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Capitulo 10

  No podía dejar de mirarla mientras sonreía como una estúpida enamorada.

—Querida Dizzy Tremaine, alias mi pequeña malvadita, he elegido este lugar para este momento porque aquí fue donde todo comenzó, en esta habitación fue donde te pedí aliarte, acá fue donde empezó esta hermosa historia de amor, en este cuarto nos dimos nuestro primer beso, donde me di cuenta que estaba completamente enamorada de ti. Aquí, a pesar de las circunstancias, pasamos nuestra primer noche juntas aunque no sabíamos si volveríamos a vernos o no. A pesar de todo lo que ha pasado, de todos los errores que he cometido, tú siempre estuviste ahí para mí así como yo lo estuve, estoy y estaré para ti. Es por eso que quiero que sepas lo mucho que te necesito a mi lado porque eres lo mejor que tengo y lo que mas quiero en esta vida es que aceptes ser mi esposa...—Habló la castaña, logrando que llorara de felicidad por sus hermosas palabras.

—Mi abuela siempre dijo que mantenga la compostura en todo momento pero ahora quiero gritarle al mundo que soy tan afortunada de tenerte en mi vida—Susurré antes de besarla apasionadamente, ella me correspondió y cuando nos separamos por la falta de aire, dejé que me colocara el anillo y lo observé atentamente. —Es un anillo de diamante, no podía esperar menos de una princesa. Mi abuela te aprobaría con tan solo mostrarle esto, supongo.

—Primero se lo diremos a mi familia, mi pequeña malvadita. —Murmuró, ambas reímos. —Me haces la chica más feliz del mundo.

—Como tú quieras, mi princesa perdida. —Afirmé sonriendo. —Te amo tanto que ni siquiera puedo explicarlo con palabras. —Dicho esto volví a besarla.

Uma.

 Era una noche tranquila, como todas en Auradon.

  El castillo estaba en silencio, ya que todos dormían, excepto yo.

 No puedo dejar que pase esto, tengo que hacer algo, pensé mientras daba vueltas en la cama.

[...]

  Miré por la ventana y suspiré hondo, ya estaba amaneciendo, observé el reloj y me di cuenta de que eran las cinco y media de la madrugada.

 Y entonces me percaté de que había una sola cosa que podía hacer para evitar este desastre.

  Me levanté de la cama para ahora escribir una nota: "Mi amor; me levanté temprano para hacer ejercicio, no volveré hasta que anochezca así que no te preocupes y no me llames porque mi celular se está quedando sin batería. Te amo, Uma" y la dejé en la mesa de luz antes de abrir el armario y buscar aquella ropa de cuero que no había usado hace años.

 Me la coloqué y sonreí, seguía teniendo el mismo olor a mar que tanto adoraba, me até el cabello en una trenza para finalmente ponerme mis botas negras.

  Abrí un cajón para sacar los pedazos rotos del collar de mi madre y suspiré hondo antes de guardarlos en un bolso, había intentado repararlo durante años pero no había podido hacerlo.

 Pasé por la habitación de Azul y abrí la puerta, sonreí al verla dormir en su cama.

—Yo jamás dejaría que nada te pasara, hija. —Susurré antes de cerrar la puerta y bajar las escaleras.

  Salí del castillo para ahora buscar la motocicleta azul que Dylan me había regalado hace años y me subí a la misma, me coloqué el casco y comencé a conducir hacia la frontera.

 Era hora de volver a aquel lugar que había intentado olvidar, donde la comida era un asco y la maldad predominaba, esa prisión en la que las personas más despreciables se encontraban desesperadas; queriendo salir de allí para vengarse de sus enemigos.

  Y, aunque había convencido a todos de que había dejado el pasado atrás, siempre había pertenecido allí.

 Era hora de regresar a la Isla de los Perdidos.

  Observé la isla a lo lejos, rodeada por el campo de fuerza, abrí mi bolso y miré los pedazos rotos del regalo de la bruja del mar.

