037.
Me senté delante de la celda dónde Assbjörn estaba encerrado, había pasado más de un mes desde la noticia que Ada había traído. Ahora Carol se había ido otra vez al espacio, Steve arrendaba un departamento, Stark había desaparecido para despejarse junto a Pepper y su reciente embarazo mientras que Thor, Loki, Bjorn, Nat y yo tratábamos de seguir nuestra vida normal en la torre. Todo había sucedido demasiado rápido para siquiera asimilarlo. Papá se sentó frente a mí esperando que hablara, mientras que Loki, Ada y Nat esperaban pacientemente fuera de la puerta, podía sentir sus pensamientos.
— ¿Dirás algo? —pregunté —. Llevas más de un mes aquí y no has hablado desde entonces... necesito respuestas que sólo tú puedes darme.
Él me miró, se encogió de hombros cómo si la situación no fuera de importancia. Mi mano se movió haciendo que un destello negro saliera de ellas y se extendiera lentamente hacía el cuerpo de papá, él me miró.
—Su nombre era Freydis.
—Necesito algo que no sepa. ¿Dónde está? ¿Por qué me dejó contigo? ¿Está realmente muerta? Necesito saber algo de ella, es mí madre... es mí derecho. ¿P-Por qué lo hicieron? —mi voz se quebró al preguntarlo —. Me mintieron todos estos años... ¿realmente me quisieron? ¿o siempre fue mentira?
Assbjörn me miró con algo de compasión. Dejé que el humo se extinguiera, últimamente me agotaba más rápido de lo normal. Tapé mi rostro con mis manos, me sentía frustrada y realmente no sabía si quería seguir luchando.
—Vormir —dijo. Lo miré —. Ella saltó desde Vormir para poder poseer el poder de la gema, se sacrificó para poder hacerlo. Ese era el trato, un alma por la gema —suspiró y se levantó —. Todo comenzó antes de tú nacimiento Brianna, yo estaba obsesionado con las gemas y ella me ayudó ha averiguar sobre ellas en silencio, pero fue Loki quién realmente consiguió información de la gema del alma. Cuando tuve la gema entre mis manos no fue tan complicado... pero luego vino la expulsión de Asgard y Thanos me tuvo bajo su cuidado junto a Gamora y los demás. Vimos que él cada vez conseguía más poder y si tenía las gemas... —negó cómo si no pudiera creerlo —. Genocidio, Bree. Arrancamos con las gemas, pero de alguna manera necesitábamos esconderlas y nuestra única opción era conseguir lugares difíciles o por lo menos una de ella sería difícil. Freydis me ayudó, pero Gamora ni yo sabíamos que ella estaba embarazada... Pensé y juré que era de Hvitserk, había oído que se habían casado no mucho tiempo antes, pero luego Freydis entre lágrimas me dijo que era de Loki. Oh Odín, él siempre fue su gran amor, aún cuando éramos muy niños para siquiera saberlo. Era muy tarde para arrepentirnos, ella era nuestra mejor opción. Beauxbatons era un lugar demasiado seguro, y la gema del alma estaría segura ahí.
—Pero no tiene sentido... ella dio su alma por la gema. ¿Por qué no guardarla?
—Freydis no amaba a Hvitserk y nunca sería aceptable que ella y Loki se casaran. Él había cometido demasiados errores ante Odín y él nunca aceptaría ese matrimonio. Además el simple hecho de la magia sobrenatural de Freydis más la magia de Loki... sería un caos. Ambos estaban a destinado a amarse pero no a estar juntos. Ella prefería morir que pasar una eternidad junto a Hvitserk, y no quería que tú sufrieras eso... te amaba incluso antes de conocerte, eras su vida, Bree. Entonces encontró la solución a nuestros problemas, ella notó que la única manera de poseer la gema realmente, era sacrificándose. Me hizo prometer que cuidaría de ti, que te amaría y que nunca le diría la verdad a nadie más que Gamora.
—Fallaste en todas esas promesas —dije. Papá sonrió con nostalgia.
—Ella saltó desde Vormir y nunca más la volví a ver. No hay día que no me arrepienta de eso Brianna. Pude haber encontrado a una solución, pude haberla dejado fuera del asunto. Pude haberte dado una vida mejor... no nací para ser padre, Bree. Diana me culpó por nuestro hijo muerto, pensé que tal vez podría tener tus habilidades y la expuse a algunas gemas. Te hice sufrir, la ambición me consumió Brianna. Dañé a todos y cada uno de las personas que dije amar.
—Pero ahora Gamora murió... tal vez su alma ya no esté entrelazada con la gema —él me miró como si hubiera visto un fantasma. No lo había pensado, sus pensamientos lo delataban. Pero a la vez delataban otra cosa —. Te arrepientes de la muerte de Freydis pero también de la muerte de tú madre ¿Por qué? —pregunté. Esperé que dijera algo —. Ella fue la primera en sacrificarse por la gema, para que pudieras poseerla —respondí. Papá asintió. Bajé la mirada tratando de ocultar las ganas que tenía de llorar —. ¿Alguna vez amaste a Diana? ¿O a mí?
