco. —Ben, convierte a Audrey en reina consorte... —Ordené seria antes de volver a acercarme hacia la bola de cristal, pasé la mano sobre la misma para que la imagen cambiara y cuando lo hizo pude darme cuenta de que Danielle estaba afuera del Páramo, ya que la había obligado a ir a espiar para que me contara las novedades.
Evie.
— Cálmate, respira hondo, relájate. —La hermana de la chica de cabello morado me tomó por los hombros, me miró seria para que me callara.
— ¿Sabes qué? Ya he tomado una decisión, Audrey si será reina consorte. —Sentenció Ben después de unos segundos.
— ¿¡Qué!?
—Ella ha sido preparada para esto durante toda su vida y se lo merece...—Aclaró ese estúpido, por todos los dioses de la moda, ¿por qué Mal se enamoró de este idiota?
— ¡Te volviste completamente loco! ¡No puedo creer que la prefieras a ella solo porque crees que me acosté con Mal hace años y eso ni siquiera pasó, solo nos dimos un puto beso! —Grité furiosa, rodeé el escritorio y me acerqué a él rápidamente. —Apenas Audrey sea reina, Auradon va a caer, te lo advertí; no lo niegues, ¡imbécil! —Añadí antes de darle una bofetada para finalmente marcharme, dando un portazo.
Corrí por el pasillo y bajé las escaleras mientras insultaba al rey de Auradon entre dientes, abrí la puerta para marcharme, encontrándome con Alex y Dizzy; ellas entraron al palacio.
— ¡Tu padre es un idiota! —Alcé la voz, alterada.
— ¿Qué hizo Ben ahora? —Preguntó la pelirroja, intrigada.
—Será mejor que te lo cuente en casa, vámonos. —Dije entonces.
—Tengo que hacer algo primero pero las veré ahí. —Se excusó la princesa, ambas asentimos y nos marchamos hacia mi hogar.
Alex.
Yo sabía que mi padre era un idiota, siempre lo había sabido, pero la mamá de mi mejor amiga debía tener un buen motivo para gritármelo en la cara; así que subí las escaleras y entré a la oficina rápidamente.
— ¿¡Se puede saber qué mierda pasa en esta casa!? —Exigí, seria, sabiendo que probablemente me reprenderían por usar este tipo de lenguaje "inapropiado" y por mis malos modales.
— ¡Voy a ser reina! —Anunció mi prima, sonriendo victoriosa.
— ¿¡Qué!? —Alcé la voz, no podía creer lo que acababa de oír. — ¿¡Han perdido la cabeza!?
—No, cariño, no puedes gobernar hasta que no cumplas dieciocho así que esto es lo mejor para el reino...—Habló papá, pero escuchar sus palabras solo logró indignarme más.
—Siempre pensé que eras el rey de los idiotas y hoy lo confirmé. —Admitió mi tía antes de darle una bofetada e irse de allí.
— ¡Yo soy Alex, soy la primogénita descendiente del rey Ben y la reina Mal, la princesa heredera al trono de Auradon! ¡Y ahora mi corona voy a defender! —Dije, seria. — ¡Lo mejor para el reino es que esta desgraciada este muerta! Agh, no puedo creer esto, ¡eres un idiota! No pienso seguir viviendo en esta casa nunca más, mañana me iré y no me volverás a ver nunca más porque te odio. —Grité, empujándolo para luego retirarme dando un portazo, corrí hasta el palacio de al lado y entré sin siquiera golpear la puerta.
— ¡No pienso volver a esa casa, no, mañana mismo me mudaré con ustedes! —Afirmé mientras mis ojos brillaban y dejaban de hacerlo, estaba furiosa.
—Esa no sería una mala idea y no estarías lejos de tu hermano así que yo dejaría que vivieras aquí con nosotros...—Accedió entonces la mejor diseñadora del reino.
— ¡Tú tienes que hacer algo, eres su prometida, debes solucionar esto! —Dije, observando a la prima de Annie.
—Lo único que voy a hacer será terminar con ella, no puedo creer que se atrevió a hacer todo esto. —Afirmó Dizzy, que se veía enojada pero también decepcionada de la castaña.
— ¿No te preocupa que enloquezca y quiera dañarte o desquitarse con el reino? —Dudó la chica de cabello azul.
—Audrey no va a lastimarme. —Dijo ella, parecía estar bastante segura de ello. —Con respecto a lo otro, hay que impedir que la coronen sea como sea.
—Estaba esperando a que dijeras eso, pues tengo un plan y creo que es hora de ponerlo en marcha. —Hablé, logrando captar la atención de ambas. —Que empiece la segunda parte de la operación salvar a Auradon, llamada el gran regreso de mamá.
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