—Tienes que funcionar, tienes que funcionar. —Susurré. —Noble corcel, fuerte y capaz, a mi hogar me llevarás. —Recité el hechizo y entonces los restos del collar empezaron a brillar, así que cerré el bolso y aceleré, supe que la magia funcionó porque conduje por el agua y atravesé el campo de fuerza que mantenía a todos los villanos encerrados.

 Lo único que me preocupaba era que la magia no sea suficiente para regresar, si me quedaba atrapada aquí... Todo esto no serviría de nada.

  Atravesé el puerto y la bahía pirata a toda velocidad, obligando a varias personas a apartarse de mi camino si no querían ser atropelladas pero me había sentido bien al hacerlo.

 Después de todo, siempre sería una villana, fiel a mis raíces, no importa cuanto tratara de ocultarlo ante mi familia.

  Seguí conduciendo hasta que llegué al mercado y me escabullí por el callejón más oscuro, estacioné la motocicleta allí y me bajé, dejando el casco ahí para finalmente volverla invisible. Entonces los restos del collar perdieron el poco brillo que les quedaba y supe que la magia se había acabado.

 Me acomodé el cabello antes de cubrirme con la capucha para evitar ser reconocida y caminé por las calles sin siquiera mirar a nadie hasta que llegué a mi destino: Dr Facilier's: Voodoo Empire así que entré a la tienda, dándome cuenta de que habían muchísimos productos nuevos por lo cual empecé a mirarlos mientras escuchaba como la vendedora discutía con una clienta.

—A ver, rata despreciable: Estas en mi mundo, no en el tuyo, aquí no se hacen reembolsos, con la magia negra no se juega, deberías saberlo. —Insistió la primera, parecía bastante irritada.

— ¡Me importa un carajo que sea tu mundo! ¡Tu hermana me estafó, tiene que devolverme mi corazón y como ella se ha largado, de seguro lo tienes tú! —Se quejó la pelirroja.

— ¡Más respeto con la magia negra, mocosa desagradecida! —Gritó Freddie, la descendiente mayor de Facilier. —No es mi problema que hayas sido tan estúpida como para caer en el juego de Ariana, tendrás que ser su esclava hasta que ella se harte y te mate, yo no tengo tu corazón pero si lo tuviera lo aplastaría ahora mismo solo para que dejaras de hacerme perder mi valioso tiempo. —Mencionó mientras se limaba las uñas.

— ¡Eres una perra! —Se quejó la insoportable chica que desafortunadamente conocía, pero esperaba que ella no me reconociera. — ¿¡Quién te crees que eres para tratarme así!? ¡Soy una Tremaine y aunque mi hermana y mis primos hayan ensuciado la reputación de mi familia eso no significa que yo sea débil como ellos! ¡Merezco respeto y quiero poder manejar mi maldita vida en vez de ser un títere de esa perra desaparecida! —Dicho esto, golpeó la mesa que separaba a ambas.

—No es mi culpa que te hayas metido con una de las familias villanas más peligrosas de toda la isla, ahora lárgate de mi vista antes de que me harte y te arranque el alma, tienes tres segundos para hacerlo. —Gruñó Freddie Facilier, fulminándola con la mirada, inmediatamente la descendiente de Drizella retrocedió pero entonces se percató de mi presencia.

—No confíes en ella, Camaroncito. —Susurró Danielle Tremaine, la hermana gemela de la novia de Audrey, antes de retirarse de la tienda dando un portazo.

  Dejé de observar aquellos libros que podrían servirme y no pude evitar reírme, pues sabía perfectamente que la nieta de lady Tremaine jamás conseguiría recuperar lo que había perdido.

— ¿Uma? —Inquirió la morocha, entonces me volteé.

— ¿Extrañaste a tu mejor clienta? —Cuestioné con una sonrisa llena de malicia, acercándome a ella.

— ¿Echaste de menos la suciedad y los gritos de tu madre, es por eso que volviste? Oh, déjame adivinar, ¿regresaste a traerle el tridente de Tritón a Úrsula? ¿O para volver a trabajar para ella? —Sugirió, alzando una ceja. —Oh, ya sé, viniste a decirme que mataste a mi hermana, tardaste más de lo que creí que lo harías.