—Dañé a demasiadas personas por las gemas. Al final de todo, el único que perdió fui yo —confesó —. Nunca supe si realmente amé a Diana o el simple hecho de su admiración hacía mí. Pero si de algo estoy seguro es que te amo con mi vida Bree, y haría cualquier cosa por protegerte y también proteger a Diana, James y Björn.
Me levanté y dejé una mano sobre el vidrio. Papá hizo lo mismo.
—Solucionaré todo esto. Lo prometo.
[. . . .]
—Es demasiado arriesgado. ¿Que sucede si aparecen en otro lado? —preguntó Loki —. Acabo de recuperarte, no estoy listo para perderte Brianna.
—Estaré bien pá, lo prometo. Estaré junto a Ada, ambas estaremos bien. Ahora sólo necesito que todos estén tranquilos y cuiden de Björn —pedí. Nat, Steve y Loki compartieron una mirada. Thor estaba detrás de ellos bebiendo una cerveza mientras que Björn leía un libro sentado a su lado —. Y con cuidarlo me refiero a que no dejen que juegue con los aparatos de Banner y Stark. Ni tampoco con magia.
Los tres asintieron mientras que Thor levantaba el pulgar. Besó el cabello de Björn antes de seguir bebiendo. El pequeño se levantó de su asiento y se acercó a mí.
—Estaré bien, lo prometo. Pero tú tienes que prometerme que traerás a la abuela a casa —dijo con una suave sonrisa. Asentí mientras lo abrazaba con fuerza.
—Estaré contigo... —murmuré contra su oído.
—Hasta el final de la línea —terminó él. Besé su rostro antes de alejarme y tomar la mano de Ada. Lo último que vi fue a Nat abrazar a Björn.
[. . . .]
Había un viento frío, mí cuerpo se entumeció rápidamente. Apreté la chaqueta de Bucky mientras Ada y yo caminábamos con dificultad. Ada se quejó en español al resbalarse por tercera vez consecutiva.
—Maldita sea. Pinches piedras.
—Sí, lo que digas —dije tratando de controlar la respiración —. Creo que deberíamos hacer caso a Nat y comenzar ha hacer ejercicio ¿no lo crees?
—Sí, creo que si.
Ambas paramos al llegar a la cima, miramos el alrededor quedando ensimismadas con la vista que el lugar nos ofrecía, era cómo si fuera un atardecer eterno. Ambas vimos una sombra pasar con rapidez a un lado de nosotras. Nos pusimos en una posición defensiva.
— ¿Quiénes son y que desean buscar? —preguntó alguien detrás de nosotras. Una estela brillaba en sus manos. Mis manos desprendían el humo negro mientras que Ada tenía su látigo listo. Era una mujer delgada, sus ojos verdes brillaban a pesar de la oscuridad y su cabello rojo, casi naranjo resaltaba a pesar que las puntas eran de un color morado. Ambas nos miramos mientras que Ada bajaba la guardia, la habíamos encontrado. Mi respiración se relajó al por fin verla, no la conocía, es más, mi imaginación nunca se acercó lo demasiado y nunca me atreví a entrar en los pensamientos de pá para poder reconocerla. Su cuerpo se relajó antes de acercarse un poco más —. ¿Brianna? —preguntó con la voz casi rota.
— ¿Mamá?
Ella me estaba abrazando antes de siquiera acercarme. Podía sentir sus sollozos y su fuerte agarre me hacía pensar que ella creía estar alucinando. La abracé tan fuerte cómo pude y escondí mi rostro en su hombro. La había encontrado.
—Estás aquí. Por Nilsine, estás aquí —murmuró. Ella se alejó para tomar mi rostro entre sus manos —. Eres toda una mujer, mira cómo creciste...
[. . . .]
Las tres llegamos a la torre en completo silencio. La conmoción del momento nos había dejado agotadas, Ada y Freydis hablaban mientras yo buscaba a los demás. Un plato roto fue lo que nos llamó la atención, las tres miramos para encontrar a Thor mirando a Freydis. Sus ojos se llenaron de lágrimas antes de acercarse y estrecharla entre sus brazos. El rencuentro de los dos se vio interrumpido por la llegada de Steve, Nat, Björn y pá. Los cuatros miraban expectantes la situación.
—Freydis... —pá dijo cómo si se le hubiese acabado el aliento. Sonreí al sentir el abrazo de Björn. Lo tomé en mis brazos, Freydis se separó de Thor para mirar al pelinegro. Los ojos de ambos se llenaron de lágrimas antes de refugiarse en los brazos de él.
—No sabes cuanto tiempo espere este momento —murmuró ella. Sonreí al ver por fin a mis padres juntos. Björn me miró con una sonrisa.
—Te prometí que la encontraría —dije.
—Ahora sólo nos falta recuperar a papá —respondió él. Un nudo se formó en mi garganta.
—Lo haremos, lo prometo.
El sollozó de Freydis se intensificó al ver a Björn. Tanto ella cómo pá se acercaron a estrecharnos entre sus brazos. Después de tanto tiempo, me sentía protegida otra vez.
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