MENTIRÍA SI DIJERA QUE NO TENÍA MIEDO LUEGO DE LO QUE HABÍA SUCEDIDO, MIS PODERES se encontraban completamente incontrolables y temía hacerle daño a algunos de los chicos. Steve, Natasha y Sam se habían comunicado con Wakanda para comunicarles a Shuri, Bucky y mis padres lo que había sucedido. 

  —Tienen que venirse, podemos controlar sus poderes acá —dijo papá.  

  —No podemos, si ya atacaron a Thor podemos ser atacados nosotros también —dije—. Wakanda tiene que prepararse.  

Mamá y papá bufaron molestos por la situación. Bucky me miraba desde un lado de Shuri.

 — ¿Y si te sucede algo? Ya arriesgaste mucho Brianna, no puedo arriesgarme a perderte. Thanos ya te reconoció por salvar a Loki ¿y si te mata por tratar de salvarnos a todos? —James se levantó y se cruzó de brazos observándome. Steve miró a su amigo para luego mirar a Nat y Sam. El lugar se llenó de silencio. 

  —Por lo menos moriré sabiendo que pude salvarte —respondí. Bucky no replicó, simplemente negó —. La Orden Negra está en ventaja con nosotros, no podemos permitir que roben las demás gemas... ¿que hay de Visión? ¿Y la del tiempo? La del Alma sólo tú y Gamora saben donde está, papá. 

  —La del tiempo la tiene Stephen Strange, en este momento está en Nueva York —dijo mamá. 

—Tenemos que irnos —dijo Sam. 

— ¿Qué sucede? —pregunté. 

—Wanda y Visión. 

[. . .] 

Corrí junto a Steve. Nat y Sam habían sido enviados al viejo lugar de los Vengadores para poder preparar las cosas necesarias para Visión y Wanda, además de buscar viejos aliados para la próxima lucha que amenazaba con empezar. 

Steve me hizo una señal y me desvié de camino. Wanda se levantó y movió sus manos haciendo que el humo escarlata saliera de estas, un tren pasó y pudo verse la silueta de Steve. Próxima lanzó su cetro directamente a él pero Steve lo tomó y me lo lanzó. Lo tomé y ataqué al otro alienígena clavando el cetro en su estomago mientras mandaba a Próxima lejos con el humo negro. 

El cetro se fue de mis manos para llegar a las de Próxima, Steve se posicionó frente a mí y peleó junto a ella mientras yo peleaba con el otro alienígena. Próxima se volteó hacía a mí y comenzó a pelear conmigo.

  —Eres una mocosa algo molesta. 

—Viene de familia —respondí. 

—Acabaré contigo y tú molesto padre —rió levantándose.  

Steve llegó a mí lado y ambos comenzamos a pelear mientras que Wanda ayudaba a Visión. 

Todo acabó cuando los dos extraterrestres se agacharon. 

—Levantate —dijo la alienígena a su compañero. 

—No puedo. 

Steve y yo nos miramos. Sonreí con satisfacción. 

—No queremos matarte, pero lo haremos. 

—Nunca tendrán otra oportunidad. 

Y fueron absorbidos por su nave llevándose el cetro de manos de Steve. Me volteé para ayudar a la pareja.

  — ¿Te encuentras bien? —pregunté agachándome junto a Visión. 

—El cetro me atravesó y no puedo cruzar sólidos. 

Moví mis manos sobre la herida haciendo que esta se cerrara casi completa. 

  —No puedo hacer más Vis, lo siento. 

Él negó.

—Gracias Brianna —se levantó con la ayuda de Steve—. Gracias Capitán. 

Tomé la mano de Wanda y la ayudé a caminar. 

—Vamos, tenemos que ir a otro lugar todavía.  

  — ¿Hacía donde vamos? —preguntó Wanda luego de que Steve y yo dejáramos activado el piloto automático.   

  — A nuestro viejo hogar —respondí

[. . .] 

  —Creí que teníamos un trato —dijo Nat cuando Visión, Wanda, Steve y yo aterrizamos al antiguo centro de los Vengadores —. Quédate cerca, repórtate, no corras riesgos —finalizó mirando entre Wanda y Visión. 

—Lo lamento —murmuró Wanda —. Simplemente queríamos tiempo.  

  — ¿Qué tal con los demás? —pregunté. 

—Wakanda se está preparando. Rhodey está hablando con el Secretario —respondió Sam. 

Nat terminó de curar las heridas de Wanda y se levantó. 

—Es momento de ir. Tenemos que llegar a Wakanda lo antes posible. 

Comenzamos a caminar, me adelante un poco para posicionarme a un lado de Romanoff.

—No estés tan molesta con Wanda, ellos sólo querían tiempo... 

—Pudieron haber muerto si no fuera por ti y Steve. Necesitan ser más responsables. 

—Lo sé, pero vamos Nat... ¿no te gustaría estar así un tiempo con Steve? ¿No crees que me encantaría pasar tiempo con Bucky? Dejemos que por último ellos lo disfruten. 

Nat suspiró y negó. 

—Me haces ser blanda, Brianna. 

Sonreí pero mí sonrisa se borró rápidamente al ver a Rhodey junto a un holograma del Secretario de Estado. 

—Señor secretario —saludó Steve. 

El holograma se acercó.  

  —Son audaces. Se los reconozco.

—Le sería útil un poco de eso —respondió Natasha.  

  —El mundo está en peligro. ¿Creen que todo está perdonado? 

—No buscamos perdón —respondí —. La tierra acaba de perder a Tony, su mejor defensor. Vinimos a luchar y si quiere ser un obstáculo, tendremos que luchar contra usted también —dije acercándome.  

Rhodey borró la comunicación, nos miró con algo de incomodidad. 

  —Me gané un consejo de guerra. Es genial verte, Cap. 

Steve sonrió al igual que nos demás. 

—Igualmente Rhodey. 

—Brianna Fraser oí que ahora eres una mujer casada. 

Reí y levanté mi mano izquierda para mostrar el anillo de matrimonio. Él rió.

—Oíste bien Rhodey —lo abracé con fuerza. 

Natasha y él también se saludaron. 

  —Chicos, realmente se ven mal. Debieron de ser dos años duros   —señaló él. 

—Sí, los hoteles no fueron precisamente de cinco estrellas —declaró Sam.  

  —Creo que lucen muy bien... —dijo una voz que no oíamos hace bastante tiempo. 

Todos miramos hacía el fondo de la habitación para ver a Bruce observando algo incomodo la escena. 

—Bruce... —murmuró Nat. 

Sam y yo nos miramos. 

—Esto es incomodo —murmuró el moreno. 

—Hola Nat.