 No era ningún secreto que Ariana y Freddie se odiaban porque la última siempre se había llevado mejor con Mal, aunque no era solo por eso pero las otras razones realmente no me importaban.

—No, no y no, lamento romper tu corazón. —Negué con la cabeza. — Regresé por ti, porque te necesito.

—Así que engañarás a tu esposo con una villana, sabía que tarde o temprano caerías por mí—Susurró en mi oído antes de guiñarme el ojo, se me acercó de repente.

—Eso no va a pasar, estaba hablando de otra cosa. —Dije antes de apartarla, ella no era nadie para invadir mi espacio personal. —Necesito que repares mi collar. —Añadí, sacándolo de mi bolso.

— ¿Por qué haría eso por ti? —Ella me observó alzando una ceja mientras se cruzaba de brazos.

—Porque soy tu mejor clienta... —Respondí simplemente.

—Sabes que eso no es suficiente. —Exclamó la descendiente de Facilier, negando con la cabeza.

— ¿Qué quieres? —Dudé, mirándola atentamente. —No me pidas que te saque de esta prisión porque no puedo, ni siquiera saldré de aquí sin tu ayuda y tampoco me pidas que te de mi corazón porque no voy a caer en eso, no soy tan estúpida.

—Quiero dinero, por si no lo sabes, mientras en el reino estas viviendo tu vida perfecta, en esta prisión nos morimos de hambre. —La hermanastra de aquella Perdida me miró mal, pero lo ignoré. —Oye, me ofende que creas que yo sería capaz de hacer algo como eso, esas cosas las hace Ariana, ni yo caería tan bajo. —Murmuró, haciendo una mueca.

—No he venido solo para pedirte que arregles mi collar, también necesito unos libros pero sí te los pagaré, no he venido a robar nada, al menos no aquí. —Me encogí de hombros, observándola antes de mirar de reojo los libros que quería, eran cuatro y cada uno tenía una mano dorada con seis dedos en su portada.

—Agh, Auradon sí te afectó, pero aún así aceptaré ese dinero—Freddie acomodó su cabello y miró los libros. — ¿Qué demonios planean tú y Ariana que necesitan esos libros de magia oscura?

—Ariana envío a Mal a un universo raro sin salida y ahora el próximo paso para dominar el mundo es abrir ese portal para enviar a todos los buenos ahí... O algo así, tu hermana es rara para los planes. —Resumí entonces, mordí mi labio inferior.

— ¿Y esperaron diez años para esto? Qué pérdida de tiempo, obviamente yo soy más inteligente que mi hermana—Ella hizo una mueca y suspiró. —Ok, repararé tu collar y los libros son tuyos, ¿necesitas algo más? —Accedió finalmente así que le di el regalo de mi madre para que lo arreglara, la chica inmediatamente lo hizo con su magia, sonreí.

—Que no le digas a nadie que estuve aquí—Supliqué, la vendedora simplemente asintió de mala gana. — ¿Cuánto dinero quieres por cada libro?

—500 dólares por cada uno. —La chica me sonrió y fruncí mi ceño. —Ahora encárgate de que no tenga que volver a ver a la desgraciada de Ariana, dame el dinero y te devolveré el collar, luego vete antes de que alguien más venga.

— ¿Me viste cara de uno de esos duendes idiotas a los que puedes estafar? —La miré seria, aunque no me sorprendía porque ella era descendiente de uno de los mejores estafadores de todo este lugar, pero aún así no le daría tantos billetes.

  No me importaba que se estuvieran muriendo de hambre, yo no podía ni quería hacer algo para cambiar eso.

—No, te vi cara de princesita primorosa millonaria así que págame o dile adiós a tu reliquia familiar para siempre. —Dicho esto, Freddie se rió.

 Ya recuerdo por qué me alié con piratas traidores en lugar de hacerlo con esta perra, pensé.

  Podría ponerme a discutir con ella hasta terminar golpeándola pero la verdad era que no quería pasar mucho tiempo en esta isla así que bufé.

—Primero aclaremos una cosa: el dinero no es mío, es de Dylan. —Mencioné, acomodé mi cabello. —Así que toma, quédate con el cambio, a ver si así cierras la boca y no me delatas. —Saqué de mi billetera varios billetes y se los entregué de mala gana, entonces la chica finalmente me dio mi collar, me lo coloqué sonriendo.

—Tú si que sabes cómo complacer a una villana. —La hija de Facilier me guiñó el ojo antes de darme los libros que inmediatamente guardé en mi bolso. —Siempre es un placer hacer negocios contigo, Uma. —Me sonrió pero simplemente me coloqué la capucha y me marché de aquella tienda sin siquiera mirar atrás.

 Ahora solo tenía que regresar a Auradon sin meterme en problemas.

— ¡Este dinero es falso! ¿¡Cómo te atreves a hacerme esto!? —La escuché gritar cuando se dio cuenta de que la había engañado. — ¡Esto no se ha terminado, Uma!

  No sería tan estúpida como para llevar dinero real a aquella tierra en la que cualquiera te roba con facilidad.

— ¡La gran estafadora ha sido estafada! —Alcé la voz antes de empezar a correr para alejarme de ahí antes de que Freddie saliera de su tienda. — ¡Nadie se aprovecha de la hija de Úrsula, la más malvada de todas! —Añadí hasta que llegué al callejón en donde había escondido mi hermoso vehículo, hice que el collar brillara y entonces la motocicleta apareció frente a mí, me subí a la misma, me coloqué el casco y aceleré para retirarme de este maldito lugar de una vez por todas.

[...]

 Al llegar al reino, me detuve en la frontera para cambiarme de ropa con la magia del collar.

  Ahora que la tenía, la aprovecharía y esta vez nada se interpondría en mi camino.

 Me quité el collar y lo guardé en mi bolso, ya que sabía que tenía que protegerlo más que nunca.

  Luego de eso, conduje hacia el castillo de los reyes, tenía asuntos pendientes que atender con la reina de Auradon.

Dizzy.

 Estaba fuera del hogar de Alex, dispuesta a averiguar qué estaba tramando esa perra pero entonces escuché el ruido de aquella motocicleta y me apresuré a esconderme detrás de un árbol, desde donde pude ver como la chica de cabello turquesa bajaba de la misma y hablaba con la tía de Audrey, entonces ambas entraron al castillo.

  Me trepé al árbol para ver hacia dónde se dirigían y fruncí mi ceño al ver que esas dos se metían en una de las habitaciones que sabía que nunca se usaban, así que me acerqué a la ventana que daba a ese cuarto pues había venido aquí a investigar qué demonios estaba pasando.

—Me sorprende que hayas venido, ¿pasó algo de lo que deba preocuparme? —Escuché la voz de Ariana y maldije entre dientes.

 Esto no podía estar pasando.

  ¿Qué mierda hace ella aquí? Pensé, creí que se la había tragado el portal.

—No, no ha sucedido nada. —Respondió la dama del mar, apreté los puños con fuerza, nos había traicionado. — ¿Cuándo avanzaremos con el plan?

 No puede ser, Uma está con ella.

—Ya te dije que aún estoy pensando en los últimos detalles acerca de eso así que pronto te lo contaré. —Masculló la castaña, irritada, ya que al parecer ésa no había sido la única pregunta que la madre de Azul le había hecho.

—Creí que ya habías decidido como hacer pasar por muerta a Mal así por fin tomarás su lugar...—La chica de cabello turquesa suspiró hondo, así que caminé por una de las ramas que me acercaban más a la ventana de aquella habitación para prestar mejor atención ya que esto me gustaba cada vez menos, entonces la hija de Úrsula se percató de mi presencia.

  Así que me alejé de la ventana, bajé del árbol y empecé a correr rápidamente sin siquiera mirar atrás.

 Ya estoy muerta.

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